cinco
TaeHyung era alguien bastante aplicado en sus estudios, sus calificaciones desde que entró en la primaria solían sobresalir entre las demás personas. Cuando creció, incluso mucho de sus profesorado le resaltaba el "desperdicio" que iba a ser que una cabeza como la suya se fuera la rama de artes.
Ante estos comentarios el castaño solía reír, pero no es como si fueran un halago para él. Realmente nunca fue nadie precisamente con facilidad para memorizar o entender, sufrió mucho para tener esos honores; y todo lo hizo para obtener el mínimo de atención de sus padres.
Cada vez que él llegaba a casa con ese boletín sobresaliente, ellos dos le aplaudían y le prometían un día entero para ellos tres; siempre cumplían sus palabras. Fue así como el pequeño desde que comprendió que ese gran esfuerzo tendría aquella recompensa, no se permitió fallar ni un solo día de sus obligaciones.
Ahora que es mayor y entiende un poco de la vida, o por lo menos la mira con otros ojos del que lo hacía el pequeño TaeHyung; le hubiera gustado que no fuera de esa manera. Llorar un poco menos cuando se sentía tonto, disfrutar un poquito más de sus días cuando realmente la mayor preocupación podría haber sido simplemente jugar; y que por supuesto el pasar tiempo con sus padres no tuviera que ser un regalo, no sentirlo como algo excepcional.
La parte buena de todo esto es que a día de hoy seguía siendo el "cerebrito del aula", pero esta vez por puro gusto; disfrutándolo al cien por cien. Amaba la fotografía y el arte audiovisual; y estando en tercero de carrera no podía parar de soñar con su graduación y a lo mejor la bienvenida en el mundo laboral, si es que no seguía estudiando y especializándose.
-- Tae ¿Cómo lo ves? No me convence, hay algo en la edición que no sé qué es, pero no cuadra. -- Bufó su amiga, su fiel compañera con la que llevaba compartiendo asiento desde el primer día de clase, ChaeYoung.
El nombrado miró la pantalla del laptop de la omega, no le hizo falta nada más que unos segundos con su rostro ladeado para intentar darle algún consejo. -- Crea una capa de luces y otra para las sombras, ajusta la curva de ambas. Creo que eso va a hacer que el volumen de las facciones de la modelo se vea mejor. -- Dijo, ofreciéndole después una pequeña sonrisita de labios sellados.
-- Vale, gracias; rey. -- La chica le guiñó el ojo y volvió a reincorporarse en su asiento. Todo el mundo estaba haciendo su trabajo, a pesar de estar en ello, el profesor de esta asignatura; retoque fotográfico digital, les permitía tener charlas con quienes estaban alrededor, siempre y cuando el volumen de las voces no fuera elevado y el aula siempre estuviera en calma. -- Oye, vi que el otro día tu novio publicó algo contigo en Instagram; me alegra eso. --
Las mejillas del chico se alzaron por culpa de sus sonrisita, la cual se agrandó mucho más ante lo comentado por su amiga. Realmente la inseguridad que le daba que HanBin nunca postease algo con él solo se la había relatado a ChaeYoung, porque era la única que no tenía ningún tipo de trato con el alfa rubio; por lo que era más objetiva.
Estaba seguro de que si le decía aquella preocupación a BoGum o JungKook estos dos el único argumento que le darían sería "No sé qué haces con ese gilipollas" y enojarse aún más con el chico. Porque realmente no entendía el por qué, pero ellos dos tenían mil cosas para decir por qué no debería de estar saliendo con él, en concreto JungKook realmente tenía una lista de 82 argumentos.
-- ¿Viste? Por alguna razón siento que está más atento ahora, hace casi dos semanas que no discutimos, Chae. -- Celebró mirándola con sus orbes brillando de pura felicidad, algo que definitivamente le pareció adorable a ella.
-- Menos mal que no se enojó por lo de JungKook-ssi, realmente aunque no lo conozca esperaba que lo hiciese. Por lo del viaje y eso. -- Comentó encogiéndose de hombros para después dejar una caricia en la nuca de su amigo, y después seguir editando la foto.
-- Yo también creí que se lo iría a tomar de mala manera, pero no. Fue aún más lindo conmigo mientras estaba allí y aún más cuando volví. No sé que bichito le picó, pero bueno; ahí está esforzándose. Se siente como al inicio de la relaci- -- Antes de que pudiera terminar la palabra su profesor se había puesto en pie para dar por finalizada la clase, siendo esta la última que el chico tenía en el día de hoy. -- ¿Comes con las chicas, o vienes conmigo? Sabes que no es problema. --
La omega dejó incluso de recoger sus pertenencias para poder abrazarse al chico, estando ambos en pie. -- No te preocupes, Tae. Comeré con las chicas, hoy tenían clases así que se encuentran por aquí. -- Le explicó, ahora sí dejando todo guardado en su maleta; de una forma un poco desorganizada... pero así era ella, un bonito terremoto.
Siendo que ambos iban hacia el mismo lugar, decidieron ir juntos mientras charlaban de cosas triviales, esta vez siendo él quien la escuchaba comentar cosas sobre el nuevo anime que se había visto; pero con el cual ya estaba obsesionada. TaeHyung no había visto jamás un capítulo de Nana, pero vaya, después de escuchar a Chae podía escribir hasta una reseña.
Una vez entraron en la amplia cafetería se despidieron y cada uno buscó al grupo de personas que le esperaban, bueno; en realidad Kim solo buscaba a BoGum, pero cuando sus ojos le divisaron en una de las últimas mesas, los demás asientos también estaban ocupados.
-- Qué raro, ustedes dos juntos e invadiendo nuestro espacio. -- Bromeó el omega, dirigiéndose hacia JungKook y EunWoo, esos dos parecían hermanos separados al nacer. Donde estaba uno estaba el otro en la universidad. -- Buenas tardes, Gumie. --
Fue imposible para él no hacerle caso a sus impulsos, antes de poder sentarse se colocó detrás del beta y le rodeó con sus brazos; dejando además un besito sobre su coronilla. Era consciente de que no estaban siendo los mejores días para él.
Park era alguien totalmente independiente económicamente de su familia, se había ido a vivir solo desde el principio de su carrera universitaria porque ninguno de sus padres aceptaban que fuera a matricularse en la universidad de arte de Seoul, con la meta de formarse como actor. Por eso mismo, hacía mucho tiempo que "no tenía nada que ver con ellos" pero de vez en cuando hacían acto de presencia, y cuando esto pasaba, el pelinegro lo pasaba como el infierno.
-- Qué hipócrita eres Kim, cuando eras pequeño lloriqueabas porque no querías ni siquiera soltarme. -- Siguió con la broma su más mejor amigo alfa, dedicándole una sonrisita divertida antes de darle un bocado a la pieza de fruta que tenía en las manos. -- Estábamos haciéndole compañía a hyung mientras llegabas. --
Y aunque el castaño no lo dijo en voz alta, Gguk supo apreciar un agradecimiento honesto en los ojitos de su mejor amigo. -- De todas maneras ya nos vamos, JungKook tiene que ir a entrenar y yo... a estudiar. -- Lloriqueó dramáticamente el otro alfa, recostándose sobre la mesa.
-- Todas estas cosas te pasan por procrastinar a cada momento. -- La voz de BoGum había salido en un murmuro, ni siquiera estaba mirando a los chicos, tenía su mirada completamente perdida en algunas de las otras mesas.
Darse cuenta de aquello hizo que Kim abultase su belfo inferior con disconformidad. No era la primera vez que veía al beta en este estado, pero normalmente tardaba menos tiempo en recuperarse. Que llevase algo más de una semana con este ánimo era lo que le tenía algo preocupado.
EunWoo le replicó aquello al más mayor de la mesa mientras le robaba de su bebida, realmente los dos chicos de primero tenían total confianza con Park; y por supuesto con TaeHyung, quien ahora miraba la escena con un ápice de diversión, el chico irresponsable había dibujado una sutil sonrisita en el rostro del otro.
Mientras que el debate sobre si Woo era lo suficientemente responsable o no como para aprobar sin la ayuda de JungKook, este mismo dejó una sutil caricia el dorso de la mano de TaeHyung por encima de la mesa, llamando de esta manera su atención de la manera más tranquila posible. -- Tengo entreno, pero después no tengo nada que hacer ¿Te vienes conmigo a casa? -- Inquirió, viendo como las comisuras de los labios de su mejor amigo se alzaban incluso más.
-- No puedo, HanBin y yo nos veremos hoy después de su turno en la biblioteca. -- Le explicó a media voz. -- Pero si quieres en cuanto esté en casa te llamo por discord, creo que no llegaré demasiado cansado ¿Quieres? --
-- Claro, avísame y me conecto. -- Aceptó terminando de comer la poca fruta que le quedaba antes de levantarse, tronando su espalda en el proceso. Eso de llevarse toda la mañana sentado en la silla no era algo que le fuer beneficioso precisamente. -- Me voy al entreno. -- Murmuró a la par que ahora tronaba su cuello, no sabía de donde le llegaba la tensión, pero la podía sentir perfectamente en el cuerpo estos días.
Fue colocarse de pie y EunWoo hacer lo mismo automáticamente, realmente lo de ellos a veces llegaba a ser aterrador... Aunque a Tae le gustaba calificarlo como adorable, y a BoGum como una amistad empalagoso.
Definitivamente JungKook necesitaba esas casi dos horas en la piscina, soltarlo todo y dejar cada preocupación en el agua.
TaeHyung se encontraba feliz, pero sobre todo lo que predominaba en su cuerpo y alma era tranquilidad. No recordaba un periodo de pareja como este desde el inicio de la relación, cosa que le llegaba a hacer pensar que haber soportado todos los choques y confrontaciones que habían tenido entre ellos había merecido la pena.
Las manos de ambos se encontraban entrelazadas, el omega más sonriente que en todo el día porque hacía apenas unos diez minutos su pareja había terminado con sus quehaceres, y en cuanto le había pasado a buscar a la biblioteca, este le había dicho lo precioso que se veía.
-- ¿Seguro que no te importa ayudarme con mi proyecto? Debes de estar cansado. -- Inquirió Tae a la par que estaban a punto de salir por la puerta principal de la universidad, dejándola ya detrás para dirigirse al auto del rubio.
El mayor le miró y sacó su lengua con diversión antes de negar con su cabeza. -- Ya te dije que no, Tae; me gusta modelar para ti. Cuando sé que me estás mirando, que tus ojos solo están en mi, cuando realmente puedo leer en tu mirada que estás pensando lo afortunado que eres... Lo mucho que me atesoras. Esos momentos, los disfruto mucho. -- Terminó por decir, para alzar sus dedos con suavidad, pellizcando una de las mejillas ajenas con su mano libre.
Aquellas palabras sumadas al tierno acto arrancaron de Kim una risita adorable; incluso podríamos decir que medio vergonzosa. Él usualmente no tenía vergüenza, pero si es cierto que cuando podían leer sus sentimientos como si fuera un libro abierto, se sentía totalmente expuesto y por lo tanto tímido.
Con el único que no sucedía esto era con JungKook, tal vez porque era el único que jamás le había juzgado por lo que sea que hubiera sentido o hecho. Realmente tenía una fe ciega en que el alfa azabache le aceptaría de cualquiera de las maneras.
-- Gracias, Binie; te invitaría a algo de cenar casero... pero si aceptases a lo mejor estarías en riesgo de morir por mi culpa. -- Bromeó esta vez el de piel canela, posando su mejilla contra el hombro contrario.
El aroma a mar le dio una bofetada de repente, ahora que no se encontraba en un edificio cerrado en el que se encontrasen concentrados los olores de tantas personas podía reconocer que el perfume natural de su pareja parecía más intenso de lo común.
Inconscientemente olfateó apretando con suavidad el agarre de sus manos. HanBin supo leer aquello como un acto que el omega había dejado escapar a raíz del estremecimiento. TaeHyung era lindo, mucho. -- Ya te lo dije hace un par de semanas, mi celo no está lejos... será en este mes. Aunque sabes que es irregular, por lo tanto no sé en qué momento llegará. De cualquier manera, lo sabrás; te llamaré en cuanto lo sienta. ¿Está bien para ti? --
-- Más que bien. -- Susurró; y no supieron de qué manera se habían compenetrado tanto cuando sin razonarlo los pasos de los dos habían cesado. Los pares de ojos de cada uno miraban al contrario, y HanBin pudo jurar que la sonrisa que ahora el castaño le estaba regalando estaba dañando su corazón de mala manera.
" Cómo alguna vez he podido hacer algo para dañarte sin pensar en las consecuencias. " Era lo único que pasaba por su mente al ver a aquel bonito omega; que tanto le quería, observarle con ojitos brillantes.
Con la culpabilidad invadiéndole una vez más decidió dar paso a algún movimiento, porque no aguantaría estar más tiempo siendo colmado de ese amor, el cual ha estado correspondiendo de forma tan egoísta. Por eso usando sus manos acunó el rostro contrario, eliminando distancia entre ellos y besando con lentitud esos labios pomposos que podían volverse la perdición de cualquiera que les prestase un mínimo de atención.
Feliz era el ignorante, y HanBin se encargaría de que TaeHyung fuera la persona más feliz del mundo.
Realmente esto no estaba en los planes de TaeHyung, pero él adoraba con todo su corazón cuando sin esperarlo momentos como estos se daban. Era un fiel creyente de que las cosas imprevistas siempre eran más especiales y acababan siendo mucho más divertidas y gratificantes.
Esto solo era un día más que se lo confirmaba.
Después de haberle hecho unas cuantas fotos que necesitaba para un trabajo de clase a HanBin, pasaron un rato juntos; incluso habían planteado ir a cenar algo a algún restaurante de comida rápida, pero TaeHyung se vio sorprendido por su padre alfa, quien le llamó para indicarle que hoy la cena sería en casa de la familia Min.
Así que si su día estaba siendo un completo 10/10, en ese instante se convirtió en una fantástico 100/10. Su familia no era extensa, él ni siquiera tenía tíos; y uno de sus padres apenas estaba. Así que toda su vida familiar se resumía en su padre alfa, al que solo veía al despertar y al irse a dormir, por eso adoraba y atesoraba cada uno de los momentos en los que los Min le hacían sentir permanecer a ellos, a su manada.
Ni siquiera había cruzado el porche con su padre cuando su estómago rugió lo suficientemente alto para que el mayor se percatase. -- ¿Tan bien te cocinan aquí que solo al pisar la casa ya te entre hambre? -- Bromeó su padre, dando suaves golpecitos en la puerta para anunciar su llegada.
-- Sabes perfectamente lo bien que cocina YoonGi-ah, es tu empleado y precisamente trabaja en ello. -- El castaño se abrazó al brazo de su padre para mirarle sonriente, aunque aquella posición duró poquito tiempo.
La puerta fue abierta por el más pequeño de la casa, el alfa más gruñón y y sarcástico que Kim había tenido el placer de conocer. Además siendo esto parte de su personalidad en realidad, no era para nada aprendido... es decir, YoonGi y JiMin; los padres del chico, eran las personitas más dulces del planeta tierra.
Así que en realidad no sabía de donde le venía a Sunoo aquel carácter.
-- ¡Hola, mi chiquito! -- Saludó el castaño tirándose sobre el recién presentado adolescente, estrechándole entre sus bracitos y escuchando a la perfección como este le gruñía y hacía el intento forzoso de quitarse a su hyung de encima. Tae casi se echa a reír al sentir que aún no terminaba de controlar su aroma.
-- ¡Tae! ¡Ash! ¡Quita, quita! Estas cosas a JungKook hyung, no a mi. -- Se quejó con sus ojos cerrados y mejillas sonrojadas. Aún no soportaba el acercamiento de cualquier omega, incluso últimamente le estaba costando entablar cualquier tipo de acercamiento físico con su padre JiMin; algo completamente absurdo porque era... solo su padre.
Pero sí, ahí se encontraba en esa edad tonta en la que todo te hacía sentir vergüenza.
-- Ya querrás que te abracen y te mimen de esa manera... Cuando pase me vendrás a decir que tenía razón. -- Refunfuñó el de ojos caramelo soltándole, con lentitud y bastante inseguro de sus acciones.
Y cuando el pequeño albino de 13 años pensó que estaba a salvo de esos brazos empalagosos, escuchó un gritito de emoción de parte de su hyung; y lo supo, de nuevo iba a ser la víctima de más mimos. -- TaeHyuuuuung. -- Lloriqueó siendo el receptor del nuevo ataque de amor ajeno.
YoongSoo, el padre de TaeHyung, se vio a si mismo riendo en el recibidor del hogar, pasando su mano por la espalda de su hijo para poder salvar al pequeño de los Min de las garras de su cachorro. Solo viendo estos comportamientos en el omega, podía leer que definitivamente estaba feliz.
Compadeciendo al chico acabó por soltarlo, con una sonrisa victoriosa plasmada sobre sus labios al haber podido ganar esta batalla. Era consciente de que cuando Sunoo comenzara a crecer y desarrollarse como alfa, lo más probable fuera que nunca más podría ganarle en cosas como esta. Conociéndole le daría un empujón o lo esquivaría con facilidad.
Así que le tocaba aprovechar estos instantes con quien consideraba prácticamente su hermanito menor.
-- Papá YoonGi está en la cocina, ya ha comenzado con la cena. -- Informó hacia YoongSoo. -- Papi JiMin aún no llega de la clínica veterinaria, algo se tuvo que complicar. --
-- Perfecto, iré a ayudarle. Gracias Sun-ah. -- El hombre dejó su chaqueta en el perchero de la entrada, remangándose las mangas de su camisa verde satinada para ponerse manos a la obra con YoonGi, su empleado, querido amigo y familia a estas alturas. --
En cuanto este salió del campo de visión de ambos, el más jovencito volvió a hablar, pillando desprevenido a Kim incluso. -- No sé a qué estás esperando para ir escaleras arriba y entrar en la habitación de hyung, como si necesitases permiso aquí... omega desvergonzado. -- Murmuró, yéndose directo al salón donde hasta hacía unos minutos había estado viendo una serie.
Solo con la mención de su mejor amigo la emoción pareció recorrerle a toda velocidad por las venas, su lobito colocado ya con sus patitas delanteras estiradas para tener su parte trasera alzada y colita revolucionada. Estaba completamente inquieto en su pecho, ansioso por este ratito.
Llegó a la segunda planta y tocó la puerta un par de veces, escuchando el suave murmuro de JungKook dar permiso para pasar.
Al abrir se encontró con la habitación siendo apenas iluminada por la lámpara de la mesa; el flexo, apuntando directamente al escritorio. Y por supuesto todo tan ordenado, limpio y lleno de ese aroma dulzón.
Supuso que esto había sido algo inesperado también para el azabache, ya que sus ojitos se abrieron como dos lunas llenas al ver el precioso rostro de labios curvados hacia arriba. -- Hola, Miel ¿Interrumpo? -- Preguntó con suavidad, aún con el pomo de la puerta en la mano, al ver como su amigo estaba dibujando algo que supuso que era algún trabajo de la universidad.
-- Nunca, ven aquí ¿Te quedas a cenar? -- El alfa se colocó de pie para acercarse al chico y tomar su abrigo, dejándolo bien estirado sobre la cama para evitar que este se arrugase.
Era algo que el mayor podría haber hecho sin problemas, pero JungKook tenía esa adorable manía de tener actos de servicio cuando quería en demasía a alguien más, era uno de sus "love lenguage". Dejó libre la cómoda silla gamer que solía ser suya, y arrastró uno de los taburetes que tenía en su habitación para sentarse él en este. -- Ven, siéntate. -- Pidió, dando dos suaves palmadas sobre el reconfortante asiento.
Las piernas del castaño se movieron solas ante el pedido, acatando la orden mientras acariciaba el brazo ajeno con cariño. -- No hacía falta que te sentaras tú ahí, estás haciendo un proyecto, necesitas estar cómodo. -- Le susurró, llevando sus orbes hacia la lámina donde Kook dibujaba con carboncillo. -- ¿Lo estás haciendo con alguna fotografía de referencia? --
-- No, simplemente salió de mi cabeza. ¿Es lindo, no? -- La pregunta salió de sus labios sin mirarle; totalmente concentrado en volver a dibujar aquel paisaje, obviando lo primero dicho por TaeHyung para no entrar en debate con él.
El omega se recostó sobre el escritorio en la parte donde no había nada y no le molestaría, posando su rostro girado sobre sus brazos. Sus ojitos estaban posados en el perfil del menor, en sus labios decorados con piercings, su nariz, ceño suavemente fruncido por querer obtener un trazo perfecto. -- Sí, es lindo... -- Respondió, embelesado.
La pequeña conversación se quedó ahí, instalándose entre esas cuatro paredes un silencio totalmente cómodo en el que solo se escuchaba el carboncillo desgastarse sobre la lámina y un prácticamente inaudible tarareo de parte del más joven. Tae estaba allí admirando a su mejor amigo, dejándole trabajar mientras su lobito se sentía tranquilo y mimado, tanto como para ponerse panza arriba.
JungKook tarareaba la melodía de "Slow dancing", una canción que el alfa sabía que el contrario amaba con todo su ser.
Él, que era alguien completamente caprichoso, el cual había sido premiado con miles de cosas materiales para saciar sus necesidades familiares y afectivas por parte de sus padres; había aprendido a adorar los pequeños detalles gracias a su amigo.
Gguk nunca aparecería con un regalo extravagante o una sorpresa demasiado pretenciosa que solo fuera para aparentar; pero se aprendería cada cosita que te hace mínimamente feliz para proporcionártela si estaba en sus manos.
-- ¿Te trató bien hoy? -- El silencio se rompió, la voz tranquila del azabache captando de nuevo la atención del otro. No le hizo falta mucho más para saber que se trataba de HanBin.
-- Lo hizo, me ayudó con uno de mis proyectos y estuvo muy complaciente. Realmente a veces siento que me lo han cambiado de repente. -- Dijo, soltando una pequeña risa, acurrucándose un poquito más sobre sus propios brazos. -- Todo está bien, mejor que nunca. --
"Tal vez eso es porque te está presentando a otra persona totalmente diferente a la que es, a quien quieres tú que sea." Pensó JungKook, limitándose a alzar el rostro y mirarle con este ligeramente ladeado. -- ¿Eso no te hace pensar que es extraño? Un día está más insoportable que un alfa recién presentado y al siguiente es el novio del año, merecedor de un diploma. Justamente después de la fiesta en aquella casa durante tres días. --
-- A lo mejor simplemente se dio cuenta del valor que tiene nuestra relación. -- Contestó, para luego fruncir sus labios y aguantar la mirada de JungKook. No le transmitía enfado, al contrario; todo lo que veía reflejado era cariño y preocupación. -- ¿Sabes de algo... que yo debería de saber o....? -- Su voz tembló, aunque no fuera su intención.
-- No, no. -- Rápidamente, con la intención de no hacer sentir inseguro al castañito, respondió. -- Solo son reflexiones tontas, supongo. -- "Reflexiones y suposiciones que no puedo terminar de confirmar y por lo tanto no puedo decir."
JungKook se negaba a estropear la relación de la pareja sin tener nada certero con seguridad, a pesar de que lo que más deseaba era ver a esos dos ponerle fin a lo que tenían porque, honestamente, pensaba que HanBin no era merecedor de la persona tan pura y buena que era TaeHyung; tampoco era su asunto meterse en aquello y valorar quien era o no merecedor de qué.
¿Lo era él acaso? Realmente no conseguía imaginar alguien a la altura del omega. Aunque este se identificase a si mismo como alguien defectuoso.
-- Tranquilo, Koo. En el momento en el que algo no ande bien, serás el primero en saber. Te lo prometo -- Dijo, mirándole con seriedad pero sin perder el cariño, alzando una de sus manos para colocar uno de los mechones azabaches detrás de su oreja llena de pendientes plateados. -- Gracias por quererme y protegerme siempre, Miel. -- Susurró.
-- Desde antes de estar, ya estaba contigo; siempre será así. -- Respondió a media voz, apoyando su codo sobre el escritorio para posar su mentón sobre su mano, mirando ligeramente desde arriba al mayor; quien le respondió con una sonrisa de labios sellados y ojos chisporroteantes.
"Bonito."
Si los físicos les hubieran conocido, a día de hoy estudiaríamos otra teoría más; porque cuando ellos dos cruzaban miradas el mundo y el tiempo definitivamente se paraban sin explicación alguna.
Kissuuu~~ 031023.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro