Kuan había tardado dos horas de reloj para decidir qué se pondría en su cita con Cheng. Al final acabó eligiendo unos jeans con grandes rotos en las rodillas, con un gran jersey delana gris y unas gafas de montura redonda. Llegó diez minutos tarde. Corrió desde su casa, hasta doblarla esquina del cine, y detenerse en seco. Cheng ya estaba allí, esperándolo apoyado contra el muro de ladrillos. El sol se reflejaba en su cabello negro y arrancaba destellos de su piel pálida. Vestía unos pantalones negros y unacamisa blanca que le quedaba demasiado grande. HaiKuan sonrió, era demasiado hermoso.

Caminó hacia él, intentando normalizar su respiración tras la carrera. Tenía miedo de que el Omega estuviera enfadado por su retraso (el del tiempo),pero, cuando sus miradas se cruzaron, él sonrió, y fue la sonrisa más bonita del mundo.

"Siento llegar tarde".

"No importa, la película comenzaba a las seis y veinte. Aunque tendrás que compensarme por dejarme sin palomitas, no tenemos tiempo para comprar".

Kuan asintió, realmente aliviado porque el Omega no se haya enfadado con él, no quería cagarla en su primera cita. Su primera cita, qué bien sonaba aquello. Esperaba que fuera también la primera de muchas.

Se dirigieron a comprar las entradas, les atendió un simpático Beta que no dejó de sonreirle a Cheng en ningún momento. Kuan frunció el ceño.

"Aquí tienes tu cambio, lindo". Dijo el chico y le guiñó descaradamente un ojo.

Kuan sintió su pecho vibrar en un suave gruñido. Él no era así, era una persona alegre y tranquila, los celos no iban con él, pero con Cheng... Era diferente. Había salido con otros Omegas verdaderamente hermosos, pero ninguno se acercaba minimamente al de sonrisa tímida y manos finas.

Cheng rió suavemente, aquel gruñido no le había pasado desapercibido. Kuan no dijo nada, pero él sabía que estaba celoso. Le pareció adorable. Cuando el cajero le dio las entradas, se giró y se puso de puntilla para dejar un casto beso sobre la mejilla del Alfa.

"¿Vamos, cariño?".

La cara de Kuan no tuvo precio. Boqueó como pez fuera del agua y abrió los ojos en desmesura. Si no hubiera sido porque Cheng le agarró de la mano y tiró de él, se habría quedado clavado en el suelo, bloqueando la cola. Pero feli, muy feliz. No le preguntó porqué lo había hecho, el cálido cosquilleo que le recorría la mejilla allí donde los suaves labios de Cheng se habían posado le impedía pensar con claridad. Lo único que tenía claro, era que quería que se repitiera.

Zhou Cheng parecía verdaderamente un fan de la saga. Se reía cuando tenía que hacerlo y se emocionaba en las peleas. Cuando Optimus Prime estuvo apunto de morir, agarró el brazo de Kuan y no lo volvió a soltar en toda la película. Kuan no se enteró de nada. Solo podía contemplar embobado las reacciones del Omega, con una imborrable sonrisa estúpida en la cara.

"¡Ha sido impresionante! ¿Has visto cuando ha agarrado ese camión y lo ha lanzado? Y todo ha hecho ¡Pum!".

Cheng tendía a gesticular mucho cuando hablaba de algo que le gustaba. Saltaba emocionado al lado de Kuan, que solo le miraba con ternura.

"¿Cuál ha sido tu parte favorita?".

"Tú". Dijo con sinceridad.

Cheng se sonrojó y dejó de saltar. Comenzó a caminar a un lado de Kuan, mirándose tímidamente los pies. El Alfa sonrió, acababa de descubrir que le encantaba mirar a Cheng avergonzado. En un arranque de valor, se atrevió a sostener la mano del Omega. Ninguno dijo nada, los latidos de sus corazones hablaban por ellos.

"Oye, te invito a cenar". Dijo Kuan, deteniéndose en la entrada del cine. "Ya sabes, por las palomitas".

El verdadero motivo, era que no quería despedirse aún de él.

Cheng sonrió ampliamente.

"Solo si invitas tú". Bromeó.

Kuan se rió y tiró de él.

"Vamos".

En ningún momento se soltaron de las manos, ni siquiera cuando llegaron a la puerta de la hamburgesia.

"Quiero una hamburguesa vegetal sin cebolla, patatas fritas deluxe y Coca Cola para beber".

Hablaron dos voces al unísono cuando la camarera fue a tomarles nota. Cheng y Kuan se miraron sorprendidos y la chica rió, cubriéndose la boca tímidamente.

"Son adorables".

La pequeña Omega se retiró y ellos se miraron avergonzados.

"¿Estás estudiando algo?". Preguntó Cheng, rompiendo el silencio.

Kuan negó.

"Estoy trabajando de camarero,  quiero ahorrar para alquilar un apartamento".

"¡Wow, me encantaría vivir sólo! En mi casa empezó a haber sobrepoblación apartir del quinto niño"

Kuan le miró sorprendido.

"¿Tienes cinco hermanos?".

"En realidad somos siete, pero mi hermana mayor ya no vive con nosotros ocho si contamos a Tarta de Huevo, es nuestra gatita. Vivimos todos juntos en una pequeña casa con nuestros padres, tengo que compartir habitación con los mellizos".

"¡wow! Y yo que me estreso cuando mi mamá entra sin llamar a mi habitación. Lo tuyo debe ser una locura".

"A veces es horrible, no existe la privacidad. Pero somos una familia muy unida, y se me haría raro despertarme sin que hayan dos niños traviesos rebotando en mi colchón".

Ambos sonrieron.

"¿Tú vives solo con tus padres?".

"En realidad, sólo con mi padre. Mis padres se divorciaron hace años. Tengo un hermano mayor, pero vive en Estados Unidos. Hace mucho que no lo veo".

Cheng frunció el ceño, intentando imaginarse vivir sin el jaleo de su numerosa familia, sin las peleas por el mando de la tele o por la última tostada. No pudo.

"Eso suena solitario".

Kuan se encogió de hombros.

"Zhan suele pasar más tiempo en mi casa que enla suya, es como una mascota, me hace compañía".

Los dos rieron. Cheng miró a la persona que se sentaba frente a él, sintiendo un extraño calor paso a abrirse en su pecho. Era malditamente guapo, y su risa era adorable. Su aroma era intenso, y le hacía sentir como en casa. Su lobo gruñó.

"Bueno, ahora me tienes a mi".

Y ninguno de los dos dijo nada más, porque la camarera regresó con la comida.

Kuan pagó, como había prometido.

"Te acompaño a casa".

Volvieron a unir sus manos mientras caminaban bajo la luz de las farolas, mientras charlaban de todo y de nada. Sentía que con Cheng podrá perderse y no importaría, porque su lugar era junto a él. Cuando llegaron frente a la casa del Omega, las luces aún estaban encendidas. Se podía escuchar el jaleo de una ruidosa familia desde el exterior.

"Bueno, supongo que... Debería marcharme".

Dijo eso, pero sus manos aún sostenían las de Cheng, y sus ojos parecían haberse anclado en  los finos labios del menor.

"Ajá... ". Casi susurró.

Kuan quería besarlo, pero no estaba seguro de dar el primer paso. Por suerte, Cheng no tenía dudas. Se sostuvo de los hombros del Alfa para buscar soporte y se estiró, para rozar los labios con los de Kuan. Dos fuertes manos sostuvieron su cintura, y el beso se sintió más íntimo en cuestión de segundos. Ambos se sentían embriagados, como si sus bocas hubieran sido creadas para encajar a la perfección y toda su vida hubieran estado buscándose. Se habían encontrado, y ya nada podría separarles.

"¡Mamá, Cheng-Ge está besando a un chico en la puerta!".

Nadie salvo, quizá, esa voz infantil que le sobresaltó.

"¡A-Ying! ¿¡Qué te he dicho de espiar por la mirilla?!". Le respondió furiosa una mujer.

Cheng rió, su familia no tenía remedio.

Miró a los ojos brillantes del Alfa y sonrió. Puede ser que lo quisiera.

"¿Te apetece pasar?".

Kuan tragó saliva, sentía como si estuviera cometiendo la mayor locura del mundo. Finalmente, asintió.

Aquella noche, un alegre Alfa pasaría una prueba de fuego. Una prueba que le permitiría ser aceptado en la familia Wang y comenzar su vida junto a su Omega.

Xnnsnfa KuanCheng mi religión 🛐
Xdxd

El siguiente extra será ya con el ZhanYi (>^ω^<)  de protas again xd

Nos vemos~ cuidense ❤