FIN
JunMyeon encontró trabajo en un pub en Londres. Ser camarero no era su objetivo en la vida, pero el puesto incluía comidas y habitación y, por el momento, era suficiente.
Además, el trabajo lo mantendría ocupado y no podría pensar en SeHun a todas horas, se decía mientras subía a la habitación que compartía con dos tailandeses y una chica de Filadelfia.
Sus compañeros de habitación se habían ido de fiesta, pero JunMyeon estaba demasiado cansado y deprimido, de modo que después de ducharse se puso un pantalón de chándal y una camiseta y se metió en la cama. Leer sus correos y decirse que no esperaba que SeHun se pusiera en contacto con él se había convertido en un ritual nocturno, pero cada noche abría el correo con la misma anticipación... y se moría de pena cuando no veía su nombre en la bandeja de entrada. Había recibido un par de correos de jeongyeon, pero no contaba nada de la oficina ni de SeHun. Suzy tampoco le hablaba de su hermano, vivi había engordado, pero no mencionaba a su dueño.
JunMyeon cerró el ordenador y acarició el cuaderno que SeHun le había regalado. En la primera página había escrito: «Para JunMyeon, que todos tus sueños se hagan realidad». En ese cuaderno escribía sus fantasías, en las que SeHun y él se casaban, tenían hijos y eran una familia feliz.
Sueños imposibles que nunca se harían realidad.
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–jeongyeon –SeHun salió de su despacho como una tromba a las cuatro de la tarde–. El informe del hotel de Surfers debería estar aquí desde el lunes. Llámalos y diles que...
–Tranquilo SeHun. –lo interrumpió ella–. Estás asustando a Minie, por no hablar del pobre de vivi.
SeHun miró la bolita blanca que lo miraba desde su cesta. SeHun no quería perros en la oficina, pero esa tarde había sido inevitable.
–No pasa nada, chico, vuelve a tus sueños de cachorro. Suzy vendrá a buscarte enseguida. – le hablo SeHun a viví acariciándole la cabecita.
Jeongyeon sacudió la cabeza.
–Dejé el informe en tu escritorio el lunes por la tarde.
SeHun se pasó una mano por el pelo alejándose de vivi.
–¿Y dónde demonios está? – gruño.
–Búscalo, estará en algún sitio. – respondió jeongyeon con calma.
Su escritorio estaba oculto bajo una montaña de papeles.
Por primera vez en su vida no era capaz de concentrarse en el trabajo. No podía pensar en nada más que en JunMyeon.
Habían pasado tres semanas desde que se fue, tres horribles semanas en las que no podía dejar de recordarlo. Tres largas semanas en los que no había podido dormir ni comer.
SeHun abrió un cajón del escritorio, pensando que tal vez había metido allí el informe sin darse cuenta. No estaba y volvió a cerrarlo.
Había tenido oportunidad de decirle lo que sentía y no lo había hecho.
JunMyeon lo amaba, JunMyeon mismo se lo había dicho. Y también le había dicho que no podía tener hijos.
SeHun golpeó el escritorio repetidas veces con frustración y un sobre cayó al suelo. Su pasaporte.
Jeongyeon apareció entonces en la puerta y no parecía contenta.
–Cierra la puerta, quiero hablar contigo. – demando SeHun mirándola fijamente–. ¿Qué tal hacer de jefa durante unos días?
Luego levantó el teléfono para llamar a Suzy.
–¿Suzy podrías cuidar de vivi durante unos días? Me voy de viaje así que decir que no, no es aceptable.
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JunMyeon abrió el ordenador un par de noches después y vio el correo que había esperado y temido al mismo tiempo. Parpadeó para asegurarse de que no lo había imaginado, pero allí estaba: Oh SeHun, con un documento adjunto.
Emocionado y desesperado al mismo tiempo, abrió el correo. No había escrito nada en el mensaje, y cuando abrió el archivo adjunto en la pantalla apareció un arcoíris. De fondo, una música suave, dulce.
JunMyeon tuvo que cerrar los ojos para contener las lágrimas. Sí, SeHun sabía cómo emocionarlo.
La música terminó y en la pantalla de la laptop aparecieron unas palabras:
Anoche tuve un sueño. Era martes, a las diez de la mañana, lo recuerdo porque vi la hora en el reloj. Estaba bajo el monumento a la reina Victoria, frente al palacio de Buckingham, esperándote. El cielo estaba cubierto de nubes, pero seguía siendo un sitio mágico, como tú habías dicho.
Y pedí un deseo. En el sueño, las nubes se disolvieron y el mundo entero empezó a brillar. Y cuando me di la vuelta, ahí estabas tú, caminando hacia mí con una sonrisa en los labios. Yo apenas podía respirar...
