Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Consumación


Presionando el botón iba cuesta arriba en el elevador, la cabeza de SeokJin estaba en completo silencio. No sabía si aquello era bueno o malo y en cuanto se detenía en el piso correspondiente a su habitación, me quedaba allí. No quería hacer ruido alguno, ya suficiente con el estruendo de esta porquería de elevador que revela cuando alguien está del otro lado.

Mi respiración no estaba del todo calmada, mi pecho subía y bajaba por culpa de la ansiedad hasta que escuchaba la voz de SeokJin al otro lado hablar de forma dulce, cariñosa y  amena.

—Eres un dolor de cabeza, pero estaré allí, lo prometo exclamaba—. Necesito verlos, quizás y pueda quedarme con ustedes el fin de semana completo, pero no digas nada aún ¿de acuerdo? —lo escuchaba prometer.

Seguramente era Rose, desde que sabía que Jinnie estaba a salvo no había dejado de llamar y había preferido que Lisa no tomara los recuerdos de aquellos días de tortura junto a mi hermano. Rose, había optado por recordar todo con tal de que SeokJin no se sintiera más solo en esta nueva etapa, pero con su madre fue diferente. Lisa había trabajado en ella para que no recordara absolutamente nada de este mundo.

Ella solo recordaba haber encontrado a la madre de SeokJin fuera del hospital y luego haberse quedado con el niño. Era necesario tener a su familia fuera de peligro, sin necesidad de saber todo lo que hasta ahora sabían. Menos el padre de SeokJin. Rose había colaborado en desaparecer el papel que hablaba sobre los mestizos como nosotros para no dejar ningún rastro de lo que realmente había sucedido la noche en que la madre adoptiva de Jin lo había encontrado.

Era mejor así, pero quizás y tendría que haberselo dicho a SeokJin antes.

La puerta del elevador se abría de repente y ahí lo tenía frente a mi. Sus ojos estaban húmedos y resaltaba más que nunca el color miel que destacaba a los de nuestra especie.
Estaba con sus cejas fruncidas y sus labios casi formando una línea recta.

— ¿Por qué nadie me dijo que le lavaron el cerebro a mi madre?

«Si, tendría que haberselo dicho antes»

Pasando el nudo en mi garganta señalaba hacia dentro de la habitación—. ¿Puedo pasar?

—No lo sé —respondía—. Quiere que respondas lo que acabo de preguntar, pero no estoy seguro de lo que haré en cuanto pongas un pie aquí dentro.

Relamiendo mis labios preguntaba inseguro—. ¿Es una amenaza y quieres golpearme?

—Terminaría perdiendo —soltaba con desgano y se alejaba de mí.

Suspirando, entraba finalmente y cerraba las puertas del elevador. Lo veía sentarse en su cama y fregar su rostro con sus manos.

— ¿Escuchaste mi conversación? —miraba en dirección a mi.

Asintiendo me sentaba a su lado, tomando una distancia prudente—. Creímos que dejar a tu familia fuera de este mundo era lo mejor, pero Rose no quiso aceptar, prefirió que lo hicieramos con tu madre.

SeokJin asentía—. No me enfuerece que no recuerde, pero me lo hubieras dicho

—Lo siento, a veces tengo la cabeza en demasiados lugares —exclamaba en modo de disculpa.

— No estoy seguro que sea bueno para Rose no olvidar todo lo sucedido —hablaba con una voz tan grave. La preocupación era visible.

SeokJin tenía debilidad por su hermana, sin importar que fuera un dolor de cabeza, sino nunca se hubiese arriesgado a entregarse a un mounstro como Jae Joong para evitar que se le hiciera daño.

—Lo intentamos, pero ella no quiere que estés solo en este viaje

—Eventualmente lo estaré —soltaba rápidamente—. Eventualmente mi familia ya no estará aquí

—Jinnie...

Me miraba de repente, nuevamente esa mirada rota, no estaba seguro que pudiera arreglarlo y eso me enfurecía en demasía.

—Cuando Rose me dijo lo que hicieron con mi madre, por un momento... Lo quise para mí ¿sabes? —No podía evitar apretar mis dientes ante su confesión—. Olvidarme de todo, de quién soy o quién no soy. Lo que pase, lo que sufrí y luego recordé que si quiero borrar todo eso, también te borraría a ti.

Mi corazón latía rápido de nuevo, la opresión en el pecho por sus palabras me llevaba a imaginar un presente en el que SeokJin no supiera quién soy y me dolía la sola suposición de eso.

