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seis


Era sábado, y TaeHyung debía de confesar que se había despertado tarde una vez más debido a que se había pasado la noche en vela jugando con su mejor amigo. Su padre alfa incluso había tenido que venir a pedirle que bajase la voz una vez, escuchaba la escandalosa risita de su hijo desde su habitación. 

Pero qué más podía hacer el chico de bucles castañitos, JungKook era una persona que le hacía reír con demasiada facilidad. 

Él hubiera seguido durmiendo muchas más horas en su enorme colchón, el hecho de que el sol que entraba por el ventanal le estuviera dando directamente a su piel canela solo hacía adormecerle aún más; si aquello era posible. 

Aún así, acabó por despertar antes de lo previsto. DongSul, su padre omega; había entrado en la habitación y se había colado entre sus sábanas para acariciarle el cabello con cariño y parsimonia. -- Osito, son las doce y media pasadas... ¿No es hora de despertar ya? -- Susurró, admirando las preciosas facciones que el joven poseía. 

Muchas personas le habían criticado en esta vida por haber sido alguien completamente entregado a su trabajo, sobre todo porque era omega; supuestamente debería de ser él quien no faltase a su familia, y era consciente de que había estado mucho menos tiempo del debido en casa, con su alfa y pequeño cachorro... ya no tan pequeño en realidad. 

DongSul, a pesar de estar ausente a cada momento; adoraba a su hijo. Realmente no había nadie que quisiera más que al propio TaeHyung, y es por eso que le dolía en el alma el no haber sido lo suficientemente bueno para él, no había estado a la altura como padre; y aún seguía sin estarlo en realidad.

Muchos días en los que se encontraba con su alfa lloraba, porque la culpabilidad no se iba de su pecho. Su omega interior y él se sentían culpables de la condición del chico de ojitos almendrados color caramelo. El hecho de que Tae no hubiera desarrollado algún aroma era su culpa, el lobito de su hijo se había sentido abandonado desde temprana edad por el suyo. No hizo lo que debía en el momento adecuado, y ahora su niño tenía traumas interiorizados que le repercutían más de lo que le gustaría. 

No es como si él le contase sus preocupaciones, porque el de piel canela no se sentía con la suficiente confianza con él en realidad como para hacer aquello, por mucho que le quisiera porque se trataba de su padre. Pero si es cierto que, de vez en cuando, se lo contaba a YoongSoo, Tae se sentía bastante más arropado por su padre alfa, aunque tampoco es que le viera demasiado más porque también trabajaba muchas horas, aún así al menos convivía con él. 

Y realmente el hombre siempre le mostró gran interés y apoyo. 

De esa manera es como DongSul se enteraba de las cosas, gracias a que su marido iba contándole por encima cuando veía algo que realmente pudiera perjudicar a su pequeño; porque pasara lo que pasase siempre intentarían solucionarlo. 

No siempre lo exteriorizaba, pero TaeHyung si que en ocasiones puntuales; incluso ahora que era un joven adulto, había expresado lo acomplejado que se sentía, inferior y reemplazable. Un omega sin aroma era algo raro, e incluso inservible para muchos. 

Regañándose a si mismo, como solía hacer más a menudo de lo que le gustaría, DongSul salió de su círculo de pensamientos intrusivos al percibir como su hijo se pegaba más a él e intentaba esconder el rostro en su cuello. -- Papá... -- Murmuró aún somnoliento, pero consciente de estar despierto. 

El hombre sonrió, haciendo su mayor esfuerzo en retener las lágrimas en sus ojos a la par que estrechaba al joven contra su cuerpo, dejando que este disfrutase de su aroma a coco. -- Buenos días, osito. Papi y yo queríamos cocinar algo los tres juntos ¿Te apetece? No tomo el vuelo hasta esta tarde, me gustaría mucho pasar tiempo contigo. -- Se sinceró en voz baja, terminando por cerrar los ojos sabiendo que si seguía con sus orbes abiertos no podría cesar el llanto que se avecinaba. 

Y claro que TaeHyung aceptó, regocijándose un poquito de más tiempo en esa calidez tan poco conocida pero que tanto valoraba; esa que solo era capaz de transmitirla estar en los brazos del omega que te había engendrado. 

YoongSoo sabía que su cachorro no era para nada alguien problemático, ni siquiera en la adolescencia le había dado algún tipo de problema por su conducta. Apenas el único "pero" era lo caprichoso que a veces podía llegar a ser, y ni siquiera podía quejarse porque siempre le había parecido de lo más gracioso. 

Aún así, cuando vio a ambos omegas aparecer en la cocina teniendo una conversación amena, el alma le volvió al cuerpo. Muchas veces dudaba de si algún día el joven se iría a revelar cansado de todo este ambiente solitario que le rodeaba, pero no; su niño nunca haría aquello. 

-- Estáis realmente bonitos hoy. -- Dijo el alfa cruzándose de brazos mientras se dibujaba una sonrisa dulce en su rostro. 

Estando ahí apoyado en el borde de la encimera fue su pareja quien se acercó a él primero para depositar un besito casto sobre la sonrisa que tanto le relucía. -- Eso es porque somos los bonitos de la familia. -- Bromeó él, y para TaeHyung fue una escena tan bonita ver a sus padres sonreírse  a una distancia tan íntima; que no dudó en usar la cámara de su teléfono y capturar ese momento. 

Fue cuando le sonreía a la fotografía tontamente, amando el resultado, que una notificación apareció en la parte superior de la pantalla. 


Binie˚ʚ♡ɞ˚

TaeHyung,
necesito que vengas después del almuerzo.
Estoy entrando en celo, lo estoy sintiendo. 
12:56 pm

Ya sabes la clave del apartamento.
11282.
12:58 pm

No puedo esperar a que estés aquí...
12:59 pm




Era fin de semana, pero él no paraba nunca; por lo menos o hasta que su entrenador le obligaba a cumplir con los días de descanso. JungKook no sentía que ir pasar las horas en la piscina fuera un trabajo o algún tipo de deber con el que debiera de cumplir religiosamente; era su momento de relajación, el momento en el que su mente desconectaba y entraba en piloto automático para dejar todo ir en cada brazada. 

Era parte de su terapia personal. 

Llevaba una hora y cuarenta minutos merodeando por allí, saliendo, entrando, charlando con más compañeros de club; habían incluso jugado un corto partido de waterpolo para darle un fin al entreno.

 El vestuario, que hasta hacía unos momentos se había encontrado en absoluto silencio, se llenó con las carcajadas y risas de los chicos del club. Kook entraba  por la puerta con uno de sus colegas revolviendo sus cabellos húmedos y desordenados después de haberse quitado el gorro. 

-- ¿Qué pensáis hacer hoy? Tal vez podríamos ir a tomar algo, hace mucho que no salimos juntos ¿Una cerveza? -- Inquirió DongHyuk a la par que abría su taquilla para comenzar a sacar su bolsa de aseo para dirigirse a la ducha. 

-- ¡Sí! Por Dios, sí; lo necesito. -- Exclamó esta vez JaeBum, quien estaba al lado de JungKook. -- ¿Vienes, Kook? -- 

El nombrado, el cual ya tenía sus cosas sacadas para ir a las duchas; tomó su teléfono para revisar sus mensajes en KakaoTalk. -- Sí, claro; ustedes decidís el sitio, a mi me... da igual... -- Su voz fue perdiendo potencia y volumen al leer un par de mensajes que no esperaba en absoluto. 


Tae Pooh. 

Ggukie, 
Necesito que vengas a por mi.
18:55 pm
 

Koo, 
por favor, responde. 
19:04 pm

Miel, de verdad
estoy muy asustado y no puedo
parar de llorar. 
19:06 pm

Llamada perdida (7) 
19: 29


Bastante confundido y ansioso miró la hora en el teléfono, ya eran las 20:11; y TaeHyung hacía un buen rato que no le había enviado algún mensaje más. "Mierda, mierda, mierda" ¿Qué carajos le habría pasado a su amigo? 

El omega no era alguien de enviar ese tipo de mensajes a ligera, de hecho odiaba alarmar a las demás persona en vano; es decir, algo realmente grabe había pasado como para que el mayor llegase al punto de querer pedir ayuda de esa manera. 

-- Lo siento chicos, me tengo que ir; otro día será. Me ha surgido algo. -- Dijo con rapidez, guardando todo en su mochila, ni siquiera iba a ducharse, se cambiaría de ropa rápido y ya habría tiempo para quitarse el cloro de encima. 

Su alfa interior estaba inquieto, le sentía a la perfección aullar de vez en cuando, realmente amaba tener la conexión y el instinto protector tan desarrollado con TaeHyug, pero momentos como estos eran angustiosos cuanto menos, solo de pensar que algo le había pasado al castaño le hacían querer parar el mundo y poder protegerle. 

Cosa que era meramente imposible. 

