25.- Camino de semillas.
Capítulo dedicado a: AnaSantosC y CarlaHuaynaTorres, porque se lo merecen, así como todo mi amor.
Amo este capítulo.
La tarde comenzó a morir mientras se ocultaban.
Sus cuerpos permanecieron juntos a la vez que las manos de Taehyung acunaron con delicadeza las de un silencioso Jungkook, sus dedos dibujando patrones irregulares sobre la pálida piel del menor que estaba cubierta de tierra seca y sangre, al igual que la suya. Lo había arrastrado lejos del sitio en el que, con esfuerzo, cavaron un hoyo lo suficientemente profundo como para enterrar el cuerpo de Akane.
Jungkook se había aferrado a sus brazos largos minutos después de haber cubierto el leve montículo de tierra con hojas secas y piedras, en un intento de que su improvisada tumba no fuese profanada de ninguna forma en un futuro. El menor incluso había insistido en no dejar una huella visible de que ese lugar guardaba para siempre los restos de la niña, Taehyung se sintió incapaz de preguntar el por qué.
Tan sólo dejó que Jungkook acomodara su cuerpo delgado junto al suyo, el calor de sus cuerpos evitando que temblasen por el frío que provenía de las entrañas del bosque. Taehyung no tenía claro en qué lugar estaban ni qué tan lejos podrían estar los sobrevivientes del ataque que se había perpetuado esa mañana, pero sí tenía claro que no podían moverse en esas condiciones: no con la oscuridad tragándose todo ante su vista y con el cuerpo de Jungkook herido y maltrecho.
Nunca podría exponerlo, no otra vez. Así que Taehyung prefería que se quedasen ahí acurrucados, uno junto al otro mientras la noche pasaba para ponerse en búsqueda de algún otro superviviente o de otro campamento de la Resistencia, que ponerle en peligro y no poder protegerle como debía. No podría cargar con algo así de nuevo, no cuando los recuerdos de aquella noche tanto tiempo atrás le atormentaban: Jungkook y Jimin sobre la tierra, siendo violentados de formas horrorosas sin importar que estaba heridos.
No, Taehyung nunca podría olvidar esas imágenes de nuevo y tampoco dejaría que se repitiesen.
.- Debemos... ir por su hermana – el coreano de Jungkook sonó pastoso, su rompiendo con el imponente silencio que los rodeaba mientras dejaba caer su cabeza contra el hombro de Taehyung, incapaz de resistirse al contacto con el mayor – Le prometiste... diste tu palabra.
Taehyung asintió en silencio, sus manos todavía jugando suavemente con las de Jungkook; su piel suave y pálida contrataba con la suya, sus manos encajando a la perfección cuando el mayor se animó a enlazar sus dedos en un agarre fuerte. Quería, más que nada en el mundo, decirle a Jungkook que confiara en él, que iba a cuidarlo y, de ser posible, ofrecerle un mundo mejor, un mundo sin sangre y dolor.
Pondría todo a sus pies, de poder hacerlo.
Sin embargo, no encontró palabras para decirle todo aquello que se acumulaba en su garganta y parecía revolotear por su cabeza con fuerza, diciéndole que no debía callar, que no debía perder ninguna oportunidad con Jungkook, incluso aunque el miedo fuese demasiado porque sabía muy bien todo el daño que el menor había sufrido, todo aquello de lo que había sido víctima por tantos años y de una forma tan humillante, cruel e inhumana.
Quería ayudarlo a sanar, más que nada.
Incluso si nunca podía amarlo, Taehyung estaría satisfecho con ayudarlo a sanar.
.- Cuando salga el sol, iré por ella – respondió en un susurro, sus labios posándose sobre la cabellera del menor – No puedo dejarte aquí solo, sin saber qué peligros hay en el bosque.
Jungkook gruñó bajo, pero sin alejarse ni un solo milímetro: .- Sé... cuidar de mi solo.
.- Lo sé – una risa se atragantó en su garganta mientras ahora soltaba las manos del menor, sus brazos rodeando su cuerpo de inmediato en un apretado abrazo que había deseado darle desde hace horas – Sé que puedes, mejor que cualquiera, pero... yo no... yo no podría soportar la idea de alejarme una vez más de ti.
Las palabras flotan entre ambos; Taehyung sintiéndose expuesto por decir más de lo que pensaba a la vez que Jungkook cerró sus ojos, tratando de procesar lo que podían significar, lo que se ocultaba tras el tono dulce y cariñoso del único hombre que le sostenía entre sus brazos sin hacerle daño.
Jungkook no quería temer, no de Taehyung.
Pero le resultó más difícil decirse a sí mismo que no había razón alguna por la cual hacerlo, que Taehyung jamás le haría el daño que los hombres del pasado le hicieron, que fue él quien le salvó y que fueron sus manos las que le sostuvieron mientras Jungkook le rogaba a la muerte que dejase de ignorarlo y viniese de una vez por todas por él. Fue Taehyung, él y sólo él, quien le mantuvo con vida incluso desde la distancia.
La sola idea de volver a su lado... Jungkook había dado todo por vivir por ello.
Y no puede no sentirse egoísta por tener esa oportunidad, por seguir respirando y permanecer junto al calor de Taehyung, atrapado entre sus brazos mientras siente que todas las partes rotas de su alma se vuelven a juntar a medida que el abrazo se aprieta más. Había tenido que presenciar la muerte de Minho y la de Akane para llegar a ese momento, para llegar a su lado y, tan sólo por un breve instante, quería sentir que se lo merecía.
Más tarde, después, podría reprocharse por no haberles salvado y haber dado su vida por ellos, como debió de haber sido, podría volver a reprocharle a la muerte su necedad de mantenerle con vida cuando arrebataba la de unos inocentes, de niños que no merecían que su sangre se derramara de forma injusta no cuando Jungkook podía darle la suya con tal de acabar con el dolor de todos los coreanos esclavizados.
.- No quiero... alejarme tampoco.
Era la primera vez que decía algo como eso en voz alta y notó con facilidad como los latidos de Taehyung se hacían más veloces, sus cuerpos juntos por completo mientras una de las manos del mayor se enredaba en sus cabellos, sosteniéndole contra él con toda la fuerza del mundo. Jungkook, por su parte, alzó sus brazos con nerviosismo, anclándolos a los costados del mayor, correspondiendo a su abrazo como pensaba que podía.
.- No pasará – aseguró contra sus cabellos, su cuerpo entero temblando de la necesidad de fundirse con Jungkook para así nunca tener que alejarse de nuevo, para no temer más por perderlo – No lo permitiré, te lo juro.
El silencio se instaló entonces entre los dos, dejándose envolver de forma definitiva por el calor contrario mientras el dolor parecía fluir lejos de ambos. Por ese instante, sosteniéndose mutuamente, no importaba nada del pasado ni del futuro, tan sólo eran ambos huyendo de todo lo que asustaba y dolía, aferrándose al único lugar seguro en el mundo que existía para ellos: los brazos del otro.
.- Puedo... acompañar – Jungkook murmuró sin alejarse, su coreano mal pronunciado sonando ahogado contra la piel de Taehyung – Camino lento, pero...
.- Estás herido, tu pie no sanará en minutos y no sabes que tan lejos está ni sí hay soldados cerca. Lo que menos quiero ahora es que te lastimes más – susurró como respuesta, sus manos alejando levemente a Jungkook tras reunir toda su fuerza de voluntad; los ojos del menor lucían como dos universos brillantes, mirándole fijamente a él y sólo a él – Con la luz del día, tal vez podamos...
.- Sé... moverme mejor en la oscuridad – le interrumpió, observándole fijamente – Es una niña, sempai... está sola, hambrienta y asustada por ahí... y su hermana...
.- No me vuelvas a decir 'sempai' – susurró, acariciando entonces la mejilla de Jungkook con su pulgar en un gesto extremadamente dulce – Ninguno de los dos es japonés, así que utiliza nuestra lengua, Kook... llámame 'hyung'.
.- ¿H... hyung? – Jungkook pareció saborear la palabra entre sus labios antes de asentir suavemente, sus ojos brillando incluso más de ser eso posible – ¿Entonces... nosotros... iremos por ella, hyung?
Taehyung sintió una corriente eléctrica atravesar su cuerpo cuando le escuchó pronunciar aquella palabra, la dulce voz de Jungkook sonando como música para sus oídos antes de darle una respuesta: .- Te llevaré en mi espalda, ya he descansado lo suficiente... es mi condición para llevarte conmigo.
Un puchero inconsciente se instaló en sus labios porque no estaba de acuerdo con ello, sin embargo, la voz del mayor sonaba seria y sin darle oportunidad a réplica, así que supuso que no podía negarse. Había, también, una parte de su ser que deseaba sentir el calor de aquella espalda, de la fuerza de su cuerpo mientras le sostenía con total seguridad.
Taehyung, por su parte, sólo sintió que el mundo entero dejaba de girar ante esa imagen.
.- Jungkook... - susurró, su cálido aliento golpeando con la piel sensible del menor – Kookie.
.- Tae...
El mayor cerró los ojos, dejando su frente descansar levemente contra la de Jungkook, suspirando sobre sus labios entre abiertos. Sentía todo su cuerpo ansiar un contacto más allá, su pecho bullir en necesidad y desesperación de tan sólo pensar que nunca tendría otro momento así, que todo estaba dicho entre ambos y no existía la posibilidad de un futuro juntos por el tiempo, la guerra o lo que sea que se metiese entre ellos.
.- ¿Me... me dejarías besarte?
La pregunta fue un susurró, casi inaudible incluso en el más absoluto silencio del bosque, pero para Jungkook, resonó como el más fuerte de los gritos.
¿Besarlo?
Jungkook nunca había...
.- No... no tiene que ser en los labios – susurró entonces el mayor, ahora con sus ojos abiertos y mirándole fijamente, su pulgar acaricia con la yema el labio inferior del menor en un gesto sensual que Jungkook no sabe cómo asumir – Sé que... no estás cómodo, pero yo... ¿puede ser en la mejilla?
Los ojos de Jungkook encontraron el universo entero en los de Taehyung, a la vez que los del mayor observaron galaxias crearse al fondo de los enormes y brillantes ojos del menor mientras este le daba como respuesta un suave y tímido asentimiento.
Sus labios entonces se posaron como una sutil mariposa en la pálida piel de su mejilla izquierda, que se coloreó de suave rosa bajo sus labios. Taehyung sintió que el mundo volvía a moverse, esta vez de la forma correcta y Jungkook...
Jungkook sólo pudo preguntarse cómo se sentirían esos labios sobre los suyos.
El dolor de cabeza se sentía insoportable.
Era eso en lo único que Yoongi podía pensar mientras permanecía recostado en una camilla de la improvisada carpa que habían armado a su alrededor. Podía escuchar afuera de la tela de blanco raído las voces ir y venir en un sinfín de órdenes que no lograba entender del todo debido al martilleante dolor.
No era consciente de cómo había llegado de regreso con la Resistencia tras su encuentro con Jimin. No recordaba con precisión qué había sucedido más allá del aquel golpe y, muy en el fondo, tampoco deseaba saberlo. Había bastado con el intercambio de palabras que había tenido, había sido más que suficiente con la mirada triste y resignada de Jimin para entender que, por su parte, había llegado demasiado tarde.
Dudaba que existiese una nueva oportunidad para salvarlo y, sin poder articular una palabra sobre ello, Yoongi sentía que el dolor en su pecho era mucho mayor que el de su cabeza.
.- Te has llevado un buen golpe – la voz de Hoseok le distrajo de sus enredados pensamientos, descubriendo a su amigo sentado al borde de una camilla vacía, observándolo con sus ojos curiosos – Es una suerte que te encontrasen antes de que te desangrases, no sabemos cuánto tiempo llevabas ahí.
Yoongi no dijo nada por un largo rato, tan sólo estiró su mano lo suficiente como para enredar sus dedos con los de Hoseok y rogar porque su amigo lo sostuviese. Hobi, como era usual en su personalidad cálida y amable, le dedicó una sonrisa comprensiva a la vez que apretaba su mano con profundo cariño, esperando en silencio por sus palabras.
.- ¿Estamos... estamos muy lejos del punto de entrada?
Ni siquiera supo por qué preguntó por ello, tan sólo pensaba en cómo había tardado tanto y no había podido salvar al menor a tiempo. Se preguntó en silencio sí Taehyung habría podido salvar a Jungkook y el panorama que le ofreció su propia voz dentro de su cabeza no fue el mejor. Y luego estaba Hoseok... que había seguido sus pasos y estaba atrapado a su lado.
.- Con el ataque nos fuimos al este – respondió el menor entre ambos, con voz cálida y sin titubeos – Así que si, nos alejamos mucho. Creo que incluso nos alejamos de la capital.
Yoongi le miró entonces, con más tristeza que dolor físico: .- Lo lamento, Hobi... ahora estás aquí, atrapado con nosotros en el pasado.
.- No digas eso, hyung – le rebatió con la sonrisa tan brillante como el sol mientras volvía a estrechar sus manos – Esto es emocionante, estoy ayudando en algo y estoy aquí para ustedes, nunca será algo que lamentar. Además, hay cosas más importantes que pensar.
.- ¿Las hay...?
.- Taehyung desapareció – susurró entonces Hoseok, bajando la mirada – No sabemos dónde está, pero creen que sigue vivo. Así que mañana enviarán personas a buscarlo con la primera luz del día, estoy seguro que lo encontrarán antes del final del día.
Yoongi no dijo nada, pero rezó a todos los dioses en los que nunca había depositado su fe porque encontrasen a su mejor amigo y lo trajesen con él.
Las semillas se veían con claridad sobre la tierra por la tenue luz de la luna.
Taehyung no estaba seguro de cuánto había caminado por esas horas, tan sólo sabía que había hecho un total de cinco pausas para que su cuerpo descansase mientras Jungkook se sentaba sobre una roca, sus manos jugueteando con algunas de las semillas que habían recogido durante su largo y complicado camino en las penumbras.
Sin embargo, parecían haber llegado al final de su recorrido.
Las pequeñas entradas de un conjunto de cuevas en la pared de la montaña lucían como pasadizos tenebrosos producto de la absoluta oscuridad en el fondo de ellas. Taehyung se tragó el escalofrío que le recorrió para sus adentros, no queriendo que Jungkook se inquietase por la situación, pero debido al frío, el tiempo que había pasado y lo remoto del terreno, no creía que la niña siguiese ahí.
.- ¿Asami? – fue Jungkook quien preguntó con tono suave, sus ojos tratando de observar algo en medio del manto negro - ¿Asami – chan?
No hubo, sin embargo, una respuesta.
.- Asami – chan, somos amigos de tu hermana – fue el turnó de Taehyung de intentarlo, sus manos aferrándose a los muslos de Jungkook mientras lo seguía sosteniendo sobre su espalda con fuerza – Akane... Akane nos pidió venir por ti.
Nuevamente, sólo hubo silencio.
Jungkook se removió entonces, nervioso: .- Aka – chan dijo que querías un poco de pan, pero no pudo venir ella por ti... nos envío a nosotros.
Fue entonces cuando el sonido de ramitas quebrándose y de hojas moviéndose los alertó. Sus ojos observaron a una pequeña niña, de no más de unos cinco años, con el cabello negro largo sobre el rostro, ropa sucia y pies descalzos, observarles con sus enormes ojos oscuros, pero brillantes desde la parte de atrás de una piedra. Lucía hambrienta y cansada, incluso más deplorable de lo que Taehyung se la había imaginado.
.- ¿Aka – chan?
Jungkook se tragó el sabor amargo de las lágrimas mientras Taehyung le dejaba con cuidado en el suelo, procuró no apoyar su tobillo lastimado para no hacer más daño. La niña parecía buscar con sus ojos la figura de su hermana y, un nudo más profundo y doloroso se hizo presente en su garganta al pensar en el horrible destino de la niña mayor.
.- Ella no pudo venir por ti... pero vinimos nosotros – repitió Taehyung, agachándose a la altura de la niña mientras estiraba la palma de su mano, mostrándole las semillas que habían ido recolectando por todo el camino, lo último que había quedado de Akane – Somos amigos.
La niña pareció comprenderlo, sus pequeñas manos tomando algunas de las semillas para llevarlas cerca de sus ojos, acariciando los relieves antes de cerrar su mano en un puño y llevarlo hasta la altura de su corazón. Jungkook no pudo evitar preguntarse sí ella lo sabría, sí una parte de su mente infantil era capaz de imaginarse que nunca volvería a ver a su hermana con vida.
.- ¿Tienes hambre, Asami – chan? – preguntó el mayor, estirándole un trozo de pan a la niña.
Ella lo aceptó con la mano temblorosa antes de darse media vuelta y caminar de regreso a una de las cuevas, sus pies descalzos hacían menos ruido sobre el follaje del bosque y sus ojos les indicaron que quería que la siguiesen. Taehyung le ayudó a avanzar, ambos acuclillándose para poder entrar en el pequeño espacio.
Descubrieron entonces que había una manta de piel en el fondo, con la que seguramente la niña había estado cubriéndose del frío de la noche para mantenerse a salvo. Había dos telas con trozos de pan duro y un frasco con repollo encurtido en el fondo del pequeño espacio y ambos observaron a la niña envolver el trozo de pan recién tomado entre la tela, protegiéndolo para más tarde.
La niña se acurrucó entre la piel, sus ojos observándoles en silencio mientras Taehyung procesaba lentamente lo que pedía. No pudo estar más de acuerdo con la petición de la niña pequeña, su mano cerrándose suavemente sobre la muñeca de Jungkook para ubicarlo en la mitad del espacio, junto a la niña y de espaldas a la entrada, su espalda cochando contra su pecho porque su propio cuerpo se ubicó contra la entrada de la cueva, en caso de alguien ingresar, se toparían primero con él.
Jungkook cerró los ojos con fuerza, sintiendo los brazos de Taehyung abrazarlo y pegarlo contra su cuerpo para que se acomodase para dormir. Podía sentir el cansancio en los músculos agarrotados del mayor por el desgaste físico del día y la noche, y él no podía pensar en otra cosa que en lo mucho que Taehyung debía descansar, en su propio cansancio pasándole factura y en cómo el día que estaba por nacer traería otros desafíos.
.- Descansa, Jungkook... - susurró Taehyung contra su oído, provocándole un escalofrío agradable que recorrió todo su cuerpo – Estaré aquí para sostenerte siempre.
Jungkook nunca había dormido en brazos de alguien y, pensó en ese momento, que nunca más podría dormir en los brazos de otra persona que no fuese Kim Taehyung.
¡Hola!
Espero que estén bien.
Perdonen por publicar tan tarde.
Al fin puedo traerles el capítulo, uno de mis favoritos, si me dejan decirles.
Si, tiene el mismo toque triste que impregna toda esta historia, pero también tiene consigo momentos muy especiales y definitivos para nuestros amados protagonistas.
No olviden contarme qué les pareció, qué creen que sigue y todo eso.
Les adelantó: pronto subiré una partecita muy pequeña, pero muy especial. Muero porque la lean.
En todo caso, también me muero de sueño. Así que dejo esto por aquí y me voy.
Gracias por todo, no olviden comentar.
Les doy todo mi amor.
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