Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22 - Confianza

Instagram&Snapchat: LanaDvraux

Twitter: LanaDeveraux

Canción en multimedia: Gravity - EDEN


Capítulo veintidos — Confianza


Termino dejándome caer sobre la moqueta, mi espalda apoyada sobre la estantería y mis manos pasando sobre la tela del pantalón que queda encima de mis rodillas.

Le recuerdo a ella.

Como yo, él también huye del recuerdo. Quizás eso lo haya sacado a mi padre. Yo dejé mi ciudad atrás, mi hogar quedó en un rincón oscuro de mi mente con tal de no tener que sufrir todos los días por la ausencia de mi madre. El Coronel tiene que verme todos los días y dejar que ello le martirice. Y, aun así, eso no llega a parecerme excusa suficiente para su comportamiento.

¡Soy su hija!

Y, como una niña indefensa, yo todavía necesito a mi padre.

He logrado normalizar mi respiración, cediendo ante las lágrimas que todavía caen por mis mejillas pese a que busque apartarlas cada pocos segundos. Con mis palabras, he permitido que el recuerdo volviera a mí y ahora me arrepiento. Me arrepiento de todo aquello que no le pude decir. Deseo con tanta fuerza haber tenido un solo día más con ella que mi corazón duele. Provocando un llanto aún mayor, ese que había estado evitando desde que ella murió. Pero hoy ha sido el día, el día en el que he terminado por recordar y esos recuerdos han podido conmigo.

Cuando vuelvo a escuchar la llave abrir la puerta, ni siquiera me inmuto. No me molesto en levantarme para ver de quién se trata. Incluso si mi padre ha hecho venir a mi instructor nada cambiaría. Voy a tomarme mi tiempo. Porque me siento rota, tan rota y dolida por la confesión de mi padre que no soy capaz de volver a levantarme.

— ¿Alisson? —Lo primero que reconozco es su voz, la pregunta saliendo con un tono de voz lleno de cuidado y delicadeza. Lo siguiente son sus pasos, las botas haciendo crujir la madera bajo sus pies hasta que rodea la mesa. Entonces se agacha para quedar a mi altura, sus ojos azules examinándome con rapidez. Las lágrimas deben de sorprenderle tanto como a mí—. El Coronel me libró del entrenamiento para pedirme que me quedara aquí hasta su regreso.

Al igual que cuando me enteré de que había sido mi padre quien me cambió de compañero para dejarme con el que él consideraba el mejor y más confiable cadete, ahora ha hecho lo mismo al pedirle que viniera a él. Confía en Blake lo suficiente como para encargarle el cuidado de su hija, dudo que mi padre hubiera sido capaz de poner dicha confianza en cualquier otra persona, ni siquiera en otros instructores.

Coloco la mano a mi izquierda, dando un par de golpes para que él entendiera que estaba pidiendo que se sentara a mi lado. No duda en hacerlo.

— Me dijiste que no me abría con nadie —recuerdo.

— Creo que me pasé un poco.

— No —cuando quiero darme cuenta ya he tomado su mano, buscando en él el punto de apoyo que necesito. Todavía recuerdo la primera vez que sentía que empezábamos a tener confianza el uno en el otro. Fue la segunda semana de entrenar juntos, era un día caluroso aunque ya hubiera empezado a anochecer. No sé cómo vino la idea a mi cabeza, pero terminé retándole a escapar un árbol que había a lo lejos. El último tendría que saltar al lago. Fue ese día donde, habiendo terminado ambos haciendo trampas para ser los primero en subir al árbol, empezamos a tener más contacto. Y, de un momento a otro, habíamos terminado tumbados sobre la hierba, uno al lado del otro y comportándonos como niños. Después fueron los pequeños empujones y el día en el que Blake comentó que él podría ser más rápido que yo incluso cargando piedras. No teniendo una mochila ni piedras grandes cercas, terminé subida a su espalda, cronómetro en mano, mientras que él daba una vuelta al lago. Más adelante las conversaciones empezaron a ser más fluidas, un día que me dolía el tobillo y él me cargó, luego la vez que le abracé sin poder evitarlo cuando me dijo que había batido mi propio record y después esos gestos empezando a ser más comunes.

