Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

doce


Una vez más: habían pasado el fin de semana en la compañía del otro. Eran incontables las veces que se habían hecho compañía en días como esos; pero esta vez había sido completamente diferente, el omega no recordaba una tanda sexual tan prolongada en su vida con ninguna de sus anteriores parejas. 

La mayor parte del sábado y el domingo habían podido disfrutar de la casa a solas, y además habían sido cautelosos cuando YoongSoo estuvo allí. Aunque también ayudó demasiado el hecho de que a su padre no le gustase entrar en su habitación; menos sin permiso. 

Todo el lugar olía a miel de una manera intensa, y TaeHyung no podía estar más conforme con ello. Incluso el domingo por la noche; cuando ya el alfa no se encontraba allí con él, podía seguir disfrutando de ese aroma impregnado en todo el lugar. 

Y aunque a cualquiera podría resultarle amargo un lunes en la mañana, el omega despertó con una sonrisita automática en sus pomposos labios. Más flashbacks sobre el fin de semana lo atropellaban mentalmente a cada momento. 

Justamente como ahora, apenas había entrado por la puerta de la universidad y estaba sacando algún que otro libro de su taquilla; pero su mente reproducía la imagen de JungKook sobre él y su cadenita del cuello moviéndose al mismo ritmo, su voz en su oído sin vergüenza, sus manos apretándose en su piel.

Y si algo lo sacó de su sucia imaginación llena de recuerdos, no iba a ser otra cosa que un suave empujón de alguien que conocía la perfección. -- Buenos días, TaeHyungie.~ -- Canturreó BoGum, haciendo que el castañito le mirase con dulzura; feliz de comprobar que después de bastantes días su amigo por fin venía con ese humor desbordante que solía caracterizarle.

-- Buenos días, BoGumie ¿Mucho trabajo este fin de semana? -- Inquirió, cerrando su taquilla una vez que había tomado todas sus pertenencias. Llevaba su mochila colgando de uno de sus hombros y un par de libros abrazados contra su pecho. 

-- Algo, así ¡Pero conseguí tener desde el jueves hasta el domingo libre de esta semana! Casi no lo puedo creer, estás invitado; obligatoria la asistencia, a hacer algo juntos. -- Avisó usando su dedo índice como advertencia, a lo que Kim asintió en una risita, sintiéndose extrañado cuando pudo ver al mayor escaneándole de pies a cabeza. 

-- ¿Qué pasa? -- TaeHyung se miró a si mismo, revisando sus prendas extrañado. 

Fue el beta quien alzo su rostro tomando con delicadeza su mentón. -- Hay algo raro en ti... te ves diferente, te brillan demasiado los ojos y aunque siempre sonríes hoy parece que en cualquier momento sus mejillas se vayan a agrietar, además te brillan como si fueras Heidi. -- 

Con los nervios a flor de piel el castañito apretó contra sí mismo sus libros, forzando una risa a la par que rodaba los ojos. -- Eso fue porque descansé mucho este fin de semana, recargué todas mis energías. -- 

-- ¿Seguro? Por un momento pensé que te lo habías pasado al completo con JungKook-ah, apestas a él a kilómetros. -- Murmuró, aquello al final era lo más normal del mundo. 

-- B-bueno sí, descansé mucho con Gguk. Oye ¿No tienes que ir a tu taquilla para nada? -- Posiblemente en otra ocasión BoGum habría estado más ágil mentalmente, extrañándose por el tonto tartamudeo ajeno; pero la pregunta del chico le hizo recordar algo que le ocupaba la cabeza habitualmente. 

Claro que debería de ir a su taquilla; pero ir hasta allí significaba posiblemente encontrarse con el chico bromista de aroma a cítricos, y definitivamente algo dentro suyo no sabía si quería ver a EunWoo en estos instantes. 

Era consciente de que el jovencito había estado quedando estos días atrás con su mejor amiga, era conocedor de ello por las historias de Instagram que habían subido y porque el chico le hablaba para contarle. Sin embargo, ninguna noticia por parte de Lisa había llegado; cosa que le extrañaba de sobremanera en realidad, ellos siempre se habían contado todo. 

De todas formas le dio la razón a su amigo en un suave murmuro, lo cual les llevó a dirigirse hasta allí. BoGum estaba contándole sobre algunos agradables clientes, uno de ellos; un alfa sorprendentemente, le había llevado hasta galletitas saladas por el excelente servicio. 

El beta estaba ya con sus apunes y carpeta sujetados con su mano derecha cuando vio a pocos metros el dúo dinámico constituido por esos dos alfas inseparables. Tal como sus ojos chocaron con los de EunWoo cerró su taquilla para poder irse de allí lo antes posible; sin embargo, se vio sorprendido con las acciones del dueño de aroma a miel. 

En cuanto el nadador había divisado el cuerpo de TaeHyung de espaldas; se acercó tan rápido como si se tratasen dos imanes contrarios. Una de sus manos se deslizó por su cintura y desde atrás depositó un beso en el hueco entre su oreja y cuello. -- Buenos días. -- Murmuró, pasando de largo hasta llegar a su taquilla y abrirla. 

¿Había algo más común habitualmente que un saludo empalagoso entre esos dos? Definitivamente no, aún así aquello había sido diferente a lo de siempre ante los ojos del mayor; y si necesitaba la mínima prueba más para asegurarse, la obtuvo cuando las mejillas del omega se enrojecieron, sus pomposos labios se apretaron con la intención de aguantar una sonrisita que lo delatase y sus ojitos no perdieron de vista el fornido cuerpo del joven. 

Algo hizo click en su cabeza y de repente todo pareció encajar.

Con ambas manos BoGum no dudó un solo segundo en tomar el rostro de su bonito amigo, queriendo que; aunque pareciera misión imposible, le dirigiera la atención en estos instantes a él y no a la espalda ancha de JungKook. -- ¡Te lo has tirado! -- Exclamó en un susurro. 

Y por como TaeHyung apretó automáticamente sus  libros sobre su pecho y sus ojos se habían abierto ante la sorpresa: supo que sí. -- N-no dig- -- 

-- ¡Dios mío, sí! ¡Gracias Diosa Luna! -- Exclamó el beta no haciéndole ningún tipo de caso a lo que el castaño quiso decir. Si tuviera lobo en su interior sabía que estaría dando saltos de alegría. Él siempre había querido esto para el contrario, hacía falta ser ciego para no poder ver cómo se querían le uno al otro. -- ¿Cómo fue? ¿Te trató bien? Dime que te enganchaste a esa espalda y no la soltast- --

Ahora fue turno del más joven para interrumpirle, posando las palmas de sus manos sobre los labios de su amigo. -- Gumie, estamos en mitad del pasillo... -- Se quejó avergonzado, sintiendo como en realidad su rostro ardía hasta sus orejas. 

¿Tan obvio era? ¿Acaso le salían corazones por los ojos cuando JungKook pasaba por enfrente suyo? 

-- Es que no sabes lo mucho que esperaba este momento, es tu otra mitad, Tae; tu otra Luna. -- BoGum le miraba con una sonrisa dulce, una que si cabía le hizo sentir un poco más de vergüenza; pero aún así la emoción ganó aquel agrio sentimiento ¿Lucían así? ¿Siendo la Luna del otro? 

Kim asomó su cabecita sobre el hombro de Park, divisando a unos cuantos metros como el azabache preparaba su maleta de entrenamiento. Ayer le dijo que apenas tenía dos horas de clase, después de estas todo el tiempo restante en la universidad era para la piscina. 

A su lado estaba EunWoo con toda su atención puesta al teléfono, Tae no podía olerle desde ahí; pero por la expresión (poco común en él) que portaba, parecía estar discutiendo con alguien más.

-- ¿T-tú crees que podamos ser la luna del otro y no solo unos mejores amigos equivocándose? -- Murmuró el omega relamiendo sus labios en busca de un poquito de paz en la respuesta contraria, fuera positiva o negativa ayudaría a aclarar sus ideas. BoGum siempre había sido su mejor y honesto consejero, confiaba en él. Sin embargo las palabras de HanBin no abandonaban su cabeza.

El mayor por un momento sintió lástima; no sabiendo qué clases de pensamientos estarían ocupando la mente del contrario, pero intuyéndolos un poco. Aunque era algo normal, alfa y omega habían sido inseparables toda la vida con una etiqueta repetida hasta la saciedad, "mejores amigos". 

-- Tae, creo firmemente que lo sois. Os adoráis, solo hace falta pasar un poquito de tiempo con vosotros como para darse cuenta. -- Aseguró, apoyando su mano izquierda sobre el hombro del nombrado en busca de hacerle sentir apoyado. -- Aún así, tenéis que hablar del tema, comunicaros. Debéis de dejar claro vuestros sentimientos, colocar límites y saber en qué punto os encontráis los dos. Por mucho que os queráis, sino hacéis las cosas bien; todo se puede torcer. Así que intentad haced lo correcto. --

-- No sé si debería de ser de esa manera... pero me estás haciendo sentir aún más ilusionado. Tengo a mi lobo correteando en mi interior de manera desmesurada. -- Lloriqueó, sin susurrar pero sí que usando una voz baja, no pudiendo evitar abrazarse al cuerpo del contrario rodeando su torso en un abrazo. 

-- Tranquilo, todo va a salir bien si hacéis lo que debéis. -- Para el mayor fue imposible no sonreír enternecido, hacía tiempo que su interior no se sentía tan cálido realmente. No estaba siendo su mejor mes, pero esta noticia le alegraba de la manera más honesta. 

Por supuesto; aunque no era lo más común entre ellos porque ninguno era demasiado pegajosos con el otro, le devolvió el abrazo rodeando sus hombros, aprovechando la postura para acariciar sus cabellos color chocolate. 

-- Oye... ¿Tanto se me nota? Ni siquiera tengo aroma, no debería de ser tan evidente. -- Se quejó, ruborizándose de manera automática al intentar pensar cómo es que sería su cara cuando JungKook pasaba por el frente.

Aquello hizo que el beta carcajeara un poco, meciendo el cuerpo del otro con cariño. -- No es que sea tan obvio; creo, simplemente os conozco demasiado a ambos. Os he criado. -- Bromeó, haciendo que TaeHyung se separase apenas para poder mirarle con una de sus cejas enarcadas, transmitiéndole un "¿En serio?" sin palabras. -- Oi~ Es broma. Alegra esa carita, te has tirado a Jeon musculitos JungKook. -- 

-- ¡Park BoGum! -- 





No es como si su padre le obligara a ello, pero al final se sentía un poco en deuda; la cafetería familiar también era lo que le daba de comer y siempre que necesitasen ayuda en esta él estaría dispuesto a echar una mano. Atender a los clientes después de todo no le era tedioso ni muchísimo menos, trabajar de cara al público era agradable bajo su punto de vista.

Por eso mismo se encontraba (otra vez) en la cafetería con un mandil puesto y con una bandeja repleta de cafés y postres en su mano derecha. Una beta se había dado de baja por embarazo de riesgo, a pesar de que ella había querido seguir allí YoongSoo; padre de TaeHyung y jefe de ella, no lo había querido consentir. Quería asegurarse de que su embarazo se llevase de manera correcta y saludable. 

Aquella era la razón por la que el castañito se encontraba en el lugar. 

-- Tío Yoon ¿Le queda mucho a los waffles de la mesa cinco? La chiquitina de allí llora de hambre. -- Rió enternecido por la escena, asomado por la pequeña ventanita que conectaba la cocina con el salón de la cafetería. 

-- Un par de minutos, osito. -- Respondió con una sonrisita divertida. 

El alfa de tez pálida terminó de servir un smoothie de varias frutas, decorándolo con chispas de chocolate y acto seguido dejándolo en el alfeizar de madera de la ventana, justo frente de TaeHyung. Bromeando aún así tocó la campanita que anunciaba una entrega lista. -- Mesa 12, cielo; lo estás haciendo genial. -- 

Kim se puso en marcha, dejando el pedido donde le había sido ordenado. Atendió a la mesa con una dulce sonrisa y se aseguró de que estaban satisfechos por el momento. Con rapidez quiso volver a su trabajo, dándosela vuelta de manera abrupta sin esperar que alguien pudiera entrar a esa misma vez por la puerta. 

Las manos del omega no atinaron a otra cosa que no fuera agarrarse de los bíceps del joven que había entrado al local, teniendo las manos de este apoyadas en su cintura para impedir una posible caída. Podría haberse sentido incómodo por ello, pero no pudo cuando analizó el rostro que tenía frente a él. -- ¡Koo! -- Exclamó feliz de poder ver a su... mejor amigo. 

-- Buenas tardes, hyung. -- Rió el azabache, relamiendo sus labios en el  intento de no verse evidente. Quería besarlo ahora mismo frente a todos, nadie entendería lo que le provocaba Tae en ese uniforme. Por alguna extraña razón se veía más lindo de lo común; que ya era decir, y además llevaba desde el domingo sin poder ni siquiera tener un poquito de la atención que necesitaba de parte del otro chico. -- ¿Ayudando de nuevo por aquí? -- 

-- Así es, soy un omega con obligaciones de repente. -- Bromeó, relajando el agarre que tenía en sus brazos para apoyar la palma de sus manos sobre su torso; después de todo aún se encontraba sujeto por la cintura. -- ¿Y tú? ¿Buscabas a tío Yoon? Está en la cocina. -- 

-- Bueno... de hecho venía a- -- Antes de poder explicarse la puerta fue abierta, muchas risas inundaron el lugar. 

-- ¡JungKook ya pudimos aparcar! El auto no está lejos y- ¡Oh! ¡Buenas, TaeHyung hyung! -- Fue YuGyeom quien hablaba, pero todo el grupo de amigos estaban entrando por la puerta. 

Realmente al omega no le quedó otra que reír, todos esos alfas ahora le miraban con una sonrisa de oreja a oreja; parecían igual de felices que él por el encuentro casual. No se veían desde la fiesta en la que ambos acabaron escapándose. -- Buenas tardes a todos, realmente no me esperaba esta linda sorpresa. -- 

-- ¡Ni que lo digas! No sabíamos que trabajas aquí, hyung. Seguro que mucha gente viene a solo ser atendido por el omega lindo. -- Habló esta vez MinGyu, y aunque había sido un cumplido sin ninguna doble intención; el lobo de JungKook tuvo que mantenerse calmado para no gruñir. 

-- ¿En qué mesa dejo a estos tontos mientras que saludo a mi padre? -- Murmuró el joven de piercings, moviendo conscientemente sus dedos para poder colar estos por la ropa ajena; obteniendo inmediatamente lo que quería. 

TaeHyung le miró nervioso y avergonzado, sus ojos color caramelo solo le miraban a él con ese brillo especial: eso era todo lo que quería. 

-- E-en la que más cómodos os sintáis, las de la ventanas son más lindas... supongo. -- Dijo, totalmente perdido en el rostro ajeno. 

EunWoo fue quien reaccionó colocando sus brazos sobre los hombros de YuGyeom y MinGyu, quedando él en el medio. -- Vamos a una de esas, quiero ya mirar la carta y sentarme. Me muero de hambre. ¡No tardes en aparecer, hyung! -- Exclamó mientras se llevaba a sus amigos de la entrada. 

-- Debo de seguir atendiendo. -- Avisó el castaño, separándose a pesar de que su omega le implorase por quedarse un ratito más en contacto con el otro chico. -- En seguida estaré con ustedes, Gguk. -- Y cuando creyó que podría proseguir con su trabajo, la mano del alfa rodeó con delicadeza su muñeca.

-- ¿Te espero a la hora del cierre? Quiero llevarte a casa, verte a solas; aunque sean 10 minutos. --Pidió jugueteando con su lengua y los piercings del extremo del labio inferior. Dios mío TaeHyung necesitaba urgentemente besarlos. 

-- ¿Llevas mi casco? -- Inquirió, deslizando su mano hasta que pudo entrelazar tímidamente los dedos con los del alfa. 

-- Siempre llevo tu casco, lo sabes. -- Fue la respuesta ajena, y felizmente le asintió con una sonrisa que delataba lo feliz que se había puesto por ello. -- Te veo luego entonces, bonito. No te molesto más en tu jornada laboral. -- 

Y así fue, el azabache dejó que siguiera atendiendo mesas mientas él se perdía por la puerta de la cocina. Su padre alfa estaba de espaldas rellenando los moldes de lo que parecían ser muffins, tan concentrado en su tarea que pareció no percatarse de la entrada de alguien más, por eso actuó con cuidado colocándose a su lado. -- Tienen buena pinta. -- 

El albino rápidamente giró su rostro, encontrándose con su adorado hijo mayor. -- ¡Kook-ah! ¿Qué haces por aquí? -- YoonGi dejó lo poco que quedaba en la manga pastelera apoyada en la encimera de manera en la que no desbordase; quería abrazar a su niño. 

-- Venía a merendar con los chicos. -- Dijo, con algo en mente que llevaba martilleándole la cabeza desde que había entrado por la puerta, por suerte tenía la confianza de sobra con su padre como para poder expresarse sin miedo; haciéndole no sobrepensar demasiado. -- Oye, pa'; si necesitáis ayuda en la cafetería puedo hacerlo, tal y como lo hace Tae. -- 

El alfa mayor parpadeó ligeramente ante la sorpresa, aunque no sabía realmente por qué sentía esto como algo inesperado cuando JungKook siempre fue alguien maduro, protector con los suyos y resolutivo. Era algo bastante acorde con él el querer ayudar. -- Cariño, no te preocupes; nos hace falta una manita pero tú ahora mismo estás con las competiciones, entrenas mucho. -- Aseguró, de nuevo tomando la manga pastelera para poder terminar los pocos moldes que faltaban. 

-- Me gusta la repostería, llevo desde niño aprendiendo contigo; puedo hacer esto. En cuanto termine los entrenos vendré, el tiempo que pueda seré de ayuda. -- Y aunque aquello era su razón número uno y la más importante... el poder pasar tiempo con TaeHyung; incluso de esta manera, le era meramente atrayente. 

-- Habla con tu tío YoongSoo entonces, cachorro; él tiene la última palabra. -- YoonGi le sonrió con dulzura y llevó la bandeja llena de muffins sin cocinar hacia el horno. 

Realmente era un padre orgulloso de su hijo.



JungKook finalmente estuvo más tiempo del que tenía planeado en la cafetería, sus amigos habían estado más que entretenidos allí siendo atendidos de manera especial por el omega de cabellos castaños que conocían. De vez en cuando Tae siempre se acercaba con algo más de postre o beber sin que hubieran ni siquiera pedido, y por supuesto que ellos no querían moverse de allí si el dulce joven seguía mimándoles de aquella manera. 

Bueno, mirándolo con perspectiva el alfa agradeció aquello; él debía de quedarse de allí hasta que el turno del otro terminase, lo hizo inesperadamente acompañado.

 Aún así su lobo estaba intranquilo, su aroma a miel seguía siendo agradable; pero claro que TaeHyung pudo detectar apenas algo agrio en él al haber ido detrás suyo en su motocicleta. 

-- ¿Quieres pasar? -- Inquirió el moreno tras haberse bajado del vehículo, sujetando el casco con ambas manos y con su mochila colgando de su hombro izquierdo. 

Antes de poder contestar el azabache se quitó el suyo propio, revolviendo sus cabellos para quitar la forma del casco; realmente el omega no comprendía como lograba verse tan atractivo con una acción tan simple. -- Si paso no voy a querer irme. --

-- ¿Y el problema... está en? -- Bromeó, totalmente sumido en su papel de omega caprichoso, mirándole con ojitos destelleantes y labio inferior abultado viéndose disconforme pero tierno; a pesar de que quería dejar salir una carcajada por la expresión divertida del contrario. 

-- En que tenemos descansar como es debido, y además tengo que terminar un par de láminas que están en mi habitación y desgraciadamente no en la tuya. -- Rió, bajándose de la moto. -- Nunca dejo nada para el último momento pero los chicos querían salir hoy sí o sí y acabamos en la cafetería. -- 

-- Fue una linda sorpresa, tus amigos son fascinantes; me hacen sentir uno más siempre. -- De nuevo su lobo se sintió disconforme, y JungKook de verdad quiso rodar los ojos porque no entendía el por qué su alfa debía de ser tan posesivo cuando se trataba de Kim. Siempre fue así. 

El azabache se cruzó de brazos frente a él, con una sonrisa divertida que estaba a punto de hacer suspirar a TaeHyung porque combinaba a la perfección con esos pectorales y bíceps que ahora se marcaban aún más por la posición. -- ¿Quieres que te presente profundamente a alguno? Babean por ti. -- Bromeó, y Tae lo conocía lo suficiente como para saber que aquello no había sido tan humorístico como lo quería pintar. 

De hecho, en ese instante comprendió aquel ligero tono agrio en su aroma favorito. 

-- ¡¿De verdad?! ¿Puedo elegir incluso?  MinGyu es muy, muy lindo; pero he de decirte que YuGyeom siendo tan tranquilo y sensato es completamente mi tipo. Y ni hablar de EunWoo, realmente su aroma a naranja es tan- tan.... puf- -- El mayor no pudo evitar carcajearse, su estómago comenzando a doler incluso al fallar en el intento de tomar aire de forma correcta, ni siquiera pudo seguir con la broma. 

La expresión de su amigo, esa sonrisita cínica mientras taladraba su mejilla con su lengua y sus brazos se veían aún más apretados. 

TaeHyung acabó tomando el casco con una de sus manos para poder rodear el cuello ajeno con sus brazos; algo que sorprendió bastante al nadador puesto que estaban en mitad de la calle. Y aunque algo dentro suyo le gritaba tomar con posesión el cuerpo del otro, no se vino abajo; no abandonó su semblante. 

-- Siempre eres tan maduro y sensato, pero cuando se trata de compartirme te vuelves un crío. -- Se burló, realmente encantado con la situación; aunque no debiera de disfrutar de eso. Sentirse deseado, apreciado, ser consciente de que JungKook no lo quería dejar escapar. TaeHyung amaba ese sentimiento. Sobre todo porque podía sentir lo mismo. 

-- ¿Soy tu favorito? -- Susurró, derrumbando su fachada de tipo duro en el momento en el que Tae le sonrió a esa distancia de aquella manera geométrica que le hacía querer besarle, guardarle en una cajita de cristal y cuidarlo de por vida de la mejor manera. 

-- Incluso si nunca antes nos hubiéramos conocido y de repente hoy hubierais entrado en la cafetería sé que mis ojos solo te hubieran podido ver a ti. Siempre eres tú. -- "Siempre has sido tú" pensó.

Una vez más TaeHyung agradeció que fuera de noche, porque no pudo evitar depositar un besito prolongado pero superficial sobre los labios ajenos. Con cuidado ambos se separaron lo mínimo necesario, permitiéndose acariciar su nariz con la contraria despacio; ahora sí JungKook abrazaba su cintura con su brazo tatuado.

-- El próximo sábado tengo competición ¿Vienes? -- Preguntó en un susurró sobre su boca. 

-- Guárdame el mejor sitio. -- Pidió, ronroneando en cuanto los labios de JungKook habían vuelto a capturar los suyos 



150824. Kisssuuu.~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro