Capítulo 75
—Blyana, despierta. —Me despierto de un salto e inmediatamente tomo en mi mano la daga que mantengo debajo de mi almohada. Cuando logro aclarar mi mente y veo que es Lasly la que está en la habitación, la bajo y me calmo.
—¿Qué sucede? —inquiero frotándome la cara para terminar de despertar.
—Necesitas ver esto. —La expresión en su rostro me preocupa, hasta en los peores momentos ella es capaz de formar una sonrisa en su rostro. Me quito la camiseta que antes pertenecía a Cless, y que ahora es mi piyama favorita, y me pongo un vestido lo más rápido que puedo.
—¿Qué sucede? —vuelvo a preguntar, pero ella sigue con su paso acelerado. La tomo del brazo y ella niega con la cabeza, como si lo que necesita que vea fuera imposible de ser explicado con palabras y eso me preocupa, algo anda mal, lo siento en lo más profundo de mi ser, en esa parte primaria encargada de la intuición.
Llegamos a la sala de reuniones y me sorprende verla tan llena. Casi todos los soldados están aquí y me quedo petrificada cuando en una esquina hay una figura de piel oscura y rizos apretados. Está mucho más fornido y la constante expresión relajada que antes tenía su rostro, ahora ha sido reemplazada por un semblante hosco marcado por una cicatriz en su mejilla izquierda, pero a pesar de todo, cuando me ve, me dedica una pequeña sonrisa. Azel se aleja de la pared en la que estaba recostado mientras yo voy hacia él. Lo abrazo.
—Te debería dar una paliza por desaparecer de esa manera —le digo y su barba de algunos días me raspa el hombro—, pero estoy demasiado feliz de verte aquí —confieso sintiendo el pecho apretado. Hemos pasado demasiadas cosas y verlo me hace rememorar lo que antes éramos, quienes estaban antes.
—Lo siento, pero estaba haciendo algunas cosas —me dice mientras me separo.
Mi mirada se cruza con la de Chris y Zoe quienes se mantienen en una esquina alejada. Me parece extraño que mi hermana no este sobre Azel y frunzo el ceño al no entender qué sucede. Voy a llamarlos cuando Domingo comienza a hablar.
—Bueno, se preguntarán ¿por qué estamo' todo aquí? —comienza a hablar Domingo con una seriedad que hace que unas campanas suenen en mi cabeza. ¿Qué rayos está sucediendo?—. Lo' aqueroso' saqueadore' van a hacer una transmisión en vivo.
Enciende una gran pantalla que deja ver una cuenta regresiva.
Al principio solo se ve un podio con unos estandartes detrás; los de la casa Amatista. Todos estamos muy atentos hasta que alguien sube y acomoda un poco el micrófono. Es el mismísimo Zwodder, con su corona, su capa violeta, un traje de gala negro, las medallas en su pecho y la espada colgando de su cintura; en esta ocasión todo su traje está adornado con dorado, al igual que su antifaz.
Buenos días, soldados y civiles de Zowon, así como a los terrícolas. Me es un placer estar por primera vez ante ustedes como su supremo soberano luego de haber obtenido la victoria.
Yo desvío la mirada hacia Domingo y su mandíbula y puños apretados confirman mi duda, Zwodder está diciendo la verdad, ha derrotado la última fuerza que estaba en el oeste. ¡Maldición!
Hemos tenido algunos contratiempos en el proceso, pero al final los resultados han sido a nuestro favor, por lo que la tierra se volverá una colonia de Zowon.
Para todos los que ayudaron en esta gran proeza: no desesperen, sus esfuerzos serán recompensados. Para todos aquellos que se rebelaron contra su soberano: la justicia los alcanzará.
Su voz se escucha tan suave, tan aterciopelada, pero yo sé que ese terciopelo está envenenado, que es una trampa mortal.
Los terrícolas tendrán la elección de seguir viviendo en la colonia o ir a Zowon si así lo desean...
¿Ir a Zowon? ¿Qué demonios está diciendo? Mi mirada se encuentra con la de Lasly y casi puedo ver los engranajes en su cabeza moviéndose para dar respuestas a mis preguntas silenciosas.
Pero deberán acatar las leyes que les serán impuestas. De lo contrario, habrá serias consecuencias; aunque tendrán a alguien que velará por sus intereses en la corte. Así que, Blyana, es hora de que ocupes tu lugar como emisaria de la colonia de Zowon y reina de la Tierra.
Gracias a todos por su atención y nos vemos pronto, nueva colonia de Zowon.
Con esas últimas palabras la transmisión termina y puedo sentir todas las miradas sobre mí, escucho varios improperios de varios lados. Por mi parte estoy analizando sus palabras, es una maldita treta para obligarme a volver con él.
—To' el mundazo pa' fuera —grita Domingo, sorprendiéndome—. Lasly, quédate.
Mi mirada vuelve a cruzarse con la de Zoe antes de que salga por la puerta y es de pura rabia, de seguro ha entendido lo que implica para mí la declaración de Zwodder. Me gustaría ir a ella y decirle que todo estará bien, que no dejaré que nos separen, que siempre la protegeré, pero no creo que pueda prometer eso ahora mismo, no sin discutir todo con Lasly y Domingo.
—¿Pero se ha vuelto loco? —gruñe Lasly después de que salen todos.
—¿Tú sabía' algo? —me pregunta Domingo, sujetándome de los hombros. Argen y Aurum caen al suelo adquiriendo su tamaño adulto y veo como Lasly trata de calmarlos.
—No sabía nada, sé que me quería de vuelta, pero proclamarlo así...
—Si no te va' con él va a haber una masacre —dice pasándose la mano por la cara, va al escritorio y me pasa una carta. Es igual a las cartas que él me envía y que, a pesar de que dije que iba a responder, nunca lo hice.
Mi florecita de montaña, mi Blyana.
Sé que esto es radical, pero ¿Qué más puedo hacer? Podría tomar otros caminos, pero soy consciente de que no serían de tu agrado. Sabes que lo que más odio en este mundo es ver tu hermoso rostro con expresiones como la ira y la tristeza. Pero no respondes a mis misivas y no te dignas a venir a mí, por lo que he tenido que recurrir a uno de tus amigos, ¿ves lo que me haces hacer?
Hoy declararé nuestra victoria y comenzaré las reformas a nuestro planeta.
Comprendo que tu deseo es mantener la supervivencia de los humanos, pero me he visto obligado a ponerte una condición. Todo esto me molesta porque se suponía que tú vendrías a mí, sin embargo, tu continua reticencia no me ha dejado otra opción.
Ven conmigo, ilumina mis días con tu sonrisa y tu gente vivirá. Ven conmigo, envuelve mi vida con tu olor a paraíso y no lastimaré a nadie. Ven conmigo, permíteme que te adore por el resto de nuestros días, y mi corona, mi cuerpo, alma y este planeta será tuyo; pero si de tus labios, que no olvido y que sufro por volver a tenerlos sobre los míos, sale una negativa, me veré empujado a romper lo que tanto te has empeñado en cuidar. Y no quiero hacerlo porque me odiarás sin vuelta atrás, sin embargo, estoy dispuesto a vivir con esa carga siempre y cuando pueda tenerte conmigo.
Me puedo permitir perder todo, menos a ti.
Te daré dos semanas para que lo pienses.
Siempre tuyo, desde el día que me miraste con esos ojos miel, Zwodder.
Arrugo la carta en mis manos. Así que no tengo opción.
—¿Y si lo matas? —inquiere Lasly tratando de buscar una solución a una ecuación que desde el principio ha tenido un signo mal colocado. Pero me sorprende que dé esa sugerencia, de Domingo lo entendería, lo esperaría, pero no de ella, que siempre busca la manera de que todos estén bien y que odia la guerra. La miro con los ojos muy abiertos ante sus palabras—. Sí, él ha quemado el mundo, siempre procurando que las llamas no lleguen a ti, pero esto es demasiado pedir.
—Uno de sus hermanos subirá al poder y las cosas pueden ser peor —le respondo dejándome caer en el sofá.
—¿Qué vas a hacer? —pregunta ella, Domingo no dice nada, él lo sabe igual que yo.
—¿Qué más puedo hacer? Ir con él.
—Pero Blyana...
—Es eso o morir —le digo entregándole la carta, ella la lee y deja caer los brazos.
—Por lo menos podré asegurarme de que todos están bien, al fin y al cabo, desde el principio sabía que el trato que hice con él terminaría así.
En un intento desesperado por mantenerlos a salvo, le había dicho que iría con él si prometía que mis seres queridos estarían a salvo y hasta ahora lo había cumplido. Era tiempo de pagar mi deuda y la verdad es que era mejor de lo que pensaba si él mismo me proponía que yo gobernara la tierra.
—Pero todavía me tiene moca eso de: volver a Zowon —dice Domingo, dubitativo.
—Sí, ¿no se supone que están aquí porque su planeta está muerto? —agrega Lasly sentándose al lado de Domingo.
—De acuerdo a lo que me dijo él, sí, bueno, me dijo que estaba casi deshabitado.
—Debe estar ocultándonos cosas —dice Lasly, un brillo depredador aparece en sus ojos cuando se levanta y se dirige a la computadora de Domingo—. Haré algunas investigaciones —agrega con su vista fija en la pantalla.
Miro a Domingo, quien también tiene una mirada feroz en su cara, no necesito escuchar sus pensamientos para saber que también está buscando una manera de evitar esto. Yo dejo caer mi cabeza contra el respaldo del sofá, rindiéndome ante mi destino.
🍂🍂🍂
Ha pasado una semana desde el anuncio y los aires están muy tensos. Afuera los humanos se están llevando a centros de concentraciones supuestamente reformando el planeta. El anuncio se ha hecho circular por todas partes causando que no me sienta para nada presionada.
Zwodder me dice que vaya con él y eso lo acepto, el problema es que no dice a dónde o si podré ver a mi hermana, Chris y a los demás otra vez, dejándome en un estado constante de indecisión. El punto es protegerlos, pero si no los vuelvo a ver, no sé cómo podré soportar eso. Aunque sé que iré con él de todas formas, pero antes necesito negociar esa parte.
Voy de camino a mi habitación, no me gusta estar donde hay muchas personas. Siento que me miran como si me reclamaran que aún no me haya entregado como si ese fuera mi deber y no una opción que tengo. No tengo que tener mucha imaginación para saber qué harían si me decidiera a no entregarme y eso me molesta un poco, sé que solo están luchando por sobrevivir, pero de todas maneras es de mi vida de la que estamos hablando, yo debería tener la libertad de decidir lo que quiero hacer con ella.
Un chivo expiatorio, un cordero de sacrificio: es lo que me he vuelto.
—¿Blyana? —me llama Zoe desde su habitación—. ¿Podemos hablar? —la miro un poco confusa por su expresión. Las personas que están en el pasillo me siguen con la mirada, analizando con sus ojos juzgadores cada uno de mis movimientos.
—Sí —digo. Entro y para mi sorpresa Chris también está dentro—. Bien... ¿Qué significa esto? —digo confusa, ¿acaso esto es una encerrona?
—Queremos hablar contigo —dice Chris y se levanta de la cama. Se pasa una mano por el cabello como si estuviera muy incómodo y no lo puedo culpar, el ambiente se siente muy pesado a nuestro alrededor.
—Bien, escucho —digo aún confusa, envolviendo mis brazos a mi alrededor. Un vacío se forma en mi pecho, uno que me anuncia que algo malo va a pasar.
—Hermanita, sabemos las consecuencias de que no te vayas con Zwodder —comienza a decir Zoe. Bueno, definitivamente, es una encerrona, pero creo que esta es la primera vez que no voy a poder complacerlos. Mi decisión está tomada, iré con Zwodder. Ellos me importan más que cualquier cosa y haré todo para que sigan a salvo.
—Por eso queremos pedirte... —continúa Chris, pero se le cortan las palabras.
—Chicos, ya tomé mi decisión —digo y les doy una sonrisa triste. Lo que me duele es que si Zwodder irá a Zowon de seguro me llevará con él y ellos se verán obligados a ir conmigo, porque no podría dejarlos aquí. No como están las cosas afuera. No podría estar cien por ciento segura que estarían a salvo y a pesar de que confío en shadow, sé que conmigo y Zwodder es el lugar más seguro para estar.
—Pero si no vas todos moriremos —me espeta Zoe.
—¿Qué?
Acaso me está pidiendo...
—Debes ir, Blyana, sé que lo que te pido es horrible, pero moriremos —me dice tomándome de las manos—. Y yo no quiero morir, no aún, hermanita. —Me quedo paralizada, ¿me acaba de pedir que me entregue?
Ella no sabe lo que realmente está pasando. No sabe que yo soy la abeja reina, que Zwodder realmente no quiere matarnos, que él tiene estos sentimientos por mí. Para ella y los demás, él es el asesino despiadado que casi ha exterminado nuestra raza, que ha enviado a sus hombres a aniquilar, violar y cometer cada acto aborrecible contra nosotros. Ella no sabe que, en realidad, prácticamente, estaré a salvo con él y aun así me pide que me entregue.
Me quedo muy quieta como si sus palabras me hubieran anclado en mi lugar, a lo lejos escucho algún cristal quebrándose contra el suelo.
—Es muy egoísta de nuestra parte pedirte algo como esto, lo sé —agrega Chris y sus palabras vuelven a quedarse atoradas en su garganta.
—Hermana, la única que nos puede salvar, eres tú —me dice Zoe entre lágrimas.
No sé si estoy a punto de entrar en un estado de catatonismo, pero siento que dentro de mí la máquina que producía mis emociones se sobrecargó y se acaba de apagar. Una grieta se abre dejando ver un espacio oscuro detrás.
—Lo haré —digo, pero incluso para mí mi voz se escucha hueca. Salgo de la habitación, mis pasos lentos y mecánicos. A mi espalda escucho los agradecimientos de ambos.
Es justo una persona por todas las demás que quedan allá afuera. Pienso que esa es la razón para su petición. El bien mayor, la salvación de los demás gracias al sacrificio del hijo de un ser divino, pero, aunque ya había decidido, aunque sabía que esa era la única solución; el agujero en mi pecho crece y su oscuridad se vuelve más densa con cada paso, con cada respiración, con cada latido sistemático del corazón que bombea sangre a mi organismo.
Dentro de mí algo grita que hay algo mal, que hay algo muy muy mal, pero lo ignoro y sigo adelante como siempre he hecho cuando la vida trata de derribarme: bloqueo todo lo malo, doloroso y me enfoco en lo bueno, en lo que tengo que hacer.
🍂🍂🍂
Es el último día, mañana debo comunicar mi decisión a Zwodder. Ya he escrito la carta, lo hice el mismo día que Chris y Zoe me lo pidieron, pero aún no la he enviado. Lasly no ha podido averiguar nada y eso es preocupante porque ella es capaz de conseguir cualquier información. Gracias a ella y a Carol siempre estuvimos informados de cada movimiento del gobierno y de los saqueadores, pero ahora ni siquiera nuestros espías entre los saqueadores tienen información sobre la situación actual de Zowon, por lo que estoy a punto de recurrir a mi última opción.
Estoy a oscuras en la habitación de Cless.
—Tembris —murmuro y creo que no ha funcionado hasta que siento una respiración a mi lado, me levanto de golpe y voy al interruptor de la luz. El estúpido de Tembris está sobre la cama, apoyado sobre una de sus manos de lado—. Baja de ahí —le espeto, él se baja riendo, se acerca a mí en dos grandes zancadas y me olfatea.
—¿Siempre hueles tan bien? —dice y se separa para comenzar a husmear por la habitación. Todavía no me acostumbro a que todos ellos sean tan altos.
—¿Qué sabes de Zowon? —voy directo al grano.
—Que desde algún tiempo la naturaleza ha estado regresando poco a poco —dice mientras toma la máscara naranja con espirales de un solo ojo y se la pone mientras ladea la cabeza.
—Deja eso —digo girando los ojos. Se encoge de hombros y la deja en su lugar. Esta vez lleva unos pantalones y unas botas de cuero al igual que una chaqueta, pero debajo de esta no lleva nada y veo varios tatuajes en su torso—. ¿Cómo que reviviendo?
—Sí, se está pensando hacer una expedición liderada por el mismo rey sangriento y he de imaginar que irás con él —dice, su tono sugiriendo lo mal que está Zwodder de la cabeza. Se acerca de nuevo a mí, casi siento que viene por mí, pero lo que le llama la atención es Argen en mi hombro, la toma entre sus manos y Argen patalea por liberarse, hasta que opta por aumentar su tamaño y dejar por debajo a Tembris.
—Por favor, esto es importante —digo comenzando a enojarme y los dos se detienen a media pelea de tirones de cabello, bueno, en el caso de Argen, pétalos. En mi hombro, Aurum anima a su hermana para que haga papilla a Tembris.
—Si lo que te preocupa es estar sola allá, tranquila. Nosotros estamos contigo. La casa Ágata es tuya —dice curioseando la falda de Argen y esta le da un manotazo.
—Bien, entonces me acompañarás —decreto cruzándome de brazos.
—Sí, pero no a la vista. Yo trabajo desde las sombras, aunque sí te recomiendo llevar contigo gente de confianza. La corte es una jungla —dice mientras es aplastado por Argen en el suelo. Aurum, en mi hombro, sigue dándole ánimos a su hermana.
—Gracias y adiós Tembris —digo girando los ojos, este me sonríe y desaparece debajo de los pies de Argen.
Voy a la sala de reuniones y encuentro a Domingo solo.
—Hola, tú —digo al entrar, una pequeña sonrisa en mis labios.
—Hola, Flaca —me responde dejando lo que está haciendo.
—Vengo a darte mi respuesta —le extiendo la carta y él me mira con cara triste—. Ve antes de que se vuelva loco de desesperación y haga una rabieta.
—Tú querrá decir má totao' —dice él. Se pone de pie, toma mi carta y se va. Me voy a burlar cuando creo que ha vuelto porque se le ha olvidado algo, pero es Azel quien entra.
—A ti te andaba buscando —me dice con una expresión impertérrita en el rostro que hace que todas mis alarmas griten desesperadas. Desde que llegó siento que quiere decirme algo y al parecer por fin se ha decidido, pero algo dentro de mi grita que no lo escuchemos.
📎NOTA📎
Holis seres extraplanetarios!!!
⏳2
Dos pasos para el final!!!
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