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13

–No quiero moverme nunca más –dijo JunMyeon, con la cabeza apoyada en el hombro de SeHun.

¿Ni siquiera para tomar un helado? – ronroneo SeHun.

–Ni siquiera, estoy satisfecho. –sonrió JunMyeon.

Habían hecho el amor a la luz de la luna y luego en la habitación, sobre el edredón de seda. Y más tarde en la ducha.

–Pero –murmuró JunMyeon, haciendo un esfuerzo para levantar un dedo y pasar la yema por los pectorales de SeHun–, si te apetece, no me importaría nada tomar un poco de helado.

–En el dormitorio no, vamos a la cocina. No quiero ensuciar la colcha. –demando SeHun.

–Hablas como un hermano mayor. ¿Tratas a todas tus parejas como si fueran niños pequeños?

–Iba a decir que tomásemos el helado en la cocina... desnudos. Por cierto, ¿mis parejas? – cuestiono SeHun con voz dura y JunMyeon deseó no haberlo dicho.

–jeongyeon me dijo que siempre salías con chicas diferentes, así que pensé que habías tenido muchas. – hablo tímidamente.

SeHun enarcó una ceja.

–jeongyeon se equivoca. – hablo seriamente.

¿A quién debía creer JunMyeon ahora?

–¿Entonces no sales con muchas chicas?

–Sí... no. La verdad es que no me acuerdo. No tiene importancia –SeHun dejó escapar un suspiro de impaciencia–. No soy Casanova, si eso es lo que crees. No tengo tiempo para eso.

–¿Nunca ha habido nadie especial en tu vida? Alguien con quien hayas salido más de una vez. – cuestionó JunMyeon con cierto recelo.

–Luhan, pero eso fue hace mucho tiempo. –respondió SeHun sin darle mayor importancia.

–Háblame de él. – pidió JunMyeon lleno de curiosidad.

–¿Por qué? Es el pasado. – dijo SeHun con extrañeza.

–Yo te he hablado de Minho, así que ahora te toca a ti. – defendió JunMyeon– . ¿Estabas enamorado de Luhan?

–¿Enamorado? –repitió SeHun, como si estuviese hablando en un idioma extranjero–. No, éramos demasiado diferentes.

JunMyeon quería saber qué le había hecho decidir que Luhan no era para él. Cuál era su ideal de pareja.

–¿Por qué te sentiste atraído por él? ¿Y por qué cambiaste de opinión? – siguió preguntando.

–Cuántas preguntas. – sonrió falsamente SeHun buscando cambiar de ambiente.

–Solo es curiosidad. –se escuso JunMyeon avergonzado.

–Solo curiosidad, ¿eh? – lo miro de reojo.

JunMyeon miró su perfil mientras se ponía las manos en la nuca, pensativo.

–Éramos iguales en muchos sentidos. A los dos nos gustaba el aire libre y disfrutábamos de las mismas actividades, pero Luhan no quería que un hijo interrumpiese su vida y yo no podía vivir con eso.

A JunMyeon se le encogió el estómago. La razón por la que su relación con Luhan no había funcionado era la misma razón por la que nunca SeHun querría tener una relación con él.

No tenía lo que un hombre esperaba de una pareja, lo que SeHun necesitaba para casarse... acabaría sentando la cabeza y formando una familia. Y no lo haría con JunMyeon porque JunMyeon nunca podría darle hijos, Sí los hombres pasivos podían concebir, pero lastimosamente JunMyeon no eran de aquellos, el índice de embarazos masculinos eran muy pocos y difíciles.

Desesperado JunMyeon por poner espacio entre ellos se sentó en la cama y buscó el camisón que había dejado sobre una silla.

–He cambiado de opinión. Me apetece un helado, pero no desnudo.

Se puso el camisón como si fuera una manta de seguridad y se dirigió al pasillo.

Esa conversación había sido un recordatorio de que sus vidas iban en distintas direcciones. JunMyeon iba a marcharse al otro lado del mundo para ser independiente y vivir su sueño.

Era extraño como, de repente, no era ni la mitad de emocionante que unos días antes.

–Muy bien, vestidos entonces.

Al escuchar la voz gruesa de SeHun, JunMyeon se volvió. Se había puesto los calzoncillos y estaba extrañamente serio.

