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『♡⃕』XIV PT.I 🦇

Flashback.

Domingo 1 De Septiembre, 10:30 P. M.

Con una imborrable y maliciosa sonrisita de felicidad, Taehyung ingresó en su casa saboreando en sus labios los restos de un hidratante de fresa, que no era suyo precisamente.

Diablos, ahora le gustaría el doble ese sabor.

Aún con su animada expresión, dejó escapar un fuerte suspiro, y aunque le sorprendió bastante, aprovechó el inusual silencio y la calma que lo recibió en la mansión y cerró con cuidado la gran puerta a sus espaldas para así comenzar a caminar casi con sigilo hacia su habitación.

Su intento ──algo torpe e inmaduro── de escape ninja, se vió trocado cuando su padre salió de la cocina y lo atrapó en el segundo escalón dónde casi tropieza a causa de un leve mareo que lo atacó.

── Mierda ──Balbuceó apretando los párpados con desilusión ante su misión fallida.

Cuanta razón tienes mechitas...

Soy un fraude como vampiro.

Bufó por lo bajo con frustración.

─ Te dije que debías estar aquí hace más de dos horas Taehyung, ¿Dónde estabas? ──Inquirió en un tono impasible el mayor, uno que rayaba casi lo amenazador y que al contrario de tranquilizarlo, solo lo alertó de lo que se avecinaba.

Con una inhalación en busca de valentía y paciencia, detuvo sus pasos y se giró a verlo con fingida serenidad, mientras relamía una vez más sus labios, tratando así de borrar todo rastro de delito que fuera demasiado obvio.

Esperaba que el olfato de su padre tampoco percibiera el poco alcohol que había ingerido, aunque no esperaba contar con tanta suerte.

─ Lo siento, te dije que estaba en un evento importante, no pude llegar antes ──Jugueteó con su colmillo, captando la atención del alfa mayor.

── ¿Qué clase de evento? ──Remarcó con burla amarga, haciendo también una mueca de desagrado al percibir la mezcla de un leve aroma a alcohol y una segunda fragancia muy debil, extraña y casi imperceptible que desprendía su hijo. ── ¿Qué es más importante que uno donde tu familia te necesita? ──Dijo con una mirada fría, acercándose hasta dónde el menor se encontraba, mientras sostenía una copa de vino en su mano. ── Apestas a alcohol barato y a un aroma muy extraño, ¿Dónde carajos estabas? ──Insistió ahora verdaderamente interesado.

Taehyung rodó los ojos sin importarle que el mayor se diera cuenta de su acto lleno de desdén y fastidio.

¿Cuando su padre se había convertido en alguien tan insoportable y molesto?

── Papá, era el cumpleaños de un comp...

── ¡Me importa un bledo de qué se trataba! ──Lo cortó fastidiado el azabache. ── ¡Tu hermano y tú me dejaron en un bochornoso ridículo frente a los Lee en la cena de hoy por culpa de su irresponsabilidad!──Lo señaló con decepción y enojo. ── Estoy cansado de que ustedes dos me tomen por estúpido Taehyung, sobretodo tú; van dos veces que me dejas plantado con uno de tus posibles esp-...

El menor tocó su cabeza con clara molestia y frunció el ceño deteniendo el sermón ya conocido, con un gruñido.

Oh, él sí que estaba exhausto de todo eso.

── Pues ya somos dos... ──Dijo entre dientes, antes de enfrentarlo. ── ¡Estoy harto que no entiendas qué no voy a casarme con un desconocido, maldita sea! ──Bramó por primera vez igual de molesto, desafiandolo con la mirada. ── ¡No quiero más cenas, reuniones estupidas. ni tonterias!, ¡Entiendelo de una vez: No necesito un omega! ──Recalcó agitado y muy frustrado.

» ¡No lo quiero, no lo he pedido, y mucho menos quiero que tú elijas con quién voy a pasar el resto de mi vida como si de un puto y vulgar negocio se tratará!, ¿Cuanto más te lo tengo que pedir?, ¡Estoy cansado de ser tu títere cuando se supone que soy tu hijo! ──Lo miró con los orbes flamantes de puro resentimiento materializado en un tono rojo profundo, antes de continuar en voz más baja pero manteniendo el tono herido y gélido: ── Y lamento decepcionarte papá, pero Seokjin piensa exactamente lo mismo, así que tu negocio no se va a poder concretar esta vez ──Fingió una expresión de lastima agria antes de darle la espalda.

Con eso último dicho, el pelirojo resopló con los orbes el doble de brillantes a causa de las lágrimas de frustración acumuladas que se negaba rotundamente a soltar frente a quien le había dado la vida, y se dispuso a seguir su camino hacia su habitación.

Tragó con dificultad el nudo que se formó en su garganta.

Extrañaba al hombre con el que creció cuando era pequeño, el que verdaderamente se preocupaba por la felicidad y el bienestar de su familia; pero sabía que pedía imposibles, pues ese hombre había sido reemplazado por un frío ser lleno de avaricia. que priorizaba ante todo la apariencia y la superficialidad.

Aunque tampoco sabía exactamente en qué momento ese cambio tan radical y repentino había sucedido.

Extrañaba quién era su padre hace años, ese quién por lo menos lo escuchaba.

El pelinegro desde su posición, lo miró consternado ante la primera firme oposición de su hijo menor, quién a pesar de su constante y nata rebeldía, nunca le hacia frente ni cuestionaba sus decisiones u órdenes. Jamás lo había visto tan determinado en llevarle la contraria y eso no le gustó para nada al alfa estricto.

── ¡Taehyung, espera! ──Ordenó con su voz firme de mando.

Involuntariamente y muy a su pesar, el menor se detuvo a mitad de escaleras con un gruñido, apretando sus puños a sus costados con impotencia y frustración propia.

Odiaba que a pesar de todo, aún ──inconscientemente── seguía acatando cualquiera de sus órdenes. Tal vez era culpa de ese deseo interno y escondido, esperando que al ser el hijo obediente que el mayor quería que fuera, esa demostración de cariño u palabra de orgullo que anhelaba de su parte desde su adolescencia, llegaría alguna vez en reemplazo de cualquiera de esas estúpidas órdenes.

Pero entre más años pasaban, más se desvanecía ante sus ojos la expectativa de esa posibilidad. Su familia a ese punto le era irreconocible.

Sintió los pasos del hombre azabache a sus espaldas, hasta que lo vio sentarse despreocupado en uno de los escalones a su costado y darle el último trago a su copa antes de permanecer con la vista perdida en el cristal de la misma.

── Sé que para ustedes no se ve así, pero créeme que todo lo que estoy haciendo lo hago en busca de su bienestar, de un bienestar conjunto ──Murmuró sin verlo, pero agradeciendo en silencio que su hijo se quedará escuchando sus palabras, a pesar de que en el fondo era consciente que no era realmente a voluntad. ── Permití que Namjoon se centrará en los estudios y los negocios que él quería, porque a fin de cuentas es quién me ayuda a manejar todo el tema de la política e imagen y en cierta parte me beneficia. Lo desligué de las obligaciones como primogénito para darle otras responsabilidades, por ende solo me quedaban tú y tu hermano para dejar en sus manos un deber que nos afecta a todos como familia y especie. Sobre todo confié plenamente en ti para esto, porque en el fondo sabes que eres mi favorito ──Sonrió levemente a la nada.

Taehyung suspiró agotado. Venía la charla emocional y manipuladora, lo sabía. Cambió su peso de pie y lo miró sin expresión.

── No empieces con tus comentarios despectivos hacia Seokjin porque entonces sí vamos a tener problemas ──Advirtió con seriedad, y una mirada dura de soslayo.

── No lo haré ──Aseguró el mayor en una exhalación ruidosa, antes de sonreír con amargura. ── Esa es la razón de que seas mi favorito hijo: eres idéntico a tu madre. Su mismo carácter y su misma mirada...

── Ya lo sé, y lo agradezco porque créeme que odiaría parecerme a ti ──Afirmó el pelirojo sin remordimientos soltando un chasquido de molestia.

Había herido a su padre, lo sabía por la forma brusca e inmediata en como este cambió su expresión a una inexpresiva y firme como le era habitual. Ya no le importaba tampoco, hace mucho había dejado de hacerlo realmente, pues parecía que el sentimiento de indiferencia era mutuo. Y aunque sabía que su valentía y confianza para enfrentar a quién tanto temía decepciónar, se la debía al alcohol que había en su sistema en ese momento, y a una precencia nueva en especial en su vida; iba más allá de esas razones. Todo era un cúmulo de agotamiento mental y frustración de años al no alcanzar las expectativas de quién en su momento fue su mayor ídolo y ejemplo.

─ Aún eres muy joven para comprenderme Taehyung...

El menor gruñó en desacuerdo ante aquello.

── ¿Cuando vas a entender que ya no soy un niño? ──Replicó muy molesto. ── Déja de escudarte en esa ridiculez, tengo veinticinco años y entiendo perfectamente tus actos egoístas disfrazados de preocupación fraternal que en este momento no te queda para nada ──Bufó──. Y si me disculpa, ya me cansé de escucharlo señor alcalde.

Sin ganas de seguir teniendo esa conversación, Taehyung siguió subiendo los escalones con todo el afán de encerrarse en su cuarto y meterse por días en su ataúd.

── Va más allá de una preocupación como padre, o un negocio, aunque lo dudes hijo ──Siguió el azabache a pesar de no mirarlo y escuchar las pisadas ruidosas y apuradas del pelirojo a sus espaldas. ── Somos los únicos vampiros que quedamos junto a los Min, Taehyung. Nos estamos extinguiendo poco a poco con el pasar de los años, y aunque sabemos que no moriremos pronto o no de manera convencional, al menos, los enemigos nos rodean y en cualquier momento vendrán en nuestra contra y lo sabes.

De nuevo, el menor se detuvo en lo alto de las imponentes escaleras queriendo soltar una carcajada de burla, hasta que recordó a Baekhyun o ese misterioso accidente que todos mencionaban que había tenido cuando era pequeño, del que no se acordaba si quiera, pero que le aseguraban real y no un intento más de manipulación de su padre.

Llevaba años intentando recordar por su propia cuenta aquella noche, pero su mente parecía haber creado una inmensa laguna, y le frustraba tanto.

── Estamos en el siglo XXI, esas cosas ya no pasan, papá ──Intentó sonar seguro aunque el leve tinte de duda en su voz fue notable para el mayor.

── No podemos confiarnos hijo, los enemigos siempre estarán ahí, y por eso insisto en que Seokjin y tú se casen con unos buenos omegas pronto. Ambos, pero sobretodo él, ya están cerca de los treinta y es momento de que tengan su descendencia y ayuden a mantener no solo nuestro apellido sino también nuestra especie y nuestro linaje ──Se levantó para girarse a verlo con semblante angustiado. ── No quiero perder a mi familia, por eso pido ese sacrificio de su parte, que más que eso, es un trabajo en conjunto para mantenernos fuertes.

» Para mi esto es tan importante como para ti lo es la música o la banda hijo, y solo pido que te pongas en mis zapatos por un instante y me ayudes a hacer esto más fácil para todos ──Pidió con tono tranquilo. ── No sé qué te está haciendo cambiar de opinión, pero por favor reconsidera si vale realmente arriesgar así a tú familia por ello. Recuerda como terminó tu abuelo a manos de sus enemigos.

Abrumado y confundido, Taehyung simplemente resopló con fuerza y rápidamente siguió su camino sin volver a mirar a su padre.

Por más reacio a aceptarlo que estuviera, sabía que en parte tenía razón.

Los enemigos siempre rodearon a su familia, su abuelo fue víctima de ello. Baekhyun y su padre eran también una prueba fehaciente, cuando su enemistad estaba declarada hace años aunque él ni siquiera sabía si quiera el verdadero porqué.

Cerró la puerta de su cuarto con fuerza apoyándose en la misma exhausto, y miró su ataúd solitario, cerrado y olvidado en una esquina. Lo descartó de inmediato cuando sus ojos vieron de frente la mullida y cómoda cama gigante, a la cuál de inmediato se lanzó de espaldas con un semblante agotado y abrumado en partes iguales.

Cubrió sus ojos y recordó unos orbes plateados y risueños que lo hicieron sonreír débilmente, junto al recuerdo vívido y casi palpable de unos dulces y bonitos labios correspondiendo sus besos con el mismo impetuoso deseo.

Su cabeza dolió de repente haciéndole abrir sus ojos, y entonces deseó poder dormir de noche como cualquier humano. Necesitaba descansar con demasiada urgencia.

Tomó su celular y abrió rápidamente un chat que últimamente era habitual en sus mensajes, vió la pantalla durante unos minutos indeciso, y tras un gruñido dejó que sus dedos escribieran por sí solos sobre el teclado, antes de lanzar el aparato lejos con un resoplido de molestia.

Se cubrió el rostro con el antebrazo.

"Reconsidera si vale realmente arriesgar así a tú familia por ello".

Por supuesto que valía la pena. Jeon Jungkook valía cualquier sacrificio u elección...

Sin embargo, su padre no mentía al decir que tenía un compromiso y responsabilidad para con su familia y lo sabia; y aunque este no hacia parte de sus propios ideales u metas personales, si que influía en el futuro de todos, desgraciadamente.

Jungkook era un humano excepcional y maravilloso que merecía ser elegido por sobre cualquier cosa, eso lo supo desde el primer instante en que lo vió, e incluso esa tarde después cuando en el bosque le reclamó firmemente sus pertenencias y le demostró cuan encantador era; pero lastimosamente, seguia siendo eso: un humano. Y aunque a Taehyung aquello no le importaba en lo más mínimo, ese detalle y el solo hecho de que también fuera un beta, si ponía en una inevitable balanza sus decisiones: Entre seguir sus instintos y propios deseos, o lo que debía hacer como el vampiro alfa Kim que era, antes que nada.

Tal vez su padre tenía razón y ese era su propósito de existencia: Velar por el bienestar de quiénes amaba.

E indirectamente, de algúna forma también debía asegurarse de proteger a Jungkook de cosas que no merecía vivir ni mucho menos soportar por su culpa. El pobre ya había tenido más que suficiente hasta ahora.

A pesar de no quererlo, al parecer en esta ocasión sí tendría que ir en contra de sus ideales y propios intereses...

Se sacrificaría por el bien de todos.

Es lo correcto Taehyung...

Fin Del Flashback.

Presente.

Lunes, 2:00 P. M.

Entre la bendita discusión con su padre hace una semana y la extraña e incómoda charla que había tenido con Jungkook la tarde anterior, no sabía cuál le haría estallar primero la cabeza.

── Joder, cada vez es más insoportable ──Murmuró para si mismo por lo bajo, tocando con molestia su cien, mientras apuraba el paso con expresión irritada y gruñidos irritados.

Estaba teniendo que lidiar con unas semanas de auténtica mierda.

Los exámenes finales de contaduría lo estaban asfixiando. Detestaba los números pero aquel era otro capricho que le cumplía a su padre, por más que ahora estuviera pagando las detestables consecuencias materializadas en una infinidad de números y operaciones matemáticas ──que aunque hacía a la perfección──, le fastidiaban la existencia. La buena noticia es que solo faltaba un semestre para graduarse, y antes de preocuparse de lleno por lo que tendría que hacer después de eso o empezar la batalla campal con su progenitor por las riendas de su propio futuro, todavía podía refugiarse y descargar su estrés en la música durante un tiempo y eso lo aliviaba.

Gruñó fastidiado al recordar la expresión que tenía Jungkook esa tarde, y la segunda conversación más estúpida e incómoda de toda su existencia, que habían tenido sobre nada más y nada menos que el clima y la llegada del invierno. Fue ridículo e incomodo a niveles increíbles.

Detestaba sentirse así de alejado con él, al punto extremo en que sus apodos habían sido olvidados por ambos y reemplazados por sus nombres a secas o los honoríficos respectivos. Era irónico como un beso que los había acercado físicamente tanto como deseaban, en consecuencia también los había alejado kilómetros emocionalmente.

Aúnque tal y como habían acordado ambos el día anterior: Era mejor así.

No obstante, la mirada triste, los ojos apagados ajenos y la constante sensación de estar distanciándose cada vez más de su mechitas por un impulso carnal que no supo controlar a tiempo y como debía, le estaba cobrando un precio que no le gustaba en lo más mínimo pagar, pues podía ver la decepción, culpa y tristeza que aquella distancia había causado en el castaño de ojos preciosos.

Y se sentía como un miserable, pues ya conocía lo suficiente a Jungkook como para tener la certeza de que esa situación solo había ocasionado remover inseguridades erróneas y traumas mal infundados en él. Lo que menos deseaba era lastimarlo de ninguna manera. El solo pensamiento de que se sintiera más roto por su culpa le carcomía por dentro y lo enojaba consigo mismo, pero desgraciadamente tampoco podía seguir alimentando una situación que no sabía hasta qué punto podría mantener controlada.

Lo que Jungkook provocaba en él con una sola mirada u sonrisa era tan maldita mente inexplicable y arrasador, al igual que peligroso y condenador.

Jamás había experimentado algo igual con nadie que hubiese conocido antes, ni siquiera sus antiguas conquistas, y era tan extraño como cautivador.

No se arrepentía de lo que había pasado y eso lo tenía más que claro, pero si alguien le hubiera dicho que eso que tanto anhelaba iba a provocar que la bonita amistad que había forjado con mechitas en tan poco tiempo, se quebrantara de esa forma, entonces hubiese preferido no caer ante sus deseos esa noche.

Pues a pesar de todo, disfrutaba de la compañía y amistad de Jungkook, y como le dijo alguna vez en una de sus confesiones disfrazadas de coquetería y burla: se conformaba con eso gustosamente.

Resopló de nuevo ante un nuevo pinchazo y subió rápidamente las escaleras de su casa, encontrándose con su nana en lo alto de las mismas.

── Tete, ¿Qué haces tú también aquí tan temprano?, ¿Y el ensayo? ──Dijo está entre la sorpresa y la confusión.

El pelirojo la imitó frunciendo el ceño.

── Se canceló por hoy, no me siento muy bien desde ayer y los chicos se compadecieron ──Hizo una mueca inconforme y un puchero de molestia.

La dulce mujer de cabellos blancos, preocupada tocó su frente asegurándose que no tuviera fiebre.

── No tienes temperatura pero es mejor que vayas y descanses cariño, te prepararé un té de jazmín para la molestia.

Sin ánimos de rechistar, en respuesta Taehyung le dejó un casto beso cariñoso en la frente de la dulce fantasma de unos sesenta años mundanos o unos cuantos siglos en realidad.

── Gracias, nana ──Murmuró con desánimo. ── ¿Mamá está? ──Inquirió esperanzado.

La contraria realizó una mueca que deshizo por completo las pocas esperanzas del menor, quien de inmediato suspiró ruidosamente al entender la respuesta que le daría.

── No cariño, salió con sus amigas a un evento de caridad cerca de Seúl, dijo que volvía mañana temprano ──Explicó con una mirada compasiva. ── Tú padre también informó que iba de salida, pero tus hermanos están en sus habitaciones ──Lo reconfortó con una sonrisa de ánimo y una caricia tierna en la pálida mejilla del pelirrojo.

Este asintió resignado, devolviéndole el gesto débilmente, antes de caminar sin ánimos hacia su habitación.

── Taehyung ──Lo detuvo la voz firme pero apurada de su padre desde la puerta principal, cuando se percató de su presencia. ── Estaré en una reunión con los concejales, llego para cenar pero necesito...

El nombrado inhaló con cansancio.

── Ya lo sé, ya me encargué de todo, el viernes estarán aquí ¿De acuerdo? ──Lo interrumpió con tono desinteresado y estresado el menor. ── Ahora, si me disculpas, estoy bastante agotado ──Murmuró simplemente antes de seguir su camino.

Entró en su cuarto y rápidamente se deshizo de su chaqueta y sus pesadas botas dejándolas tiradas en cualquier lugar sin mucho interés, al igual que su celular. Inspeccionó su cuarto amplio pero solitario con un puchero involuntario durante un par de minutos, y haciendo caso a sus deseos internos de alfa mimado ──que aparecían pocas e inusuales veces──, tomó rápidamente su almohada y se encaminó al único sitió donde siempre recurría cuando se sentía triste, abrumado o simplemente sobrepasado de sentimientos que no podía manejar por su propia cuenta, como justo en ese momento estaba ocurriendo.

Solo había una persona que lo entendía en esas situaciones.

Tímidamente y como si otra vez fuera un niño de diez años asustado por los truenos, miró un segundo la madera oscura con indecisión y tras un chasquido de burla propia y un suspiro de resignación tocó débilmente, escuchando casi al instante un bajo "pase" tras la misma.

Asomándose levemente por la puerta con una expresión avergonzada al igual que tierna, Taehyung miró a su hermano sentado sobre su cama, como era de esperarse con un libro en sus manos y sus lentes de lectura.

── Pensé que solo me iba a encontrar con la locomotora ──Se burló vagamente el menor, aún desde la puerta algo cohibido, abrazado a su almohada gigante y con el cabello rojo medio despeinado.

Namjoon ni siquiera levantó la mirada de su libro pues segundos antes había percibido el fuerte y característico aroma amaderado y floral de su pequeño hermano. Simplemente sonrió en respuesta, captando la burla.

── Y yo creí que ya eras un adulto independiente y suficiente que no necesitaba de un hermano filósofo y regañón ──Le recriminó también en broma, mirándolo por sobre sus lentes de forma acusadora.

Taehyung rodó los ojos herido y avergonzado al haberle recordado sus palabras tontas de una vieja discusión.

── Ya te pedí perdón mil veces por eso, supéralo ──Puchereó dolido. ── ¿Puedo dormir aquí? El maldito sol da directo a mi balcón y tengo migraña como para también tener que soportarlo.

Nam sonrió con disimulo al comprobar con una vaga mirada a su ventana que en realidad la tarde estaba bastante nublada y opaca. Entendiendo que su hermano lo necesitaba de nuevo, como en los viejos tiempos, simplemente asintió en respuesta con serenidad, abriéndole espacio en su cama y palmeándo la misma.

── Está bien, con tal de que no me patees ni me uses de oso personal ──Advirtió.

── Hecho solo si tú no roncas ──Replicó en respuesta Taehyung con una sonrisa victoriosa al recibir el gruñido del peligris.

Con una sonrisita alegre, tal y como cuando era pequeño, y como el niño caprichoso que en fondo sabía que era, de inmediato corrió a lanzarse en el mullido y suave colchón a su lado. Con el pecho sobre las oscuras frazadas y abrazado a su almohada, Taehyung vio a su hermano volver a sumergirse en su lectura con una envidiable serenidad y calma.

── ¿Tampoco puedes dormir, Hyung? ──Curioseó en un murmuro.

Namjoon asintió con una mueca.

── ¿Revisaste tu ciclo?

Taehyung gruñó escondiendo su rostro en la almohada.

── Por supuesto que lo conozco, ¿Por quien me toman todos? ──Reprochó con voz ahogada gracias a la almohada, aunque sabía que realmente debía hacerlo, pues se le había olvidado por completo revisar aquel detalle. ── Aún no ──Aseguró sin verdadera certeza.

── ¿Entonces por qué llevas días irritable, con migraña y ahora estas de mimado? ──Acusó el mayor viéndolo con leve burla a pesar de que el pelirrojo todavía se encontraba enterrado en la almohada.

── Es estrés acumulado nada más ──Aseguró con convicción y un tono añiñado encogiéndose de hombros. ── Extraño nuestros momentos de hermanos...

Namjoon suspiró con fuerza cerrando su libro para dejarlo del lado, junto a sus lentes y mirar con cariño al pequeño y caprichoso vampiro a su lado. Del mismo modo, se dispuso a acariciarle el cabello, sonriendo satisfecho cuando el menor casi que ronroneó y se acercó en busca de más mimos, abrazándose a su cintura como cuando era pequeño.

El mayor gruñó con fingido fastidio.

── ¿Que dijimos de usarme de almohada?

── Ya deja de hacerte el difícil, no te sale Hyung ──Se quejó con voz mimosa.

Con un suspiro y una mueca resignada, el moreno se tragó su risa y continuó dándole caricias a la suave cabellera de su hermanito mientras volvía a su libro.

── ¿Discutiste otra vez con papá?

── ¿Sería novedad? ──Replicó fastidiado el otro con voz somnolienta.

Namjoon suspiró con fuerza.

── ¿Si quiera lo estas considerando? ──Murmuró incrédulo viéndolo con preocupación.

El menor solo asintió con un gruñido bajo.

── ¿Y estas bien con esa decisión? ──Indagó cuidadoso pero manteniendo su pizca de inquietud y preocupación. ── Tae, sabes que si no quieres hacerlo, puedo intentar volver a hablar con él o con mamá...

Taehyung exhaló fuerte, saliendo de entre su escondite cómodo de algodón para mirarlo por fin con un puchero y una expresión derrotada. Le sonrió débilmente en respuesta mientras negaba.

── No tiene caso Namjoonie, sabemos que ni siquiera tú siendo su hijo estrella te escucha, mucho menos va a escuchar a mamá que lo deja hacer su voluntad sin rechistar ──Bufó.── Las cosas en esta casa siempre van a ser así y eso no va a cambiar.

El mayor frunció el ceño desviando la vista al frente.

── Mientras se lo permitamos... ──Susurró frustrado.

── Tampoco podemos hacer mucho, mientras vivamos bajo sus órdenes.

El peligris gruñó, dándole la razón al contrario y dejando caer su cabeza contra el respaldo de su cama con semblante molesto y angustiado.

Siempre fue el hijo ejemplar. Siguió los pasos que su padre le inculcó al pie de la letra, lo dejó formarlo a su antojo y siempre intentó ser tan perfecto como él se lo exigía; solo desviándose unas pocas veces cuando el poder de persuasión y la rebeldía de su hermano menor terminaron inevitablemente arrastrándolo con él a sus locuras, o cuando sus propios deseos fueron más fuertes que los mandatos de su padre. Pero también estaba llegando a su máximo. Estaba cansado de sentirse impotente e inútil ante la desdicha y la enorme carga que se les había impuesto a sus pobres e inocentes hermanos, privándolos de su propia felicidad para cargar con un mandato arcaico y ridículo a sus ojos.

Se estaba hartando de sentirse maniatado por el simple hecho de vivir bajo el mismo techo y reglas del hombre que les había dado la vida, pero quien tampoco le importaba en lo más mínimo arrebatárselas y manejarlas a su antojo como si por el simple hecho de engendrarlos estas le pertenecieran. Todo por un título que se le había subido a la cabeza.

Anhelaba siempre esa familia amorosa y unida que habían sido antes de que su padre se convirtiera en el alcalde de ese pueblo tan infestado de maldad, egoísmo y avaricia.

Miró de nuevo a su hermano con angustia.

── ¿Y que hay de Jungkook? ──Preguntó en un murmuró interesado, logrando espabilar con eso todo el sueño que comenzaba a invadir al de hebras carmesís.

Taehyung frunció el ceño y relamió sus labios, aunque no se atrevió a abrir sus ojos.

── ¿Qué con él?

── No sé, ustedes son bastante obvios y de repente los he notado muy distanciados para lo inseparables que se volvieron ──Comentó tranquilamente el mayor, analizando con interés la reacción de este.

Los orbes tan rojos como los suyos, por fin se dignaron a mirarlo con un leve brillo de indecisión en ellos, uno que Namjoon ya conocía bien.

── ¿Obvios con que? ──Murmuró consternado Taehyung, volviendo a refugiarse en su almohada. ── Solo nos hicimos buenos amigos, y los amigos discuten dw vez en cuando, Namjoonie ──Intentó refutar, aunque el tono bajo y dubitativo lo delató bastante.

── Lo creería si habláramos de Jimin, pero no soy ciego Taehyung, lo veo ──Señaló con el mismo tono tranquilo y la sonrisa calmada. ── Los veo ──Se corrigió.

El menor gruñó irritado, girando su rostro hacia el otro lado.

── Ya, no digas tonterías Hyung, no pasa nada con Jungkook.

Disfrutando de la molestia del menor, Namjoon rio levemente totalmente divertido con la actitud renegada y absurda del menor. Fingía tan mal.

── ¿Es por él que también lo estas considerando, verdad?

Taehyung gruñó ya cansado.

── No debí venir, el sol es mil veces más soportable que tú ──Se quejó levantándose con expresión enfurruñada y jugueteando con su colmillo, enfadado.

El peligris soltó una carcajada divertido y se cruzó de brazos viéndolo acusatoriamente.

── Taehyung... ──Dijo en tono de reproche haciendolo rodar los ojos con fastidio.

── Es solo mi amigo ──Repitió con voz firme y el ceño fruncido.

Cuando percibió el aroma de su hermano mucho más fuerte, el moreno supo que lo mejor era detenerse para no irritarlo más en su estado. Por lo qué simplemente suspiró y le sonrió comprensivo, dejando una caricia cariñosa en su cabeza, despeinandolo el doble con ese gesto.

── Bien, no insistiré, sé que sabes lo que haces ──Lo calmó con tono apacible. ── Jungkook es un gran chico y me cae muy bien, pero ten cuidado ¿Si? Puede ser peligroso en toda esta situación, ve con cautela ──Advirtió tranquilo pero con firmeza. ── Sea como sea, si es alguien que te hace feliz, está bien lo que sea que pase entre ustedes ──Le sonrió en muestra de apoyo.

Taehyung tan solo miraba las sábanas de la cama perdido en sus propios pensamientos, con un puchero abrumado y abrazado a su almohada como un infante asustado.

── Lo sé ──Suspiró con fuerza y asintió después de unos segundos, devolviéndole por fin la mirada con fingida molestia. ── Tienes que dejar de ver tantas películas cursis con Seokjin, te estás imaginando cuanta ridiculez se te ocurre ──Rodó los ojos fingiendo fastidio y se volvió a acostar a su lado, esta vez, dándole la espalda.

Namjoon río viéndolo con diversión y cariño.

Era tan terco.

── Claro, es eso ──Ironizó sin borrar su sonrisa.

Suspiró con fuerza antes de expresar lo que sabía que su hermano esperaba de él.

» TaeTae, nunca dejes de ser tú o hacer lo que tú deseas, por nada ni por nadie. No importa de quien o qué se trate, no dejes que te roben tu identidad, ni mucho menos tu felicidad. Sigue poniéndote siempre a ti primero, hermano, no importa que tan difícil parezca el panorama ──Susurró como último consejo, antes de volver a su libro, aunque ahora estaba bastante perdido en sus propios pensamientos.

Al escuchar las palabras del mayor, el pelirrojo tuvo que tragar con fuerza su saliva y esconder con más desespero el rostro entre la almohada para lidiar con el nuevo ataque de migraña que esa reflexión ──que en el fondo tanto esperaba de su sabio hermano mayor──, le provocó.

Su mente era tan caótica como su propia vida en ese mismo instante.

Estaba muy jodido.

── Deberías aplicar tus propios y sabios consejos, Hyung ──Replicó con una mirada de reproche pero también comprensión.

Namjoon desvío la mirada consternado ante esa respuesta, y cuando planeaba responder, una tercera persona ingresó en escena.

── ¿Haciendo pijamada sin mi? ──Murmuró con falso tono herido la voz de su hermano mayor, asomándose por la puerta y tomando por sorpresa a ambos, sacándolos de sus propios y tormentosos pensamientos.

── No fue por voluntad propia precisamente ──Respondió con una leve sonrisa Namjoon, viendo al pelipúrpura con atención.

Taehyung se giró a verlo ofendido antes de mirar también a su hermano mayor, quien venía abrazado a su peluche de alpaca, vestido con su pijama azul favorita y una expresión tan miserable como la suya misma.

── Déjame adivinar, Kim Taesoo también te dio la charla ──Afirmó con decaimiento el pelirrojo.

── No sería novedad, ya se estaba tardando en venir a reclamarme lo decepcionado que está de mi, como cada semana ──Resopló con un puchero, rodando los ojos. ── Como sea, hazme espacio, quiero dormir...──Le dio un leve empujón a su hermano menor, pero no logró moverlo ni un poco.

── Ve al lado de Namjoon, estoy cómodo aquí y llegué primero ──Refufuñó el menor, dándole una sutil patada.

── Ush, estás insoportable estos días ──Seokjin resopló dándole un golpe con su peluche, y compartiendo una mirada nerviosa con el peligris gateó hasta posicionarse entre sus dos hermanos, tratando de evitar a toda costa la mirada risueña del moreno en especial.

Namjoon dejó de ver interesante el libro que leía de repente, y lo dejó del lado sin cuidado, para observar mejor y detenidamente con sumo interés cómo Seokjin tragaba con fuerza antes de darle la espalda y abrazarse a Taehyung.

── Genial, invaden mi cuarto y ni siquiera me hacen espacio en mi propia cama, también necesito dormir ¿Saben? ──Se quejó con falso reproche antes de acostarse en el mínimo espacio libre que le habían dejado los otros dos, y aprovechó esa excusa para pegarse al de cabellos violetas y abrazarlo con fuerza por la espalda, para después dejar un casto beso sobre su mejilla, que lo sonrojó hasta las orejas de esa linda forma que lo hacía ver el doble de bonito.

Taehyung se rio del repentino cansancio del peligris,

── Jinnie Hyung ──Se giró a verlo con una mueca culpable. ── Papá me...

El mayor lo interrumpió negando y dejando una caricia tranquilizadora en su cabello.

── Ya me dijo que te encargaste de todo, está bien Tae, es lo que debemos hacer ──Murmuró sin ánimo, con los ojos cerrados y una sonrisa apagada, aferrándose al brazo que con tanta fuerza lo abrazaba y sintiendo un pesado suspiro ajeno y agobiado acariciarle la nuca.

── Ajá... ──Respondió del mismo modo el menor, con un fuerte bufido que amortiguó la almohada, gracias a que nuevamente se encontraba boca abajo sobre esta.

» Saben que tengo el sueño pesado, pero cuidado con lo que hacen ──Advirtió con burla intentando aligerar el pesado y desesperanzador ambiente en el que los tres se sumieron.

Seokjin abrió los ojos sorprendido y sintió de nuevo el color cubrir su palidez, mientras Namjoon le lanzaba una almohada desde su lugar como reprimienda al pelirrojo.

── Cállate, tomate bocón

── ¡Kim Taehyung!

El nombrado solo se carcajeaba divertido con lo que había ocasionado en los mayores.

── Me refiero a tus patadas nocturnas y a la tractomula que se traga Nam, no dije más ──Se defendió sin detener sus risas, viendo divertido como el mayor de los tres se cubría con la manta avergonzado.

── Si, eso, hazte el idiota como siempre ──Reprochó Namjoon ocultando también su sonrisa.

── ¡Nam no te rías! ──Reprochó Jin totalmente sonrojado.

── Solo advierto, no quiero más traumas ──Insistió el menor totalmente divertido.

Y mientras Jin y Taehyung se sumían en una pelea de almohadas repentina y empujones inocentes entre risas y reproches, Namjoon entendió que debía tomar cartas en el asunto de una vez por todas.

Era hora de salvar a sus hermanos de esa jaula de oro.

Bastó ver una sonrisa de labios pomposos con pequeños hoyuelos a sus costados, para sentir la determinación y valentía suficiente de poner en marcha aquel plan, que hace semanas se había instalado en su mente.

Solo esperaba que todo estuviera de su lado y las cosas no terminaran saliéndosele de las manos.

Martes 4:00 P. M.

Enfrascado en la melodía enérgica y vibrante, Jungkook movía sus manos con agilidad y fuerza, siguiendo el ritmo veloz impuesto por el compás a la perfección, con los párpados cerrados y su cuerpo sintiendo la música como pocas veces le pasaba. Sonrió satisfecho dando otro toque fuerte y obligando a sus manos a seguir a pesar del hormigueo de las mismas y el calambre que lo amenazaba tras sobre-esforzarse tanto durante casi cuatro horas de repeticiónes.

── Ok, ya es suficiente mocoso, dejémoslo aquí por hoy o te van a terminar sangrando las manos y el desalmado culpable seré yo ──Anunció la voz de Yoongi, obligándolo a detenerse.

Vuelve esa soga en algo placentero.

De repente recordó esas palabras.

Al parecer y para su infortunio era muy cierta su metáfora.

Era irónico como hace semanas la sola idea de tocar la batería significaba una ola de malos recuerdos y culpas, y ahora lo usaba como escape a su realidad, y una manera de drenar todas sus cargas como tanto lo hacía últimamente.

Ese arrogante, siempre teniendo la razón.

Aunque nunca se lo aceptaré en la cara.

Suspiró y dejó por fin del lado las baquetas, abriendo sus ojos y viendo sus palmas rojas y maltratadas por el roce continuo y exagerado de la madera al que las habia sometido. Secó su sudor, meneando un poco la cabeza para acomodar su ya bastante larga cabellera y miró al pelimenta con una mueca.

── ¿No podemos intentarlo una vez más, Hyung? ──Pidió inconforme. ── No me convence la última parte aún, sé que puedo hacerlo mejor ──Frunció el ceño con frustración.

Yoongi soltó una risa nasal.

── ¿Me ves cara de grabadora eterna o qué? ──Reprochó. ── Llevamos toda la tarde grabando Jungkook, ya pasó mi horario de sueño y también se terminó mi turno como terapeuta ──Le dio una sonrisa torcida al captar perfectamente, como estaba usando la grabación del solo como excusa para poder olvidarse de sus problemas.

Sintiéndose descubierto el menor desvío la mirada avergonzado.

Tomando su USB y apagando los aparatos de grabación, Yoongi suspiró y se acercó para despeinarlo un poco.

── Lo hiciste muy bien, Jungkook ──Inesperadamente, lo felicito con tono tranquilo y sincero. ── No hace falta repetirlo y tampoco hace falta que te rompas las manos y la cabeza por más grave que sea lo que te está atormentando, las cosas tarde o temprano toman su propio rumbo y se solucionan.

Jungkook lo miró sorprendido ante su extraña muestra de comprensión y cariño, pero le agradeció con una leve sonrisa y un asentimiento tranquilo.

Si supiera...

── Voy a trabajar en esta maravilla que acabamos de crear, tú puedes irte ya a casa, ¿Quieres que le diga a alguno de los chicos que venga a recogerte y te acompañe?

Jungkook definitivamente estaba alucinando de cansancio o había despertado en otra dimensión, ¿Min Yoongi le había sonreído y se estaba preocupando por él?

Eso sí que era una racha.

── No hace falta, Hyung, puedo irme solo tal cual llegue ──Le restó importancia encogiéndose de hombros.

Yoongi lo dudó un poco pero confió en las capacidades del castaño, y como bien lo había dicho el mismo: ya había llegado allí en perfecto estado por su propia cuenta, así que sin ver el problema, se encogió de hombros sin más remedio.

── Está bien, como quieras mocoso, suerte y nos vemos mañana para la siguiente parte ──Dijo con un último gesto de despedida antes de subir a trotes al estudio.

Con una leve sonrisa de alegría y una última respiración profunda, el nívea se levantó y se dispuso a tomar sus cosas para volver a su casa. De repente y sin quererlo sus ojos se toparon con una guitarra roja puesta en su respectivo sostenedor.

Se quedó parado con la mochila al hombro, la respiración agitada y su vista fija sobre dicho instrumento.

Los recuerdos de la noche anterior y su aparente revelador sueño, lo invadieron en cámara rápida.

Necesitaba respuestas.

No había podido volver a dormir desde entonces, la incertidumbre y la duda se lo estaban comiendo vivo. Despertarse sabiendo que Taehyung no solo le había salvado la vida una vez, sino posiblemente dos y desde hace mucho tiempo, fue abrumador y sorprendente.

Quiso hablar con su madre al respecto y tratar de aclarar su mente, comparando su sueño con la versión que ella le diera de ese día, sin embargo, no se atrevió a hacerlo. No tuvo el valor suficiente para abrir una herida que tanto le había costado cerrar a su madre, y no podía traer a colación un tema que estaba totalmente prohibido en su casa desde hace años por que su sola mención traía consigo la inmensa culpa que ella se había adjudicado por su desaparición esa noche.

Aunque el más culpable había sido él, por alejarse de ella cuando le advirtió que no lo hiciera.

Tenía seis años, pero fue un acto muy estúpido de su parte, y siempre se lo reprocharía.

Por eso y varías similitudes más con sus vagos y excasos recuerdos, estaba totalmente convencido que mucho de lo que soñó era real. Solo tenía que averiguar cuanto de eso fue verídico y si sus conclusiones no eran erroneas.

Y para eso, necesitaba hablar con la persona que creía protagonista de sus recuerdos.

Kim Taehyung.

Sí es que tenía razón, era extraño que el vampiro no le mencionara el tema, o que mínimo no le hubiera insinuado nunca el hecho de conocerse desde mucho antes.

Frunció el ceño, igual de desconcertado que cuando despertó.

No obstante, también era cierto que habían pasado muchos años desde entonces, y ellos mismos habían cambiado demasiado físicamente.

En ese tiempo el tan solo era una mata de pelo verde y piel pálida.

Bufó tocando su cien con molestia, aún con la vista fija en el instrumento.

Ese maldito recuerdo había revuelto su vida, sus pensamientos y decisiones de una absurda manera.

De verdad necesitaba hacerle frente a la situación y buscar respuestas, pero era imposible cuando quién era el único que podia dárselas parecía huir de él a toda costa, pues esa tarde tampoco se presentó en los ensayos.

Vampiro cobarde.

Gruñó con molestia.

Debía hablar con él pronto.

Estresado, le dió un último vistazo a la guitarra antes de continuar su camino a la salida de la cabaña, dónde casi chocó con Jimin que distraído venía hablando por celular con una expresión preocupada.

El rubio le dedicó una mirada de disculpa y se sentó en los sillones que habían en el porche con notable angustia.

Jungkook planeaba seguir su camino, hasta que escuchó con quién hablaba el lobo.

── Murcielaguito, ¿Seguro que no necesitas nada? ──Inquirió preocupado con el ceño fruncido. ── Puedo llevarte algo si quieres, para intentar calmar las molestias.

El de mechas frunció el ceño, repentinamente interesado en la conversación, por lo qué detuvo su andar.

── Está bien, como quieras ──Desistió el rubio con un resoplido tras una respuesta. ── Se me olvida lo insoportable que te pones ──Rodó los ojos. ── Está bien, ya no te molesto más. Descansa y te llamo luego, piensa en tu omega favorito y todo será más llevadero.

En contra de su voluntad una de las cejas del menor que escuchaba atento la conversación, se levantó con suma curiosidad.

¿De qué estaba hablando?

Entre risas Jimin colgó el teléfono y miró sonriente al castaño que lo veía con tanta atención.

── Hola, Kook, lamento casi arrollarte, venía distraído ¿Como estás?

El mencionado le sonrió algo avergonzado al ser tan poco sutil con su interés por su previa conversación.

── Todo bien, Jiminssi, ya me iba a casa.

── ¿Colmillos te hizo venir a trabajar? No lo puedo creer ──Frunció el ceño molesto. ── Ese idiota abusivo, sabe que estamos en descanso ¿Como se atreve? ──Replicó levantándose dispuesto a entrar y y decirle unas cuantas verdades al pelimenta.

── No, en realidad yo insistí en aprovechar el día para grabar mi parte del solo en la nueva canción. Quién abusó fui yo en todo caso ──Sonrió apenado.

Jimin cambió su expresión y sonrió comprensivo.

── Oh, si es así, entonces está bien, a ese gruñón le encanta el trabajo, sé que no le molesta en lo absoluto ──Se encogió de hombros.

── No sé qué tanto, creo que me va a cobrar sus preciadas horas robadas de sueño en cualquier momento ──Bromeó el menor fingiendo preocupación.

El rubio río.

── Tú deja eso en mis manos, Jungkookie ──Le guiñó un ojo complice. ── Bueno, voy a ir a ver en que puedo ayudarle al murciélago, ¿Te vas a ir sólo? ──Lo miró preocupado.

El de mechas asintió tranquilo, encogiendose de hombros.

── Si, ya no hay peligro, hace días no me siento observado asi que puedo caminar tranquilo por fín ──Explicó vagamente, evadiendo la verdad completa.

Jimin lo dudó pero sin ganas de agobiar al menor con más preocupaciones de las que ya de por sí tenía con todo ese tema, simplemente asintió y se acercó a darle un apretón cariñoso en su hombro.

── Cómo quieras Kook, pero ten cuidado, y sabes que si necesitas algo solo debes llamarnos ¿Verdad?

Jungkook asintió con una sonrisa conmovida.

── Lo sé, gracias, Hyung ──Murmuró algo avergonzado, dando un leve toque en una de las orejas del lobo, como muestra de cariño.

Jimin río y lo abrazó brevemente antes de encaminarse a la entrada. Cuando planeaba despedirse, una repentina pregunta lo interrumpió.

── Jiminssi... ──Lo llamó con tono dubitativo el menor, mordiendo sus labios ansioso. ── ¿Sabes por qué Namjoonie Hyung canceló los ensayos hasta el viernes otra vez?

Fue algo sutil, pero sabía que le daría las respuestas que necesitaba. Aunque esperaba no haber sonado tan curioso e interesado como en realidad estaba.

El omega sonrió levemente volviendo a acercarse con una mirada cargada de malicia bajo su expresión tranquila.

── Si, es por Taehyungnie ──Explicó despreocupado. ── Su celo llegó hoy.

La expresión de Jungkook casi hizo carcajear al lobo. Tenía un leve sonrojo y una cara de asombro gigante.

── ¿S-Su... celo? ──Balbuceó desconcertado el de mechas, viendo a cualquier parte menos a los azulados ojos burlones del mayor.

Se esperaba cualquier cosa, menos que fuera esa precisamente la razón de la ausencia del pelirrojo.

── Así es, por esa razón llevaba días tan irritable e insoportable con todos, era obvio que estaba cerca el día pero el tonto no se acordaba y no se preparó como debía ──Reprochó negando con desaprobación ante el descuido de su amigo.

Era cierto, en los pocos días que lo había visto, Taehyung estaba actuando extraño. Se frustraba fácilmente en los ensayos, gruñia y se quejaba de su desempeño a cada momento e incluso había roto dos veces las cuerdas de su preciada guitarra por la brutalidad con que la tocaba. En un punto Namjoon tuvo que enviarlo a casa porque parecía a punto de estallar con el primer inocente que se le acercará. Daba incluso más miedo que el propio Yoongi.

Le sorprendió bastante verlo en ese estado de suma vulnerabilidad y antipatía. No era algo habitual en él.

Al principio creyó que el mal humor se debía a su situación conjunta, pero al parecer se estaba creyendo demasiado importante porque ahora sabía que poco o nada tenía que ver él con eso.

Con una mueca ansiosa, Jungkook simplemente asintió.

── Entiendo ──Murmuró pensativo. ── Gracias por resolver mi duda, Jiminie. Nos vemos luego... ──Dijo sin más, antes de comenzar a alejarse con paso lento y dudoso.

De repente una idea vinó a su mente, pero se obligó a enviarla lejos del mismo modo que llegó.

Es una locura Jungkook, deja de pensar en tonterías.

Masacró su labio mientras veía la pequeña púa que colgaba en su muñeca, y sus pasos inconstantes sobre el pasto seco y otoñal.

Definitivamente se estaba enloqueciendo por tan solo considerar esa descabellada e insensata idea que se había fijado en su mente de repente. Pero también era cierto qje necesitaba respuestas urgente y no sabía por cuánto tiempo más Taehyung estaría evitandolo y alejándose de él como un niño asustado.

Era una mala y muy desconsiderada idea, lo sabía, pero su incertidumbre lo estaba carcomiendo cada vez más y la única solución que tenia era intentar obtener información del único posible involucrado al que podía acudir.

Necesitaba saber si esa cabellera roja de su recuerdo era la misma que ahora veía todos los días, desde que ── Tal vez, nuevamente──, le había salvado la vida.

Bufó con el ceño fruncido y deteniéndose a medio sendero.

El que tenga miedo a morir, que no nazca. Jungkook, es tú única oportunidad.

Aprovechando su pico repentino de convicción y valentía, aún torturando su pobre labio, caminó de vuelta a la cabaña con paso afanado. Al ingresar tan apurado, de inmediato captó la atención de Jimin quién se detuvo a media escalera al notar su estado de agitación.

── Jiminie, ¿Q-Que tan lejos queda la mansión Kim y... q-que tan difícil es ingresar? ──Preguntó casi a balbuceos, totalmente nervioso, desviando la mirada.

El rubio lo miró entre la sorpresa, la consternación y la malicia.

Bien, Jungkook, no hay vuelta atrás...

¿Qué diablos estoy haciendo?

Kim Taehyung las locuras que me haces cometer...

🐍 [ Ťo Bə Continuə... ] 🦇

En este mundo habemos dos tipo de suicidas, yo y después esta Jungkook.

ESTE NIÑO SE NOS VA A METER EN LA BOCA DEL VAMPIRO, SE VA A ENTREGAR COMO TRIBUTO, HELP 🫢🕴🏻

Esta bien loquito el mechitas, me encanta 👀🫦😻

Bueno, ya me calmó que ni siquiera los he saludado.

Holi holi, bebus 💚

Bueno, como saben Wattpad me ha estado haciendo la vida imposible y eso me retrasó con la actualización y por eso apenas puedo traerles el cap pero por fin estamos aquí 😭

En fin, en este cap quería que conociéramos un poco también de la perspectiva de Tae, su vida, su familia y demás cositas que sé qué mucho también quería conocer de él 👀♥️✨️

Como ven, el siguiente cap viene fuerte así que solo les dire: prepárense 🔥🫦😼

Arriba les dejé la canción representativa de este cap, que es de nuestro Tae rey hermoso, pero aprovechando que Jinnie sacó tremenda joyita de álbum y que sus canciones pegan también tanto con este punto de la historia, les dejo aquí una que también describe muy bien este cap 👀💜

Stream Happy para una mejor vida 💕💖✨️

Como siempre, muchas gracias por el apoyo, no puedo creer que estamos cerca de los 2k votos, lloro 😭💚💜. Mil y mil gracias, los amo infinidades y nos vemos en unos días con otro cap de estos dos peligrosos 🫢🔥🫦🥵

Bye 💋😶‍🌫️

☪ VanTTGirl ▪︎《

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