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06

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Rose salió junto a Hermione del dormitorio muy emocionada y con los ánimos por las nubes. Aquel día era el partido de quidditch y Rose no parecía ser la única emocionada. Todo el mundo parecía realmente entusiasmado por el acontecimiento. Había estudiantes de Gryffindor usando con gran orgullo los colores de su casa y unos otros se habían pintado la cara o llevaban banderas y pancartas para animar al equipo.

Ambas chicas se dirigieron al comedor, donde desde lejos vieron a Harry desayunando. Roselyn no pudo evitar notar lo bien que se veía Harry en ese suéter del uniforme de quidditch que se ceñía a la perfección a su cuerpo y marcaba todo su pecho tonificado y sus brazos musculosos. Stark sintió el calor llegando a sus mejillas, no debería verlo de esa manera. Tan pronto como el chico las vio les dirigió una sonrisa y un saludo con la mano.

Roselyn regresó a la normalidad y comenzó a poner comida en su plato, sin embargo, le fue complicado levantar la mirada ya que Harry estaba sentada justo frente a ella. Por su parte, Hermione tomó el periódico que estaba cerca de ella y comenzó a leer sin prestar mucha atención a los demás.

Harry quería preguntarle a Rose si le gustaría ir con él a la pequeña fiesta de navidad que iba a organizar Slughorn, pero era como si tuviera algo atascado en el pecho y le impidiera hablar. Se sentía como en cuarto año cuando debía invitar a una chica al baile de navidad, en pocas palabras, se sentía realmente patético. Potter sabía que la chica tenía novio, aunque él no se encontraba ni siquiera en esta dimensión, así que ir juntos a una aburrida fiesta de navidad no era la gran cosa, ¿cierto?

Se acomodó un par de veces en su asiento sin dejar de ver a la chica y tratando de buscar las palabras adecuadas, pero su mente estaba en blanco. Se odiaba a sí mismo por ser un completo cobarde cuando se trataba de chicas.

Cuando Roselyn dejó de sentir su corazón latiendo como loco, levantó la mirada y se encontró con los curiosos ojos de Harry.

—¿Estás bien? —preguntó el azabache, ligeramente preocupado.

—Sí —contestó bruscamente pero rápidamente se aclaró la garganta y sonrió— lo siento, estoy muy emocionada. ¿Tú cómo te sientes? Todo el mundo parece realmente emocionado.

La sonrisa de Harry se hizo más grande.

—No es mi primer partido, así que realmente me siento muy calmado pero es el primer partido de Ron. Y es normal que todo el colegio se emocione por los partidos, espero que lo disfrutes.

Rose asintió.

—Te desearía suerte, pero sé que no la necesitas. En serio muero de emoción por verte jugar, Harry.

Harry estaba a punto de hablar, pero vieron a Ron acercarse, se notaba muy tenso y temeroso. Tomó asiento junto a Rose y miró el plato frente a él, parecía que estaba a punto de vomitar.

—¿Te encuentras bien, Ron? —Rose puso una mano en el antebrazo del chico, estaba un poco preocupada por su condición.

Él asintió temeroso apenas mirándola.

—Estoy bien —aseguró y volvió a mirar su plato y luego a Hermione y Harry que estaban justo al frente— la verdad no tengo mucha hambre. Por cierto, ¿qué tal estuvo?

Hermione dobló el periódico por la mitad y lo dejó a un lado para mirar al pelirrojo.

—¿Qué cosa? —preguntó.

—Su cena con Slughorn.

Hermione resopló y puso los ojos en blanco.

—Muy aburrida, de hecho —Harry sólo la miró de rojo mientras seguía comiendo su desayuno y Rose se mantuvo al margen de la conversación.

Fue un silencio bastante incómodo pero Hermione volvió a hablar.

—Slughorn hará una fiesta de navidad —comentó casualmente, llamando un poco la atención de Roselyn— y podemos llevar a alguien.

—Supongo que llevarás a McLaggen —habló rápidamente Ron, como si fuera lo más obvio del mundo— es del club de Slughorn, ¿no? —arrugó la nariz.

Rose ocultó su risa. ¿Por qué los chicos eran tan distraídos? Era obvio que a Hermione le gustaba Ron y todo el colegio lo podía notar... excepto Ron, al parecer.

—No, te iba a invitar a ti —contestó la castaña, ligeramente molesta.

—¿Ah, sí?

Rose llevó un bocado de comida a su boca para no soltarse a reír o golpear en la cabeza a Ron en ese momento.

De pronto se acercó una chica, Rose no recordaba su nombre pero siempre parecía querer interactuar con Ron de cualquier manera posible.

—Buena suerte hoy, Ron —le dijo al pelirrojo— sé que estarás brillante —y continuó caminando sin esperar algún tipo de respuesta.

—Yo renuncio —habló Ron aterrorizado— después del partido de hoy, que McLaggen se quede con el puesto.

—Como quieras —le dijo Harry con calma y le extendió una copa— ¿jugo?

—Gracias —murmuró, tomando la copa.

—Hola a todos —se escuchó la dulce voz de Luna que ahora estaba sentada al otro lado de Ron usando un extravagante pero bonito gorro de león. Nadie la había visto llegar— te ves muy mal, Ron. ¿Por eso le pusiste un tónico a su bebida?

Todos voltearon a ver a Harry, quien ocultaba un frasquito en su mano y lo guardaba en su bolsillo.

—Suerte líquida —murmuró Granger, pero todos la escucharon— no lo hagas, Ron.

Rose la miró confundida, ¿qué rayos es una suerte líquida? Bueno, eso no importaba ahora, sus tostadas estaban realmente buenas. El pelirrojo miró nervioso a todos y luego tomó por completo el contenido de aquella copa. Luego de hacerlo, parecía menos tenso y con más ánimos.

—Te pueden expulsar por eso —le reclamó Hermione a Harry.

—No sé de qué estás hablando —contestó con rapidez, casi interrumpiendo las palabras de su amiga.

—Vamos, Harry. Tenemos que ganar —ambos chicos se pusieron de pie y se dieron la mano con ánimo.

—Nos vemos más tarde —Harry de despidió y se fue caminando rumbo al campo no sin antes dirigirle una rápida mirada a la chica Stark.

—No sé qué fue lo que pasó, pero eso fue muy raro —comentó Rose, tomando tres pancakes de un plato.

Sólo escuchó a Hermione suspirar.

—No importa, nosotros también deberíamos irnos para alcanzar buenos lugares.

Rose frunció el ceño, ella quería seguir comiendo pero no tenía ni idea de dónde quedaba el campo de quidditch ni cómo llegar, por lo que no se podía quedar y alcanzarlos más tarde.

—De acuerdo —metió el resto de su comida en su boca y se puso de pie, siguiendo de cerca a Luna y Hermione mientras intentaba masticar la comida.

Estaban saliendo del comedor cuando sin querer Roselyn chocó contra un chico de pecho firme. Le había dolido bastante el golpe en la cabeza y al levantar la mirada se encontró con un platinado de ojos grises. La chica frunció el ceño mientras frotaba su cabeza, donde se había golpeado. Aquel chico la miró entre molesto y confundido.

—Lo siento —habló Rose, pero había olvidado su boca llena de comida aún.  Aquel chico la miró con desagrado cuando un trozo de pancake salió de su boca. Ella se sonrojó por la vergüenza.

—¿Y tu quien rayos eres?

Rose tragó la comida restante y sonrió mientras extendía la mano.

—Soy Roselyn Stark, un gusto.

El platinado miró la mano de Rose con desdén y luego la volvió a ver a los ojos. La chica se sintió incómoda y lentamente bajó la mano.

—Nunca te había visto —habló con rudeza el chico, aunque parecía molesto.

—Oh... bueno... recién ingresé este año al colegio. Fue algo repentino —técnicamente no estaba mintiendo, pero no podía andar diciendo a todo el mundo que venía de otra dimensión.

Aquel desconocido la miró una última vez antes de seguir con su camino, no sin antes golpearla con su hombro al pasar. Roselyn se quejó por el pequeño dolor y volteó sólo para verlo alejarse por el pasillo.

—¡Rose! —escuchó la voz de Hermione a lo lejos, parece que no se dieron cuenta de que la habían dejado atrás al salir del comedor.

La nombrada corrió hacia la chica y continuaron con su camino.

—Lo siento, choqué con un chico platinado bastante extraño.

Hermione la miró con el ceño fruncido.

—¿Con Draco Malfoy?

Rose se encogió de hombros.

—En realidad no lo sé, fue muy grosero y no me dijo su nombre, además me dejó con la mano extendida.

Hermione dejó salir una pequeña risa.

—Sí, estoy segura de que fue Malfoy. No es la persona más agradable del colegio pero no te preocupes —hubo un corto momento de silencio— hace algunos meses metieron a su padre a Azkaban por ser un mortífago.

—¿Qué es Azkaban? ¿Y qué es un mortífago?

Salieron a los terrenos del castillo.