JunMyeon tampoco podía respirar.
Al día siguiente era martes.
Entonces lo entendió. Pero no, no podía ser. No era posible.
SeHun no estaba en Londres y no iba a estar esperándolo frente al monumento a la reina Victoria al día siguiente. Eso no iba a pasar. Era mentira, un sueño ¿verdad?.
¿Y si SeHun de verdad estaba allí? ¿Y si había ido a verlo? ¿De verdad SeHun habría dejado el trabajo y habría dado la vuelta al mundo solo para verlo a él?
Tal vez solo era un sueño, pero el corazón le decía que confiase, que fuese al lugar, después de todo ya tenía el corazón roto que más podía salir mal.
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SeHun dejó de pasear bajo el monumento a la reina Victoria y miró su reloj por tercera vez en cinco minutos. Si JunMyeon no aparecía pronto iba a hacer un agujero en el pavimento.
Los turistas se movían a su alrededor, haciendo fotos, disfrutando de la fresca mañana londinense. Olía a otoño y a tierra mojada, un par de niños corrían por la calle...
¿JunMyeon habría leído el correo?, se preguntó por enésima vez. Tal vez no abría el correo todos los días. Tal vez no había entendido el mensaje.
Tal vez lo había borrado sin leerlo.
No, imposible, JunMyeon iba a aparecer.
Y como si esas palabras la hubieran conjurado, allí estaba su JunMyeon.
Dirigiéndose hacia el monumento con las manos en los bolsillos de un abrigo de color azul que le llegaba hasta las rodillas. Llevaba unas botas negras y una gorra de color crema, y SeHun lo miraba como si fuera un pastel para un hombre que había estado a dieta toda la vida.
Cuando sus miradas se encontraron, SeHun tuvo que respirar profundamente. JunMyeon vaciló un momento y luego apresuró el paso.
Allí estaba, sonriéndole. Respiró su familiar perfume antes de tomarle la cara entre las manos para perderse en esos ojos de color ámbar.
Y SeHun lo besó sin parar, apretándolo contra su pecho. No quería soltarlo nunca más.
–SeHun... –empezó a decir JunMyeon entre los labios de SeHun–. Recibí tu correo...
–Vamos a algún sitio a hablar conejito –sugirió SeHun.
–Al parque St. James –dijo JunMyeon.
Fueron de la mano, charlando. Su trabajo le encantaba, había visto la famosa Torre de Londres y la abadía de Westminster y había estado en Brighton unos días. SeHun le contó que Suzy estaba encantada con su nueva casa, que Vivi había engordado y era un personaje...
Pero SeHun en lo único que podía pensar era en cuánto lo había echado de menos y lo deseaba.
SeHun había adelgazado y parecía cansado. Y nervioso, como JunMyeon.
–JunMyeon... –empezó a decir, apretando sus manos–. Te quiero. Siempre te he querido. Y sabiendo que tú sientes lo mismo, quiero hacerte una pregunta –siguió SeHun–. La pregunta más importante que voy a hacer en toda mi vida. Kim JunMyeon, ¿quieres casarte conmigo?
Sus ojos negros eran tan tiernos, tan sinceros, que a JunMyeon se le rompió el corazón.
–No puedo.
SeHun se inclinó hacia JunMyeon.
–Dijiste que me querías. ¿Ya no me quieres? – cuestiono SeHun dolido.
–No es eso SeHun... Tú quieres tener hijos y yo no puedo dártelos. Tú mismo me dijiste que habías roto con Luhan por eso.
–¿Eso es lo que has pensado todo este tiempo? –SeHun sacudió la cabeza–. Rompí con Luhan porque no quería saber nada de mi hermana Suzy, que entonces era una cría, luhan no quería cuidar de nadie que no sea el mismo, pero no tenia nada que ver con que pudiera o no darme hijos JunMyeon.
–Oh... –el corazón de JunMyeon empezó a galopar.
–¿Hay alguna otra razón? – volvió a cuestionar SeHun ya calmado–. Porque si no es así, voy a pedirte otra vez que te cases conmigo.
–Pero no intentaste detenerme, no me pediste que me quedase. – hablo por fin JunMyeon.
–Porque estaba luchando contra mis sentimientos. Además, sabía cuánto deseabas hacer este viaje y no quería ser un impedimento. Después de lo que me dijiste, necesitaba tiempo para pensar –SeHun sacudió la cabeza–. Me pregunté a mí mismo si quería tener hijos sin ti y la respuesta era: no, nunca. Tú eres mi vida, JunMyeon y quiero estar contigo y solo contigo tengamos hijos o no, siempre que estes a mi lado estaré bien, ser muy feliz, pero tienes que estar a mi lado.
JunMyeon ya no podía contener las lágrimas, que le rodaban por las mejillas.
–Sé cuánto te gustan los niños y sé también que serías un padre estupendo. Pero yo no puedo tenerlos...
–No podemos tener hijos, en plural. – le recordó SeHun tomándolo de las mejillas–. Es algo compartido JunMyeon, te quiero a mi lado y lo afrontaremos juntos.
JunMyeon no podría tener hijos y SeHun lo sabía. Y, sin embargo, había ido hasta allí para pedirle que se casara con él. Porque lo amaba.
–¿Perdiste un hijo? –le preguntó SeHun–. ¿Es por eso por lo que no querías tomar en brazos a Soyeon?
JunMyeon suspiró, intentando deshacer el nudo que tenía en la garganta.
–Yo siempre había querido hijos y Minho, mi exmarido, también. Pero no me quedaba embarazado, así que me hice unas pruebas y el médico me dijo que no podría concebir de forma natural. Y solo tenía veintiún años. Pero entonces ocurrió un milagro, me quedé embarazado. Fue un embarazo ectópico y después de la operación las posibilidades se redujeron a la mitad. Prácticamente a cero.
SeHun lo apretó contra su cuerpo.
–¿Y qué pasó?
–Minho quería ser padre y yo no era mujer y ni tampoco un doncel, porque no podía tener hijos...
–No digas eso.
–No lo digo yo, lo dijo él. – aclaro JunMyeon.
–Menudo canalla –masculló SeHun, airado–. ¿No buscaron otras alternativas?
JunMyeon negó con la cabeza.
–Minho no quería pagar ese dinero sin tener garantías. Un divorcio era más rápido y más barato.
–Yo no soy Minho JunMyeon –dijo SeHun, mirándolo a los ojos.
–Lo sé, pero te he visto con Soyeon y sé lo maravilloso que eres con los niños. Sé que quieres tener hijos propios...
SeHun negó con la cabeza.
–Es posible que no podamos tener hijos, pero aún no lo hemos intentado siquiera. Tú has hablado de un milagro... podría volver a ocurrir. Y si no es así, hay otras alternativas. Y si todo fallasen, podemos adoptar. Hay muchos niños que necesitan un hogar, JunMyeon. Recuerda que ya no estás solo. Somos un equipo, lo único que tienes que hacer es casarte conmigo.
–¿Lo dices de corazón?
–No pongas esa cara de sorpresa, cariño –SeHun sonrió, acariciándole la mejilla–. Con todo mi corazón, con toda mi alma y con todo lo que tengo.
–Yo también te quiero y no puedo vivir sin ti SeHun, pero he tardado tantos años en llegar aquí. Llevaba tanto tiempo soñando con este viaje.
–Y yo he decidido tomarme unas vacaciones. – anunció SeHun besando sus labios–. Me las merezco, ¿no crees? Y tengo una estupenda suite en uno de los mejores hoteles de Londres, con vistas al Támesis y a diez minutos de tu trabajo. Eso si sigues queriendo trabajar, claro. ¿No preferirías viajar por toda Europa al lado del amor de tu vida?
–Oh, SeHun....
Un mundo se abría ante sus ojos, un mundo con Oh SeHun a su lado.
–No tienes que estar solo JunMyeon, ya no. Deja que yo sea parte de tus decisiones, vamos a hacer planes juntos: París, Roma, Florencia, donde tú quieras ir. Mientras volvamos juntos a casa después podemos ir hasta el fin del mundo.
A casa, JunMyeon se dio cuenta que eso era lo que quería, más que nada en el mundo: tener a aquel hombre, el hombre del que estaba enamorado, compartir su vida, los buenos y los malos tiempos. Podría mantener su independencia, sabía que SeHun lo apoyaría.
Lo miró a los ojos, en su mirada había un mundo de amor.
–Sí –murmuró, con firmeza JunMyeon–. Sí, Sí, Sí SeHun, si me casaré contigo. – murmuro con firmeza.
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Aca hubo un error, confundi londres con Paris jaja menuda tonta, esque estaba con la mente en como seria el final y se me paso, luego en el final ya pense en poner lo de la torre Eiffel y me di cuenta que londres queda en otro lado iba cambiarlo pero ya habian anteriores caps donde puse Londres y ya no quise cambiarlo. pero para que se hagan ideas del viaje de sehun subire fotos de ellos en Europa, paris y más (algunas fotos si son, pero otras no y solo tienen que imaginar que si
supongamos que esta cenando a orillas del mar de grecia 7v7
paris 7v7
7v7 posteo a su insta. jaja falta el epiologo, pero como saben eso lo subiere despues 7v7 nos vemos en las demas historias
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