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13

Lisa esperaba alguna respuesta, los nervios cada vez aumentaban más, pero Jennie simplemente no respondía, se mantenía pensativa.

Jennie no recordaba nada de lo sucedido hace unos días, no recordaba que había podido hablar producto de su crisis, y menos recordaba que la había golpeado. Pero un extraño sentimiento la invadía al imaginar a Lisa y a ella juntas, lejos de todos. Eso en parte la ponía contenta, pero la preocupación que sentía era más fuerte.

Jennie quería verla feliz, ¿pero podría serlo con ella?

Todo lo malo que había hecho, iba recapitulandolo en su cabeza, disminuyendo la posibilidad de aceptar la propuesta de Lisa. Estaba por responder, cuando los brazos de la rubia la atrajeron más a ella y Lisa se escondió en su cuello, suspirando. Las palabras que salieron de su boca, la descolocaron por completo.

_Jennie...- su voz era nerviosa - yo te quiero - murmuró - en verdad lo hago. Quisiera que vengas conmigo.

Jennie giró a verla, teniendo sus ojos cristalinos, observándola sin poder creer lo que habia escuchado de la propia boca de Lisa. La rubia sintió su mirada y levantó su rostro, admirando su tierna expresión al tenerla tan de cerca. Levantó su mano con timidez y acarició su mejilla, observando directamente sus labios, sintiendo su corazón aumentar las velocidad de sus latidos.

Lisa se acercó lentamente a ella, sintiendo una corriente recorrer sus cuerpos cuando sus labios apenas se rozaron. Lisa cerró los ojos ante esa sensación y suspiró, pegando su gente a la de ella.

_Yo también te quiero - fue la respuesta de Jennie, que hizo que ambas se miraran con un brillo en los ojos - y sí... quiero huir contigo - Lisa sonrió emocionada ante su respuesta, y sin poder controlarse, la atrajo en un dulce y a la vez apasionado beso, en donde ambas sonrieron.

Ellas huirían, ya estaba decidido, sólo faltaba algo importante, borrar toda información de Jennie. Nadie tenía que saber que ella había estado allí.

Pasaron segundos besándose con ternura, donde Lisa la trataba con delicadeza. El beso fue intensificándose poco a poco, y Jennie comenzó a removerse, quería quitarse aquella camisa que le impedía poder abrazar a su chica. Lisa se separó lentamente al notar eso, observandola al detalle.

_¿te incómoda? - Jennie asintió, mirándola - si quieres....puedo - tragó nerviosa - quitártela.

La castaña asintió ante sus palabras y Lisa llevó sus manos a su espalda, no necesitaba la llave de la cadena que conectaba su espalda con la pared, sólo tenía que quitarle la camisa que tenía nudos y cierres, todos atados correctamente.

Desató uno por uno, teniendo las manos temblorosas por cada nudo.

"¿Por qué estás temblando?" Pensaba "sólo le quitarás la camisa, no pasará nada más" "deja de estar nerviosa"

Jennie pudo llevar sus manos adelante cuando Lisa terminó, estos estaban a doloridos por estar en la misma posición todos los días, así que Lisa comenzó a masajearlos con cariño.

La castaña se bajó la camisa, mostrando sus hombros y deslizandolo por sus brazos desnudos. Lisa se atoró con su propia saliva cuando vio su torso desnudo, desviando la mirada a otro lugar donde no esté Jennie. Pero sus ojos volvían a verla con disimulo, reprochándose cuando se daba cuenta que la estaba mirando.

Respetala!" Se gritó mentalmente.

Lisa abrió los ojos con sorpresa cuando se dio cuenta de la presencia de la pelinegra quien seguía mirando por la rendija. Miró a Jennie quien seguía masajeando sus brazos y rápida y torpemente se arrastró delante de ella, cubriéndola.

_¡¿Qué haces aquí?! - preguntó nerviosa - ¡vete! - la pelinegra sonreía coqueta mientras hacía señas obscenas, guiñándole - ¡No es lo que piensas! ¡Regresa a tu habitación!

Al no hacerle caso, Lisa decidió salir, pero la chica salió corriendo a su cuarto, haciendo que se detenga. Lisa giró en dirección de la castaña y se quitó su casaca, colocándoselo a ella.

_¿mejor? - Jennie asintió, sonriéndole - voy a hacer esto desde hoy, sólo serán unos días - se acercó a ella, acomodándose en su lugar - y cuando nos vayamos, jamás tendrás que dormir en estás condiciones, yo seré tu abrigo.

Jennie la veía conmovida, y se lanzó nuevamente a sus brazos, acurrucandose a ella. Lisa sonrió y la abrazó con cariño, acariciando su espalda.

_¿Quisieras caminar un poco? - ofreció, Jennie la miró dudosa - es aburrido tener que hacer vigilancia sola, sería más divertido si es en tu compañía. ¿Quieres? - Jennie asintió de inmediato, besándola fugazmente - entonces vamos - ofreció su mano - será una larga noche, una muy linda noche - sonrió.

Esa noche, y por primera vez en dos años, Jennie paseaba tranquilamente por el lugar donde había estado viviendo todo ese tiempo. Lisa sostenía su mano mientras le comentaba sobre cada habitación, mostrándole los pasillos que aún era desconocido para la castaña.

Llegaron a la habitación nueve y la pelinegra dormía abrazada a un peluche, sus ronquidos eran demasiados fuertes y eso hizo reír a ambas, quienes cubrieron su boca para no despertarla.

Llegaron al pequeño cuarto de Lisa y la rubia le enseñó sus pertenencias. Había una pequeña tele, una silla, una mesita donde estaba un canasto de frutas y a un lado, una simple cama para una persona. Esa la usaba cuando se cansaba de estar sentada, pero ahora ofreció a Jennie que se sentara, quería ver una caricatura junto a ella.

Pero Jennie tenía otra idea, tomó su mano y la guió hasta la cama, recostándola, Lisa se puso nerviosa cuando Jennie se recostó a su lado, casi sobre ella. La cama era muy pequeña y eso hacía que estén mas unidas.

Jennie recostó su cabeza sobre su brazo y Lisa se tranquilizó, atrayéndola a ella para besar su frente. Tomó el control que estaba a un lado y encendió la tele, buscando alguna caricatura.

Ambas no se dieron cuenta del tiempo y se quedaron dormidas, se sentía tan cómodo estar en los brazos de la otra.

Una hora después, la pelinegra dormía al lado de Lisa, también abrazándola. Jennie y Lisa no se percataron de nada. 


Voten ❤       

 

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