"¡Zhan!".

Detuvo sus pasos cuando escuchó la voz más bonita del mundo pronunciar su nombre. Una sonrisa automática se dibujo en sus labios al tiempo que se giraba y veía correr al pequeño Omega hacia él.

"Buenos días, Zhan".

Los brazos de Yibo lo rodearon momentaneamente, y el calor se expandió por su pecho. El dulce aroma del Omega le envolvió, mejorando su mañana al instante. Definitivamente, podría acostumbrarse a eso.

"Buenos dias, BoBo". Respondió cuando el contacto se rompió.

Los dos chicos continuaron juntos su camino a clase, charlando sobre lo deliciosas que estuvieron las magdalenas de Yibo del día anterior, mientras todos y cada uno de los estudiantes que estaban en el pasillo contemplaban la escena incrédulos. Los cuchicheos y las miradas indiscretas les precedían, y es que, no todos los días se veía al estudiante más dulce y más deseado de todo el instituto abrazar al Alfa más temido. Aquello era como ver a un conejito darle la patita a un tigre;  antinatural. Aquella amistad iba contra todas las leyes naturales de los círculos sociales adolescentes. ¿El marginado y el popular? ¿Esto qué es, una novela cliché de wattpad?

Cheng ya estaba en clase esperando a su mejor amigo con una sonrisa, que lentamente se desvaneció al verlo entrar charlando amistosamente con Zhan. Cuando el rubio le vio, le dedicó una gran sonrisa y se dirigió hasta él, arrastrando al Alfa a su lado.

"ChengCheng, él es Zhan-Ge. Zhan, él es A-Cheng. Seguro que nunca se han presentado". Habló Yibo animadamente.

"No, nunca había tenido el... Placer". Dijo Cheng con notable ironía.

Zhan quería alejarse lo más pronto posible, no le gustaba conocer gente nueva, y que el amigo de Yibo lo mirase como si fuera un secuestrador de niños en una furgoneta blanca, tampoco ayudaba. Pero Yibo se veía tan feliz, tan ilusionado, como sus pequeños ojos brillando de felicidad, como si nada le hiciera más ilusión que presentarlos, como si de verdad él le importara. Aquel niño era su perdición. Zhan se obligó a poner su expresión más neutral y a mirar a Cheng.

"Encantado".

El chico lo miró como si le hubiera salido otra cabeza.

"Igualmente... ". Respondió desconfiado.

Yibo aplaudió alegremente.

"¿Ves, Cheng? Te dije que Zhan era genial".

Cheng asintió sin convección, no queriendo discutir con su amigo. Mientras, Zhan sólo podía pensa en que Yibo creía que era genial. No pudo evitar sonreír , aunque, cuando se dio cuenta de que Cheng le observaba con el ceño fruncido,  volvió a su expresión neutral.

Cuando el profesor Yu entró a clase, Zhan volvió a su sitio y Yibo tomó asiento junto a Cheng.

"¿Estás loco? ¿Ahora eres su amigo?". Preguntó Cheng  entre susurros mientras el profesor escribía en la pizarra.

"Sí, lo soy. ¿Tienes algún problema?".

El tono de Yibo dejaba en claro que, como la respuesta a aquella pregunta fuera errónea,  iba a tener problemas. Y muy serios.

"No, es solo que... No me gusta. Hazme caso, BoBo, Zhan no es de fiar".

"Estoy harto de tus 'No es de fiar', Zhuo Cheng ,eso no son más que prejuicios". Que le hubiera llamado por su nombre completo no era una buena señal.

"Lo siento, Bo-Di, es que no me da buena espina... ".

"¡Pero no es pescado, no tiene que darte ninguna espina!". Respondió haciendo un puchero frustrado.

Cheng reprimió una risa, su amigo no tenía remedio.

"¡Tengo una idea!". Exclamó de pronto Yibo.

Quizá lo hizo demasiado alto, porque toda la clase se giró hacia él, incluyendo el señor Yu.

"¿Le gustaría compartir esa idea con el resto de la clase, señor Wang?". Preguntó el profesor.

Las mejillas del Omega se tiñeron de un potente rojo, bajó la mirada avergonzado y empezó a jugar con sus manos.

"Lo siento mucho, señor Yu, no volverá a ocurrir". Se disculpó con voz suave.

Yibo estaba despertando el instinto protector de los Alfas y Betas del aula, incluído el profesor, que le regaló una sonrisa tranquilizadora.

"No se preocupe, todos nos despistamos de vez en cuando".

Yibo le devolvió una enorme sonrisa y un efusivo asentimiento de cabeza.

"BoBo, tienes suerte de ser tan adorable, así nadie se da cuenta de que, en realidad, eres un desastre".

Los dos amigos rieron bajito.

"Cuéntame esa idea, anda".

"Tenemos que salir los tres, ir a algún sitio juntos. Así verás que Zhan no da nada de miedo, y que es un chico estupendo". Yibo sonrió ilusionado, convencido de que, a lado de su idea, la cura de la malaria era una nimiedad.

"Oh, no, no, no. Ni hablar. Y, ¿Desde cuando le llamas Zhan con tanta familiaridad?".

Las mejillas de Yibo volvieron a teñirse de rojo y desvío la mirada.

"Desde ayer, él ha empezado a llamarme BoBo". Dijo y sonrió suavemente recordando el momento en el que el Alfa lo llamó así por primera vez. Aún quería saber en qué pensaba cuando lo hizo.

"Oh Dios mio". Dijo Cheng separando mucho las palabras. "Te gusta, ¿verdad?".

Las mejillas de Yibo se encendieron aún más si era posible y abrió los ojos desmesuradamente.

"¿¡Qué?! ¡No!".

"No me mientas, Yibo, te conozco mejor que tú mismo". Cheng resopló rendido. "Será mejor que organices esa salida, tengo que decirle unas cuantas cosas a ese Alfa descerebrado. Como te haga algo malo, se las verá conmigo".

"Cállate Cheng".

Yibo estaba estremedamente avergonzado. A él no le gustaba Zhan , no, nope, para nada. Zhan sólo era un amigo, un amigo que le ponía nervioso y que hacía que unas agradables cosquillas viajaran desde sus pies hasta su cabeza, dejando una dulce sensación a su paso. Nada especial.

Yibo miró al lugar en el que se encontraba el Alfa, topándose de lleno con ojos negros. Zhan sonrió y él volvió a mirar la pizarra rápidamente, avergonzado. La suave risita de Cheng se escuchó de fondo.

Puede que le gustara Zhan, sólo un poquito.

Xd será que solo le gusta "un poquito" xD

Espero que les haya gustado este capítulo :3 ♡

Adivinen quien se vacunó xd y superó su fobia a las agujas
(／・ω・)／  io :3 xD

Nos vemos, cuidense ~♡