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『♡⃕』XII 🦇

Sábado, 6:00 P.M.

── ¿Chicos, alguno ha visto a Jungkookie? ──Preguntó Hoseok llegando al camerino con una expresión preocupada. ── No lo encuentro por ningún lado y no me contesta el celular ──Dijo antes de volver a llamar, sorprendiendose al escuchar el tono inconfundible del celular del menor resonar en esa misma habitación.

Jimin dejó de peinarse por un instante y tomó el celular a su lado mostrándoselo.

── Dijo que iba al baño y ya regresaba, pero se está tardando porque eso fue hace más de veinte minutos ──Frunció el ceño, girandose ahora también preocupado.

── ¿Se habrá ido? ──Dijo Yoongi con cierta molestia terminando de amarrar sus botas.

── No creo, incluso ya se había cambiado y maquillado, en el ensayo se le veía muy animado y dispuesto ──Argumentó Jin pensativo con sus manos en jarra.

Hoseok suspiró angustiado.

── Namjoon lo necesita en el escenario para darle su In-ear y ponerle su micrófono, además de terminar de ajustar sus versos y solos, pero más que eso, ahora me preocupa realmente que algo malo le haya pasado, nunca se desaparece así...

── Pues más vale que no, y que aparezca pronto porque tenemos que estar en el escenario en diez minutos ──Dijo el pelimemta con la misma preocupación que ahora rodeaba a todos.

Jimin lo miró con reproche.

── Lo más importante ahora es encontrarlo y que esté bien ──Dijo firme y suspiró abatido. ── Voy a buscarlo, tú cámbiate rápido Hobi, no nos queda mucho tiempo.

Hoseok resopló tocando su frente con angustia.

── ¿A quién van a buscar? ──Inquirió confuso Taehyung ingresando a la habitación tras su prueba de sonido en solitario.

── A Jungkook, no aparece hace más de veinte minutos ──Le informó el albino abrumado.

Taehyung frunció el ceño.

── ¿Dijo a dónde iba?

── Al baño, pero fue el primer lugar dónde busque y no estaba allí, además dejó aquí su teléfono.

El vampiro gruñó, recordando el preocupante estado del menor la tarde anterior, cuando estaban frente al cine. Temió que lo que sea que lo haya puesto así, tuviera también que ver con su repentina desaparición.

── Hyung, busca de nuevo en los alrededores o pregunta si alguien lo vió salir del teatro ──Ordenó viendo a Hoseok, antes de mirar a los demás. ── Ustedes no le digan nada a Namjoon Hyung todavía, hasta que tengamos la certeza que Jungkook no está aqui por lo menos. Ya esta bastante estresado e irritado con todo, así que es mejor no añadirle otra carga ──Jin asintió de inmediato a ese pedido, mientras los otros dos se miraban no tan seguros de esa decisión. Taehyung revoloteó un poco con la mano su cabello perfectamente peinado hacia atrás, ahora igual de estresado que el resto. ── Yo iré a buscar en este piso de nuevo, si no encontramos nada nos vemos en dos minutos aquí...

Hoseok sólo asintió sin rechistar, de inmediato saliendo con apuro del camerino para hacer lo dicho por el alfa, mientras este lo imitaba y prácticamente salía a trotes tras él yendo en la dirección opuesta.

── Por la Luna, espero que aparezca pronto y a salvo ──Mumuró Seokjin compartiendo una mirada angustiada con Jimin.

Yoongi por su parte solo exhaló con pesadez tocando su frente en el mismo tópico, angustiado con la gravedad de la situacion. No era el más cercano al niñito pero si era cierto que también le había agarrado cierto cariño, y esperaba por el bien de la banda y de todos, que estuviera a salvo.

Dos minutos después, Taehyung ya había recorrido toda la segunda planta de metro a metro, revisando inclusive la azotea, sin obtener ningún resultado.

Se había ganado incluso también un par de insultos e intentos de pelea con miembros de otros dos grupos participantes en el evento, todo por irrumpir en sus camerinos como un auténtico loco y sin permiso previo.

Pero no le importaba, no cuando no había ni un solo rastro u indicio de mechitas.

Gruñó entre la angustia y la molestia, mientras caminaba con semblante tenso y sumo afán por el extenso y trascurrido pasillo del segundo piso, dónde se encontraban dispuestos todos los camerinos, almacenamiento de vestuario y baños del inmenso teatro. De manera disimulada jugueteó con su colmillo para apaciguar un poco su ansiedad, en lo qué evadia a la gente que pasaba a su alrededor y lo miraba con curiosidad e interés gracias a su apariencia e indudable atractivo.

Tuvo que esquivar y huir de varias miradas coquetas e insinuantes de un par de chicas que se le cruzaron en el camino, y por fortuna, llegó rápidamente de nuevo al camerino asignado del grupo; el cuál se situaba al pie de las escaleras directas hacia el escenario del primer piso.

Resopló frustrado al no obtener ningún resultado en su búsqueda, teniendo que obligarse a borrar de su mente la gigante pila de imágenes pesimistas y sumamente terroríficas que lo atormentaron de inmediato sobre la infinidad de cosas horribles que le podrían estar sucediendo a Jungkook en ese preciso instante.

La peor y más aterradora de todas, era la latente posibilidad que existía de qué el menor pudiera haber sido descubierto y atrapado por algún humano dispuesto a ganarse unos sucios pesos, gracias a su descubrimiento.

Cerró sus ojos y respiró profundo con fuerza, para intentar calmarse y que su preocupación no lo delatará a través de sus expresivos orbes.

Cuándo estaba a punto de ingresar al camerino, aún con la mano en el pomo, dió una última mirada escaneando rápidamente algún lugar que se le hubiese podido pasar por revisar, en medio de su apuro por encontrarlo.

Se felicitó internamente por ese acto de inteligencia, al divisar una puerta que se escondía en un rincón tras las escaleras, la cuál no había notado antes. Era fácil pasarla desaparecido por lo escondido del propio lugar, y al este estar ubicado el lado opuesto de las demás habitaciones dónde había más movimiento, pero con un poco de atención, era notorio que estaba allí.

Un poco esperanzado y como última opción, caminó hacia allí, viendo el letrero pegado en la madera blanca que decía en negritas grandes: "Camerino Inhabilitado". Era claro que no debía ingresar en ese lugar tampoco. Sin embargo, llamó su atención el hecho de ver la puerta entreabierta, y lo que más lo empujó a revisar el interior, fue ese leve y casi imperceptible aroma a menta que picó en su nariz al estar frente a la pequeña habitación.

Por lo qué sin importar si se ganaba otro regaño o incluso la expulsión misma del evento, empujó la madera asomándose por esta. Suspiró aliviado y sonrió en grande al distinguir perfectamente una silueta inconfundible acurrucada en medio de la oscuridad del lugar. Felicitandose internamente al instante por haber seguido sus instintos ──como casi siempre hacia── y haber revisado allí.

El estrecho lugar se encontraba a oscuras, pero gracias a la pequeña ventana que se hayaba en una esquina del cerrado y precario espacio, entraba un poco de luz diurna que permitía una mejor visión; Jungkook estaba sentado sobre un viejo sofá de cuero negro y medio despedazado, rodeado de cajas y vestuario sumamente colorido y llamativo al igual que polvoriento. Sus manos abrazaban sus rodillas, mientras su vista estaba perdida sobre el espejo algo empañado ──y en su mayoría roto u agrietado── de cuerpo completo que se hayaba ubicado frente a él.

Aún no se había percatado de su precencia, o si lo había hecho, no se lo hizo saber, por lo qué con cuidado y en silencio, Taehyung ingresó cerrando la puerta a sus espaldas.

Lo vió allí, prácticamente hecho un bultito humano, con las ondas perfectas que Jimin le habia hecho y el maquillaje ahumado y con toques de brillos verdes que hacían juego con su increíble vestuario que tan bien le quedaba. Aúnque lo que más resaltó para el mayor en esa imagen, fueron esas lágrimas silenciosas y la mirada triste y abrumada con la que él mismo se miraba en los trozos de cristal roto que aún milagrosamente estaban fijos a la estructura del espejo.

En silencio, se acercó para sentarse a su lado con un suspiro de alivio.

── No sabía que otro de tus talentos era ser tan bueno en las escondidas, mechitas ──Murmuró intentando sonar divertido, viendo también su reflejo en el cristal agrietado y sucio. Al notar que Jungkook no respondió a su broma, continuó en el mismo tono apacible:── Tienes suerte que yo era el mejor buscando cuando era pequeño...──Se regodeó.

Otra vez su respuesta fue un sepulcral silencio. El menor solo escondió su rostro entre sus rodillas, evitando la mirada rojiza y preocupada del contrario a través del reflejo frente a ellos.

── Aúnque sería más divertido si nos avisas a los demás jugadores ──Reprochó en tono bajo con un puchero. ── los chicos están muy preocupados por ti, y Hoseok está a punto de regresar al cielo de la angustia...

Sonrió satisfecho cuando percibió un intento bajo y muy leve de una risa nasal por parte del menor.

Exhaló, viendo al bultito humano a su lado con verdadera preocupación.

¿Que lo tenía en ese terrible estado de angustia?

── ¿Se puede saber que ocurre? ──Preguntó en un murmuro cuidadoso y bajo. ── Ni siquiera ayer con la película estabas así...

Jungkook resopló ofendido, aún sin salir de su escondite.

── E-Era pésima, un asco ──Se quejó en un susurro lloroso pero con un leve tinte de diversión en su voz.

Taehyung se contagió inevitablemente de su diversión.

── Por lo mismo, deberías estar aterrado de lo mal que los humanos representan el terror... Esos maquillajes mal hechos no dan más que risa ──Dijo con un bufido exagerado e indignado el vampiro, tras su primera y última experiencia en un cine.

── Lo dijiste mil veces ayer ──Se quejó falsamente irritado el menor en un murmuro lloroso.

── Y lo reitero ──Chasqueó la lengua ofendido.

Debía aceptar con mucha pena que el menor tenia toda la razón. El cine era el sitio más aburrido del planeta y sus expectativas estaban demasiado altas, por lo que la decepción fue grande tras su primera experiencia mundana. Tuvo que aceptar con resignación las burlas y el "Te lo dije" por parte de Jungkook al terminar la eterna y aburrida función de la deplorable película sobre una monja "Poseída" mal maquillada.

Aunque si era del todo sincero, y si omitiá las pocas citas un poco más interesantes que había tenido a lo largo de su corta existencia, esta no-cita ──Cómo le había recalcado mil veces Jungkook──, fue bastante divertida y especial para él de cierto modo.

Poder precenciar y disfrutar de cerca las risas burlonas, los resoplidos divertidos tras una mala escena o el ceño de concentración del castaño, había valido totalmente la pena y debería poder considerarse un privilegio. Y si a eso le sumábamos el hecho de poder tomarlo de la mano durante casi toda la función, u abrazarlo cada que un encargado del cine pasaba cerca, con la excusa de mantener su fachada de pareja; pues, había sido la mejor no-cita del mundo.

Solo con el único objetivo de molestar a mechitas, claro estaba...

¿A quien engañas Taehyung?

Sonrió divertido viendo al susodicho.

Recordó como casi fueron sacados en cuatro ocasiones por debatir apasionadamente tras cada mala escena de miedo, por reírse escandalosamente mientras se lanzaban palomitas y por pelearse como dos niños por el ice de fresa, sin permitirle a los demás presentes concentrarse en la película.

Lo miró brevemente con una media sonrisa, apreciando su look con curiosidad y detallando con gusto los tatuajes de serpientes, las frases en letras griegas y las esculturas de piedra que se expandian en tinta por todo su brazo derecho. Los cuáles por primera vez podía ver por completo, gracias a la camisa translúcida y sin mangas que Jimin le habia hecho poner al castaño como parte de su vestuario.

El Jungkook del día anterior era muy diferente al que ahora tenía en frente, y sin duda Taehyung prefería mil veces más al risueño, socarrón y burlón, que a esa versión apagada, atemorizada y gris que veía en ese momento.

Aunque desgraciadamente empezaba a entender también con tristeza, que en el fondo, ese era el verdadero Jungkook; Tan precioso y deslumbrante como un diamante, pero tan frágil y quebradizo como los cristales que componían al mismo.

Taehyung no lo presionó, y por el contrario, respetó y permaneció a su lado en silencio durante un rato, escuchando sus sollozos bajitos con pesar y viéndolo apretar sus puños cubiertos por los guantes de motociclista ──que también formaban parte del atuendo──, con ansiedad.

── V-Vas tarde a la p-presentación, vete ──Murmuró entre lágrimas y con voz de reproche el de mechas.

── Si, tienes razón, tenemos cinco minutos para subir al escenario pero no me voy a mover de aquí sin nuestro nuevo baterista estrella.

Jungkook resopló incrédulo ante el apodo.

── No existe tal cosa...

── No sabía que me habías mentido con tu especie entonces, y estoy hablando con un holograma ──Rebatió Taehyung con tono sereno pero levemente burlesco.

El menor se levantó un poco y giró su rostro para verlo con el ceño fruncido y las lágrimas brillando debajo de sus párpados.

── ¿No te tomas nada enserió, verdad?

El pelirojo negó, acercándose un poco para limpiar con sus pulgares las lágrimas y sonreírle compasivo.

── Mechitas, si lo hiciera, sería tan escudriñado y rígido como mi padre, y aunque lo amo, no son mis aspiraciones en la vida ──Hizo una mueca de desagrado. ── O nadamos en nuestros problemas o dejamos que estos nos ahoguen, es así de simple. ──Se encogió de hombros con simpleza.

Jungkook bufó, soltandose de su agarre cuidadoso y desviando de nuevo la mirada hacia el espejo, apoyándose de nuevo en sus brazos y rodillas, soltando una exhalación abrumada.

── Tú y tus frases filosóficas... ──Se quejó en un murmuro desanimado, sorbiendo su nariz de una forma que enterneció al alfa a su lado.

── Sirven bastante de vez en cuando, aunque no lo creas...

El castaño tomó una inhalación ahogada antes de desviar su mirada al piso, abrumado.

── No puedo hacerlo... ──Murmuró bajito tras unos segundos en silencio, volviendo a dejar fluir sus lágrimas silenciosas y torturantes.

Taehyung lo miró con atención, detallando su perfil en medio de la oscuridad que los rodeaba.

── Claro que puedes Jungkook, los dos lo sabemos... ──Argumentó seguro. ── Lo haz hecho increíble durante los ensayos del último mes, aquí la verdadera cuestión es: si quieres hacerlo o el por qué te niegas a ello.

El menor no respondió, volviendo a centrar la vista nublada en su propio reflejo distorsionado en medio de dos trozos de cristal, con un puchero acentuado en sus rojizos labios.

Taehyung respiró profundo y buscó su celular en alguno de los bolsillos de su pantalón, abriendo rápidamente la cámara frontal e interponiéndola en medio del menor y el espejo.

Algo encandilado por el fuerte brillo del aparato, el de mechas parpadeó un par de veces y frunció el ceño viendo al pelirojo a su lado con confusión por su acto, a través de la pantalla.

── Mira, esto es lo que verdaderamente vemos todos nosotros, mechitas...

Frustrado, Jungkook vió su reflejo en el celular sin más opcion. Su maquillaje se había corrido un poco gracias a su llanto pero aún pese a esto, seguía viéndose... bonito con sus ojos ahumados en negro y repleto de brillos verdes. Sus ojos grandes y grises resaltando el doble gracias a las sombras, sus labios brillantes por el gloss de fresa y su cabello peinado hacia atrás de un lado, mientras que en el costado opuesto sus ondas rebeldes hacían destacar sus mechas verdes. Los aretes largos y el piercing falso en su labio que Jimin le habia puesto, le sumaban una apariencia más cool y rebelde.

Sin embargo, él no veía más allá de una mirada asustada y un reflejo de todas sus dudas e inseguridades escondidas bajo todo el maquillaje. No veía nada más que los pedazos de sí mismo que lo componían a gatas; y no veía nada más que los rostros distorcionados pero atormentantes, burlones y acusatorios de Yugyeom, de sus compañeros de escuela, del director, de la gente del pueblo, de Baekhyun... y hasta de su propio padre; pasando frente a sus ojos como una verdadera película de horror.

Experimento.

Aberración.

Cosa.

Mounstruo.

Inútil.

Desperdicio.

Beta.

Cada apelativo hiriente y denigrante que le fue dicho a lo largo de su vida se escuchó en su mente como un eco aterrador y estremecedor; cómo ese recuerdo lentamente agonizante y constante de quién era.

Tal cual las pesadillas que cada cierto tiempo regresaban solo para aniquilar su paz...

Más lágrimas salieron de sus ojos.

── N-No puedo hacerlo... N-No quiero... ──Repitió en un susurro roto, negando repetidas veces mientras se encogía en su lugar y desviaba la mirada horrorizado.

Taehyung lo miró angustiado ante su estado.

── Jungkook, mírame ──Pidió con voz suave y apacible, tomando con delicadeza su rostro para obligarlo a mirarse de nuevo en la pantalla. ── Este eres tú, mechitas: un chico extremadamente guapo, con unos ojos hermosos y únicos, tan brillantes como la luna misma, unos labios... malditamente besables... y un cuerpo caliente como ningún otro que haya visto antes ──Susurró en su oído con voz grave y profunda. ── Pero sobre todo, muy talentoso, el mejor baterista. Sí, algo gruñón y terco la mayoría del tiempo ──Le sonrió levemente──, pero aún más dulce, y sumamente divertido, según lo que vi ayer...

Un leve sonrojo apareció en las mejillas del aludido en su propia contra, mientras evitaba su mirada.

» Eres único y maravilloso Jungkook, con cicatrices y quebraduras como todos, pero eso no te define, y tampoco debes permitir que eso se convierta en ese reflejo distorsionado y feo que tienes de ti mismo, mechitas, porque no es real y nadie más que tu mismo lo está viendo.

El castaño retiró el celular con cierta molestia, soltando un resoplido.

── Me conoces hace menos de un mes, Taehyung, ya no digas estupideces... ──Reprochó limpiando con rabia sus lágrimas.

── Es tiempo más que suficiente para mí ──Rebatió confiado el alfa, encogiendose de hombros con tranquilidad y guardando de nuevo su celular, no sin antes revisar que tenían menos de tres minutos para la presentación. ── ¿Se puede saber a que tanto le temes, mechitas? ──Se apoyó con sus brazos en las rodillas para verlo mejor.

Jungkook permaneció con su expresión molesta y la vista en el suelo, aún en silencio, negandose a responder. El vampiro suspiró con pesadez y resignación, y se levantó con una última mirada de angustia.

» Está bien, no te voy a presionar a decírmelo tampoco ──Comentó tranquilo, caminando hacia la salida. ── Le diré a los chicos que te sientes mal...

Cuando el pelirojo estuvo cerca a la puerta, la voz bajita, rota y temerosa del menor lo detuvo de nuevo:

── T-Tengo... miedo de arruinarlo... ──Susurró casi para si mismo, pero por fortuna el contrario logró escucharlo con claridad. ── No quiero volver a ser señalado, no quiero... darles la razón... y tampoco quiero arrastrarlos a ustedes en esto... yo... n-o debí aceptar entrar a la banda...

El contrario se giró a verlo con una sonrisa comprensiva.

── Les terminarás dando la razón solo si no subes allá y haces lo que te apasiona y en lo que eres tan increíble ──Replicó con tono severo. ── Esos idiotas que te han hecho daño a lo largo de tu vida, solo buscan esto, apagarte Jungkook, pero está en ti darles el gusto, o en su lugar hacerles hervir la sangre de ira al verte brillar como todos sabemos que puedes hacerlo.

El de mechas solo realizó un puchero abrumado y soltó el aire con fuerza, sintiendo el peso de la razón de las palabras del mayor golpearlo con fuerza.

Le molestaba demasiado esa detestable capacidad del pelirrojo por saber exactamente qué decir para hacerle replantear todos sus pensamientos y palabras.

En cuestión de segundos vió las inconfundibles botas rojas aparecer frente a él, antes de que se pusiera en cunclillas para estar a su altura, y así poder mirarlo con atención a través de sus penetrantes orbes.

Taehyung le sonrió con ternura mientras escondía un mechón de cabello que se había escapado de su pulcro peinado tras su oreja, para luego limpiar con el dorso de su indice una lágrima que aún corría por su mejilla.

── Mechitas, es inevitable sentir miedo en la vida, más aún en estos casos... ──Aseguró. ── Créeme que tanto los chicos como yo estábamos cagados la primera vez que nos subimos a un escenario ──Sonrió melancolico. ── Jimin y yo incluso discutimos por unos tontos Dumplings debido al estrés de la primera presentación; terminamos llorando los dos como un par de niñitos y pidiendonos disculpas segundos antes de subir. ──Confesó con una sonrisa divertida.

Jungkook frunció el ceño sorprendido. No pudo imaginarse a esos dos discutiendo, no después de ver por si mismo lo inseparables que erán.

» Aún lo estamos, siendo sinceros, esos nervios nunca se van. Y sí, tal vez no lo demostremos por completo, pero basta ver como Namjoon no ha parado ni un minuto de temblar desde la prueba de sonido, o como Yoongi ni si quiera quizó tomar su síesta, para darse cuenta lo nerviosos que estamos con esta presentación. Es la primera vez que tocamos frente a mil personas y en un festival, esto es tan nuevo para ti y Hobi Hyung, así como para nosotros, y creo que todos tememos cagarla de algún modo ──Aceptó sincero. ── Pero nuestro consuelo por más tonto que suene, es que si lo llegamos a arruinar, mínimo lo haremos estando juntos; por que para eso somos un grupo y podemos apoyarnos en el otro ante cualquier error.

» No estas solo mechitas. Haz practicado mucho, lo haces genial y lo tienes todo claro, y si en algún caso hipotético muy lejano e imposible, te llegas a equivocar y te señalan a ti, pues nos señalan a todos y los siete lo afrontamos juntos.

── Es justo lo que no quiero que ocurra... ──Puchereó el menor.

── Entonces no permitas que ocurra y toca en ese escenario con toda la pasión que tienes guardada, deja tu alma allí como nosotros lo haremos y brilla tanto como sabes que puedes hacerlo ──Le guiñó un ojo. ── Y si en algún momento sientes que no puedes, mira a tu derecha que ahí estaré para recordarte que sí puedes, o simplemente mira a tu alrededor y date cuenta que hay seis personas más apoyándote y respaldándote como el equipo que somos.

Jungkook no respondió, simplemente mordió su labio abrumado viendo los orbes rojizos, y jugueteó con los anillos en sus dedos, sumido en la bruma espesa y aterradora de sus pensamientos.

Taehyung respiró profundo y en un par de segundos tomó sus manos dejando algo en su palma. Jungkook vió curioso el objeto pequeño y de plata algo oxidada que el mayor dejó en sus manos, antes de mirarlo con clara duda.

── Es la primera púa para guitarra que tuve, me la dió mamá hace unos años cuando supo que crearíamos la banda ──Explicó con una sonrisa de cariño ante el recuerdo. ── Era de mi abuelo, por eso está en tan mal estado, ya no sirve de mucho a la hora de tocar pero es como mi amuleto de la suerte...

── No puedo recibirlo entonces ──Negó de inmediato el menor avergonzado volviendo a extendérsela pero Taehyung no la tomó y por el contrario, se levantó de su sitio.

── Ahora te servirá más a ti, ya no necesito suerte, tengo el talento y la belleza en las venas ──Bromeó con tono egocéntrico y un guiño burlón.

Jungkook consternado simplemente negó.

── Tae, es tuyo, es una reliquia de tú familia, n-no puedo quedármelo yo...

El vampiro resopló cansado.

── Te preocupas demasiado por tonterías, mechitas ──Regañó en medio de un suspiro. ── Me la devuelves en unos meses, cuando termine el contrato ──Dijo simplemente con una sonrisa y un último guiño antes de caminar hacia la salida. ── Hay un público esperando, te veo arriba en un minuto o vendré con Namjoon y Hoseok a reclamar mi púa y de paso... perderás a tu mejor amigo ──Advirtió fingiendo seriedad. ── Namjoon da miedo enojado, solo advierto...

El castaño solo se quedó mirando el objeto en sus manos con un sentimiento indescriptible en su interior y una sonrisita casi imperceptible.

── Rojito ──Lo llamó con una voz baja y llorosa, captando de inmediato la atención del pelirojo que se detuvo a media salida. ── G-Gracias... ──Murmuró mordiéndose el labio con la vista puesta aún en el objeto.

Taehyung le devolvió la sonrisa aunque este no lo estuviese viendo.

── Solo aceptaré ese agradecimiento una vez obtengas tu debut, te veo arriba ──Y sin más se fue, dejándolo de nuevo solo.

Jungkook se miró por milésima vez abrumado en el espejo, notando sus lágrimas ya un tanto secas bajo sus ojos que para nada combinaban con su gran atuendo de la noche. Viendo su reflejo como pedazos de un rompecabezas: con las grietas de sus quebraduras marcadas pero a fin de cuentas unido y claro a la vista de los demás.

El problema era que no tenía certeza de qué tan firmes estaban esas piezas, o si quiera si estaban bien armadas...

Suspiró con fuerza.

Agradecía las palabras de Taehyung, sin embargo, él no veía nada de lo que el vampiro mencionó.

Todos parecían ver una maravilla en dónde él mismo solo veía trozos de un cristal hecho pedazos, totalmente inservible.

Porqué eso era Jungkook ante sus propios ojos: Solo pedazos de un cristal destrozado...

── ¿Estamos todos listos? ──Inquirió Namjoon con una mirada nerviosa viendo rapidamente a los cinco frente a él, y cambiando de inmediato a un semblante de preocupación y desconcierto al notar que faltaba su baterista.── ¿Dónde está Jungkook?

Los demás se miraron buscando entre ellos al valiente que le pudiera comunicar la noticia sobre la misteriosa desaparición del menor al alfa lider, al mismo tiempo que el nombre de la banda ya resonaba con fuerza y euforia a través de los altavoces, indicándoles que debían tomar sus lugares sobre el escenario de inmediato.

Cuando Taehyung se sintió con los pantalones lo suficientemente ajustados cómo para enfrentar la situación, y se autodenominó el vocero de la aparente y segura decisión del castaño, la voz del aludido lo detuvo sorpresivamente.

── Lo siento, salí a tomar un poco de aire... ──Murmuró avergonzado. ── Lamento la tardanza, ya estoy listo ──Explicó tranquilo, con su maquillaje intacto como si nunca hubiese derramado ni una sola lagrima, terminando de acomodar su In-Ear y tomando sus baquetas de inmediato con una sorprendente seguridad.

Hoseok sonrió en grande, totalmente orgulloso de su roquita, yendo de inmediato a abrazarlo con entusiasmo y alivio.

Taehyung lo miró con el mismo sentimiento, pero en cambio, solo le guiñó un ojo y le sonrió del lado en lo que se colgaba su guitarra al torso.

Mientras Hoseok lo apretujaba en un abrazo repleto de cariño y le decía palabras de aliento, asegurándole lo bien que ambos lo harían, Jungkook miraba con una leve sonrisa al vampiro pelirojo, dejandole ver la Púa de la guitarra camuflada en su muñeca como un dije decorativo más en una de sus manillas.

Namjoon a lo lejos la reconoció perfectamente, frunciendo el ceño en dirección a su hermano menor quién se hizo el idiota ignorando la mirada acusatoria del mayor. Sus dos hermanos se miraron con preocupación.

En cambio, Jungkook y Taehyung compartieron una sonrisa complice.

Y bastó solo eso para que el menor se sintiera de repente desbordante de confianza y seguridad...

Estaba dispuesto a enfrentar uno de sus peores traumas, sólo si cada que quisiera salir corriendo como su mente le gritaba, podía resguardarse en ese par de ojos rojos que tanta confianza le tenían, incluso mil veces más que la suya propia.

Y se preocupó verdaderamente al sentir el fuerte latir de su corazón por sólo mirar a rojito...

Estaba cayendo en ese abismo que con tanta urgencia evitaba, y su angustia fue genuina al darse cuenta que no iba a poder prevenir de algún modo esa inminente caída en el precipicio del que tanto huyó.

Solo esperaba que esta vez el golpe no terminará aniquilandolo por completo...

Gruñidos.

Garras.

Un par de ojos bestiales amarillentos y atemorizantes.

Unos colmillos filosos.

La oscuridad del bosque.

── ¡A-Ayuda! ──Gritó lleno de miedo el pequeño niño de hebras verdes, llorando y retrocediendo con pasitos torpes y temerosos hasta que su espalda inevitabñemente chocó con el inmenso tronco de un árbol── ¡M-Mamii!, ¡M-Mamá!... V-en p-por-favor ──Sollozó de nuevo aterrado abrazándose, mientras el gigante animal de pelaje negro frente a él lo acechaba con una mirada llena de disfrute ante su miedo, con pasos largos pero cautelosos de sus grandes garras.

Cómo si supiera exactamente en qué punto agobiante de miedo tenerlo, antes de atacar...

¿Por qué nadie lo escuchaba?

¿A caso a nadie le importaba?

¿Dónde estaba su mami?

Lloró con más fuerza, con sus ojitos grises totalmente nublados en cascadas de lágrimas, sintiendo su pequeño cuerpo temblando en una mezcla de frío y terror, en medio de la brisa helada de la tinieblica noche y laberinto verde.

Cuando el animal se cansó de su propio juego de tortura con el infante, saltó encima del pequeño cuerpo tembloroso y aterrado, tirándolo al suelo de inmediato y provocando un grito de horror que resonó en un eco estremecedor entre la maleza del frondoso y kilométrico bosque.

Lo que el niño vió después, fueron solo unos orbes rojos y cálidos mirándolo con suma atención...

Y de repente todo fue demasiado rápido y caótico como para que su pequeña cabecita lo asimilara.

Otro grito impropio mezclado con el sonido de un aterrador gruñido y un fuerte golpe seco y ensordecedor.

Jungkook despertó en medio de un salto.

Agitado y sudoroso, totalmente exaltado, ganándose una mirada preocupada de quién le servía de almohada en medio del estrecho y silencioso auto.

── ¿Todo bien, mechitas? ──Inquirió en un susurro el vampiro dejando de lado su celular ante el repentino estado del castaño.

Esos ojos...

Algo desorientado y con la respiración acelerado y algunas lágrimas pequeñas en el filo de sus ojos, el de mechas asintió torpemente y miró a su alrededor dándose cuenta que estaba aún en la camioneta de Namjoon y no en medio del bosque.

Iban de regreso al pueblo después de su exitosa presentación en el festival dónde a pesar de ser prácticamente desconocidos, terminaron con por lo menos mitad del público como nuevos fans, una gran felicitación por parte del productor Bang y una medalla de mención honorífica por su excepcional participación.

Jungkook debía aceptar que olvidó por completo los nervios y sus miedos tan pronto la música empezó a sonar, se centró únicamente en tocar la batería como tanto le gustaba y dejar su alma en cada golpe a su batería como Taehyung le había aconsejado. Se abstuvo de mirar demasiado al público para evitarse un ataque de pánico seguro y simplemente se dedicó a ver a sus compañeros que con sonrisas de ánimo lo apoyaban.

Sinceramente fue la media hora de su vida dónde más libertad y dopamina experimentó.

No podía asegurar ser capaz de repetir la experiencia innumerables veces, pero por ahora se conformaba con los buenos recuerdos y sensaciones que esta primera presentación le había dejado.

Habían salido de la ciudad hace aproximadamente cuatro horas, y no supó en que momento exacto se había dejado llevar por el cansancio quedándose profundo, y mucho menos, cuándo había decidido usar el hombro de Taehyung como su cómoda almohada personal.

Se avergonzó desviando la mirada del susodicho y limpiando sus lágrimas rebeldes con disimulo.

Respiró profundo para calmarse un poco, agradeciendo que Hobi estuviese dormido también en los asientos delanteros, mientras Jin manejaba y Namjoon revisaba su celular. De tenerlo a su lado, el fantasma lo hubiese abordado con preguntas sobre sus problemas de sueño, que sinceramente preferiría ignorar como hacía siempre.

Ya se había acostumbrado a lidiar con esos recuerdos materializados en auténticas pesadillas.

Suspiró con fuerza.

Aunque si le daba la suficiente atención que debía, era realmente extraño...

Las pesadillas y su insomnio habían desaparecido desde hace años. Se supone que su mente había bloqueado los recuerdos de ese día debido al trauma ──Según las palabras de su psicólogo, hace años──, estos sólo regresaban en sus peores momentos de crisis u estrés, pero desde que había vuelto al pueblo tenía una pesadilla mínimo dos veces por semana.

Era bastante obvio que esto podría suceder, pues se lo podía adjudicar al propio lugar y a los recuerdos horribles que este traía consigo, el incidente que revivió todos sus miedos y el claro estrés con el qué ahora vivía constantemente por el acoso que tenía que soportar. Lo curioso es que ahora cada pesadilla, aunque era igual a las de siempre, traía también una nueva escena con esta.

Con el pasar de los días los sueños se volvían más nítidos y claros, como si en realidad fuese más un recuerdo incompleto regresando paulatinamente...

¿Pero por qué ahora había visto unos ojos rojos en el?

Tan similares a los de...

Lo miró extrañado, a su costado, detallandolo mientras este respondía mensajes con una expresión cansada. Agradecía que en el otro extremo del asiento, Jimin estuviese profundo acurrucado a Yoongi, y que a su vez el pelimenta estaba tan ocupado con sus audífonos como para no notar su mirada de acosador puesta con tanta insistencia sobre Taehyung.

Sacudió su cabeza en medio de un resoplido.

Estas enloqueciendo, Jungkook...

Muy seguramente su mente había mezclado todos sus recuerdos traumaticos en una misma pesadilla. Y si a eso le sumábamos el hecho de que prácticamente todos los días veía esos ojos... Era obvio que algo así sucediera en cualquier momento.

Inhaló con fuerza tratando de quitarle importancia al sueño y arrecostandose al vidrio de la ventana para intentar dormir de nuevo. No quería volver a repetir esa pesadilla realmente, pero aún seguía agotado tras el agitado día y su cuerpo exigía un poco más de descanso en las largas ocho horas que todavía les faltaban de travesía.

Una vez empezó a caer de nuevo en los encantos de Morfeo, sintió como su cabeza fue apoyada en algo mucho más cómodo que el duro vidrio. Sonrió un poco sin abrir sus ojos al reconocer ese frío tan característico...

── También puedo sacrificarme y ser tu colchón humano, no te preocupes ──Susurró Taehyung en su oído con su voz profunda que inevitablemente lo estremeció. ── Descansa mechitas...

En otro momento se hubiese levantado y reprochado de algún modo, pero verdaderamente estaba cansado y si era sincero, el hombro de Taehyung era tan cómodo y reconfortante como su propia cama.

── Gracias, qué amable ──Murmuró en medio de un bostezo.

Se acomodó mejor, abrazandose a si mismo, dejando salir un pequeño suspiro de gusto, percibiendo también un muy leve pero inconfundible aroma a roble colándose por su nariz, que terminó de brindarle el confort suficiente como para quedarse profundo en un par de minutos.

Seokjin aprovechó un semáforo en rojo y vió la escena a través del retrovisor con preocupación, conectando de inmediato con los ojos idénticos a los suyos, pertenecientes a su hermano menor. Taehyung entendió el mensaje silencioso, más no le dió importancia y simplemente volvió la vista a su celular.

Lo miraba como si con ese simple acto de compasión hacia Jungkook, estuviera firmando su propia sentencia de sacrificio.

Pero no era tan grave...

Solo le gustaba molestar un poco a Jungkook y disfrutaba ver sus reacciones por sus coqueteos, muy propios de su personalidad. Le gustaba ser su amigo solamente, compartir momentos divertidos y secretos con él. Nada más.

Rodó los ojos.

Su hermano exageraba con esa mirada.

Llevó de nuevo la vista al de mechas en su hombro, y sonrió un poco al notarlo tan pacífico y tranquilo como hace minutos atrás. Le quitó con cuidado los lentes para que no se dañaran y le retiró el cabello del rostro para que este no lo molestará, desviando inconscientemente la mirada a sus labios rojizos y abultados en un puchero de comodidad, relamiendose los propios al instante inevitablemente.

Mierda...

¿También debería preocuparse?

Una Semana Después...

Domingo, 1 de Septiembre.

─ Solo perdimos el tiempo ──Reprochó Jungkook por sexta vez en los últimos minutos, totalmente indignado mientras caminaba con prisa hasta su casa, seguido por un risueño pelirojo. ── No entiendo, si ya sabías que aquí no las vendían, ¿Por qué mierda me hiciste recorrer todo el pueblo para nada?

Taehyung se rió inocente, tecleando a la vez algo en su teléfono con rapidez.

── Te juro que las vi en una tienda la semana pasada, por eso me ofrecí a compraserlas también a Hoseok Hyung... Tal vez ya se las llevaron ──Se encogió de hombros, guardando su celular de nuevo. ── Lastima, de verdad las quería ──Puchereó aunque el menor no lo estuviese viendo.

Había pasado ya una semana desde la presentación en Seúl y la banda se había tomado un merecido descanso de los ensayos tras su éxito en la ciudad, por lo que esos días todos se habían visto únicamente durante las horas de almuerzo de la universidad o en los pasillos de la misma. Por eso, cuando Taehyung le escribió esa mañana, Jungkook se sorprendió un poco.

El mayor le había pedido ayuda a primera hora para que lo acompañará a comprar unas supuestas cuerdas de guitarra de alta gama; exportadas y personalizables que había visto en una de las tres únicas y precarias tiendas de música que existían en el pueblo, las cuales quedaban de punta a punta, literalmente; según él, con la excusa de que nadie quería acompañarlo y perjurando que de verdad las quería para mejorar su preciada guitarra y también regalárle unas a Hoseok. Todo "en pro de la estética de la banda".

A Jungkook no le pareció extraño aquello debido a que ya conocía bastante bien lo vanidoso que era el alfa y su adoración a su instrumento al que trataba más como a un bebé que como un objeto, y ya que no tenía nada más interesante por hacer ese aburrido día, decidió acompañarlo sin problema; pero todo comenzó a ser extrañamente sospechoso cuando en ninguna de las tiendas habían tales cuerdas, y ni siquiera pudieron darles razón de estas, explicando que las exportaciones en ese pueblo no se veían hace años, cosa que Kim Taehyung ya debería saber perfectamente al ser el hijo del alcalde.

Incluso en la tienda más alejada de la plaza, ¡Ni siquiera vendían cuerdas de guitarra!

Jungkook estaba exasperado y ofendido. Perdió toda una tarde de posible lectura de mangas o práctica de boxeo en vano, porque por más que le dijo mil veces al mayor que era un caso perdido seguir buscando, el terco vampiro no desistió y lo obligó a recorrer todo el pueblo.

Una vez estuvieron frente a la casa del menor, este sacó rápidamente sus llaves y se giró hacia el pelirrojo aún con su expresión descontenta y ofendida.

── Ya te puedes ir, nos vemos después ──Se cruzó de brazos en espera.

Taehyung exageró dramáticamente su expresión de ofensa e indignación, tocándose el pecho con fingido dolor.

── Gracias mechitas, que amable de tu parte. Claro que me encantaría pasar a tomar un vaso de agua, estoy tan sediento ──Ironizó.

Jungkook rodó los ojos en medio de un resoplido divertido.

── Mamá no incluye en su lista de compras la sangre de ningún tipo y me prohibió rotundamente dejar pasar extraños, así que lamento no poder serte de ayuda, adiós ──Se burló con la misma expresión exagerada, mientras fingía un puchero de tristeza que desarmó al alfa.

Con una sonrisa ladeada y mordiendo sutilmente sus labios, el vampiro se acercó un par de pasos hasta estar frente el castaño. Con su habitual mirada brillante y cautivadora llevó su dedo índice con aspereza hasta el cuello de este y acarició sutilmente uno de sus tatuajes, provocando que el menor dejará de respirar por un instante.

── En realidad, sí que podrías ayudarme a dejar de estar sediento, mechitas... Existe una forma bastante más interesante...──Susurró con socarronería a centímetros del rostro del otro, mientras hacía una leve presión con su índice en el lugar, estremeciendo al menor y sacándole un leve jadeo que inútilmente intentó evitar.

De un sutil manotazo y con un bufido nervioso, Jungkook retiró el helado tacto del mayor para poder respirar con libertad y se giró de nuevo hacia la puerta, inhalando con algo de dificultad mientras mordía sus labios a causa del indeseado cosquilleo que recorrió su cuerpo por culpa del acto descarado del otro.

── Definitivamente, muérete de sed primero, Kim ──Bramó en un murmuro bajo, el cual deseó que sonara con más hastío y menos nervios.

A sus espaldas el mayor solo se río divertido y satisfecho, mientras lo veía abrir la puerta con dedos temblorosos. Era realmente lindo cuando se ponía así de nervioso y trataba de disimularlo pésimamente.

Cuando Jungkook puso un pie en el interior de su casa y quiso quejarse y mandar otra vez a la mierda al vampiro descarado que lo acompañaba, la luz encendiéndose de repente y un grito en unísono de varias personas captó primero su atención.

── ¡Sorpresa!

Consternado el menor se quedó en su lugar viendo con un ceño fruncido la escena frente a sus ojos. De inmediato obtuvo la respuesta a todas sus dudas al notar los globos de color verde y plateado que adornaban la sala de su casa, las serpentinas del mismo color y los gorros y diademas que llevaban los inesperados invitados en su cabeza con el mensaje de "Feliz cumpleaños" resaltando en estos. Su madre sostenía un grande pastel de chocolate en sus manos, decorado con multiples fresas y luciendo una calida sonrisa en su rostro, junto a Hoseok quién hacía ruido con un soplador de fiestas a su lado, provocando que la mujer tuviera que cubrir su oído con molestia y lo regañase en un murmullo.

A parte de ellos, también estaban presentes: su tía Haneul, EunWoo, Mingyu, JiEun, Namjoon, Jin, Jimin e incluso Yoongi.

Para ser sinceros, había olvidado por completo su cumpleaños con todo lo sucedido en su vida últimamente. Aunque realmente nunca fue tampoco fan de festejar esa fecha por lo amarga que era para él. Celebrar su indeseado nacimiento, no era algo que lo llenaba de ilusión de ningún modo.

Los últimos años le había pedido a su madre no hacer nada especial, la dejaba prepararle un pequeño muffin como máximo y darle sus felicitaciones, pero no más que eso; sus últimos cumpleaños no los recuerda con exactitud tampoco pues sus antiguos amigos usaban la fecha solamente de excusa para obligarlo a invitarlos a beber hasta perder el conocimiento y la memoria.

Incluso su última fiesta sorpresa había sido al cumplir la mayoría de edad, por lo cuál fue todavía más sorprendente lo que estaba presenciando.

Un sentimiento agridulce lo invadió...

── Eres tan terrible distractor como lo eres cazando ──Dijo entre dientes viendo de reojo a Taehyung a su costado, con ofensa.

── Acéptalo, no lo sospechaste ni por un momento ──Se regodeó este con una inmensa sonrisa orgullosa, en un susurro compartido. ── Sorpresa, mechitas... ──Canturreó cerca de su oído.

Jungkook gruñó sin querer darle la razón. Era cierto, su actitud le parecía extraña y sospechosa pero nunca se le pasó por la mente en ningún momento que algo tenía que ver aquello con su cumpleaños, pues ni siquiera se acordaba de el. Ahora la actitud algo misteriosa y extremadamente atenta de su madre, Hoseok y de los propios chicos en conjunto durante las últimas dos semanas, tomaban todo el sentido del mundo.

Se habían unido todos maquiavelicamente en su contra, que descaro.

Hizo una mueca ofendido mientras su madre se acercaba con una sonrisa inocente y un gorrito de cumpleaños que planeaba hacerle usar a como diera lugar.

── Jeon Eunha, ¿Tienes algo que decirme? ──Mumuró con la misma expresión enfurruñada y los brazos cruzados en reproche, acto que solo enterneció a su progenitora quien chasqueó la lengua divertida.

── Si, ¡Feliz cumpleaños, medusita! ──Dijo tranquilamente con una sonrisa inocente, una caricia tierna en su rostro y un beso en su mejilla mientras le ponía el gorrito a pesar de su expresión de rechazo. ── Y tú, Taehyungnie lo hiciste excelente, gracias cariño ──Le guiñó un ojo al mencionado quién le correspondió con una sonrisa y un gesto militar.

── Fue un placer ser tu complice y ayudante de confianza... ──Comentó con galantería devolviendole el gesto a la fémina mientras los demás reían y el menor lo veía indignado por su acto traicionero.

── Así que no me equivoqué...──Acusó Jungkook.

── Taehyungnie y los chicos me ayudaron a planear todo durante los últimos días, sin que supieras ──Confesó orgullosa.

── Somos los mejores, ¿No crees, roquita? ──Presumió orgulloso Hoseok, acercándose para abrazarlo. ── Feliz cumpleaños, ya no crezcas tanto ──Fingió llorar mientras el aludido sonreía divertido por su dramatismo.

── Así es, lo somos. Feliz cumpleaños Jungkookie ──Dijo esta vez Jimin acercándose a abrazarlo con genuino cariño. ── La sanguijuela mayor y yo nos encargamos de los globos y la música, así que espero te guste ──Le sonrió feliz mientras sacudía con emoción sus orejas.

Jungkook solo pudo dedicarle un asentimiento tímido en agradecimiento, desviando la mirada hacía el mencionado.

── Sacrifiqué mis pocas horas de sueño por ti mocoso, espero lo valores ──Advirtió señalandolo con una pequeña sonrisa de aprecio real en su rostro, mientras se quitaba el gorrito con fingido fastidio.

── Feliz cumpleaños, serpientes, aquí esta el regalo de parte de mi hermano y mio ──Dijo esta vez JiEun acercándose para despeinarlo un poco con cariño y entregándole una pequeña bolsa de regalo color verde llamativo.

