Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35: ¿Rocky?

Luck pestañeó sin creérselo.

—Ahora por favor déjame —resoplé —Le diré a Dan que me lleve a casa.

Comencé a caminar hacia la fiesta tragándome el nudo de la garganta.

—Espera —lo oí. Se acercó a mí y me giró del brazo.

Intenté encontrar algo en sus ojos, pero no había nada. Sólo confusión.

—Hoy sentí que... —aclaró su garganta y yo sentí el brillo asentarse en mis ojos —Ahora, en realidad, sentí que realmente me sentiría mal si te pierdo... Dan y Trey dijeron que habías salido a tomar un poco de aire...pero sabía que no estabas bien. Y no sabes cuánto me preocupé —confesó acercándose a mí y sentí cómo se me hizo chiquito el corazón —. No te recuerdo, lo sé, pero estás alterando todo en mi vida en tan poco tiempo...No es algo normal para mí. Y eso me hace pensar que en realidad has sido muy importante en mi vida y no quiero que te alejes.

—Pero no me amas Luck —solté frustrada —Y no sé si lograré estar en tu vida como una amiga.

—No. No te amo —suspiró con fuerza.

—Me alejaré de ti ¿de acuerdo? —hablé con decisión.

—¿Qué?

—Lo que has oído. No te costará olvidarme Luck...

—¿Por qué quieres alejarte de mí ahora?

—¿Por qué hablas como si me quisieras? Con suerte sabes que mi nombre es Pascal... —bufé —Admite de una vez que no te importaría si me quedara o si me voy. No te intereso tanto como te gustaría y es la verdad ¿no? No me recuerdas, no sabes quién soy. No me amas y lo único que hago ahora en tu vida es traerte problemas o malos momentos como el de ahora.

Luck se quedó petrificado mirándome. Si él me hubiese recordado, de seguro estaría discutiendo conmigo llevándome la contraria o maldiciendo a todo mundo si fuese necesario, pero no estaba frente a ese Luck...

—Está bien, Pascal. Dejémoslo así... sólo... aléjate de mí —su voz sonó como si yo lo estuviera obligando a alejarse. Él quería decirme más cosas, pero no le salían las palabras o sólo quería guardárselas todas. Me sequé las lágrimas que aún estaban en mi rostro y lo observé una vez más. Respiré hondo y luego de un par de segundos comencé a caminar hacia la fiesta. Él me siguió detrás, busqué a Dan con la mirada hasta que lo vi con una chica. Resoplé.

—Está ocupado —oí a Luck.

—Llamaré a Jean para que venga por mí —saqué el móvil de mi pantalón y tras unas cinco llamadas que no contestó, sonó apagado.

—Vamos, yo iré a dejarte.

—Se supone que nos alejaremos.

—Comencemos mañana —se encogió de hombros. Luego sonrió un poco, pero yo no me reí. Nada en ese momento me hacía sentir mejor, ni siquiera sus bromas.

El viaje a casa fue silencioso e intenté aferrarme a su espalda y no olvidar el olor de su perfume masculino. Cuando me bajé de su moto frente a la puerta de casa, sentí un gran vacío en el estómago. De verdad pensaba que no nos íbamos a volver a ver, pues ya nada nos unía.

—Gracias —le dije.

Luck detuvo el motor, luego me observó y dejó su moto en el pie de apoyo. Se bajó y se quedó frente a mí haciendo notar nuestra diferencia de altura.

—Lo lamento, Pascal —lo oí.

No podía estar enfadada con él. Nada era su culpa, todo era la mía y el maldito karma estaba matándome.

—Nada es tu culpa, Luck.

Su mano derecha viajó a mi mentón e hizo que levantara la cabeza para que lo mirara a los ojos.

—Ven aquí —me rodeó y me apegó a su pecho.

Me quedé congelada cuando me abrazó. Sentir su cuerpo cerca del mío terminó por quebrar todos los esquemas. Casi como un impulso rodeé su cuerpo con mis brazos y hundí mi cabeza en su pecho. No quería dejarlo ir... No quería alejarlo de mí, alejarme de sus brazos. Tenerlo lejos iba a destrozarme más que tenerlo cerca. Quería quedarme abrazándolo por horas, pero fue él quien se alejó un poco de mí para verme.

—Terminemos con esto —dije en cuanto me separé de él.

—¿Con qué?

—Quedémonos con lo bueno ¿sí? Este será nuestro último abrazo... y espero que nuestras últimas miradas.

—No es necesario, Pascal.

—Me haces muy mal.

—Te hago mal... —repitió.

Me acerqué levemente a él y le besé la mejilla. Él se quedó congelado observándome, luego lo vi subirse a la moto y se quedó ahí hasta que estuve adentro de casa.

Intenté calmar el corazón dentro de mi pecho cuando estuve adentro, respiré hondo conteniendo las lágrimas y al girar sobre mis pies para ir a mi habitación la imponente figura de Jean me sobresaltó. Estaba de pie en el primer escalón mirándome, tragué el nudo de la garganta y él frunció el ceño en cuanto me vio.

—¿Quién vino a dejarte?

—Luck.

—¿Y Dan?

—Estaba con una chica. Te llamé, pero no contestaste.

—Si. Me dormí, iba saliendo a buscarte ahora.

Asentí.

—Me voy a la cama.

—¿Y esa cara? —se acercó lentamente a mí mientras yo no podía fingir por tanto tiempo que no estaba a punto de llorar otra vez. —Sabes que puedes confiar en mí.

—Corté todo con Luck. No nos volveremos a ver.

—¿Por qué?

—No puedo más, Jean... —bajé la mirada hasta mis pies y él rápidamente apoyó sus manos en mis hombros, pero no levanté la mirada —No puedo fingir que estoy bien, que estoy conforme con esto... con que se bese con chicas... yo...—se me cortó la voz cuando las lágrimas me atacaron.

Él no me preguntó nada, sólo me acercó a su cuerpo y me abrazó.

—No puedo hacerlo —continué hablando con la cara enterrada en su pecho —No soy tan fuerte...Quiero serlo, de verdad, pero mi corazón ya no puede con esto. Es como...como si Luck se hubiese muerto...

Jean se separó de mí bruscamente y por los hombros me alejó mirándome a la cara.

—Hey, no digas eso —frunció el ceño —. Es sólo un mal momento, sabes que todo puede mejorar. No creo que estés tomando una buena decisión alejándote de él.

—Lo único que hago es llorar cuando lo veo, Jean —resoplé.

—Estarás bien ¿de acuerdo?

—Lo intentaré.


——

2 semana después

—No quiero que estés todo el tiempo encerrada en tu habitación —recalcó Millie al teléfono. —Hasta Trey está preocupado y Trey no se preocupa ni de él.

—No jodas, Millie —me giré en la cama, acomodándome.

—¡Vamos por un café! Yo invito.

Suspiré.

—No dejaré de molestarte hasta que aceptes —continuó —Y si que puedo ser intensa cuando me lo propongo.

—De acuerdo —gruñí —En la cafetería de siempre en dos horas ¿sí?

—Nos vemos ahí —oí su risa.

—¿Y si mejor nos vemos mañana?

—¡No fastidies Pascal! ¡Ya aceptaste!

—Dios, está bien —colgué.

Como siempre, últimamente, no tenía ganas de poner un pie fuera de casa, pero estaba segura de que Millie era capaz de ir a sacarme de casa por el pelo si era necesario y no quería arriesgarme a eso. Además, de verdad notaba que estaba preocupada por mí.

Cuando iba llegando a la cafetería recordé instantáneamente que era ahí donde había conocido a Ryan. De inmediato le rogué a todos los dioses (si es que alguno todavía me escuchaba) no encontrarme con él.

Apenas Millie hizo contacto visual conmigo cuando entré al pequeño lugar, se puso de pie casi celebrando mi llegada. No nos veíamos hace dos semanas cuando había decidido ser un ermitaño y no salir de casa con el corazón destrozado.

—¿Cómo estás? —le pregunté mientras ella me abrazaba con más fuerza de la debida.

—Bien ¿Cómo estás tú?

—Bien —contesté mientras me acomodaba frente a ella en la silla.

Ella rodó los ojos.

—Te informo que ya aprendí a conocer tus sonrisas falsas.

—Pues acéptalas si no quieres que esté con cara de culo —bromeé. —Pero no hablemos de él ¿Cómo ha estado el inexpresivo de Trey?

—Está bien, un poco amoratado porque tu padre lo hace entrenar muchísimo ¿No lo has visto por la mansión Fabregas?

—No, no bajo mucho, pero de seguro papá está obsesionado con que sea su boxeador de primera.

—Mientras no lo mate —rio.

—Le advertiré a papá —sonreí.

Millie se pidió un capuchino y yo un chocolate caliente mientras hablábamos de todo al mismo tiempo, pues dos semanas para unas amigas parlanchinas era suficiente para hablar de todo.

—Me enteré de que el sábado es tu cumpleaños —dijo.

—No me lo recuerdes.

—¿Qué harás? Es tu cumpleaños, debemos hacer algo ¿no? Aunque sea pequeñito.

—No lo creo. No estoy para celebrar nada —bufé.

—¡Cumples la mayoría de edad, Pascal! No has pasado ningún cumpleaños en Bellemore, te aseguro que lo pasarás genial.

Alcé una ceja mirándola.

—¿Estás de broma? ¿Tengo cara de que voy a pasármela bien? —la miré con la mejor cara de culo que tenía —Sólo quiero que papá me diga que nos mudaremos a China.

—¿China?

—Es lo más lejos.

—Confía en que todo estará bien ¿sí? —me sonrió con cierta tristeza en su mirada. —No es necesario que sea una fiesta... podemos ver películas, tomar helado, comer doritos...

—Veámoslo durante la semana... —aflojé, y sin darme cuenta, la pregunta salió de mi garganta —¿Has sabido algo de Luck?

Ella me observó con comprensión, luego respiró hondo.

—Si. Lo vi ayer... —se quedó pensativa mirando su café —Sigue igual, no vemos progreso en su memoria y sigue concentrado en las carreras clandestinas. Guardé silencio observándola —Siempre pregunta por ti.

Algo se encendió en mi corazón.

—¿Por mí?

—Si...no quería decírtelo, Trey dijo que no te haría bien, pero ya sabes...eres mi amiga y no puedo ocultarte esto si sé que sigues enamorada de él.

—¿Qué pregunta sobre mí? —fruncí el ceño.

—Pregunta cómo estás, qué estás haciendo con tu vida, estuvo un día preocupado de si acaso tú también preguntabas por él. De verdad siento que sigues en su cabeza de algún modo...

—¿Y Francesca?

Millie se encogió de hombros.

—Al Luck de antes no le interesaba Francesca, siempre es una nueva...

Respiré hondo.

—¿Crees que pueda volver a recordar?

—No lo sé... el doctor ha dicho que puede durar semanas, meses o años, pero que será temporal. Tiene que seguir con su terapia, nadie ha perdido la esperanza.

—¿Qué dicen los chicos?

—Pues nada... Vince intenta fingir que nada ha pasado, a Jeff todavía le cuesta conversar con él y Trey...ya sabes como es Trey —rodó los ojos —Finge que no le importa, pero claramente sí. Trey está asustado, pero es tan testarudo que no le dirá a nadie.

—Dios Millie —suspiré. —A veces pienso que Luck tiene razón al decir que quizá nosotros no deberíamos habernos conocido.

—No digas eso, Pascal. Él recordará y volverá por ti, lo sabes.

—¿Y si es demasiado tarde?

Ella frunció el ceño.

—Nunca es demasiado tarde para el amor de tu vida, Pascal.


——

Jean estaba de pie observándome con el ceño fruncido mientras yo me negaba una vez más en acompañarlo al taller de Vis a buscar su auto.

—¿Es necesario? —resoplé con molestia —No quiero encontrarme con Luck.

—No te encontrarás con él. Nunca te pido nada, Pascal.

—¡De acuerdo! —gruñí.

Sabía, muy en el fondo, que Jean no necesitaba mi compañía, pero el odiaba al igual que mi padre que yo estuviera triste por algo e intentaban sacarme de casa costase lo que costase.

Vi la sonrisa en su rostro ensancharse y luego caminé detrás de él hasta estar fuera de casa. Todo el camino conversamos sobre diferentes cosas, si yo no acostumbraba a usar el autobús, Jean menos. Así que fue divertido molestarlo cuando se agarraba del pasamanos para no caer cuando frenaban.

—Creo que es aquí —oí su voz.

Era un lugar abierto, lleno de césped y no se veía nada, ni siquiera un árbol.

—Jean, aquí no hay nada —fruncí el ceño.

—Vamos.

Lo vi coger su móvil y llamar a Vis, hablaron un poco mientras yo lo seguía casi corriendo detrás, hasta que encontramos algo parecido a un taller. Había un par de autos viejos aparcados y también motocicletas. Nos acercamos mientras mis ojos recorrían de extremo a extremo todo el lugar.

—Pensé que Vis trabajaba desde su casa —comenté. Y antes de que él pudiera responderme, vimos a Vis salir de la casa junto a un hombre mayor anotando algo en una libreta. Se despidieron cordialmente sin darse la mano y luego el hombre se subió a su auto para largarse.

Caminamos hacia Vis observando lo sucio que se encontraba. Manos negras, el rostro algo sudado y apenas nos vio nos sonrió con alegría.

—¿Todo bien? —nos preguntó. No nos saludó de cerca porque sabía en las condiciones que estaba. —Los saludaría, pero quedarán llenos de grasa.

—¿Cómo está mi auto? —se adelantó Jean,

—Perfecto. Le cambié aceite y también arreglé un par de cosas... ven a verlo, está atrás.

Vis se adelantó mientras que Jean lo siguió.

Me quedé sentada en el taller mirando las herramientas que Vis tenía. Había muchas cosas que no conocía y también otras que le había visto a papá en sus tantas fotografías de automóviles. De pronto el sonido de un motor me sobresaltó, venía desde afuera. Me incliné para ver quién era, quizá para decirle que Vis estaba ocupado y vendría enseguida, pero me corté cuando oí risas. Mi corazón pareció detenerse. Me quedé quieta en donde estaba hasta que lo vi asomarse al taller, era Luck. Nuestras miradas chocaron y su rostro se tornó serio. Intenté calmarme y volver a mi posición normal para que no me viera más, pero no me duró mucho el plan, pues él entró a donde yo estaba. Y estaba con una chica.

Me sorprendió no ver a Francesca, era otra mujer: Alta, curvilínea y de cabello negro corto, hasta por encima de sus hombros. Usaba tacones muy altos casi rozando la altura de Luck y su mirada marrón se quedó en la mía por un momento. Tenía los labios teñidos de rojo y fumaba un cigarrillo. Era Luck en versión mujer, estaba segura de eso.

Desperté de inmediato de mis pensamientos y me puse de pie para saludarlos. Besé a Luck en la mejilla y también a la chica.

—¿Cómo has estado? —me preguntó Luck rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

—Bien —contesté torpemente —¿Y tú?

—Bien... —se quedó mirándome —Muy bien.

—Me alegra oír eso —sonreí con un nudo en el estómago. De pronto me había puesto muy nerviosa y él no dejaba de mirarme sorprendido.

La chica se nos quedó mirando con confusión.

—Hola —la oí y pude despegar mis ojos de los de Luck para mirarla a ella —Soy Amber, la novia de Luck.

Claro, como no imaginarlo, si era perfecta para él.

Apreté la mandíbula para fingir que no me interesaba, pero no pude dejar de sentir una presión en el pecho. Noté que Luck se tensó por un segundo mirando a la chica, luego me observó a mí y tosió.

—Yo soy Pascal —me presenté. —Una amiga.

—Mi exnovia —aclaró Luck y me quedé impactada en donde estaba.

La chica me sonrió sin ninguna pizca de orgullo, sólo asintió comprensiva.

—¿Dónde está Vis? —Luck cambió repentinamente el tema de conversación.

—Está con Jean, viene enseguida.

Él asintió y yo volví a sentarme en donde estaba. Amber miraba a Luck completamente enamorada mientras él se veía un poco incómodo conmigo y ella ahí. En todo momento sentí que sus ojos se desviaban a mi rostro, pero intenté no mirarlo, no incomodarlo, ni menos ponerla incómoda a ella que no sabía nada de nosotros. Hasta que oímos las voces de Jean y Vis acercándose al taller.

—¡Luck! —dijo Vis —¿Cómo estás? —se dieron un abrazo, luego saludó a Amber. Jean hizo lo mismo con ambos y regresó a mi lado.

—Estoy bien —sonrió él —Traje a Amber, necesita preguntarte algunas cosas sobre su auto.

—De acuerdo, vamos —sonrió Vis.

Vis y Amber se alejaron para conversar mientras que yo me quedé junto a Jean y Luck.

—Hace tiempo que no nos veíamos —sonrió Jean —¿Cómo ha estado tu vida?

—En realidad todo bien —contestó Luck —. Sigo yendo a sesiones de terapia, ya sabes, nada nuevo.

—¿Ningún recuerdo?

—Algunos, pero nada relevante —se encogió de hombros —. Nada que cambie el rumbo de mi vida.

Guardé silencio mientras analizaba cada centímetro de su rostro. Lo único nuevo en él era una cicatriz en su ceja a causa del accidente. Su sonrisa seguía siendo contagiosa, pero no era la sonrisa que yo conocí alguna vez. Y su mirada no era la misma de antes, menos con Amber... no lo vi mirándola como me observaba a mí cuando me trenzaba el cabello sentada sobre su cama.

—No deberías alejarte tanto —le aconsejó Jean —Tú no nos recuerdas, pero nosotros sí te extrañamos.

Luck sonrió mirándonos, pero me mantuve seria en todo momento. Aun no me creía que fuera novio ya de una chica... ¿así tan fácil? ¿En menos de un mes desde su accidente?

—Debemos irnos —comentó Jean —Iré por el auto.

Sólo asentí.

—Amber no es mi novia —me dijo Luck observándome. Me tomó por sorpresa su comentario ¿por qué estaba dándome una explicación?

—Todo está bien Luck, debes seguir...

—Estamos intentando algo, sólo eso —fijó su atención en mí —. Millie me dijo que el sábado es tu cumpleaños.

Asentí.

—¿Qué? ¿No estás feliz?

—Si... lo estoy, claro, pero he estado mejor.

—Estás... fría —soltó, luego miró a su alrededor asegurándose de que nadie nos oía.

—¿Por qué dices eso?

—Estás distante ¿Ya marcaste espacio entre nosotros? —clavó sus ojos cafés en los míos y su voz sonó lo suficientemente baja para que sólo yo pudiera oírlo.

—No puedo sufrir por ti para siempre, Luck. No puedo verte y correr a abrazarte. No ahora.

—No es algo que me molestaría —sonrió de medio lado.

—Buen chiste —sonreí irónica —Amber es perfecta para ti, Luck. Mírala, es como tú.

—Sí...no lo sé.

—Eres tú en versión mujer —reí.

Él soltó una carcajada y negó con su cabeza.

—Vamos Pascal —oímos la voz de Jean. Se bajó del auto, se despidió de Vis y Amber y luego se acercó a nosotros —Adiós Luck, espero que nos veamos pronto —le dijo a Luck. Se dieron la mano y luego Jean se marchó al auto. Fui a despedirme de Vis, luego de Amber y finalmente me acerqué a Luck.

—Nos vemos —besé su mejilla rápidamente.

—Espero que algún día vuelvas a hablarme —sonrió.

—No lo dejaré de hacer.

—Entonces espero que algún día me veas y corras a abrazarme —bromeó.

Solté una carcajada contagiándolo. Luego me regaló una sonrisa...la sonrisa que yo conocía. Y sentí la nostalgia atacarme, pero no sentí ganas de llorar, sólo sentí ganas de acercarme para abrazarlo y revivir esos momentos que ya estaban quedando sólo para mis recuerdos.

—De verdad espero que Amber te haga feliz —le dije con honestidad. Él valía mucho. Valía mucho la pena cuando quería de verdad.

—Espero que Ryan lo haga contigo.

Fruncí el ceño.

—Ryan ya no existe, Luck.

—¿Qué?

—Ya la sabrás.

—Espero que pronto.

—Ya basta de esperar cosas —sonreí.

Él me sonrió otra vez y me besó la frente.

—Adiós, Lucky Luck —solté de pronto y él pestañeó con el ceño fruncido, casi como si le hubiese dolido la cabeza.

—Adiós Ro... ¿Rocky? —se quedó con las cejas arrugadas y yo sentí un brinco en el corazón.

—¿Cómo me has llamado?

—Rocky ¿Por qué Rocky? ¿Qué significa? —continuó confundido. Tomé sus brazos, hice que me observara.

—Sólo has desbloqueado un pequeño recuerdo, Luck. Debo irme —continué casi con el corazón en el cerebro.

—Adiós, Pascal.

—Adiós —sonreí.

Caminé rápidamente hasta el auto de Jean y me subí bajo la fuerte mirada de Luck.

—¿Algo nuevo en él? —me preguntó mientras ponía andar el auto.

—Detalles.

—Los detalles marcan la diferencia —sonrió.

Cuando regresé a casa me sentía distinta y torpemente feliz. Sólo ese pequeño rato con Luck había bastado para hacerme sentir bien. Todos los días pensé que encontrarme nuevamente con Luck iba a ser muy malo para mi progreso de olvidarme de él, pero nada me hizo más feliz que verlo bien y sonreír, pese a que estuviese con Amber. Es difícil asimilar que está intentando algo con una chica ¿le habrá gustado tanto para intentar algo así? No podía evitar sentirme mal por eso, pero no era la persona correcta ahora para su vida... e intentaba entenderlo.

Vi a mi padre sentado junto a Jeff en el sofá mientras llenaban unos papeles. Saludé a ambos y me senté en el sofá de enfrente. Conversamos un poco hasta que a mi padre lo llamaron y tuvo que ir a su oficina dejándome a solas con Jeff.

—¿Todo bien? —me sonrió.

—Sí.

—¿A quién has visto? Te ves feliz —se burló.

—A Luck.

—¿Y Amber?

—Sí, pero no era necesario nombrarla.

Él rio mientras metía los papeles en una carpeta.

—Tranquila, no creo que duren tanto —comentó.

—¿Por qué?

—Son iguales, muy iguales. Tienen la misma personalidad y él no la soporta. Pudo perder la memoria en el accidente, pero no ha cambiado su forma de ser ni su carácter.

—Da igual —bufé —. Luck no volverá a recordarme, sólo me hace feliz que esté bien.

Él me sonrió con compresión.

—Nadie lo sabe, Pascal.


——

A veces pienso en cómo sería enamorar nuevamente a Luck, en poner todo mi esfuerzo para que eso suceda y comenzar desde cero, pero el miedo y la culpa me detienen, pues no quiero amarrarlo nuevamente a mí y a mis errores. Si él quería olvidarme ¿Para qué ir en contra del destino?

Quiero sacarlo de mi cabeza, pero no puedo. Y sé que está mal aferrarme a él, porque no regresará.

Pienso en que es una pesadilla de la cual voy a despertar, también en ocasiones pienso que es una broma, que realmente él si puede recordar todo lo que ocurrió, pero es imposible... El Luck que yo conocí ya hubiese reaccionado al verme destrozada por esto.

Quiero hacerle creer al mundo que estoy bien, de hecho, pienso mentirme a mi misma todos los días y convencerme frente al espejo de que todo está bien, pero no lo está. Todavía no logro superarlo, todavía despierto ilusionada mirando mi móvil con la esperanza de que habrá un mensaje de él o una llamada, algo. Y no hay nada. Sólo me quedé yo con una última ilusión que no sé cuándo desaparecerá.

