❝Capítulo 30: ¿Podemos no parar por una vez?❞
Jimin se molestó y era algo de esperarse. Le gustaba hacer berrinches, y más cuando las cosas no resultaban como él deseaba. Se fue no mucho después, con su rostro tan inexpresivo que cualquiera que le hubiera visto en la calle podría haber pensado en que estaba enojado absolutamente con todo lo que le rodeaba.
¿Pero qué culpa tenía yo? Tan solo quería darle mi apoyo como su mejor amiga, pero él había insistido en que las cosas se inclinaran hacia un lado que yo no quería, y por mucho que me gustara verlo feliz, últimamente estaba aprendiendo que no podía ser la heroína de todo y negarme a hacer cosas no me hacía ser una mala persona. En cada uno estaba el decidir cómo actuar, y por mucha influencia que tuviera de él, no significaba que estuviera obligada a actuar de cierta manera.
Cuando se hizo la noche nuevos mensajes de Taehyung se hicieron presentes. Antes habíamos escrito a través de chat en alguna ocasión, pero gracias a la pequeña ausencia de Jimin nos habíamos acercado más y los mensajes ya no estaban siendo tan escasos. Pensaba en que nuestra amistad era notoria exclusivamente en clases, sin embargo, los temas que sacaba iban más allá de una simple tarea y eso me ayudaba a estar un poco más en confianza.
Tontamente se me ocurrió mensajear a Jimin, pero no demoré mucho en caer en cuenta en que comunicarnos podía ser algo difícil por la falta de su celular, y a eso se le sumaba el hecho de que se había molestado por mis palabras y acciones, así que terminé descartando la idea y seguí centrada en mi charla con Taehyung que se extendió lo suficiente hasta que ambos nos dimos cuenta de que era algo tarde, y como siempre, él debía ayudar a su papá y tenía que descansar para estar en buenas condiciones.
Mi amigo era una muy buena persona, y no me había fijado en tantos detalles como lo estaba haciendo en ese momento.
Ambos éramos hijos únicos, o por lo menos de su parte se había criado así, ya que por lo que dijo parecía ser que no había mucha relación con la persona que le había llevado nueve meses, por lo que también supuse que con los hijos pequeños de la mujer tampoco había conexión alguna. Tener una vida algo solitaria a veces podía parecer triste, pero me alegraba saber que tenía un excelente padre que se notaba preocupado por él. Entre ambos se tenían que haber acompañado hasta en los momentos más duros y una relación entre padre e hijo así de cercana era algo que no todas las familias tenían.
Si llegaba a tener un hijo, quería una relación así de bonita.
Con historias así es que me daba cuenta de que la vida podía ser muy bonita a pesar de que tenía sus altos y bajos. Y por mucho que un día se pudiera estar mal, eso no significaba que toda la vida iba a ser amarga.
Llegó la mañana siguiente y Jimin apareció en clases, algo malhumorado, pero lo hizo. Taehyung ya había llegado más temprano, luego había llegado yo, los tortolitos caminando como si el tiempo no importara y, finalmente, Jimin. Su cara de sueño no se la quitaba nadie, pero por suerte a medida que fue transcurriendo el día fue regresando a su humor normal, sin tanto ceño fruncido y con más sonrisas (pequeñas, pero igual contaban).
Aparentemente a mi mejor amigo aún le molestaba lo que había sucedido el día anterior, pero estaba haciendo un poco de esfuerzo para revertir eso y que el ambiente no fuera incómodo. Yo por mi parte hacía los mismo, pues al final cada uno tenía que poner de su parte para que las cosas funcionaran bien.
—Invité a los chicos para hacer una pijamada —me comentó mientras el resto estaba ordenando sus cosas—. Aprovechando que la casa está sola pensé en que un momento entre amigos vendría bien. Ya luego cada uno se puede ir por su camino, así que hay que aprovechar el ahora.
Sus repentinas palabras me sorprendieron.
Tenía mucha razón en lo que decía. Ya luego vendría el ir a la universidad, y aunque eso no significaba que nuestra amistad tuviera que acabar, cada uno seguramente iría a distintas partes y aquello podría aportar a que creciera una distancia entre nosotros. Nada era seguro, pero como dijo mi mejor amigo, había que aprovechar el momento. Después el tiempo pasaba y no había forma de volver atrás.
—¿Yo también estoy invitada?
—Claro que sí, boba. Incluso te fui a invitar espacialmente ayer.
—Bueno, es que pensé que era algo solo entre los dos y... Ya sabes —acomodé un mechón de mi cabello mientras veía que los chicos todavía no venían.
—Inicialmente pensé en que podía ser algo entre los dos, lo admito. Pero luego de lo que dijiste ayer estuve reflexionando y al final pensé en que lo mejor era que estuviéramos todos. Tampoco los voy a obligar a ir, pero si a alguien le parece... La puerta de mi casa estará abierta para recibirlos.
Una de sus sonrisas de bebé se hizo presente. Ahí estaba el Jimin que conocía desde que éramos pequeños.
—Llegaré de las primeras para ayudarte a ordenar un poco.
—Bien, me gusta ese compromiso con nuestra amistad. Aunque también espero que te quedes de las últimas para volver a ordenar si es que hay desorden.
—Eso lo podemos ver más tarde... —toqué su hombro suavemente. La verdad solo quería molestarlo un poco. Ayudar siempre iba a ser mi especialidad— Ahora voy a mi casa a buscar un pijama y luego me voy a acompañarte. ¿Necesito llevar algo más? ¿Una almohada o alguna manta?
Los chicos aparecieron y Jimin solo negó rápidamente en mi dirección.
—Hay de todo. Y si falta algo, ahí vemos y nos arreglamos. Con que lleves tu presencia está bien.
—Bien, estaré ahí entonces.
—¿Te voy a buscar? Me imagino que ahora es muy temprano para ir a tu casa y después a la mía.
—No te preocupes. Yo voy a tu casa más tarde.
Y así sería, pues antes de ir a su casa iba a acompañar a Taehyung un rato. Todos nos despedimos en la entrada del edificio y de ahí cada uno tomó el camino para ir a su hogar.
***
Tal y como había dicho fui la primera en llegar. Conmigo llevaba un pequeño bolso con mi pijama y algunas otras cosas que podía necesitar. No iba muy cargada, pero dejé mis cosas en la habitación de Jimin mientras nos dedicabamos a jugar una partida esperando al resto. Mi mejor amigo ya tenía todo ordenado, así que no hubo necesidad de que le ayudara.
Pasaron los minutos y los chicos no llegaban. No me quise preocupar y como Jimin tampoco se veía preocupado dejé que el tiempo pasara. Pero entonces los minutos se convirtieron en horas, y que los chicos llegaran cada vez se hacía algo más improbable. El cielo se comenzó a oscurecer y la hora de dormir se iba acercando.
—Qué raro que los chicos aún no lleguen —le comenté buscando mi celular—. Les voy a mandar un mensaje, puede que se hayan atrasado o algo.
Jimin me observó manteniéndose un momento en silencio, pero entonces pasó una mano por su cabello y habló.
—En realidad, no van a venir.
Enseguida hice una expresión de extrañeza no entendiendo del todo sus palabras. ¿Por qué no iban a venir? Mi cabeza se puso a funcionar al instante. Yo no había hablado con ninguno de los chicos sobre la pijamada y ninguno la había mencionado durante el día. ¿Acaso Jimin me había engañado? No quería pensar mal de él, pero si pensaba en sus comportamientos anteriores... no me parecía del todo raro que me hubiese dicho esa mentira para estar solos.
—Jimin, les dije a mis papás que iba a estar con todos —me levanté del sofá caminando hacia él—. Voy a quedar como una mentirosa. Tú sabes que nunca he estado una noche fuera de casa con amigos, y ahora que es la primera vez resulta que va a parecer que les mentí para estar solo contigo.
—Hey, Soo, tranquila —levantó sus manos en señal de estar libre de culpa—. No te engañé para estar solos. Hani se sintió mal así que al final Kiyong me dijo que no iban a venir, y a Taehyung le surgió algún problema familiar —le miré todavía no estando muy convencida—. Te muestro los mensajes si no quieres creer en mis palabras.
Aparté mi mirada de sus ojos mientras negaba y me quedé observando el suelo un momento. Realmente no quería desconfiar de él, pero ya habían pasado muchas cosas que me hacían sentir algo de inseguridad. Me toqué el cuello intentado disipar esa sensación de incertidumbre que me hacía dudar. Se suponía que su móvil estaba malo, pero de alguna forma se habían puesto en contacto. ¿Acaso él no se daba cuenta de que sus acciones lograban hacer que me sintiera perdida?
Creerle no era difícil, claro que no. ¿Cómo no iba a confiar en mi mejor amigo? Pero lo difícil era que constantemente estaban esas dudas que no me dejaban tranquila.
Bien, al menos era verdad que Hani no se había sentido muy bien durante el día. Le había llegado su periodo y había estado con algo de malestar, ¿pero y sobre Taehyung? Hasta donde habíamos hablado parecía estar todo normal. Su familia cercana era principalmente su padre, y hasta donde me había enterado el señor estaba bien. Aunque siempre podía surgir una emergencia, así que hice un gran esfuerzo por alejar todos los pensamientos que nublaban mi mente y me convencí de que en verdad había sucedido algo con los chicos y Jimin se había enterado de ello de alguna forma.
—Me pudiste haber avisado antes... Ya estaba pensando en cosas que podíamos hacer.
En mis palabras se coló ligeramente la desilusión. Nunca había tenido la experiencia de compartir con amigos de una forma más casual, por lo que tener una pijamada era como poder cumplir un deseo que tenía en mi interior desde pequeña. Hacer algún juego bobo, hablar hasta tarde sin tener la sensación de que podía ser incómodo; estar en un buen ambiente en general. No era tímida con ellos, pero tenía la sensación de que en ocasiones era raro escribirles sin tener algún motivo en concreto.
Me sentí tonta ahí estando en medio de la habitación con la cabeza hecha un lío.
Se suponía que había ido para pasarla bien, para compartir con amigos y dejar de lado esos pensamientos que rondaban últimamente. Pero de un momento a otro había quedado sola con quien aportaba en gran parte a generar esas ideas que no habían abandonado mi cabeza.
—Tienes razón —dio un paso hacía mí, acomodando nuevamente su cabello—. Solo que te veías feliz mientras jugábamos, y pensé que si te lo decía te ibas a poner triste y te ibas a ir —se sacó sus lentes dejándolos sobre el mueble más cercano y pasó ambas manos por su rostro—. Últimamente siento que no me quieres cerca, Soo. Y yo... Yo solo quiero que estemos bien.
—Jimin...
—Ya sé. Las cosas en verdad no están yendo del todo bien. Pero me aterra la idea de perderte —su confesión logró hacer que retuviera el aire un momento—. Que los chicos no hayan venido también me hace sentir algo aliviado. Kiyong hubiera estado pegado a Hani, y tú con Taehyung se han vuelto más cercanos... Yo solo me hubiera sentido como un estorbo.
—Ya. Detente. Tú sabes que nunca serás un estorbo. Eres mi mejor amigo, ¿por qué te dejaría de lado? Los chicos tampoco lo harían.
—Taehyung tiene muchas cualidades mejores que las mías. Solo basta con verlo para ver que es un buen tipo.
—¡Y tú también lo eres!
Ante su constante movimiento de cabeza negando no me quedó más remedio que darle una abrazo. ¿Por qué estaba tan inseguro? No me gustaba verlo así. Habíamos prometido estar siempre para el otro, que me acercara a alguien más no significaba que me iba a alejar de él. Los dos eran personas diferentes con sus respectivas cosas buenas y malas. Pensando en ello me di cuenta de que no había punto alguno en el cual se tuvieran que comparar.
Jimin era simplemente Jimin.
Le quedé abrazando un par de segundos, sintiendo que ese abrazo era más que algo para que él se sintiera bien. Yo también me sentí reconfortada sintiendo su cuerpo tocando el mío. Y bueno, tal vez en verdad no estábamos en la mejor situación de nuestra amistad, pero podíamos salir adelante de alguna forma.
El tiempo siguió avanzando y finalmente la noche llegó de verdad. La cama de Jimin no era desconocida, y aunque en algún punto pensamos en que cada uno durmiera por su parte, terminamos bajo el mismo edredón. Puede que solo quisiéramos sentir que teníamos cerca al otro, por lo que solo dejamos que nuestros brazos se rozaran vagamente, hasta que en algún punto mi mejor amigo terminó pegando su cabeza en el costado de la mía.
—Por esta noche no pensemos en nada, por favor —su susurro hizo que mi piel se erizara—. No somos mejores amigos, no somos estudiantes, ni hijos ni tampoco chicos con algunos problemas. Ni siquiera Soojang y Jimin. Solo somos nosotros; dos personas existiendo, ¿si?
Asentí sintiendo como parte de su cabello me acariciaba la mejilla. Tras unos segundos se alejó para poder mirar hacia arriba y aproveché la oportunidad de sentir su brazo estirado para poder acercarme y finalmente dejar mi cabeza sobre este un momento. Un suave beso en mi cabello logró hacer que me acurrucara más hacia él. Sentir sus latidos me tranquilizó un poco. Estaba ahí junto a él y no importaba quiénes éramos o lo que hacíamos.
Le abracé como había hecho hace horas, y tras esa acción reconfortante regresé a mirar el techo y él sacó su brazo dejándolo estirado al lado del mío.
—Te quiero.
Puede que haya sido gracias a la falta de luz, que nuestros rostros no se vieran o que simplemente me surgió, pero lo dije. Y por mis palabras su mano buscó la mía y la tomó para acariciar el dorso con su pulgar.
—Yo también te quiero.
Por un momento quise que las cosas fueran diferentes y al parecer leyó mi mente, pues cuando giré mi rostro para mirarlo, él hizo lo mismo como si estuviéramos sincronizados. Nuestras cabezas se acercaron y su frente se pegó con la mía. Ambos terminamos cerrando los ojos ante el tacto.
—¿Está mal si quiero un beso?
Su mano soltó la mía y la llevó a mi rostro para acariciarlo.
—Si yo también lo quiero no creo que esté mal o sea un problema. Además, está noche solos somos almas libres, ¿no?
Así que lo hicimos, dejamos que nuestros rostros se terminaran de juntar y nuestros labios se unieron lentamente en un beso lleno de caricias, confusión, temor, deseo y una pizca de cariño, y aunque la porción fuera mínima, de alguna forma se nos empezó a ir de las manos.
Cuando menos me di cuenta mis manos habían terminado bajo la camiseta que Jimin ocupaba para dormir, y como si eso no fuera suficiente, una de sus piernas se había colado entre medio de las mías.
—¿Podemos no parar por una vez?
—Haremos lo que tú quieras.
A pesar de que su mano con venda no estaba del todo bien, me tomó de mis caderas para dejarme sobre sus muslos y el agarre seguro que depositó luego en mi cintura me confirmó que sus palabras iban en serio.
06/01/22
Primera actualización del año de la historia (つ≧▽≦)つ
¿Cómo han estado? ¿Qué tal va su año en estos días?
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