Al descansar
En una habitación oscura y apartada del resto, se encontraba Astrid, la joven bruja. Tenía un inmenso libro de tapa negra, con un pentágono en la tapa. Delante de ella y sobre un mesón largo, como de unos tres metros y angosto, se encontraba un pequeño plato de madera hondo, con un polvo rojo dentro, y el mechón de pelo de Seokjin.
La mesa estaba repleta de velas, unas recién encendidas y otras por derretirse, también habían diferentes objetos, como platos, vasos y frascos que contenían cosas-para elaborar hechizos-, casi pegado al mesón, a unos pasos, se encontraba la cama, también de estilo victoriano. Al igual que la habitación de Jae Joong y al igual que todo el lugar donde se encontraban, no había ventanas y las paredes tenían un color borravino que las volvía aún más sombrías.
Luego de lo que parecían ser las especias finales, se concentraba, tomaba el libro para abrirlo en una página en particular y exclamaba:
"Si tu dormies, putatis vos erant 'iens quieti, ut' quando incipiet sequuntur somnia" -que en español sería: "Si al dormir, crees que vas a descansar, ahí es cuando las pesadillas comenzarán".
Dicho esto, las especias dentro del plato se habían vuelto de un color verdoso-por su combinación- a un rojo sangre, pero aparte de eso y luego de las palabras pronunciadas, esta mezcla comenzaba a erupcionar y como si tuviera vida propia, comenzaban a moverse en dirección al mechón de cabello y se lo devoraban, haciendo que se desintegrará hebra por hebra y que los sueños dentro de la cabeza de Seokjin tomaran otra dirección.
«Necesito despertar, la alarma me está matando. ¿Alarma?»
Despertaba de repente, casi saltando de mi cama, mirando a mi alrededor como un verdadero lunático. Creía delirar, pero allí estaba, el metro cuadrado de mi habitación con sus paredes blancas, mi ropero casi vacío, la mesa de luz desabrida y mi ventanal. Me levantaba casi de una salto para salir de mi habitación, ahí me encontraba cruzando el pasillo y llegando a la cocina comedor, estaba en mis pijamas y era hora de ir a mi trabajo. Sin más perdida de tiempo me preparaba para volar hacía el Daily.
En el baño listo para lavar mi rostro, me encontraba jodidamente pálido, bastante a decir verdad. Así que decidía cubrir esa palidez con poca base. Al llegar al Daily con mi auto, el sol me encandilaba, se sentía particularmente acogedor, me golpeaba directo, haciéndome sentir una extraña sensación, algo de pesadez y cansancio, pero podía manejarlo.
Una vez dentro, saludaba al recepcionista y subía al ascensor—piso siete—una vez que las puertas se encontraron abiertas, me adentraba y allí estaban todos, los paneles con las computadoras, mis compañeros, la cocina al final antes de llegar a la oficina de George y la inmensa mesa situada en el centro. Casi corriendo me situaba en mi escritorio y me sentaba en mi silla, despojándome de todo lo vivido, «solo un sueño, solo un sueño» tenía mis ojos cerrados y cuando los abría, ahí estaba él saliendo del ascensor.
«Hyungsik» —¡Hyungsik! —me acercaba para darle un caluroso abrazo.
—Hey —él no respondía a éste, es más, tenía sus brazos en altos y su rostro detonaba sorpresa.
—¡Te extrañé tanto, hombre! —exclamé luego de separarme y recomponerme.
La gente nos miraba raro, o quizá solo a mi.
—¿Qué? —exclamaba Hyungsik con sus cejas fruncidas.
—¿Por qué me miras así? —cuestioné, estaba extraño y distante.
—¿Te encuentras bien? —, «¿Por qué actúa tan seco conmigo?» —¿Comiste bien antes de venir?
—A decir verdad, aún no he comido, pero me encuentro bien —mi sonrisa se desvanecía con su actitud.
—Ok, iré a mi lugar de trabajo —respondía, pero antes de que se alejara lo tomaba del brazo para detenerlo—. Oye, tranquilo...
—Apenas si te agarré —, «éste no es mi Hyungsik» —Estaba pensando en que podríamos ir a almorzar juntos, luego.
Él levantaba sus cejas verdaderamente sorprendido y añadía—. ¿Tú quieres almorzar conmigo?
—¿Por qué actúas tan raro? —pregunté finalmente.
—SeokJin, yo no estoy actuando raro —me miraba de arriba abajo con un semblante confundido—. ¿Sabes qué?, de acuerdo. Almorzaremos juntos o al menos te llevaré, como siempre. Debo irme.
