final
Jungkook tuvo que esperar un
angustioso día entero hasta poder
volver a ver a Jimin. El omega llegó
tarde a clase, arrastrando los pies,
con la piel pálida y sin brillo, el pelo
desordenado y profundas ojeras
bajo sus ojos. El olor de la tristeza
era tan intenso que la temperatura
del aula descendió un par de
grados. Ni siquiera el profesor
se atrevió a reclamarle por la
tardanza, parecía estar a punto de
quebrarse. Jungkook quería pegarse
un tiro por eso.
Jimin se había tomado dos
supresores esa mañana y se había
obligado a salir de la cama. Él no
era así, él no dejaba que nada
arruinara su buen humor, no
importaba lo mucho que doliera
ver a Jungkook sentado en su sitio
de siempre, con la vista clavada
en su persona. Jimin y su orgullo
malherido hicieron todo lo posible
por ignorar al alfa y a su delicioso
olor masculino que le evocaba
dolorosos recuerdos de unas
manos grandes recorriendo cada
rincón de su cuerpo desnudo y
haciéndole suspirar. Maldijo en voz
baja, debía olvidarse de Jungkook. No
podía hacer nada si el alfa le había
rechazado. Y volvió a maldecir,
porque él nunca maldecía.
Caminó hacia su mesa y se sentó al
lado de Taehyung, que lo miró con
preocupación.
- ¿Cómo te encuentras? - Preguntó.
- Estoy bien.
Y sonrió, la sonrisa más rota del
mundo.
Taehyung fingió creerle y él
suspiró agotado intentando
poner algo de atención en la
clase. No podía permitirse que
sus notas bajaran, eso nunca.
Aunque era verdaderamente difícil
concentrarse cuando podía sentir
la mirada de Jungkook clavada en su
nuca, casi como un contacto físico
real.
Sabia que su aspecto no era el
mejor, y que estaba llamando la
atención de muchos a su alrededor.
Incluso el señor Choi, que
normalmente tenía predilección
por él para hacer preguntas sobre
la materia, había decidido darle
su espacio, ignorándole durante
toda la clase. Se lo agradeció
mentalmente de todo corazón.
Jungkook no podía apartar la
mirada de la enmarañada
cabellera de Jimin, estaba en
tensión, forzándose a mirar la
pizarra, ignorándole deliberadamente.
Tenía que encontrar el momento
justo para hablar con Jimin, para
poder decirle que sentía haberse
marchado, que lo amaba y que
nunca se iría de su lado, pero las
manecillas del reloj parecía reírse
de él, moviéndose con una lentitud
exasperante. Jungkook nunca fue
un buen alumno, pero aquel día
ni siquiera fue consciente de qué
asignaturas estaba teniendo. Ni
siquiera se molestó en sacar los
libros de la mochila, lo que fue algo
bueno cuando sonó el timbre y solo
tuvo que levantarse para dirigirse
rápidamente hacia el omega.
Jimin no necesitó ver a Jungkook para
saber que se acercaba, su olor era
intenso y podría reconocerlo a
kilómetros de distancia, ahora más
que nunca.
- Lo siento Tae, tengo prisa.
Sin esperar respuesta de su amigo,
salió corriendo de la clase, en
dirección a la cafetería.
-¡Jimin!
Escuchó a Jungkook llamarle, pero
hizo su mejor esfuerzo para
ignorarlo. Aprovechó su baja
estatura para fundirse con la marea
de estudiantes que se dirigían a
la cafetería. Ese día se sentaría
con Jaebum y Jackson, Jungkook
no se acercaría a él delante de
tanta gente. Ese pensamiento le
dolió, empezaba a pensar que
quizá el alfa se avergonzaba de
él. Desechó aquello de su mente
y siguió caminando hasta llegar a
la doble puerta de la cafetería. Por
suerte, sus amigos alfa y beta eran
siempre los primeros a la hora de
almorzar y ya estaban sentados
en su mesa habitual con un grupo
de chicos, comiendo y charlando
animádamente. Jimin corrió hasta
llegar a ellos.
- Hyungs, ¿puedo comer hoy aquí? -
Preguntó tímidamente.
Jackson y Jaebum se miraron
dudosos, aún tenían muy presente
la amenaza de Jungkook. Aunque
al final aceptaron. Nadie sería
capaz de rechazar a Park Jimin,
nadie salvo Jungkook, visto lo visto.
Los siete chicos se movieron para
hacerle sitio al omega. A algunos
ya los había visto antes, eran en
su mayoría alfas y betas, aunque
también había un omega muy
simpático llamado Mark.
Jimin ni siquiera había ido aún a
por su almuerzo, cuando Jungkook
entró a la cafetería. Barrió el
lugar con la mirada y, cuando lo
encontró, se dirigió hacia él con
paso firme.
- Jimin, ¿podemos hablar? -
Preguntó serio, ignorando la
presencia del grupo de amigos.
Jimin tragó saliva, ni siquiera lo
miró.
- Ahora no, hyung.
Aquel hyung le dolió más que el
puñetazo de Taehyung.
- Por favor, Jiminie, yo…
Jimin tembló ligeramente y sorbió
su naricita. No lo podía controlar,
los supresores no eran suficiente,
seguía en celo y era doloroso tener
que luchar contra su lobo para no
avalanzarse sobre Jungkook y
frotar la nariz en su cuello.
- Te ha dicho que ahora no
¿estás sordo acaso?
Jaebum no sabía qué le había
impulsado a cometer aquella
locura. Quizá hubiera sido la
seguridad de que superaba en
número a Jungkook si empezaban
una pelea o quizá Jimin era la cosita
más bonita que había visto nunca
y verlo llorar era horrible, pero se
encontraba encarando al alfa más
temido de todo el instituto y el
que le había amenazado si volvía a
acercarse al omega, y ya no había
marcha atrás.
- Apártate, estoy hablando con
Jimin. - La voz de Jungkook era
severa, como una orden sin
posibilidad a discusión.
- Pero él no quiere hablar contigo.
Jaebum dio un paso al frente,
acercándose al furioso alfa. En
aquel momento, todos los amigos
del beta estaban de pie, en actitud
defensiva, esperando el próximo
movimiento.
- Hyung, basta. Hablaré con él. -
Intervino Jimin.
Jaebum frunció el ceño.
-¿Estás seguro, Jimin?
El omega asintió y dio un paso al
frente, traspasando la barrera que
suponía el cuerpo del beta.
Jungkook se sintió infinitamente
aliviado, aunque la mirada clavada
en el suelo de Jimin y sus pequeñas
manitas temblorosas le dolieron
como el infierno. Sostuvo su brazo
y los apartó de la mesa de Jackson
y Jaebum, que aún seguían
vigilándoles.
- Jimin, lo siento tanto. - Dijo una
vez se hubieron separado de los
demás.
Jimin miró por primera vez a Jungkook
a los ojos, una mirada apagada y
pasada por agua.
-No tienes porqué disculparte.
- Sí tengo, ¡claro que tengo! Te
dejé solo, abandonado. Y yo solo
quería…
- ¿Por qué lo hiciste?- Interrumpió
Jimin con la voz rota. Le estaba
suponiendo un verdadero esfuerzo
aguantar las lágrimas.
- Tenía miedo.
-¿De qué? ¿De enlazarte con
alguien a quien no amas?
La primera lágrima rodó por la
abultada mejilla de Jimin.
- ¡No! Tenía miedo de que la
gente ya no te tratara igual por
relacionarte conmigo, de que te
arrepintieras de haberme hablado
alguna vez. De no ser suficiente
para ti.
Jungkook llevó su mano a la mejilla
de Jimin, secando aquella lágrima
solitaria.
- Esa fue la mejor noche de toda mi
vida. - Dijo sinceramente, mirando
directamente aquellos cristalinos
ojos que estaban torturándole.
Pero Jimin miró de nuevo al suelo y
retrocedió un paso, alejándose del
toque de Jungkook.
-Lo siento, hyung.
Negó con la cabeza, reflejando en
aquel gesto todo el dolor que había
sentido.
Jungkook sintió la ansiedad crecer en
su interior.
- Espera,Jiminie. ¿Qué puedo
hacer para que vuelvas a confiar en
mí? - La desesperación en su voz
era apremiante, pero se negaba a
perder a Jimin.
Entonces, guiado por un impulso
inexplicable, decidió borrar todas
las inseguridades.
Jimin observó incrédulo como
Jungkook se acercaba a la mesa más
cercana y se subía a ella, ignorando
al grupo de chicas que comía
tranquilamente.
Todo el mundo miró a Jungkook y
comenzó a susurrar curioso.
- ¡Eh, prestadme atención!
Automáticamente, toda la cafetería
se sumió en un profundo silencio.
Para la mayoría de los presentes,
era la primera vez que escuchaban
a Jungkook hablar.
-No conozco al noventa y nueve
por ciento de los que estáis aquí,
aunque seguro que vosotros
sí sabéis quién soy yo. Soy Jeon
Jungkook el problemático,Jeon
Jungkook el huérfano, Jeon Jungkook
el de las peleas en los bares. Pues
bien, estoy aquí para deciros: ¡que
no me conocéis una mierda! Yo solo
soy Jeon Jungkook, el que está
locamente enamorado de Park Jimin.
-Toda la cafetería contuvo la
respiración al mismo tiempo, mientras
los ojos de Jimin se empañaban. - La
he cagado, la he cagado pero bien
con él, porque soy un cobarde,
porque creia que no me merecía
estar con alguien tan maravilloso
como él, hice algo malo y acabé
hiriéndonos a los dos. Y quiero que
me perdone, por él, por mí, por
nuestros lobos. Porque lo nuestro
es más que un enamoramiento
adolescente, un simple capricho
pasajero. Tú también lo sientes,
¿no, Jiminie? Somos compañeros,
y no hay manera de luchar contra
eso. Esta vez quiero hacer las cosas
bien. Nada de observarte desde
la distancia, nada de ahuyentar a
los babosos a tus espaldas, nada
de huir cuando más me necesitas.
Park Jimin, eres lo mejor que me
ha pasado en la vida y quiero
que seas mío, y quiero ser tuyo,
porque ambos nos pertenecemos
mutuamente. ¿Quieres salir
conmigo?
Jimin sentía como si un millar de
mariposas hiperactivas hubiera
comenzado a revolotear en la parte
baja de su estómago. Las lágrimas
ya escurrían sin control por su cara,
y una enorme sonrisa se había
dibujado en sus labios. Asintió,
porque no era capaz de formular
palabra. Se sentía en una nube.
Había perdonado a Jungkook, claro
que lo había hecho, había acabado
con todas sus dudas de la mejor
forma posible.
Jungkook descendió de un salto y
corrió hacia él, estrechándolo
protectoramente entre sus brazos.
Se miraron a los ojos y sonrieron.
Jungkook se sentía realmente
afortunado de tener al chico más
hermoso del mundo a su lado, con
sus mejillas sonrojadas, bañadas
por las lágrimas y su hermosa
sonrisa. Finalmente unió sus labios
en un hambriento beso que se
cortó cuando ambos sonrieron aún
con los ojos cerrados, disfrutando
del momento. Los aplausos del
resto de alumnos de la cafetería
sonaban de fondo.
(...)
Holis ! Cómo pueden ver se el final,pero no sé preocupen aún falta el epílogo y unos extras ! ❤️
Quiero agradecerles por el apoyo que le han dado a esta bella Adaptación 🤗✨
De paso comentarles que estaré publicando otras cuando termine con esta por si les interesa ✨❤️
Y si pudieran compartir la historia me harían muy feliz y me ayudarían a que está bella historia llegué a mas personas.
Si mas muchísimas gracias ❤️😊
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