Tengo insomnio, apenas duermo un par de horas, pero mi afición ahora es mirar las estrellas en el tejado. Todos me dicen "Algún día" o "Es temporal", pero cómo odio eso...los "algún día" suelen jamás llegar, ellos lo saben ¿no? Sólo no quieren que me sienta más mal de lo que estoy.

No saben lo que es poner la cabeza debajo de la almohada para acallar mis pensamientos, no saben que finjo estar enferma para no ir a la escuela de inglés. No tienen idea de lo sola que me siento con este sentimiento, ni menos sobre mis calificaciones deterioradas cuando siempre fui la primera. Ellos viven en su mundo y yo en mi pequeña burbuja que no dejo que nadie reviente porque si supieran cómo me siento en realidad... dejarían de joder con sus palabras esperanzadoras.


Mi cumpleaños número dieciocho se hacía presente en mi ventana cada vez más grande con un sol extraño en Bellemore. La noche anterior me la había pasado llorando en el tejado como una idiota mientras las estrellas se volvían borrosas ante mis ojos. Las calles vacías me acompañaron y no fui capaz de llevar un chocolate caliente para calmar a mi corazón. No había podido dormir hasta las cinco de la mañana y, de verdad, no quería celebrar mi cumpleaños. Sentía que iba a ser el peor en años. Incluso peor que el primero que pasé sin mi madre.

Sin embargo, las personas a mi alrededor no me dejaban caer sola, así que no pasó tanto rato cuando unos golpecitos en mi puerta me hicieron cubrirme hasta a cabeza.

—Pascal —oí la voz de papá. Me resigné.

Me quité las sabanas de la cabeza y lo observé. Sólo estaba él en mi habitación.

—Feliz cumpleaños —me sonrió, luego se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Me aguanté las lágrimas como una campeona, pues estaba muy frágil todavía y cualquier muestra de amor me hacía llorar. —Hoy será un buen día —se separó de mí y me observó con cariño. —De verdad.

—¿Quedarme acostada no es una opción?

—Claro que no Maiky —sonrió —Vamos, te espero abajo para desayunar.

Lo vi ponerse de pie y salir de mi habitación. Miré la hora de reojo, 10:20AM. Todavía me dolían los ojos y frente al espejo me veía completamente destruida. Me mojé la cara con agua helada, me cepillé los dientes y me amarré el cabello en una coleta alta. Por supuesto me quedé en pijama y bajé las escaleras corriendo. Apenas entré a la cocina totalmente despreocupada, alguien tosió, rápidamente me giré y di un brinco cuando todos gritaron.

—¡Sorpresa!

Mis ojos viajaron velozmente a todas las personas que ahí estaban: Jean, Will, Jeff, Trey, Vince, Vis, Dan, Millie y papá. No pude evitar que algo se quebrara en mi cerebro al no ver a Luck ahí también.

—No puedo creerlo —llevé mis manos a mi boca y me sonrojé como sólo un tomate podría.

Todos se acercaron para abrazarme mientras me felicitaban. De verdad no me esperaba nada parecido a eso, menos viniendo de los fríos hermanos Fenti. De seguro todo había sido obra de Millie.

Luego de un momento mi pijama de conejitos pasó a segundo plano y nos sentamos en la isla de la cocina. Había un pastel hermoso decorado con margaritas, jugo, varios tipos de sándwiches y fruta picada. Me habían subido completamente el ánimo, sobre todo porque Jeff bromeaba en cada segundo mientras desayunábamos. Sin embargo, fue imposible no nombrar a Luck, pues era el único que faltaba y hubiese sido más extraño que no preguntara por él.

—¿Y Luck?

—Tenía unas cosas que hacer —contestó Vince.

—Con Amber —respondió Millie rodando los ojos.

Sonreí falsamente y seguí comiendo un pedazo de pastel que ahora parecía más amargo que nunca.


***

Es definitivo, sólo quedan 2 capítulos más el epílogo para el final de esta historia.

¿Están preparadas(os)?

Yo no D:

No olviden dejar sus comentarios y votar <3

¡Nos leemos el miércoles! jeje

BESOPOS

XOXO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro