Legión
Estaba oscureciendo y la hora para mi reunión especial con La Legión Sangrienta se aproximaba. Jungkook había decidido tomar una ducha para relajarse, yo estaba más que listo, luego de pasado treinta minutos y finalmente de noche mi amigo estaba más que preparado.
—Podemos ir saliendo —exclamaba apenas mirándome.
Una vez en mi auto le preguntaba—. ¿Seguro deseas venir conmigo?
—Si yo no voy...¿Quién será tu garantía si no?
—Podría tolerar un poco de tortura —exclamé.
—Si claro, ya vámonos y piensa sabiamente tu tres preguntas —ordenaba con su dedo índice frente a mi nariz.
Una pequeña sonrisa se asomaba en mi rostro, la Legión solo aceptaba tres preguntas, una sobre el pasado, otra sobre el presente y una última sobre el futuro. A la reunión debían asistir de a dos, el solicitante y una vida como garantía, en este caso mi garantía era Jungkook, si la legión veía algún movimiento sospechoso de mi parte, él moriría. Si intentaba lastimar a algún miembro, él moriría y si intentaba escapar a mi promesa de sangre sobre lo que había prometido cumplir a ellos como pago, él...si, moriría. También moririamos ambos si no hubiera conexión alguna entre nosotros.
Si en todo caso el solicitante se encontrará solo se lo torturaria, apenas un poco como había mencionado a mi amigo y si cometiera traición, solo entonces, una tortura verdadera sería infligida sobre el mismo. Esta tortura tenía como duración siete días, con la muerte como finalidad. Nadie jugaba con la Legión y menos después de lo que mi hermano había hecho en su círculo.
Cómo dije, me habían pedido ayuda con anterioridad, pero yo me había negado, como lo había hecho cordialmente sin perder mis respetos hacía ellos, no hubiera sido justo tomar la vida de un Dhampir, ya que aparte de ellos, los brujos, nosotros los Dhampir somos la única raza capaz de matar a esas criaturas nocturnas y maquiavélicas llamadas vampiros.
De los cuales yo también descendía.
Así que sin tanta vuelta me dirigía al lugar donde ellos me habían indicado. Al llegar nos deteníamos unas calles antes, para luego caminar el resto. La reunión sería en uno de sus lugares temporales, ya que se movían por seguridad propia. Este era una casa bastante grande al sur de San Francisco y su puerta negra principal tenía un círculo de sangre dibujado que solo criaturas nocturnas y sobrenaturales podían ver, no era visible para los humanos.
Al llegar ya de frente a la puerta, la misma se abría sola ante nuestra presencia. Una miradas expectantes eran las que cruzabamos con Jungkook, no miento al admitir que no estaba nervioso solo que era la primera vez en mucho tiempo que yo solicitaba una reunión con ellos, ya que nunca los había necesitado antes.
—Despues de tí —decía Jk, extendiendo el brazo y mostrándome la entrada.
Manteniendo la seriedad, nos adentrabamos, al instante en que nuestros pies ya estaban dentro la puerta se cerraba con un fuerte, ensordecedor y estrepitoso ruido.
Esta casa poseía solo dos puertas rojas dentro, una a cada a lado, luego de observarlas en silencio e inmóviles un chillido comenzaba a retumbar en nuestros oídos, obligándonos a taparnos los mismos y caer de rodillas al piso, ese ruido estaba rompiendo nuestros tímpanos.
—¡Tae! —Jungkook apretaba con fuerza su cabeza a la altura de las orejas para evitar escuchar ese chillido al igual que yo.
—¡Resiste! —respondí. El ruido parecía no tener fin lo cuál provocaba a Jungkook un fuerte mareo y un desmayo haciendo que diera de lleno su pecho y rostro contra el piso—. ¡Jungkook! —destapaba uno de mis oídos estirando mi brazo hacía mi amigo, cuando a la distancia vislumbraba una figura femenina acercarse.
Poseía un vestido rojo y unos tacos negros, la observaba levantar su mano y susurrar—. Slaapt — y caía, mis párpados no podían mantenerse abiertos, todo se volvía oscuro antes de llegar a ver su rostro.
Pasaron horas y yo seguía con la ropa sucia y cubierto en sangre, la garganta seca y con mucha sed, nadie había venido a verme o a pelear conmigo. Seguía en el piso mirando a la nada, casi perdiendo la cordura.
Luego el sonido de la puerta abriéndose me sacaba de mi sueño. Jae Joong se hacía presente una vez más, estaba cambiado y duchado.
Observándolo sin hacer mueca alguna, exclamé—. Envidio mucho lo limpio y fresco que te ves ahora, maldito.
Él abría sus ojos y levantaba sus cejas detonando una obvia sopresa y luego esbozaba una sonrisa torcida.
—No me esperaba tal comentario tan halagador y descortés al mismo tiempo
—¿Vas a matarme, someterme a otra tortura o dejarás que pueda sacarme esta asquerosa ropa? —pregunté mientras aún seguía en el piso sin bajarle la mirada.
—Si tienes ese dedo expuesto al polvo sin limpieza ni nada, se infectará, mi niño —exclamaba el enfermo, sentándose en mi cama y observándome desde ahí.
Sentía tanta rabia y a la vez impotencia que solo me salía sonreír sarcásticamente.
—Ya, mátame. Pierdes mi tiempo así —respondí firme.
—¡Ja!. Tu tiempo no vale, el mío si —se levantaba y me tomaba del antebrazo—. ¡Levántate! —no intenté luchar, solo había dejado que me levantará—. Date vuelta —me ordenaba.
—No ¿Para qué? —pregunté con una mueca de asco.
—Como quieras —respondía desinteresado.
Tomaba mis manos y las ponía juntas para luego esposarme—. ¿Es una broma? —articule.
—Nop, no confío en tí. Camina —me ordenaba dándome un brusco empujón.
Me movía a empujones, pero rehusaba a moverme sin saber a dónde me llevaba, así que me paraba en seco rápidamente—. ¿A dónde me llevas?
—Camina, SeokJin
—No iré a ningún lado si no me lo dices —exclamé con su aliento detrás de mi nuca.
—Iremos al maldito baño para que te limpies, hueles horrible. A sangre y sudor —soltaba con asco.
Levanté mis cejas ante su descaro—. Yo estaba limpio antes de que quisieras torturarme —respondí y me dí media vuelta esperando a que abriera la puerta para salir.
La verdad es que realmente quería bañarme, me sentía horriblemente sucio y asqueroso. Sin importar como sería el tipo de ducha que fueran a darme, necesitaba dejar de verme tan como la mismísima mierda.
Él abría la puerta, para tomarme de la nuca y acercándome bruscamente exclamaba—. No intentes nada estúpido porque solo ganarás que te golpeé y no deseo golpearte por pura gracia
—No me digas —exclamé ironicamente.
Mis orbes yacían clavadas en la suyas, no bajaría la mirada.
—Ya muévete.
Obedecí y dejé que me guiará al cuarto donde me daría un baño, la verdad es que no había intención alguna de hacer nada. Mi naturaleza será Dhampir, pero no sabía pelear como ellos, no había sido criado de esa manera.
En lo que iba concetrado caminando, observaba el lugar y se veía como una fábrica abandonada, ventanas tapadas, algún que otro rincón polvoriento y honestamente ya no sabía que hora era, estaba perdiendo la noción del tiempo.
Estábamos llegando a una habitación donde habían dos vampiros parados en la puerta, no eran los mismos que me habían cargado a la habitación de tortura. Al lado de ellos se encontraba Beth, la mujer asiática que era la mucama de estas porquerías. Ella sostenía una muda de ropa negra y toallones.
Sorpresivamente Jae Joong me tomaba por los hombros para detenerme frente a la puerta, la cuál abría frente a mí y contemplaba una bañera blanca en el centro con agua, llena de burbujas que se veía bastante caliente o quizás templada, luego a un lado dos vasos de plástico y una esponja, a unos centímetros una cubeta con agua y no había nada más allí dentro.
—Como verás, no hay nada que pueda servirte de arma ni mucho menos, solo te meteras y bañaras, porqué ya no tengo ganas de respirar a tu lado
—Entonces no respires —respondí sonriendo.
—Increible —murmuraba mordiendo su labio—. Beth ¿Tienes el alcohol, cinta y gasas limpias?.
Beth no había respondido, solo se inclinaba afirmando que tenía lo que le estaba pidiendo, fué entonces cuando cortésmente me pedía entrar a la habitación, dejaba en el piso a un lado la ropa y toallones para traer un pequeña caja que contenía lo que él quería.
—Estira ambas manos para que pueda limpiar eso y cubrirlo —sin decir palabra alguna, me dispuse a obedecer. Realmente quería que cubrieran mi dedo, dolía y molestaba. Por un segundo estaba creído que lo haría Beth, pero lo hacía él. Cuando extendía mi mano, lo veía como tomaba una gasa y le echaba alcohol, cuando estaba a punto de pasarlo por mi dedo instantáneamente lo quitaba por miedo a que fuera tan brusco como la primera vez en la habitación de tortura—. No te haré daño, esta vez.
En ese momento los vampiros se habían puesto uno a cada lado, creyendo que querría huir, supongo. Observaba de mala manera a todos para luego mirar a Beth, ésta me regalaba una sonrisa y asentía con la cabeza, como dándome a entender que Jae Joong no me lastimaria.
De muy mala gana volvía a extender mis manos y él comenzaba a limpiar. Ardía como la mierda.
—Joder —exclamé entre dientes.
—Quedate quieto, Jin —me ordenaba. Se veía concentrado y cuidadoso «Que tipo tan loco» —Lo sé, es mi mejor rasgo —exclamaba irónicamente.
Luego con mucha delicadeza, vendaba mi dedo con gasa, lo sostenía y ajustaba mejor con cinta de papel. Llámenme demente, pero empezaba a ver algunos rasgos de Taehyung en él, me recordaba cuando su hermano había limpiado mi rostro después de la paliza de Hye-Jin.
Taehyung.
—Listo, entra —sin chistar me metía a la habitación.
Junto conmigo venía Beth y por último Jae Joong.
—Solo necesito que me quiten las esposas, no me agrada el público a la hora de bañarme —exclamé con sarcasmo.
Él reía acercándose a mí con la llave de las esposas para liberarme—. Desvistete —me ordenaba.
—No lo haré frente a tí —respondí.
—¿Quién crees que te baño y vistió la primera vez? No tienes nada que no haya visto antes. Aunque tienes muy buen cuerpo y una po-....
—Hijo de la mierda
—Okey, yo no fui, fué Beth —decía señalandola—. Ay, por Dios tu rostro no tiene precio —comenzaba a reír como cualquier persona cuando cuenta un chiste. Luego se alejaba y se dirigía a la puerta añadiendo—. Estaré del otro lado, si intentas algo...lo sabré. Estás a cargo Beth.
Dicho esto se retiraba y cerraba la puerta dejándonos a Beth y a mí a solas. La observé realmente incómodo, ella se inclinaba cordialmente y luego se daba media vuelta para no verme. Suspirando pesadamente, comenzaba a desnudarme para luego meterme en el agua, cuando Beth escuchaba el ruido, se acercaba a mí. Las burbujas no dejaban ver nada de mi cuerpo, eso era reconfortante ahora que me encontraba despierto, luego ella tomaba uno de los vasos y con su mirada y una sonrisa en su rostro señalaba el vaso y mi pelo.
—¿Vas a lavarme la cabeza? —pregunté confundido.
El mismo también tenía sangre, era un auténtico asco, ella asentía y me pedía que moviera mi cuerpo un poco más al centro. Me sentía un chiquillo de cinco años de edad cuando mi madre solia bañarme. Ella arrojaba la sustancia en mi pelo y comenzaba a frotarlo, el agua de la cubeta servía para enjuagarlo, así estuvo un rato, luego sacaba de su bolsillo una bolsita pequeña de nylon, me pedía mi mano donde tenía mi dedo cubierto ya que estaba con extremo cuidado para no mojarme. Ponía la bolsa en mi mano para que estuviera más relajado a la hora de mojarme, luego se alejaba y quedaba parada en una esquina ajena a mi y mirando en otra dirección.
Esa mujer era una santa, no le daría problemas y como Jae Joong había dicho no había nada que me sirviera para defenderme de las bestias de afuera. Así que desistía y me relajaba lo que esta locura de momento me permitía.
Mis párpados pesaban, pero ahí estaba Intentando abrirlos, mis oídos ya no dolían, la habitación en la cual me encontraba estaba semi oscura y cuando mis ojos intentaban enfocarse en la oscuridad, notaba que era la legión formando un círculo alrededor de mi.
—Dhampir Kim —decía una voz femenina—. Grata sorpresa fue saber que pediste una reunión con nosotros.
No quería leer la mente de ningún integrante, sería estúpido e irrespetuoso.
—¿Raina?
—Exacto, es la primera vez que estamos frente a frente —respondía.
—Bueno, eso no es del todo correcto. No puedo verte —solo veía el círculo a mi alrededor, la figura de Raina no estaba.
—Solo lograrás verme si lo considero necesario —exclamaba.
—De acuerdo, si —respondí.
—Noto mucha desesperación en tí, Taehyung
—Necesito su ayuda —dije sin titubear.
—Lo sabemos, si no jamás hubieras venido hasta aquí —el círculo se había movido hacía la derecha, solo un paso y al mismo tiempo—. El tiempo corre, dime tu primera pregunta y recuerda la primera tiene que estar relacionada al pasado.
Guardaba silencio unos momentos para pensar bien mis palabras y luego hacer mi primera pregunta—. ¿Los orígenes de SeokJin realmente están vinculados a los orígenes Kim?.
Necesitaba estar seguro, lo necesitaba.
—Si, son la fuente —respondía secamente.
No sabía porque esperaba una respuesta más amplía, quizás: ¿Cómo fué? O ¿Algún error?, algo que me asegurara quizás que él no tenía nada que ver con nosotros, pero estaba equivocado.
El círculo volvía a moverse una vez más—. Segunda pregunta, pero con relación al futuro —añadía Raina.
Jungkook tenía razón, quizás no había pensado muy bien mis preguntas. Me relajaba, cerraba mis ojos y me concentraba, escuchaba como volvían a moverse al ritmo de las agujas del reloj.
—Yo les aseguro entregarles a Jae Joong, eso vine a ofrecerles. Mi pregunta es ¿Recibirá su merecido después de tanto sufrimiento ocasionado a demasiadas vidas, incluyendo mis padres? —sabía que solo veían partes del futuro y acababa de hacer una pregunta difícil, pero sabía y estaba seguro de que se los entregaría.
Un silencio se había apoderado de la habitación, el círculo volvía a girar más Raina no contestaba, hasta que finalmente lo hacía.
—Tú hermano pagará por sus pecados —quedaba en silencio unos segundos—. Todos pagamos por nuestros pecados en algún momento de nuestra existencia.
Sabía que había mucho más detrás de esa respuesta, pero ellos no lo dirían, ya que el futuro siempre puede cambiar.
—Me queda solo una y debe ser sobre el presente ¿Cierto? —este era el momento que estaba esperando.
—Exacto —el círculo volvía a moverse—. ¿Cuál es tu pregunta relacionada al presente?.
Continuaba observando a mi alrededor y Raina jamás se había hecho presente. Tenía muchas formas de hacer mi pregunta, tales como "¿Dónde está SeokJin?", pero esa era muy concreta y ellos no respondían ese tipo de preguntas. Otra era: "¿Una pista para hallarlo?", pero si me decían eso sabía que iba a estar desesperado hasta hallar esa pista en concreto.
La verdad era que, sin importar que preguntase, entraría en un ataque de desesperación por miedo a saber si llegaría tarde.
—Dhampir, tu pregunta. Se acaba tu tiempo
—Sé que seré yo quien lo encuentre y quién lo rescate. Solo necesito saber si él sigue con vida...¿SeokJin Kim Park está vivo aún?.
El círculo seguía moviéndose y luego de una niebla grisácea la figura femenina de Raina se hacía presente finalmente. Era la primera vez que la veía, no la conocía en persona, era de piel morena y cabello rizado oscuro, dueña de unos ojos negros, un buen cuerpo y porte elegante.
Yo seguía sentado sin moverme solo la observaba venir hacía mí en silencio y como mencionaba, no deseaba faltar el respeto.
—Taehyung —me observaba fijo y añadía—. No vas a encontrarlo.
Al revelarme eso mi corazón comenzaba a palpitar fuerte y demasiadas preguntas se acumulaban en mi cabeza.
—No, tú–...esa no fue mi pregunta —comencé a balbucear por lo que acababa de decir—. Te pregunté si él seguía vivo —añadí entre dientes.
—Dímelo tú.
Al instante en el que Raina exclamaba esa frase posaba su mano sobre mi frente, empujaba mi cabeza hacía atrás y mis ojos se ponían en blanco, mientras que un poder indescriptible había golpeaba en todo mi interior y mucho más intenso que la magia experimentada con Lisa.
Estaba relajado, estaba intentando dejarme perder en la calidez del agua y las burbujas, sentía una ridícula e irónica paz. No quería que mi mente pensará en mi futura condena, solo quería...
—¿Qué mierda...? —comenzaba a sentir algo que acariciaba mi pierna por debajo del agua.
Beth me oía y giraba a verme, sentía aún algo debajo del agua y la misma comenzaba a hacer burbujas como si fuera lava caliente a punto de erupcionar. Mi cara de susto había sido notoria para Beth, quien me observaba con cara de horror para luego verme ser jalado hacía abajo por una fuerza sobrenatural.
—¡Beth! —había sido mi último grito de auxilio.
Comenzaba a forcejear con lo que sea que estuviera intentado mantenerme bajo el agua, intentaba salir más no podía, me estaba ahogando, entre la desesperación vislumbraba y tomaba los brazos de Beth, pero era inútil algo más fuerte me mantenía debajo.
Beth corría hacía la puerta para abrirla y jalar a Jae Joong dentro.
—¡¿Qué cara-...?! —éste corría al ver que SeokJin se estaba ahogando en la tina. Se arrojaba intentando sacar su cuerpo pero pesaba cómo si él estuviese lleno de plomo—. ¡Vamos! —gruñia entre dientes.
Los hombres que estaban fuera entraban para ayudar a sacar el cuerpo, pero no podían. Eran tres vampiros y el cuerpo de SeokJin estaba en el fondo del agua, pegado a la superficie y ya había perdido el conocimiento.
—¡Maldita sea! —Jae Joong seguía intentando sacarlo, pero era en vano.
Tres vampiros fuertes intentando sacar el cuerpo de una hombre de aproximadamente ochenta kilogramos y ninguno podía.
«¿Dónde estoy?» —¿Jinnie? —, «Tae» —¡Jinnie!.
Estábamos en un lugar lleno de niebla, no lo veía, solo oía su voz.
—¡¿Tae?! —respondí a su llamado.
—¡Jin!...¿Dónde estás?
—No lo sé ¿Qué está pasando? —pregunté totalmente confundido.
—Me están mostrando que sigues vivo.
Fruncí mi entrecejo al oír eso, deseaba verlo, pero solo había niebla y yo me encontraba con la ropa que traía la noche de la cita doble. Estaba casi seguro que estaba jodidamente muerto.
—¿Dónde estás? —pregunté nuevamente.
La niebla iba disipándose, cuando sentía su mano acariciar mi rostro. No podía verlo aún.
—Tae —susurré y cerré levemente mis ojos ante su tacto.
Dios, cuánto necesitaba esto, a él.
—SeokJin —al decir mi nombre, volvía a abrir mis ojos y ahí estaba.
Sus ojos miel me observaban con cierta desesperación, su cabello estaba enmarañado y parecía más oscuro que en otras ocasiones.
—¿Dónde estamos? —pregunté.
—En un punto medio —no me quitaba sus ojos de encima, mientras me acariciaba con delicadeza.
—¿Hechicería? —él asentía.
—Lo lamento tanto, perdóname. Lamento todo lo que estés pasan–...
—Solo ven por mí —él estaba pidiendo perdón y yo solo quería decirle dónde me encontraba, pero no lo sabía.
—Dime dónde estás e iré por tí...
—No...no lo sé —dije sintiéndome mareado.
La niebla comenzaba a intensificarse y él iba desapareciendo o quizás desaparecía yo, no lo sabía con seguridad.
—¡Jinnie!, ¡No, SeokJin!.
Del otro lado y sin previo aviso con una fuerza sobrenatural Jae Joong hacía pedazos de un increíble puñetazo la tina, haciendo que toda el agua más el cuerpo de SeokJin inconciente se desparramara por toda la habitación.
—Maldita sea —susurraba entre dientes el vampiro al tomar el cuerpo de éste inconciente—. ¿Qué diablos acaba de pasar Beth?.
La mujer negaba con cara de susto, él apretaba sus dientes con furia mientras comenzaba a hacer RCP para recuperarlo. SeokJin no estaba respirando.
Volvía de nuevo a mi cuerpo de tal manera que caía con silla y todo al suelo.
—SeokJin —susurré tirado en el piso. Luego reaccionaba y me levantaba inmediatamente.
El círculo seguía moviéndose, Raina estaba parada frente a mí.
—¿Acaso respondí a tu pregunta? —soltaba con seriedad.
—¿Por qué dijiste que no lo encontraría? —pregunté.
—Tu tiempo se acabó, Taehyung.
Tomaba su brazo con delicadeza para que no se marchará y todo el círculo se había puesto en guardia.
—Solo, concédeme esa respuesta —rogué.
Raina me observaba y observaba al círculo dándole señal de que no se preocuparan.
—Él vendrá a tí, no tiene caso que lo busques.
Dicho eso una fuerza me arrastraba hasta la puerta para sacarme fuera de la habitación en la que me encontraba y tras quedar de nuevo en la entrada las puertas de la misma se habían cerrado, dejando a la Legión dentro y a mí afuera.
Luego de unos segundos Jungkook salía de la otra habitación con un andar apresurado.
—Ya salgamos de aquí —me ordenaba.
Asentí agitado y la puerta de la entrada se abría y sin más nada que hacer salíamos de allí para volver a mí auto.
Estaba consumido en mis pensamientos, estaba creído que iba a salir con cierta paz, pero la Legión me había brindado respuestas inesperadas y haber visto a Seokjin unos segundos me había dejado perplejo y doblemente preocupado.
Yo no lo encontraría, él vendría a mi.
Había sido todo lo que la Legión me había dicho, pero ¿Qué mierda significaba eso?.
Otro capítulo para las bebus fieles de esta trilo (◍•ᴗ•◍)
¿Que piensan?
Con amor Niñita Nany 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro