ANTES DE DEJAR LA TIERRA POR MARTE, CADA UNO DE LOS MIEMBROS DE ARES 3 PASÓ DIEZ DÍAS DE AISLAMIENTO COMO EJERCICIO DE ENTRENAMIENTO. A LA LIBERACIÓN, FUERON ENTREVISTADOS POR UN PSICÓLOGO DE LA NASA.

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El primer entrevistado fue Mark Watney.

Se sentó en silencio en su silla, escaneando la cara del hombre frente a él. Fue el primero de la tripulación de Ares III en entrevistarse hoy, pero la entrevista todavía no había comenzado. La atención del psicólogo permanecía únicamente en sus papeles, pero de vez en cuando miraba a Mark, provocando una expresión de curiosidad para caer sobre el rostro del astronauta.

La sala permaneció en silencio durante varios momentos antes de que el hombre—el psicólogo de la NASA—hablara finalmente con Mark.

—Esperaba que pudiéramos empezar con algunas ideas sobre lo que pensabas durante tu aislamiento—dijo el hombre.

Mark se animó de inmediato—Claro, sí. Puedo hacerlo mejor que eso, puedo decirte exactamente lo que estaba pensando. Siento que tengo algunas de las preguntas más importantes. No las respuestas—se rió entre dientes—, pero definitivamente cosas que simplemente me mantuvieron despierto por la noche.

—Anda—el hombre lo alentó.

—Uh,—Mark empezó, inclinándose hacia adelante en su silla—. ¿Cómo es que Aquaman puede controlar las ballenas? Quiero decir, las ballenas son mamíferos. Ni siquiera tiene sentido.

El hombre miró fijamente a Mark, sin saber si el astronauta estaba hablando en serio o no. Aquellos que lo conocían, sin embargo, podían confirmar que Mark era de hecho serio en muerte.

—Entiendo si vas a decir 'Bien, bien, el niño no podría saber que las ballenas son mamíferos, y si Aquaman necesita un pez grande los niños van a decir, bien, ¿por qué no llamó a una ballena?', No voy a parar el programa para explicarles a los niños que las ballenas son mamíferos porque un niño no sabe que una ballena es un maldito mamífero—Watney continuó—. Así que, ya sabes. Pero gracias por los diez días aquí. Fue bastante luminoso.

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El siguiente a ser entrevistado fue el Piloto Rick Martínez.

—Hablemos del ejercicio—comenzó el psicólogo—. Así que, diez días...

—Diez noches—siguió Martínez.

—Es mucho tiempo para que un hombre esté solo consigo mismo.

—¿Qué haces cuando estás solo?—dijo Martínez—. Estudiar, por supuesto, para mi misión. Encontrar nuevos caminos, nuevas técnicas, para aliviar la tensión. Me sentí como si tuviera quince años.

Esta fue sólo una segunda entrevista, sin embargo, el psicólogo parecía estar ya sobre ellos. La expresión de su rostro era más clara que la confirmación de tal suposición.

—Sabes, a veces tengo películas dentro de mi cabeza. Déjame ver lo que está pasando—Matrinez se detuvo momentáneamente y siguió diciendo—. Buenos Amigos, bien. '¿Qué hay en el maletero? ¿Qué hay en el maletero?' Joe Pesci es increíble.

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La tercera entrevistada fue Maia Watney, hermana menor de Mark Watney.

—Entonces—dijo el psicólogo, estudiando a la rubia sentada frente a él—, Tú y Mark van a ser los primeros hermanos juntos en el espacio, por no mencionar, los primeros hermanos a pisar juntos en Marte. ¿Cómo te hace sentir eso?

Maia inclinó la cabeza hacia el hombre y entornó sus ojos verdes—Ya sabes, me ha llegado a la mente que no hay nada como una nugget de pollo en las profundidades del espacio—al menos no lo que percibo como una nugget de pollo—que me desilusiona completamente.

El hombre alzó las cejas a la hermana de Watney, sorprendida al descubrir que ella y su hermano eran tan parecidos en cuanto a su personalidad.

—¿Crees que estás extática de ir al espacio con tu hermano?

Maia rodó los ojos y se sentó en su silla, tirando su bata blanca sobre su pecho—El bastardo me tiró por la ventana de la sala cuando tenía once años. Me caí en un arbusto y tuve que conseguir trece puntadas en mi pierna, así que sí—Estoy muy emocionada por ir al espacio con mi hermano, Don—sonrió sarcásticamente.

—Espera—continuó Maia con las cejas juntadas en curiosidad y ligera diversión—. ¿Tu nombre es Don? Ni siquiera importa, porque de todas formas te llamaré Don.

"Don" parpadeó, inseguro de responder. Maia había dejado al psicólogo absolutamente sin palabras, lo cual era exactamente el mismo efecto que su hermano había tenido en él hace una hora.

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El cuarto miembro de la tripulación que entrevistó fue la Comandante Melissa Lewis.

—Como la primera mujer comandante de una misión de Ares, ¿me preguntaba si siente alguna presión adicional a los ya intensos niveles de responsabilidades que enfrenta?

La comandante Lewis se estrechó y volvió a mirar al hombre y se inclinó hacia adelante en su silla—Sabes que por mi archivo me gradué en la parte superior de mi clase de la Academia Naval. ¿Alguna vez has estado en un submarino?

El psicólogo se rió entre dientes y abrió la boca para responder, pero no se le dio la oportunidad de hacerlo, ya que el Comandante Lewis había empezado a hablar de nuevo.

—Tratas de dormir con los crujidos y la molienda; Suena como alguien está lenta y violentamente aplastando una lata de soda que usted está dentro de. Dormí como un bebé desde el primer día, así que no, no creo que la presión añadida de ser la primera mujer en mandar una misión a Marte va a ser demasiado intensa—terminó, con una expresión severa en su rostro.

—Sí—dijo el psicólogo en voz baja, garabateando en su libreta.

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El quinto fue Alex Vogel.

—En términos de la misión, ¿tienes algún temor?

Vogel se rió entre dientes y apoyó la cabeza en su mano—No, soy alemán. No sentimos...miedo.

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El sexto fue el Dr. Chris Beck.

—Entonces, Chris, ¿tienes algún temor en términos de la misión?—preguntó el hombre, reciclando la misma pregunta que había usado con Vogel.

Beck dejó escapar un suspiro—Esa es una pregunta dificl. Como médico, estoy acostumbrado a entornos de alto estrés, asuntos de vida y muerte sobre una base diaria. Pero sí, estoy muy seguro de que vamos a patear un culo marciano.

El psicólogo miró los archivos de su escritorio y rió entre dientes—¿Eres doctor de qué?

El doctor Beck rió y se movió en su silla—Del alma—El doctor rió de nuevo y sonrió brillantemente.

Era muy claro para el psicólogo que el aislamiento había afectado a Chris más que a sus compañeros de equipo, por lo que eligió no continuar con la entrevista.

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El último de los miembros de la tripulación de Ares III que se entrevistó fue Beth Johanssen.

Se sentó en su silla con los pies levantados. Su cabeza descansaba sobre el escritorio y sus ojos estaban cerrados, indicando que estaba dormida.

El psicólogo chasqueó los dedos, despertando a la ingeniera de sistema.

—¿Qué?—dijo ella, aturdida.

—Déme lo delgado de la tripulación—le ordenó el psicólogo, con una sonrisa en su rostro.

Johanssen se incorporó un poco para poder mirarlo—¿Quieres decir, mis pensamientos personales?

—Sí.

—Bien—respondió, sentándose en su silla.—. Mark es el favorito de todos. Lewis es una gran pateatraseros. Maia es la versión femenina de Mark, excepto que es menos molesta. Beck es genial a veces, y también está enamorado de Maia (no le digas a nadie que te dije eso). Y Vogel—Vogel es bastante relajado; Él come muchas salchichas.

El psicólogo se rió—El es alemán.

Johanssen se encogió de hombros y bostezó—¿Puedo volver a dormir ahora o qué?

—Supongo.

—Está bien—dijo ella mientras apoyaba su cabeza sobre el escritorio—. Sólo apaga la luz cuando salgas, ¿puedes?

El psicólogo no respondió a Johanssen. Sólo se levantó y salió de la habitación, apagando la luz como la ingeniera le había pedido que hiciera; Alguien la encontraría más tarde. Simplemente no podía evitar sentirse aliviado por terminar con las entrevistas. Todo lo que podía hacer ahora era desear la buena suerte del equipo Ares III en su viaje a Marte.