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I

Capítulo Uno

Durham, Inglaterra. Junio de 1850.

El gran castillo de Durham era uno de los escondites perfectos porque en esas paredes se escondían miles de secretos que jamás saldrían a la luz de toda la población de Durham. Desde los sirvientes hasta la corona callaban palabras que las llevarían consigo hasta la tumba y también serían ocultas en otra vida.

Ese lugar era una prisión de sentimientos,de paredes gélidas que no brindan un calido consuelo,incluso,si las velas estaban encendidas y la leña avivaba más el fuego para concentrar el calor en épocas de invierno. Para Jimin, solo una persona lograba brindarle esa fortaleza y calidez que anhelo hasta de niño sin darse cuenta.

La Reina Jane Constance Kingston, quién se casó a un gran corta edad con el Rey Leyton Augustus Kingston, era la persona en la que Jimin siempre buscaba refugió. De su madre fué que aprendió a valerse por su opinión, más eso no significaba que la mujer debía de bajar la cabeza y asentir ante la decisión que disctaminaba su esposo. En ese ambito no tenía mucho poder, eso confundía mucho a Jimin.

Porque,si le dices a alguien que se valga por su opinión, que no se deje opacar cómo quien quiere tapar el Sol con un dedo, ¿Cómo después bajas tu cabeza y obedeces a quién tapa tu Sol? No lo entendía. Pero ese también era el problema de Jimin, no quería entender la corona y,si era posible, esperaba nunca ocuparla. Más bien era consciente de que,apesar de ser el Duque de Durham, sería sucesor de la corona en caso de que su padre abandone la misma.

Aquello era un asunto que tendría que arreglar con su cabeza,pero por más que le encontrara la vuelta a cada instancia,no podía comprenderlo. A veces,deseaba incluso no haber nacido siendo parte de la realeza porque formar parte de ese ambiente,para el exterior,era algo tan simple como sentarse en el trono todo el día y dictar ordenes cuándo,en realidad, era más que eso. Ser Rey implicaba dejar el corazón y solo escuchar la mente.

Y el ser humano se vuelve la especie más inepta,retrograda y estupida cuándo abandona el corazón.

El pelinegro la observaba con admiración y dulzura desde la ventana de su habitacion, aquella que daba al jardín del castillo de la dinastía de Durham. La veía leer un libro allí sentada en la armonía de su propia compañía.

La puerta de su habitación fué tocada levemente dos veces desde el otro lado, cuándo el hijo de la realeza dio el permiso de que la identidad desconocida acceda,una sonrisa de labios cerrados y timida a la vez fue lo que le regalo a Namjoon cuándo hizo una reverencia al saludarlo.

—Buenos dias,Joven Jimin.—saludo,viendo al duque e hijo de la realeza ya levantado,puesto que para su sirviente,Jimin no era alguien que se levantase de la cama por si solo—. Veo que ya se ha levantado, ¿Desea que le prepare un baño? Afuera hace algo de frio, Joven.

—Por favor,Namjoon.

Namjoon Edevan,un hombre un poco mayor que Jimin,un sirviente asignado ,principalmente, como mayordomo personal del primogenito de la corona de Durham. Alguien con un apellido elegante,porte fino y recto,cumplidor con su trabajo;pero de clase baja. Viviendo bajo ese castillo por su puesto de trabajo y para estar a completa disposicion del Duque.

—Cuentame.—pidió el pelinegro,yendo tras del mayor hasta el baño—. ¿Cómo estan las cosas hoy? Vi a mi madre allí fuera ¿no tiene frio por la temperatura que me has contado?

—No hay nada nuevo que comunicar,Joven Jimin.—Namjoon termino de calentar el agua en la tina,volteandose para ayudar a su superior a desnudarse—. ¿Me permite?

Jimin alzó los brazos dejando que su pijama se deslizara por su cuerpo,siendo golpeado por una ventisca nimia pero gélida. La voz del castaño acariciaba sus oidos como una suave melodia de primavera,atrayendo toda su atención mientras el agua caliente le abrazaba el cuerpo y una conversacion informal podia mantenerse entre ambos con parsimonia.

—El Joven Taehyung ha enviado una invitacion para salir a andar a caballo por los jardines de su castillo al oeste de Durham.—informó Namjoon,masajeando el cuero cabelludo del pelinegro.

—Oh,por supuesto.—Jimin sonrió a ojos cerrados,la emoción ya picoteandole en todo el cuerpo—. Hace mucho tiempo no voy a visitar a mis tíos, será agradable pasar por allí a saludar y andar a caballo por esos prados.

—Si va a viajar hasta el oeste,puede desayunar algo mientras le prepararé una carroza—El castaño comentó,enjuagando las hebras negras del menor con una pequeña jarra—, no le tomará más de medía hora llegar hasta allí.

—Es un buen plan.—concordó—. Dile a mi madre que se preparé, vendrá conmigo. No le haría mal visitar a su hermana también.

—Como ustedes desee,señor.

Y antes de que Namjoon lo dejase solo unos minutos más en el baño,en total privacidad,Jimin le llamó desde la tina.

—¿Si,señor?

—Deja de llamarme «señor» o «joven»—pidió en un susurró,la garganta secándose repentinamente—,yo no soy mi padre asi que,por favor; tuteame.

Iba a agregar algo más,pero se mordió la lengua antes de hacerlo. Entonces,una sonrisa paternal se formó en los belfos delgados del mayordomo hacía el príncipe de la corona y asintiendo a su pedido antes de cerrar la puerta y agregando;

—Esta bien.

El castillo de la familia Linton se ubicaba un poco más al norte de Durham. El trayecto en carruaje no podía tardar más de veinte minutos,por eso,las visitas eran frecuentes entre familiares.

Generalmente,Jimin se enamorada cada vez más de los paisajes que el mundo le regala en ese familiar camino que ha memorizado como la palma de su mano. Los árboles que,en primavera,brotan flores de colores suaves y admirables que llena su corazón de un ansía incontrolable de pedir al cochero que frenase el carruaje,para salir corriendo a la caída de las hermosas flores.

Al estar en invierno,no hay flores que lo cautivan,pero en su lugar está el nublado cielo que tapa al sol de expresar su brillo y calor al mundo. Cualquier caballero, y sobre todo dama, podría afirmar que su estación favorita sería el verano. Ese momento del año donde el calor abraza la piel,cada particula de la tez respira el aire veraniego y se broncea ante los rayos calidos de la estrella más grande. El Duque de Durham se veía más atraído por el invierno o el otoño,el placer de sentir el aire fresco golpearle la cara,la nariz roja al volver a un lugar calido y el tacto de sus manos frías que su madre siempre le recriminaba que se pusiese guantes.

Había muchas cosas del mundo que a Jimin le gustaban,su ensoñación iba más allá de lo que un niño pequeño podría imaginar propiamente,pero esos pensamientos se esfuman cómo el vaho en invierno. Porque la corona es tan pesada sobre la espalda de quién no la anhela mas no tiene la posibilidad de rechazar.

—¿Estás bien,Jimin?—Jane lo mira con cariño a su lado,percatandose hace un buen par de minutos que su hijo se envolvía en un mundo que ella desconocía.

—Si,solo...admiraba el paisaje.—responde con simpleza,levantando su mejilla de su puño reposante en la ventanilla del carruaje.

—Mhm,hace mucho no veo a Taehyung.—platica amenamente—. No hemos venido desde la primavera pasada,tengo la impresión de que habrá crecido.

—Madre,no somos niños.—protesta el pelinegro a modo de broma—. Aunque si,he intercambiado cartas con él en el último tiempo y siempre es agradable mantenernos al tanto de nosotros.

—Ya veo.—sonrie.— ¿Y qué te ha dicho? ¿Ya ha conocido a alguna bella mujer o...

—Yo...no lo sé,no hablamos de eso.

Y Jane hubiera insistido ante la mueca de su hijo respecto al tema,pero la carroza se detuvo y un par de segundos después el cochero abre la puerta de su costado indicando su llegada. En aquel camino de piedras los esperaban quienes parecían personal de la servidumbre del castillo Linton. Un hombre de porte elegante y espalda recta,pecho hacía delante, calzando un pantalón gris marengo,la usual camisa blanca con dos puños,abrigado con un chaleco oscuro y una levita negra.

—Muy buenas tardes,su alteza.—saludó con una inclinación el azabache—. Mi nombre es Forbes Hoseok, mayordomo principal del castillo Linton,ante cualquier duda puede recurrir a mi llamado.

