5
Había pasado exactamente cuatro semanas desde que Lisa cuidaba de Jennie todas las noches. Había aprendido a entenderla aunque la castaña no hablara. Existía una especie de química entre ellas que había descubierto a los pocos días de estar junto a ella. Esa muy simple, Jennie hacía una seña y Lisa comprendía de inmediato.
Cada día traía algo diferente qué comer; frutas, tartas, sopas, además de las diferente bebidas. Ya tenía un horario en específico para ir al cuarto de Jennie, incluso llegaba antes que la castaña la llamase, entrando con mas confianza y menos temor. Lisa había notado con claridad que el rostro de Jennie estaba cambiando, se veía más colorada, más saludable. Incluso sus mejillas estaban más regordetes que la primera vez que la vio.
Jihyo también había notado eso, le parecía muy extraño que desde hace dos años había intentando ayudarla con buenos tratos, tratando de cuidar su salud con buenos alimentos, sin tener un buen resultado. Y que simplemente, Jennie comenzara a mejorar esos últimos días, de la nada.
Ahora era un nuevo día, o mejor dicho, noche. Lisa cargaba consigo su pequeña cocina junto con algunos ingredientes en una bolsa. Sostenía en su boca una bolsita de galletas, la cual había escogido especialmente para Jennie. Cuando nuevamente, la loca de la habitación ocho la asustó al pasar por su habitación. Lisa pegó un brinco junto a un grito, dejando caer las galletas al suelo. La chica comenzó a reír a carcajadas, Lisa siempre hacía divertidas todas sus noches. Era tan tontita para ella.
_¿No te cansas de hacer eso? - reprochaba. Dejó la cocina en el suelo y recogía las galletas, algunas se habían roto por la caída.
_No, eres muy divertida - sonreía - oye, ¿qué te traes con la chica del último pasillo? - movió las cejas coqueta - cochina.
_¿De que estás hablando? - la miró incrédula - sólo cumplo mi trabajo.
_Ay, sí. Entonces alimentame también. Dale, entra - abrió la puerta fácilmente.
Lisa retrocedió de inmediato, asustada, a la vez que sacaba su arma para defenderse ante cualquier peligro. La chica sólo reía por su acción.
_Oye, nuevamente te estás apuntando a ti - señaló.
Lisa observó el arma, lo giró rápidamente y apuntó a la pelinegra.
_¿Co-co...
_Qué.
_¿Co-como abriste la puerta? - decía nerviosa.
_Oh, eso - se apoyó en la puerta - ¿no quieres que lo haga? Bueno, lo cierro - volvió a encerrarse - hasta mañana, ya me iré a dormir.
_¡Oye! ¡Respondeme! - se acercó a la rendija.
_¡Dejame en paz de una jodida vez! - Lisa retrocedió ante el grito. Tomó rápidamente sus llaves, y buscando la llave de la puerta con torpeza por sus manos temblorosas, la aseguró - ¡Blackpink un Your área! - comenzaba a cantar - ¡How You Like Tha't! - Lisa volvió a observarla con temor, viendo como la chica bailaba sobre su cama.
_Si que está loca.
Volvió a tomar las cosas entre sus brazos, y continuó su camino hasta la habitación de Jennie. Ya comenzaba a a escuchar los golpes.
No se había percatado que una galleta se había quedado en el suelo. La puerta de la pelinegra fue abierta lentamente, saliendo sola una mano por lo bajo y llevándose la galleta. La puerta se cerró en medio de una risilla.
Jennie sonrió al ver a Lisa entrando, ya no mostraba ninguna señal de temor y eso la tranquilizaba. Se arrastró hacia ella, lo más cerca posible para verla. Lisa cerró la puerta y giró, sonriendo cuando vio que Jennie ya la esperaba como siempre.
_Hey - saludó. Los ojos gatunos de Jennie se achicaron, dando una señal de que estaba sonriendo - hoy te traje galletas, ¿te gustan? - la castaña asintió - que bueno. Pero sólo traigo la mitad, es que el resto se cayeron en camino - rió. Estaba acomodando la cocina al otro extremo, comenzando a encenderla para preparar ramen - sabes...me enteré que ayer fue tu cumpleaños, y yo no traje nada como regalo. Así que hoy quiero preparte un delicioso ramen. Mi abuela me dio su secreto así que estoy segura que te va a encantar.
Mientras esperaban que el agua hierva, Lisa se encontraba sentada a sólo un metro de su lado. Ambas tenían la espalda pegada a la pared y sus piernas dobladas con las rodillas al nivel del pecho. El silencio era cómodo, era muy relajante para ambas. Jennie giró a verla cuando Lisa comenzó a cantar una hermosa canción, una con una melodía y letra muy hermosa. Escuchaba cada oración y sentía que la canción decía exactamente lo que ella querría decirle a Lisa. Era como si el compositor se hubiera inspirado en lo que sentía Jennie, y lo haya explicado en una sola canción.
(Es necesario que lo vean)
Jennie sonrió, admirándola, viendo los perfectos detalles de su rostro. Cuando su corazón comenzó a palpitar con más fuerza, comenzando a sentir algo diferente en ella, algo que nunca había sentido. Y eso la extrañó demasiado. No tenía porqué sorprenderse, a ella gustaba Lisa, estaba más que claro pero...¿Qué era esa extraña sensación.
Jennie no lo sabía, pero lo que comenzaba a sentir, era amor de verdad. Se estaba enamorando por primera vez y eso la confundía. Aún creía que "amor" era lo que sentía antiguamente, pero no, ella había confundido la obsesión por algo como el amor. Era por eso que no lograba hayar una explicación al sentirse tan diferente al lado de Lisa. Ya no solo era tenerla, ahora quería verla feliz, como lo parecía ahora, mostrando una angelical sonrisa mientras parecía hablarle.
****
_Creo que el agua ya está hirviendo - Lisa se acercaba a la olla y Jennie la siguió arrastrándose, sentándose con las piernas abiertas.
Lisa quizo abrir la tapa, cuando parte de su manga se enredó con el borde de la olla, provocando que cayera frente a ella y derramara todo el agua caliente en su dirección. La rubia retrocedió a rastras, asustada. Temía que el agua en el suelo llegase a lastimarla. Cuando su espalda de repentinamente chocó con el pecho de Jennie, encontrándose sentada entre sus piernas.
Giró a verla por impulso y regresó su rostro rápidamente cuando su nariz rozó con la de Jennie, quien la observaba con una sonrisa al ver su sonrojo.
_Lo siento - se levantó rápidamente - tendré que...- se movía nerviosa - tendré que volver a hervir el agua. Ahora vuelvo, iré por más - salió deprisa, ni siquiera se había llevado la jarra con la cual había traído la anterior.
Media hora después, por fin Jennie comía. Y era cierto, el ramen estaba delicioso. Ambas comían por turnos, terminaba Jennie, y de inmediato Lisa tomaba otra porción más grande para ella. La castaña la veía ofendida y ella sólo reía.
_Listo - ambas caían con sus estómagos llenos - ya no hay más.
Se encontraban una al lado de la otra, Lisa miraba el techo, y Jennie la miraba a ella. Pero no tardó mucho para que la rubia girase, sonriendole por el momento. Lisa se percató que en su mejilla había un rastro de suciedad y sin pensarlo dos veces, acercó su mano para limpiarla.
Inconcintemente sus visión se fue a sus labios y fue cuando su sonrisa iba desapareciendo lentamente, no entendiendo porqué se sentía de esa manera con Jennie.
Levantó la mirada y se encontró con los ojos gatunos de la castaña, quien también la veía, nerviosa. Lentamente y sin ponerse a oensar e lo que estaba apunto de hacer, fue acercabdo su rostro a ella, haciendo que Jennie vuelva a sentir los fuertes latidos de su corazón. La castaña cerró los ojos, Lisa estaba apunto de besarla, pero no lo hizo. Esta vez su visión de fue a otro lugar, viendo extrañada algo fuera de lo común.
_¿Por qué tienes esto? - Jennie abrió los ojos, observando que Lisa veía parte de su hombro que no cubría por completo aquella camisa - ¿esto es un golpe?
Un gran moretón adornaba su piel, era tan oscuro que casi parecía negro. Y no solo eso, Lisa levantó un poco más el borde de la camisa, y notó que había moretones, junto a pequeñas heridas.
Lisa volvió a mirarla para preguntarle, cuando vio algo que le rompió el corazón, Jennie tenía los ojos humedecidos, dejando caer unas cuantas lágrimas al recordar todo el sufrimiento que había soportado en la mañana, todo a manos de Tzuyu.
Voten ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro