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Capítulo 74


—¡Blyana! —El grito de mi hermana al abrir la puerta, debe haber despertado a medio continente. Los gemelos, que estaban durmiendo juntos porque Rick me cedió su cama, caen al suelo por el susto. Mike se golpea la cabeza con la mesa que está a su lado y se retuerce de dolor, pero Lucas no reacciona—. ¿Cómo te atreves a irte de la enfermería cuando te dije que te quedaras y para el colmo te llevas a Lucas? —me regaña mientras entra vuelta una fiera en la habitación, yo sigo mirando que Lucas aún no se despierta.

—Lucas... —digo bajo.

—Sí, Lucas, él debía estar bajo observación, pero lo metes a esta pocilga —dice y patea algo con la nariz arrugada—. ¿Es que ustedes no limpian? —señala con el dedo índice a cada uno de los que duermen o dormían en la habitación mientras su otra mano reposa en su cadera.

—Lucas... no despierta —digo y me lanzo de la cama un poco alarmada. Mi reacción alerta a los demás. Zoe y yo llegamos al mismo tiempo hasta él, cuando toco su brazo está ardiendo.

—Mierda —masculla mi hermana—. Tenemos que llevarlo a la enfermería, se le infectó la herida.

Así es como termino sintiéndome como una mierda. Chris aún no despierta y todo por protegerme y yo salgo sin un solo rasguño. A Lucas se le infecta la herida por mi culpa y yo aquí que podría pelear con un gladiador y salir victoriosa.

Estoy en el pasillo y desde aquí escucho sus gritos.

—Tranquila, él estará bien —me dice Mike colocando una mano en mi hombro, pero eso no me hace sentir mejor en absoluto.

Estoy comenzando a creer que soy nociva y que todos los que están a mi lado por mucho tiempo están destinados a salir heridos.

Después de un buen rato mi hermana sale; yo me pongo en pie de inmediato.

—Está bien, la fiebre cedió y volvimos a curarlo. Dormirá un rato. —Al escuchar esas palabras por fin me siento un poco mejor.

—¿Y Chris?

—Despertará en unas horas y él por nada del mundo debe salir, ¿me entiendes? —me dice con una cara de reproche como si ya no me sintiera fatal.

—Lo entiendo —digo un poco avergonzada.

—Bueno, ya que todos están prácticamente bien... —comienza a decir Crik, de manera tentativa.

—¿Podemos ir a comer? —termina Rick y los demás los miramos con mala cara.

—¿Qué? —responden los dos a la vez.

—Bueno, creo que sí, especialmente tu Blyana —me dice Zoe.

Los siguientes días me los paso en la enfermería. Mi hermana insiste en realizarme análisis y en ponerme algunas intravenosas. Ayudo a comer a Chris, a quien le duele levantar los brazos, después de una semana. Lucas sale de la enfermería y solo me entero de que no está en la guarida cuando voy a verlo a su habitación y me dicen que se ha ido, y con él: Mike. Otro que ha desaparecido es el señor James y no me siento mal al sentirme bien por eso.

—Un poco más —pide Chris, abriendo la boca.

—¿Por qué siento que te gusta demasiado esta situación? —le acuso mientras me rio.

—¿A quién no le va a gustar?, estoy tranquilo aquí mientras me traen la comida y una niña bonita hace de mi enfermera —dice y se encoge de hombros, pero de inmediato se le contrae la cara en dolor.

—No hagas movimientos bruscos —le digo mientras finjo que preparo su próximo bocado para ocultar mi rostro. Hace tanto que no me sonrojaba que había olvidado lo que se sentía.

—Estoy bien.

—Buenas, buenas —canturrea Zoe al entrar—. Vamos a ver cómo está esta espalda, ¿Blyana, podrías esperar afuera?

Salgo de la enfermería y espero en el pasillo. Escucho los gruñidos de Chris acompañados de los murmullos de una conversación y unos minutos después Zoe sale con los puños apretados, pero al verme relaja la expresión.

—Listo —me dice con una sonrisa.

Vuelvo a entrar y encuentro a Chris con la mirada un poco perdida.

—¿Qué sucede? —pregunto sentándome en la silla a su lado.

—¿Eh? Nada, lo que sospechaba, estaré aquí por un tiempo más —me dice con una sonrisa triste.

—Pero creí que te gustaba estar aquí —digo con una sonrisa tentativa, tratando de hacer que esa expresión sombría se borre de la suya. No lo logro.

—Bueno, eso no importa. —Él pone toda su atención en mí de nuevo y extiende su mano para que la tome—. Hada —me dice mientras aprieta mi mano entre la suya. Hacía tiempo que no me llamaba de esa forma, desde que se comenzó a denominar a un grupo de los saqueadores de esa manera.

—¿Sí?

—Han pasado dos años desde... —Él se detiene y deja salir un gran suspiro, no me gusta por donde van las cosas. Tengo bien presente que pasó hace dos años y es un tema del que no quiero hablar y menos con él—. Que él no está. —Trato de soltarme porque no quiero tener esta conversación, pero me sujeta con fuerza—. Por favor, escúchame, Hada.

—Chris, la verdad es que no quiero tener esta conversación —le digo alejando mi mirada.

—Lo sé, pero no puedes seguir retrasándolo, debes avanzar...

—Eso hago.

—No, solo pretendes hacerlo. Crees que no te veo como delante de los demás, sonríes, pero sola te sumerges en la oscuridad.

—Chris, por favor —suplico a través del nudo en mi garganta.

No, este es un tema que en definitiva no hablaré con él. Cless no era solamente mi amor sentimental, él englobaba varios tipos de amores más, y aún no he podido cubrir esos vacíos que él dejó en mí.

—Entiendo lo que él sentía, y te puedo asegurar que no querría verte así, esta no eres tú...

—¿Y quién se supone que soy?, porque la verdad es que no lo sé. —Se me corta la voz y veo como una de mis lágrimas cae en la cama como una perla perdida.

¿Quién soy yo?, ¿en qué me he convertido? A pesar de que tiendo a reír la mayor parte del tiempo, esas sonrisas no son más que otra pieza de mi atrezo, una pantomima que he montado desde hace mucho tiempo para evitar las preguntas: «¿estás bien? ¿Qué te sucede?» Porque es más fácil simplemente aparentar que todo está bien a dar explicaciones que ni yo tengo.

—Yo te ayudaré a encontrarte de nuevo —me dice y me atrae hacia él para abrazarme. Comienzo a sollozar en su hombro.

Después de calmarme me separo. Él coloca su mano en mi mejilla y después de mirarnos unos segundos comienza a acercarse.

—Chris —susurro—. No... no estoy lista —le digo y él apoya su frente sobre la mía.

—Tranquila, te daré todo el tiempo que necesites —me dice y me vuelve a abrazar.

Bueno... después de eso las cosas se pusieron raras. Ver a Chris tratando de conquistarme me turba un poco. Antes hubiera estado encantada, de hecho, lo había deseado, pero ahora solo me incomoda y la intensidad con la que lo hace me deja mareada. Es como si intentara verter toda el agua de una piscina en una copa de tequila. No sé qué hacer con él.

—¡Oye, Hada! —me dice Chris mientras yo intento concentrarme en el informe que tengo delante de mí, pero no me deja sola. Lasly acaba de irse, ya que debe cubrir el turno de Chris en la cocina y, aunque le supliqué con la mirada que no me dejara con él, sabía que debía cumplir con su trabajo. Todos debemos cumplir con nuestro trabajo o no podremos salir de esta situación.

—¿Sí? —respondo sin prestarle mucha atención. Estoy buscando como podemos atacar a las hadas para debilitarlos, pero a la vez debo tener suficientes hombres custodiando las guaridas para que no sean tomadas ni por ellos ni por el gobierno.

La suerte de que varios de mis sicarios tuvieran grandes habilidades en pelea ayudó en principio, pero ahora los números no están a nuestro favor. El hecho de que nos enfrentemos al gobierno, que sigue tratando de tomar a los niños y de capturar a personas para sus experimentos; luchar contra las hadas, quienes siguen buscando derrocar a Zwodder, pero que también buscan exterminarnos. Y, por último, Zwodder, ya no sé qué hacer con él, ni con las cartas que se siguen acumulando en el cajón de mi mueble. Es obvio que no quiere matarnos, solo someternos, pero nosotros estamos reacios a eso. La esclavitud ha sido una cicatriz muy profunda en nuestra historia y ningún pueblo quiere estar bajo los pies de otro.

—Domingo me quiere enviar a una misión, podrías decirle que aún no me encuentro bien. —Han pasado dos meses desde aquel accidente y aunque aún tiene las marcas en su espalda, en este momento está saltando tratando de hacer no sé qué, como un niño. Levanto la mirada y arqueo una ceja. Él se detiene y finge un gesto de dolor.

—Chris, necesitamos personas allá afuera —digo y vuelvo a mi informe—. Además, la que te incluyó en esa misión, fui yo, no es nada peligroso, así que tranquilo. —Ni loca permitiré que algo malo le vuelva a pasar.

—¿Tú? —dice y se acerca a mí—. Entonces es más fácil. —Me da una sonrisa tratando de convencerme.

—No puedo, Chris. —Argen y Aurum están un poco lejos mientras bailan después de haberme robado el celular que era de Cless. Chris casi se arroja sobre mí y me obliga a cerrar la tapa de la laptop—. De verdad, no es algo del otro mundo —pero él sigue poniendo cara de perrito y no me queda más que complacerlo—. Está bien —digo y giro los ojos.

—¡Eres la mejor! —me dice y se termina de tirar sobre mí, dándome besos por toda la cara.

—Sí, sí, pero me estás aplastando —le digo entre risitas.

Se levanta un poco, pero nos quedamos tendidos en el suelo a pocos centímetros. Él fija sus ojos en mí y yo comienzo a ponerme nerviosa, al ver sus intenciones en sus ojos. Lo empujo para que se quite, pero no se mueve, o bueno, sí lo hace, pero a la dirección contraria a la que quiero, o sea, hacia mí. Lo veo acercarse más y más y casi entro en pánico cuando comienzo a sentir su aliento sobre mis labios y como su cuerpo presiona más el mío contra el suelo, pero en el último momento se desvía y hunde su cara en mi cuello, lo escucho suspirar pesadamente.

—¡Blyana!, ¿estás aquí? —La voz de Lucas retumba en el lugar y doy gracias por su oportuna llegada. Chris se sienta a mi lado y antes de responder acomodo mi vestido.

—Sí, aquí estoy. —Vuelvo a retomar la computadora.

—Te traigo buenas noticias —me dice ni bien llegando a nosotros, mira un momento a Chris y luego desvía toda su atención de nuevo hacia mí, ignorándolo por completo.

—¿Buenas noticias? —inquiero curiosa. Porque necesitamos buenas noticias urgentes. Nuestros suministros están en el fondo y nuestras fuerzas agotadas; no podemos mantener la guerra por más tiempo.

Eso me recuerda que debo incentivar el crecimiento de algunos alimentos y enviarlas a otras guaridas. No podremos sobrevivir solo de vegetales, pero encontrar un unicornio es más probable que encontrar algún alimento procesado y si no sales a cazar la carne no pienses que la vas a comer, todo esto es un desastre total.

Nuestra última fuerza está en el oeste y si no tenemos un milagro, perderemos. Domingo y yo estamos tan desesperados que estamos considerando irnos dentro de unas semanas hacia allá. Aunque nuestra participación solo sería para acabar con las hadas para no romper el trato con Zwodder, porque a pesar de que shadow es mucho más grande de lo que cualquiera cree no tenemos oportunidad contra sus fuerzas, en especial después de que han logrado expender una grieta en la barrera.

—Sí, supimos algo de Azel, parece que viene para acá —dice agachándose a mi lado y revolviéndome el pelo.

—¿De verdad? ¿No estás jugando conmigo? —le digo con gran emoción. He estado trabajando tanto para saber algo de él y ahora viene a la guarida, esa es una gran noticia y mi hermana se morirá de la emoción al saberla.

—Y ¿Cómo están tan seguros? —inquiere Chris y veo un destello en su cara que no logro identificar, luego recuerdo que él y Lucas no se llevan mucho.

—Se puso en contacto con Domingo —le responde Lucas, pero sin mirarlo. Una expresión mezcla de rabia y horror pasa por las facciones de Chris, pero no entiendo el porqué de su reacción.

🍂🍂🍂

Pasan varias semanas y a pesar de que se suponía que Azel estaba de camino, no hemos tenido más comunicación con él.

—¿Así que Chris sigue insistiendo? —pregunta Lasly mientras me pone una mascarilla en lo que ella ha denominado «noche de chicas».

—Algo así —le respondo tratando de no mover mucho la cara.

—Yo no sé por qué no le das una oportunidad —agrega mi hermana, quien ya ha pasado por las manos de Lasly.

—Cuidado, la vas a arruinar —le reprocha Lasly.

—Yo creo que es un buen chico —agrega Carol limándole las uñas a mi hermana.

—Y lo es —digo—, pero no lo puedo ver más que como un amigo.

—Pues yo recuerdo cuando babeabas por él —dice Zoe y se gana un manotazo por parte de Lasly.

—Dejen de insistir, si ella dice que ya no siente nada, no hay nada que hacer —replica Mary, quien está frente al espejo mientras Omara le trenza el cabello. La miro a través del espejo y le doy un «gracias» sin decir nada, ella solo asiente. Un tipo de tregua silenciosa surgió después de que ella volviera a la guarida con Carol, no hablamos, pero tampoco peleamos.

—¿Y qué tal ese otro chico? —pregunta Omara, ganándose las miradas de todas. Ella no es de cotillear mucho, las reinas de eso son Lasly y Carol, pero no se ha negado cuando Lasly le ha contado lo que íbamos a hacer.

Argen, que está tirada en la cama con su propia versión de una mascarilla, también levanta la cabeza para mirarla.

—¿Qué otro chico? —inquiere Carol—, porque si no te has dado cuenta aquí las mujeres somos minoría.

—Bueno, Lucas —dice ella encogiéndose de hombros.

—Para nada, solo somos amigos —digo y me gano también un manotazo de Lasly cuando intento comerme un pepino de los que tiene en una cacerola—. La verdad es que no tengo cabeza para chicos ahora.

—Hermana, ¡por Dios!, han pasado más de dos años. —Se me contrae el corazón al escuchar eso, pero Lasly salva la situación carraspeando.

—¿Y qué hay de ti y Bryan? —le dice mirando con una cara jocosa a Omara.

—¿Yo y quién? —dice con el ceño fruncido—. Nada.

—Oh, vamos, Omara, si no se te despega —dice Carol divertida.

—Es cierto, he estado a punto de resbalar en el camino de baba que deja cada que te ve —agrega Lasly ahogándose casi en una risotada.

—Ya déjenlo —dice y se pone roja, cosa nueva que nos hace reír.

Las miro a todas, sus sonrisas amplias y brillantes. Un momento de paz dentro de esta guerra y se siente tan bien reír después de tanto tiempo. Somos tan jóvenes y nos duelen tantas cosas, pero sé que lo superaremos, pero mientras miro el asiento vacío a mi lado, no puedo evitar sentir ese hueco en mi interior. Te hecho tanto de menos Cless que si pudiera bajarte del cielo lo haría, pero no puedo, solo puedo terminar lo que empezamos. Seguir luchando por los que quedan.

Y sé que lo hiciste porque me amabas, pero no puedo evitar sentir que cuando te fuiste ese día dejándome sola, te llevaste una parte de mi vida; pero sin darte cuenta también te llevaste una parte de mi corazón.

Así pasa la noche entre risas y chismes, y por un momento olvido el dolor que martilla constantemente mi pecho. El tiempo no cura, solo hace difusos los recuerdos.

📎NOTA📎

Holis seres extraplanetarios!!!

⏳3

Jo, jo, jo ya estamos a unos pasos del final. Quiero leer sus teorías!!!

¿Cuál será la identidad del papucho de Zwodder? ¿cuál es el secreto de Zoe? Y ¿quién ganará la guerra?

Nos vemos el próximo sábado, besos❤

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