Atrapado en un reino ajeno, enemigo y odiado por su futuro esposo.
Sin armas ni aliados, sin la posibilidad de dañar a alguien para que pudiese acabar en tragedia, cada acción limitada para evitar un futuro caótico con un tratado roto y su cuello rebanado como venganza ¡Ah! Había olvidado también agregar la amenaza constante de ser descubierto como hombre por un par de sirvientas que le seguían a todos lados y ofrecían sus servicios incluso para vestirle.

¿Por qué la realeza debe ser tan inútil para hacer actividades tan simples? Contrastaba mucho con su espíritu de batalla. Mientras la guerra los llamaba no les importaba llenarse de sangre y decapitar algunos traidores a su paso. En cambio, en tiempos de paz se dormían sobre sus laureles, felices y regordetes llenándose de pastelillos a la par de ser venerados y atendidos como dignos bendecidos de los cielos.

Ser parte de ese círculo social era tentador para muchos, un gran deseo en mentes de plebeyos o altos funcionarios. En cambio Wei Ying no deseaba nada más que volver a su vida habitual, tomado como un general más, 'respetada' y llevándose algunos saludos orgullosos, no como en ese instante, recibiendo reverencia de personas supuestamente inferiores a él, halagándole hasta por su forma de respirar, sirvientes huecos sin ningún tipo de poder espiritual, incapaces de luchar...

Necesitaba a sus doncellas en Yunmeng y su espada.

—Mucha paz para un ser tan caótico

La voz disgustaba del entonces gobernante de Gusu alertó a Wei Ying. Lo único que pudo hacer la guerrera era deambular por los pasillos, negándose a quedarse todo el tiempo en su habitación asignada, aunque el resultado no variaba, Gusu no tenia mucho que ofrecer dentro del palacio y lo único tentador estaba restringido a forasteros, Wuxian seguía siendo uno hasta no estar oficialmente casada con Lan Wangji.

Encontrarse con Lan Qiren casualmente por los pasillos fue un golpe desafortunado. Pudo ver el resentimiento en su mirada, más la desaprobación por múltiples motivos que harían competencia con sus tres mil reglas sagradas escritas al pie de la montaña. Entre menos contacto tuviera con ese hombre menos seria el peso de recordarle el camino erróneo que tomó hace pocos años atrás.

—Mil años, diez mil años —Al saludó cordial apareció en boca de la guerrera, tan hueco como la cabeza de las sirvientas detrás de 'ella', tampoco hubo reverencia significativa. Su lealtad estaba en Yunmeng, sus servicios al pie de Jiang Cheng, su única y verdadera reverencia seria a él—. Que el palacio sea silencioso no quiere decir que haya paz, su majestad

Sin molestarse en responder de vuelta y con una mirada más de desprecio el hombre siguió su camino, Wei Wuxian supo de donde Lan Zhan había sacado ese tipo de miradas, la dinastía Lan era peculiar en ese aspecto, el único que pudo saltarse ese tipo de herencia pareció ser el primer príncipe, Lan XiChen.

—Cuando usurpes el trono GusuLan no volverá a tener paz. Expía tus errores mañana, no arrastres más desgracia a este reino y entierra tu deshonroso camino en la Primavera fría —Pese a sus pesadas palabras se mostró cierto grado de consejo, en un hombre tan sabio recibir ese tipo de actos debió ser un honor, por desgracia el receptor estuvo más preocupado por la baja temperatura de ese sitio que en buscar verdaderamente el dejar salir sus culpas.

También, no olvidaba que durante esa meditación tendría que estar junto a su futuro esposo durante tres días, ayunando, meditando y supuestamente acercándose de forma espiritual a su "pareja".

... .. ...

Cuando la mañana del gran día llegó las valientes doncellas de Yunmeng habían arribado a Gusu, junto con algunas pertenecías de Wuxian, una pequeña carta cifrada de Jiang WanYin y un par de dagas como armas para defenderse en caso de emergencia, su espada debía aguardar, era demasiado llamativa para enviarla sin razón alguna.

El mensaje no lo calmó por completo, Jiang Cheng nunca fue aficionado a dar palabras de aliento, un "No te preocupes, vivirás." fue todo lo humanamente posible que su amigo pudo decirle y no le quedaba de otra que aceptar y seguir a ciegas confiando en él.
Juraría en memoria de sus padres que si moría por su culpa se volvería un Ghoul solo para joderle la existencia.

—Madam, las sirvientas dejaron su atuendo listo, todo debe ser puesto adecuadamente, debemos peinarla y maquillarla poco —Una de las doncellas habló tras unos minutos fuera entre arreglos con los demás sirvientes, desde que ellas llegaron no permitieron que ninguna criada de Gusu se acercara al general para servirle, era deber exclusivo de Yunmeng y Wei Ying se sentía más tranquilo con su gente a lado.

—¿Iré a meditar o es un ensayo para la boda? —Con un rápido vistazo Wuxian desaprobó el atuendo que llevaría, era demasiado ostentoso. Túnicas con bordado de oro sobre una tela en tono bermellón, con mangas incrustadas de diversas joyas en distintos colores que creaban bellos diseños de flores, se veía pasada, costosa y nada cómoda.

—Esta es una costumbre para los futuros gobernantes de GusuLan —Con la aparición de una nueva mujer sobre el umbral de la puerta Wei Ying volvió a guardar su descontento—. Diez mil años a la futura emperatriz

Con el saludo correspondiente la mujer entró por completo a la alcoba. Una anciana no mayor de sesenta años por lo menos en apariencia, no portaba ningún distintivo de ser servidumbre o parte de la familia real porque no pertenecía a ninguna. —Esta anciana tiene el honor de explicarle los preparativos para entrar en la Primavera fría

—Entonces será un placer escucharla —Hubo cierto grado de emoción en Wuxian, como buen amante de las historias esta pintaba a ser una buena y serviría para entender las tradiciones de un reino que en más de una ocasión atacó.

... .. ...

—Nuestro primer emperador, Lan An, fue un viajero, libre de reglas, un espíritu noble que se convirtió en monje después del fallecimiento de su esposa, habiendo dejado atrás cualquier atadura mundana se instaló en la montaña más cercana al cielo donde meditó por décadas, siguiendo su ejemplos nómadas de todos lados del mundo llegaron para hacerle compañía, buscando la iluminación junto a él.

Con tantos habitantes se creó la región de Gusu, Lan An ascendió al trono por petición de la gente pero no fue un gobernante como todos, la humildad de ser monje le impidió mostrarse como algo más allá de un simple humano

Con su fallecimiento su única hija honró su memoria al tomar el poder, sabiendo que otros reinos se fortificaban en cada extremo Gusu fue creciendo, dio un nuevo enfoque como emperatriz, a comparación de su antecesor ella mostró su poderío, no como una forma de alzarse como una bendición escogida de los dioses sino para que su mensaje de paz y crecimiento se expandiera por todo el prospero reino. Con Gusu fortificada la segunda emperatriz se reunió con su padre en el más allá y dejó a cargo a su hijo más joven

Ese joven, con el poder creciente de GusuLan y las enseñanzas de sus antepasados no deseó que los pensamientos humildes de su abuelo se quedaran en el olvido en cada generación, cada monarca debía recordar sus orígenes, en ese momento se creó la ceremonia dentro de la Primavera fría, un bello recordatorio

Usando las más valiosas joyas del reino, con la tela más hermosa tejida jamás caminan rumbo a la Primavera, cada alto mando esta presente, incluido el emperador y la emperatriz retirados, con los próximos líderes juntos en un pasillo lleno de tesoros a cada lado como tentación

Cuando se llega a la entrada del manantial no se mira atrás, tampoco a los lados, la vista siempre enfrente y solo debe desviarse al estar frente a la futura pareja con tres pasos dentro de la primavera. Cada uno debe vendar los ojos del otro como un signo de confianza, después retirarán cada prenda contraria hasta dejarse una modesta túnica blanca

De esta forma, dejando todas las riquezas y el poderío a un lado como las cosas que son, insignificantes, pueden tener el derecho a entrar en las aguas sagradas para meditar y fortalecer la relación de pareja. Cuando salgan después de los cuatro días de meditación estarán caminando por el sendero correcto como gobernantes, justos.

Durante cada pausa la anciana sorbía un poco de té para calmar su garganta, totalmente orgullosa de la historia de su nación y dejando asombrado a Wei Ying que, como pocas ocasiones dio su total atención a tan bello relato. Ahora entendía el porqué debía portar prendas tan ostentosas, junto con las palabras del emperador Qiren que contaban más sentido. Aun así, seria imposible entregarse por completo a las tradiciones de un reino ajeno.

—El peso de las anteriores emperatrices están sobre tus hombros jovencita. Observa bien la túnica que usarás, yo misma borde el símbolo que te representa —Antes de pronunciar alguna pregunta la mujer dejó la taza a medio beber, se alejó a pasos lentos pero firmes, rebosando cierto grado de alegría—. Esta anciana no le quitará más tiempo, no debemos hacer enojar al segundo joven si lo hacemos esperar

Al volver de nuevo a la soledad Wuxian no esperó más a que su curiosidad le carcomiera las entrañas, esta ocasión revisó de forma minuciosa la túnica que usaría, dándose cuenta de inmediato que ciertas secciones estaban finalmente decoradas por bordados creando figuras, joyas embelleciendo los dibujos creados, cada sección representaba una antigua emperatriz y su futuro lugar se encontró en la manga derecha, una bella creación de una flor de loto tejida en hilo de oro blanco, con pequeñas esmeraldas simulando las hojas debajo de este.

Aquella flor no solo representaba el futuro de Wei Ying sino sus relación con YunmengJiang, el tratado de paz que quizás muchos esperaban por más de una década con sus antecesores y hasta ese momento Wei Wuxian se preguntó que tipo de relación se esperaba en Yunmeng después de su ascenso al trono porque, no importaba estar bajo el titulo de emperatriz, sus acciones anteriores no serian borradas por ello, mucho menos olvidadas ni calladas, especialmente por su futuro esposo que con una mirada gélida podría decirle cuan contaminado e indigno era.

Secretamente, una parte de él lo disfrutaba.

Lo que en realidad desconocía la 'doncella' y lo que faltaba por descubrir era el ambiente pacífico en Gusu, con la filosofía de un monje respaldando sus creencias desde años atrás, el guardar rencor no estaba bien visto, incluso aquel enemigo jurado pese a su posición real no debía dejar entrever su odio sino en cambio tragarse todo el veneno que provocaba el solo recordar su existencia. Ante los ojos de los ciudadanos Wei Ying seria la esposa del nuevo emperador, el segundo jade, pensar en pecados pasados no importaba, su fé ciega encomendaba su confianza hacia quien seria la gran conexión y traería paz hacia su reino vecino.

¡Demasiada responsabilidad!
Esto claramente debió llamarse pánico pre-matrimonio.

Comenzando desde lo básico, Wei Ying no deseaba casarse.
No con un hombre ¿Donde quedaron sus sueños de encontrar una bella señorita? A quien proteger y cortejar. Continuando con lo peor, hacerlo con la persona que más lo odiaba en el mundo y no, pese a que amaba molestar a Jiang Cheng este no lo odiaba, él tenia una singular manera de expresarse, explosiva y evasiva, como un volcán donde se danzaba para pedirle unos días más de vida sin que hiciera erupción y Wei Ying era ese sacrificio aguafiestas que lograba escapar bajo la irá del volcán. En contraste su verdadero nemesis se encontraba envuelto entre ropas de luto, esculpido en el más frio hielo con tanta precisión que el resultado hacia que la mirada de cualquiera fuera indigna de mirar tan bella obra de arte.  Tan apuesto y a la vez tan recto.

Sólo provocaban un deseo de travesura en Wuxian. Querer mancharlo con su sólo toque, parecido a lanzar una piedra a un estanque tranquilo, creando pequeñas olas onduladas y un escape en los peces cercanos. Pero, era solo eso, lo único que él deseaba del segundo príncipe, ni siquiera pensó una sola vez en crearle algún daño físico y ni hablar de asesinarlo...  no después de conocerlo, por más errores que cargara no soportaría una piedra más en su conciencia que lo hiciera descender hasta el fondo y ahogarse, no con el remordimiento de saber que le hizo daño a él.

Un pensamiento muy diferente en Lan Wangji, tan analítico que no era difícil para Wuxian saber que esperaba el momento adecuado para atacarlo, degollarlo quizás, atravesarlo con esa espada legendaria y en los últimas horas sumó una opción más probable; morir estrangulado en su lecho nupcial.

Y no hubo escapatoria, con más puntos a destacar en su mente no tuvo más tiempo pasa reorganizarlos, debía vestirse y salir rumbo a la primavera fría.