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Ocho pt.2


No hubo algún otro cambio de planes más cuando el dúo decidió irse para casa y seguir con la pequeña aventura que había dado inicio en aquel solitario pasillo. TaeHyung reía siendo arrastrado por el alfa, quien parecía impaciente por tenerlo pronto entre sus brazos de nuevo. 

Habían recogido sus pertenencias en el guardarropas de la discoteca y entre risitas cómplices;  que solo ellos parecían entender, llegaron hasta el estacionamiento. 

-- ¿Por qué tan apurado de repente? Fuiste tú quien quiso irse con sus amigos y no seguir más tiempo en aquel pasillo. -- Se burló el más bajo, pronto teniendo los ojos acusadores de su amigo sobre su cuerpo, escaneándole de abajo arriba hasta llegar a sus orbes color caramelo. 

-- No comiences a burlarte, te arrepentirás en cuanto estemos encerrados en tu habitación. -- Fue lo que contestó el más joven mientras abrochaba el casco de seguridad en la cabeza ajena.

-- ¿Si? ¿Tú cre...es? -- A Taehyung no le dio tiempo de terminar la frase de la manera en la que le hubiera gustado, cargado de seguridad y cierta picardía. Los ojos oscuros de su mejor amigo le estaban diciendo todo lo que sus labios sellados callaban. 

Había sido apenas una mirada, pero al omega se le había cortado hasta la respiración. 

-- Arriba de la moto, vamos. -- Murmuró el pelinegro tras ponerse con rapidez su propio casco y subirse en el vehículo.

Haciendo un cálculo totalmente realista; TaeHyung podría asegurar que se había montado más veces en esa motocicleta que en el propio auto de sus padres desde el momento en el que los Min le regalaron esta a su mejor amigo. Así que; a  pesar de estar más que experimentado en esto, esta vez su corazón iba decidió latir a mil por hora por culpa de sus nervios, como si fuera esto algo nuevo. 

Pero aquello no lo hizo quedarse titubeando, con una seguridad que estaba sacando en estos momentos de no sobrepensar las cosas (Tal y como solía pasar) se subió, rodeando la cintura del alfa con sus brazos simplemente para poder disfrutar de estar pegado a su cuerpo; porque ya hacía bastante que le había perdido el miedo a la motocicleta como para agarrarse de aquella manera. 

Como aviso de que iba a emprender el camino, el más joven dejó un apretón en el muslo izquierdo ajeno; poniéndose inmediatamente en marcha después de esto.

Kim miraba desde detrás al contrario, apresando su belfo inferior entre sus incisivos con suavidad. "Huele tan bien..." Pensó, paseando su nariz por encima del cuero de su chaqueta. El aroma a miel no era tan intenso como el momento en el que ambos estuvieron solos en el pasillo del antro; pero aún quedaba rastro de este. 

JungKook siempre dejaba salir su aroma natural cuando se encontraba con su hyung; primero porque se sentía excesivamente cómodo y sabía que no tenía por qué estar controlando, y segundo porque era consciente cuanto él lo amaba.

Aún así, Tae no recordaba alguna vez que hubiera podido percibirlo tan potente, tan dulce que le nublaba cualquiera de sus pensamientos. Realmente no sabía quién de los dos estaba más ansioso en este momento, si él o su lobo; porque lo podía sentir a la perfección en el fondo de su pecho llamando al alfa. 

Llevaban años sin estar demasiado conectados alfa y omega, ahora se sentía como si hubieran abierto la puerta al vínculo y necesidad que sus lobos parecían sentir desde el momento en el que se conocieron.

De cualquier forma esa pesadez en su torso no duró demasiado, cuando menos lo esperó ya estaban estacionados en la puerta de su casa. 

El omega se quitó el casco, peinando ligeramente después su cabello con ayuda de sus dedos de manera automática. 

-- No te peines demasiado, ahora vas a acabar peor aún. -- Se burló JungKook colocando el candado en la rueda de la motocicleta. 

-- Oi~ Hablas demasiado, Miel; pero endulzar el oído todo el mundo puede hacerlo. --  Siguió con la broma el castaño, pronto teniendo la mano libre del menor sobre su estrecha cintura; dejando apenas un ligero apretón para luego acariciar esta zona con su pulgar mientras se colocaba frente a él, mirándole ligeramente desde arriba por la diferencia de altura que existía entre ambos. 

JungKook apuntó con su cabeza a la casa de los Kim, esa en la que llevaba entrando desde que tenía memoria; realmente y con todas las letras "Su segundo hogar." -- Entremos y te endulzo como quieras y me permitas. -- 

El mayor rió relamiendo sus labios apenas por impulso de dejarlos perfectos; acto que no pasó desapercibido por el de cabello oscuro. JungKook tuvo que quedarse unos pocos segundos admirando esa boca mientras jugueteaba con sus propios piercings y su lengua, con demasiados pensamientos para nada censurados cruzando por su cabeza. 

-- ¿Koo? -- Llamó el castaño, posando su mano libre sobre el firme torso contrario. 

-- No sabes lo muy encaprichado que tienes a mi alfa desde el día uno, y ahora lo entiendo perfectamente. -- Soltó a media voz, dejando escapar la cintura del chico para poder tomar su mano e ir hacia su puerta con sus dedos entrelazados, escuchando su risita. 

Aquella confesión realmente le había dado un chute de autoestima y seguridad repentino. 

JungKook apoyó su espalda contra la puerta mientras que dejaba a Kim buscar las llaves entre los bolsillos de su chaqueta, y a pesar de tenerlas en la mano y estar preparado para abrir... en su cabeza solo se reproducía "Bésalo, bésalo, bésalo" una vez que ambos pares de ojos habían chocado al alzar la mirada. 

Y siguió sus impulsos de volver a acercarse a la boca contraria, al menos era de noche de madrugada; no debería de haber nadie viendo hacia la calle. JungKook casi manda a volar el caso de la motocicleta para poder tomar el cuerpo ajeno con todas las ganas que lo estaban comenzando a carcomer por dentro. 

Cuando creía que había probado a profundidad la boca de su amigo en aquel pasillo, ahora se daba cuenta de que era aún mejor de lo que recordaba. El alfa enredó sus falanges entre los bucles castaños que caían sobre la nuca ajena, siendo esto el apoyo para poder ladear con cuidado el rostro del chico; así pudiendo besarle con profundidad. 

El de piel canela apretó el casco que portaba en su mano y no dudó en pegar su cuerpo al del otro, amando aquel profundo sonido de satisfacción que vibró desde el pecho del más joven. 

-- Abre la puerta, por la Luna; ábrela. -- Susurró el pelinegro antes de atrapar el mismo el labio del omega, tirando de este ligeramente a la par que sus respiraciones agitadas se entremezclaban. 

Kim no dudó en seguir aquella orden, aunque tampoco es cómo si se permitiera a sí mismo dejar de besar esos labios. Con sus orbes cerrados; mientras seguían en aquella ardua tarea de intentar no devorarse en mitad de la calle, Tae abrió; siendo los pasos de JungKook los más apresurados para entrar. 

El alfa se vio sorprendido al encontrar la luz de la cocina encendida. -- Osit- -- Y antes de poder terminar la palabra el omega había dejado caer el casco en el suelo, dándole la vuelta al chico para enrollar sus brazos en su cuello. 

Realmente el pelinegro quiso reír asombrado, jamás había podido imaginar un final cómo este para una fiesta que supuestamente sería tranquila con amigos. Lo único que tenía que hacer hoy era no beber y tener cuidado de que ningún alfa se aprovechase de mala manera de TaeHyung; bueno, no le había salido tan mal su tarea. 

No tardó en imitar la acción, soltando el casco al lado del otro para poder hacer uso de sus manos. Dos pasos hacia delante y ya tuvo al castaño aprisionado contra la puerta, de vuelta con las manos de este queriendo colarse por su camisa; y él no iba a quejarse. 

El empuje de sus lenguas, los suspiros entrecortados y ese aroma a miel que le tenía le estaba robando el sentido; TaeHyung estaba amando extrañamente la situación. -- Hyung, la luz... -- Jadeó el alfa contra su boca al momento en el que sintió las uñas ajenas arañar sus costados por debajo de las prendas. 

No dio tiempo alguno a que Kim pudiera asimilar la información de la frase cuando pudo distinguir a la perfección la voz de su padre alfa. 

-- ¿TaeHyungie? -- Se escuchó provenir desde la cocina, y el nombrado no tardó un solo segundo en separarse con rapidez del cuerpo de su mejor amigo. 

Para cuando el hombre hizo acto de presencia en el pasillo pudo divisar a su niño erguido y más firme que nunca antes, sus ojitos parpadeando varias veces supuso que por el asombro, mientras JungKook colocaba los cascos que se encontraban en el suelo sobre el zapatero de la entrada con una sonrisa divertida. 

 -- B-buenas noches ¿N-no estabais fuera hoy? -- Preguntó, sintiendo como hasta le era complicado el hecho de tragar saliva. ¿Qué tanto había escuchado su padre? ¿Tenía los labios muy hinchados? Mierda. 

-- Papi se comenzó a encontrar mal antes de tomar el vuelo, suponemos que pilló un resfriado en uno de los viajes de sus empresa. Escuché la puerta y me extrañó que ya estuvieras de vuelta ¿No ibais a salir? -- Inquirió con curiosidad, mirando a ambos jovencitos; JungKook ya estaba colocado al lado de su hijo con sus manos en los bolsillos de su chaqueta. 

Tae se encontraba realmente en blanco, no era broma alguna aquello de que el aroma a Miel sumado a esos besos le habían dejado el pensamiento más lento que de costumbre. -- Sí, pero la fiesta se volvió aburrida, nuestros amigos se fueron a casa rápido y quise acompañar a TaeHyung-ah. Pero ya me voy, es tarde. -- Explicó el nadador echándole un cable.

El nombrado se dio prisa, esta vez el cerebro si pareciendo funcionarle con rapidez. -- ¿No te quedas a dormir? Tú lo has dicho, es tarde; no quiero que vayas a casa ahora. -- Dijo tras haber tomado el brazo del alfa. 

JungKook tuvo que reprimir una sonrisa, TaeHyung era malditamente adorable incluso en estos instantes en los que lo que más quería hacer es tenerlo debajo suyo diciéndole lo bien que se sentía. 

-- Claro que sí, JungKook-ah; quédate a dormir. Ni que fuera la primera vez, ya lo sabes, estás en casa. -- Habló YoongSoo al ver como aquellos dos no hacían otra cosa que no perderse en la mirada del otro. "Qué raros están." Pensó. -- Bueno, voy a terminar de prepararle la infusión a mi omega; descansad ¿Bien?  No hagáis mucho ruido, cada vez que os quedáis juntos llenáis la casa de carcajadas y se os olvida que es de noche. -- Advirtió con diversión y dulzura el hombre, perdiéndose por el umbral de la cocina. 

-- Lo intentaremos, YoongSoo-ssi. -- Susurró bromeando el de cabellos carbón, intentando reprimir la risa; la cual acabo por salir cuando un avergonzado TaeHyung le empujó con suavidad. 

-- Vamos a mi habitación... -- Ordenó el mayor, subiendo las escaleras con cuidado de no hacer ruido, no quería despertar a su padre omega en el caso en el que se encontrase dormido. 

Una vez que ambos estuvieron en la habitación cerró la puerta, y JungKook quiso decir algo con intención de saber para qué se supone que le había invitado a quedarse; pero al ver cómo el de piel canela aún mantenía sus mejillas sonrojadas y la mirada perdida... supuso que hasta ahí había llegado la diversión de la noche. 

TaeHyung no querría hacer algo más. Por eso ya lo único que podía intentar es aligerar el ambiente. 

-- Oye, osito; no te preocupes. No nos escucharon, si YoongSoo-ssi llega hacerlo estoy seguro de que nos hubiera dado una charla de los anticonceptivos, ya lo sabes. -- Bromeó, aunque ambos sabían que aquello era algo totalmente real. 

Tae asintió con cuidado. -- Y-ya... -- Murmuró, y claro que se sentía avergonzado por si su padre les habría escuchado; aunque su amigo tenía razón, era imposible, aquella no hubiera sido su reacción. Aún así, aquella no era su preocupación principal ni mucho menos. 

"¿Qué estará pensando Koo?" Era lo que tenía en bucle en su cabeza ahora que podía pensar en frío, no teniendo las hormonas en el control de mando sobre su cuerpo. Con cuidado de no ser descubierto llevó su mirada hacia el contrario, este estaba ocupado quitándose la chaqueta y dejando sus pertenencias sobre el escritorio, sus llaves, teléfono, billetera... 

Lo sintió a la perfección, sus mejillas se estaban sonrojando aún más por momentos. Llevaba muchos años con ese chico a su lado, ambos siendo la lapa del otro ¿Cómo es que nunca algo como esto había llegado a suceder? ¿Cómo nunca ni siquiera se había planteado que una atracción así pudiera existir entre ellos? 

Por Dios, apenas desde el primer beso de la noche no habían podido parar, parecía algo que habían estado reprimiendo y esperando desde hacía mucho tiempo. 

-- ¿Tienes algún pijama mío por ahí? Los tuyos me quedan pequeños. -- Pidió el azabache a media voz desabrochándose el pantalón, tal y como muchas veces antes había hecho frente al contrario con anterioridad; pero algo vibró diferente en el pecho de TaeHyung cuando vio aquellas manos desabrochándose la hebilla del cinturón. 

-- Sí, sí, tengo alguno. -- Dijo apresurado moviéndose hacia la cómoda. Tenía un cajón expresamente lleno de ropa ajena. Había veces que JungKook se cambiaba allí y se le olvidaba, otras que TaeHyung se quedaba a dormir en su casa y al final acababa llevándose la ropa que el alfa le había prestado. 

Así que al final siempre tenía ropa suya por allí. 

Sin ser capaz de mirarle directamente a los ojos de manera prolongada TaeHyung le ofreció las prendas. -- Iré a lavarme la cara, si quieres acuéstate; en seguida voy. -- Dijo, sus palabras sintiéndose ligeramente atropelladas. 

El jovencito asintió no sabiendo como abarcar el tema; tampoco sabiendo cómo era realmente que el chico de bucles castaños se llegaba a sentir. A veces no poder detectar el aroma de Kim le frustraba, era más difícil de leer de lo normal. 

Le dejó partir hacia el baño, y él simplemente aceptó lo dicho. Con tranquilidad; escuchando el agua correr de fondo, se cambió de ropa. Dejó la suya doblada sobre la cómoda y se metió en la cama king size que su mejor amigo tenía, suspirando gustoso en el momento que aquel perfume tan característico que TaeHyung usaba le envolvió. 

"No había nada más cómodo que tu propia cama"... bueno, JungKook pensaba de esa manera; exceptuando por la cama de Tae. Realmente amaba todo, como olía, la suavidad de las sábanas, la calidad del colchón y almohadas; y por supuesto la compañía que suponía el dormir allí. 

No pasaron más de cinco minutos hasta que el chico hizo acto de presencia en la habitación, apagando la luz antes de gatear por la cama para meterse bajo las sábanas. No fue capaz de colocarse de lado para poder mirar a su amigo. "¿Qué tan incómodo debe de sentirse Koo? A lo mejor ni siquiera quería quedarse aquí conmigo después de todo lo que pasó..." Pensó, bocarriba con sus ojitos color caramelo fijos en el techo. 

El omega estaba seguro de que si el otro se concentraba iría a ser capaz de escuchar su corazón latir de manera desenfrenada. 

-- Descansa, buenas noches. -- Murmuró JungKook, quien había esperado poder recibir alguna mirada de parte del otro; así pudiendo empezar una conversación sobre cuál era la situación. Al no recibirla simplemente asumió que no era el momento. 

Para cuando el de piel canela giró su rostro para contestar, el joven ya se había dado la vuelta. Todo lo que podía ver por la tenue luz que entraba por la venta era la espalda ancha de JungKook. 

De manera involuntaria el belfo inferior de Tae se abultó disconforme, esta vez colocándose de costado, apretando las sábanas entre sus dedos. ¿Debía de estirar el  brazo y llamarle? ¿Se estaría arrepintiendo de lo sucedido? Espera ¿Iba a perder a JungKook por esto? No ¿No? ¿Verdad? 

Realmente el tiempo fue algo que no supo controlar en cuanto se ahogó en aquellos pensamientos, no supo cuantos minutos habían pasado cuando el miedo lo consumió por completo. 

No podía, el silencio de la noche le estaba gritando que a lo mejor, muy posiblemente, iba a acabar por perder a la persona más importante de su vida por un tonto impulso que podría haber seguido reprimiendo. 

Y aquello le asustó, lo hizo de sobremanera. 

-- K-koo. -- Susurró, asustado por si el chico se había terminado por dormir. 

-- ¿Uhm? -- Contestó, escuchándose algo adormilado; pero su rápida contestación le hacía saber que seguía consciente. 

TaeHyung tuvo que apretar los labios y tomar aire antes de poder articular palabra, a pesar de que quería poder callar a su cabecita, alguna parte de ella estaba deseando que el chico estuviera dormido para no afrontarse a ello. -- Perdón si te incomode, entiendo que... que esto no era... no era... n-no e-era... -- El omega se quedó totalmente pillado al momento en el que sintió como el colchón se removía, y de repente pudo distinguir el rostro ajeno demasiado cerca del suyo. 

-- Entiendes que esto no era qué. -- Invitó a seguir, jugueteando con su propia lengua con sus piercings con tranquilidad mientras que le escuchaba, aquello consiguiendo atrapar la atención del contrario por unos segundos. 

-- Que esto no era lo que a lo mejor querías en realidad. -- Murmuró, admirando el rostro ajeno con atención. Todos sus nervios parecieron volar al momento en el que tuvo a JungKook enfrente prestándole toda la atención con una mirada brillante y gentil. 

-- Kim TaeHyung... -- Llamó sin perder el tono de voz bajo, removiéndose de nuevo para quedar apoyado sobre su antebrazo, pudiendo mirar así al chico desde arriba. -- Si no fuera porque nos hemos encontrado con la sorpresa de tus padres, ahora mismo estarías gimiendo mi nombre; y no me arrepentiría de una mierda. -- Aseguró, agachando su rostro hasta poder encontrar la boca ajena; quedándose a escasos centímetros más no llegando a tocar a ella. -- Me quedo con las ganas, es lo único que puedo pensar ¿Qué piensas tú, te arrepientes de algo? -- 

El castaño necesitó un par de segundos antes de poder responder de manera adecuada; no por dudas o miedo, más bien esforzándose en comunicarse un poquito más de manera verbal antes de dejarse llevar por ese impulso el cual de nuevo le estaba incitando a capturar los labios del alfa  -- En lo único que pienso ahora mismo es que es una lástima que los dos nos quedemos con las ganas. -- 

-- ¿Qué mierda estamos haciendo entonces? Ven aquí. -- 

Y TaeHyung no pudo comprender cómo había pasado de estar ansioso y confundido, a de nuevo tener ese cuerpo fornido aprisionándole; esta vez contra el colchón. Pero no se quejó, claro que no. Era todo lo que había querido sentir desde que aquel punto de inflexión en la fiesta.

No dudó un solo instante en abrir sus piernas, dejando que el otro chico pudiera acomodarse entre estas mientras se besaban de esa manera húmeda y profunda que le hacía temblar hasta la última célula. 

TaeHyung pasó sus manos por sus brazos y hombros hasta poder llegar a su rostro, acunando este mientras el beso avanzaba; siendo por momentos cada vez más dominado por el más joven de ambos. 

Si alguna vez antes había pensado que conocía al cien por ciento a Min JungKook, le estaba quedando claro que existía una faceta la cual nunca antes había tenido el placer de conocer. Cómo alguien tan gentil, dulce y tranquilo podía ser capaz de estar despertándole este sentimiento; Tae se sentía completamente a los pies del chico que tenía entre sus piernas.

Mientras que Jungkook usaba uno de sus brazos para poder apoyarse en el colchón; decidió usar su mano libre para que esta se deslizara hasta acabar dentro de las prendas superiores del otro chico, su tacto cálido viajando a ciegas por la piel canela evocando el sentimiento de estremecimiento en el cuerpo del chico que tenía bajo suyo; tal y como había querido desde que habían cruzado por la puerta principal. 

Las piernas de este se apretaron alrededor de los costados del alfa, quien jadeó ronco sobre su boca apenas haciendo una ligera presión con su pelvis. -- Apriétame así más veces y esto acabará hecho un desastre, TaeHyung. -- Le gruñó gustoso entre besos. 

Y aquello pareció la mejor maldita provocación que podría haberle hecho. 

Claro que lo volvió a hacer, no siendo aquello solo suficiente. El omega rodeó la cintura del chico con sus piernas, teniendo la oportunidad de pegarse aún más a su cuerpo; sus dedos enredándose en su cabello y tironeando cada vez que el beso subía de nivel y JungKook ondeaba su cuerpo. 

-- Miel... -- Llamó ladeando ligeramente su rostro al necesitar un poco de aire, siendo esto una perfecta y clara invitación según JungKook para enterrar su rostro en la curvatura de su cuello. -- A-ahm... -- Jadeó, sus labios hormigueando después de tantas tandas de besos en el día; aún así extrañando la boca ajena al segundo uno de haberla perdido de vista. 

El nombrado chupaba, mordía y besaba toda la piel canela que se encontraba a libre disposición, y Tae solo podía sentir que se estaba derritiendo en ese instante en el que su amigo se estaba ocupando de estimular aquella zona tan delicada como era la curvatura de su cuello. 

Sus ojitos pesaban ante la nueva sensación de la que por un solo segundo dudó en permitir, era la primera vez que le permitía a un alfa acercarse a aquel lugar, nunca le había dado el permiso a nadie a hacer aquello por el miedo de ser marcado a traición. Pero ahí estaba, su lobo interior implorándole por dejar que el joven de cabellos oscuros mimase aquella zona.

Cada vez lograba sentir los dientes del chico sobre su piel percibía a su omega aullar dentro suyo.

-- Mierda ¿Puedo tocarte? -- Pidió el joven de manera jadeante, apoyando ahora su frente sobre la del castaño; en esa posición en la que ambos dudaban sobre quién le estaba robando la respiración a quién. 

Se estaban frotando como dos adolescentes que no sabían controlarse, y apenas esos movimientos desordenados ya conseguían sentirse más satisfactorios que muchas de las relaciones sexuales completas que recordaban con otras personas. -- Sí, sí, por favor. -- Jadeó el mayor deslizando sus manos para apretar la camiseta que el chico portaba. 

Apenas bastó que TaeHyung tirase de esta un par de veces mientras que compartían otro beso para que JungKook se separase un instante. El nadador se alzó colocándose de rodillas sacando la prenda que tanto le estaba molestando; necesitaba con urgencia sentir el tacto ajeno sobre su cuerpo también.

Sus dedos o sus uñas, cualquier cosa estaban más que bien para él. 

" A la mierda... " Escuchó Kim dentro de su cabeza, mirando aquel cuerpo de escultura que tenía ahora frente a él. Realmente le parecía algo super confuso el hecho de ver a su amigo una vez más de esta manera, siendo ahora algo que le despertaba un sentimiento que nunca antes. Es como si el JungKook de hacía dos semanas y el de ahora mismo fueran alguien diferente en su  cabeza.

-- No me desgastes. -- Se jactó el joven exspirando una risa. 

-- Si es posible... tú si desgástame a mi... -- Susurró como respuesta, sintiendo como ambas manos ajenas se apoderaban de su cadera sin cambiarse de posición. 

JungKook pegó su pelvis al cuerpo del castaño, habiendo colado sus dedos por el borde del pijama desacomodado, para así poder enterrar estos en su carne mientras se frotaba con él. Con sus ojos entrecerrados y respiración pesada le miraba desde arriba. El omega realmente quería, necesitaba; hacer una fotografía de esto aunque fuera mental. 

El chico más jodidamente lindo ante sus ojos mirándole de aquella manera, los músculos de sus brazos apretándose cada vez que intensificaba el agarre en su cadera para poder hacer fricción entre ambos. -- Ah... hyung; me tienes fatal. -- Jadeó el pelinegro inclinándose de nuevo hacia delante. 

Y cuando TaeHyung quiso poder contestarle que era mutuo, que esto estaba sintiéndose demasiado bien, la diestra de Gguk se había abierto camino por sus pantalones de pijama y ropa interior. Tan solo el roce de sus dedos en la zona del interior de sus muslos ya le había provocado que la respiración se le cortase por un instante; aún así esa sensación se quedó en pañales cuando la yema de los dedos anular y corazón cruzaron toda su intimidad. 

El alfa sintió como las esbeltas piernas que le rodeaban a cintura temblaban mientras él sacaba su mano de las prendas ajenas. Colocó esta entre los rostros de ambos y abrió sus dedos; ambos siendo espectadores de los hilos de lubricante natural que se unían entre las falanges. 

Una sonrisa se dibujó inevitablemente en su rostro, no dudando un solo instante en llevar los dígitos hacia su propia boca para chuparlos. -- Dulce. -- Musitó antes de reír a media voz y volver a meter su mano en el mismo lugar. 

TaeHyung no podía pensar ni una sola cosa en el mundo más lasciva y excitante que aquello que acaba que pasar, aunque también cabía recalcar que no había manera humana en la que el castaño pudiera razonar en estos instantes. 

Aquellos dos dedos esta vez no solo le habían tocado de manera superficial; sino que se habían introducido en su interior. -- Miel...Miel... -- 

-- Sh, pórtate bien y mantente en silencio, hyung... -- Susurró en su oído, moviendo su muñeca con la intención de que sus dedos llegarán profundo, justo donde le hiciera delirar de placer al mayor.

Kim no supo cuantos minutos fue que pasaron de esa manera, él afianzando su agarre en la espalda de JungKook calvando sus uñas en el proceso, hiperventilando en busca un poco de aire que de vez en cuando el contrario le robaba con besos profundos y embestidas de sus de dedos. 

Mierda, el alfa le decía que se mantuviera en silencio pero él no paraba de susurrarles sucierías en la boca. -- No cierres las piernas, TaeHyugie... -- Advirtió al sentir como el cuerpo del nombrado se tensaba, posiblemente por el orgasmo que se aproximaba. 

 El castaño entreabrió sus pomposos labios echando su cabeza hacia detrás en la almohada, siendo consciente de como sus sentidos se nublaban en el momento en el que JungKook estuvo penetrándole digitalmente mientras besaba su mandíbula y mejilla. 

-- Wop, te manchaste el pijama... -- Rió el pelinegro reincorporándose unos pocos de segundos después en los que habían estado en silencio, dándole la oportunidad al mayor de tomar el aire suficiente para volver a este mundo. Tras sacar su mano de las prendas volvió a limpiarse con ayuda de su propia boca; su amigo tenía esencia dulce. "Tal vez en otro momento debería de comérmelo por complet- " 

-- Koo... -- Llamó una vez más el de piel canela, aún estando tumbado con el nombrado entre sus piernas. -- Tú no pudiste terminar. -- Dijo reincorporándose un poco para estirar su brazo y  pasar su mano por la erección prominente que se marcaba en aquel pantalón de pijama color gris. 

Aquello hizo que inevitablemente el alfa dejase escapar un gemido ronco. -- Da igual, eso lo podemos dejar para otro momento... cómo me toques te juro por la Luna que voy a llorar de pura frustración por no poder terminar de hacer lo que quiero... No hay prisa... -- Murmuró llevando su izquierda hasta la cara de Tae, apretando su rostro para poder abultar sus brillantes labios. -- Vamos a hacer esto muuuchas más veces. -- Fue lo último que dijo antes de apresar los belfos ajenos una vez más, esta vez de manera apaciguada; aún así profunda. 

TaeHyung no sabía si era el cansancio, el orgasmo que acababa de tener, ese aroma intenso que ahora inundaba toda su habitación de esta manera por segunda vez en toda su vida; o poder descansar totalmente enredado con el cuerpo del alfa, el cual no se durmió sin limpiarle y ofrecerle otro cambio de ropa interior... pero hoy, después de demasiados meses, iba a dormir como un verdadero angelito. 



Espero que os haya convencido el capítulo. ૮₍ ˶' ˘ '˶ ₎ა ♡

No morí, solo estaba desaparecida. Espero poder estar de vuelta. Os quiero mucho. Cuidadse y bebed agua. 

Kissuuu.~~ 070324.

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