El juego comienza
Respira, maldición...solo respira.
Jae Joong continuaba unos minutos más haciendo RCP, en ese momento que se encontraba tan concentrado y hasta consternado, Hwasa aparecía mirando como la habitación tenía el suelo cubierto de agua.
—¿Qué demonios...? —preguntaba la castaña al observar a Jae Joong en el piso con el cuerpo al desnudo de SeokJin.
Éste estaba tan consumido por la responsabilidad de traerlo de nuevo que no había notado que estaba desnudo, solo quería que volviera a respirar.
—¡Vete, Hye-Jin! —gritaba Jae Joong mientras continuaba, ahora dándole respiración boca a boca, porque el cuerpo no estaba respondiendo a los masajes.
SeokJin se estaba poniendo demasiado pálido en fracción de segundos.
—¿Qué sucedió? —preguntaba confundida.
—¡Solo vete! —éste la observaba con sus ojos detonando ese color rojo sangre.
Hwasa se recomponía y obedecía, pero antes de irse, no podía contener sus palabras y añadía—. También deberías echarlos a ellos. Lo están mirando como si quisieran comérselo, en todos los sentidos de la palabra.
Dicho eso y a punto de retirarse, SeokJin comenzaba a expulsar el resto del agua, se giraba para verlos y notaba como Jae Joong lo movía de lado con sumo cuidado para que terminará de escupir toda el agua de su sistema.
También se daba cuenta cómo miraba a sus lacayos de muy mala manera y ordenandoles que salieran, mientras ordenaba a Beth que le alcanzará uno de los toallones para cubrirlo.
—Beth, necesito taparlo —ésta obedecía y le alcanzaba la toalla más grande, aunque a causa del agua por toda la habitación, esta se encontraba húmeda. Jae Joong lo envolvía y SeokJin se veía pérdido—. Búscale ropa seca —ordenaba y lo ayudaba a ponerse en pie para sacarlo de allí.
Las piernas del chico alto parecían gelatinas y, por más que no quisiera cernir su cuerpo sobre el de Jae Joong, realmente no podía caminar sin su ayuda.
En ese crucé empujaba a Hye-Jin para salir, ésta fruncía sus cejas y lo observaba irse para otra dirección.
—Su habitación queda al otro lado —exclamaba a Jae Joong quién sin voltear, exclamaba:
—¡Cierra la boca!.
Una vez en mi casa, Lisa nos esperaba. Finalmente había vuelto sana y salva.
—Lisa —suspiraba Jungkook, fundiéndose en un abrazo con ella.
Recordaba que el camino de vuelta a casa había sido en silencio, Jk no había dicho una palabra, no había preguntado absolutamente nada y yo igual. Ahora que me encontraba aquí, frente a esta escena dónde el vampiro temerario se veía pequeño y tan consumido por el abrazo de su amada que me preguntaba ¿Qué le habrían hecho en esa habitación mientras que yo hacía mís preguntas?.
—Dhampir —exclamaba Lisa llamando mi atención—. Dime que conseguiste algo bueno —añadía con tono preocupado.
Tanto ella como Jk me miraban esperando una respuesta esperanzadora.
—Está vivo —añadí, intentando dibujar una sonrisa.
Ambos asentían más relajados, pero seguían observándome y esperando que revelara más.
—¿Sabes dónde o cuándo más o menos lo encontraremos? —preguntaba Lisa. Sabía tan bien como yo que no iban a decirme con exactitud dichas respuestas—. ¿Taehyung?.
Me estudiaba unos momentos en silencio y Jungkook también lo hacía junto con ella, el semblante de ambos se volvía más sombrío al notar que me veía desanimado y desorientado.
—Ellos... —suspiré de manera sonora—. Raina dijo algo y no sé cómo tomarlo —expresé.
Finalmente me despojaba de mi chaqueta, dirigiéndome directo al sofá, abriéndome paso entre ellos quienes me seguían expectantes.
—¿Lo viste? —preguntaba Lisa.
—A último minuto, pero si, lo ví —respondí.
—¿Por qué dices que te dijo algo que no sabes cómo tomarlo? —preguntaba Jk ceñudo y preocupado—. ¿Qué no te dió una pista o una fecha, lugar o algo para encontrarlo?
—No —respondí, apretando mi sien—. Dijo que yo no lo encontraría, sino que él vendría a mí —repliqué moviendo mis manos con nerviosismo.
—¡¿Cómo demonios vendrá a tí si está secuestrado?! —gritaba Jk, como algo obvio.
—De acuerdo, cálmate —exclamaba Lisa a a mi amigo, sobando su hombro—. No lo pongas más nervioso
—Si estoy nervioso no es culpa de Jungkook —dije resoplando—. No tengo nada, Lisa —exclamé más calmado y mirándola fijo.
Ella suspiraba, observandome fijo—. Es la Legión, ellos no se equivocan —respondía.
—Quiero encontrarlo —respondí y puse mis manos en mi rostro cerrando mis ojos al mismo tiempo.
—Él está vivo, mientras siga con vida aún tenemos tiempo —exclamaba intentando calmarme—. Por cierto ¿Cómo te aseguraron que seguía vivo?.
Descubriendo mi rostro, pero fregando mis ojos antes de abrirlos, respondí—. Raina me lo mostró
—¿Cómo? —preguntaba curioso mi amigo.
—Extracorporeale verbinding —exclamaba Lisa.
"¿Qué?" soltabamos al unisono.
Lisa se ponía en pié dándonos la espalda y luego volteaba a vernos una vez más, añadiendo—. "Extracorporeale verbinding" —repetía haciendo comillas—. Conexión extracorporea —exclamaba al ver nuestros rostros de confusión.
—¿Qué es una conexión extracorporea? —preguntaba Jk.
Liss no podía evitar mirarlo y rodar sus ojos—. El nombre es bastante obvio, Jungkook. Lo que Raina hizo para mostrarte que SeokJin aún está con vida —respondía—. Puso a ambos en un punto medio
—Si, esa fue mi respuesta cuando él me había preguntado dónde nos encontrábamos —respondí sonriendo secamente, al recordar su rostro.
—Es una señal excelente —respondía Lisa—. Él está vivo y está bien, si no, no hubiera sido posible —ella sonreía con tranquilidad.
—Aún así Lisa, dijo que no lo hallaría —me levantaba con mis nervios alterados de nuevo—. ¿Qué se supone que deba hacer ahora? —giraba para ver el rostro de ambos.
—Podrías pedirles ayuda —exclamaba Jungkook—. Una nueva reunión
—No tengo más nada que ofrecerles —respondí volviendo al sofá.
—Si Raina dijo que él vendría a tí...
—Pero Lisa ¿Acaso tengo que esperar sentado a que él golpeé a mi puerta? —pregunté con desesperación por encima de las palabras de la encantadora.
—Yo... —Lisa intentaba ayudar, pero estaba tan perdida al igual que yo—. No lo sé, Taehyung.
Jungkook también se veía desesperanzado, estábamos desorientados. Tenía más que claro que ellos querían encontrarlo al igual que yo, pero se me acababa la paciencia.
—Siento que se nos acaba el tiempo —susurré.
—Oye, deberías descansar —exclamaba Jk—. El equipo está cubriendo cada rincón de la ciudad. Si algo se desata yo te aviso
—Jk... —respondí cansado, pero él me interrumpía.
—Solo ve y descansa Tae —me ordenaba calmadamente.
Sin ganas de discutir, había decidido obedecer, porque a decir verdad me encontraba desalentado y sin fuerzas para seguir, al menos por esta noche.
Estoy tan desorientado.
Me encontraba apoyado sobre Jae Joong, quien me llevaba a un lugar que claramente no era mi habitación, ya que la mía quedaba para el otro lado...o eso creía. Su brazo estaba enrollado sobre mi espalda baja, y la mínima diferencia de estatura me favorecía, el tipo y por poco me cargaba por completo. Me sentía débil, respiraba hondo y profundo, irónicamente mi mano estrujaba un pedazo de su camisa, si un tercero me estuviera viendo diría que lucía como un niño pequeño que acababa de sufrir un trauma y se refugiaba en los brazos de su protector.
—¿Dónde me llevas? —pregunté en un susurro.
—Sshhh, estarás bien —respondía dulcemente.
—Déjame... —recalque, dando un débil golpe en su pecho.
—Ya casi llegamos —susurraba, apretando su agarre.
Sentía el sonido de una puerta abrirse, juro que realmente estaba intentando sentirme mejor, pero me sentía extenuado, mis ganas de salir de allí no coordinaban con las fuerzas de mi cuerpo. Mis piernas fallarían en cualquier momento, de hecho ya hubiera caído de bruces si no fuera porque el me sostenía con fuerza y a la vez parecía que intentaba no romperme en el proceso.
Suavemente reposaba mi cuerpo en una superficie suave y fue donde notaba mi desnudez cubierta por un toallon húmedo, me percataba de inmediato e intentaba taparme, pese a que de todas maneras nada se veía.
No sé equivoquen, no se trataba de un caso de timidez, sino que estaba con un vampiro y lo último que quería es que viera más carne dónde clavar sus jodidos colmillos para drenarme la sangre.
—¿Acaso tú...? —pregunté tocando mi cabeza confundido. También me daba cuenta que esta me dolía y mucho—. ¿Me viste...?.
Él suspiraba de manera desinteresada y esbozaba una sonrisa torcida—como Tae—se alejaba y me observaba de lejos en silencio.
—¿Qué te pasó? —preguntaba de brazos cruzados.
—¿De qué hablas? —respondí pretendiendo no entenderle.
Suspiraba cansado y de manera bastante sonora, pero antes de decir algo, alguien golpeaba la puerta—. ¡Adelante!.
Beth se hacía presente con una muda de ropa, lograba vislumbrar el color negro y bordo, se veía qué era una nueva muda a comparación de la anterior que había visto antes de entrar al baño. Ésta venía a mi lado y dejaba las prendas con una dulce sonrisa para luego retirarse respetuosamente de la habitación de Jae Joong.
¿Que mierda hacía en esa habitación?.
—Me daré la vuelta para que puedas cambiarte y no intentes nada o lo sabré —me regañaba y se giraba.
Suspiré ignorando sus palabras y comenzaba a vestirme, muy en cámara lenta, «por Dios, qué débil me siento». Cuando finalmente estaba vestido y decente, comenzaba a admirar el lugar en el cual me encontraba.
Era una alcoba oscura, tenía cuatro lámparas con unas luces muy tenues en cada esquina, habían cortinas decorando la paredes, las mismas eran de un intenso color borravino y una inmensa cama de estilo victoriano yacía en el centro del cuarto con sábanas de sedas bien rojas.
Deseaba sentir lo suave que eran bajo el tacto de las yemas de mis dedos, olvidando por completo la presencia de Jae Joong y el lugar en el que estaba. La habitación en si estaba decorada muy al estilo victoriano, pero con un toque oscuro, en muchos sentidos, no solo porque no había ninguna ventana por la cual entrase la luz del día.
—Podrías ser un buen chico y acompañarme en la noches para sentir la seda de mis sábanas en todo tu cuerpo —su voz me despertaba de repente del encanto y cierta admiración a la decoración de su alcoba.
Un escalofrío me recorria toda la espalda, manteniendome inmóvil, no sabia en qué momento se había movido, pero lo tenía detrás de mí, pasando la yema de sus helados dedos en mi cuello desnudo.
—¡Mierda! —exclamé del susto, alejándome de él y golpeando la pared con mi espalda.
—Tranquilo, no te haré daño —decía dulcemente. Luego me señalaba la cama y añadía—. Siéntate —negué con la cabeza sin moverme de la pared—. ¡Qué te sientes!.
Su alcoba era lo suficientemente cerrada como para que su voz hiciera estruendo y un leve eco. No tenía ganas de más maltrato y no me sentía bien así que simplemente, decidía obedecer y me sentaba en su cama.
Él se alejaba, sentandose en un sofá de modelo victoriano y desde ahí me observaba con cautela. Sin pensarlo mucho me ponía a cantar una canción en mi cabeza para evitar que él se metiera en ella.
—¿Qué sucedió allí dentro? —preguntaba cruzado de brazos. Levantando mi mirada sorprendido y lo observaba con algo de confusión y él añadía—. No estoy leyendo tu mente SeokJin, contéstame
—No lo sé —dije al instante.
Él me estudiaba, intentando intimidarme, pero me negaba a bajar la guardia y continuaba cantando la canción en mi cabeza. Luego de unos segundos en los cuales le había mantenido la mirada, él sonreía de lado—. Cantas... astuto
—No sé qué sucedió
—¿Viste algo o a alguien? —se paraba y comenzaba a caminar de un lado a otro—. ¿Viste a mí hermanito? —tragué saliva y continúe cantando en mi cabeza. Eso provocaba que él se abalanzara sobre mi tan veloz y gritando de lleno en mi cara—. ¡Contéstame si lo viste!
—¡No lo hice! —grité como respuesta.
—¡Mientes! —respondía aún gritando en mi rostro y golpeando la cama con sus brazos a los lados de mi cuerpo
—¡Deja de gritarme! —exclamé y lo empujé para salir corriendo, pero mis piernas me habían fallado y caía de bruces al piso.
«¿Por qué carajos estoy tan débil?».
—Porque alguien te llevo a una conexión extracorporea sin tu consentimiento —respondía Jae Joong, quién llegaba a dónde estaba y me extendía una mano.
Lo observaba desde el suelo y a duras penas intentaba ponerme de pié, me había costado, pero lo había logrado sin tomar su mano.
—¿Conexión extracorporea? —pregunté algo mareado.
—Un encuentro semi - espiritual con alguien a la distancia —se acercaba a mí y sus ojos miel se habían vuelto rojos—. Taehyung se conectó contigo ¿cierto?
—Quiero salir de aquí y volver a mí habitación —respondí sin bajarle la mirada.
Mientras él negaba con la cabeza, también se alejaba de mi, tenía tantas ganas de golpearlo y huir, pero no sabía dónde estaba y no tenía fuerzas para nada. Y sería estúpido pelear con él, me haría añicos.
—¡Maurice! —gritaba dándome la espalda. Uno de sus lacayos más cercano se hacía presente en la habitación—. Sácalo de aqui —ordenaba. El vampiro me miraba, dando grandes zancadas hasta llegar a mí, me tomaba del antebrazo y me sacaba casi a rastras, pero al llegar a Jae Joong éste lo frenaba de repente—. No seas brusco, está débil —añadía mirándome como si fuera un saco de basura.
El otro apenas si obedecía, ya que de todas maneras me llevaba arrastrando, pero me negaba a decir algo para que fuera más atento. Mis piernas no respondían como esperaba, miraba como podía a mi alrededor e íbamos caminando por un pasillo semi - oscuro, no era ni largo ni corto el camino, luego al llegar a la pared había un pase a la derecha y otro a la izquierda.
Yo no tenía ni la más pálida idea para que lado ir, éste vampiro llamado Maurice, me había jalado hacía la derecha y había sido entonces dónde había reconocido más o menos el lugar y me guiaba un poco. Pasabamos por en frente del baño dónde había estado hacía unos momentos, estaba Beth con otras personas secando el lugar, aún seguía sin saber si eran humanos, vampiros o esos licántropos.
Al verme pasar, Beth me miraba con cierta lástima en sus ojos, luego de unos pasos más, habíamos llegado finalmente a mi habitación. Había sido entonces cuando el tal Maurice me arrojaba dentro con tal fuerza que iba directo al suelo, otra vez. Apenas si había podido atajarme con mis manos para no dar mi boca de lleno contra el pavimento.
—Que caballero —murmuré, observandolo con cara de pocos amigos.
—No tienes idea lo que te espera, asqueroso Dhampir —exclamaba eso y escupía con dirección hacía mi.
—Vete de aquí —dije con la poca energía que tenía.
Maurice me observaba y sin poder contenerse, salía de la habitación, pero antes añadía—: Mendigo perro.
Golpeaba la puerta con tal furia y sentía como desde afuera le ponía seguridad. «Cuánto odio hacía mí...y no le hice nada».
Me levantaba a duras penas del suelo y sentía como mi rodilla izquierda dolía inmensamente, me movía con un andar lento y llegaba a la cama a regaña dientes, revisando mi mano donde tenía el dedo sin uña, notaba que la venda se estaba saliendo, solo un poco y comenzaba a molestarme, apenas si le había prestado atención.
Decidía recostarme y cerrar mis ojos unos momentos, anhelaba transportarme a esa visión—o interconexión—que había mencionado Jae Joong, en donde había logrado ver unos momentos a Tae.
«Taehyung...»
Decidía negarme el placer de recordarlo, claramente él no sabía dónde me encontraba, era estúpido creer que podría sacarme de aquí...ni siquiera yo sabía donde demonios estaba. Debería tener un ataque de nervios y debería estar lleno de temor al no saber cuál sería el siguiente paso de Jae Joong. Debería estar llorando o algo que expresará como realmente me sentía, pero sin embargo, estaba en la cama boca arriba, mirando al techo y luego de unos silenciosos segundos me ponía en posición fetal, mirando a la pared y con mi mente en blanco. Sin tanto esfuerzo mis ojos iban cediendo al cansancio que mi cuerpo sentía y se cerraban sin mi consentimiento, para al final caer en los brazos Morfeo.
Luego de caer en un profundo sueño, Hwasa se hacía presente en la habitación de SeokJin para observar cómo se encontraba éste. Con cara de pocos amigos lo veía dormir plácidamente y era en ese entonces dónde pedía llamar a Jae Joong.
Éste aparecía a los cinco minutos, poseía una servilleta de seda en mano de color blanca y con ella se limpiaba rastros de sangre de su boca, mientras que con un andar lento, se acercaba a Hwasa.
—¿Por qué me llamaste? —preguntaba con una mala expresión en su rostro.
—Está durmiendo —respondía y señalaba con su cabeza en dirección a la habitación de SeokJin—. Se ve inundado de paz
—Está exhausto por la conexión extracorporea a la que fue arrastrado —respondía observándolo.
—¿Conexión extracorporea? —preguntaba ésta confundida—. ¿Qué es eso?
—Quisiste ser parte de este mundo y no sabes nada, Hye-Jin —la miraba de reojo con desdén en su mirada.
—Claro, porqué tú entraste ya sabiendo todo ¿no? —respondía malhumorada.
Jae Joong no podía evitar reír con sarcasmo ante su ignorancia, pero luego exclamaba:
—La conexión extracorporea, es un hechizo, claramente. Es el momento en el que un brujo, bastante poderoso toma el espíritu de una persona y lo conecta al de otro —seguía contemplando la figura de SeokkJin en su momento de dilucidar esta nueva lección a su novata—. Es necesario que al menos uno, se encuentre con el brujo a cargo del hechizo, el espíritu del otro simplemente es jalado sin permiso al punto medio en el que ambos se reúnen. Se le llama "extracorporeale verbinding" —finalizaba mientras que se encontraba de brazos cruzados, estudiando a su víctima.
—¿Extra... qué? —preguntaba Hye-Jin.
—Eres tan irritante a veces —murmuraba Jae Joong, mientras que Hye-Jin rodaba sus ojos—. Solo di "conexión extracorpore" —suspiraba y añadía—. Es lo único que tiene sentido
—¿Te dijo a quien vió del otro lado? —preguntaba curiosa.
—No —respondía en seco.
Hye-Jin lo observaba fijo esperando una respuesta, pero Jae Joong se encontraba consternado y en silencio—. ¿Leíste su mente?
—No pude —hizo tronar su cuello—. Cantaba constantemente en su cabeza, era impenetrable
—Pero tú si sospechas a quien pudo haber visto, ¿cierto? —preguntaba la novata.
—Es obvio que mi hermanito intenta saber si él sigue vivo —escupía esas palabras con un tono irascible—. Llama a Astrid. SeokJin ya durmió demasiado.
Hye-Jin aka Hwasa, sonreía de manera maliciosa y se retiraba en silencioso en busca de ésta persona que Jae Joong le había indicado.
En ese momento a solas, se acercaba a SeokJin y lo contemplaba, leía su mente y se encontraba en silencio, señal de que no estaba ni siquiera en un mundo de ensueño, simplemente estaba agotado, sumido en ese descanso. Observaba su dedo y notaba que ya estaba cicatrizando e incluso, estaba creciendo una nueva uña.
Luego Astrid se hacía presente, una joven bruja de ciento sesenta y cinco años, pero aparentaba no más de veintitrés, rostro redondo y ojos celestes, dueña de un cabello dorado por los hombros. Se veía dulce e inocente, pero era una de los traidores que habían dejado la Legión para irse con Jae Joong.
Era poderosa y malvada, siempre había querido ser más que Raina, ya que antes del ascenso de ésta en la legión, Astrid tenía muchas posibilidades de liderar, pero Raina no solo era más poderosa, sino que era la hija del difunto líder.
No lo había pensado dos veces a la hora de traicionar a quienes ella sentía, la habían traicionado primero.
—Me mandaste a llamar —desde la puerta de la habitación de SeokJin, llamaba la atención del vampiro.
Éste se paraba de inmediato—. Mi querida Astrid —tomaba sus manos y las besaba—. Si, te necesito —extendía su brazo cómo mostrando la imagen de SeokJin—. Como verás, no es parte del plan que él descanse demasiado.
Astrid se acercaba a la cama de la víctima, observándolo con apatía—. ¿Qué quieres que haga? —preguntaba esperando órdenes por parte de Jae Joong.
—Provocale dulces pesadillas —exclamaba con mirada demoníaca.
—No creés que el día de hoy le ocasionará bastantes pesadillas por sí solo —replicaba con sarcasmo.
—No, está plácidamente dormido —se acercaba amenazante hacía Astrid y con sus ojos en rojos ordenaba—. Ya métete en su cabeza y juega con él, eres buena y no me agradaría tener que reemplazarte.
Astrid asentía y de su bolsillo sacaba una pequeña navaja, con ella en sus manos se arrimaba al cuerpo de SeokJin cortando un mechón de pelo para luego retirarse sin acotar nada a cambio.
Jae Joong la veía irse, justo Hye-Jin llegaba a reunirse con él.
—¿Harás que la bruja juegue con él? —preguntaba.
—Exacto —observaba a Hye-Jin y sorpresivamente acariciaba dulcemente su rostro, llamando su atención para luego apretar su mentón con fuerza y añadir—. Una vez que SeokJin haya despertado y no desee volver a dormir, te lo entregaré para que pelees con él
—Era hora —respondía con un brillo lujurioso en su mirada.
Jae Joong presionaba aún más fuerte con su mano, la cual aún tenía su mentón—. Puedes lastimarlo
—¿Es en serio? —cuestionaba asombrada y con cierto dolor a causa del apretón del vampiro.
—Ni se te ocurra sobrepasarte —la soltaba y alejándose de ella añadía—. Quiebrale algo, juega con él
—¿Quebrarlo? ¿Estás seguro? —preguntaba una vez más.
—Si lo estoy. Él no lo sabe aún, pero su cuerpo se regenera más rápido que el de cualquier criatura sobrenatural—agregaba.
—¿Talento Dhampir? —preguntaba Hwasa.
—"Su"... —corregía el vampiro—, ... Talento de Dhampir
—Se están despertando sus dotes, eh —añadía la castaña novata.
—Es necesario. Fue criado como un simple humano demasiado tiempo —suspiraba de manera sonora—. Necesito presionar y llevarlo hasta sus límites
—¿Sino? —preguntaba Hwasa.
—Sino debería matarlo por pura diversión. Y no me causaría gracia alguna —dicho aquello cerraba la puerta y volvía a encerrar a SeokJin dentro.
Les dejo otro capítulo más porque sus comentarios en el anterior, me hicieron emocionarme 🙈
Pregunta técnica. ¿Se confunden mucho cuando paso de narrador– primera persona a narrador omnipresente? Avísenme. Eso claramente pasa cuando Seokjin o Taehyung no están presentes o concientes.
Con amor Niñita Nany 💜
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