Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12

La estabilidad de Jennie fue igual durante muchos días, Lisa no podía acercarse porque la castaña siempre reaccionaba de la misma manera. Pero cada día que pasaba, sus alucinaciones iban disminuyendo, dándose cuenta muchas veces de la realidad que la rodeaba.

En esos días, Lisa solo la cuidaba desde fuera de su habitación. Se mantenía sentada detrás de puerta, acompañándola en silencio, y cuando escuchaba sus sollozos, ella le cantaba nuevamente. Jennie dejaba de llorar, mirando a un punto muerto y sólo concentrándose en aquella extraña voz que la acompañaba todas las noches.

Durante esos días, Lisa planeaba una locura, era algo irónico si nos ponemos a pensar en el lugar en que se encontraba, pero también era la palabra correcta. Había estado recolectando todas las llaves que podrían servirle en un futuro, su amiga había sacado la copia exacta de cada una antes de devolverla. Su meta era llegar hasta la oficina donde guardaban los archivos de cada paciente y tratar de eliminar cada rastro de que Jennie estuvo alguna vez en ese lugar.

Parecía sencillo, pero la llave de esa oficina la tenía Tzuyu en su poder, siempre la llevaba con ella a todas partes.

Lisa seguía pensando en cómo conseguir aquella llave, hasta que para su sorpresa, una delicada voz se logró oír, uno muy bajo y con timidez.

_¿Lisa...?

La rubia se levantó de inmediato, viendo por la rendija a la castaña quien veía su plato vacío, preguntándose dónde está la comida. Jennie levantó la mirada y se encontró con la de Lisa, la rubia sonrió con nostalgia cuando la castaña levantó el plato con uno de sus pies, tenía demasiada hambre.

Lisa asintió y rápidamente corrió a su propia lugar de descanso, tomando su cocina y demas cosas para poder cocinarle. Pero estaba tan emocionada que intentaba cargar todo a la vez, botando la mayoría en su intento de enderezarse.

La pequeña olla se cayó y se fue rodando hasta el otro extremo del pasillo, chocando con los pies de la pelinegra quien comía una paleta de corazón y la observaba.

Lisa detuvo todo movimiento, viendo como la pelinegra tomaba la olla y se la ponía en la cabeza, yéndose tranquilamente mientras seguía lamiendo su paleta.

Bueno, eso no importaba, Lisa tenía otra olla de repuesto. Tardó uno minutos, pero logró acomodar las cosas en sus brazos para poder llevárselas. Caminaba lentamente hasta quedar detrás de la puerta de la habitación de Jennie, dejó las cosas en el suelo con cuidado y se dispuso a abrir la puerta, pero esta se abrió lentamente cuando solo hizo presión.

Lisa quedó incrédula, la puerta se abrió lo suficiente para lograr ver a la pelinegra quien estaba sentada en modo indio frente a la castaña quien estaba en la misma posición.

Ambas se veían en silencio, imitando los movimientos de la otra con total seriedad. Entrecerraron los ojos y se miraron fijamente, como sospechando algo extraño de la otra. La pelinegra tomó la olla de su cabeza y se la puso a Jennie, observandola nuevamente.

La chica tuvo una idea y pateó levemente la pierna de Jennie, riendo. La castaña vio esto e imitó su acción, también riendo cuando logró golpearla. La pelinegra volvió a hacerlo y rió, quedando seria cuando Jennie se lo devolvió, riendo más fuerte que ella. La chica volvió a hacerlo, está vez más fuerte, no teniendo tiempo de reír cuando Jennie la pateó más fuerte, pero tampoco pudo reír por completo cuando ya se la estaban devolviendo con más fuerza. Ambas comenzaron a patearse con rapidez mientras gruñían de la rabia, como si fueran niñas de cinco años.

Jennie logró patearla en el vientre y logró hacerla caer de espaldas, rió como si eso hubiera sido el mejor chiste del mundo. La pelinegra se levantó de inmediato, apoyándose en sus codos y la miró perpleja por su acción.

_Hija de puta - quería lanzarse sobre ella pero Lisa la abrazó de la cintura.

Esta vez fue Jennie quien borró su sonrisa de inmediato.

Lisa cargaba a la pelinegra mientras ella seguía pataleando, logró sacarla de la habitación y caminó con dificultad hasta el cuarto nueve, abriendo como podía con una sola mano. Logró abrirla e ingresó entre forcejeos a la pelinegra, la empujó en su cama sin hacerle daño y salió rápidamente del cuarto, cerrándola con llave.

Suspiró aliviada y regresó por el pasillo, quedando perpleja cuando la pelinegra pasó corriendo por su lado.

_¡Hey! - salió de su shock y fue tras ella, atrapándola justo cuando estaba a punto de ingresar a la habitación de Jennie - ¡Vete a dormir!

_¡Y tú vete a la mierda! - respondió con los brazos cruzados, dejándose llevar a rastras por la rubia - ¡Y tú cuidate! - advirtió a la castaña, quien le sacó la lengua - ¡Hija de p- Lisa le cubrió la boca.

Media hora después, Jennie se encontraba en una esquina, escondiendo su rostro en la pared. No quería comer y no hacía caso a las palabras de Lisa, quien no entendía su actitud. ¿la respuesta? Lisa había abrazado a la pelinegra.

_Jennie...- se acercó más a ella - ¿no vas a comer? - la castaña negó - pero tenías hambre, vamos, se va a enfriar - alzó los hombros con desinterés - Jennie - la castaña sintió sus manos en su espalda.

Lisa estaba detrás de ella, así que decidió aprovechar la situación, retrocedió de inmediato y se recostó sobre el pecho de la rubia, quien soltó un risilla al ver como se acomodaba en ella como si fuera un cómodo colchón.

Ahora Jennie se encontraba entre los brazos de Lisa nuevamente, y a ella no le incomodaba para nada. La rubia tomó le plato y sin dejar de abrazar a la castaña, fue dándole de comer, mientras la observaba con cariño.

Y amor.

Ahora Lisa estaba recostada en la pared, pero seguía abrazando a Jennie y ella seguía recostada en ella. Lisa mantenía su mentón apoyada en el hombro de Jennie, mientras le contaba alguna que otra anécdota de su vida, historias que hacían reír a la castaña.

Pero luego solo hubo silencio, uno donde ambas se sentían tranquilas, sólo disfrutando del calor cálido de la otra. Mantenían una sonrisa en sus labios como si el lugar en donde se encontraban fuera el mejor lugar del mundo. No necesitaban nada más, sólo la presencia de la otra.

Jennie borró su sonrisa y se sonrojó al sentir los labios tímidos de Lisa sobre su mejilla. Ambas sonrieron con timidez y bajaron la mirada, avergonzadas.

_Jennie...- Lisa decía nerviosa - si...si pudieras ser libre - las palabras salían con dificultad, como si ahora fuera ella quien tuviera el problema de hablar - tú...- se mordió el labio, cerrando los ojos por lo que iba a decir - ¿te gustaría huir conmigo?

La pelinegra miraba perpleja por la rendija, lamiendo su paleta.

Voten ❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro