Aclaraciones
No podía explicar la seriedad de TaeHyung en ese perfecto rostro. Era muy poco amigable, recordándome al tipo del callejón que no quería dejarme solo porque, probablemente, hubiera sido atacado en ese mismísimo momento. Así se veía ahora, intimidante, demasiado serio e intentando que su furia no desfigurase su rostro perfectamente tallado a mano.
— ¿Tú qué? —susurraba gravemente en mí dirección.
Suspirando e intentando no ponerme nervioso por la intensidad de su mirada, repetía—. Voy a volver al trabajo, mañana me presentaré para hablar con mí jefe y arrancaré oficialmente al día siguiente.
Y su rostro se desfiguraba.
—Tendrías que haber hablado conmigo —susurraba. Era interesante ver cómo intentaba mantener su ira bajo control.
— ¿Entonces de ahora en más con casi treinta debo pedirte un maldito permiso? —replicaba de inmediato. Me giraba sobre mis talones antes de sacarme de mis casillas—. Solo te avise porque no me verás mañana.
Me dirigía nuevamente a la bolsa de boxeo, pero su mano sobre mí muñeca me alteraba de inmediato. Me soltaba al sentir toque y me alejaba de él.
—No tienes que pedirme permiso, pero deberías haberlo consultado para poder mirar a los alrededores y hacerme el tiempo de acompañarte.
Mis dientes se apretaban por sentirme tan vulnerable en este momento, y con toda esta maldita situación que, parecía no tener fin el hecho de estar bajo peligro constante.
—Te lo estoy diciendo ahora. No hace ninguna diferencia —replicaba—, no viviré lo que resta de vida encerrado y no creo que de aquí a días, semanas o meses algo cambie en mí vida y el estado en el que se encuentra.
Lo veía suspirar y de nuevo estaba contendiendose.
—Iré contigo
—Lisa lo hará —refutaba de inmediato.
—Entonces lo hablaste con Lisa —susurraba entre dientes.
Unos pasos se escuchaban detrás de nosotros—. Y le pedí que hablará contigo antes, pero Jin está en su faceta de rebelde —mencionaba la rubia, entrando en la sala con un Jungkook que le seguía los pasos.
Taehyung giraba, el aire salía por sus fosas nasales mientras miraba a Lisa intentando intimidarla, pero esa mujer no le tenía ni un poco de miedo y se le cruzaba de brazos desafiante y con su rostro en alto.
«Ella me agrada»
— ¿Algún día me dirás las cosas con antelación, Manoban? —cuestionaba con esa voz grave que me llegaba hasta los huesos.
«Dios...»
No era momento de sentirme excitado por lo duro que se veía. Pero maldita sea mí suerte, mí respiración se había acelerado. Taehyung giraba y me miraba con sus ojos sorprendidos, sentía mis orejas enrojecer mientras intentaba mantener mí careta, sus cejas se levantaban y antes de que pudiera decirme algo Jungkook hablaba.
— ¿El otro dhampir ya está aquí? —cuestionaba.
Taehyung se veía obligado a romper la mirada y giraba en dirección a su amigo.
—Lucas sigue siendo de los de confianza
—Bueno, eso es genial —mencionaba el pelinegro.
El susodicho se hacía presente, tenía una risa arrogante y una caminata relajada mientras miraba su teléfono y luego a todos nosotros en la sala de prácticas.
—Yuk-Hei —se mofaba Jungkook, sin tanta gracia de la que desbordaba en ocasiones.
—El vampiro, mejor amigo del dhampir de antaño —mencionaba altivo.
No podría decir si había tensión o ambos solo compartían una personalidad arrogante por igual. El tal Lucas le quitaba un par de centímetros, pero era más delgado que Jungkook, quien tenía más brazos, piernas y todo perfectamente proporcionado en ese cuerpo gélido.
El vampiro estiraba la mano y el otro tipo la estrechaba con una sonrisa más sincera y una mirada que detonaba cierto respeto por parte de ambos. Interesante, ahora el tipo parecía un poco más profesional.
—Lisa Manoban, tu nombre resuena fuerte —mencionaba el desconocido.
La hechicera le sonreía muy apenas, pero bueno, Lisa era bastante cortante por naturaleza.
— ¿Y por qué resuena? —cuestionaba.
—Porque rechazaste a la Legión Sangrienta —respondía tomando la mano de la hechicera entre las suyas—. Nadie en su sano juicio declinaria un lugar en el círculo de los brujos y hechiceros más poderosos. Pero al parecer eres la excepción —luego besaba el dorso de ésta.
Podría decir con seguridad que, el imbécil le estaba coqueteando, Taehyung rodaba sus ojos ante la mirada que Jungkook le daba y mí curiosidad era más grande, por lo que daba unos pasos silenciosos hasta llegar detrás de Taehyung y preguntaba en su oreja:
— ¿Esta celoso, cierto? —susurraba, viendo la escena y como al tal Lucas o Yuk-Hei, parecía que no se le acababa él repertorio de halagos a Lisa.
Taehyung se giraba y me miraba, dirigía mis ojos unos segundos a él y volvía a la escena, luego nuevamente a él al notar que estaba demasiado cerca. Mí torso sudado se había pegado a su espalda y ni siquiera lo había notado, hasta ahora.
—Estás muy cerca —me susurraba.
Sus ojos ridículamente amielados bailaban entre mis labios y mis orbes.
—No lo había notado —respondía, pasaba saliva y me le quedaba viendo.
La misma estatura, casi, solo le sacaba uno o dos centímetros que valían poco si él usaba zapatos más altos y yo no dejaba mis tenis de plataforma chata o mis zapatos con apenas un centímetro de taco. Estábamos al mismo nivel , demasiado cerca y pegados, si no fuera porque el público impaciente nos estaba llamando, hubiera intentando otra locura y me hubiera expuesto a otro rechazo.
¡Mmhmp!
Ambos volteabamos a ver al tipo de la sonrisa grande.
—Perdón por haber roto ese duelo de miradas... —mencionaba viéndome y luego a Tae—, muy intensas, pero me gustaría poder conocer como corresponde al bebé que le salve la vida hace casi treinta años atrás.
Mis cejas volvían a fruncirse, era tan agorrante que hasta intentando ser profesional se veía malditamente vanidoso.
— ¿Nunca te tomas un respiro? —preguntaba mirándolo con intriga.
No me había movido del lado de Taehyung y éste no había dejado de verme. Su mirada me estaba perforando la sien.
— ¿Te refieres a mi importante trabajo? supongo que Tae, aquí... —mencionaba poniendo su mano en el hombro de Taehyung, cortando la mirada que este me estaba dando—, te contó sobre lo que hago y el importante lugar que tengo en este... Nuestro mundo.
Mis ojos veían su mano sobre el hombro de Taehyung, había olvidado por completo que estaba conversando con él y pensando en su pregunta, no había mucho que Tae me había contado sobre la vida personal del tipo. De repente sus dedos tamborileaban por la zona del hombro de éste mientras que me hablaba nuevamente:
— ¿Hola?... —me repetía.
Alzando la vista lo veía de cerca, lo veía de arriba a abajo y estaba cien por ciento seguro que mi rostro no era amistoso.
—Me refería a que no te tomas un respiro con ese papel de culo engreído —respondía finalmente, luego de estudiarlo con la mirada.
El tipo quedaba algo descolocado, posiblemente esperaba un halago o que fuera como Lisa y Jungkook que lo miraban de forma dura, posiblemente desconfiando. Luego de unos segundos de letargo, soltaba a Taehyung y comenzaba a reír sonoramente. Si, el tipo es descarado, por lo que no podía evitar mirar a Taehyung y pensar.
«Es un idiota»
Los ojos miel soltaban una chispa de diversión y asentía.
—No me insultes mentalmente para que solo Tae pueda oírte, es como un secreto en reunión es de mala educación —soltaba como si no estuviera ofendido en absoluto.
Lo miraba nuevamente y exclamaba—. No es un secreto que eres un idiota, creo que todos en esta habitación opinan los mismo —mencionaba con una sonrisa irónica.
El damphir alzaba su mano, señalandome con su dedo índice y asintiendo—. Actitud de damphir, definitivamente.
Suspirando sonoramente, mi nuevo teléfono captaba la atención de todos al comenzar a sonar en mi bolsillo. Tae en seguida me miraba de forma dura.
—Es mi jefe —respondía sin verlo, pero cuando había intentado atender el llamado Taehyung me arrebataba el aparato de las manos—. ¡Hey!
—Salgan —ordenaba al resto.
Todos, incluyendo el engreído del que dhampir salían sin chistar. Ahora estábamos nuevamente solos en la sala de entrenamientos.
— ¿Por qué te está llamando? —preguntaba pacíficamente, alejando su brazo y poniendo su mano sobre mi pecho.
—Dame el maldito teléfono, es por mi trabajo. Te lo dije —exclamaba ardido.
Lo peor era que quería safarme de maldito agarre sobre mi hombro y el imbécil no me lo dejaba fácil.
—Tendrías que habermelo preguntado, para poder revisar el lugar. Dejamos de hacerlo para poner a mi gente a ocuparse de otros asuntos —murmuraba con rabia retenida.
Aspiraba aire y luego suspiraba para evitar una discusión con él—. Necesito recuperar mi vida —soltaba con el maldito mismo tono de autocontrol que él estaba fingiendo, pero mi paciencia no era mucha, por lo que reclamando furioso empujaba su mano de mi hombro exclamando que me devolviera el maldito equipo.
En ese instante no puedo explicar lo estúpido que había sido intentando tomar el móvil, porque él me devolvía el empujón sobre mi hombro derecho con tal fuerza que me giraba sobre mis talones— haciéndome tropezar—pero sin dejarme caer, me daba otra estúpida y rápida vuelta para tenerme de frente una vez más. Me sentía mareado por lo rápido que había sido aquel movimiento, cuando su mano se posicionaba en mi espalda baja y su mirada conectaba con la mía, me sentía más encendido y enfurecido como jamás antes con él.
Inútilmente intentaba propiciarle unos golpes que comenzaba a esquivar con facilidad y había ganado ventaja por haberlo hecho retroceder, pero en una fracción de segundos tomaba mi muñeca derecha, me giraba, golpeando su pecho contra mi espalda para sostenerme allí con tanta fuerza que lograba cortarme el aire debido a mi agitación, él definitivamente podría entrenarme como debía e inclusive darme unos malditos golpes para aprender a esquivarlo. El bastardo era jodidamente rápido, muy bueno y conmigo solo había sido suave, como podía daba una un codazo en su abdomen, pero el volvía a retenerme.
—Cálmate, Jinnie —susurraba a mi oído.
Eso solo me cegaba peor, pero sabía que no iba a poder soltarme, así que llevaba mi pierna hacia atrás y hacía lo único que iba a poder desestabilizarlo. Colocándola detrás de la suya, rápidamente la empujaba hacia arriba y técnicamente no lograba sostenerse cayendo de espalda, conmigo entre sus brazos y golpeando fuertemente su torso al sólido piso.
— ¡Aish, Jin! —gruñía entre dientes con poco aire, débilmente me soltaba solo uno de mis brazos.
La caída había sido dolorosa por no haberme soltado, llevándose todo mi cuerpo encima del suyo, cayendo casi como un peso muerto sobre él. Me sentía algo desorientado, hasta que reía débilmente aún encima de su cuerpo duro y mi pierna enredada a la suya.
—También me dolió —le soltaba, apretando mis dientes y ojos.
Estábamos literalmente desparramados sobre el maldito suelo cuando él articulaba con dificultad—. Caíste encima se mi...
—Tú no me soltaste, que es diferente —respondía. Mi cintura estaba justo encima de su entrepierna, no podía evitarlo cuando recalcaba—: Estás duro...
—Soy puro músculos —respondía desorientado.
—Hablo de ahí abajo —mencionaba, buscandolo con mis ojos mientras miraba hacia arriba, por encima de mi cabeza.
Sus orbes amieladas me encontraban, una de sus manos aún sostenía mi muñeca y aplicaba un poco de presión en ella.
—Es porque estás sin remera, sudado y enojado... —respondía sin aliento—. Es un combinación fuerte.
Mentiría si negara haber sentido el tirón en mi entrepierna, pero necesitaba que entendiera y estar sin remera frente a él, en serio le bajaba un poco el enojo.
—Necesito volver. Aunque no sea para siempre, aunque quizá solo dures meses, necesito saber que lo intenté y si no funciona lo entenderé... Pero tienes que dejarme salir y tienes que hacer conmigo lo que hiciste recién...
Escuchaba el suspiro de Taehyung y lo sentía intentar levantarse por lo que imitaba su acción, se sentaba y yo quedaba sentado entre sus piernas, mirándolo fijamente esperando a que él levantara finalmente la vista.
—Te voy a cuidar —exclamaba viendo alguna parte entre su cuerpo y el mío—, te dejaré salir, pero tendrás que soportarme como tú maldito niñero, chaperon o como quieras llamarme —finalmente alzaba la vista y se acercaba a mi, acomodaba parte de mi corto pelo que, seguramente estaba despeinado como el suyo y me miraba con sus ojos llenos de preocupación—. Quiero que sepas que es la primera vez que me siento vulnerable ante mi hermano
—Lo sé...
—No lo sabes —se apresuraba a corregirme—. Me encargue de estar fuera de su radar y él hizo lo mismo conmigo, pero conozco sus intenciones. Jamás me quiso y no lo hará, simplemente me aborrece y es la primera vez que tiene algo a su favor para destruirme...
Pasaba saliva, entendiendo sus palabras.
—Que te preocupes por mí es algo de lo que él sacará provecho, lo entiendo, también me lo dijo —mencionaba, intentando mantener mi voz estable—. Quizás si no te hubiera cruzado aquella noche, no sería tu responsabilidad cuidar de mi...
—Si algo llega a pasarte me muero, Jin —susurraba con una seguridad que lograba calar a fondo en mi huesos. Una descarga eléctrica parecía recorrerme completo—. ¿Entiendes eso? No eres mi responsabilidad, yo quiero cuidarte. Entiendo que volver a la normalidad es lo que necesitas y te lo daré, pero prométeme que no vas a quejarte por enviarte a alguien o por estar yo mismo viéndote de cerca.
Quería enojarme, pero la dulzura en su voz me remontaba al inicio de ésta odisea.
—Desde que te cruce en ese callejón estás viéndome de cerca —respondía
Él reía, muy apenas—. Y así y todo no pude mantenerte a salvo, por eso te pido lo que te pido. Déjame cuidarte
—Prométeme más de esto y no me quejaré por tener un niñero —replicaba desafiante.
La mano que había peinado mi cabello, seguía sobre mi, bajando a mi mejilla dónde me acariciaba apenas de forma perceptible.
— ¿Define "esto"? —pedía con un tono extrañamente juguetón.
—Entrenarme, lo que hiciste recién para evitar que tomara el maldito teléfono, estabas tan compenetrado en que no atendiera ese llamado que estabas empujándome con fuerza. La forma en la que me estabas sosteniendo —me acercaba unos centímetros, sin dejar de verlo y susurraba—. Te quiero así y lo quiero duro
—Jin... —soltaba de repente, casi un gemido era como sonaba su voz—. No lo digas de esa forma.
—Entonces no me hagas repetirlo, ser suave no me enseñará nada. Si me encuentro con algo allí afuera, no será suave, enséñame a defenderme, utiliza de esa fuerza y velocidad. Pero entrename sin miedo y dejaré que me vigiles hasta mientras me ducho —susurraba más cerca.
Solo centímetros.
Taehyung acunaba mi rostro y rozaba su nariz a la mía, acelerando mi pulso y tensando todo mi cuerpo—. Lo haces de nuevo... —soltaba sin aliento, no podía evitar reír de lado ante aquello—. De acuerdo, lo haré... Pero no vuelvas a tomar una decisión sin mi maldito consentimiento.
Sus cejas se fruncian y lo veía mirando entre mis ojos y labios, otra vez.
—Dejaré que me castigues la próxima vez —soltaba en un susurro.
—Jin...
"Mmhmp"
Taehyung me soltaba con calma mientras que yo miraba en dirección a la voz, era Jungkook con una sonrisa socarrona en su bonito rostro. De repente me preguntaba ¿cómo se vería ese atractivo hombre cuando se transformaba en un chupasangre?
—Lo lamento, escuchamos un ruido seco y Lucas quiso venir a ver pero me ofrecí en su lugar... —seguía sonriendo—, ¿Interrumpo algo? —soltaba con sorna.
—Estamos bien, Kook —mencionaba Taehyung con una mirada de desaprobación a su mejor amigo—. Te puedes marchar...
Jungkook alzaba sus brazos en son de paz y salía de la sala. Taehyung reía de lado mientras frotaba su rostro con una de sus manos.
—Es terrible... —mencionaba, justo en ese ese entonces me miraba—. ¿Qué sucede?
— ¿Cómo es que Jungkook y tú son amigos?
Taehyung alzaba sus cejas y suspiraba—. Es una historia difícil
—Me gustaría que la compartas. Algún día... —corregía.
—Estás pidiendo demasiado... Acostumbrado a salirte con la tuya, se ve —mencionaba más relajado.
Pese a que Taehyung había intentando hacerme reír, solo lograba que la irritación volviera. Me ponía de pie con su atenta mirada sobre mi y sobre mi cuerpo.
—Lamentablemente no siempre puedo salirme con la mía, sino mírate.
Taehyung se ponía de pie inmediatamente—. Jinnie...
—No digas nada, solo devuélveme mi teléfono y me pondré decente para tu amigo —estiraba mi mano y Taehyung dudaba unos segundos antes de devolverme el móvil.
—Apenas termines de hablar ven a mí con la notícia —pedía una última vez. Luego veía su mano sobar la zona del abdomen dónde había dado un golpe.
—No fue tan fuerte... —le reclamaba.
Taehyung reía ladino—. No lo esperaba y si lo fue. Duele —soltaba casi haciendo un mohín.
Negando con mi cabeza reía ante el bebé gigante que parecía. Tan extraño en alguien tan sombrío como Tae.
—Si quieres puedo besar la zona que te duele —mencionaba, llevando mi mano justo donde estaba la suya.
—Jin... —soltaba nuevamente sin aire.
—Es lo único que repites —me alejaba suspirando y comenzaba alejarme a paso lento—. Estás logrando que comiencen a odiar mi propio nombre —por último y sin ganas, exclamaba—. Lo siento.
Antes de poder retirarme de la sala de entrenamientos lo escuchaba articular débilmente—. No más que yo.
Perdón, podría haberlo terminado para el finde, pero relaje mi cabeza con ediciones UwU.
¿Que les pareció? Perdón si fue largo y poco entretenido
(´∩。• ᵕ •。∩')
Con amor niñita Nany 💜
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