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Outro

Unos brazos me sostenían y sentía uno de los míos entumecido, el que estaba dislocado. Mis muñecas estaban hinchadas, mi abdomen tenía la herida y me costaba respirar. Estaba tan desorientado que lo primero que soltaba era su nombre.

— ¡Jin! ¡Jin! ¿Dónde...?

—Tranquilo, amigo — «Lucas»

¿C-cómo me enc-...?

—No hables —la voz de Lisa.

— ¿Dónde? —preguntaba desorientado, intentando mirar por encima de Lucas, dónde SeokJin debería de estar tirado—. ¿C-cómo me encontraron?

—Por el olor de la sangre de Jin —respondía Jungkook finalmente, en algún lugar que no lograba ver.

—Él está-...—temblaba enmarañando la chaqueta de Lucas y comenzando a llorar desesperado—. Está-...

"Droom" Susurraba Lisa y mis párpados no podían mantenerse abiertos.

Me despertaba inhalando aire de forma exagerada, levantándome de la cama donde me encontraba y una punzada de dolor me daba justo en el lado izquierdo de mi abdomen. Tenía vendado todo mi torso, mi hombro. Mis muñecas y también Tania gasas sobre mi frente y mi ojo. Aún no sanaba, pero podía tolerarlo.

Me encontraba en mi cama y miraba automáticamente el lado de Jin y estaba vacío. Mi garganta se cerraba y mis ojos se llenaban de lágrimas recordando todo el maldito proceso. La imagen que, sin importar nada, no habría forma de borrarla de mi memoria. Sus ojos vacíos, su piel perdiendo color, la forma en que sus piernas no habían resistido y caía con Jae pegado a su cuello, succionando. Devorandolo.

La puerta del elevador se abría y Jungkook aparecía.

— ¿Por qué no me dejaron morir? —le susurraba.

—Porque no era tu tiempo —respondía desde el marco de la puerta del elevador—. ¿Puedes caminar?

—No —mentía—. No quiero caminar, no quiero respirar... Tendrían que haberme dejado mor-...

—Jin está en proceso —setenciaba.

Levantaba mi vista, nebulosa por las lágrimas y sentía mi corazón palpitar rápidamente.

—No —negaba—. Y-yo lo ví, él... —pasaba saliva recordando en flashes repentinos cuando la bruja había expulsado a Jae lejos y parte de la carne de Jin había sido arrancada—. Él lo drenó, él le saco un pedazo de aquí —señalaba mi cuello desorientado.

Negaba y me rehusaba a creer que estaba en proceso de transformación. No Jin, no él, no así.

—Cuando por fin pude olerlo y los encontramos, estabas desvanecido y Jin solo tenía una gran mordida en su cuello, había sangre a su alrededor, pero estaba intacto —respondía Jungkook.

— ¡Le arrancó un maldito pedazo! ¡Se desangró luego de ser consumido a más no poder!

— ¡Está en proceso de transformación! —me gritaba Jungkook.

Y podía contar con los dedos las veces que me había gritado en todos estos años.

—Está en mi habitación, estamos esperando. Ya pasó tiempo y aún no despierta, pero creeme que no se ve para nada consumido, no tiene marca alguna en su cuello. Está intacto y va a despertar en cualquier momento.

Pasaba saliva y bajaba de la cama cómo podía, al levantarme me sentía mareado y Jungkook me agarraba a tiempo.

— ¿Cuánto estuve dormido?

—Dia y medio

—Jk, él no puede-...

—Es tu decisión —exclamaba—. No la nuestra. Tú decides.

Pasando saliva y con la ayuda de mi amigo, bajabamos al sótano. La habitación estaba completamente oscura, no había luz del día debido a que Jungkook estaba aquí, pero ahora la habitación se veía totalmente diferente por alguna razón. Cuando entraba con mis piernas apenas soportando mi propio peso, lo veía sobre la cama. Llevaba una pantalón negro y una camiseta del mismo color, no estaba seguro si era culpa de ese tono o él realmente había perdido su color.

Imbécil.

Si, lo había perdido. Estaba pálido y cuando llegaba a su lado con mi corazón a punto de salir por mi boca, intentaba tomar su mano, pero la soltaba de repente. Estaba helado.