–El helado está muy bueno –murmuró JunMyeon, sirviéndolo en dos cuencos.

–Es de mora –dijo SeHun, con un brillo burlón en los ojos.

–Ya me he dado cuenta.

–Vamos a sentarnos en algún sitio, así podrás contarme qué te parece este sitio.

Le parecía estupendo cambiar de tema, pero le sorprendió que SeHun fuera tan sensible. Tal vez porque siempre había estado rodeado de mujeres y había aprendido a ser así de romántico.

Se tiraron en el sofá, con las piernas enredadas, los pies sobre la mesa de café y el cuenco de helado en la tripa.

–Te has comprado una casa en gamnamg para remodelarlo, me lo ha contado jeongyeon.

–Sí, pero no tengo prisa. Por eso estamos aquí, me gustaron algunas ideas y quería verlas de cerca.

–¿Qué es lo que te gusta? –le preguntó SeHun, chupando la cuchara.

–La piscina al lado del dormitorio, por ejemplo. Si no puedo dormir, me gusta nadar. – respondió algo perdido en los labios de SeHun al succionar la cuchara que su cerebro asociaba al encuentro intimo que tuvieron.

–Es una idea muy peligrosa si hay niños en la casa –observó JunMyeon.

–eh... Pero yo no tengo hijos. – respondió despreocupado.

–¿Y Soyeon? En un año empezará a andar.

SeHun frunció el ceño, pensativo.

–Tienes razón, no lo había pensado.

–Aparte de eso, la piscina es una idea estupenda.

–¿Alguna otra idea más conejito?

–Me gusta que el salón sea tan amplio y que tenga las paredes de cristal, es casi como estar al aire libre.

–Hablando de maravillas arquitectónicas... –SeHun le quitó el cuenco a JunMyeon y lo dejó sobre la mesa de café– hay una en el dormitorio que aún no te he enseñado.

Y era una maravilla, desde luego.

Mucho después de que SeHun se hubiera dormido, JunMyeon seguía mirando las estrellas, visibles desde una claraboya.

Estaban siendo mágicos esos días, pensó, suspirando. Con hombre de sus sueños. Literalmente.

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–Tengo otro trabajo para ti, si quieres –le dijo SeHun al día siguiente.

Habían llegado a la oficina después de comer y el trabajo se había acumulado en su ausencia.

–¿Qué clase de trabajo?

–Le prometí a Suzy que organizaría su fiesta de cumpleaños, pero he estado demasiado ocupado. Si quieres hacerlo, te seguiría pagando lo que ganas hasta la noche de la fiesta. Además, seguramente tú entenderás mejor lo que quiere mi hermana.

La expresión de JunMyeon se iluminó, pero enseguida frunció el ceño.

–¿Cuándo pensabas pedírmelo? Me marcho en un par de semanas. – se quejó JunMyeon.

SeHun lo recordaba y era como una piedra en el zapato, una molestia constante.

–Estupendo, porque su cumpleaños es en dos semanas.

–¿Dos semanas de sueldo por organizar una fiesta de cumpleaños? Eso es muy generoso, gracias.

–Eres tú quien me ayuda, así que gracias a ti. Le he dado a Suzy una tarjeta de crédito. Úsala, gasta lo que necesites.

–Muy bien, suena divertido. Voy a dejarlo todo preparado para jeongyeon antes de irme.

–jeongyeon te lo agradecerá. – hablo SeHun soltando un suspiro.

Trabajaban bien como equipo, se entendían y respetaban el uno al otro. Podían ser profesionales cuando hacía falta, pensó SeHun.

Y también podría tenerlo desnudo sobre su escritorio en cinco segundos. Al fin y al cabo, la falta de profesionalidad también tenía su interés.

Eran las cinco y media de un viernes por la tarde y los empleados que no se habían ido estaban tomando un refresco en la cocina. Nadie iría a buscar al jefe.

«Cierra la puerta y baja las persianas. Por una vez, haz algo que nadie espera de Oh SeHun».

–JunMyeon... –apenas reconocía su propia voz, y cuando JunMyeon entró en el despacho, vio un brillo de humor en sus ojos.

–Ni en sueños, SeHun. En mi casa, en media hora. Y no me hagas esperar.

SeHun sonrió.

–Estaré allí con una botella de vino.

Sacudiendo la cabeza, intentó concentrarse en el trabajo, pero era imposible. Qué demonios, decidió, apagando el ordenador. Merecía marcharse temprano por una vez.

Subió a su auto y condujo en la dirección que JunMyeon le había entregado, paso cerca de una licorería muy refinada y busco un buen vino. No tardo mucho en llegar a la pequeña casa de JunMyeon, salió de su auto tomando la botella de vino y se dispuso a tocar la puerta.

JunMyeon le abrió la puerta segundos después de que SeHun toco la puerta, ya no vestía el traje de oficina estaba más casual aunque eso no le alejaba de lo sexy que se veía ante sus ojos.

– La verdad no pensé que fueras a venir. – dijo JunMyeon algo sonrojado–. Pero pasa.

SeHun rio entre dientes por lo nervioso que estaba JunMyeon y añadió:

–No iba dejarte ir tan fácilmente, te he extrañado demasiado en estos dos últimos días.

SeHun volvió a reír y le extendió la mano para agarrar la de JunMyeon, entro a la casa y con un ágil movimiento logro cerrar la puerta detrás suyo y tomar a JunMyeon de la cintura para besarlo con pasión. JunMyeon se estremeció correspondió el besó apasionadamente hasta que ambos quedaron sin respiración.

–mmh Traje un vino para poder beberla mientras platicábamos, pero no creo aguantar tanto conejito, necesito tener ahora... – demando SeHun al mismo tiempo que volvía a exigir sus labios.

–Ahh... yo también te necesito – jadeo JunMyeon entre los labios de SeHun–. ¿dormitorio? ¿o prefieres la cocina tal vez?

SeHun se rio entre dientes y dejo la botella de vino sobre el sofá de la sala y apretó a JunMyeon de la cintura – Vamos a tu habitación conejito.

SeHun se dejo llevar por el pasillo y subieron al segundo piso, pasaron por delante de un par de puertas cerradas y entraron a una que estaba abierta y oscura, JunMyeon encendió la luz y dejo que SeHun observara su habitación mientras él cerraba la puerta de la habitación.

La habitación era bastante básica, aunque perfectamente decorada, había una cama grande en el centro cubierta con un edredón negro y unas cuantas almohadas en el cabecero de madera, dos mesitas de noche decoraban los extremos de la cama y un tocador al frente de este. También, había dos puertas abiertas una daba a un pequeño espacio lleno de prendas de vestir y la otra al cuarto de baño

–Mmm bien, desnúdate y súbete a la cama conejito. – dijo SeHun mostrando sus dientes blancos mientras se aflojaba la corbata.

–Así que piensas ir directo al grano. – ronroneo JunMyeon mientras su corazón martilleaba en su pecho.

– Sí, estoy duro desde que te fuiste de la oficina conejito. Desnúdate y súbete a la cama, te quiero boca arriba y en el centro.

Nervioso y con la excitación palpitante JunMyeon empezó a denudarse, SeHun le había pedido que se quitara la ropa, JunMyeon miro el edredón negro de su cama y se dio cuenta de lo blanca que era su piel, iba parecer un muerto tendido sobre la cama, esperaba que eso no decepcionase a SeHun. Se quito los zapatos, se desabrocho los jeans y los deslizo por sus piernas, se saco la camiseta por la cabeza y la dejo caer al suelo y se quedó solo con la tanga que había descrito en sus fantasías, JunMyeon levanto la mirada y noto que SeHun aún estaba vestido mirándolo en silencio.

–¿no vas a denudarte hunnie? – reprocho JunMyeon con un tierno puchero.

– Lo hare en seguida... – susurro SeHun fijándose en su ropa íntima– Maldición JunMyeon no tienes idea de cuanto anhele poder verte vestido con esa tanga.

JunMyeon se mordió el labio y llevo sus manos a sus pezones al sentirte avergonzado, sus mejillas quemaban así que optó por hacer lo que SeHun le había pedido, se dio la vuelta y se subió a su cama, se puso al centro del colchón y rodo sobre su espalda para estirarse como SeHun lo había pedido.

JunMyeon se arriesgo a mirar a SeHun y se puso más nervioso cuando SeHun se quitó la camisa seguido de sus pantalones y su boxer hasta quedar como dios lo trajo al mundo.

– ¿Conejito? – pregunto SeHun acercándose a la cama como todo un animal cazando a su presa.

– ¿si hunnie? – le tembló la voz a JunMyeon.

– No estén tan asustado conejito, prometo que no te lastimare.

– Estoy nervioso no asustado – admitió JunMyeon dejando salir el aire que había retenido en sus pulmones.

– Cierra los ojos y mantén las piernas abiertas para mi conejito.

JunMyeon accedió y sintió como dos dedos se posaban en sus labios exigiendo su boca.

– Chúpalos conejito... – demando SeHun mientras chupaba uno de sus pezones. JunMyeon obedeció hasta dejar los dedos de SeHun suficientemente húmedos.

Luego SeHun le abrió las nalgas tirando a un lado su tanga con sus manos y JunMyeon se tenso al recordar las escenas de la noche anterior cuando lo hicieron al aire libre. El aliento de SeHun acaricio su miembro y un segundo más tarde dos dedos entraron en su culito logrando que JunMyeon arqueara la espalda y apretara las manos sobre las sabanas. Su pasión aumentaba con cada caricia luego la lengua de SeHun reemplazo los dedos que acariciaban sus paredes anales, JunMyeon se sacudió un poco pero no trato de cerrar las piernas.

SeHun empujo los hombros contra sus piernas, para que no pudiera cerrarlos, cuando su boca se centro completamente en su culo. JunMyeon se agarró frenéticamente del edredón y SeHun empezó a chupar y lamer el interior de su culo, JunMyeon sintió que la lengua de SeHun se frotaba sobre sus paredes y que sus manos viajaban después hacía sus piernas. Se estremeció anticipándose a su exploración y se agarró con fuerza del edredón cuando el placer le atravesó el cuerpo.

–Ahh.. Hunnie – un fuerte gemido salió de los labios de JunMyeon, la pasión apenas le permitía pensar– . Hunnie, me siento como si fuera a perder la razón. No puedo esperar. Te necesito tanto... – jadeo mientras se corría sobre su vientre al alcanzar el clímax.

– Lo sé, cariño. Lo sé. – hablo SeHun dejando de lamer su culo para colocarse sobre JunMyeon– . A mí me sucede lo mismo.

La visión de sus cuerpos, los sonidos que emitían, las palabras de amor, su sabor y sus aromas los seducían irreparablemente. Sólo quería experimentarlo una vez más. Sólo una vez más.

SeHun besó uno de sus pezones y SeHun sintió una tremenda tensión entre las piernas. Se arqueó, elevando las caderas, deseando que llenará el vacío que sentía.

JunMyeon le dio la bienvenida a la polla enorme de SeHun que se introducía en su húmeda entrada, se sintió emocionado cuando su entrada comenzó a estirarse para poder adaptarse a la polla de SeHun y durante unos segundos se fundieron en un largo abrazo, desnudos, sintiendo cada centímetro de sus cuerpos, el uno contra el otro.

– mghh. Es tan maravilloso – gimió SeHun–. Ah los días sin tenerte fueron como años conejito.

–¡Ah¡– gimió JunMyeon cuando SeHun se deslizó más profundo.

SeHun quería satisfacer a su conejito, y sabía que las palabras tendrían que esperar, así que lo penetro totalmente y luego empezó a moverse dentro del culito caliente de JunMyeon.

JunMyeon echo la cabeza hacia atrás, gritón y gimió ante la sensación de SeHun llenándolo mientras bombeaba dentro y fuera de él y aumentaba la velocidad de sus embestidas.

Sus reparaciones agitadas y gemidos llenaron la habitación junto con los crujidos de su cama. SeHun movía las caderas y tomo a JunMyeon desde un ángulo nuevo y JunMyeon se sorprendió cuando unos minutos más tardes otro clímax lo golpeo. SeHun gimió su nombre cuando se corrió dentro de JunMyeon y empujo sus caderas contra él hasta que se calmó.

– mgh.. – jadeó JunMyeon.

SeHun levanto su pecho de encima de JunMyeon un poco para mirarlo a los ojos. Se veía sexy como el infierno y los labios de SeHun se curvaron en una sonrisa de satisfacción.

– Esto fue increíble verdad conejito... – riéndose SeHun le guiño un ojo mientras lo atraía a su pecho. 

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UwU gosenloo jaja, ame sus comentarios genteee

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