Mientras que casi correteaba por el campus yendo hacia su motocicleta, iba llamando a su mejor amigo con la intención de saber donde se podía encontrar ahora mismo. Pero no, el teléfono de Tae ni siquiera daba señal, directamente te enviaba al buzón de voz. -- Joder. -- Susurró entre dientes, aligerando aún más sus pasos; con su mochila apenas colgada de uno de sus hombros por las prisas. 

Incluso cuando era más que consciente y sus padres le habían dado ya muchas charlas sobre le cuidado que debía de tener en el momento en el que se montase en su vehículo de dos ruedas, ahora mismo no podía ni ir despacio ni estar demasiado atento. Su cabeza divagaba sobre lo que debería de hacer, pero sobre todo; el ubicar lo más pronto posible a TaeHyung era lo más importante. 

Por eso, mientras conducía; fue que llegó a la conclusión de que debía de dirigirse a su casa primero, en el caso en el que el castaño no abriera la puerta entonces no le quedaría otra que llamar a HanBin; a lo mejor el alfa rubio sabía donde se encontraba. Era lo lógico después de todo, buscar a tu pareja, a tu lugar seguro; cuando algo te hacía sentir como el omega había descrito en los pocos mensajes. 

Realmente el azabache se esperó lo peor cuando al correr hacia la puerta todo el interior de la casa pareció en silencio y oscuro desde fuera. Chistó con su lengua, pero aún así decidió tocar el timbre con desespero. Tenía un mínimo ápice de esperanza de que su mejor amigo se encontrase allí, el cual acabó por esfumarse cuando nadie hizo acto de presencia.

-- Joder. -- Susurró exasperado por toda la situación, sacando su teléfono del bolsillo de su chaqueta negra de cuero; sus dedos moviéndose con velocidad para buscar el contacto del alfa que tan poco soportaba, pero con el cual no dudaría en contactarse si se trataba del bienestar de Kim. 

Aún así, estando a punto de iniciar la llamada con su pulgar; sus sentidos se vieron alertados al escuchar un par de pasos pesados que solo anunciaron el hecho de que por fin la puerta de madera blanca se entreabiera. 

Y a pesar de que al inicio TaeHyung lo hubiera hecho despacio, con miedo de ver a alguien que realmente no quisiera en estos momentos, tal y como sus ojitos caramelos se habían cruzado con los ajenos, acabó por abrir de par en par tan solo para tomar la muñeca de su amigo y atraerlo hacia adentro, luego cerrando al puerta y empujarlo con suavidad para que su espalda acabase contra esta. 

Aunque tuviera muchas dudas en estos instantes, JungKook no podía emitir palabra; solo podía concentrarse en la forma en la que el chico de piel canela estaba aferrado a él, llorando desconsoladamente mientras temblaba empuñando la chaqueta ya mencionada. 

Fue poco tiempo el que pasó antes de que los brazos del alfa le rodearon con cuidado, bajando la mirada hasta el suelo para poder buscar las palabras correctas en esta situación. -- Lo siento, estaba entrenando y hasta ahora no vi el teléfono; vine lo más rápido que pude. -- Le susurró, pasando la palma de su mano por la espalda. -- Estás frío... ¿Qué pasó? -- 

-- Y-yo no... No lo sé... -- Jadeó, y muy lejos de que la situación mejorase al menos un poco, el  chico de piercings tuvo los suficientes reflejos de darse cuenta de que las piernas de TaeHyung estaban comenzando a tambalearse; por lo que con cuidado se deslizó por la puerta, con el cuerpo ajeno entre sus brazos hasta que ambos quedaron sentados en la madera. 

-- Respira, osito. Estoy aquí, nada va a pasar; estoy aquí... -- Fue el mismo omega quien se removió con mucho cuidado, sentándose entre las piernas del contrario, las cuales se encontraban ligeramente abiertas. 

Tae se encontraba de lado, posado su cabeza en el hombro del más joven y permitiéndose a si mismo ahogarse en ese aroma miel sin alguna timidez. Solo quería eso, olvidarse de que el resto del mundo era real; solo pretendía se consciente de JungKook.

Este mismo se ocupó de depositar un beso lento sobre la frente ajena, tardando unos segundos en separar sus belfos de su fría piel. Esto no era lo común, desde luego que no; ellos no tenían este tipo de acercamiento físico desde hacía muchos años; aún así, no se sentía extraño y los movimientos fluían de la manera más natural.

Con la intención de esperar a que la respiración del castañito se regulase y su cabeza se sintiera menos pesada, el alfa dejó que el tiempo pasara pacientemente; entreteniéndose en enredar sus dedos con cariño en los bucles contrarios. Por un momento, llegó la teoría a su cabeza de que el mayor incluso se había quedado dormido entre sus brazos. 

