"¿En serio vas a dejar que ese Alfa entre a tu casa?"

Zhuo Cheng le miraba con el ceño fruncido, intentando parecer serio, pero la boca llena de sandwich de atún y las comisuras manchadas de mayonesa no le eran de ayuda.

"Traga antes de hablar, burro". Se quejó Yibo limpiando con la manga de su camisa los restos de pan que su amigo le había escupido en la cara.

Cheng tragó y se limpió la boca.

"En serio, BoBo. No me gusta,  no me gusta nada. Zhan da miedo, se comporta como si odiara todo lo que le rodea".

"¿Qué es lo peor que podría pasar? Solo vamos a hacer un trabajo juntos".

"¿¡Que qué es lo peor que podría pasar?! Rubio, si aparecer en primera plana en los periódicos locales como 'Chico descuartizado por psicópata homicida',  no me vengas llorando, porque yo te lo habré advertido".

"¿Cómo se supone que iba a ir llorando si estoy...? Mira, déjalo. Estás siendo exagerado, además, Zhan nunca a hecho nada para que pienses así de él, aparte de ser tremendamente serio. ¿Algunas vez has hablado con él? Yo el otro día lo hice y sigo vivo. No seas prejuicioso, Cheng".

"Bueno, bueno, pero, si mueres, me quedaré con tu play".

Yibo rió y negó con la cabeza.

"No tienes remedio".

En realidad, Yibo mentiría si dijera que no estaba nervioso, y quizá, un pelín asustado. No había visto al Alfa en todo el día, pero habían acordado verse aquella tarde en  casa del Omega para comenzar el trabajo.
Afortunadamente, el día anterior habían intercambiado números de teléfono y Yibo podía simplemente mandarle un mensaje con la ubicación.

Yibo;

Ge, no ha venido hoy a clases, ¿sigue en pie lo de esta tarde? 

Yibo;

Le mando la dirección de mi casa por si acaso :3.

Yibo a mandado una ubicación.

Zhan;

Ok.

Yibo frunció el ceño ante tan escueta respuesta, pero no le dio demasiada importancia. Si tan solo hubiera sabido que, si Zhan no había aparecido en el instituto aquel día, era porque estaba demasiado nervioso por verse con él después de clases.

Eran las cinco y doce minutos exactos, dos minutos tardes de la hora acordada. Zhan se maldijo internamente, quizá ese día debería de haber hecho una excepción y dejado que el chofer lo llevara. Había perdido el bus y tuvo que correr desde su casa hasta la del Omega en la otra punta de la ciudad. Y no había nada que Xiao Zhan odiara más que correr. Llegó a casa de Yibo jadeante y sin respiración,  aunque no sabía muy bien si era a causa de la carrera o por su nerviosismo por encontrarse con el menor.

Yibo vivía en una casa modesta, muy pequeña si la comparábamos con la enorme mansión de Zhan,  pero tremendamente acogedora. Contaba con dos pisos de fachada blanca y un porche de madera pintada de celeste, con la barandilla adornada por maceteros de geranios de color rojo intenso. Zhan se acercó, las manos temblando y el pulso acelerado,  esta vez sí estaba seguro de que la carrera no tenía nada que ver con sus acciones. La madera del porche crujió bajo sus robustas botas militares, estuvo unos minutos de más observando la desconchada pintura del banco columpio del porche antes de atreverse por fin a pulsar el timbre.
Pasaron un par de minutos en los que Zhan se planteó volver a salir corriendo antes de que se escuchara un estruendo tras la puerta y el sonido de pasos acercándose le indicara que ya no había marcha atrás.

Zhan recompuso su expresión a una de indiferencia fingienda cuando la puerta se abrió por fin, aunque rápidamente se volvió a un gesto de confusión al no ver a nadie del otro lado.

"¿Quién eres tú?".

Una voz fina y chillona atrajo su atención hacia el suelo, donde un pequeño niño le observaba desde abajo con la curiosidad reflejada en su infantil rostro. Zhan frunció el ceño, ¿se había equivocado de dirección?

"¿Esta es la casa de Wang Yibo?".

El pequeño sacudió la cabeza energéticamente. Su pelo negro se movió arriba y abajo siguiendo el movimiento de su cabeza. El niño tendría seis años como mucho, aún no se había presentado. Su piel era pálida y unas mejillas redondeaban su rostro.

"¿Para qué buscas a mi hermano?".

Zhan abrió la boca sorprendido, pero, antes de que pudiera decir nada, una voz se adelantó.

"¿Con quién hablas, YiTing?".

"Aquí hay un chico que te busca BoBo".

"Te he dicho mil veces que no abras la puerta. ¿Qué es lo que tienes que hacer?".

"Avisarte a ti primero".

"Exacto".

Zhan observaba aquella familiar escena incapaz de moverse de su sitio. Yibo había aparecido con el pelo revuelto y ropa de estar por casa, unos holgados pantalones a la rodilla y la sudadera rosa pálido, viéndose tan natural y hermoso que le cortó la respiración. Sencillamente adorable. Había cogido al pequeño niño entre sus brazos y le hablaba con cariño,  reprimiéndole con dulzura y una suave sonrisa en sus abultados labios. Los ojos de Yibo se posaron avergonzados sobre Zhan que aún esperaba en el porche.

"Lo siento mucho, Ge. Se me ha hecho algo tarde". Se disculpó tímidamente.

Zhan negó, recomponiendo su fachada despreocupada e indiferente.

"¿Quién es,quién es,BoBo?". Preguntó el niño, posando su pequeña mano en la mejilla del Omega.

"Es Zhan-Ge, vamos a hacer juntos un trabajo de clase, así que necesito que vayas a jugar a tu habitación y no hagas mucho ruido, ¿si?".

"¿Puedo jugar con mi camión nuevo?".

Yibo asintió con una sonrisa y dejó al niño en el suelo. En cuanto los pies del pequeño tocaron la fría madera, salió corriendo hacia el piso de arriba gritando "¡Soy un bombero, niiiiii nooooo, niiiiii nooooo!". Yibo rió suavemente mirando con cariño a su pequeño hermano. Zhan no sabía muy bien qué hacer.

"Lo siento, Ge. Se suponía que YiTing no estaría, pero mi madre vendrá tarde de trabajo, y tengo que cuidarle".

"No... No importa".

"Puedes pasar".

Yibo se hizo a un lado con una suave sonrisa, invitando al Alfa a entrar en su casa. Zhan entró, observándolo todo,  sintiéndose fuera de lugar. Su madre habría torcido el gesto y habría dicho que su voz de nueva rica estirada y presumida "Menudo montón de muebles de mercadillo". Pero, mirara donde mirara, Zhan sólo podía ver la escencia de una familia cariñosa,  de esas que llenaban las paredes con fotos de sus hijos, y cuadros con frases motivadoras. Cuando Yibo lo miraba, se permitió sonreír viendo una foto del Omega de pequeño. Todo mejillas sonrojadas y rizos alborotados, tremendamente adorable.

"¿Vamos, Ge?".

Yibo siguió a Zhan hacia el interior de la casa, hasta el salón, donde montones de libros y un portátil los esperaban sobre un gran mesa de madera. Sinceramente, esperaba que ese trabajo se alargara mucho,  lo suficiente como para grabar al rubio en su retina.

¡Nuevo capítulo! >///<

¿Les gustó?

Por cierto, el hermano menor de Yibo es el niño que hace de A-Yuan de niño uwu zikzi YiTing es una cosita tan linda!! >//< xd

Bueno, me calmo uwu nos vemos en otra actualización~❤