El castaño se sintió abrumado de repente viéndolos a todos sonreirle y felicitarlo, mientras quienes faltaban le entregaban múltiples regalos y abrazos cariñosos; con un sentimiento de calidez y felicidad en su corazón.

Si bien aquella no era una de sus fechas u celebraciones favoritas, lo cierto también es que hace años, ──prácticamente desde su infancia──, no experimentaba esa sensación de ser tan apreciado por tantas personas de manera geniuna, desinteresada y sana. Se sintió querido y aceptado, hasta un poco especial... Siendo parte de algo real y lleno de confort y lindos sentimientos compartidos, cómo pocas veces lo sintió de personas que no fueran parte de su pequeña familia de cuatro.

Sus ojos se inundaron en lágrimas que esperaba no derramar vergonzosamente frente a todos los invitados, y su madre como siempre, lo entendió de inmediato acercándose a abrazarlo con el mismo amor y comprensión que ella siempre le brindaba.

── Sé que no te gustan este tipo de cosas hijo, pero estos días te he visto tan contento y animado con la banda, que no podía dejar de celebrar este día tan importante y de paso, tu gran debut ──Murmuró en una confesión íntima, abrazándolo más fuerte con sus delgados pero cálidos brazos. ── Te amo, medusita.

── Gracias mamá... También te amo... ──Susurró conmovido, soportando su llanto y abrazándola con fuerza.

La fémina se separó solo para verlo con un desbordante amor, mientras lo peinaba como si fuera de nuevo su pequeño niño de seis años que siempre buscaba sus abrazos y besos y lloraba asustado al no tenerla cerca, y no ese joven guapo, talentoso y autosuficiente que sus ojos veían ahora con sumo orgullo a pesar de sus claras cicatrices internas que ella conocía más que bien.

── Y los apruebo totalmente, ellos sí valen la pena ──Comentó en voz baja refiriéndose a sus nuevos amigos, quienes alejados conversaban animados y peleaban por los pasabocas entre susurros. ── Sobretodo a él... ──Susurró con una sonrisa cómplice y maliciosa, mirándo a Taehyung a lo lejos, quien tenía un marcado puchero de descontento en su rostro al ser regañado por Jimin tras querer tomar una de las fresas del pastel.

Jungkook se sonrojó en demasía, y la miró con reproche.

── ¡Mamá!

── Lo siento pero ya me ganó por completo ──Confesó con una risita pícara. ── y te conozco muy bien Jungkook, nunca eres así de abierto con nadie y mucho menos en tan poco tiempo... Soy tu madre, medusita, y solo te digo que sería un gran yerno ──Dijo por último con un guiño antes de alejarse para ir a atender a los chicos, que ya miraban los snacks de la mesa como si quisieran con todas sus ganas lanzarse encima en cualquier momento, tal cual una jauría de animales hambrientos.

Las palabras de su madre resonaron con fuerza en su mente haciendo eco, e inevitablemente, su vista se quedó fija en una persona en concreto, mientras el ritmo de sus latidos aumentaba considerablemente...

¿Desde cuando estas tan jodido Jungkook?

¿En que punto perdí de esta manera ridícula, el control de la situación?

Exhaló con abrumo.

Terminando de lavar sus manos, se permitió verse un instante en el espejo.

Sonrió con burla propia admirando su atuendo que acumulaba una mezcla de sentimientos tan confusa e inefable.

En algún momento de la pequeña fiesta improvisada, claramente había surgido el tema de la presentación y tanto Hoseok como Jimin no se aguantaron las ganas de enseñar la cantidad sorprendente de fotos y videos que ambos habían tomado aquel día como parte del recuerdo. Bastó que su madre las viera para que no solo el llanto la atacara, sino que también lo halagará por lo "precioso" que se veía con su vestuario y expresará lo mucho que le encantaría verlo con este puesto.

Y como si las palabras de sus madre fuesen los deseos de una auténtica reina, aquello se cumplió casi de inmediato, pues el vestuario que usaron ese día había sido conseguido por JiEun quien encontró las prendas en un bazar de ropa virtual, traída de Europa. La azabache aún los conservaba ya que planeaba revenderlos y repartir las ganancias entre todos debido a que ya no los necesitarían. Aunque gracias a su progenitora, los planes cambiaron, pues la omega al escuchar el anhelo de una madre, fue de inmediato hasta su casa por ellos y los trajo a la media hora para dárselos respectivamente a todos y que pudieran hacer con ellos lo que quisieran; sobretodo para que Jungkook cumpliese la voluntad de su madre y lo luciera para ella en ese importante día.

Así es como, con la súplica insistente de la de cabellos verdes para que cumpliera su deseo, y a causa de una camuflada y pequeña amenaza sobre mostrarles a los chicos sus penosas fotos de infancia, Jungkook terminó cediendo sin mucho remedio y volviendo a usar el llamativo vestuario.

Cualquier cosa era mejor que pasar por la vergonzosa situación de que sus nuevos amigos, y sobretodo uno en especial ──cof cof Rojito cof cof── vieran a una pequeña bola de grasa con cabello verde y ojos saltones, enfundado en un pañal tocando un tambor de juguete con dos bananas.

No le daría material gratuito al vampiro para que pudiera molestarlo por toda la eternidad. Por supuesto que no, antes muerto.

Se tendría que recordar después, esconder bien esos álbumes del alcance de las garras de su madre...

Sonrió un poco viendo su reflejo.

Si olvidaba la terrible crisis que había tenido que soportar con el puesto y se centraba en cosas menos profundas y dolorosas, lo cierto es que se veía realmente bien.

El atuendo consistía de una camisa sin mangas de tela algo translúcida en un tono negro que dejaba a la vista su torso bien trabajado, y permitía a los demás notar que los tatuajes en su cuello llegaban hasta su clavícula y desencadian por su brazo. Lo acompañaba un pantalón cargo y un saco de color verde oscuro a cuadros, el cual está vez si había decidido usar para cubrirse un poco mejor y no sentirse tan expuesto. Como complemento estaban sus infaltables botas de estilo militar y unos guantes de cuero negro sin dedos, muy propios de motociclistas. Esta vez no había maquillaje en su rostro, más que un hidratante de labios con sabor a fresa, y su cabello estaba únicamente con sus ondas naturales y rebeldes, pero aún así se veía muy bien.

Si era sincero, no le disgustaba del todo...

Recordó sin querer la mirada escaneante de arriba a bajo, que le dedicó cierto pelirrojo la primera vez que lo vió con ese vestuario, y como consecuencia mordió sus labios, retirando con esto lo poco que quedaba de su brillo.

Diablos...

Si seguía acordándose de ese tipo de detalles con tanta frecuencia, de verdad estaría perdido...

Porque desgraciadamente empezaba a darse cuenta que ya lo estaba haciendo.

Estaba cayendo en el propio juego que inició y permitió entre ambos, y era alarmante y peligroso.

Tenía que detener eso pronto, antes de que fuese demasiado tarde.

Debía hablar con Taehyung cuanto antes...

Con un último suspiro abatido, sacó su hidratante de labios y rápidamente se aplicó un poco para evitar la resequedad que el frío constante de aquel lugar le provocaba. Sin permitirse hundirse demás en sus pensamientos y luchas internas, salió del baño con un objetivo claro en mente, tal vez generado gracias a la valentía e impulsividad que el poco alcohol que había ingerido durante toda la tarde, le brindaba.

Luego de que cumpliera la voluntad ──o el capricho, si lo llamábamos de forma correcta── de su madre, está le había hecho literalmente una sesión de fotos privada, haciéndolo posar con todos y todo lo de su alrededor. Tras partir el pastel, comer y hablar un poco entre todos sobre el futuro y los próximos planes como banda, su tía y su progenitora se habían ido para darles un poco de libertad a los más jóvenes, dejándoles algunas cervezas y snacks a disposición. Obviamente con la advertencia previa de no excederse y anunciando que estaría de vuelta antes de la medianoche; Como ella bien había dicho, era una madre de cierto modo liberal, que entendía que su hijo acababa de cumplir veinticuatro años y necesitaba cierta libertad, diversión y privacidad de vez en cuando, pero seguía siendo su madre y por ende aún debían haber ciertos límites.

Lo cierto es que tan pronto las mayores se retiraron, el alcohol fue abierto de inmediato como parte del castigo de un juego de cartas dónde cada perdedor debía beberse una lata de cerveza, y la música también había subido su volumen. No estaban ebrios a un punto extremo pero la mayoría de los presentes ya estaban algo animados.

Con su objetivo aún en mente, tan pronto regresó a la sala, Jungkook buscó con la mirada una cabellera roja entre los presentes, sin obtener un buen resultado. Namjoon y Jin se encontraban en una esquina hablando entre susurros y ceños fruncidos, mientras por otra parte EunWoo, Mingyu, JiEun y Hoseok bailaban con su respectiva pareja al ritmo del pop estridente y alegre que Jimin había puesto en la playlist. Sin darle mucha importancia se dirigió a la cocina para continuar con su búsqueda, y lo que se encontró lo sorprendió un poco:

Yoongi y Jimin besándose apasionadamente.

Jimin estaba sentado sobre la isla mientras el vampiro lo besaba con desesperó y le acariciaba los muslos.

Algo impactado Jungkook miró la escena desde la puerta, tropezando un poco cuando intentó volver a cerrarla para no ser notado. Jimin fue el primero en darse cuenta de su presciencia al escuchar el ruido, abriendo los ojos con sorpresa de inmediato y viendo en su dirección, alejando al pelimenta de un empujón como si de una auténtica plaga se tratara.

El menor tuvo que tragarse su risa ante la expresión ofendida y confusa de Yoongi tras la reacción del rubio, antes de mirar en su misma dirección y tragar saliva con fuerza como si hubiese sido descubierto asesinando a alguien y no comiéndose la boca con un lindo y tierno lobo.

── Tranquilos, no vi nada ──Dijo de inmediato para tranquilizarlos, cubriendo sus ojos con dramatismo── Solo, por favor, no profanen demasiado mi cocina, gracias ──Murmuró con cierta burla antes de volver a dejarlos solos.

¿Le sorprendió?

Claro que lo hizo.

¿Se lo esperaba?

De cierto modo, también.

Desde el principio la relación de esos dos le había parecido algo inusual y ambigua; para decir "no soportarse" eran bastante unidos y permanecían mucho tiempo juntos, buscando siempre estar al lado del otro. Lo que empezó a darle indicios de algo más entre ellos fue lo ocurrido en el viaje a Seúl; La preocupación de Yoongi por el celo de Jimin era demasiado genuina y notoria, la forma en la que corrió con tanto desespero a su habitación cuándo Taehyung le notificó el asunto y lo mal que lo disimuló, no podía ser algo de personas que no se llevaran bien.

Lo que no se esperó fue descubrirlo por su propia cuenta, en su casa y de ese modo...

¿Por qué se esmeraban tanto en ocultarlo?

Bueno, tampoco era algo de su incumbencia...

Al salir al porche encontró por fin a quién buscaba, justo cuando estaba por creer que el susodicho se había ido sin despedirse y ni siquiera felicitarlo debidamente.

Lo vió apoyado en uno de los barandales de madera, respondiendo mensajes en su celular con mucha concentración pero una notoria molestia en su mirada. Desde la entrada, se permitió detallar por unos segundos su perfil perfecto a simple vista y su cabello rojo que se mecía al compás del frío viento nocturno.

Hizo una mueca de ofensa.

¿Por qué el idiota tenía que ser así de atractivo?

Era casi como ver a un personaje irreal de algúna tonta novela ficticia de fantasía romántica...

Y debía aceptar con mucha vergüenza y resignación, que se estaba empezando a sentir como la ridicula protagonista adolescente hormonal que terminaba totalmente idiotizada por los encantos del vampiro de cara bonita.

Se golpeó mentalmente por aceptarlo.

Aunque tampoco podía continuar con su estúpido e inútil esfuerzo por obligarse a hacerse creer qué Taehyung no le llamaba ni un poco la atención físicamente, pues ahora con un leve porcentaje de alcohol en su sistema podía asegurar con mucha certeza que si estuviera en otro momento y circunstancias de su vida, hace mucho le hubiera robado mínimo un beso... o tal vez incluso más...

Dejó escapar una exhalación pesada ante ese pensamiento, acercándose al mayor con un paso tácito y tranquilo. Escondiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones a causa del frío.

── Deberías entrar antes de que Hobi se termine el poco vino que mamá te regaló descaradamente en mis narices ──Bromeó imitando su posición frente a él.

Cuando Taehyung mencionó que no le gustaba la cerveza, su madre de inmediato le ofreció la botella de vino tinto que anualmente guardaban en una colección exclusiva para la cena de navidad, diciéndole que podía bebérsela con tranquilidad pues ella odiaba esa festividad. Lo que no era del todo mentira, ya que ellos solo celebraban esa fecha por pedido de su tía y Hoseok, que a diferencia de ambos la amaban; pero sin duda se había ganado inexplicablemente rápido a su madre, pues ni siquiera con él mismo cedía así de fácil cuando se trataba de alcohol.

Taehyung levantó la mirada algo sorprendido con su presencia, pero de inmediato guardó su celular y le dedicó una sonrisa confiada.

── ¿Así de herido está tu ego de alcohólico?

Jungkook bufó en respuesta.

── Ni siquiera en mi graduación me dejó tocar esas botellas y vienes tú, le sonríes bonito y por poco te regala la colección de más años ──Replicó ofendido. ── A mi no me engañas, algún hechizo u hipnosis diabólica le hiciste ──Lo miró con los ojos entrecerrados.

El vampiro soltó una pequeña carcajada.

── Ya te lo dije, es mi encanto natural... ──Se encogió de hombros inocente antes de suspirar con fuerza, como si estuviera lidiando con algo realmente agotador, lo que inquietó un poco a Jungkook.

» Quisiera quedarme más y acabar la botella porque de verdad es un buen vino, pero para mi desgracia, ya me debo ir... ──Hizo una mueca de disgusto.

── Creí que no eres de los que se iban temprano de las fiestas, que decepción, cada día me doy cuenta que eres pura fachada, Rojito...──Mumuró sin mirarlo, intentando no sonar tan decepcionado por esa noticia como realmente se sintió.

── No me culpes, estuve literalmente todo el día distrayéndote y eso obtuvo como consecuencia que mi padre me quiera ahora mismo en casa o vas a precenciar en primera fila mi extinción, sin poder vivir si quiera un siglo completo.

── Lo siento ──Se disculpó el menor con una sonrisa de culpa, desvíando la mirada a la carretera frente a su casa.

Taehyung se acercó con una mirada dulce.

── No es tu culpa tonto, y no lo dije para que te sintieras culpable tampoco ──Regañó, dándole un leve toquesito bajo su mentón para llamar su atención. ── Me alegra ver que hayas disfrutado tu fiesta, era el objetivo, y prometo que te daré mi regalo pronto ya que esta vez no pude traerlo o ibas a sospechar... ──Se disculpó con una sonrisa. ── Aunque te di mi más grande reliquia familiar, creo que eso debe bastar por ahora al menos.

El menor miró la púa en su manilla y sonrió levemente asintiendo a sus palabras.

── Lo es, si funciona bastante bien como amuleto...

── Ya lo sé, por eso te lo dí. Si lo tienes tú nos dará suerte a ambos ──Aseguró con un guiño.

Jungkook le devolvió la sonrisa impasible, perdido por un momento en la profundidad de sus cautivadores y atrayentes ojos.

── Vamos ──Murmuró desviando rápidamente la mirada de estos, cuando su respiración se sintió algo inconstante, comenzando a bajar los escalones de su casa.

El alfa lo miró algo desconcertado, sin entender muy bien sus intenciones.

── ¿A dónde?

── Te acompaño hasta la entrada del bosque... Quiero caminar un poco, creo que ya el alcohol me esta afectando ──Dijo sincero girandose a verlo algo sonrojado.

Una de las cejas del pelirojo se alzó con diversión ante aquello.

── Ya decía yo que ese cuerpote no podía ser tan inmune a casi una docena de cervezas ──Confesó con burla el mayor, obteniendo un chasquido ofendido en respuesta. ── Agradezco tu caballerosidad repentina de alcohólico mechitas, pero creo que puede ser peligroso, es mejor que te quedes...

── Primero, siempre soy caballeroso, mi mamá me educó bien ──Se defendió ofendido el menor, cruzandose de brazos. ── Y segundo, ya te dije que no es solo por eso, Don Engreído. Será solo hasta el puente y luego me regreso de inmediato; y en cualquier caso, voy acompañado de mi superheroe personal, así que estoy a salvo ¿No? ──Le dedicó una sonrisa complice, antes de comenzar a caminar sin esperar una respuesta.

Taehyung únicamente se rió por lo bajo, viéndolo a lo lejos, jugueteando con su colmillo y teniendo que seguirlo sin más remedio.

En un silencio cómodo y acogedor, ambos llegaron hasta el inicio del puente de piedra que unía al bosque con la pequeña zona urbana del pueblo. Deteniendo la caminata tranquila que llevaban, los dos se miraron en silencio, esperando con cierta ansiedad que el otro iniciará primero con la conversación.

── Esperaré mi regalo, aunque por ahora me conformo con un: "Feliz cumpleaños Jungkook, eres el mejor" ──Intentó bromear el menor para romper con la extraña tensión que los rodeó de repente.

El vampiro se rió y aprovechando la cercanía que había entre sus cuerpos, con su diestra le retiró delicadamente un mechón de cabello del rostro, llevándolo tras su oreja cuando el fuerte viento revoloteó su cabello bicolor cubriendo su expresión maliciosa. Sin borrar su sonrisa, escaneó el rostro algo sonrojado del contrario ──Seguramente a causa del alcohol──, perdiéndose un instante en sus ojos el doble de brillantes y algo dilatados que lo observaba atentos y nerviosos, resaltando en medio de la penumbra de la noche y los árboles que los rodeaban.

Taehyung puede jurar por todos sus antepasados que de verdad hizo su mayor esfuerzo por alejarse y retirar su mano de la mejilla del castaño para simplemente seguirle el juego con uno de sus comentarios sarcásticos como ya era habitual entre ellos; sin embargo, su cuerpo no se movió ni un poco.

Y como si su sola presencia no fuera suficiente tentación ya, el menor mordía con ansiedad y constancia sus labios frente a su antena mirada, torturandolo con solo el color rojizo y provocativo que estos habían adquirido con ese gesto.

De por sí ya eran su mayor tormento hace semanas...

Mierda.

Control, Taehyung...

── Se supone que serás vampiro extinto si no llegas pronto ──Murmuró algo agitado Jungkook intentando bromear, pero con el cuerpo tenso y la mirada fija en los orbes del alfa que de repente parecían de un tono vino,──mucho más cautivador──, los cuáles no se despegaban de sus labios.

¡Jungkook, aléjate de una jodida vez!

Taehyung como el rebelde que era, también ignoró a su propio subconsciente y se acercó más, acortando la poca distancia que tenían hasta que sus narices se rozaron y sus alientos agitados se entremezclaron junto al aroma del alcohol.

Miles de escenas se pasaron por su cabeza, incluso la imagen nítida de su padre apareció como un reproche ante sus deseos fervientes y condenables.

Y como siempre, ──y de la mano de su poca embriaguez──, estos fueron mucho más poderosos que cualquier otra cosa...

── Mierda, me voy a volver loco de verdad si no te beso de una maldita vez, Jungkook ──Confesó en un susurro ansioso lamiendose los labios a milímetros de los contrarios.

A diferencia de lo que el pelirojo esperaba, el menor le sostuvo la mirada con tanta determinación que tuvo que tragar saliva con demasiado esfuerzo al conectar de nuevo sus ojos.

── Pues... Confieso que sería un buen regalo de cumpleaños ── Susurró el de mechas llevando también su vista hacia los acorazonados belfos del vampiro con una pequeña sonrisa tentativa, tomándolo por sorpresa.

Taehyung exhaló con dificultad afianzando su agarre en el rostro del menor, casi con angustia en su mirada.

── Estamos jugando con fuego, mechitas...

Jungkook lo imitó acercándose más.

── Y los dos queremos quemarnos al parecer ──Afirmó rozando a propósito los labios del contrario con los propios. ── Dijiste que lo harías si te lo volvía a pedir... Dijiste que te podrías sacrificar bebiendo el veneno si este también quería ser tomado, dime Rojito, ¿Aún estás dispuesto a hacerlo?

Taehyung le sostuvo la mirada durante unos segundos eternos para ambos, en los que los colores de sus orbes parecieron brillar y colisionar con tanta fuerza que los dos se quedaron sin aliento ni fuerzas para asimilarlo. Con un simple pero gutural gruñido lleno de mil significados, el vampiro tomó con firmeza de la muñeca al castaño y lo obligó a seguirlo con afán y cierta paranoia hasta el bosque, para así poder esconderse tras el tronco de uno de los infinitos e imponentes árboles del mismo.

Jungkook soltó un jadeo ruidoso cuando su espalda chocó con cierta fuerza contra la madera, y el cuerpo alto y delgado de Taehyung lo acorraló contra la misma, apoyando una de sus manos al costado de su rostro y observándolo de una forma tan potente que su cuerpo ardió por dentro.

── ¿Sabes que después de esto estaremos en problemas, verdad? ──Inquirió agitado el vampiro.

El de mechas asintió en medio de un jadeo y un pequeño saltito de sorpresa ,con los ojos cerrados y el corazón desbocado cuando una de las manos heladas del contrario se coló bajo su saco y acarició descaradamente con las yemas de sus dedos el pequeño tramo de piel cálida que quedaba expuesta en su cintura.

── Hablas demasiado y haces poco... ──Se quejó casi en un tono infantil y el pulso en la garganta.

El pelirrojo en cambio, dejó escapar una risa de altivez y sin aplazar más lo que ya era inevitable, tomó con dominio el rostro del menor y dejó una sutil y seductora lamida sobre los bonitos labios color cereza, probando así el sabor de su hidratante, el cual era su favorito como punto final a su condena.

── Mhh, fresa... ──Murmuró deleitado solo viendo los abultados belfos del menor en su espera y como este lo miraba con toda la confianza y seducción que nunca había notado en él, mientras también posaba sus manos sobre su cadera, dejando un apretón sutil qué casi logra mandar el poco autocontrol que aún le quedaba al mismísimo infierno.

── Tu favorito, Rojito...──Alardeó con malicia el menor.

Por todas las generaciones de demonios...

Bastó eso para que el alfa perdiera su propia lucha con un gruñido grave y profundo.

── Abre la boca, yo haré todo el trabajo o te vas a lastimar con mis colmillos ──Advirtió y sin darle ni un segundo para procesar, tan pronto Jungkook separó sus labios obediente, los suyos lo atacaron con necesidad y desesperación, provocando un gemido de plena satisfacción mutua.

Estaban verdaderamente perdidos, pues ese beso para ambos, fue como beber agua en un desierto...

Fue estremecedor y placentero a niveles increíbles.

La escurridiza lengua del vampiro no tardó demasiado en escabullirse en la boca del menor que obediente respondía con sutileza y cuidado pero el mismo deseo a todos sus movimientos. Ambos músculos se encontraron en poco tiempo, iniciando una guerra casi sucia entre ambas con succiones sutiles, jadeos y gemidos bajos compartidos, saboreando la mezcla extraordinaria de dos alcoholes en su boca.

Jungkook gemía deleitado encima de los asombrosos labios del pelirrojo, sintiendo la adrenalina en su cuerpo mezclándose con el otro sinfín de sentimientos, siendo el deseo el principal de estos y el que nubló por completo su mente y no le permitió escuchar ni un solo reproche.

Taehyung besaba rudo y dominante, con una mezcla de erotismo y cuidado, tal y como lo imaginó culposamente alguna vez y cómo jamás nadie lo había besado. Sus labios eran suaves y su lengua aniquiladora y posesiva. Sentía incluso el filo de los colmillos de este rozarle peligrosamente los labios y su lengua en cada movimiento, y aunque era una sensación extraña, ese detalle se le hizo incluso malditamente excitante.

Mierda, lo jodió por completo...

Cuando sus manos comenzaron a subir por el torso del vampiro con ganas de explorar más y perderse en su cabello, el mayor de una forma firme lo tomó por las muñecas presionándolas con su diestra contra la madera por encima de su cabeza.

Gimió en reproche sobre sus labios, logrando que el alfa se separara solo para sonreírle con egocentrismo.

── Quieto... No hay que seguir tentando a la suerte por hoy... ──Le susurró grave al oído, mientras con besos suaves y húmedos descendía hasta su cuello y con su lengua trazaba las líneas de uno de sus tatuajes rozando también el filo de sus colmillos en su piel en el proceso.

El menor tembló y ahogó un gemido cuando sintió al mismo tiempo, las caderas del mayor chocando intencional y descaradamente con las suyas.

── Taehyung... Mierda ──Balbuceó con necesidad, disfrutando y agradeciendo el frío que el otro desprendía, el cual aplacaba un poco lo ebullicente del suyo propio.

Benditos sean los vampiros...

── Feliz cumpleaños, mechitas... Espero hayas disfrutado mi regalo ──Susurró con egocentrismo con un último y tortuoso beso en sus labios, para después soltarlo y alejarse jadeando, disfrutando con orgullo y altivez el estado acalorado y casi suplicante con el que el castaño lo observaba aún desde su lugar.

Sus labios estaban hinchados y el doble de rojos, sus orbes oscuros con las pupilas dilatadas y unas sutiles marcas de su agarre posesivo resaltando bajo su mentón: Todo una obra de arte.

── Eres el peor de los idiotas, Kim ¿Lo sabías? ──Se quejó cerrando sus ojos para intentar calmar su estado de extasis y agitación.

Fue solo un maldito beso, ¿Como podía tenerlo así de caliente y desesperado?

Sus pantalones le apretaban de repente...

Taehyung se rió con disfrute y simplemente se limpió el labio inferior con su pulgar frente a la mirada atenta del contrario, para terminar de desarmar al pobre castaño.

── Ya lo sé, mechitas, gracias por el cumplido... ──Le guiñó con descaro.

Retiraba sus pensamientos hormonales de hace un momento:

Malditos vampiros...

De regreso a su casa, tras su más... interesante regalo del día, Jungkook no se esperó encontrarse en el camino y de frente con su misterioso acosador, quien para su infortunio había presenciado en primera fila la casi erótica situación previa.

Con una mezcla de sorpresa, confusión y pánico, lo observó.

── ¿J-Jackson?

🐍 [ Ťo Bə Continuə... ] 🦇

¿Me retiro lentamente ahora? 🕴🏻

Al parecer mi mood del día es llorar, Dios mío por fin se pudoooo hacer esto 😭

Hoy no voy a decir mucho porque como algunos saben (quienes están en mi canal de difusión) hoy no fue un día fácil y no estoy en mi mejor momento emocional y no quiero ponerme sentimental ni profunda o traer aquí mis problemas, así que solo diré que espero que estas 11K palabras compensan las dos semanas de retraso, y que la espera haya valido la pena 🥺

Me costó demasiado escribir este capituló en muchos sentidos, pero estoy satisfecha con el resultado y esperó a ustedes les guste igual. Por favor comenten y voten mucho, de verdad me haría muy feliz leer ahora todas sus reacciones y sería un soplo de alegría que en este momento oscuro que estoy pasando me serviría mucho 🥹❤️‍🩹🫂

Llegamos hace poco al 1k de votos y 6k vistas lo cual les agradezco un montón 😭🥺💚 gracias por su amor y apoyo como siempre, son lo mejor que tengo, los adoro 🥹🫂💜

Aquí les dejó el look de KooK en la presentacion. Espero regresar pronto con otro capituló, cuiden mucho su salud física y mental, bye 💕💜🥺

VanTTGirl ▪︎

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