—No quiero borrarte a tí —susurraba, acercándose un poco más a mi.

Mi garganta se cerraba y sabía que al abrir mi boca mi voz fallaría—. No quiero que me saques de tu vida —y haberlo dicho en voz alta me hacía sentir tan egoísta.

Sus ojos paseaban por todo mi rostro, sosteniendome la mirada que me quemaba por dentro y por fuera, tenía una sola idea fija que, coincida con la mía en el silencio de su habitación.

Él se abalanzaba sobre mi, sin más preámbulo para chocar su boca a la mía con el impacto justo. Mi rostro era prisionero de sus manos y mi boca dejaba que su lengua tomara posesión de la mía. Lo sentía subir encima de mi, mis manos de inmediato se aferraban a sus caderas y su lengua buscaba la mía, encontrandola de inmediato.

Estaba consumiendo mis labios y quitándome el aire, pero que bien se sentía ser besado de esa forma por SeokJin. Que correcto era el calor y el peso de su cuerpo encima de mi. Que perfecto era degustar sus labios carnosos. Me besaba salvaje y luego suave, era impredecible para mí. Sus dedos se enredaban en mi pelo y luego lo sentía empujarme contra la superficie blanda para quedar por completo recostado y como su prisionero.

Cuando sus labios me daban un respiro, se derigian a mi cuello y un ronco gemido abandonaba mi garganta.

— ¡J-joder, Jin...!

Sus dientes tiraban de mi lóbulo y mi manos estaban por todas partes de su torso, necesitando tocar su piel ahora o sentiría que moriría si no lo hacía. SeokJin se enderazaba sobre mi regazo y se quitaba la remera para dejarme verlo cernido encima de mi. Sus hombros anchos, su cintura estrecha. Su abdomen que me invitaba a lamerlo. Dios, quería pasar mi lengua por cada maldito rincor de su cuerpo.

— Quítate esto —me ordenaba agitado y se deshacía de mi camiseta, dejándonos en igualdad de condiciones.

Su mano acariciaba mi pecho y apenas rozaba mis pezones, una zona sensible que recibía de inmediato su lengua.

—Mierda... —no tenía aliento. SeokJin me dejaba sin él. Sus dientes tiraban suavemente de la protuberancia sobre mi pectoral y mis manos se enredaban en su pelo—. Jinnie... —ignoraba mi llamado para pasar al otro y continuar lamiendo y jugando con él mientras que yo sollozaba ante la atención recibida, de la cual, no tenía memoria exacta de cuando había sido la última vez que permiti a alguien hacerme sentir de esta forma. Aunque SeokJin iba mucho más allá de un simple deseo carnal—. Hay gente abajo...

Su rostro subía y me veía a los ojos.

—No me importa —susurraba con labios rojos e hinchados—. Te deseo, ahora... No me importa otra cosa.

Su boca se adueñaba de la mía y tiraba de mi belfo con sus dientes. Descendiendo nuevamente para llegar a mi pelvis. La dureza dentro de mis pantalones era claro signo de que me importaba una mierda las visitas en el piso de abajo.

Sentía los dedos de Jin meterse por el elástico y me liberaba de ambas prendas al mismo tiempo. Mi masculinidad salía a saludarlo con demasiadas ganas y mi vista nebulosa de lujuria lo ubicaba sobre mis piernas. Mordía su labio y me dedicaba una mirada que iba directo a mi zona sur.

Su lengua salía y probaba desde la base a la punta, mi cintura se arqueaba y me veía en la obligación de gemir por el primer y delicado tacto de su lengua a mi polla.

—No me tortures... —le pedía con la voz inestable.

—No tengo intenciones —escuchaba decir y sentía toda la humedad de su cavidad alrededor de mi erección.

— ¡Joder...! Oh, mierda... Mierda —su boca pecaminosa daba una succión fuerte que me hacía olvidar como mierda me llamaba y que día era.

"Mmm"

Escucharlo gemir conmigo dentro de su boca era algo fuerte que, estaba necesitando. Me apoyaba sobre mis codos y me regocijaba con la preciosa vista entre mis piernas. SeokJin tomaba un ritmo de felación infernal. Subía y bajaba por mi longitud y se mantenía unos segundos antes de succionar al subir.

No podía rodar más mis ojos o terminarían detrás de mi cabeza, la misma que ahora no podía decir una frase coherente que no fueran puros gemidos acompañados de maldiciones y halagos a la boca de SeokJin. Había continuado volviendome loco, tan impresionado de su atención hacia mi que, ni me había dado cuenta que me tenía completamente desnudo cuando su boca abandonaba mi longitud y se ponía de frente a mi.

—Me hiciste sudar —soltaba sin aliento, notando mis pantalones en alguna parte de su piso.

¿Cuándo me lo había quitado?

Y por primera vez, lo veía sonreír, con su cabeza en un solo lugar y era justo aquí conmigo. Sus ojos brillaban y parecía no llevar toda la maldita carga de su nueva vida y lo veía quitarse la parte de abajo. Pantalón y boxer, todo junto tirados en alguna parte junto con mi ropa y ahí estaba.

Completamente desnudo, impresionante y perfecto. Ni una sola marca que, podían dar señales de la tortura infringida por mi hermano.

«Maldito enfermo»

La mano de Jin tomaba mi mentón y lo ubicaba frente a mi, sacudiendo mis pensamientos fuera.

—Si yo estoy aquí... Quédate aquí conmigo —pedía.

Y mis ojos barrían toda su anatomía. Casi metro ochenta, hombros anchos, brazos largos, trabajados. Abdomen plano y exquisito con una cintura estrecha que bajaba y dejaba notar unaa caderas poco más anchas que las mías. Sus piernas eran largas con los músculos justos y necesarios, su piel blanca, suave... Mis manos no pedían permiso para acariciar sus muslos cuesta arriba con lentitud, tomarlo de las caderas y atraerlo.

Finalmente lo tenía desnudo a solo un par de centímetros de mi boca y mi lengua, ambas deseosas de chupar, lamer y besar cada maldito rincón de su cuerpo.

No podía verme de esa manera.

TaeHyung siempre me veía de forma sombría, a veces sin reacción. Pero cuando sus ojos brillaban de esa forma, me volvía loco. Sus pupilas dilatadas, su cabello hecho un maldito desastre por mi culpa. Su piel canela, rostro apenas enrojecido en sus mejillas y sus labios rojos por mi culpa.

Sus dedos se clavaban en mis caderas y me atraía hacía él mientras seguía sentado sobre la cama luciendo perfecto, su miembro erecto golpeaba justo su abdomen y él se seguía viendo ridículamente cómodo bajo su piel.

—Eres demasiado perfecto, Jinnie... —susurraba de forma ronca.

—Igual que tú —respondía, acariciando su mejilla y viendo cómo cerraba sus ojos para echar su rostro contra mi mano.

Lo veía besar mi palma, recorriendo mi antebrazo. Primero mi muñeca, subiendo un poco más y llegando a la altura de mi abdomen. Sus dedos acariciaban mis muslos sin apuro y así era mejor. No quería que esto acabará nunca.

Un jadeo abandonaba mis labios cuando su lengua lamía por mi bajo vientre con dirección a mi miembro. Cuando llegaba chupaba el glande y yo sentía mis piernas como gelatina.

—Oh, joder... —susurraba tomando su cabeza y echando la mía hacia atras—. Oh, mierda... —toda su lengua barría desde la base hasta arriba.

No estaba seguro si duraría demasiado, lo deseaba con tanta fuerza desde la primera maldita noche en que se había cruzado en mi camino o yo en el suyo, ya no estaba seguro y ya no importaba.

—Mmm... —gemía, devorando lo máximo que podía de mi polla.

— ¡Dios! —mis dedos se enredaban en su pelo negro y tiraba para verlo.

Mi pecho subía y bajaba agitado, mi corazón palpitaba demasiado rápido y mi erección goteaba, dura y necesitada.
TaeHyung relamia sus labios.

—Déjame comerte completo —me pedía con un susurro tan profundo y sombrio que me hacía temblar.

—Quiero eso desde la primera vez que te ví en ese maldito callejón oscuro —era todo lo que podía exclamar segundos antes de lanzarme completamente desnudo encima de él.

Su cuerpo y su piel finalmente rozandome, frotandose. Su boca sobre la mía, sus manos en cada maldito rincón. Urgando, conociendo, tocando y acariciando, quería que fuera eterno. Rápidamente lo tenía encima de mi, embistiendo en falso para más fricción, jadeos y gemidos que eran tragados por su boca. Su lengua tomando posesión de mi boca y luego dejándome hacer lo mismo con la suya. Esto era el cielo.

Mi cuello sentía sus labios, lengua y sus dientes morder, cuando tomaba su cabeza para buscar su rostro y pedir sin aliento:

—Deja de jugar... —Taehyung tenía sus labios hinchados, el amielado de sus ojos apenas se notaba por culpa de sus pupilas dilatadas. Volvía a apreciar sus labios rojos y mordia el inferior tirando de él—. Hazme tuyo de una maldita vez.

No podía siquiera pensar de forma cuerda ante el pedido, solo alzaba mi mano, la llevaba a sus labios y metía dos de mis dedos sin saber que decir, solo ordenandole a que los lamiera. Lo hacía, a la perfección, dejándolos mojados listos para ser utilizados. SeokJin me veía con tal deseo y algo más que, jamás había visto en los ojos de ningún amante.

Cuando comenzaba a prepararlo, el primer toque lo hacía temblar, aferrarse a mi y besarme desaforadamente. Gemía con dulzura y clavaba sus uñas a mi espalda, pero no dejaba de verme, no cerraba sus ojos, no dejaba de atacar mi cuello y gemir complacido.

No resistiría tanto.

—Ya... Te quiero a tí —susurraba en mi oído y lo sentía morder mi lóbulo. Reacción directa a mi zona sur.

Necesitaba lo mismo, necesitaba estar dentro de él, hacerlo mío antes de que cualquier otro tipo de mala noticia volviera a caer en medio nuestro y nos evitara... Ésto.

—Ya... —me ordenaba.

—Lo sé, lo sé —murmuraba estúpido.

Me acomodaba, aspiraba el olor de su piel y la mía, el sudor de ambos y algo más entre mezclado. Luego empujaba...

—Joder... —sus piernas se enroscaba y sus dedos se clavaban en mi espalda, otros en mi glúteo y empujaba—. Sigue...

— ¿Y si lo quiero lento? —me burlaba, aunque estaba sin aliento.

El calor, la presión y esta cercanía, éramos uno. Quería que fuera así para siempre. No aguantaba más cuando su venganza por mi burla, había sido besar mi cuello sin reparo, moviéndose deseoso y pidiendo más. Obligandome a tomar un ritmo desenfrenado.
Me pedía no parar, gemía dulcemente y lo sentía arañar mi espalda dónde quedarían unas marcas que me recordarían que finalmente había sido mío.

Mío.

—Mío... —susurraba, embistiendolo, logrando que gimiera en cada maldito encuentro en el que tocaba ese punto dulce  que lo hacía delirar.

—Totalmente tuyo... Solo, no te detengas y más rápido

—Me gusta lento —volvía burlarme—. Durará más, te tendré más tiempo

—Se volverá a repetir. Ya... —me ordenaba, apretándome con ambas manos para lograr que me hundiera más en él.

—Aguanta... —pedía con el ritmo justo.

—No... —sollozaba—. Voy correrme y lo harás conmigo —sentenciaba seguro.

Cómo podía reía ante eso y lo besaba, luego susurraba en sus labios—. Un poquito m-... ¡Jin!

— ¡Joder! —soltaba luego de sentir que se corría entre ambos y yo temblaba por los efecto de mi propio orgasmo, ocasionado por su culpa.

Doble culpa.

«Maldito hijo de perra»

Sentía su mano apretar mi nuca y pegaba sus labios a mi oreja.

—Si... —susurraba divertido—. Te dije que te correrías conmigo —soltaba, besando mi cuello sentido de tantos chupones y dientes para luego besar mi mejilla.

—Metiste tu dedo en mi-...

—Si —afirmaba SeokJin—. Y te encanto

—Eres increíble... —soltaba sin aliento.

—No fue para tanto —exclamaba, soltandome para permitirme recostarme a su lado.

La respiración de ambos aún era pesada.

—Hablo en serio —repetía, mirándolo desde mi lugar. Su cabello negro era un desastre, igual que el mío, su piel blanca estaba roja en varios lugares, especialmente su cuello—. Eres increíble, nunca conocí a nadie como tú...

SeokJin alzaba sus cejas y se ponía de lado para verme—. Oh, lo decías en serio

—Muy en serio —imitaba su pose y me quedaba frente a él—. Hay que bajar

—En un momento lo haremos, solo... —se acercaba más a mi—. ¿Podemos besarnos desnudos un rato más?

—No podría negarme a eso aunque quisiera —y lo hacía, me dejaba besar por él, correspondiendo.

Unos minutos más, unos minutos menos. El exterior podía esperar. Solo un poco más.

TT-TT

Para las amantes de Tae activo, aunque escribo mis escenas fuertes mucho más softs en esta historia. Lo habrán notado.

Saben que para mí Jin Top, pero la versatilidad cuando entra, entra y falta un tercer libro UwU

Con amor niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro