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Once


Taehyung no se podía considerar alguien perezoso, sentir que estaba perdiendo el tiempo no era precisamente algo que le gustase; es por eso que hasta los fines de semana solía despertar temprano para poder aprovechar las horas de manera correcta, sintiéndose productivo y sobre todo bien consigo mismo.

Le gustaría poder decir que un sábado por la mañana había desayunado con sus padres, compartiendo un harmonioso y cálido momento en familia; pero no, su realidad era bastante distante a aquello. Cómo rutina se despertaba solo, desayunaba solo y las horas pasaban de la misma solitaria manera en ese hogar. 

Y cuánto lo odiaba, se le hacía pesado; era como si las paredes intentasen caerles encima para asfixiarle. Pero había aprendido a sobrellevar la situación, ya no podía correr despavorido cuando se encontrase en la soledad de su casa; supuestamente debía de ser un adulto funcional e independiente, aunque la situación no fuera la deseada. 

Para evadirse siempre dedicaba horas a trabajos relacionados con la universidad, justo como en estos instantes. 

-- Por fin... -- Murmuró, apartando por un instantes sus gafas para poder frotar sus ojos con la palma de sus manos; sentían que escocían de tanto tiempo que llevaba frente a la pantalla editando imágenes. Por lo menos había terminado uno de los tantos que le quedaban.

Fue al agachar ligeramente su rostro que un aroma le golpeó en la nariz de manera sutil, pero es que ese olor a miel nunca podría pasar desapercibido por su omega. Su lobito le pedía olfatear un poquito más, y el de piel canela no se cohibió en dejarse llevar por sus deseos. 

Tomó el cuello del suéter que llevaba puesto y lo acercó a su nariz, una sonrisita surcando sus labios al momento en el que pudo disfrutar un poquito más y mejor de aquel perfume dulce que naturalmente su mejor amigo poseía. 

Kim portaba una de las tantas prendas que el azabache tenía allí en su casa, cuando se encontraba solo durante demasiado tiempo solía recurrir a ello; se sentía arropado por los brazos de JungKook y de esta manera podía hacerle frente a la situación de otra manera. 

Aunque ese chico parecía tener un detector dentro de su ser para saber cuando algo no iba demasiado bien. 

El castañito dio un suave brinco en su silla al escuchar la melodía que anunciaba una llamada entrante por Discord. Al momento de ver el nombre del susodicho brillar en la pantalla su corazón se aceleró, últimamente pasaba demasiadas veces para su gusto. 

Llevaba "bien" el aceptar sus sentimientos por el alfa; pero aún no terminaba de asimilar que el chico con el que se había criado como hermanos fuera el causante de maripositas en su estómago. 

-- Buenísimos días~ -- Escuchó a través de sus auriculares, el deje ronco de la voz de JungKook haciéndole saber que se acababa de despertar posiblemente. 

-- Buenos días, Koo ¿No tenías hoy entreno? Pensé que ya empezabas con las jornadas intensivas. -- Tae preguntó mientras volvía a colocarse de manera correcta las gafas que anteriormente removió. 

Pudo escuchar como el más joven asentía en un murmuro aún adormilado. -- De hecho sí, fui esta mañana temprano ¿Acaso has visto la hora? Son casi las dos de la tarde... Fui a entrenar, volví a desayunar por segunda vez en la mañana, y me quedé dormido. -- 

-- ¿Estás cansadito? -- Rió el omega, toda la incomodidad con la que llevaba conviviendo la mañana desapareciendo; una vez más gracias al azabache. 

-- Un poco, pero nunca lo suficiente como para no ofrecerte pasarte a buscar ¿Te apetece hacer algo hoy? -- Y tal como la pregunta fue realizada el omega deslizó su mirada hacia la ventana, a pesar de que la lluvia no había comenzado sí que era notable que en el día de hoy llovería. 

-- ¿Quieres venir a casa? El día no acompaña demasiado... -- Murmuró distraído el castaño, aún con la mirada puesta en la ventana.  -- Además tengo varias cosas de clase que debería de entregar cuanto antes. -- 

JungKook tuvo que quedarse un par de segundos en silencio, en realidad sabiendo a la perfección la respuesta de lo que estaba a punto de formular. -- ¿Estás solo en casa? -- 

Habló el alfa a media voz, tranquila pero profunda. -- Sabes que sí. -- Fue la respuesta de TaeHyung, quien en seguida tuvo que mordisquear ligeramente sus labios para calmar los nervios. 

Si es que su amigo venía sería la primera vez que se quedarían en su hogar a solas desde aquel día de la fiesta, sí que antes habían estado juntos; pero curiosamente algo tan rutinario como era estar ambos en casa de los Kim a solas no se había vuelto a dar. 

-- Bueno, dame unos minutos. El tiempo de vestirme y montarme en la moto. -- Dijo, sintiendo el cansancio en su cuerpo al tener que levantarse de la cama. Tal vez últimamente estaba entrenando demasiado. -- También tengo cosas que hacer de la uni. --

-- Aquí... te espero. -- Susurró, escuchando como JungKook se despedía de él antes de colgar la llamada. 

Kim tuvo que llevar una de sus manos hacia su pecho, sintiendo el golpeteo contra su torso de un alocado corazón. Un día más el alfa llegaba a él para hacerle desaparecer cualquier mal sentimiento.



Tae había seguido con sus quehaceres, viéndose sorprendido cuando escuchó la motocicleta en la lejanía; y efectivamente mirando por la ventana pudo corroborar que se trataba del joven alfa. Aquello le hizo arrugar su nariz, apenas veinte minutos habían pasado cuando terminaron la llamada; eso era muy poco tiempo para que JungKook apareciera ya por su hogar. 

Era consciente de que cuando iba con él detrás suyo su amigo tenía el mayor de los cuidados, pero si se trataba de ir sólo y en una carretera despejada... El chico de piercings y tatuajes no veía el peligro. 

Mientras que el azabache aparcaba el vehículo fue que el de piel canela decidió directamente bajar las escaleras y abrir la puerta principal, no dándole de esa manera chance de ni siquiera llamar. 

JungKook tuvo que reír inevitablemente cuando le vio allí en el umbral de la puerta que daba la bienvenida al hogar de los Kim, portando uno de sus tantos suéteres y unos pantalones holgados y cómodos como para estar en su hogar. Sus manos estaban colocadas sobre sus caderas y su rostro se encontraba fruncido con notable disconformidad. 

-- Hey, Osito; yo también me alegro mucho de verte. -- Dijo con ironía acercándose. -- Mira lo que te traj- -- 

El castañito negó con su cabecita interrumpiéndole. -- Llegaste demasiado rápido, ya te dije que tienes que tener cuidado... Corriste mucho. -- Murmuró, estando tan concentrado en el suave regaño que ni siquiera pudo mirar a otro punto que no fuera el rostro ajeno. 

-- No te preocupes, te prometo que no fue tanto. -- Aseguró JungKook sonriéndole con dulzura, de esa forma en la que sus incisivos sobresalían ligeramente viéndose incluso adorable. Desde luego aquella acción consiguió derretir un poquito el pequeño enojo del omega. -- ¡Mira que traje! ¡Tadah~! -- El azabache alzó esta vez una bolsita con un par de sándwiches perfectamente preparados y un par de snacks. 

-- ¿Los hiciste tú? -- Pudo sentir el lobito de su interior mover la colita con rapidez ¿Acaso el alfa se había molestado en preparar comida para él? 

-- A pesar de correr el riesgo de que te desilusiones porque no estén hechos por tu mismísimo tío Min YoonGi; te seré honesto y diré que sí, que los hice yo. -- Bromeó, viendo como el castañito tomaba la bolsa y la llevaba hacia su pecho para abrazarla con cuidado. 

TaeHyung inevitablemente sonrió; todo el enfado anterior desapareciendo por arte de magia. La manera en la que el otro chico le hacía sentir cuidado siempre le haría saber que él era su lugar seguro. Nunca jamás estaría solo en el mundo porque JungKook existía. -- Me encanta, muchas gracias por molestarte en cocinar para los dos, Koo. -- 

El alfa le devolvió la sonrisa bastante satisfecho consigo mismo. -- El pago es un besito. -- Dijo, y antes de que el mayor pudiera murmurar un confuso "¿Qué?", el nadador ya había posado sus labios en la comisura de los ajenos de manera efímera. -- Con permiso~. -- Canturreó a la par que entraba en el hogar de los Kim, dejando al pequeño de la familia con sus mejillas ligeramente sonrojadas y sus labios estirados hacia arriba. 

Permitiéndose estar unos segundos perdido en sus románticos y dulces pensamientos, TaeHyung no tardó en cerrar la puerta y seguir los pasos del alfa hasta llegar a su propia habitación. El contrario ya había acomodado sus cosas a un lado del amplio escritorio. 

Antes de ponerse hacer sus quehaceres de la universidad habían decidido comer lo que el alfa había preparado mientras veían alguna que otra tontería en la pantalla; aunque esto no duró demasiado, Tae en serio quería adelantar sus trabajos y no podía verse distraído por nada ni nadie, ni siquiera por su adorado mejor amigo y sus ojitos de Bambie.

Es por eso que después del almuerzo le ofreció quedarse con su ordenador de mesa y escritorio, el mayor supuso que sería mas cómodo para él; después de todo debía de usar el bloc de dibujo y él podía usar la laptop sobre su cama, justo como ahora estaba haciendo. 

Kim se encontraba editando fotos desde su laptop para uno de los tantos trabajos que tenía acumulados, algo asombroso puesto que él siempre llevaba todo al día; pero los finales de cuatrimestres siempre tenían este sabor agrió de puro trabajo. 

Cuando se trataba de cosas de la universidad se adentraba en su propia burbuja, era tan importante para él hacerlo todo perfecto que cualquier cosa dejaba de importar de alguna manera. Tan ensimismado se encontraba que ni siquiera había podido ser consciente del momento en el que JungKook había acabado por abandonar el escritorio para colarse sobre el amplio colchón. 

-- Hyung... ¿Cómo vas? -- Murmuró el azabache recostándose en el cuerpo ajeno, dejando su cabeza sobre el torso del omega, quien estaba recostado con su espalda cómodamente sobre almohadas para quedar ligeramente erguido.

-- Bien, retocando las fotografías que le hice a ChaeYoung-ah ¿Y tú? -- Inquirió sin mirar al azabache, con sus ojitos detrás de sus gafas totalmente fijados en la pantalla y lo que estaba haciendo, por lo menos hasta que la diestra ajena se adueñó de su mentón haciendo que le dirigiese la mirada. 

JungKook se quedó mirándole un par de segundos en silencio, y el omega sintió miedo de que el chico que estaba recargado sobre su pecho pudiera sentir como su corazón iba acelerándose aún más por momentos. -- No muy bien, debo de dibujar retratos y el único rostro que se viene a mi cabeza es el tuyo. -- Dijo con calma, sus orbes nunca desviándose de los ajenos. 

-- No seas tonto... -- Murmuró el de piel canela ligeramente nervioso, la faceta coqueta de su amigo era algo desconocido para él hasta hacía poco; y aunque no era la primera vez que se la mostraba; aún conseguía removerle todo en su interior. Aunque en realidad el chico lo único que estaba siendo es honesto. 

-- No lo estoy siendo. Ya te lo dije, tienes las facciones jodidamente perfectas. -- Fue su respuesta antes de removerse y abrazarse un poco más a la cintura de su amigo; escondiendo además su rostro en la curvatura de su cuello en el proceso. 

TaeHyung no tenía aroma característico, pero JungKook juraba que la última vez que probó un poco de su piel (y un pelín más allá), sí que pudo identificar un regusto dulce. A veces el lobo del jovencito se veía frustrado ante esto; no con el contrario, pero sí con el hecho de no poder detectar cuál era su esencia. 

Se permitió cerrar los ojos, simplemente disfrutando de como TaeHyung; posiblemente de manera inconsciente, había comenzado a acariciar su espalda con cuidado. Su cuerpo pesaba, realmente se estaba esforzando con los entrenos, pero valía la pena. 

A partir de ese pensamiento su cabeza no pudo evitar quedarse en blanco, había entrado en un estado de calma. Lo último que pudo escuchar fueron las gotitas contra el ventanal que su mejor amigo tenía a lado de la cama conjunto a la yema de sus dedos golpear suavemente el laptop en el que Tae trabajaba, y no supo cuanto tiempo pudo pasar desde ahí. 

Él simplemente se había dejado llevar, y cuando quiso darse cuenta se encontró con su propio cuerpo bocarriba en la amplia cama del contrario; y por supuesto con el cuerpo de él encima del suyo. Ambos debajo de las gorditas sábanas peluditas con ese característico perfume que Tae usaba. 

La mano izquierda del azabache estaba rodeando aún la cintura del omega por dentro de su ropa, mientras que este se abrazaba a su cuello con su pomposa mejilla aplastada en el fornido pecho del nadador. 

 -- ¿En qué momento te arrastré a dormir? -- Bromeó a media voz el jovencito, viendo el laptop y gafas ajenas en una esquina de la cama, mas no al filo de esta para no dejar caer nada. 

Aún había algo de luz natural, pero era obvio que ya se encontraba anocheciendo... y él al final no hizo ni uno de esos trabajos por los que supuestamente había venido. Vale, siempre había podido hacer tareas y estudiar junto al de piel canela; vaya, hasta día de hoy había sido su mayor motivo para hacerlo. Siempre había querido que él le viera con orgullo, pero definitivamente se daba cuenta que hoy las ganas de tenerle cerca habían ganado. 

¿Iría a ser así a partir de ahora? 

Con pereza y sin querer despertar al precioso chico que aún se encontraba controlado por Morfeo, estiró su brazo para tomar su teléfono. "Tal vez EunWoo me pueda echar un cable... " Nunca creyó que pudiera llegar a esta conclusión en cuanto a estudios, pero a lo mejor a su amigo algún ángel le había besado la coronilla y le había dado por hacer las cosas a tiempo.

Al moverse sintió como el castañito de encima suyo gruñía ligeramente, aferrándose a su cuerpo pareciendo querer fundirse con este. -- No te vayas... -- Susurró el mayor aún con sus orbes cerrados. 

-- No tenía pensado irme ahora mismo... sólo quería tomar mi teléf- -- Quiso responder, viéndose interrumpido por el omega; quien acunó su rostro con sus cálidas manos para poder conectar miradas. 

-- Quédate a dormir conmigo... -- Volvió a decir a media voz, dejando que sus ojitos color caramelo le suplicasen un poquito para convencerle de lo pedido. Lo que no sabía es que JungKook posiblemente le daría lo que fuera que sus labios pidieran; y más si es que estaba en sus manos. 

El alfa deslizó su dedo índice por su espalda a la par que admiraba su rostro. -- ¿Seguro? -- 

Kim asintió, su pulgar se permitió juguetear con sumo cuidado con los piercings de su labio. -- Terminé de hacer muchas cosas, pero no podía resistirme a acurrucarme un poquito contigo... el aroma a miel me llamaba. -- 

Aquello le sacó una suave risita antes de besar la yema del dedo que se encontraba alrededor de sus labios. -- Serás un adulto y seguirás igual que cuando tenías cuatro añitos, eres como un cachorro. -- Bromeó, desviando la mirada hacia el techo con una sonrisa divertida. 

Aún así, no pudo librarse de los ojos del otro. 

-- El aroma de tu alfa es mi olor favorito desde siempre, dudo que eso cambie alguna vez. -- Murmuró TaeHyung, quien se había removido ligeramente pudiendo apoyar su antebrazo sobre el colchón, así mirándole desde arriba. 

-- Esos son palabras mayores... -- Fue la respuesta del azabache relamiéndose los labios a la par que usaba su mano libre; la cual no se encontraba acariciando el cuerpo del omega, para poder ahora colocar uno de sus tirabuzones desordenados detrás su oreja. 

Decirle algo como eso a un alfa no era cualquier cosa, podía sentir al lobo de su interior con el pecho inflado de orgullo; cualquier persona podría decir aquello y él lo pasaría por alto, pero ese castañito con lunares adorables era la mayor debilidad y obsesión de su alfa. 

-- Miel... -- Llamó el mayor, rozando su nariz por la mejilla contraria. Podría decir que aún se encontraba adormilado y estaba actuando mimoso por ello; pero en realidad aquella era su pura esencia cuando se encontraba totalmente cómodo. Caprichoso y mimoso. 

JungKook respondió en un suave sonidito que le hacía saber que estaba esperando que continuase; mientras, él simplemente se quedó allí disfrutando de la aterciopelada piel que ahora hacía contacto con la suya buscando que su propio aroma dulce se le pegase. 

Aquello era nuevo, el nadador podía jurar que jamás había visto a TaeHyung intentar marcarse con su aroma. Y aunque podría sorprenderse ante esto, no lo hacía; y mucho menos le hacía sentir disgustado. Muy lejos de aquello él se dispuso a emitir más, llenando la habitación por completo. 

-- Quiero ir a apoyarte en tus competiciones de natación. -- Pidió, alzándose apenas un poquito de nuevo para poder conectar con esos orbes oscuros y brillantes los cuales se bañaron en una ilusión fácil de leer. 

-- Y yo quiero que vengas, tienes tu plaza reservada en primera fila siempre que aceptes mi invitación. -- Aseguró, viendo a aquella íntima distancia como los labios gorditos de su amigo se alzaban creando una dulce sonrisita. 

Tae movió sus labios en un "Gracias" prácticamente inaudible antes de moverse con parsimonia y depositar un beso en la comisura de los labios ajenos. El deportista había cerrado sus ojitos en cuanto el contacto surgió, ni él mismo había sido consciente de cuantas ganas había estado almacenando de que esto pasase dentro de su ser. 

Por un segundo fue decepcionante el hecho de que se sintiese tan efímero, por eso mismo en cuanto el castañito estuvo a punto de volver a recostarse fue él mismo quien tomó su barbilla para poder encajar sus befos esta vez de la manera correcta. 

El jovencito le pegaba a él con ayuda de su brazo tatuado; el que llevaba horas rodeando su cintura, y el omega se permitió ronronear contra su boca a la par que acariciaba su fornido torso y mandíbula marcada. 

Sus lenguas entrando en contacto, ambos ladeando sus cabezas para poder profundizar el contacto, sus piernas y cuerpo enredándose entre ellos y ese potente perfume dulzón que nublaba su mente y le hacía querer rogar a JungKook por más. 

Claro que se habían estado viendo y por supuesto que cuando nadie más veía habían intercambiado algún que otro besito a escondidas, pero era un secreto a voces entre ellos que estaban esperando con ansias un momento de intimidad como este. 

El lobito de TaeHyung era desconfiado, no cualquiera podía hacerle despertar en el pecho del joven de ojos color caramelo; pero JungKook siempre lo acababa consiguiendo. Tal vez porque su alfa le aullaba efusivamente para traerlo por completo. Era complicado, el omega tenía serios problemas de confianza después del abandono que sintió por su manada cuando era un cachorro, aún así, en momentos cómo estos en los que Kim era protegido por los fuertes brazos ajenos y le demostraba su más puro amor: podía sentirle vibrar dentro suyo.

Ambas manos del nadador se colaron dentro de los pantalones contrarios para agarrar con posesividad sus glúteos, sonsacando un jadeo entrecortado de su boca también. Posiblemente el de tez canela no era consciente de lo que provocaba en él cuando le hacía uno de esos sonidos obscenos en la boca mientras se besaban.

Nada inocente cruzaba la cabeza de JungKook en esos instantes. 

Pero no había manera de sentirse culpable por ello cuando sentía las caderas del omega moverse en busca de una agradable fricción entre ambos. TaeHyung necesitó separarse un pequeño instante de esa boca que le hacía delirar, sus lenguas viéndose unidas por un fino hilo de saliva.

Se había quedado sentado a horcajadas en el cuerpo del azabache, sentía a la perfección la erección de este acomodada debajo suyo; había comenzado a lubricar con los besos y aquello solo lo incrementaba. Desde arriba y con su pecho respirando ligeramente agitado Tae no desperdició el tiempo, sus caderas no tardaron en volver a ponerse en marcha. 

-- ¿Sabes lo que estás haciendo? -- Jadeó ronco el más joven, tragando con pesadez incluso. 

-- ¿Tú qué crees? No tengo pensamiento en dejarte marchar esta vez así como así... no me gustó hacerlo la última vez. -- Tae relamió sus labios, ladeando ligeramente su cabeza; y el chico de debajo suyo no entiendo como se podía ver tan jodidamente caliente con esa carita de angelito que se cargaba. 

JungKook se sentó en la cama, no dejando escapar al de tez canela al tenerlo ahora agarrado por su estrecha cintura la cual; por tonto que sonase, sentía que había sido esculpida perfectamente para el encaje de sus manos. -- Si me hubieran dicho que mi mejor amigo era aún más precioso en momentos como estos hubiera empezado a coquetearte antes. -- Bromeó el tatuado atrapando el belfo inferior del chico entre sus incisivos para tirar con cuidado. 

Apenas fue escuchar "mejor amigo" y TaeHyung se vio atropellado mentalmente por la conversación con HanBin, si todo salía como el rubio predecía: él acabaría más que jodido. Pero confiaba en que no, esto que estaba pasando en su habitación era cosa de los dos; JungKook le tenía las mismas exactas ganas que él, podía sentirlo a la perfección.

-- ¿Condones? -- Volvió a hablar el alfa a media voz, perdiendo la paciencia cuando sintió la diestra del otro chico enredarse en los cabellos de su nuca y la izquierda acariciar su abdomen con parsimonia. 

-- Tú desnúdate, voy a por ellos y... -- El castaño desvió la boca hasta su oreja. -- Te montaré tan bien que te olvidarás de que cualquier otro omega lo ha hecho antes. --  TaeHyung le sonrió divertido antes de depositar un casto beso en sus labios. -- No me extrañes demasiado, vuelvo en un minuto. -- 

"A la mierda..." Resonó en la cabeza del más alto, quedándose en la gigantesca cama como un idiota hechizado, con la mirada perdida en el cuerpo ajeno mientras desaparecía por la puerta de su baño personal. Tuvo que frotar su frente y revolver sus propios cabellos porque sentía la necesidad de salir corriendo detrás de ese chico y comérselo por completo aunque fuera contra la mampara de la ducha. 

Aún así no le dio tiempo, fue apenas cuando ya no tenía sus prendas de arriba y tenía su pantalón con el botón desabrochado cuando esas piernas esbeltas y piel brillante hicieron acto de presencia de nuevo, gateando por el colchón para poder acercarse a su amigo. 

-- Quítate esos pantalones o no creo que te permita subirte encima mío si no voy a poder tocar esos muslos. -- Bromeó lascivo el nadador, mirándole con esa sonrisa coqueta semi-recostado, con los cojines en su espalda para estar más cómodo. 

Y bajo su mirada no se demoró en acatar la orden, volviendo a trepar su cuerpo y disfrutar de la calidez de la piel pálida. -- Koo. -- Llamó, teniendo pronto los dedos del susodicho jugueteando con el elástico de sus boxers ya mojados. No tenía nada que decir en realidad, sólo quería obtener más de él; y JungKook lo supo entender, cómo siempre. 

-- Déjame prepararte rápido, necesito verte brincando encima mía o no saldré vivo de aquí. -- Murmuró tomando con una de sus manos su cara, apretando sus mejillas para que sus pomposos labios se abultasen aún más, los orbes oscuros y brillantes lo miraron con deseo unos segundos antes de gruñir y capturarlos con los suyos propios. 

En el proceso tumbó el cuerpo ajeno, colocándose encima de este y escuchándole jadear en el proceso. Kim hundió sus dedos en los omóplatos del jovencito sintiendo como todo su cuerpo temblaba bajo el tacto de la mano izquierda de JungKook, la cual se había abierto paso por su ropa interior. 

Solo la Luna era conocedora de cuánto el de piel canela había fantaseado con tener de nuevo los dedos del otro en contacto con su intimidad. 

-- Abre más las piernas... -- Demandó entre besos, introduciendo cómodamente el primer dedo en su interior. 

A TaeHyung se le erizaban los vellos de escuchar los gemidos ásperos y roncos provenientes de la garganta ajena, el aroma a miel era intenso; los dedos de JungKook estaban preparándolo y su boca le estaba robando la respiración con esa tanda de besos nada calmada, pero la cual estaba disfrutando de sobremanera. 

No sabía si eran imaginaciones suyas, tal vez estaba delirando demasiado o realmente estaba empezando a unir cabos y JungKook tuvo siempre un comportamiento posesivo con él. Tal vez por eso nunca consiguió ser amigo de ninguna de sus parejas. Aquello sumado a la manera en la que lo tocaba en ocasiones como esta, le dejaban miles de dudas haciendo estragos en su ilusionada imaginación. 

Las yemas de sus dedos habían rozado su próstata, y el omega se lo hizo saber acto seguido cuando involuntariamente ante al electrizante sensación sus piernas temblaron al igual que su voz. Las comisuras de los labios ajenos se estiraron en una sonrisa socarrona. -- Encontré mi objetivo, mi bonito. -- 

-- Ya... Y-ya, por favor... -- Pidió con la respiración acelerada con una mirada suplicante y belfos brillantes y enrojecidos. Esa boca parecía de caramelo y JungKook juraba que podía volver a empezar una tanda de besos obscenos; pero ahora mismo tenía una deseo personal que necesitaba cumplir. 

Su erección era completamente prominente, aún estaba dentro su ropa interior y pantalón desacomodado, aún así el omega sentía que le estaba llamando. -- Dame los condones, precioso. -- Pidió el azabache arrodillado en el colchón. 

Y una vez más el mayor se vio haciéndole caso sin rechistar. Siempre había sido él el caprichoso y JungKook el que acatase las órdenes; pero justo en este instante le encontró la fascinación a dejarse mandar por esos orbes azabaches. 

El omega tomó la tira de condones que había dejado en algún punto del colchón y se dispuso a volver cerca del contrario, quien ya se había vuelto a semi recostar masturbándose un poco sin perder la mirada de encima del castañito.

Después de todo el recorrido de vida que llevaban uno junto al otro no era ni por asomo la primera vez que veía el cuerpo de JungKook completamente desnudo, sin embargo; nunca le había mirado con los ojos con los que ahora lo hacía. Entendía cada una de esas personas que parecían ir babeando detrás suyo en la universidad como polillas detrás de la luz. 

Más de una, de dos, y de diez veces había escuchado por los pasillos murmuros sobre lo espléndido que había sido pasar una noche con un alfa como su mejor amigo; y él había comenzado a entender el por qué en realidad. 

El omega, quien en este punto ya tenía el lubricante natural deslizándose por el interior de sus muslos; terminó por desnudarse, quitándose cualquier rastro de ropa que le quedase en el cuerpo. 

-- Tengo que preguntarte antes de tomarme el atrevimiento ¿Te importan las marcas? Te quiero llenar entero... -- Exasperó el azabache escaneando ese cuerpo de tez canela el cual le hacía fantasear sin vergüenza. 

-- N-no... puedes hacer lo que quieras conmigo... -- Contestó sentándose en el regazo del más joven, su corazón quería salir de su pecho con violencia. JungKook posiblemente no hubiera entendido aquella confirmación como algo literal, pero realmente Kim sentía que ese chico podía hacer lo que fuera con él  en cualquier ámbito; en cualquier cosa. 

El alfa tomó su cintura, hundiendo sus dedos en la piel del lugar mientras que con su mano libre tomaba con decisión la mandíbula del contrario para asegurarse de que le miraba a los ojos; una sonrisa divertida decorando sus labios. -- ¿Estás nervioso? Te me ves muy lindo ahora mismo. -- 

-- Estoy ansioso... quiero tenerte dentro. -- Dijo depositando un besito, aprovechando el que el otro hubiera pegado sus rostros. Tae suspiró sintiendo como ahora el miembro del contrario estaba totalmente acomodado entre sus nalga, duro y totalmente preparado para darle justo lo que quería. 

Con la atención del alfa en sus movimientos el castaño rompió el primer sobre, sacando el profiláctico y alzándose apoyado en sus rodillas para poder colocarlo. Un jadeo ahogado se escuchó cuando deslizó el preservativo por su intimidad; y TaeHyung no podía esperar a escuchar mucho más de esos sonidos. 

Ahora sí, el omega tomó este para poder alinearlo con su entrada, dejando su mano libre apoyada en el marcado abdomen del nadador; despacio, entreabriendo sus labios y entrecerrando sus ojos fue deslizándose, sintiendo que se derretía y su temperatura aumentaba cuanto más invadido era. 

-- Mierda... -- Gimió a media voz el azabache cerrando sus ojos y relamiendo sus labios. El culo de TaeHyung realmente le estaba dando la mejor de las bienvenidas. -- Móntame, hasta que no puedas más; por la Luna. -- 

Kim rió lascivo acercando su boca a la del contrario; no terminando de juntarlas pero estando a escasos centímetros el chico comenzó con un perfecto vaivén. Una vez más volvió a gemirle sobre sus labios, JungKook a este punto se preguntaba si es que se había dado cuenta de que aquello le traía por el maldito camino de la locura y por eso lo repetía; o es que simplemente su amigo era así de perfecto y ni siquiera tenía que esforzarse. 

-- Miel... A-Ah... M-miel... -- Llamaba, encontrándose por momentos cada vez más desesperado por encontrar el lugar exacto donde deseaba golpearse con el glande del contrario. 

El alfa alzó ambas manos para tomar las del otro joven, siendo esto un lugar donde apoyarse para poder subir y bajar con más comodidad al tener un soporte. Eso, sumado a un ligero golpe de cadera hicieron que el castaño gimiera alto y su respiración se cortase ante la corriente de placer que le había recorrido de manera abrupta. -- Justo ahí, sigue brincando, mi bonito. -- Animó el azabache. 

Ahora lo único en lo que podía pensar era en que definitivamente esas expresiones estaban siendo la musa de su sed artística. JungKook estaba alimentándose mentalmente de esa belleza etérea que ahora tenía frente a él. 

Solo esa pequeña ayudita había bastado para que TaeHyung encontrase la manera perfecta de seguir brincando y estimularse en aquel lugar que le hacía tener que cerrar los ojos e incluso lloriquear un poco; había estado necesitando follar con JungKook desde hacía mucho y ni siquiera era consciente. 

Este se irguió para poder manosear el cuerpo ajeno con sus manos, apretando sus glúteos con rudeza. -- Sigue así... lo haces perfecto. -- Gimió ronco en sus labios mientras se besaban de manera desordenada y un azote; que hizo que TaeHyung abrazase el cuello del azabache, era propinado. 

-- Koo- Jod- ¡Uhm! -- Las piernas del de piel canela ya comenzaban a temblar por el esfuerzo y el placer, realmente se sentía al borde; pero no podía parar, la sensación era plenamente adictiva. 

Ambos gimoteaban entre besos, por lo menos hasta que el omega necesitó aire para poder seguir; echando su cabeza hacia detrás. Aquella fue una invitación no hablada la cual JungKook no dudó en aprovechar, enterrando su rostro en el cuello que pensaba llenar de besos y chupones. 

Y aquello no era algo común que TaeHyung permitiese hacer, eran contadas las veces que incluso había tenido esa confianza con HanBin por miedo de ser marcado a traición. Pero aquí el miedo no existía, tenía plena confianza en JungKook y su lobo. 

Más besos, más nalgadas y más brincos fueron todo lo que el castañito estaba necesitando para sentir que estaba a punto de correrse. Su voz se cortaba e hilos de lágrimas surcaban sus mejillas sonrojadas. -- Me estás apretando tan bien... -- 

El alfa tomó su cintura con posesión para hacerles girar con cuidado, encontrándose ahora TaeHyung recostado con él entre sus piernas. Su diestra se agarro del cabezal de la cama y su mano libre se dedicó a hundir sus dedos en la piel de su cintura mientras lo embestía. 

"A la mierda, esto es demasiado bueno." Resonó en la cabeza del omega, totalmente perdido en como JungKook le sonreía desde arriba con esa lascivia que lo tenía más que atrapado. -- N-no puedo...n-no puedo... -- Gimoteaba, sintiendo que iba a terminar en cualquier momento. 

-- Dale, preciosidad; estoy a punto también... -- Gimió el tatuado sintiendo como el orgasmo iría a golpearlo en cualquier momento. 

El omega fue el primero en llegar, la punta de sus pies estirándose y su espalda arqueándose ligeramente. Al contrario no le hizo falta mucho más que unas pocas embestidas con las paredes de su amigo apretándole incluso más que antes por la cúspide de placer. 

JungKook jadeante deslizó la mano que tenía en el cabecero hasta el cuello del mayor, no apretando el agarre pero hundiendo ligeramente sus dedos pegó su frente a la de este y terminó por besarle con calma; bajando el ritmo de las embestidas hasta quedarse quieto. 

-- Para lo poco que te gusta hacer deporte te he visto saltar muy a gusto. -- Bromeó sobre su boca, apenas separándose para poder quitarse el condón y hacerle un nudo. 

-- No seas bobo... -- Murmuró ligeramente avergonzado tapándose los ojos con uno de sus antebrazos, intentando concentrarse en volver a controlar la respiración. Sus labios se sentían entumecidos y su cabeza iba a mil por hora. 

El azabache rió saliendo de la cama. -- Fue increíble, mi  bonito. -- Soltó con la intención de dirigirse al baño de la habitación para tirar el preservativo. 

-- Koo. -- Llamó, haciendo que se girase para mirarle. -- No te demores, en unos minutos te quiero otra vez dentro... -- 

Definitivamente Kim TaeHyung le iba a volver loco. 




¡Hola, angelitos míos! Aquí nuevo capitulo, espero que lo hayáis disfrutado. Tardé un pelín pero esta vez tengo escusa, estaba terminando mis prácticas en la guardería, terminando también mi TFG y además me gradué. Oficialmente soy educadora de bebitos. (˶ᵔ ᵕ ᵔ˶)-'♡'-

Cuidadse mucho, bebed agüita. Os quiero. Kissuuu~~220624.

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