—Gracias,Hoseok—concedió la reina.

—No hay de qué,su alteza.—masculló—. Por favor,acompañenme adentro. El clima se está volviendo más gélido y no queremos correr el riego de que llueva sobre nosotros.

Siguiendo los pasos de Hoseok por el extenso camino de piedras desde el portón hasta las puertas del hogar Linton,Jimin sintió un repentino deseo de desaparecer por el pastizal verde,el viento frío soplandole los cabellos y sintiendo sus pulmones doler ante la exigencia de aire.

Los jardines de su tia estaban muy bien cuidados por la servidumbre,siendo podados mensualmente según correspondía y regados diariamente como la jardinería lo exigía. Allí destacando rosas,claveles, tulipanes; incluso camelias. Taehyung siempre resaltaba, también Jean, que la condesa Linton era una amante innata del ambito de las flores.

En el jardín de Jimin solo reinan las gardenias y los lirios. Flores tan preciosas al ojo humano,que pocos conocen su significado y las entregan como un objeto más en el mundo. Jimin se enoja porque los seres humanos somos tan brutos ante un significado tan bello y magnífico como el de las flores. Los humanos, él piensa,carecen de comprensión y el ser suceptibles a las emociones. No las comprenden,muy pocos lo hacen,y por ello las cosas más puras y extraordinarias se arruinan por la ignorancia humana.

Las puerta de la residencia Linton se despliegan, altas y de color madera rojizo ante la vista de los Kingdom. Arriba,el clima se muestra inestable, quizás por esa tarde, deba suspender sus planes de andar a caballo con Taehyung.

La madera se abre dando la bienvenida con un calor acogedor de adentro,un olor a lavanda que Jimin no recordaba de la última visita hecha y la figura de su tia y el nuevo Marqués de Durham. La ausencia de la figura paterna de Taehyung se seguía sintiendo pese a la pérdida que se tuvo que afrontar el verano pasado.

—Su alteza,Jean Constance Kingdom Reina de Durham y Jimin Edrick Kingdom Duque de Durham—La voz del mayordomo toma un tono más serio que antes,pero a la misma vez más relajado—, se presentan ante Clara Elizabeth Linton Marquesa de Durham y Taehyung Raven Linton Marqués de Durham.

Para el pelinegro se siente agobiante e incómodo tanta formalidad y mención de sus titulos en una presentación entre familia. Eso, eventualmente,le recordaba que en cualquier momento sería portador de la corona y un titulo de mayor autoridad sobre un pueblo. Más aun,las facciones de Jimin no lo demostraban al mundo,mas ese mero recordatorio que le llegaba en algún momento del día le aterraba exorbitantemente.

—Jean. Jimin.—sonrió la Marquesa,siempre deslumbrante cono Jimin la recordaba de niño—. He extrañado su visita desde la última primavera.

—El sentimiento es mutuo,queria hermana—coincidió su madre,girando para observar a su hijo.

—En efecto,querida tia.—siguió,una reverencia de respeto a su mayor—. En cuánto recibí la invita de Taehyung quise traer a mi madre conmigo a la visita.

—Muy dulce de tu parte,mi niño.—Clara sobó las mejillas de su sobrino,dejando a Taehyung y su hermana hablando a un costado—Tu corazón de oro nunca muere,cariño. Estoy orgullosa de ello.

El color carmesí de las mejillas del Duque la hacen reir suavemente, su tia siempre era tan consentida con él y le decía que tenía un corazón de oro pues su buena humildad y la forma de Jimin de brindar el codo a quienes le rogaban por una mano, era una característica que la Marquesa destacó desde su infancia, misma que se encargó de mantener con él cada vez que podía recordarselo.

—Hoseok prepara el té,por favor.—pidió,recibiendo un asentimiento por parte del mayordomo. Perdiendose en el camino al gran salón—. Vamos al salón, allí hay más calor que el helado clima de fuera.

—De hecho,madre.—Taehyung interrumpe,posicionándose a la izquierda de Jimin. Espalda recta, pecho firme y manos detrás de la espalda con una sonrisa socarrona de labios cerrados.

Jimin quiso estallar en una carcajada. Conocía a su primo como la palma de su mano y sabía reconocer muy bien,y a detalle,una faceta descarada del castaño. Esa era una de ellas y Jimin las amaba  porque podía sentir una parte de él perdiendo el poder de su titulo y siendo alguien más en el mundo.

Se podía sentir como un pollito bebe que estaba aprendiendo a salir  al mundo solo,dando pasos torpes pero sin preocupaciones de tener algún arrepentimiento o pensamiento. Con su primo eral algo así como almas gemelas de la infancia que,no necesariamente son de manera romántica,ese lazo que tenían de comprenderse mutuamente era inigualable y por ello es que valoraba cada segundo con Taehyung.

—Olvidé ir a Durham hoy temprano para comprar algunos materiales que me hacen falta para mis clases de francés—Su vocal siguiendo una recta, cómo si estuviera dando un discurso—. Y,si a mí tía y a ti no les molesta, tengo el deseo de llevarme a Jimin conmigo.

«De paso darle la andada a caballo que le prometí en mi invitación.» Y,asi como Jimin era el consentido de Clara, Taehyung era el de Jean.

—Taehyung podría llover en cualquier momento y correrían el riesgo de pescar una gripe fuerte que los deje en cama por días enteros, aparte,acaban de llegar y deben estar cansados—reclamó la Marquesa—. Mejor espera a qué el tiempo mejore y...

Pero el castaño ya había visto el pequeño asentimiento cómplice de la Reina,instandolo a tomar el brazo de Jimin y salir por la puerta de entrada a sus espaldas.

Sin embargo,las risas brotaron de las gargantas de ambos jóvenes una vez afuera. Como siempre que se veían,sus piernas comenzaron a correr sin importar el ardor en sus músculos,hasta el establo. Allí dónde sus hermosas yeguas se resguardaban del clima.

—Buenas tardes, joven Taehyung —saludó el mozo se cuadra que terminaba de acomodar la paja en un lugar correcto del establo—. Joven Jimin,hace mucho no lo veía por aquí,me alegra poder verlo nuevamente.

—Tambien me alegra verle de nuevo, Seokjin.—sonrió,sus hoyuelos saliendo a la luz—. ¿Dónde está mi princesa?

—En el mismo lugar dónde la dejo la última vez.

El pelinegro se acercó al corral donde la yegua de pelaje oscuro como el cielo nocturno de invierno asomaba la cabeza para saludar. Su caballo. Ella era la otra parte de Jimin que lo hacía sentir humano de alguna manera,esa yegua llegaba a ser los pies de Jimin en muchas ocasiones y en muchas escapadas de título; y responsabilidad.

—Mimi,te ha extrañado mucho.—Le hace saber Taehyung sacando su propio caballo del corral.

—Y yo a ella—coincidió, acariciándola con un calido tacto—. Preciosa, vamos a estirar las piernas.

Seokjin les entrega sus correspondientes sillas de montar,mas una vez que ya están colocadas y los jovenes arriba de sus caballos,una sonrisa de agradecimiento se le entrega al mozo para posteriormente comenzar a galopar.

—Bien,carrera hasta el rio que está a unos cuantos metros de aquí.—propuso el castaño —. A galope es más rápido llegar a Durham.

—Me compraras lo que yo elija en un comercio si gano.—tentó el menor,sus pequeñas manos aferradas a las rienda del caballo.

—Hecho. Pero si yo gano,tu pagas lo que deba comprarme.—La risa suave del Duque se perdió en el viento.

Con Mimi trotando como la buena yegua que era,Jimin volvió a sentir esa sensación de hombros relajados. Desconociendo que era un título,que sería del mañana o del minuto siguiente al ahora. Se dejo llenar los pulmones de aire frío al respirar por la boca,dejando que sus costillas duelan y sus dedos se enreden en las riendas.

Sus figuras alejándose del castillo Linton para perderse en ese bosque inmenso de árboles,buscando ese río que definiría el ganador,sus almas condenadas bajo las nubes grises del cielo, siendo los pájaros y altos árboles testigos de sus próximos minutos de vida y aventura.

Era en esos pequeños momentos donde Jimin sentía que podía respirar el verdadero aire.

Les regalo este primer capítulo de Interlude por el lanzamiento de Set Me Free pt.2,la primer canción debut de Jimin como solista!

Y para Kriss que siempre me hace saber que quiere mi escritura tanto como yo la quiero a ella <3

Oficialmente comienza a narrarse la historia de Interlude.

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