Sin más que añadir, se retiraba y yo me quedaba estático en el lugar, él no se veía feliz de verme, no era el Hyungsik que yo recordaba. Entendía que todo mi secuestro había sido una mala pesadilla y que la últimas palabras cruzadas con él fueron en la doble cita con Rose y Taehyung, en el bar de Jungkook. Pero tampoco para que sigamos peleados, no éramos novios antes de mi acercamiento con... Taehyung.
«¿Dónde estará Tae?».
Sacudiendo mi cabeza, me despojaba de todo dilema para ponerme al día con mi trabajo, debía dos historias para ponerme a ritmo.
Finalmente el horario del almuerzo había llegado, pero Hyungsik no salía de su cuchitril, así que decidido a arreglar las cosas—si es que había algo desarreglado—me dirigía a buscarlo.
Al llegar lo contemplaba muy concentrado con algunas fotografías, y acomodando su escritorio, su oficina tenía puerta de cristal y todo lo que Hyungsik hacía podíamos verlo, pero él tenía talento para ignorar el exterior, así que suavemente golpeaba la puerta para que notara mi presencia.
Él levantaba la cabeza y al verme sus ojos se ponían en blanco. No estaba para nada feliz de tenerme ahí.
—¿Qué haces aquí? —preguntaba exasperado.
—Es hora del almuerzo y quedamos en comer juntos —ya me estaba sacando de quisio su actitud chiquilina.
—Aish, hablabas en serio —resoplaba—. No creo que querramos almorzar lo mismo, por favor Seokjin.
No entendía su expresión, pero estaba decidido a salvar esta amistad, así que lo tomaba de prepo y lo levantaba de su escritorio, añadiendo—. ¡Mueve tú trasero huesudo, ahora!
—¡Ay, eres increíble! —se dejaba llevar por mí y en un rápido manoteo tomaba su billetera y móvil.
Íbamos directo al ascensor para bajar y él me miraba de reojo, algo malhumorado mientras acomodaba su camiseta negra que yo, todo arrebatado había desacomodado.
—Iremos a donde siempre, ¿Te parece? —dije para romper el hielo.
—¿De qué hablas? —se veía confundido y enojado—. Oye, tú comerás donde ya sabes y yo comeré donde siempre
—Iremos a Rose's Cafe, como siempre —expresé algo ofuscado.
Me miraba increíblemente sorprendido, rodando sus ojos y negando con su cabeza para luego añadir—. Como quieras, Seokjin.
No solía decir mi nombre entero, era Jin y ahora ya no. No importaba, hasta donde mi paciencia llegará salvaría la amistad y si terminaba cansandome, lo golpearía. Saliamos y él me miraba raro de a momentos, al llegar a Rose's Cafe, pedía un brunch, él pedía una hamburguesa como siempre y al momento de esperar por nuestro pedido decidía romper el hielo de tensión.
«Pensándolo bien, quiza sea mejor permanecer en silencio...», dudaba y dejaba que él decidiera arrancar con la charla, pero los segundos y minutos pasaban y él no daba indicios de querer conversar conmigo y había sido entonces cuando comenzaba yo.
—¿Cómo has estado? —pregunté amigablemente.
—Igual que siempre —se tiraba hacia atrás para apoyarse en el respaldar de la silla y su respuesta era acompañada por un levantar desinteresado de hombros.
—¿Por qué estás actuando así? —indagué decidido—. Ya deberías dejar pasar el enojo, Hyungsik.
Él fruncía sus cejas—. ¿Enoj-...? —su pregunta era interrumpida por nuestros pedidos que llegaban de la mano de la camarera encargada de nuestra mesa.
—Muchas gracias —repliqué, comenzando a degustar mi brunch.
—¿Qué quisiste decir con enojo? —preguntaba confundido.
—No es para tanto que sigas así por la fallida salida que tuvimos —metía un tostada en mi boca que estaba untada de queso y mermelada.
Luego de masticar y masticar, simplemente se sentía horrible en mi paladar.
«Esto sabe asqueroso y seco, ¿Qué mierda?».
—¿Salida fallida? —volvía a hablar, pero yo estaba compenetrado en lo mal que sabia mi tostada—. ¿Te refieres a la promesa y votos?
Cuándo decía eso levantaba mi mirada y esta vez, era yo el confundido—: ¿Promesa...de qué? ¿De qué estás hablando? —pregunté, escupiendo segundo después lo restos de tostada masticados de mi boca—. Esto es un asco.
Él levantaba sus cejas y daba una mordida inmensa a su hamburguesa, masticaba y luego de tragar añadía—. No sé qué diablos intentas hacer comiendo ésto —señalaba mi brunch.
—Adoro los brunch de Rose's, pero hoy sabe horrible, pruébalo —le daba la tostada que quedaba.
Él la tomaba con seguridad, mordiendo y saboreando la misma, exclamaba—. Está increíble, Seokjin
—¿Debes estar bromeando? —dije malhumorado. Tenía hambre, tenía mucha hambre y este brunch estaba horrible, probaba de todo un poco y todo sabia horrible. La fruta, el café, las tostadas—. Todo es un asco —tomaba el zumo a duras penas, era horrible también.
—Todo esto... —añadía señalando la mesa con mi brunch y su almuerzo—. Está excelente, solo que tú apetito es diferente. En serio, no entiendo a qué quieres jugar haciéndote el-... —se callaba de repente, pero más bajo añadía—, humano.
Abría mis ojos, claramente ofendido—. ¿El humano? —«¿Por qué me dice eso?, ¿Por qué me habla de esa manera?...» —No entiendo...no entiendo a qué te refieres.
Él suspiraba, fregaba su rostro y más calmado añadía—. No quise ser rudo contigo, pero no estaría entendiendo a donde quieres llegar con toda esta parafernalia —se acercaba más a mi, casi tirando todo su torso encima de la mesa y en un susurro preguntaba—. ¿Tienes hambre?
—Muero de hambre y esto sabe horrible y tú estás insoportable, pediré otra cosa —iba a levantar mi mano para llamar a la camarera, pero Hyungsik me detenía.
—Salgamos de aquí —llamaba él a la camarera, pagaba y me sacaba de The Rose's café.
—¿A donde me llevas? —pregunté, ahora malhumorado.
Él había tomado mi brazo a la altura del codo, arrastrándome, por así decirlo.
—Tu malhumor se debe a tu apetito —nos estaba llevando directo a su auto.
—Mi malhumor se debe a tí y tu rara y extraña forma de tratarme —repliqué mientras me soltaba bruscamente de su agarre al ver que llegábamos a su auto.
—Sube —dicho ésto, se metía al auto y de ahí me observaba esperando que hiciera lo mismo.
Rodaba mis ojos ante su mala actitud, pero obedecía—: ¿Dónde mierda me llevarás?
—Donde juré no volver a pisar, pero hice mis votos de paz contigo y viendo que estás demasiado raro, te llevaré a tu... lugar feliz —la última frase la escupía junto con una mirada de asco hacia mi.
—¿Votos de paz? —¿Acaso se refería a que no discutiría conmigo luego de nuestra mala doble cita?.
—¿Por qué te ves tan confundido? ¿Estás bromeando conmigo? —ya había arrancado el auto y comenzaba a conducir decidido.
Guardaba silencio y comenzaba a pellizcar mi brazo y dolía. Su mala y cortante actitud no eran una pesadilla, era real, él seguía molesto conmigo. Luego de unos minutos de ver que conducía, sin saber a dónde, preguntaba cansado:
—¿A dónde me llevas? —nos estábamos desviando.
—A dónde siempre, pero esperaré afuera —dicho eso lo miraba extrañado.
«¿Esperará afuera?, ¿De qué habla?».
—¿Qué carajos estás hablando? —para cuando preguntaba eso, él ya estaba parando el auto listo para estacionar.
—No queremos que armes una masacre, sal del auto —ordenaba.
Obedecía porque me estaba dando curiosidad, no estaría entendiendo su actitud y no conocía el lugar en el que estabamos.
—¿Dónde estamos? —insistí mirando a mi alrededor.
Habíamos entrado en un callejón mal oliente, las paredes estaban pintadas de rojo y con aerosol negro estaba escrita la frase "Donde los deseos se hacen realidad". Debajo de la sigla estaba la puerta de entrada de color negra.
—Tu restaurante favorito —respondía Hyungsik, tocando el portero automático. Al instante una voz sonaba del otro lado.
—¿Quién toca a la puerta? —la voz era femenina.
—Vengo con S. kim —respondía Hyungsik mirándome de soslayo.
—Enseguida... —exclamaban del otro lado y un timbre sonaba, Hyungsik abría la puerta y me hacía seña de entrar.
Con mis ojos a punto de salirse, no estaba entendiendo absolutamente nada. «¿S.Kim? ¿Por qué me llamaba así?. ¿Que mierda está sucediendo?».
—¿Hombre, dónde estamos? —pregunté una vez más, comenzaba a preocuparme.
Detrás de la puerta yacía una pasillo semi oscuro que llevaba quién sabe a dónde.
—Ya entra de una vez, Seokjin —estaba insoportable, pero de repente cambiaba su actitud y más dulce extendía su mano y añadía—. Ven conmigo, no hay peligro y ya conoces este lugar.
En realidad, no lo conocía, no sabía dónde estabamos. Las siglas encima de la puerta me daban una sensación rara y tanta seguridad en pleno callejón sucio no me la estaba creyendo.
«¡Aish!, ¿Por qué seré tan curioso? Maldito seas SeokJin».
Tomaba su mano y me adentraba a este extraño lugar. Apenas lo hacíamos Hyungsik cerraba la puerta detrás de nosotros y todo estaba semi oscuro, de manera muy siniestra.
A la distancia, de a poco una sombría y gótica música se iba intensificando mientras recorríamos ese pasillo oscuro, no veía a nadie y a pesar de estar poco iluminado, veía muy bien.
De soslayo buscaba refugio en la mirada de Hyungsik, en un segundo lograba vislumbrarlo, sus ojos estaban verdes, ya no eran ese "café intenso" como yo lo describía, eran verdes y fluorescente, subreales.
Me detenía saltando del susto al verlo así y él me miraba extrañado.
—Tus oj-...tus ojos —mi respiración se entrecortaba y mi corazón latía a mil por horas—. ¿Que tienes... por qué brillan así?.
No podía creer lo que veía, no podía entender, estaba asombrado y confundido.
—Oye ¿Que te pasa, por qué me miras así? —intentaba tocar mi hombro, pero me alejaba—. Ya ¿Qué te pasa?
—¿Por qué tus ojos brillan? —exclamé casi susurrando—. ¡¿Por qué tus ojos brillan?! —repetí—. ¡¿Dónde demonios me trajiste?!
—Deja de gri... —justo cuando intentaba callarme, la cortina negra frente a nosotros era abierta por una mujer.
Ésta se veía pálida con labios rojos como la sangre. Llevaba un bralette de encaje, color azul oscuro y unos pantalones engomados con zapatos bien altos, casi que era de nuestra estatura. Su cabeza estaba rapada a ambos lados, pero en el medio tenía el cabello largo atado en una alta cola de caballo, pero ésta estaba trenzada.
—Queridisimo S. Kim —me tomaba las manos y me sonreía.
Al hacerlo notaba sus colmillos y sus ojos verdes se habían vuelto rojos, sin mencionar que esas manos estaban frías y sin vida.
—¡Carajo! —me soltaba y me cubría detrás de Hyungsik. Aunque a decir verdad, le temía a ambos.
—El gran S. Kim ¿Se esconde de mi? —preguntaba divertida—. Cariño, tu lacayo nos avisó que venías... —miraba a Hyungsik de arriba abajo, quién le regalaba una mueca poco amigable—, ...y tenemos tu plato favorito preparado —se hacía a un lado y nos hacía seña para que la siguieramos.
—Yo llegó hasta aquí, ve con ella —replicaba Hyungsik, haciéndose a un lado para soltarse de mi agarre y dejar de ser mi escudo.
Con garganta seca, cuestioné—. ¿Estás demente? ¿Qué hacemos en este lugar?
—Siempre vienes aquí y tienes tu propia cuenta abierta, ya entra para poder volver a tiempo ¿O tienes pensado perderte aquí dentro? —preguntaba de mala manera.
No estaba entendiendo nada, ¿Por qué me llamaban "S. Kim", por qué me perdería aquí dentro? ¿Por qué se refería a Hyungsik como mi lacayo y por qué mierda sus ojos brillaban con ese verde fluorescente? y ¿Por qué carajos mi comida estaba en un lugar de vampiros?.
Mierda.
—Sigueme, S. Kim —exclamaba la vampiresa.
Parado en la puerta de la habitación de SeokJin, se encontraba Jae Joong observando cómo su víctima se retorcía en la cama, estaba gozando en su interior al ver como sufría en sueños. Pero a los poco minutos era interrumpido.
—Tu cara de placer, me asusta —decía Hwasa a la distancia, de brazos cruzados.
Jae Joong la miraba de soslayo y preguntaba—. ¿Ya te pusiste tú ropa deportiva?
—Observame —éste obedecía mientras la castaña giraba, tenía calzas negras y una campera deportiva negra que hacían lucir sus curvas.
—Aliméntate, quiero que estés fuerte —fue lo único que decía y Hye-Jin obedecía, desapareciendo de allí.
Seokjin seguía retorciéndose en la cama, sabe Dios que sentía exactamente, pero una cosa era segura, no estaba descansando y de a poco el miedo, la ansiedad y la angustia se iban apoderando de él, mientras dormía
Tardísimo y había prometido a mi bebita patito PatriiShiranui , actualizar antes, pero había mentido descaradamente. Ahorita si, por eso le dediqué el cap (aunque suelo olvidarme las dedicatorias porque realmente agradezco a todos leerme 😢😢😢😢)
Si ven error avísenme con amorcito.
Con amor Niñita Nany 💜
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