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18






Rose trató de respirar profundamente, sin embargo, no encontraba el aire suficiente para llenar sus pulmones. Se sentía aturdida y le dolía la cabeza, donde se había dado un fuerte golpe mientras intentaban escapar.

No estaba completamente segura de lo que había pasado, pero todo ocurrió tan rápido que apenas podía procesar los eventos. La adrenalina se estaba esfumando de su circulación, por lo que recién caía en la realidad. Miró hacia arriba, encontrándose con la copa de los árboles, ¿dónde estaban? Se supone que debían regresar a casa de Sirius.

Junto a Harry, habían bajado a buscar a Hermione y en el camino se habían encontrado con Ron. Los tres bajaron pero fue en el momento menos indicado que Harry volvió a ser él mismo y se desató una persecución.

Harry había tomado a Rose de la mano con mucha fuerza mientras atacaba a los guardias con la varita que tenía en la otra mano. Rose también había intentando atacar pero no era tan hábil como el azabache. Por su parte, lo único que le preocupaba a Harry eran sus amigos, si los atrapaban era su fin y había tomado con mucha fuerza la mano de Rose para no perderla durante el revuelto.

Y fue así como terminaron en medio de un bosque. Se supone que debían regresar a la casa de Sirius pero Yaxley los había descubierto. Al menos eso fue lo que Rose alcanzó a escuchar de la explicación de Hermione.

Rose por fin pudo recuperar el aliento y se puso de pie con un poco de dificultad, llevando una mano a su cabeza y dándose cuenta de que había un poco de sangre que se escurría por su frente. Sin embargo, logró ver a los otros tres. Ron estaba acostado en el suelo respirando con dificultad y Hermione estaba intentando curar una gran herida que se extendía por todo su brazo.

Una despartición, según las palabras de Hermione.

Harry se acercó entonces a Rose y la miró preocupado. Tomó con suavidad las mejillas de la chica para mirar su herida. No era muy grande, pero sin duda quedaría una pequeña cicatriz. Sabía que preguntarle si estaba bien era una tontería, por lo que no lo hizo y se limitó a limpiar con mucho cuidado de no lastimarla.

Sacó un pañuelo de su bolsillo y comenzó a limpiar la sangre de su frente. Rose entendió que los demás estaban tan aturdidos como ella así que no dijo palabra alguna.

—¿Podrían comenzar a poner la carpa? —escucharon a Hermione, que seguía junto a Ron.

Harry y Rose se miraron con el ceño fruncido. ¿De donde iban a sacar eso? Ambos miraron entonces la bolsa de Hermione. ¿Realmente había una casa de campaña esa bolsita?

Por la noche Rose se quedó junto a Ron mientras Harry y Hermione hacían unos encantamientos para proteger el pequeño campamento que habían armado. Ron se veía más pálido de lo normal y Rose simplemente se aseguraba de que su temperatura corporal no aumentara.

Vio su brazo, le quedaría una horrible cicatriz.

Pero al menos habían logrado conseguir el guardapelo. No fue en vano toda su travesía.

Fue así como los días comenzaron a transcurrir, aunque no de una manera realmente agradable. Se sentía muy tenso el ambiente y Harry se molestaba porque Ron aún no podía hacer apariciones. Rose prefería quedarse en la carpa y seguir con sus inútiles intentos de arreglar su celular. No había mucho que hacer realmente pero todos comenzaban a perder la cabeza lentamente.

Y al final, decidieron que lo mejor era que se turnaran para llevar el guardapelo. Al parecer, afectaba a la persona que lo llevara y Harry y Hermione se habían peleado por culpa de esa cosa.

Fue entonces que decidieron continuar con su camino a pie. No tenían ni la más mínima idea de a dónde se dirigían pero era más seguro mantenerse en movimiento para que no los encontraran.

Rose era probablemente quien más notaba que con cada día que pasaba las cosas se ponían aún más tensas, aunque era Ron el que comenzaba a actuar raro. Su herida estaba casi por sanar, pero aún no era seguro para él hacer apariciones.

Habían pasado un par de semanas, Rose no tenía ni idea de dónde se encontraban exactamente pero esa noche estaba en la mesa con un montón de piezas esparcidas por la madera mientras Hermione le cortaba el cabello a Harry en otra habitación.

Rose miró con sorpresa a ambos cuando aparecieron de pronto. Hermione parecía muy exaltada como si hubiera tenido una clase de revelación del más allá y Harry la seguía sin comprender.

La espada de Gryffindor. Había explicado la castaña, esa era su respuesta para destruir los horrocruxes.

Pero a mitad de la explicación, todas las luces se fueron y luego de un momento regresaron. Fue que Ron apareció muy molesto.

—Robaron la espada —dijo Ron con un tono bastante sombrío— sí, todavía estoy aquí. Pero continúen, no quiero arruinar su diversión.

Harry se puso de pie. Hermione y Rose se dirigieron una rápida mirada.

–¿Qué te pasa? —le pregunto Harry.

—¿Qué? No tengo nada. No según ustedes.

—Si tienes algo que decir, ¿qué esperas? Suéltalo.

—Muy bien, lo diré —Ron sonaba cada vez más molesto— pero no esperes que esté agradecido porque ahora hay otra maldita cosa que buscar.

—Creí que sabías lo que estábamos haciendo.

—Sí... yo también creí saberlo.

—Ron, lo lamento pero no entiendo qué quieres —Harry se acercó aún más a Ron— ¿qué parte de esto no cumple tus expectativas? ¿Creíste que estaríamos en hoteles de cinco estrellas? ¿Que hallaríamos horrocruxes a diario? ¿Que estarías en tu casa para navidad?

—Solo creí que después de tanto tiempo habríamos logrado algo. Creí que sabías lo que hacías. O qué Dumbledore te habría dicho algo útil. Que tenías un plan.

Hermione se acercó a Ron y Rose a Harry. Stark tomó la mano de Potter para evitar que hiciera alguna locura pero Harry ni siquiera se percató del gesto. Tanto Harry como Ron comenzaban a sentir la ira correr por sus venas.

—Te dije todo lo que Dumbledore me dijo. Y si no lo notaste, ya encontramos un horrocrux.

—Sí, y estamos tan cerca de destruirlo como de encontrar los otros —habló con sarcasmo.

Hermione se paró frente a Ron.

—Ron, por favor quítate... —la interrumpió dándole un empujón— ¿puedes quitarte el horrocrux? No lo dirías si no lo hubieras llevado puesto todo el día.

—¿Sabes por qué escucho el radio todo el tiempo? —continuó el pelirrojo, ignorando por completo a Hermione— para verificar que no digan el nombre de Ginny, el de Fred, o el de George o el de mamá.

Rose tomó con más fuerza la mano de Harry cuando este intentó dar un paso al frente.

—¿Y crees que yo no lo escucho? —replicó Harry— ¿crees que no sé lo que sientes?

—¡No, no sabes lo que se siente! —habló con intenso odio— ¡Tus padres están muertos! Tú no tienes familia.

Rose se interpuso entre ambos chicos, evitando que Harry golpeara a su mejor amigo y en su lugar, fue ella quien le dio una gran bofetada al pelirrojo que resonó por todo el lugar. Sabía que fue culpa del horrocrux, pero aún así, había dicho algo verdaderamente horrible.

Ron miró con odio tanto a Rose como a Harry.

—Entonces vete —le gritó Harry y esta vez fue él quien tomó la mano de Rose para no explotar— lárgate.

Ron se quitó el guardapelo y lo arrojó a la mesa antes de ir a tomar su mochila.

—Ron —Hermione quería razonar con él.

—¿Y tú? —le preguntó con brusquedad— ¿vienes o te quedas? —Hermione negó mirando alternativamente a Harry y Ron— bien. Ya entiendo. Los vi juntos la otra noche.

—Ron no es lo que crees —intentó explicar, sus ojos se estaban llenando de lágrimas— ¡Ron!

El pelirrojo salió de la carpa no sin antes dirigirle una intensa mirada a Harry. Hermione intentó ir tras él pero él ya había desaparecido.

Rose miró a Harry, quien parecía confundió y destrozado. No lo dudó dos veces antes de tomar sus mejillas con suavidad y unir sus frentes.

No existían palabras de aliento que pudieran funcionar en ese momento, por lo que no dijo absolutamente nada y en su lugar, Rose envolvió a Harry en un abrazo que él agradeció con toda su alma.

—Está bien si quieres llorar —susurró la chica.

Harry hizo una mueca que intentaba ser una sonrisa. Afuera se escuchaban los gritos de Hermione diciendo el nombre de Ron.

Rose se separó de Harry pero lo tomó de la mano y lo llevó a la habitación. Ella fue la primera en recostarse en la cama de abajo y Harry lo hizo después.

Normalmente tenía pesadillas, pero esa noche, junto a Rose, se sintió completamente seguro después de tanto tiempo.






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