Pese a ello, tomar su mano me parece diferente, como si, de una forma u otra, este fuera un gesto más privado que los otros.

— ¿Puedo contarte algo?

— Claro.

Me muerdo el labio, usando mi mano libre para apartar una vez más las lágrimas de mis mejillas antes de colocarla también sobre el brazo de Blake. Me acomodo a su lado, quedando apoyada contra su costado mientras que jugueteo con los dedos de su mano derecha, buscando distraerme lo suficiente como para que las palabras llegaran a salir sin trabarse de mis labios.

— Mi madre murió la semana antes de que yo llegase aquí. Ella tenía cáncer, llevaba los dos últimos años con tratamientos, pero un día empeoró y... —decirlo hace que mi vista volviera a cristalizarse—. Y los médicos dijeron que el tumor era inoperable, que se estaba extendiendo a otras partes del cuerpo y que no podían hacer nada más.

"Tranquila, Alisson". Me había consolado ella tras la noticia. "Estaré aquí siempre que me necesites".

Solo ese recuerdo me obliga a tomarme un minuto antes de poder volver a pronunciar palabra alguna y, aunque lo intento, suenan tan entrecortadas que no estoy segura de que pudieran entenderse.

— La ingresaron en junio y yo pasé todos los días en el hospital para poder verla.

— Tómate el tiempo que necesites, Alisson —Blake nota la forma en la que me empieza a costar hablar. Cómo los sollozos vuelven a dejarme temblando y que ni siquiera puedo levantar la mirada. Aparto las manos de él, encogiendo las piernas y rodeando mis rodillas en busca de protección.

— Andrew y Rebeca solían turnarse para pasar algunas tardes conmigo. Incluso mi primo se quedó tres semanas en mi casa para tratar de distraerme y no dejarme quedarme sola. Y mi abuela, esa señora estirada a la que vi llorar todos los días que se pasaba por el hospital. Pero mi padre no. Mi padre no pisó el hospital más que tres veces en todo el verano. Él sabía que ella estaba mal y no iba.

Quiero seguir hablando, pero no logro pronunciar algo. Las palabras mueren junto con los sollozos. Y, cuando siento cómo los brazos de Blake me rodean, atrayéndome a él, termino aferrándome a su camiseta en busca de estabilidad.

"¿Por qué tú?" Había llorado más de una vez junto a la camilla de mi madre, lo hacía mientras que ella ya estaba completamente dormida por los sedantes. Solía quedarme a su lado, ver los cables que la rodeaban haciendo que ella se viera más enferma, menos viva.

Noto cómo Blake se acomoda, obligándome a moverme, pero, en su mayor parte, siendo él quien me mueve. No me quejo. No puedo hacerlo cuando él me ha sentado sobre sus piernas de forma que sus brazos me mantengan en aquello que siento como un lugar seguro.

— Solo vine porque no quería separarme de mi padre ¿sabes? —Logro decir al fin—. Él casi nunca estaba en casa, pero yo tenía la absurda idea de que si venía aquí él se preocuparía por mí. Sabía que de no hacerlo él ni siquiera me llamaría, y tampoco podía vivir en esa casa notando la ausencia de mi madre.

No tardo en sentir cómo Blake apoya su barbilla sobre mi cabeza, mi rostro aún oculto contra su pecho. Una de sus manos acercándose a mi pelo, pasando por él con tal lentitud que lo llega a volver relajante.

— Pero él solo ve el reflejo de mi madre en mí, me lo ha dicho y yo... Yo no puedo seguir aferrándome a esa idea. No aguanto más aquí y creo que voy a terminar perdiéndome a mí misma si sigo forzándome. Quiero irme a casa.

Con esa última confesión, él aparta la mano de mi pelo, lo hace por un segundo antes de mantenerme bajo su abrazo.

— Si vuelves los recuerdos te harían más daño, Alisson.

— Pero si me quedo aquí me seguiré aferrando a la idea de que mi padre cambiará, y eso no es sano. Además, este no es mi sitio.

— Eso no lo sabes.

— Créeme, lo sé.

— Dale una oportunidad al internado, una real.

— No quiero hacerlo.

— Hazlo por mí.

Siento cómo todos los sentimientos se revuelven dentro de mí al escuchar sus palabras. Un cúmulo de ilusiones que él acaba de crear con esa única frase. Suelto un suspiro antes de cerrar los ojos.

— Lo pensaré.

Blake se aclara la garganta—. Y, volviendo al tema de tu padre, digamos que borracha me contaste bastante.

En ese momento abro los ojos, apartándome con tanta rapidez de su cuerpo que sus brazos parecen el cinturón de un coche cuanto intentas alejarte de golpe. Pronto me suelta. Aun así no me llego a levantar.

— ¿Qué te conté?

Sus ojos están ligeramente cubiertos por la largura de su pelo, pronto tendría que cortárselo.

— No mucho. Pero sí me dijiste que él era la única familia cercana que tenías y que, por mucho que odiases lo poco cercano que era, te has aferrado a él para no sentirse sola. Bueno, y que una vez le escuchaste cantando ópera cuando eras una cría, pero eso prefiero hacer como si no lo hubiera escuchado.

Sonrío por un segundo, sintiéndome de vuelta a la realidad. Y, con ello, notando la cercanía entre nosotros. Es eso lo que me hace ponerme en pie, él imitando mi acto segundos después.

— No te voy a mentir —sigue—, llevo meses esperando a que confíes en mí lo suficiente como para volver a contármelo. Empezaba a pensar que nunca lo harías.

Recuerdo la pregunta que Blake me hizo la mañana de ese domingo. "¿No hay nada que me quieras decir?". Él esperaba que yo lo recordara, que siguiera confiando en él y que no hubiera sido solo algo que no pude evitar soltar. Pero lo fue.

Me encojo de hombros—. No me gusta hablar de las cosas que me hacen daño.

— Lo he notado —Blake desvía la mirada hacia la puerta, a través del borroso cristal se alcanza a ver una sombra acercándose—. Y, respecto a lo de tu madre —se me forma un nudo en la boca del estómago con solo su mención—, ella estaría orgullosa de ti.

Y, cuando mi visión vuelve a nublarse, ocurre por haber escuchado las únicas cinco palabras que ansiaba más que nada en el mundo. La puerta se abre, dándome el tiempo suficiente como para gesticular un "gracias" hacia Blake antes de volver a ver a mi padre entrar a su despacho. Junto a él, veo a la psicóloga.

— No voy a hablar con ella —sentencio.

— Alisson, es lo mejor.

La forma en la que mi padre lo dice me hace tensarme. Cruzándome de brazos, recorro el espacio que me queda hasta la puerta, escuchando los pasos de Blake detrás de mí. Y me siento agradecida de que fuera él el cadete preferido de mi padre, que le trajera a él y no a otro para vigilarme mientras que él encontraba a la psicóloga. Quizás pensaba que me terminaría haciendo daño si me quedaba sola. Nunca sé lo que podría llegar a pasar por su fría cabeza

— He dicho que no —No trata de pararme antes de salir. En su lugar para a Blake. Lo sé porque me paro en el pasillo el tiempo suficiente como para ver que no me sigue. Y le espero. Mientras lo hago alcanzo a ver la forma en la que poco a poco se va tensando, lo hace hasta que, tras dar una respuesta que no alcanzo de escuchar a las palabras de mi padre, termina por salir.

— Vamos —pide, dejando su mano en mi espalda para hacerme andar. Miro sobre mi hombro antes de alejarnos demasiado, mi padre ha cerrado la puerta, y pronto el sonido de algo cayendo inunda el lugar. Por cómo ha sonado, probablemente haya sido una de las sillas. Poco después, cae la otra.

— ¿Qué te ha dicho? —cuestiono.

Blake abre la puerta para mí al salir.

— Que te convenciese para quedarte a hablar con esa señora.

Trago saliva.

— Tranquila —termina él—. Le he dejado claro que más que a una desconocida necesitas a tu figura paterna.

Sonrío—. Gracias.



__________________________________________________________________________________________________________

No sé por qué pero me he imaginado que leíais el capítulo como: Oh, ella le contó de lo que le pasaba con su padre estando borracha...

¿El Coronel cantando operá WHATTHEFUCK...?

¡Nos leemos el sábado! ღ

— Lana 🐾

pd - gracias por los 100k, sois increibles<3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro