Capítulo 35
Durante medio palo de incienso que pareció alargarse más hasta casi extinguirse Tiang DanFeng jugó con un pequeño abanico entre sus manos, con relieves finos que dibujaban un estanque repleto lotos rosas.
Usarlo para su propósito inicial no fue su idea, de hecho Gusu no contaba con temperaturas cálidas que llegasen a ser incómodas y de ser así ella no necesitaba hacer ningún esfuerzo de querer refrescarse. Aquel abanico sólo fungía como mero accesorio, uno que le hacia ver bien.
Y eso mismo debía ser ella, como primera concubina imperial su labor consistía en verse adecuada para el emperador, ser un pilar de poder gracias a las influencias de su familia y lo más importante, darle un hijo al monarca de GusuLan, un primogénito quien pudiese gobernar a futuro como próximo emperador.
No debía existir nada más.
Sin embargo, entre más observaba el paisaje dentro del abanico su cólera aumentaba.
Quizás se debió al aburrimiento de sus actos o a los largos pensamientos que solo llevaron a un camino pero, le fue imposible no asimilar una flor tan bella con la emperatriz Ying.
Su procedencia siendo YunmengJiang ya era lo bastante significativa con portar un loto púrpura como símbolo de su dinastía, dentro de Gusu esto no cambió mas allá del color al tener el Palacio del Loto rojo. DanFeng lo constató en su primera visita al lugar, en como se tomaron demasiadas molestias en adornar los jardines de ese sitio.
¿Y qué flores adornaban el suyo? Incluso siendo una concubina merecía más, mucho más.
Tiang DanFeng dejó todo atrás solo para entrar en Cloud Recesses, cada pequeño rastro de pertenencia debió ser arrancado de raíz, lo escaso que quedó sólo fueron recuerdos dolorosos, especialmente de "él" y la semilla que jamás podría borrar de su memoria.
De haber tomado el camino fácil sus preocupaciones se terminarían con un simple brebaje que acabaría con toda evidencia mas de hacerlo, mataría con lo único que él le dejó antes de partir.
—La odio... —Su murmullo vino acompañado del crujir del abanico. Wei Wuxian fue capaz de ir tras su esposo, sin importar ninguna norma imperial mientras que ella dejó ir al suyo, a una muerte segura junto con un consuelo que jamás llegó.
Cada noche en la penumbra de su habitación soñaba con él, con la bella sonrisa que le regalaba y las palabras de aliento, las promesas jamás hechas de que algún día ambos se irían, lejos de todos... Pero el único quien se alejó fue él.
La envidia hacia la emperatriz creció de forma exponencial, el odio sentido no seria fácil de erradicar, mas teniéndola como rival para ganarse el favor del emperador, su pase seguro para una vida de comodidades tanto para ella como para el futuro heredero de la nación, ella debía dar todo por su futuro hijo.
—¡Concubina imperial Feng!
Todo rastro de pensamiento negativo se esfumó de ella, en un acto reflejo debido al susto lanzó el abanico hacía la persona que causó su impresión y el desafortunado no fue más que una de sus sirvientas de confianza.
La criada ni siquiera se molestó en quejarse por el golpe certero en su pecho debido a la gravedad de las noticias.
—El emperador volvió ¡Su majestad está aquí!
La algarabía de la sirvienta no traspasó a su ama, hubo sorpresa y conmoción momentánea mas no un rastro de felicidad genuina.
—¿Donde está ella? Esa mujer... ¿Sigue viva?
La incertidumbre hizo que Tiang DanFeng no meditara sus actos. Tuvo la esperanza de escuchar malas noticias, buenas a su perspectiva de la desdicha de esa mujer y con renovadas energías deprisa salió de su propio palacio seguido de varios sirvientes y eunucos como protección ante el largo camino desde sus aposentos hacia la entrada de Cloud Recesses.
—Esta sirvienta no lo sabe, fueron unos eunucos que escucharon las noticias de los guardias —La mujer en cuestión no lograba entender como su ama era capaz de caminar con tanta velocidad teniendo túnicas tan pesadas cuando ella debía dar pasos constantes para alcanzar su ritmo, ni siquiera la propia DanFeng notó sus presurosos pasos, para quienes no sabían sus intenciones especularon de forma errónea que todo se debió a la emoción de la mujer al ver al emperador, su amado, después de largos días sin saber de él era de esperarse.
No obstante, toda intención de acercarse a la ubicación de HanGuang-jun se vio interrumpida por una pared de guardias imperiales.
Ninguno dio la espalda, todos permanecieron de frente hacia la concubina y compañía y no solo ellos terminaron en el gran patio frontal sino todo aquel quien escuchó sobre la noticia de su regreso.
—¡Abran paso a su majestad! ¡No estorben si quieren conservar su cabeza!
Aunque las amenazas fueron ciertas la voz utilizada para proclamarlas fue solamente de un eunuco, pese a ser el principal no tuvo la suficiente fuerza para mover a los curiosos.
Todo se volvió mediático, desde quiénes sabían la desaparición de su alteza hasta los que recién se enteraron de su ausencia ¿En qué momento se fue? ¿Hacia dónde? ¿Por qué?
Con un tic de frustración el eunuco ChenYi intentó de nueva cuenta su advertencia, sin embargo Lan Wangji se adelantó a sus actos; con cada paso que el emperador dio le siguieron los guardias a su alrededor custodiándolo, sin dejar ningún hueco expuesto al exterior. Con esto le fue imposible a Tiang DanFeng acercarse ni mucho menos verlo después de tantos días. Mas esto lo me impidió pedir por su atención durante el trayecto.
Si bien, no fueron emociones reales no podría llamarse una verdadera dama si no lograra falsificar la consternación en cada uno de sus actos.
—¡Mi señor! —La desesperación de DanFeng se filtró en su voz, falsa como los sentimientos hacia Lan Wangji pero suficientemente persuasiva para oídos inexpertos. DanFeng intentó ir tras el escudo de guardias con la esperanza de ser escuchada por él.
—¿A quién llamas como tu señor? Que falta de respeto a él y a la emperatriz —Detrás de ella se escuchó un tono de reproche, tan similar a Wei Ying que por un momento ella pensó que se trataba de su enemiga, sin embargo aquella voz fue masculina, le acompañó una mirada de desaprobación que notó al girar su atención hacia él.
Solo en ese momento DanFeng se dio cuenta del porqué del revuelo ante la llegada de su majestad; solo a pocos metros de esa persona desconocida yacía un carruaje hecho ruinas, destruido y habiendo dado todo de si hasta el final. Aún así permanecieron las pruebas impresas de la travesía desde QingheNie hasta el palacio, todo trasformado en flechas incrustadas sobre la madera del carruaje. Ella finalmente entendió que la llegada del emperador no fue lo inesperado sino un intento de eliminarlo tan notorio.
¿Quién sería capaz de atentar contra el monarca de GusuLan? Una larga lista de enemigos entre las sombras, personas deseosas de poder enmascarados e incluso a plena vista.
—Esta concubina imperial no tiene porque explicar nada a desconocidos —DanFeng utilizó su estatus contra el hombre, habiendo dejado su intención de seguir a su majestad para encarar con el desconocido impertinente, extrañada de que nadie más abogara por ella y es que, cada sirviente en compañía estuvo más interesado en observar con incredulidad a ese individuo, o mejor dicho ambos hombres.
Porque no sólo era uno sino dos personas ajenas al palacio.
—¿Ya soy un desconocido? ¡Ah! Eso es muy cierto, es error de este hombre no presentar respeto a las amantes del emperador
Suibian no mostró ni una pizca de amabilidad hacia esa mujer, después de bajar de los restos del carruaje la dificultad para mantenerse de pie solo fue evidente para Bichen y fue este mismo quien le brindó estabilidad al permanecer a su lado. Pasaría desapercibido de todos de no ser por su apariencia tan llamativa, casi como una deidad retratada.
Para Tiang DanFeng nada más importó que aquella ofensa.
—¡¿Quien eres para hablar así de esta concubina?!
—No lo sé... —Suibian adoptó la misma sonrisa que su amo, una que hizo recordar a la concubina Feng que podría haber más de una persona a quien odiar—, tal vez el guardia imperial de la emperatriz Ying, arma humanizada del general YiLing, compañero de toda la vida de Wei Wuxian... ¿Qué más me falta?
La espada en ningún otro momento utilizó tantos títulos para presentarse, sólo era Suibian, sin gran significado en su nombre ni grandes logros a sus espaldas, no obstante sirvió para callar a esa mujer y trasformar su prepotencia en impotencia.
Fue tan gratificante que debía contárselo a Wei Ying.
... .. ...
... .. ...
—¡Su alteza! Este humilde eunuco le ruega que se aleje de ella, los médicos imperiales se harán cargo, la emperatriz está en buenas manos...
Para el eunuco ChenYi fue la quinta vez que suplicaba durante el largo trayecto hacia el emperador. En ningún otro momento llegó a verlo de forma tan... Incontrastable, imposible para él tratándose de un hombre tan sensato y en donde no lograba filtrarse ninguna emoción en su semblante.
Mas fue todo lo contrario si se trataba de Wei Wuxian. Su sola mención significaba un cambio significativo en HanGuang-jun, en especial durante tales condiciones tan alarmantes.
Para el eunuco principal su único deseo fue ver la llegada de su majestad con bien, por tal razón sus noches en vela deambulaba cerca de la entrada principal del palacio, quien hubiese dicho que una noche correría con la suerte, gracias a los dioses quizás de obtener lo deseado.
Sin embargo tras ver el carruaje casi en ruinas el pánico se apoderó de él, alarmado llamó a cada guardia imperial cercano y, cuando finalmente HanGuang-jun salió del trasporte lo inesperado llegó.
Si bien Lan Wangji no mostró daños significativos a simple vista si los obtuvo la persona quien resguardó en brazos; Wei Wuxian.
Estando toda su vida dentro del palacio de las nubes el eunuco ignoraba sinfín de cosas del exterior mas esto no le impidió captar la peligrosidad de lo que ocurría con la emperatriz. Aunque fuese un vistazo mínimo dado la forma celosa en la que el emperador le protegía logró ver los indicios de un envenenamiento masivo filtrándose sobre su piel en forma de pequeñas ramificaciones negras que se extendían por toda la piel del ex general. Si no hacían algo para detener el veneno este acabaría con su vida.
—¡Su majestad!
De nueva cuenta sus súplicas no fueron escuchadas y el tiempo se redujo a nada al llegar a la habitación principal del monarca, solo en ese momento cada guardia imperial quedó fuera del recinto en espera de nuevas instrucciones.
—¿Dónde están? —Lan Wangji permaneció a lado de la emperatriz, inclusive después de depositarla sobre la cama no se apartó de 'ella' al tomar su mano.
—Los médicos imperiales no tardan en llegar —El eunuco respondió, seguro de recibir a todo aquel que fuese capaz de brindar un diagnóstico positivo para la emperatriz Ying.
—Ya deberían estar aquí —La paciencia de HanGuang-jun en esta ocasión fue escasa y siendo el único presente el eunuco principal se arrodilló en busca de su perdón.
—Búscalos —Por su parte Lan Wangji no se molestó en dar perdón a nimiedades, su prioridad fue clara.
Con la orden dada el eunuco ChenYi regresó a su tarea, cada medico imperial y sumando a la nueva lista algún especialista en todo tipo de venenos fue llamado hacia los aposentos del emperador Lan con urgencia, todo aquel que pudiese dar esperanza para el monarca sería bienvenido.
Por desgracia, todo intento a manos de cada especialista fue en vano al momento de extraer por completo el veneno. Con una vigilancia constante a manos de Lan Zhan los médicos imperiales solo lograron minimizar el tiempo de expansión, algo demasiado tarde ya que durante todo el trayecto desde QingheNie se utilizó para infectar a Wei Wuxian casi por completo.
Dada su naturaleza no se trataba de un veneno habitual, su raiz era desconocida por lo menos dentro de GusuLan al no haber tratado antes con una infección en base a energía maligna. Con ese hilo de pensamiento racional Lan Wangji siguió en su búsqueda, cualquiera serviría con tal de salvar a Wei Ying.
Cualquiera incluso Tiang DanFeng.
Su presencia detro de habitación personal del emperador fue un acto que no esperó en tales circunstancias, emocionada de ser recibida y sólo entrando en base a engaños con tal de poder ver a su alteza la concubina no pensó en nada más allá al llegar, sin embargo de haber tenido un plan todo se habría estropeado tras ver a Wei Wuxian.
Siendo la primera vez que le veía de forma tan vulnerable DanFeng festejó en su interior, agradeció a los dioses por conceder su deseo.
Si Wei Wuxian moría ella podría ascender como próxima concubina, viendo su estado moribundo no pasaría mucho tiempo para darse a conocer la trágica noticia.
—Tiang DanFeng —Fue su alteza quien la sacó de su sueño al llamarle, causándose gran escalofrío debido a ser la primera vez que fue nombrada por él. Al no haber obtenido respuesta él descartó todo intento de la mujer en ayudar, uno menos.
—¡Esta concubina sabe! Es veneno que causa una criatura con energía maligna —Tiang DanFeng dejó los rodeos para otra ocasión, encarando al emperador mostró saber más de lo que debería, casi se filtró un deje de orgullo al recordar sus viejas lecciones furtivas—, puedo tratarla
La misma concubina tragó su propia estupidez al ofrecerse, sería un desastre total si no jugaba bien sus cartas, mas sería un riesgo total que bien valdría la pena.
—Hazlo
Por su parte Lan Zhan estuvo dispuesto a agotar cada recurso necesario con el fin de poder salvar a su 'esposa'. El indicio de seguridad con ella fueron los datos, al no haber dicho en donde se generó fue una buena señal que Tiang no debió desaprovechar. Después habría tiempo para indagar lo que ella ocultaba.
—Pero... Esta concubina tiene algo que pedirle —Al mismo tiempo y como un reflejo de sus palabras ella retrocedió un paso.
Impertinente, carente del deseo de vivir e ignorante de su situación como concubina al condicionar al hombre elegido por los dioses, esto y más debió decirse tras su petición, a pesar de ello no hubo nadie más presente y con un simple asentir de su majestad el trato estuvo hecho.
—Hazlo.
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Notas finales: Me ganó el tiempo, dije que lo subiría el lunes, pero es martes en la madrugada. (?)
Un pequeño anuncio: estamos a cuatro capítulos del final... Chan chaaan, pero no el definitivo, será el final de la primera parte.
Muchísimas gracias por leer, votar o comentar. ( ˘ ³˘)❤
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