Capítulo 72
Pasé varios días en la enfermería con la planta conectada a mí. Ella no hacía más que estar ahí, como un conducto, manteniendo mi cuerpo en funcionamiento, porque a pesar de que había decidido abrirme un poco, mi corazón, era un mero órgano que cumplía con una función biológica. Mi corazón, el que tenía sentimientos, estaba enterrado en la colina y lo que quedaba era un vacío oscuro, sombrío, que empujaba por consumir el resto de mi cuerpo y sumirme en la oscuridad absoluta.
Al tercer día de seguir en la enfermería mi hermana asomó la cabeza entre las cortinas cuando Lasly trataba de enseñarme a coser, cosa que no iba bien para nada, un dobladillo de una camisa.
—Las dejaré solas —anunció Lasly con rapidez y desapareció.
—¿Cómo estás? —preguntó mi hermana sentándose en el puesto que antes había ocupado Lasly y por un momento pensé en usar mi muletilla: «estoy bien», pero luego me recordé de que debía ser más honesta, así que dije:
—Aún me siento agotada, pero solo eso —dejé el hilo y la camisa a un lado.
Ella le dio una mirada precavida a la planta y luego volvió a mirarme.
—Creí que esa cosa te ayudaba a sanar —dijo bajo. No me gustó el tono en que se refirió a la planta, pero lo ignoré, entendía que todo eso de mis poderes era extraño, incluso para mí.
—Sí, pero es un proceso un poco lento. Dime, ¿cómo estás?
—No voy a volver a salir de aquí hasta que todo esto pase —dijo mordazmente, cruzándose de brazos. Ya lo veía venir, había tenido dos experiencias horribles saliendo de la guarida.
—Siento que todo esto pasara, yo...
—Qué bueno que lo sientes, porque todo esto fue tu culpa. Te dije claramente que no quería salir y tú insististe —me cortó.
—Lo sé y lo siento —murmuré. Si pudiera devolver el tiempo evitaría que ella saliera, evitaría que la lastimaran. Estaba segura de que ella no comprendía lo que estaba dispuesta a hacer por ella. Toda mi vida siempre se había resumido a protegerla y por mi incompetencia casi la había perdido, no permitiría que algo así pasara de nuevo.
—Un «lo siento» no borrará el hecho de que casi me muero, Blyana —gruñó entre dientes.
—Zoe, yo...
—Zoe, deja de molestarla, ella también estuvo a punto de morir —gruñó Chris cruzando las cortinas con una bandeja de comida en las manos.
—Tú también tienes la culpa —le espetó ella subiendo la voz. Escuché como una enfermera siseaba que hiciéramos silencio.
—Lo sé, debí protegerte mejor, pero tienes que entender que en la situación en la que estamos es difícil no salir heridos —le respondió Chris en un tono calmado. Levantó la mano tratando de tocarla, pero se arrepintió en el último momento como si supiera que no era una buena idea cuando estaba tan enojada.
Ella lo miró con rabia unos segundos y ni siquiera me miró cuando apartó las cortinas con brusquedad y se fue.
—Toma. —Chris me extendió la bandeja con estofado y mis tripas gruñeron cuando me llegó el olor—. Después de lo que pasó ha estado muy irritada, no te lo tomes personal, culpa a todos.
—Ella tenía razón, fue mi culpa —dije girando la cuchara en el estofado—. Yo asig... yo le insistí en que fuera, alegando que era seguro.
—Tú no podías saber que algo así podría pasar —dijo sentándose y acariciando mi mejilla.
—Te equivocas, tú mismo lo has dicho: es lo que tenemos que esperar en la situación en la que estamos, además ella es mi hermana. —Solté la cuchara de golpe, provocando que algunas gotas cayeran en mi mano, sobre una de mis cicatrices y lo miré.
—Blyana, tú no...
—Ella es mi hermana y por ende debí suponer que la usarían para llegar a mí. Todos ustedes están en peligro por mi culpa.
—Blyana, todos nosotros estamos en peligro por el hecho de que ellos quieren tomar el planeta —respondió sujetando mi mano.
Sabía que él tenía razón, pero Chris no sabía todo lo que pasaba en realidad. No sabía que le había vendido mi alma al diablo y que ningún ángel bajaría por mí al infierno para salvarme. Todos estaban en peligro a mi alrededor y no podía dejar que ellos cayeran en las garras de las hadas.
Si era necesario, dejaría que esa cosa que vivía dentro de mí tomara el control de nuevo, pero los protegería a todos.
Pero ¿Quién los protegerá de ti?
🍂🍂🍂
A pesar de que dije que no me iba a ir de la guarida, me fue imposible no realizar misiones cercanas, así que sí, estaba en la guarida, pero estaba afuera muy seguido. Necesitaba poner fin a todo lo más pronto posible, o bueno, ayudar a poner fin a todo eso lo antes posible. Había mantenido a Zoe en la guarida, no pensaba ponerla en peligro de nuevo.
Iba de camino a la cocina porque me estaba muriendo de hambre. Cuando abrí la puerta, vi a Chris y a Zoe muy cerca. Al sentir mi presencia a Chris se le cayó una sartén que tenía en las manos, haciendo que el sonido asustara a un gato que andaba en busca de sobras.
—Por Dios, Blyana, nos matas de un susto —me dijo Zoe poniéndose una mano sobre el pecho. Por fin se le había pasado el mal humor y volvíamos a estar como antes, aunque me daba cuenta de que siempre estaba nerviosa cuando alguien movía un arma cerca de ella o cuando escuchaba algún sonido parecido a un disparo, por eso le había pedido a Domingo que los entrenamientos con armas se realizaran más lejos donde no se oyeran los estallidos de los cañones.
—¿Qué hacían? —inquirí entrando con lentitud a la cocina, ellos se miraron con nerviosismo—. ¿Chicos?
—Ya díselo, de todos modos, es mejor así —le dijo Chris a Zoe y yo arrugué la frente.
—De acuerdo —suspiró Zoe y me miró—. Mañana es el cumpleaños de papi James y queríamos hacerle algo, pero no podemos porque según Domingo no estamos para hacer derroches. —Cosa cierta, nuestros suministros mermaban cada vez más, si la guerra se seguía prolongando íbamos a tener problemas en mantener a las personas en las guaridas. Nosotros estábamos mejor que los demás gracias a mis poderes, pero necesitábamos más que verduras para sobrevivir.
—El cumpleaños del señor James —repetí, un sabor amargo se instaló en mi boca al pronunciar su nombre, aunque estaba de verdad aliviada de no habérmelo encontrado desde mi regreso, seguro Domingo lo había mandado lejos para que yo me sintiera más cómoda.
—Sí —dijo y vino hacia mí—. Tú puedes convencer a Domingo de que nos deje hacer algo, no tiene que ser grande. —Yo la miré con una clara negativa en el rostro, pero antes de que pudiera ponerlas en palabras, ella agregó—: ¡Vamos, este lugar necesita algo que nos anime!
—¿Yo? —dije con una sonrisa forzada en los labios.
—Sí, bueno, Domingo hace todo lo que le pides.
—¡Ey!, eso no es cierto.
—Ay, Blyana, no somos ciegos, si dices misión, él te da de una las armas; si dices norte, él está arrancando el motor —dijo girando los ojos.
—Él solo escucha mis consejos, estás exagerando —dije tratando de zafarme de esa situación.
—Pues dale el consejo, ¿sí? —Y puso esos ojitos de cierva dolorida que siempre me ganaban la batalla y me hacían darle lo que ella quisiera.
—De acuerdo, veré que hago —dije resignada.
—Y otra cosa, mañana se supone que Chris tendría que salir a una misión, pero no estaría en la fiesta, podrías...
—Bien, bien —dije girando los ojos. Por lo menos sonreía y eso era suficiente para querer darle el mundo.
—Eres la mejor, hermanita. —Y me dio un beso en la mejilla antes de marcharse de la cocina.
—Y Zoe ataca otra vez —bromeó Chris reiniciando sus deberes.
—Ya lo creo, pero bueno, ¿no hay nada de comer?, me muero de hambre —dije mientras sujetaba mi estómago y me doblaba para darle dramatismo al asunto.
—Claro —dijo él entre risas. Y me pasó un plato con unos sándwiches, o bueno, un intento, porque no eran más que pan con tomate—. Pensaba llevártelos, pero llegó Zoe.
—Gracias —dije y comencé a comerlos.
—Te ves mucho mejor —me dijo observándome con detenimiento mientras comía. Él había apoyado sus codos en la encimera y a su vez su cara entre sus manos.
—Deja de mirarme así —le dije y coloqué mi mano en su cara entre una leve sonrisa, él sujetó mi mano y la llevó a su mejilla.
—Lo siento —dijo y me ofreció una sonrisa triste.
—Últimamente, te disculpas mucho —dije dejando el sándwich en el plato—. ¿Estás bien?
—Sí, solo que siento que te debo una disculpa. —Me soltó y dio la vuelta hasta quedar frente a mí—. Me he sentido tan mal desde...
—Chris, nada de lo que ha pasado ha sido tu culpa —lo interrumpí. Me dolía que se siguiera culpando por cosas que solo eran culpa mía y lo más molesto era que no podría decírselo, no sin revelar toda la parte oscura de mí que no quería que nadie más viera.
—Sí, sí lo ha sido, yo nunca debí permitirlo —dijo con una cara contrariada entre la vergüenza y el dolor.
—Chris ya no sé de qué estás hablando —escruté su cara tratando de entender ese comportamiento suyo. Últimamente, seguía disculpándose y disculpándose cuando nos veíamos y si no se disculpaba estaba viendo si necesitaba algo, si quería algo, no es que nunca se haya preocupado por mí, pero era como si algo lo hubiera hecho querer mimarme más... no es que me queje, pero sí era un poco raro.
—Nunca debí dejarte en manos de él —arrugué el ceño, ¿acaso se estaba refiriendo a Cless? Pensé que lo decía por lo de Zoe.
—¿Te refieres a lo del frente? —inquirí para estar segura.
—A eso también, si te hubiera mantenido a mi lado, nada de eso te hubiera pasado. —Él se pasó las manos por el cabello y luego me miró directamente como si quisiera ver dentro de mi cabeza y saber lo que pensaba. De seguro se había enterado de la sobre dosis, ¡maldita sea! Tendría que hablar con Lasly.
—Chris, nada de lo que me ha pasado es tu culpa.
—Sí, lo es —me dijo y me abrazó—. Lo siento de verdad —siguió repitiendo por un rato y lo dejé que se desahogara. Era lo único que podía hacer por el momento. Solo esperaba que cuando todo eso llegara al final él siguiera a mi lado y que no huyera del monstruo que yo era. Eso no lo soportaría.
📎NOTA📎
Holis seres extraplanetarios!!!
⏳5
Como siempre, les agradezco por el apoyo, los amodoro❤
Aquí la diferencia de estatura del Zwodder y la Florecita, para quienes me lo preguntaron.
Hasta el próximo sábado, besos❤
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