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12

—Es que es simplemente extraordinario —dijo Rose a Ron, quien no le prestaba realmente mucha atención— la magia... con la varita podría generar la energía necesaria para alimentar la base de los vengadores por toda una vida, sin embargo necesitaría de un estabilizador o de lo contrario podría hacer estallar el edificio por lo potente que es.

—Fascinante —murmuró Ron aunque sin muchas ganas. Estaba mirando por la ventana, nada en especial, simplemente tratando de no pensar demasiado en las cosas.

No tenían permitido salir ya que la situación afuera era muy peligrosa. Voldemort ya había tomado el control y con ayuda de sus seguidores, cualquiera que no hiciera su voluntad era aniquilado. Por lo que Ron, Ginny y Roselyn tenían que permanecer en la Madriguera todo el tiempo. Más que nada para la propia tranquilidad de la señora Weasley.

Gran parte del verano había pasado y aunque Rose se la pasaba en la habitación que le habían prestado, no había parado de leer libros sobre magia y hacer algunos cuantos experimentos, logrando bastantes cosas, aunque eran muy poco útiles pues la magia por sí misma solucionaba casi todo.

Durante su estancia, muchas personas entraron y salieron. A muchos de ellos no los conocía pero Ron explicó que eran miembros de la Orden del Fénix. Un grupo de personas que formaban una resistencia contra Voldemort. Rose se unió a ellos sin pensarlo dos veces, ya había cumplido los diecisiete, por lo que nadie tuvo objeción en aceptarla. Claro que Harry aún no tenía ni idea pues él hubiera reprochado a esta idea.

Sin embargo, gracias a la orden aprendió muchas cosas. Principalmente combate. Remus Lupin y Nymphadora Tonks eran visitantes recurrentes quienes muy gustosamente le enseñaron todo lo que sabían a Rose luego de que ella les explicara que venía de otra dimensión y que nunca antes había usado la magia.

En unos meses, su nivel de destreza en batalla había aumentado significativamente igual que sus conocimientos generales de magia. Aún no se sentía lista para enfrentarse a un combate real pero sabía que era algo que pasaría tarde o temprano. Probablemente más temprano que tarde pues estaban planeando el rescate de Harry para trasladarlo de su hogar a la Madriguera.

Por otro lado, en su tiempo libre no perdía la oportunidad de hacer algunos experimentos o investigaciones. Ya que no podían salir sin supervisión, debía aprovechar en algo su tiempo. Había hecho algunos diseños para un intercomunicador dimensional que se contactara a VIERNES, pero sin las piezas adecuadas, era complicado. Ya había hecho explotar varios prototipos, aunque sabía que ya estaba cerca de llegar a su objetivo.

La única mala noticia de todo el asunto, era que aún no había logrado hacer un nuevo contacto con su padre ni había logrado encender su teléfono. Sabía producir energía para alimentar un edificio entero pero sin un regulador, haría explotar su teléfono. Y ese era su único boleto de regreso a casa, por lo que no podía arriesgarse a perderlo o en este caso, hacerlo explotar por un mal cálculo.

—¿Quieres salir al jardín? —le preguntó Rose a Ron al darse cuenta que estaba muy aburrido y poco interesado en sus nuevos logros.

Ron se dio cuenta de ello.

—Lo siento, Rose. Es sólo que estoy un poco nervioso.

Ella colocó una mano en el hombro de su contrario mientras le dirigía una sonrisa.

—Lo entiendo —se puso de pie— pero podemos pensar en otra cosa mientras tanto. ¿De acuerdo? Demos un paseo por el jardín.

—Bien.

Ambos salieron de la casa en silencio. Molly estaba preparando la cena con ayuda de su hija menor. Afuera hacia frío aunque a ninguno de los dos les importó. Rose sentía un cosquilleo en el estómago, común cuando estaba nerviosa, aunque en esta ocasión también sentía náuseas. Tenía miedo.

