10
Lisa se enderezó cuando la pelinegra la soltó, acarició su cuello mientras veía a Jihyo ir detras de ella y dejarla sola. Al no saber que más hacer, una idea pasó por su cabeza, quería ver a Jennie, ese era el motivo por el cual había aceptado y era momento de hacerlo.
Se dirigió a la habitación de Jennie, pero antes de siquiera girar en su pasillo, logró verla siendo llevada a la fuerza por otras cuatro mujeres. La castaña batallaba para que la soltaran, y tenía puesto nuevamente ese bozal que tanto la fastidiaba.
Jennie fue ingresada a otra habitación y la puerta fue cerrada de inmediato, Lisa se apresuró a acercarse e intentó abrirla, pero esta estaba asegurada. Intentó ver por la rendija y sólo logró ver sus reflejos a través de un espejo.
En ella se mostraba a Jennie siendo atada a una camilla, encadenando sus extremidades a cada extremo. Jennie no dejaba de batallar, sus ojos estaban humedecidos y eso hizo preocupar a Lisa. Observó que las enfermeras habían logrado su objetivo y fue cuando logró ver a una de ellas con una jeringa, preparando su brazo desnudo para inyectarlo.
¿Qué es lo que estaban haciendo? Lisa intentó volver a ingresar y sacudió la puerta, no logrando abrirla. Su preocupación aumentó cuando Jennie comenzó a desesperarse, su llanto no lograba escucharse por su problema de no poder hablar, pero se veía claramente su sufrimiento cuando lograron inyectar aquel extraño medicamento.
_¡Hey! - Lisa golpeó la puerta con su palma, siendo observaba por las enfermeras - ¡Abran la puerta! ¡Abranlo! - ordenó con molestia.
Las chicas se vieron con extrañeza, pero una se acercó y dudosa, abrió la puerta. Lisa ingresó de inmediato, haciéndola a un lado y llegando al lado de la castaña.
_Jennie - decía preocupada, pero cuando quizo tocar su mejilla para tranquilizarla, la castaña reaccionó de mala manera, queriendo golpearla, pero no pudo hacerlo al tener ambas manos aprisionadas. Jennie no dejaba de llorar - ¡¿Qué fue lo que le hicieron?! - Lisa exigió explicación.
_Solo le inyectamos su medicina - respondió una de ellas, nerviosa.
_Es lo que siempre hacemos - respondió otra de igual manera.
_¡¿Y su medicina debe ponerla de esa manera?! - encaró.
_Ella siempre es así, es...es violenta - respondió más nerviosa que antes - no es la medicina, su actitud siempre es esa, por eso está aquí.
_¿De que estás hablando? - decía incrédula - ¡Llevo días cuidando de ella! ¡Nunca se a comportado de esa manera!
_Pero...- nadie sabía qué decir, sólo se miraban entre si.
Lisa decidió ignorarla y volvió al lado de Jennie, la castaña seguía sollozando, hacía presión con sus puños y cerraba los ojos con fuerza, como si estuviera soportando algo. Lisa quizo volver a intentar tocarla, pero esta vez posó su mano sobre la de ella.
_Jennie - la castaña negaba - Jennie, soy yo, soy Lisa - no veía ningún resultado - Jennie - sin darse cuenta, los ojos de Lisa comenzaron a cristalizarse, le dolía verla de esa manera - Jennie.
Por más que intentó calmarla, no lo logró. Tuvieron que llevarla a su habitación cuando quedó profundamente dormida. Lisa vio con tristeza como volvían a encadenarla y sólo dejarla allí, en el suelo, como si fuera alguien que no valía la pena.
Lisa se inclinó a su lado y la observó, limpió el resto de sus lágrimas y acarició su cabello lentamente, sintiendo nuevamente esa extraña sensación dentro de su pecho.
La pelinegra volvía a verlas desde lo lejos, mostrando una mirada indescifrable. Retrocedió lentamente y continuó con su camino a su habitación.
_Lo volvió a hacer - murmuró - así nunca saldrá de aquí.
****
Al anochecer, Lisa había llegado esta vez más temprano y al instante en que cerró la puerta al ya no haber nadie, se dirigió con pasó apresurado a la habitación de la castaña. Sacó las llaves y rebuscó rápidamente la de la puerta. Logró abrirla e ingresó como siempre lo hacía, sin temor, con confianza.
Pero algo diferente logró tomarla por sorpresa e hizo detenerse, la castaña no estaba encadenada, estaba libre. No tenía su camisa de fuerza y sólo se abrazaba a sus piernas, escondiendo su rostro en ellas mientras sollozaba en silencio.
_¿Jennie...? - pronunció Lisa con preocupación, temiendo acercarse.
La castaña levantó su mirada, sus ojos estaban rojizos por haber llorado demasiado. Lisa al ver que solo la observaba, dio un paso al frente, siendo precavida. Jennie quiso retroceder de inmediato, viéndose realmente asustada por la presencia de la rubia.
_Vete - su voz tembló - vete...vete - volvía a sollozar, buscando alguna salida detrás de ella - ¡Vete! ¡largo! - gritó en un llanto - ¡vete!
Lisa se sorprendió por su reacción, ¿qué era lo que le habían hecho?
_Jennie...- sus ojos se cristalizaron - no tengas miedo, soy yo, por favor mirame - pronunció como una suplica, Jennie no dejaba temblar, mirándola realmente con pánico - soy Lisa...- volvió a intentar acercarse a ella.
Grave error.
Jennie no la veía a ella, todo lo que veía eran alucinaciones provocados por esa extraña medicina que había alterado por completo su mente. Era como tener a los fantasmas y monstruos de tus pesadillas frente a tus ojos, queriendo hacerte daño. Jennie estaba enloqueciendo por el pavor que sentía, y al ver que estaba a punto de atacarla, ella decidió defenderse a cualquier costo.
La castaña se encontraba sobre el cuerpo de Lisa, golpeándola con desesperación mientras la rubia trataba a toda costa de defenderse, ya sentía el sabor de la sangre sobre su boca, y Jennie no se percataba que a quien estaba golpeando, era a la mujer que amaba.
Voten ❤
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