POV's Fox Wood

Definitivamente soy un idiota.

El más grande de los idiotas.

—Así es, no puedo creer lo estúpido que eres. Llevo una semana diciéndolo.– ¿una semana? Ha parecido una eternidad.– ahora dime, ¿Por qué mierda siempre tienes que venir a mi habitación a tu sesión diaria de lágrimas? ¿Que no tienes alguien más a quien le llenes las sábanas de lágrimas y mocos?

—Eres el único al que puedo recurrir, los demás están demasiado enfadados conmigo por lo imbecil que fui.

Ha pasado toda una semana desde que ella se fue, desde que la chica de la cual quedé completamente hipnotizado se hasta el otro lado de la ciudad, desde que fui el peor patán del mundo con ella.

Ya ni siquiera me interesaba asistir a clases, usualmente me encontraba con Savannah en los pasillos cada vez que caminábamos de clase, y ahora que no está...

Ya nada es igual, los almuerzos en la cafetería ahora son más solitarios, las tardes en las que estudiábamos juntos en la biblioteca se hicieron sofocantes. Ahora los únicos que me dirigían la palabra eran Dixon, Min Ho y Jake, ni siquiera Alexander que es mi compañero de cuarto. Realmente deseaba arreglar las cosas con los chicos, sin embargo no podía acercarme sin que Saaid quisiera arrancarme la cabeza de una tajada.

Necesitaba saber de ella, necesitaba saber si estaba bien, si ya había hecho amigas, si extrañaba a su familia, si extrañaba a sus amigos, si me extrañaba a mi. Pero las respuestas a mis preguntas nunca llegaron, intenté contactarme con ella muchas veces, pero no respondía las llamadas ni los mensajes de texto, también intenté por Instagram pero fue en vano.

—Oh, vamos hombre, debe de haber alguien más además de mi y el chino a quien puedas joderele las tardes.– reclamó Dixon levemente encorvado sobre su laptop mientras escribía frenéticamente.

Yo debería de estar haciendo lo mismo, ahora que faltaba un mes para las vacaciones de invierno los profesores se habían vuelto más exigentes a la hora de entregar los trabajos. De hecho, ahora mismo debería de estar haciendo los deberes de Química Orgánica, pero en su lugar sigo lamentandome de su partida.

—Y lo hay, solo que en estos momentos esta enfrascado en una interesante lectura sobre la Física Cuántica.– dije recordando a Jake con la cabeza metida en un libro en su habitación.

—¿Y crees que yo no tengo cosas que hacer? En lugar de estar lloriqueando deberías de estudiar, los finales se acercan.

—¿Y?

—¡¿Y?!–repitió, dejo de escribir y se giró para encararme.– quiero que me respondas una cosa. ¿Que crees que está haciendo Savh en estos instantes?

Tuve que pensarlo durante unos segundos. Si ella estuviera aquí seguramente estaríamos en la biblioteca estudiando. Tiempo atrás ella me había confesado que, muy dentro de ella, se sentía como una fracasada, sus hermanos siempre habia sobresalido en calificaciones, dejándola siempre como una inútil que siempre se metía en problemas, por ello decidió entrar a una de las carreras más exigentes y así demostrarle a sus hermanos y sus padres que siempr habia sido más de lo que ellos creían. Y yo siempre la admiré por ello.

—Probablemente este estudiando.– respondí con un suspiro.

—Y mientras ella está esforzándose en Medicina, ¿qué estás haciendo tú?– este hombre no tiene piedad con sus duras palabras.

Pero tenia razón, mientras ella está obteniendo las mejores calificaciones yo estoy aquí, tumbado en la cama de Dixon sin hacer nada.

—Sabes, no creo que ella quiera salir con algún mediocre al que le importa un bledo sus estudios, así como tú.– volvió a centrarse en la pantalla de su laptop.

Este sujeto es muy sabio.

Ni siquiera le di las gracias, solo tomé mis cosas y me fui.

{...}

He estado en la biblioteca más de cuatro horas haciendo todos los deberes atrasados que tenía. Ahora que Savannah se fue me di cuenta de lo mucho que había descuidado los estudios.

Estaba escondido en una esquina con diferentes libros abiertos delante mío, la habitación estaba silenciosa. Estaba tan concentrado leyendo que no me percaté que alguien había entrado hasta que comenzó a hablar.

—¿Ya le has enviado alguna carta?– cuestionó una voz que reconocí como la de Saaid.– ¿No te dijo? Cuando llego al internado le quitaron el teléfono, nos hemos estado comunicando con ella por cartas, muy anticuado si me lo preguntas.

Deje de escuchar su voz, supongo que con quien hablaba le estaba diciendo algo. Ahora me interesaba de lo que estaba hablando.

—¿Por qué no? Además, ya va siendo hora de que le digas lo que sientes, te ha gustado desde que te mudaste a nuestra misma calle, y eso fue hace como diez años.– ¿Qué? ¿A quién mierda le gusta Savannah?– sabes como es de despistada, ella no capta las indirectas. Aunque ese collar que le diste en el aeropuerto lo dejó muy claro para todos menos para Savh.

¿Collar? ¿Qué collar?

Saaid comenzó a alejarse de la biblioteca y ya no pude escuchar nada más. ¿Con quién estaba hablando? La curiosidad y los celos hicieron que no pudiera concentrarme en lo que estaba haciendo, pero ahora sabía por qué no contestaba mis llamadas, le habían quitado su teléfono.

Salí de la biblioteca unos minutos más tarde, asegurandome de que nadie me veía salir de ahí, corrí hasta mi habitación que, por fortuna, estaba vacía. No perdí el tiempo y comencé a escribirle una carta.

POV's Savannah Ficher

He logrado sobre vivir una semana en este infierno. Esto es mucho peor que en el Internado Jamón, realmente nada se compara con todos los trabajos que hay en puerta. Y eso de ser la nueva estudiante tampoco ha sido fácil.

Últimamente he pensado mucho en él, incluso revivo en sueños el día en que me fui, viendo nuevamente su rostro lleno de tristeza al verme partir. Y aunque los deberes mantienen, la mayor parte del tiempo, a mi mente ocupada, no había nada que pudiera hacer al momento de irme a dormir. Me veía muy tentada a mandarle una carta, pero siempre que empezaba a escribir terminaba por arrepentirme y tirar la hoja a la basura.

Hasta ahora las únicas personas con las que me comunicaba eran mis padres y mis hermanos, los chicos del internado le daban sus cartas a Saaid para que estuvieran todas juntas en un solo sobre. Cuando llegaron las primeras cartas mencionaban que Fox había preguntado por qué no contestaba el teléfono pero estaban tan molestos con él que no le dijeron que me lo habían quitado recién llegué.

Estaba terminando un ensayo de Bioquímica cuando escuché que tocaban la puerta de la habitación, pensé que sería Jane, usualmente pasamos mucho tiempo juntas estudiando en mi habitación, pero al abrir la puerta encontré en su típico uniforme a Alexa, la cual traía un único sobre en las manos.

—Savannah, esto es tuyo.– dijo tendiendome la carta.– como solo venía la dirección del internado, sin el número de habitación, pues la dejaron en recepción en lugar de que te la hayan dejado directamente aquí.

No tenía ni idea de quién me escribía, los únicos que podían hacerlo, como mencioné antes, eran mis padres y hermanos. Cerré la puerta cuando Alexa se despidió y giré entre mis manos el sobre para poder ver el remitente.

¡Por las barbas de Merlín!

Corrí hasta la habitación H-42 donde esperaba que estuviera Jane, afertaba la carta que cosquilleaba entre mis dedos, mi corazón latia muy rápido, y yo sabía que no era por la carrera que estaba haciendo. Entre sin tocar y ahí estaba ella con mil libros y papeles a su alrededor, se veía concentrada pero al ver que casi tiro su puerta dio un salto hacia atrás.

—¡Jane!

—¡Savannah!

—¡Jane!

—¡Savannah!

—¡Jane!

—¡¿Qué sucede?!–exigió.

—¡Me envió una carta!– salté sobre su cama y ella saltó encima de mi, aplastando mi pequeño cuerpo.

—¿Quién? No, espera, ¡¿Él?!– grito extremadamente cerca de mi oído aturdiendome un poco, asentir con la cabeza y ella volvió a gritar.– ¡¿Y qué te dijo?!

—No lo se, no la he abierto.– me recargue en la pared y Jane pregunto el motivo por el cual no había abierto la carta, a lo que respondí.– siendote muy honesta, me da miedo. Ya ves lo que ocurrió en Halloween, y luego, al día siguiente, fue cuando tomé el bus para venir aquí.

Aunque no lo admitía, aún seguía un tanto resentida por lo que me había dicho, y en realidad el sentimiento se iba desvaneciendo con el tiempo, pero lo que siento ahora mismo es indescriptible, si corazón late muy rápido, mi rostro está ardiendo e incluso me están sudando las manos. Decir que estaba nerviosa se quedaba muy corto.

—Se que lo que te dijo estuvo muy mal, pero ya hemos hablado de esto.– su tono de voz era casi maternal, era reconfortante.– no puedes quedarte con lo que ocurrió en el pasado, no te quedes anclada a un suceso que, admito fue desagradable, pero no te llevara a ningún lado seguir pensando en eso, piensa en el ahora.

Es molesto cuando tiene razón. Era cierto, mi mal hábito de siempre recordar lo que ocurrió en el pasado me ha alejado de personas de las cuales no quería separarme. Después de todo somos humanos, cometemos errores, pero también podemos perdonar.

—Supongo que tienes razón razón.– solté un profundo suspiro dándole la vuelta al sobre que aún tenía aferrado en la mano derecha.

Volver a ver su tosca caligrafía hizo que mi corazón volviera a dar un fuerte salto en mi pecho. Un sudor frío recorría mi frente, mis manos temblaban mientras rompía uno de los laterales del sobre, saqué lentamente la blanca hoja doblada cuidadosamente.

Querida Savannah.

Te seré honesto, no sabia como comenzar esta carta, nunca he tenido la necesidad de escribir alguna, ni siquiera en Navidad por lo que me resulta extraño y un poco anticuado, pero no importa.

No estaba completamente seguro si enviarla o simplemente botarla a la basura, ni siquiera se si la leerás, debo imaginar que aún estás molesta por lo que sucedio en Halloween que, en gran medida, es por eso que finalmente me decidí a plasmar en esta hoja todo lo que no te pude decir ese día que te fuiste.

Mi conciencia es traicionera y cada día se encarga de recordarme lo imbecil que soy, no deja de recriminarme que soy el peor patán que ha existido por decirle todas esas horrorosas cosas a la chica más hermosa que jamás he visto. Pero antes de todo quiero explicarte unas cuantas cosas que tuvieron algo que ver para que pasara lo que pasó.

Cuando subimos al bus te estaba buscando para ir juntos, pero antes de que pudiera ir hacia donde estabas, un viejo amigo llamado Lee MinHo que conocí en el extranjero, había tomado mi brazo arrastrandome con él a un par de asientos vacíos, y cuando quise levantarme para ir contigo el lugar ya estaba ocupado por Dixon.

Si, lo admito, me puse celoso, pero yo sabía que ahora eran amigos por lo que no le tome tanta importancia que estuvieran sentados juntos, pensaba que yo tendría oportunidad de estar junto a ti cuando llegáramos y así hablaríamos y bailaríamos toda la noche. Pero, como sabrás, no fue así.

Al ver que tú y Dixon estaban hablando tan animadamente una sensación de acidez me revolvió el estómago, y no sabía porque la tenía en un principio, cuando llegamos comencé a beber y a beber, admito que no soy un buen bebedor y cuando lo hago mi humor es de los mil demonios, pero cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo e iba a parar una chica se acercó a mi, Kiara se llamaba, me ofreció un trago y lo acepté por cortesía, pero estoy casi completamente seguro que tenía algo más que alcohol.

Ese trago hizo que por un momento me olvidara de ti y comencé a bailar con ella hasta el momento en que dijo que te estabas besando con Foster, no le creí en un principio, y ella al ver que no hacía nada literalmente me arrastró hasta donde estaban y creo que ahí fue cuando los golpeé. No recuerdo muy bien, aún tengo algunas lagunas mentales de ciertas partes de la noche. No se que tanto te dije pero de un momento a otro ya estaba rodeado de chicas con vestidos MUY cortos para mi gusto bailandome.

En algún momento pude reaccionar en que había hecho algo muy malo, ya no volví a tomar e intente hablar contigo para arreglar lo que había hecho pero estabas tan molesta conmigo que no tenía ninguna oportunidad, al menos no esa noche. Luego volvió a venir esa chica (que por cierto parecía una Barbie operada) y básicamente me amenazó con hacerte daño si no bailaba con ella, ¡Y tu sabes que tengo dos pies izquierdos! Pero acepte solo para que no te hiciera nada, aunque la final, quien termino haciéndote más daño fui yo.

Y después de eso, ver que caías dormida a medio escenario casi hace que se me salga el corazón por la boca, pensé que estabas desmayada, que algo grave te había sucedido, luego de ver la tristeza marcada en tus bellos ojos se me cayó el alma, volví a tomar unos cuantos tragos hasta que Dixon se sentó junto a mi y hablamos de lo ocurrido.

A la mañana siguiente que quise hablar contigo ya no estabas, te busqué por todos lados, en tu habitación, en la biblioteca, la cafetería, la azotea, incluso fui al despacho de mi padre. Fue ahí cuando me dijo que habías solicitado tu traslado para ese mismo día, corrí hasta coger un taxi hacia la central de autobuses. Ahí encontré a los chicos saliendo, no fue un agradable reencuentro que digamos, pero me dijeron cual era tu autobús y salí a la carrera para poder llegar hasta ti y hablar.

En fin, ahora que he explicado eso, no se ni siquiera como pedirte disculpas, no hay palabras para decir lo idiota que he sido, incluso desde el día que nos conocimos fui de lo más grosero. Realmente soy malo expresando lo que pienso con palabras, pero si decides perdonarme te prometo que haré todo lo posible por que vuelvas a confiar en mi, te prometo reparar todos los daños que te hice.

Por favor, contesta esta carta, necesito saber de ti, necesito saber si estás bien.

Con cariño, Fox.

¡Chiquillos y chiquillas! ¿Cómo están? ¿Cómo se sienten?

Espero les haya gustado el capítulo, y si fue así, los invito a votar y comentar, además de compartir mis historias para poder ser una comunidad más grande.

La pregunta de esta ocasión es: ¿De qué parte del mundo están leyendo esto?

Los quiero.

~Vicx~