No había vida alguna en él,  sus labios carnosos estaban rojos y su pelo tan oscuro. Su cuello estaba intacto, no había marca alguna y no sabía cómo sentirme al respecto. Estaba tan confundido, no sabía si sentirme aliviado o culparme.

Me culparía de todas formas, comenzaba a llorar desconsoladamente, empapapando su camiseta negra con mis lágrimas y estrujandola en mis manos. No tendría que haber cedido ante Jae, no tendría que haber pensado que tenía la situación bajo control cuando había sido su maldito títere todo este tiempo y eso le había costado la vida a la persona que amaba.

Jamás lo mantuve a salvo y había bajado la guardia, para encontrarme con un Jin que... No era y jamás volvería a ser mi Jinnie. Y tenía que decidir.

Deshacerme de él o ayudarlo en el proceso, pero la verdad era que no tenía idea lo que Jin hubiese querido porque yo no podía pensar en deshacerme de lo único que me quedaba de él. No podía.

No podría y estaba seguro que era un maldito error no ponerle fina a su existencia.

El timbre sonaba mientras Lisa estaba arriba, no había podido ver a Jin y no estaba segura si quería hacerlo. La sola imagen le hacía doler hasta el alma, la metamorfosis por la que Jin pasaría sería dolorosa y complicada, si Taehyung decidía quedarse con él.

Cuando abría la puerta, la última persona que deseaba ver estaba frente a esta.

—Rose...

—Hola.

Lisa miraba en dirección al sótano y mantenía la puerta a medio abrir, tener a Rose ahí en estos momentos no era algo positivo.

— ¿Puedo pasar?

— ¿Qué haces aquí? ¿Jin sabía que vendrías?

—Jin debía de mandarme un mensaje a las doce y nunca lo hizo —mencionaba mirando por encima de Lisa—. Él nunca olvida mi cumpleaños ¿dónde está?

Por alguna razón, a la chica se le llenaban los ojos de lágrimas.

—Rose no debiste haber venido sin avisar —susurraba.

— ¿Puedo pasar? no me gusta estar afuera.

Lisa abría la puerta y le permitía el paso, luego la cerraba y miraba a Rose observar en todas las direcciones.

—Está muy silencioso ¿dónde está mi hermano?

Lisa tragaba duro y no estaba segura que debía de responder y cuando intentaba decir alguna mentira, Taehyung aparecía desde el sótano con sus ojos rojos y su nariz del mismo color e hinchada, ahora sus ojos se abrían en demasía al ver a la chica frente a él.

— ¿Tae?

Los últimos acontecimientos estaban destinados a ser un jodido desastre. ¿Que mierda hacía Rose aquí?

Secaba mis ojos intentando disimular que había llorado como un maldito desgraciado.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Dónde está Jin y por qué ambos me ven como si no me quisieran aquí? ¿Dónde esta mi hermano? Lo llamo y no me responde —Rose se acercaba y me procisiaba un empujón que no esperaba—. ¡¿Dónde está mi hermano?!

—Rose —Lisa la tomaba de la cintura intentando calmarla—. Tranquila

— ¡Suéltame! —pedía pataleando, hasta que Jungkook aparecía.

— ¿Qué mierda sucede? Oh, carajo...

Lisa volvía a repetir en su idioma de bruja, las mismas palabras que yo había oído antes de caer dormido.

"Droom"

Y Rose se desvanecía en sus brazos.

—Jungkook dame una mano —pedía. Ambos la llevaban al sofá mientras que yo seguía desorientado.

—Tae... No podemos tenerla aquí —soltaba Jungkook.

—No puedo llevarla a su casa dormida —replicaba.

— ¿Quién es ella? —cuestionaba Lucas, quien recién llegaba—. ¿Es la hermana de Jin? ¿Qué mierda está haciendo aquí?

Apretando el puente de mi nariz recordaba:

—Es su cumpleaños —soltaba, recibiendo la mirada de todos—. Es el cumpleaños de Rose.

—Hay que sacarla de aquí —pedía Lucas—. Tenemos a un vampiro recién convertido a punto de despertar. No podemos tenerla aquí.

Mi pulso se aceleraba y sabía que tenía razón, debía de pensar rápido.

—Tú la llevarás al departamento de Lis-...

Rose se removía en el sofá.

—El hechizo no durará mucho, estoy débil y  hay que irnos. Está despertando —exclamaba Lisa, moviéndose en dirección a la mesa para tomar sus llaves mientras que nosotros teníamos la vista fija en Rose, rogando que aún no despertara.

La magia de Lisa estaba agotada, jungkook me había dicho que había intentado por todos los medios mantenerme estable y era entendible que un simple hechizo de sueño no duraría mucho si ella no recargaba energías.

Suspirando le daba órdenes a Lucas—: Llévalas y vuelve aquí, luego cuando oscurezca Jungkook irá y tú volv-...

— ¿Jin? —soltaba la voz sin aliento de Lisa a nuestras espaldas.

« ¿Jin? »

Al girarnos la imagen de un SeokJin totalmente diferente y perdido era lo que contemplabamos. Estaba pálido, de pie en la sala y sus ojos igual a los de Jae, celestes, casi blancos. Ya no tenía ese tono amielado que adoraba. Su piel no tenía ese color rosa pálido, era blanco, tan blanco como el papel. Labios rojos y mirada vacía.

—Jin —susurraba sin aliento, lleno de temor y no pudiendo asimilar que lo tenía de pie en el medio de mi sala.

Él me veía, pero parecía no reconocerme porque su mirada no tenía brillo alguno. Era una mirada muerta, vacía... ¿Él no me recordaba?

Mis ojos volvían a arder.

— ¿Jinnie?

Mierda, Rose había despertado. Lisa estaba más débil de lo que pensaba y eso no era bueno.

—Rose quédate en tu lugar —ordenaba, pero la chica se ponía en pie intentando correr en dirección a su hermano, pero era interceptada por mi brazo y el de Lucas.

— ¿Qué le hicieron? —sollozaba—. ¿Qué le hicieron a mi hermano?

SeokJin seguía duro en su lugar y torcia su cabeza no entiendo la escena frente a él, no reconociendo a nadie. Lisa estaba pretrificada en su lugar y jungkook también estaba quieto. Cualquier movimiento brusco sería mala idea. Era todo tan repentino, tan abrumador que, apenas podía recapacitar en la criatura frente a mi.

Ese no era Jin, no era mi Jinnie. No lo era.

—Hey... —le llamaba.

—Dhampir —susurraba finalmente de forma grave en dirección a mi, luego miraba a Lucas y con una mirada de asco repetía—. Dhampir —miraba a Lisa a su costado y añadía—, bruja —miraba a Jungkook a sonreía ladino—, vampiro —Rose volvía a sorber su nariz y sollozaba confundida, no paraba de llorar y eso llamaba la atención del vampiro, su hermano—. Humana.

Era hora de olvidarme que era mi Jin el vampiro frente a mi y tenía que usar mis habilidades. Él debía de obedecer a mi llamado y tenía que detenerlo cuando lo veía dar el primer paso.

—No te muevas —le ordenaba, sus cejas se fruncian en sobremanera y cuando me daba cuenta, tanto Lucas como yo éramos lanzados lo más lejos posible de Rose e impactabamos contra la pared más cercana.

De repente recordaba que esa habilidad, apenas y la había mostrado la noche que había sido llevado por voluntad propia, luego en el galpón donde Jae nos tenía y ahora confirmaba, que ya la dominaba como si nada. De inmediato Jungkook y Lisa intentaban ir en dirección a Rose, pero eran lanzados de la misma forma que nosotros.

— ¡Jin! —gritaba Rose horrorizada. La expresión vacía de su hermano frente a ella era aterradora y me encontraba intentando ponerme de pie, pero al llegar, SeokJin me tomaba del cuello con una fuerza abismal.

— ¡Hey! —Lucas intentaba venir hacia nosotros pero con tan solo una mirada, Jin volvía a darlo contra la pared y al parecer estaba conteniendo a los tres restantes, pegados a esta.

— ¿Qué te pasó? —sollozaba Rose, con rostro bañado en lágrimas y retrocediendo de la cercanía de su hermano—. Soy yo... Soy Rose

—Jin, escúchala —susurraba sin fuerza. Sin aire.

—Jin sueltalo —pedía Lisa—. Es Tae, tu Tae, sueltalo Jin

—J-Jin-... —rogaba sin aliento, pero su mano presionaba más fuerte y sus ojos me miraban fijamente—. Jin...

—Detente por favor, Jinnie. Jinnie —rogaba Rose, llamando su atención y logrando que la mirara—. Soy Rose, soy tu hermana.

Jin torcia la cabeza, no la reconocía. Seguía sin reconocer a nadie y sus dedos se apretaban sobre mi cuello y me sentía desfallecer, pero antes de hacerlo, Rose gritaba desesperada.

— ¡Sueltalo ya!

Y como si nada me lanzaba nuevamente contra la pared y caminaba a una velocidad increíble para terminar de cortar la distancia entre él y Rose.
Yo intentaba recobrar el aire, pero aún así y todo, nadie podía respirar bien porque todos temíamos del reciente vampiro en la sala.

—Soy yo —sollozaba Rose.

Jin la miraba y levantaba su mano para limpiar una lágrima del rostro de su hermana y todos teníamos el corazón en la boca, excepto Jungkook, que estaba más pálido que de costumbre.

—Soy Rose —no podía moverme. Jin no lo permitía, a ninguno. Era demasiado fuerte y una pelea con él no era la opción.

No era un vampiro común y corriente, no obedecía mis palabras y sin necesidad de esfuerzo alguno, nos mantenía contra la pared sin permitinos mover. Y sus ojos, jamás había visto esos ojos en ninguno vampiro aparte de Jae la última vez. Al parecer, Jae no era el único vampiro den, Jin también era diurno, recién convertido y el doble de peligroso. Era un animal que parecía ver todo esto por primera vez y yo sentía que me había muerto con él.

— Rose —repetía. El silencio sepulcral de mi sala y el miedo eran el factor principal y casi la esperanza se adueñaba de nosotros cuando lo veía acariciar el rostro de su hermana y repetir su nombre—. Rose.

La chica asentía, estaba horrorizada y de repente todo rastros de esperanza era reemplazado por la desesperación porque Jin comenzaba a apretar el cuello de su hermana con una facilidad apabullante.

" ¡Jin, detente! "
" ¡Jin, suéltala! "
" ¡Es tu hermana! "
" ¡Vas a matarla! "

Pero él no escuchaba a nadie y cuando Rose estaba a punto de desmayarse, Jin dejaba ver unos colmillos filosos y los clavaba sobre la blanda carne con una fuerza bestial y un sonido que lograba incrutarse en mi memoria. Rose daba un grito desgarrador y Jin comenzaba a saciarse de ella. Ninguno podía moverse, gritábamos a cuatro voces que se detuviera, pero él no escuchaba razones.

— ¡Ya para, por favor! —gritaba desesperado—. ¡Jinnie!

De repente lo veía arrancar la carne del cuello de Rose. La mataba, en pocos segundos, bebiendo más de su sangre. Los gritos de mis amigos desaparecian y solo podía ver el mounstro en el que Jin se había convertido. Estaba anonadado, me sentía roto, incapaz de continuar, pero imposible dejar de verlo, hasta que su miraba daba con la mía y un destello de algo brillaba en sus orbes celestes pálido.

Jin soltaba el cuerpo sin vida de su hermana al suelo, escupía la carne arrancada y comenzaba a desesperarse al ver el cuerpo sin vida de Rose. Su rostro transformado no era demoníaco como los vampiros comunes, de hecho no había cambiado en absoluto, solo sus colmillos impresionante salían a relucir y ahora sus labios mentón y ropa estaban bañados con la sangre de su hermana menor.

Miraba sus manos y temblaba, caía sobre su rodillas y apretaba el cuerpo de Rose mientras gritaba desgarradoramente y me rompía con él en el proceso. Luego de unos segundos miraba a su alrededor y nos veía rogarle que reaccionará y luego me miraba a mi. La presión que nos mantenía contra la pared desaparecía junto con su rostro horrorizado.

—Soy un monstruo —sollozaba—. Oh, por dios... —miraba a Rose y cuando quería acercarme a él, sin siquiera poder detenerlo debido a la rapidez de su naturaleza, soltaba a su hermana y abría la puerta en pleno día y salía huyendo.

— ¡Jin! —gritaba corriendo puertas afuera mientras que el resto socorría un cuerpo sin vida y Jungkook se mantenía en un rincón evitando la luz.

No había rastro alguno, lo había perdido. Jin se había ido, había huido y ahora no tenía nada excepto el cuerpo sin vida de su hermana y la desesperación a flor de piel. No sabía por dónde comenzar, no podía moverme de mi lugar.

Había perdido a Jin, lo había perdido.

A continuar en:

Libro III
ASHES

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