Capítulo 32: Culpa
PASCAL
Esa noche me costó dormirme, sobre todo porque las lágrimas me atacaron rápidamente después de haber visto marcharse a Luck en su moto. Tenía el pecho apretado, tenía la sensación de estar perdiendo todo y no sabía si todavía tenía tiempo de arrepentirme.
Eran las cuatro de la madrugada cuando mi móvil comenzó a sonar. Me dolía tanto la cabeza que intenté ignorarlo, pero la llamada fue tan insistente que finalmente miré la pantalla con el ceño fruncido por la luz. Era Dan.
—¿Dan? —contesté. Ya tenía el corazón acelerado y no sabía por qué. Sólo tenía un mal presentimiento.
—Pascal, lamento despertarte.
—¿Ocurre algo?
Esperaba con todas mis fuerzas que me dijera que no.
—Estoy en el hospital. Luck tuvo un accidente hace una hora y...
—¿Cómo? —encendí la luz del velador y me senté en la cama. Mi voz se cortó cuando oí ruido en el primer piso. Era Jean hablando con mi padre —¿Cómo que un accidente? ¿Él está bien?
—No lo sé —confesó —. Me llamó Vis y me contó un poco, se encontraba muy afectado. Entraron hace poco con Luck a una sala... estaba inconsciente.
Comencé a temblar. Era demasiada información.
—Voy...voy para allá Dan...ahora —le dije con la voz temblorosa. Me quité las sabanas de encima y comencé a buscar ropa en mis cajones.
—Te espero.
Colgué.
En cuanto estuve vestida y abrigada, me cepillé los dientes y me mojé el rostro. Todo mi cuerpo estaba temblando, todavía no podía asimilar lo que me había dicho Dan...no podía creerlo.
Bajé corriendo las escaleras cuando vi a Jean junto a papá conversando en el cuarto de estar. Ambos tenían un rostro preocupado, se movían de un lado a otro y apenas hicieron contacto visual conmigo guardaron silencio.
—¿Ya te enteraste? —me preguntó Jean.
Asentí.
—Debemos ir al hospital, vámonos Jean —dije de inmediato.
No sé qué rostro tenía, pero mi padre al verme en ese estado sólo asintió mirando a Jean. Nos hizo saber que tenía que arreglar un par de cosas antes y que aparecería temprano por la mañana en el hospital para saber cómo se encontraba Luck. Mientras esperaba que Jean se abrigara papá se acercó a mí para decirme que todo estaría bien.
—No me hables así... —le pedí —Él está bien, él es fuerte...no le pasó nada.
—Es más complicado de lo que parece... —intentó decirme.
—No, él es fuerte, papá. Sólo fue una caída...de seguro alguien lo chocó y...
—Pascal.
—Es mi culpa —solté y él frunció el ceño. —Si, debí quedarme con él... yo debí...si...debí detenerlo, debí...—mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y antes de que pudiera hiperventilar, papá me cogió por los hombros y me observó a los ojos.
—Nada es tu culpa ¿oíste? —Su voz fue tan dura que me dejó callada. —Ahora cuídate.
Apenas estuvimos dentro de la camioneta de Jean, volamos por las calles hasta llegar al hospital. Entramos preguntando por él a las enfermeras y tras algunas indicaciones dimos con el pasillo en donde se encontraba Dan, los hermanos de Luck, Vis y también su padre. Todos estaban en silencio, unos mirando el móvil, otros sólo mirando el piso de cerámica. Sin embargo, él que se veía más afectado era Vis. Se movía inquieto, miraba el piso y cerraba, a ratos, los ojos con fuerza.
—¿Han sabido algo? —Jean fue el primero en romper el silencio.
—No. No hace tanto que está adentro —contestó Jeff.
El silencio volvió a reinar.
Me dolía el estómago, quería largarme a llorar justo ahí por la preocupación que estaba sintiendo.
Por un momento mi mirada chocó con la de Trey, quien me observó con lástima. Quise acercarme, pero la voz de Jeff me interrumpió dejándome congelada al costado de Jean.
—Vis...tu estabas ahí —le dijo. —Ya dinos qué mierda pasó.
—Luck no quería escucharme... él no...no quería escucharme —repetía, afectado y yo apreté los puños enterrándome las uñas en las palmas de las manos —. Él quería correr. Estaba drogado y borracho...él...yo...yo no pude detenerlo —su voz se quebró y me quedé congelada —Quería olvidar.