Esa misma noche irían en busca de Harry, contaban con que todo saliera bien pero había la posibilidad de que todo saliera mal. Era un plan bastante sencillo y bien armado pero no podían confiarse tanto.

Estuvieron afuera un par de minutos hasta que alguien apareció. Era un chico pelirrojo, un poco más alto que Ron, con barba y cabello largo. Ron sonrió y se acercó hacia el recién llegado con felicidad. El desconocido abrió sus brazos y ambos se dieron un gran abrazo. Rose se quedó en su lugar sin comprender muy bien lo que sucedía.

—Rose —le llamó Ron y ella se acercó— él es mi hermano Charlie.

Ella sonrió con amabilidad.

—Un gusto Charlie, soy Roselyn, pero todos me dicen Rose.

Charlie le dirigió una gran sonrisa.

—El gusto es mío, Rose. ¿Eres la novia de Ron?

La chica casi se ahoga con su propia saliva.

—No, para nada. En realidad tengo novio, se llama Peter.

—Oh, lo siento —parecía realmente avergonzado aunque un poco divertido. Ron tenía las mejillas rojas.

—Ella viene de otra dimensión. Es una lástima que se rompiera su teléfono o te hubiera mostrado cosas realmente increíbles.

Charlie ahora estaba confundido.

—¿Dijiste "otra dimensión"?

—Es algo complicado de explicar —Rose ya había contado miles de veces esa historia pero aún no sabía cómo resumirla. Aún así, Charlie no entendería nada— pero no importa.

—Bueno, yo entreno Dragones.

Ella se emocionó.

—¿De verdad? Nunca he visto uno.

—De verdad. Tal vez alguna vez puedas ir a Rumania y te puedo mostrar el santuario. No sólo hay dragones, hay toda clase de criaturas que te puedas imaginar.

—Eso sería fantástico. A Peter y a Pietro le encantaría.

—Sigo aquí —les recordó Ron y ambos lo miraron.

Charlie dejó salir una risa.

—Lo siento.

—Creí que llegarías en unos días para la boda de Bill.

—En realidad, planeaba llegar ayer pero una dragona estaba muy inquieta y descubrimos que pondría algunos huevos. Me tuve que quedar a ayudar.

—¿Eso quiere decir que irás a la misión con nosotros?

Charlie asintió.

—Ojoloco dijo que necesitaba un poco de ayuda, así que me ofrecí.

—Genial. Creo que nos iremos en un par de horas.

Ron parecía ahora un poco más tranquilo. En realidad, incluso Rose se sintió más tranquila. La llegada de Charlie había aligerado el ambiente.

•••

Le habían explicado el plan a Rose al menos cinco veces pero en realidad no lo entendió del todo y cuando se dio cuenta, ahora lucía exactamente igual a Harry. Excepto por su voz, que seguía siendo la misma. Además, fue algo incómodo que la hicieran cambiarse frente a todos para que todos los Harrys se vieran igual. Le hubiera encantado grabar un video sobre eso.

—Stark, tú irás con Charlie —le había dicho Moody.

Rose miró al pelirrojo quien la saludó con la mano y una agradable sonrisa. No podía negar que era muy atractivo. Sobretodo sus manos, eran grandes y desde su lugar podía ver que eran ásperas por el trabajo que tenía. Habían estado hablando de ello cuando Ron los dejó solos para ir en busca de su padre y hermano mayor. Además podía ver esos musculosos brazos gracias a que llevaba una playera negra de mangas cortas.

Dejó de pensar en eso cuando escuchó que Moody golpeaba el suelo con su bastón. No había escuchado nada más por estar perdida en sus pensamientos. Sólo deseaba que nadie hubiera leído su mente o de lo contrario se sentiría muy avergonzada.

Caminó hasta estar frente a Charlie y ambos salieron de la casa. Ginny había sido muy amable en darle pequeñas clases de vuelo en el jardín de su casa y aunque no era muy buena en ello, podría llegar a su destino sin el mayor problema.

—Tranquila, estaré detrás de ti en todo momento —le había dicho Charlie para animarla.

Ella ni siquiera se había dado cuenta de que tenía la respiración tan acelerada hasta que el hombre le habló. En realidad se estaba muriendo de miedo pero trataba de mantenerse tranquila.

—Gracias —murmuró.

Subieron cada quien a su escoba. Roselyn respiró profundamente antes de emprender vuelo. No podía negar que la vista era maravillosa y el aire golpeando su cara le ayudaba a calmarse. Pero el buen momento no duró tanto cuando un montón de figuras oscuras los comenzaron a rodear.

Rose casi se queda estática. Nunca había estado en una situación de peligro real. ¿Qué se supone que debía hacer? Siempre la habían protegido de todo pero esta vez estaba ella sola. No, no estaba sola. Un hechizo que iba dirigido hacia ella fue desviado por Charlie quien le hablaba pero ella no lograba escuchar, sólo veía los labios de su contrario moverse sin entender lo que intentaba decirle.

—Rose —puso una mano en su hombro— ¿estás bien? —parecía auténticamente preocupado.

Quería llorar de la rabia. ¿Por qué no podía ser fuerte? ¿Por qué los demás siempre terminaban salvándola? ¿Por qué se estaba muriendo de miedo cuando entrenó tanto tiempo para esto? Se sentía como una completa tonta e inútil.

—¿Rose? —vio a Charlie que parecía aún más preocupado— ¿te lastimaron? No podemos regresar pero podemos tratar de ir más rápido a nuestro destino.

Las lágrimas le nublaron la vista. Estaba más que aterrada pero también estaba furiosa con ella misma. Tan débil. Tan torpe. Tan inútil.

Jamás sería como su padre o cómo Peter o Pietro. Todos ellos eran grandes héroes que salvaban a las personas. Ni siquiera le llegaba a los talones a Wanda o Natasha. Ellas sí eran verdaderas heroínas. Nunca sería como ellas.

"No, porque tú eres Roselyn Stark" le dijo una vocecita en su cabeza. "También eres fuerte. También puedes ser una gran heroína"

Era cierto. Ella era Roselyn Stark. Había logrado hacer un intercomunicador dimensional con basura. ¿Cuantas erronas podían presumir de ello?

Respiró profundamente por segunda vez en la noche mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos. Miró a Charlie con decisión.

—No me hicieron daño. Lo siento, creo que me asusté por un momento pero ya estoy bien.

—Tranquila. Entiendo que es la primera vez que te enfrentas a algo así. Yo te cuido la espalda pero necesito que me cubras.

—De acuerdo.

Avanzaron más rápido en sus escobas. Rose puso en práctica todo lo que había aprendido en los últimos meses, descubriendo que en realidad tenía mucho potencial. El miedo se esfumó en algún momento y la adrenalina comenzó a inundar sus venas. Se sentía eufórica y llena de energía.

Los mortífagos atacaban pero Rose esquivó cada uno de sus ataques y atacó cuando tuvo la oportunidad.

—Eres buena en duelo —halagó Charlie.

Ella sonrió con las mejillas enrojecidas por el calor de la pelea.

—Gracias —le sonrió mostrando todos sus dientes pero al ver al pelirrojo vio una gran mancha de sangre en su hombro. No quiso comentar nada al respecto en ese momento.

De pronto todo estuvo más tranquilo. Se aseguraron que nadie los estuviera siguiendo y así en poco tiempo llegaron a su destino. La poción había perdido todo su efecto y en un par de minutos habían llegado a la Madriguera.

Al parecer, habían sido los últimos.

Fue Harry el que la recibió con los brazos abiertos y un fuerte abrazo que duró poco más de treinta segundos.

—Me alegra que estes a salvo —murmuró en su oído.

—También es bueno verte en una sola pieza.

Hermione y Ron se unieron al abrazo grupal.

Más tarde, Rose se enteró que Moody había muerto y George había perdido una oreja. No encontraron el cuerpo del primero. Fue una noche bastante tensa pero pronto todos se fueron a sus respectivas habitaciones.

—¿Necesitas ayuda con eso?

Charlie miró a Rose con sorpresa pues no la había escuchado acercarse.

—Me asustaste —dejó el trapo con el que estaba limpiando la sangre de su herida en la mesa— no te preocupes, puedo arreglarlo.

—Está bien, déjame hacerlo —se acercó al lavadero de la cocina para lavarse las manos— es lo menos que puedo hacer ya que te hirieron por mi culpa.

—No fue para nada tu culpa —se apresuró a decir.

Ella sonrió con tristeza. Había tenido un momento de pánico y si no fuera por eso, tal vez no le hubiera pasado nada al pelirrojo.

—Los dos sabemos que sí —tomó el trapo y lo humedeció— además tengo experiencia con esto. Mi novio y mi mejor amigo se lastiman muy seguido y he aprendido muchas cosas sobre primeros auxilios y la doctora Helen Cho me ha enseñado muchísimas cosas —sonrió con nostalgia ante el recuerdo.

Charlie no estuvo seguro de qué decir por lo que prefirió quedarse callado al ver que la chica estaba perdida en sus recuerdos.

—Uhm... voy a levantar un poco más tu playera.

—Oh, me la puedo quitar —no esperó respuesta antes de sacarse la prenda por la cabeza.

Rose sintió un intenso calor cubrir su cara. Pero al menos tenía una mejor vista de la herida. En realidad era más grande de lo que imaginaba.

—Luego de lo de Moody y mi hermano no quise preocupar a mi madre con esto.

—Entiendo. Pero tranquilo, quedarás como nuevo en un momento. Si tuviera la máquina de la doctora Cho, podría reconstruir tus tejidos en unos minutos.

El pelirrojo seguía sin entender del todo pero aún así escuchaba con interés cada una de sus palabras.

—Aprendí sólo un poco sobre remedios mágicos y me di cuenta que tú madre tiene algunas hierbas —terminó de quitar la sangre y fue en busca de unos frascos.

—Parece que realmente aprendiste mucho en el poco tiempo que llevas aquí.

—Bueno, no podía seguir mis estudios de bio-robotoca por lo que aprender sobre algo que sirva en este mundo era la mejor idea. Shuri me había dicho que podría ir a Wakanda una vez que terminara la preparatoria para aprender más sobre su tecnología y cómo aplicarla a prótesis —balbuceó más para sí misma— me interesa todo eso sobre la medicina y prótesis robóticas.

Ambos rieron. Rose consiguió los materiales que necesitaba e hizo una pasta bastante extraña que colocó sobre la herida. Luego vendó el hombro, sorprendiendo a Charlie por el excelente vendaje pues aunque él tenía un poco de experiencia, se notaba que Rose tenía aún más.

—Y listo, te daría un caramelo por ser tan buen paciente pero no tengo ninguno ahora mismo.

El hombre sonrió.

—Muchas gracias, Rose —volvió a ponerse la playera— de verdad.

—No hay de qué. Además es lo menos que puedo hacer luego de adueñarme de tu habitación.

—Ahora entiendo por qué me mandaron a dormir a la habitación de los gemelos.

—Descuida. En la mañana te puedes mudar a tu habitación y yo me iré con las chicas.

—No, está bien. Te puedes quedar con ella. Dormir en el mismo cuarto que Bill no es tan malo, sólo que a veces ronca peor que un dragón.

Charlie le dio un rápido apretón a una de sus mejillas.

—Entonces descansa. Mañana te puedo hacer otro vendaje pero espero que la pasta haga buen efecto y mañana temprano esté casi curado.

—Me parece bien. También descansa, Rose.

Le sonrió una última vez antes de marcharse de la cocina e ir a dormir. Al menos ya no se sentía tan inútil.



Okey, no sé si es porque amo muchísimo a Charlie pero sentí más química entre él y Rose en un solo capítulo que entre ella y Peter o Harry en 11 jajan't
Amo demasiado a Charlie y me tuve que recordar que el fic no es con él :(

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