-- T-tu pelo... está mojado... -- Fue lo primero que pudo escuchar en la voz rasposa y desgastada del omega, aquello confirmándole obviamente que no se había dejado vencer por el sueño. 

-- Ya te dije, estaba entrenando y vine en cuanto te leí. Ni siquiera me duche para quitar el cloro y todo eso. -- Murmuró como respuesta en el mismo tono de voz, aún no moviéndose ni siquiera un poco, puesto que aún TaeHyung tampoco lo había hecho. -- ¿Qué ha pasado? Estoy preocupad- -- 

-- Tenías razón. -- Cortó el castaño, haciéndose  un poquito más pequeñito apoyado en el menor, sintiéndose en casa; y no por estar entre esas paredes precisamente. -- Binie... HanBin, é-él fue más idiota de lo que me esperaba. -- Ni siquiera le había dado tiempo a terminar la frase cuando había sentido los músculos de JungKook tensarse.

Apretó su mandíbula y contó hasta tres para calmar los gruñidos que querían salir desde su pecho, aún cuando creía firmemente que el rubio era gilipollas, confirmarlo le hacía sentir aún peor; y su lobo parecía estar acorde con él una vez más. -- ¿No que de repente estaba siendo el chico que siempre mereciste? -- 

-- Koo, me llamó para su celo;  fui. Creí que iba a ser un momento... bueno. -- Simplificó, su voz rompiéndose por momentos. Temía decirlo en alto, se sentía avergonzado, se sentía asqueado de si mismo. Aún así, no supo como sacó las fuerzas, pero prosiguió. -- Apenas dio tiempo a besos cuando de repente me empujó, él lucía tan ansioso, tan frustrado, no parecía feliz de estar ahí conmigo; y lo confesó, su alfa en celo dio ese empujón que el idiota de HanBin no era capaz. Me gritó que yo no era quien quería ahí, y me suplicó que me fuera antes de que me pudiera atacar.  --

 -- Es obvio entonces que él conoció a alguien más... -- Pensó en voz alta el azabache, frunciendo sus labios en busca de autocontrol. 

-- Claro que lo hizo ¿Por qué se quedaría conmig- -- TaeHyung sintió como el contrario se removió, lo cual le hizo casi lloriquear porque lo único que quería era permanecer en aquella posición y seguir recibiendo mimos en su cabello chocolate mientras lloraba. -- N-no me mires con esa expresión seria... -- Pidió al tener los severos ojos ajenos sobre los suyos. -- Él lo dijo, en cuanto llega la persona indicada dejo de ser suficiente para cualquiera; no sirvo, nunca seré esa "Persona indicada de alguien". -- 

Y realmente TaeHyung lo pensaba. La vida se lo acababa de confirmar una vez más. -- TaeHyung, escúchame; tú y yo sabemos perfectamente qu- -- 

-- Dijo que no serviría para calmar el celo de nadie, que ni siquiera podría ser sexualmente atractivo para alguien más sin tener algún aroma y que ni siquiera entendía cómo... cómo había podido funcionar lo nuestro hasta ahora. -- Bien, JungKook intentó que no, pero realmente se le había acabado la paciencia. 

Se levantó, siendo brusco pero no lo suficiente como para lastimar o quitarse de encima a Tae de mala manera, quien lo siguió con rapidez; abrazándole de la cintura con temor. -- Suelta. -- Pidió calmado, mirándole ligeramente desde arriba por la diferencia de altura. 

Tenía una de sus manos ocupadas sujetando el casco de la motocicleta, el cual estaba apretando en estos instantes para intentar calmar el torbellino que tenía dentro suyo ahora.  

-- Si te suelto irás a por él. -- Argumentó el otro estrechando un poco más el abrazo. -- No quiero eso. --

A una distancia risible ambos se miraron; no retándose pero sí pidiéndose de manera silenciosa que alguno diera su brazo a torcer, no estando precisamente ninguno a favor de hacerlo. Pero JungKook no era alguien impulsivo, tampoco agresivo y mucho menos amante de meterse en jaleos. Así que su lado más racional, haciendo acto de presencia antes de que su lobo le terminase por controlar las emociones; quiso centrarse en esos ojitos caramelo que parecían tan cansados de llorar. 

El alfa alzó su mano libre, llevando esta hasta la mejilla de TaeHyung para acariciar su pómulo con parsimonia; aún en silencio. -- No tienes que creerle, TaeHyung. Solo estaba hablando un animal en celo. Sus palabras no son ciertas. Eres mucho más que un omega que carece de aroma. -- 

-- Por una vez... no sirve de nada que me lo digas tú. -- Y los ojos del omega no pudieron evitar empañarse de nuevo, antes de poder dejar ir las lágrimas escuchó como el azabache maldecía y le tomaba con cuidado por la nuca para acercarle a él, dejando que su frente se apoyara en su hombro para que pudiera desahogarse cuan necesario fuese. -- T-tú no eres objetivo cuando hablamos de mi. -- 

-- Sí lo soy, más bien eres tú quien no es objetivo consigo mismo. -- El menor realmente estaba poniendo todo su empeño en que todo esto no sonase como un regaño. 

Tras unos largos segundos llorando en silencio escondido en su hombro, el de piel canela se separó un poco; dejando una de sus manos posadas sobre el abdomen ajeno mientras con la otra limpiaba sus propias lágrimas con cuidado. -- Tú siempre me dirás que soy el omega más especial que alguna vez has conocido, eso no es ser objetivo. -- 

-- Tú siempre te dirás a ti mismo cosas horribles que no tienen nada que ver con la realidad; realmente no me puedes hablar de objetividad, Tae. -- Ni siquiera pudo terminar la frase antes de que un puchero se dibujase en los labios gorditos que el otro poseía, cosa que le terminó por hacer suspirar con una muy ligera sonrisa. -- No te pregunté, pero es obvio que tus padres no están ¿Quieres salir o prefieres quedarte en casa? Podemos hacer lo que quieras, estoy a tu entera disposición. -- 

-- Lo primero que quiero es que te duches... por mi culpa ni siquiera pudiste hacerlo, perdón; pero no sabía c- -- Una de las manos del más alto le apretaron las mejillas para hacer que su boquita se abultase y callase por un momento. 

-- No tienes que disculparte por nada, me hace muy feliz que me llamases; odiaría no estar aquí contigo en estos momentos. -- Tae asintió despacio, con sus ojitos brillantes puestos en el chico con pinta ruda pero corazón tan cálido. --  Me ducho y nos quedamos aquí ¿Te apetece? Debes de estar cansado. Piensa qué quieres cenar, cualquier cosa la haré. -- 

TaeHyung de verdad se preguntaba lo mismo en cada maldita ruptura; aunque ninguna había dolido tanta como esta en realidad, ¿Acaso toda la suerte de la vida se la había dejado en encontrarse por el camino con un amigo como JungKook? Parece que la suerte no le dará más oportunidades para su vida amorosa. 

El chico de piercings era el mayor regalo que la luna le había obsequiado, y no podía quejarse por absolutamente nada. Kook había sido todo lo que había tenido en la vida, la persona que siempre había estado para él (y viceversa), quien le había dado el calor familiar que siempre había anhelado, quien había alzado su autoestima a pesar de que esta casi ni existía. 

Posiblemente nadie podría compararse al alfa de ojitos de Bambi y aroma a miel. 

-- Koo,  yo solo espero no perderte jamás; no soportaría. -- Soltó de imprevisto, provocando que el alfa interior del nombrado se sintiera sosegado por primera vez desde que había entrado al lugar. 

El joven lo sentía, sabía que si su lobo tuviera la oportunidad ahora se sentaría frente a TaeHyung y no dejaría que nadie más se acercase a él, porque no soportaba verle tan roto por culpa de otras personas. Por suerte, había aprendido a controlar estos impulsos que aparecieron desde su propia presentación. 

Su lobo se había presentado precisamente para proteger al contrario, había decidido hacerlo antes de tiempo solo para tratar de impedir que alguna otra persona perjudicara la integridad física o mental del omega que adoraba. Y realmente fue un camino complicado, pero por fin había entendido que no podía apartar a todo mortal de la vera de su mejor amigo, porque no era suyo. 

-- No te preocupes, Tae; incluso si nuestros caminos alguna vez se separan nos volveremos a encontrar, las almas gemelas tienen el mismo escondite. -- Dijo, colocando uno de los bucles castaños detrás de su oreja. -- Sabes, tengo el plan perfecto. ¿Qué tal si acomodas  el salón y vemos alguna película? -- 

Despacio, el omega asintió; pareciendo posiblemente hasta concentrado en cualquier cosa que no fueran sus palabras. Tenía su mirada perdida en esos ojos oscuros y brillantes, encontrando en ellos un salvavidas. 

Estaba triste, estaba inseguro y decepcionado de no haber sido suficiente; pero se sentía seguro porque JungKook siempre estaría ahí. 



Kissuu~ 121023.

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