—Azkaban es una prisión mágica y un mortífago... son personas malas. Hacen cosas malas. El año pasado nos enfrentamos a algunos en el ministerio.

Rose rió.

—Ahora entiendo cómo se sienten cuando hablo de tecnología y todas esas cosas del futuro. Lo siento, tal vez deberías ser un poco más específica con tu historia.

Hermione volvió a reír.

—Creo que es una historia muy larga, de hecho, comienza desde nuestro primer año. De alguna forma siempre nos metemos en problemas.

—Problemas es mi segundo apellido —bromeó Roselyn. Hermione sonrió pero lentamente se puso seria.

—Rose... las cosas en el mundo mágico se han puesto complicadas en el último año. Un mago realmente malvado regresó y quiere matar a Harry y yo no debería decirte esto, pero tal vez lo mejor sea que lo sepas todo. Hasta ahora sólo te hemos mostrado las cosas buenas.

Rose la miró con curiosidad.

—Y creí que sólo en mi dimensión había personas malvadas. El último al que se enfrentaron todos fue a Thanos y lograron matarlo antes de que desapareciera a la mitad de la humanidad, apenas por un pelo.  Antes de él recuerdo a Ultrón... que fue creado por mi padre porque estaba traumado con lo qué pasó en Nueva York con los Chitauri, en ese mismo ataque se enfrentaron a Loki, el hermano de Thor y lo siento, ese no es el punto y además no me entiendes.

Ambas chicas rieron. Luna las miró con curiosidad sin entender ni una sola palabra de lo que decían pero restándole importancia al asunto.

—Tal vez después del partido te pueda contar todo.

—Eso me gustaría.

Llegaron al campo, donde ya varios estudiantes buscaban un buen lugar y otros cuantos hacían apuestas.

—Estoy segura de que te gustaría conocer a los gemelos —comentó distraídamente Hermione mirando a Rose.

—¿Los gemelos? —frunció el ceño.

—Sí, Fred y George. Los hermanos mayores de Ron y Ginny. Tal vez los conozcas en navidad.

Rose sonrió.

—Suenan a personas interesantes.

—Son muy divertidos. Hace poco pusieron una tienda de bromas.

—¿De verdad?

—Sí. Estoy segura de que se llevarán muy bien.

La conversación quedó sanjada cuando tomaron asiento. Los gritos de los estudiantes ya resonaban por todo el campo. El partido comenzaría en cualquier momento.

Roselyn nunca había visto algo parecido pero fue algo que disfrutó más que nunca en su vida. Gritó y animó al equipo como si lo hubiera hecho toda su vida e incluso más. Hermione tuvo que darle una rápida explicación al principio de cómo funcionaba todo. Ron era un buen jugador, igual que Harry y no se diga de Ginny. Todo el equipo era muy bueno e incluso los de Slytherin eran excelentes jugadores. Fue un partido muy reñido pero al final la victoria fue para los Leones.

Todos estaban realmente eufóricos por tan increíble victoria que incluso se organizó una fiesta en la sala común. Ron había sido la estrella del partido y todo mundo lo animaba. Rose era una alborotadora de primera, por lo que no le fue complicado gritar y festejar junto a una bola de desconocidos como si los conociera de toda la vida.

—Estuviste realmente fantástico, Harry —Roselyn abrazó a Potter por el cuello al mismo tiempo que le dejaba un gran beso en la mejilla— espero verte jugar otra vez.

Harry sonrió tontamente y pasó una mano por la cintura de la chica.

—Me alegra que lo hayas pasado bien.

Se miraron en silencio, ignorando el ruido de la fiesta que los rodeaba, no importaba nada más en ese momento. Roselyn miró rápidamente los labios de su contrario antes de volver a ver sus ojos, Harry hizo exactamente lo mismo, pero sintiéndose más nervioso. Rose parecía bastante segura y esos ojos de ciervo resultaban muy tentadores para Potter.

Se separaron de pronto al escuchar un fuerte vitoreo, Harry quitó su mano de la cintura de la chica y Rose dio un par de pasos lejos. Ambos observaron a Ron y a esa chica de en la mañana besándose frente a toda la sala común.

Harry y Rose también se unieron a los aplausos, Rose dando gritos de ánimos pero se detuvo cuando vio a Hermione básicamente destrozada ante aquella escena.

Potter y Stark sólo se dirigieron una mirada junto con un asentimiento de cabeza antes de que Harry fuera junto a su amiga. Rose se quedó un momento más en la pequeña fiesta antes de subir a dormir. La próxima, esperaba poder ser ella quien organizara la fiesta, tenía mucha experiencia en el tema.






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