N/T: Aquí la el siguiente capítulo que espero disfruten tanto como yo c:

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Capítulo IV

Reciprocidad

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Corrí y corrí y sólo me mantuve corriendo, tratando de alejar mis preocupaciones lejos. No funcionó pero tuve éxito al perderme en un enorme campo.

"Oh, Mein Gott ¿por qué tuve que hacer eso" pensé en mis adentros llevando mis manos a través de mi rubio cabello "Hice llorar a Italia. Al único en el mundo que no soporto ver triste. ¡Lo he hecho llorar!"

Mi cabeza comenzó a agitarse y caí de espaldas sobre el suelo pastoso y sacudí mi cabeza para así sacar todos los malos pensamientos. Miré hacia arriba, al cielo estrellado para intentar calmarme. 

-Carajo ¿Por qué soy así de idiota?- susurré y dejé caer mi cabeza hacia atrás varias veces.

Me recosté un rato antes de comenzar a dormitar, luego lentamente me quedé dormido.

Desperté algunos minutos después a cause del ruido de algo que parecía un estruendo extraño. Pero no era eso, era la voz de Italia tratando de gritar tan alto como podía.

-¡Alemania! ¡Alemania, sal por favor. Estoy cansado!- exclamó. Luego suspiró y corriendo a tropezones comenzó a acercarse al campo en donde yo estaba acostado.

Inmediatamente me escondí tras un arbusto que estaba cerca y esperé que no me encontrara. No puedo encararlo, aún no.Observé cómo comenzaba a buscarme entre el pasto y a caminar demasiado cerca al arbusto en el que estaba refugiado. Seguí sus pasos cautelosamente. "Mein Gott! ¿Se supone que soy el gran Alemania? ¿eSCONDIDO TRAS UN BIRRIOSO ARBUSTO? ¡Estoy sorprendido de que Italia no me notara inmediatamente!" pensé mientras el seguí buscándome. 

Comenzó a correr cansado hasta la otra parte del campo pero antes de que se alejara demasiado del arbusto. Lo vi tropezar con torpemente con un tronco pequeño. Se iba a caer así que rápidamente corrí para evitar eso. Con un ruido sordo caí de lleno sobre el suelo e Italia terminó de tambalearse sobre mi cuerpo. Accidentalmente lo miré fijamente a los ojos, mi cara comenzó a enrojecer.

-¡Lo, lo siento! Yo sólo quería...sólo trataba de que no te lastimaras- dije avergonzado y gentilmente comencé a moverlo de encima.

-Germania! ¡Estaba tan preocupado cuando saliste corriendo! ¡Gracias al cielo no te fuiste!- dijo abrazándome.

-Feliciano...disculpa por haberme dejado llevar así, es que no me pude controlar-

-Ah...oh, jaja. Va bene! Cla-claro, porque eres hombre. Es natural tener necesidades y cosas como esa...

-NEIN! Oh ¡¿en serio sigues sin entender cómo me siento?!- grité, haciendo que me mirara de frente.

-¿...qUÉ?

-Yo...yo estoy enamorado de ti, Italia.  He estado enamorado de ti desde hace mucho. Ya no puedo reprimir esto que me hace ir y tomarte porque eres tú ¡¿Cómo te sentirías si la persona que amas siempre está cariñoso a tu lado, inconsciente de lo fuertes que son tus sentimientos por ella?!- confesé con honestidad, mi cara arde.

Italia me miró, tiritó y luego comenzó a llorar excesivamente.

-Eh, Feliciano, por favor no llores. Lo siento, no debí soltar todo eso. Estoy siendo egoísta, no necesitas aceptar mis sentimientos sólo por...- traté de continuar pero Italia tapó mi boca con sus manos.

-No, no Ludwig. No es eso por lo que estoy llorando. Son lágrimas de alegría- me dijo, elevando el rostro y mostrándome sus ojos llorosos acompañados de una hermosa sonrisa.

-¿Alegría?-pregunté un poco titubeante.

Italia se sonrojó y sacudió su cabeza de arriba a abajo. Entonces me abrazó fuerte y besó mi mejilla.

-Ti amo Germania, también te amo- susurró en mi oído, rozando mi cuello- te he amado desde hace tanto que por eso era tan afectivo contigo. Sólo quería estar cerca de ti. Además, es común que los italianos demuestren su afecto con acciones~

Me sonrojé y sonreí felizmente contra el cabello de Italia que se frotaba en mi barbilla. Por fin, las palabras que había querido escuchar, la persona que había querido tener desde hacía mucho. Toda esta felicidad y no es un sueño... o al menos espero que no lo sea. Me di un pellizco, gruñendo por lo bajo como queja. Italia me miró curioso.

-Disculpa, sólo quería comprobar algo- le dije, mientras le levanté de la barbilla u lo besé con algo de brusquedad. Ya no me voy a contener más. Italia jadeó cuando lo dejé respirar, luego me miró con deseo, sus manos apretadas en mi cintura.

-Alemania...- susurró suavemente. Le vi para luego jalarlo hacia mi regazo, en medio sobre el espacio libre de campo.

-Feliciano, Ich Liebe dich- dije con suavidad y lo besé de nuevo, apasionado.

Notas del autor:

Ciao amici! Gracias por apoyarme y leer este fanfic, y disculpen por tardar en actualizar! Mi cerebro ha estado del culo. Tengo tengo más cosas planeadas así que ¡esperen por estas!

Arrivederci~

-Olives.

N/T: Espero les haya gustado. Sé que no es de las mejores historias que pueda traducir pero me gustó por su simpleza y su humor manso  xd

Hasta la próxima.