Al decir eso sentí que me temblaron las rodillas. Sentí las lágrimas inundar mis ojos mientras todos mirábamos a Vis. Todo era mi culpa. Todo... todo era mi culpa. Por eso había tenido ese accidente, por mi culpa.
De pronto sentí algunas las miradas estaban puestas en mí.
¿Lo había dicho en voz alta?
—No, Pascal... —dijo Jeff confirmándome que había pensado en voz alta. Las lágrimas me recorrieron el rostro y las sequé rápidamente, avergonzada. Sintiéndome completamente estúpida. —Quédate tranquila ¿sí?
Respiré hondo, asintiendo.
No podía mirar a Norman, no podía hacer contacto visual con él porque sentía que estaba odiándome profundamente. Sentía que si lo miraba iba a largarme a llorar... o peor, sentía que si lo miraba iba a acercarse a mí para asfixiarme. Me quedé sentada a un costado de Dan, pero no pasaron más de unos minutos cuando tuve sentado a mi costado a Trey. Observé su perfil. Su mandíbula tensa, sus cicatrices, su ceño levemente fruncido.
—Trey yo... —bajé la voz sólo para que él me oyera. Él se mantuvo rígido, sin mirarme, pero sabía que podía escucharme —Si hubiese sabido...
—¿Cómo ibas a saber? —se giró hacia mí.
—Él es fuerte, lo sabes...él es fuerte, no le ocurrirá nada...de verdad es muy fuerte y...
—Y nada —me cortó —. Es un ser humano de carne y hueso que un accidente puede matarlo como a cualquiera de nosotros.
Mi mandíbula se tensó y mi garganta volvió a apretarse.
—No seas hijo de puta ahora, Trey —oí la voz de Vince interrumpiéndonos. Ni siquiera me había dado cuenta de que se encontraba al costado de su hermano.
Trey resopló con ironía y se quedó mirándome.
—Si Luck te dice que no soportaría enamorarse de ti y luego perderte...es verdad. Es jodidamente verdad —me dijo con rabia en sus palabras. Me quedé congelada observándolo —Luck es fuerte sí... pero ¿sabes cuándo algo está mal con Luck? Cuando sus cejas se fruncen, baja la voz y se sincera —repitió aquellas palabras que en el momento me habían hecho gracia, pero ahora me destrozaron —Y está mal. Porque nadie le cree. Nadie le cree que, en realidad, es un jodido frágil de mierda —dijo con dolor, lo vi ponerse de pie y me dejó junto a Vince mientras caminaba por el pasillo enfadado, alejándose de mí.
Sin preverlo las lágrimas me recorrieron el rostro y sentí que se me rompió todo. Trey tenía razón... ¿Por qué no había escuchado mejor a Luck? ¿Por qué no lo había entendido?
—No lo escuches —me pidió Vince —. Está muy dolido, pero sé que regresará aquí para pedirte disculpas.
—No Vince...es verdad...
—No —comentó serio —Trey sólo quiere mucho a Luck. Sólo siente la responsabilidad de quererlo con más fuerza porque lo vio destrozado una vez, pero no... no tiene razón.
—¿Por qué? —mi voz se quebró.
—Porque lo único bueno que le ha pasado a Luck desde ese día fue haberte conocido, Pascal.
Sus palabras me quebraron aún más. Él me regaló una pequeña sonrisa y luego se puso de pie para acercarse a Norman que bebía un café mirando algo en su móvil con mucha calma. Necesitaba su tranquilidad, pero yo no podía dejar de sentirme fatal por lo que estaba pasando.
Luego de lo que me parecieron ser largas horas apareció un doctor que se nos acercó.
—¿Familia de Luck Fenti? —Todos nos pusimos de pie rápidamente y él se quedó un poco congelado observándonos.
—Soy su padre, dígame cómo está mi hijo —por fin habló Norman. No lo había oído hablar con nadie.
El silencio sepulcral entre nosotros me atemorizaba, pero me quedé atenta a las palabras del médico.
—Luck sigue inconsciente. Se ha golpeado una parte muy delicada del cráneo y creemos que tendrá secuelas...—dijo con cierta delicadeza. Se me apretó el estómago —Está con un coma inducido, pero estamos seguros de que pronto podrá despertar... es ahí cuando podremos definir el tipo de secuelas...
—Pero está vivo —se oyó la voz de Jeff. El médico asintió con una leve sonrisa y todos botamos el aire que teníamos retenido en los pulmones.
El doctor se quedó hablando un poco más con Norman y yo me adelanté para unirme a Jean que iba por un café. Ninguno de los dos decía nada mientras caminábamos hacia la cafetería del hospital y no sé si Jean iba pensando en algo, pero yo no podía dejar de pensar en las secuelas que podría tener Luck con el accidente. Quería estar agradecida porque estaba vivo, pero no podía sentirlo de manera sincera cuando todavía no había tenido a Luck frente a mí.
Las horas pasaron lento y sólo dejé de tomar café porque Jean me regañó diciéndome que podía hacerme mal la cafeína. Vis estaba perdido mirando la cerámica blanca bajo sus pies, Jeff y Vince conversaban de algo inaudible mientras que Trey se encontraba al costado de su padre. Ambos en silencio. Dan estaba a mi costado, intentando darme fuerzas que yo parecía haber perdido desde que había recibido su llamado. Y Jean sólo miraba su móvil pareciendo relajado. A ratos me decía que todo iba a estar bien, que "la fe movía montañas", pero sólo necesitaba que moviera a Luck se ese horrible hospital.
De pronto unos pasos me desconcentraron y las voces de los que conversaban se silenciaron. Alcé la vista y choqué con la imponente figura de papá. No se acercó a nadie, sólo se quedó mirando uno a uno los que se encontraban ahí y esbozó una sonrisa triste.
—¿Qué tal todo? —preguntó dirigiendo su mirada hacia Norman, quien, al verlo, pareció quebrarse un poco.
—Está vivo —respondió Norman —, pero no sabemos más.
—La vida en la calle...—dijo papá.
—Es una mierda —Norman terminó la frase. Como si eso se lo hubiesen dicho toda la vida, en todos los momentos. Como si se conocieran al revés y al derecho.
Papá se acercó a mí, se hizo un espacio entre Jean y yo y me besó en la cabeza.
—¿Todo bien? —su voz sobreprotectora me arregló un poco el corazón.
Sólo me encogí de hombros.
Millie llegó unas horas más tarde al hospital, en cuanto me vio se acercó a mí y me dio un abrazo rápido bajo la fuerte mirada de Trey que seguramente ahora me odiaba. Millie sabía todo lo que había ocurrido porque pese a no vernos, siempre estábamos hablando por mensajes o por teléfono. Sabía lo de Ryan, sabía lo de los cambios que quería hacer ahora, pero ahora me sentía tan idiota ¿cómo pude haber si quiera pensado en alejarme de todo esto? De las personas que eran como yo...de mi familia...de Luck.
Ese día no supimos mucho más de él. Sólo que poco a poco había ido recuperándose del medicamento, que podía respirar por sí solo, pero nada más. Todavía no abría los ojos. Todavía se encontraba en un túnel oscuro de su cerebro, sin devolverse a la realidad, sólo estancado.
——
Una semana después
Habíamos ido cada día al hospital, desde las siete de la mañana hasta cerca de las 3 de la madrugada con la esperanza de que sabríamos algo de Luck, pero parecía no querer despertar de su largo sueño. Las intervenciones a las que había sido sometido habían salido bien, había reaccionado bien a la anestesia y sus heridas más profundas estaban bien cuidadas, según el doctor.
Ryan había estado llamándome insistentemente para saber algo de mí y supongo que lo desesperaba aún más no verme en la escuela de inglés, pero no era capaz de enfrentarlo todavía. No quería verlo. Verlo me recordaría lo estúpida que había sido y descargaría toda mi rabia en él.
Aquella mañana vimos al médico de siempre hablar con una enfermera mientras agitaba los brazos, exaltado, luego, con molestia, le decía cosas a la mujer que no alcanzamos a oír. Y no supimos más de él hasta la tarde, pues se había metido en una oficina.
El médico se acercó a nosotros después de su hora de almuerzo, venía hacia nosotros con la mandíbula tensa y unos papeles entre sus manos. Era un buen médico, nos había estado informando de todo, hasta lo más mínimo...
—Les tengo noticias —soltó mirándonos. Todos lo observamos en silencio —Luck despertó.
Las sonrisas en los rostros de todos aparecieron de inmediato, pero yo no pude sonreír. Todavía tenía mi pecho apretado, todavía no podía confiar en que todo estaba bien...nada podía ser así de mágico o bonito después de un accidente de esas características. Sabía cómo corría Luck en su motocicleta, no le temía a nada, no le temía a la velocidad y a esquivar automóviles y semáforos en rojo. Podría arriesgarme a decir que esa noche si hubiese tenido la oportunidad de morir...él la hubiese tomado. Sin reparar en nada más.
—No es todo —continuó el doctor —. Debemos continuar haciéndole exámenes a Luck, algunas pruebas y demás... Luck no recuerda nada del accidente.
—¿Cómo? —lo observó Jeff —No pudo haber sido así de fuerte.
Pero sí. Yo si creía en que había sido fatal.
—Fue muy fuerte —contestó el médico dirigiéndose a él —. Luck es un afortunado ¿sabes? Él podría haber muerto en el momento en que se estrelló con esa roca gigantesca. Él no sabe por qué está aquí, no sabe lo que ocurrió antes ni después. Miren...—aclaró su voz cuando notó el rostro de todos cayéndose —Puede ser el shock del momento o el impacto del accidente...sólo debemos ser positivos con sus resultados.
—¿Qué otra cosa podría ser? —pregunté de golpe. Todos se quedaron mirándome.
—Pérdida de memoria, amnesia disociativa... pero es relativo, pensemos que es el shock del accidente por el momento ¿está bien?
—¿Me está fastidiando? —se oyó la voz de Vis pasando una mano por su cabello exasperadamente.
—No —respondió el médico —. No estoy fastidiando a nadie. Hay varios tipos de pérdidas de memoria. Puede ser temporal, puede ser para siempre...En ocasiones pueden olvidar situaciones, momentos específicos de su vida o a las personas...
Mi estómago se contrajo y sentí que me temblaron las rodillas.
—No puede ser —oí el susurro de Trey. Se alejó un poco de nosotros y comenzó a caminar de un lado a otro pasando sus manos por su rostro. Millie lo siguió e intentó calmarlo.
—Esperemos que de ahora en adelante todo salga bien, de verdad podría haber sido peor. Podría haber quedado parapléjico, con un derrame cerebral...no lo sabemos.
—De acuerdo —dijo Norman. Su rostro estaba rígido, haciéndose el fuerte. —¿Cuándo estarán listos esos exámenes?
—Mañana a primera hora estarán. Habilitaremos la sala de espera para que se queden cinco personas esta noche.
—Está bien, gracias —contestó Norman.
El médico nos regaló otra sonrisa y se alejó.
—Trey, Jeff, Vince y yo —soltó Norman de sopetón, luego su mirada se fue a Vis y a Dan.
—Yo me quedo —se adelantó Vis. Dan asintió comprensivo, pero yo fruncí el ceño con molestia.
—¿Por qué? No —me adelanté —Yo también quiero quedarme y saber qué es lo que pasará con Luck.
—Si lo sabrás Pascal, pero debes ir a casa. Tienes que dormir y comer bien, te has alimentado como la mierda —dijo Jeff.
—Pero...
—Jeff tiene razón —oí la voz de Trey y guardé silencio mirándolo —. Todos estamos preocupados por él, pero tú también tienes que cuidarte.
No pensé que Trey iba a dirigirse a mí de esa manera, incluso noté preocupación en su mirada, pero no mantuvo sus ojos oscuros por mucho tiempo en mí, sólo con frialdad se giró sobre sus pies y se acomodó al costado de Millie.
—Vamos hija, vendremos aquí a primera hora —oí a mi padre.
Resoplé frustrada.
Papá se acercó a conversar algo con Norman que no tomé mucha atención y luego nos largamos a casa.
——
—Si me quedaba no iba a hacer mucho bulto —comenté entrando a casa, enfadada. —No es como que iba a llegar la policía a sacarme.
Jean entró detrás de mí y papá cerró la puerta.
—Te has descuidado de ti, Pascal —me observó Jean con seriedad —No has dormido más de tres horas al día y lo único que comes es un sándwich. Lo único que haces es beber café como una maniática.
Fruncí el ceño.
—No seas bruja, Maiky —papá me revolvió el cabello y yo resoplé todavía más molesta.
Esa noche por supuesto que Jean me llevó un sándwich doble a la cama junto a un vaso con jugo y se quedó junto a mí hasta que me comí todo. Luego me dejó a solas para que pudiera dormir, pero yo no podía conciliar el sueño. No podía dejar de mirar la cortina que tantas veces había corrido para ver a Luck en el balcón o sentado en la solera afuera de mi ventana. No podía dejar de pensar en sus palabras dolidas, en sus ojos brillantes, en su desesperada forma de besarme. No pude evitar que se me quebrara todo, una vez más.
Mi móvil comenzó a sonar encima del velador y apreté los ojos cuando leí que era Ryan. No quería hablar con él, así que colgué y cuando lo hice noté que tenía treinta llamadas perdidas de él. Ni siquiera había tomado en cuenta que tenía un móvil, no era mi mayor preocupación, pero cuando iba a bloquearlo, nuevamente me entró una llamada de él y pese a no querer hablarle, contesté.
—¿Hola?
No quería lidiar con él ahora. No estaba preparada...si me decía algo corría el riesgo de colapsar.
—¿Pascal? ¿En dónde te has metido? ¿Habías perdido tu móvil? ¡Te he llamado cientos de veces esta semana! Hasta fui a tu casa, pero no estabas —su voz sonó realmente desesperada. No podía imaginármelo hablar así.
—He estado ocupada —fue lo único que pude decir.
—¿En qué?
—¿Para qué me llamas?
—¿Has regresado con Luck?
Apreté la mandíbula.
—No. Luck tuvo un accidente, en eso he estado. He estado en el maldito hospital.
—Estaba preocupado por ti —cortó su voz un poco, luego lo oí respirar controladamente —¿Fuiste a ver a ese idiota?
—Realmente no estoy de humor para celos estúpidos, Ryan.
—Pero si has ido a ver a ese idiota ¿cómo quieres que me ponga?
—Ryan, ya basta.
—¿Te sientes mal por él? —su voz fue irónica.
—Vete a la mierda —colgué.
Se lo había advertido. No escuchó.
Lancé mi móvil al mueble y nuevamente comenzó a sonar, pero esta vez lo cogí y lo apagué.
La pastilla que me había dado Jean la noche anterior había logrado que durmiera, pero a las seis de la mañana ya estaba dándome un baño para estar en el hospital lo más temprano posible. Me encargué de desayunar bien para encontrarme con fuerzas para lo que fuera. Por supuesto Bellemore y su clima no ayudaban a definir si sería un buen día, pues el clima frío y nublado se mantenía, incluso sentía que en cualquier momento iba a largarse a llover.
Había muy pocas personas deambulando por el hospital a esa hora y cuando entramos a la sala de espera todos estaban despiertos bebiendo un café. No me había percatado del estado deplorable en el que todos nos encontrábamos. Todos tenían bolsas negras debajo de sus ojos. Los que habían pasado la noche ahí estaban despeinados y pálidos, pero ninguno quería admitir el cansancio que tenían. Me había encargado de hacerles sándwiches a todos, así que se los tendí y de inmediato se pusieron a comer consiguiendo que sus mejillas estuvieran con más color.
Dan llegó una hora más tarde junto a Millie, que ni idea cuando se habían vuelto un poco más cercanos para venir juntos hasta el hospital.
Todo estaba silencioso cuando se oyeron los pasos del doctor acercarse hasta nosotros y su rostro no me tranquilizó. Incluso pensé lo peor.
¿Qué clase de karma era este?
—Tengo los resultados —oí al médico. El único que se puso de pie fue Norman, todos nosotros nos quedamos sentados esperando lo que tenía para decir —Luck recuerda muy pocas cosas, entre esas, a su familia puesto que ha pasado toda su vida junto a ustedes —observó a Norman —, pero no recuerda cosas que han pasado recientemente o, tal vez, de siete a nueve meses atrás. Si es temporal, se irá viendo en el camino, pero para eso necesita estar constantemente en terapia y demás.
Por un momento sentí que me faltaba el aire. Apreté los puños y sentí la fuerte mirada de Jean sobre mi mejilla.
—¿Recibe visitas? —se adelantó Vis.
—Si. Sólo de tres a la vez —comentó el doctor. —Quiero agregar que esto es delicado, que todos deben colaborar con él, que no se enfaden si hace muchas preguntas o si simplemente no recuerda cosas importantes. Él es muy consciente, ahora, de lo que ocurrió...él sabe que perdió "temporalmente" parte de sus recuerdos y, pese a que le afectó saberlo, lo he visto positivo.
—Muchas gracias, doctor —agregó Norman con seriedad.
Todavía no podía procesar toda la información que había dado el médico. Si él había olvidado parte de sus recuerdos al menos siete o nueve meses atrás...eso significaba que no recordaba nada de mí. No recordaba cómo nos habíamos conocido ni menos las veces en que me llevaba margaritas. No recordaba que nos queríamos, ni menos nuestras discusiones ni ruptura. Y eso me quebró en dos. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas y comencé a hiperventilar.
—Bien, ¿Quién entra primero? —preguntó Vince mirando a su padre.
—Vayan ustedes, luego entramos Vis y yo —agregó Jeff.
—De acuerdo —contestó Vince —. Debemos asumir que no recuerda bastantes cosas que sucedieron y también a algunas personas. No conoce a Dan, no conoce a Pascal, ni a Jean ni tampoco sabe que Tony llegó a la ciudad y hasta que trabajaron juntos.
—Eso no lo sabes —fruncí el ceño. Todos me observaron de inmediato, pero no me importó. Yo ya estaba inestable y quebrada.
—Pues debemos suponerlo —comentó Trey —¿No oíste lo que dijo el médico?
—Pero él...pero puede...no sé...si tenemos fe quizá...—mi voz estaba quebrada y todos me observaron con un poco de lástima. Jean fue el único que apoyó su mano en mi hombro y me alejó de la multitud que ahora se preparaban para ver a Luck. A un nuevo Luck.
—Por favor quédate tranquila —me dijo cuando estuvimos algo alejados.
—Esto no puede ser cierto —resoplé, angustiada.
—Necesito que seas fuerte. Muy fuerte —frunció el ceño, igual como cuando éramos pequeños. Cuando lloraba porque me había caído en el parque. —Los accidentes suceden, Pascal.
—Pero Jean...él...
—Fuerte —me cortó.
Cuando Norman, Trey y Vince estaban dentro de la sala junto a Luck, sentía que el corazón iba a salírseme del pecho. Quería llorar, quería entrar a verlo... saber que estaba con vida y sólo abrazarlo para decirle lo tonta que había sido. La hora que ellos estuvieron con él se me hizo eterna y cuando finalmente vi a Trey en la distancia, alcé las cejas con ansiedad.
—¿Cómo está? —preguntó Jeff poniéndose de pie.
—Bien —contestó Vince sumamente frío.
—¡¿Bien?! —se alteró Trey, fuera de sus casillas —Él no está bien, es otro Luck, no sabe ni una mierda, demonios.
Trey se caracterizaba por ser un poco más calmado y frío —exceptuando sus ataques de ira—, pero esta vez parecía estar al borde de uno, pues pateó un sofá moviéndolo hacia atrás.
—¿Cómo demonios vamos a salir de esto? ¿Cómo nos recuperamos luego de haber perdido a mamá y ahora esta mierda? —continuó Trey con un hilo en su voz.
Jeff le dio una mirada rápida a Vince y fue él quien se encargó de coger a Trey del brazo y llevarlo a caminar.
—¿Él sabe quién soy? —se oyó la pregunta de Vis.
Norman lo observó, rodando los ojos.
—Claro que sí, Vis. Te conoce hace años.
—Quiero entrar —dije de inmediato.
—Pascal, no creo que sea una buena idea —me observó Norman con cautela.
—De verdad quiero entrar, por favor —insistí.
No sé qué expresión tenía en el rostro, pero todos estaban mirándome con condescendencia. Norman asintió dándome una última mirada.
—Bien... nosotros vamos con ella —dijo Jeff haciendo alusión a Vis, él y yo. Dan se abstuvo de entrar junto a Jean.
Hay veces en que tu cabeza sabe lo que realmente ocurrirá enfrentándote a cierta situación, pero el corazón no logra procesarlo. Lo niega hasta el final, teniendo, aunque sea una última esperanza. Y así es como me sentía ahora. Sabía de alguna u otra manera a lo que iba a enfrentarme viendo a Luck, pero no quería admitírmelo.
***
Capítulo de lunes por la noche porque no subí ni miércoles ni viernes :c y no tengo escrito para el miércoles JEJEJE
pero estaré trabajando para eso :D
¡Ya queda poco!
BESOPOS
XOXOXO
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