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🎼15to

TaeHyung estaba acomodando un nuevo pedido de flores que llegó aquella mañana. Habían pasado dos semanas y media desde la partida de Seokjin. Hubieron muchos mensajes de "Buenos días" "Buenas tardes" y "Buenas noches" con algunas charlas cortas y otras más largas.

La vida de Seokjin era más ocupada y ajetreada de lo que TaeHyung hubiese imaginado. Había hecho mucho luego de dejar la isla y él también avanzó mucho con sus cosas. La isla era tan tranquila como aburrida y Seokjin le aseguró más de una vez que estaba bien, pero TaeHyung dudo muchas veces de su palabra. Temía que el escritor siguiera con sus malestares y estuviera ocultandole información.

Pero él tenía que seguir avanzando y disfrutando de su segunda oportunidad, si bien la isla nunca fue el mayor entretenimiento, usualmente se divertía un poco más, pero el lugar había perdido su brillo peculiar y estaba seguro que se debía a la ausencia de un hombre de casi metro ochenta con la piel lechosa más suave y hermosa que había visto, con su cabello negro como la noche y sus labios rojos carmesí.

— Hola —la voz aniñada vino de la entrada.

TaeHyung frunció su ceño y miró en dirección a ella. Un niño con un equipo de futbol de Corea del Sur, estaba parado allí, sonriendo y saludando.

TaeHyung no recordaba que hubiera niños pequeños en la isla, pero a decir verdad, hubieron muchas cosas que TaeHyung perdió de vista en su estado comatoso y luego las descubrió al despertar. Era un poco morboso que la isla se volviera popular luego del grave incidente que sucedió con los de su clase. Pero el morbo de la gente no tenía fin y a los residentes de la isla le sirvió esta nueva fascinación por el lugar. Así que la gente no dejó de llegar.

Siempre fue pintoresco, finalmente estaba dando sus frutos que todo estuviera en buen estado para las visitas. También ayudó que un popular artículo sobre Seokjin, fuera publicado, dónde el escritor sin preámbulo ni secretos, mencionó la isla donde se terminó de inspirar para su último libro y el romance adolescente que sus lectores estaban esperando.

TaeHyung sonrió como un demente cuando Seokjin mencionó que encontró más que simples inspiración en la isla, no le preguntaron si fue romance, alguien especial o que había sucedido, pero él afirmó haber vuelto renovado y con más ganas. TaeHyung se sintió especial, luego se sintió un imbécil y luego el mismísimo Seokjin le dijo que se debió a él.

Ahora, mientras se acercaba a la entrada para ver al niño, este retrocedía con una sonrisa.

— Mi pelota se atoró entre los fierros oxidados del arrecife —dijo señalando la zona.

No estaba muy lejos de la florería, pero su padre no estaba por ningún lado para dejarlo a cargo.

— ¿No intentaste tomarla por tu cuenta, no? —cuestionó buscando la llave de la puerta principal para ayudar al niño.

— No señor, ese lugar es peligroso. ¡Mis padres me dijeron que no me acercara! —exclamó el niño.

TaeHyung sonrió mientras cerraba la puerta, solo sería un breve momento y la mañana estaba tranquila y soleada. El niño celebró y lo llevó hacia el lugar indicado y señaló cuesta abajo. TaeHyung suspiró ¿Que sus padres no le dijeron que no jugará de ese lado? Debían de ser nuevos o debían de estar vacacionando.

Cuando llegaron, el niño sonrió y saltó para señalar el lugar en dónde se vislumbraba la pelota, cuando TaeHyung se acercó le pidió al niño que se alejara del borde, el mismo obedeció con una sonrisa de alegría y TaeHyung no tuvo más remedio que comenzar su rescate por esa pelota.

—Carajo —fue la expresión. La pelota estaba en el borde, entre lugares peligrosos a los que nadie debería de bajar. Miró al niño y este volvió a sonreírle—. Amiguito, deberías olvidarte de esa pelota.

El niño hizo un puchero instantáneo—. Fue un regalo de mi abuela —exclamó.

Maldición.

TaeHyung miró sus pies, no traía los mejores zapatos para andar jugueteando por el arrecife, pero viendo la cara del niño a la distancia, suspiró.

— Aish, de acuerdo —exclamó comenzando a bajar con cuidado y pisando en lugares sumamente seguros—. Si quedo en coma otra vez por una maldita caída y está vez me muero, me llevaré al niño conmigo —susurró para si mismo. Justo en ese instante resbaló de su pisada segura y se tambaleó con temor, sosteniéndose de lo primero que vió.

— Ten cuidado, Hyung. ¡Tú puedes! Fighting —gritó el niño con sus brazos en alto.

TaeHyung lo miró con desdén e intentó sonreír—. Fighting, fighting.... Maldito niño mimado —dijo para si mismo.

A decir verdad, adoraba a los niños. Solo se detestaba a si mismo por no saber decir que no en ocasiones. Maldita sea. Cuando estuvo finalmente cerca de la pelota, se agachó con cuidado y escuchó lo gritos y vitoreos del niño. Su respiración se atasco hasta que tuvo el objeto finalmente en sus manos y suspiró, apretándolo contra su pecho y cerrando los ojos ante la brisa salada que golpeaba su rostro.

— ¡Hyung es un superhéroe! —dijo el niño más arriba.

TaeHyung dibujó una sonrisa incómoda, y se armó de valor para volver a subir de a poco. El niño seguía canturreando de la felicidad mientras TaeHyung contaba sus inhalaciones.

— Tengo el culo fruncido del miedo, pero sí... Hyung es un héroe. Carajo —soltó cuando sus dedos resbalaron. Sostuvo fuerte la pelota contra su pecho otra vez, aspiró con fuerza y exhaló... Cuando miró el objeto, vió una nota desgastada que decía "La abuela te ama, Jihoon".

— ¿Lo tienes, hyung? —exclamó la voz del niño, mirándolo fijamente y esperando.

TaeHyung asintió con una sonrisa, para cuando estuvo a salvo suspiró, intentó darle la pelota al niño, pero este estaba a metros lejos de él, expectante y sonriente.

— Lanzala, hyung —pidió el niño entusiasmado.

TaeHyung suspiró y sonrió, se preparó y pateó la pelota en dirección al niño. Este la habita tomado como todo un buen arquero, hasta que vislumbró a una señora doblando la esquina y llegando cerca de la criatura.

TaeHyung observó El intercambio de la mujer mayor con el niño, quien no dejaba de parlotear mientras parecía señalar a TaeHyung y contarle cómo recuperó su pelota. La mujer lo miró y, con la mano en el pecho, se inclinó en señal de agradecimiento. Tomó la mano del niño y lo siguiente que TaeHyung contempló lo dejó helado.

De espaldas a él, el prqueño tenía el cabello negro húmedo, engrasado y con sangre que brotaba de allí, mojando su camiseta de un tinte rojo amarronado que empapaba su espalda. La mujer, quien se veía muy normal de frente, cuando giraba una vez más para verlo, estaba pálida, ojerosa y con un aspecto demasiado enfermo.

El corazón de TaeHyung se detuvo, un grito quiso formarse en la parte posterior de su garganta, pero se quedó sin habla cuando la siguiente escena fue, verlos caminar hasta que se disolvieron en el aire.

Su respiración se atascó, su piel se enchinó y el estremecimiento que lo sacudió lo dejó en shock. No pudo moverse, excepto sus ojos, que miraban de aquí para allá, notando “personas” que no estaban ahí antes. Todos con un aspecto diferente entre sí, pero que definitivamente no parecían vivos. No parecían estar en el mismo plano que TaeHyung.

Sus piernas se debilitaron por un momento, sus manos comenzaron a temblar, sudor frío corrió por su nuca y su respiración se aceleró. El miedo y el terror que lo envolvieron lo hicieron demasiado consciente del escenario frente a él.

De repente, una voz suave y tranquilizadora rompió el silencio—. No tengas miedo —dijo una anciana que apareció de la nada—. Ellos solo buscan paz.

TaeHyung, aún temblando, miró a la mujer con incredulidad—. ¿Quién eres? —preguntó con voz entrecortada.

—Soy alguien que siempre estuvo aquí —respondió ella—. He fundado este lugar. Nunca me habías visto antes —sonrió cálidamente—. Estrecharía tu mano, pero tienes un amuleto muy fuerte contigo. Por eso mantenemos la distancia de ti. Pero no te preocupes por ellos, siempre rondan. No lastiman a nadie, solo se escondieron cuando Bogsuja estuvo aquí.

— ¿Bogsuja? —repitió TaeHyung.

—Sí. El hombre que cuando niño fue casi un sacrificio entregado a la oscuridad por su propio padre para convertirlo en un espíritu vengador al que pudiera manejar a su antojo y molestar a los vivos —la mujer sonrió—. Ahora es el vengador, pero de las almas en pena, no de los vivos. Algunos lo respetamos, otros le tememos.

TaeHyung pasó el nudo en su garganta, no podía verse a un espejo, pero aseguró que estaría pálido. Intentó palpar el amuleto en su bolsillo y se sintió desfallecer cuando no lo sintió. Se maldijo cuando recordó que lo guardo en su primero pantalón, pero luego se lo cambió por uno más cómodo. Mierda.

La mujer le sonrió una última vez:

— El amuleto que te dió se afianzó a tu alma, Bogsuja mismo te lo dió cuando estabas entre la vida y la muerte. No necesitas tenerlo de forma física —exclamó—. Luego de tu interludio personal, tus ojos fueron abiertos. Te volviste un escudo.

TaeHyung estaba seguro que no parpadeó una sola vez desde que se dió cuenta de todo, la mujer se alejó otro poco más y añadió:— Eres perfecto para cuidarlo, porque su alma corre en peligro.

— ¿Qué -...?

Cuando dijo eso, desapareció tan rápido dejando a TaeHyung con demasiadas preguntas, temor e incertidumbre.

Seokjin firmó el último libro que dejaron frente a él. La firma a sus ejemplares se extendió debido al mal clima de ese día. La lluvia era intensa y retrasó a muchos de los presentes, pero Seokjin sabía que ellos llenaban su cuenta bancaria. Oh y sus palabras de ánimo y entusiasmo eran su motor para seguir escribiendo, él amaba su trabajo.

Le debía a esta gente su tiempo.

Pero su cabeza comenzaba a doler de forma demasiado intensa, necesitaba salir de una vez por todas de allí. Por suerte sólo fue una firma más corta de lo estimado ya que era un libro más que leído y releído por sus lectores, pero que por un improvisto en el pasado le fue imposible organizar una firma de libros en su editorial favorita.

— ¿Listo para irnos? —dijo SeHun, cuando Seokjin se tomó la última foto con una lectora muy respetuosa y tímida.

Esperando a que la chica dejara su lugar con una respetuosa inclinación, Seokjin suspiró y tocó su cabeza—. Sí. Sácame de aquí. Mi migraña empeoró —cuando sus ojos se apretaron y volvió a abrirlos al levantarse, sintió un mareo que le dió nauseas.

—Hey, hey... —los brazos de SeHun fueron alrededor de la cintura de Seokjin para sostenerlo. Cuando el escritor abrió sus ojos, la visión fue pésima. Nebulosa, muy difícil de enfocar sin sentir una punzada en su sien.

Para cuando fijo su tétrica mirada en un lugar, una figura oscura se vislumbró—. ¿Qué- ...? —SeokJin apretó sus ojos una vez más para volver a enfocarlos, pero cuando los abrió, la figura oscura estaba cerca de él. Casi pegado a su rostro. Los ojos negros detrás del cabello negro y sucio estaban inyectados en sangre. El olor a azufre llenó las fosas nasales de Seokjin y el impacto de ese encuentro lo hizo saltar hacia atrás del repentino susto—. ¡Carajo!

— ¡¿Qué, qué?! —SeHun se asustó con él y volvió a sostenerlo.

Seokjin sintió su corazón galopar fuerte en su pecho mientras miraba a su alrededor y tanteaba buscando su amuleto. Su respiración era pesada y su frente estaba sudando. De repente se sintió ese pequeño niño que vió el alma de su medio hermano por primera vez, cuando era solo una criatura que no entendía nada. Y estaba asustado, aterrorizado. La sensación de terror encajada en su pecho hizo demasiado complicado respirar normal y dejar de lucir como un demente.

— ¿Qué pasa, Jin? —SeHun miró como él, a su alrededor, asustado. Excepto que SeHun no sabía sobre el don de Seokjin.

Siempre le pareció un poco extraño, algo fuera de este mundo, pero no lo sabía. Sin embargo ahora se preguntó que asustó a su amigo de esa forma. Seokjin estaba más pálido que de costumbre y sus ojos estaba desorbitados y perdidos.

— Sácame de aquí —pidió Seokjin. Su manager hizo caso.

Sin discutir, llevó a Seokjin al auto. Aún estaba pálido, sudado y sostenía su cabeza.

— No puedes conducir así —exclamó SeHun tomando su teléfono—. Llamaré a MinSu que venga por ti.

—Puedo hacerlo —susurró Seokjin, justo en ese Instante, caminando por el iluminado estacionamiento, a la distancia entre un par de columnas a oscuras, lo vió de nuevo—. Mierda.

Sus pasos cesaron y su respiración se volvió más pesada. Su pulso se aceleró y su corazón palpito con fuerza. Estaba aterrado, sudando frío y temblando.

— ¿Jin? ¿Qué te pasa, hombre? —la voz de SeHun se escuchó lejana y realmente preocupada.

Los pies de Seokjin estaban pegados al pavimento mientras esta figura lo miraba a lo lejos y la sonrisa más siniestra se dibujaba en su rostro cubierto del cabello que tenía hacia adelante.

— ¿Jin? —la imagen de su manager frente a él, sirvió para traerlo de vuelta. SeHun se interpuso entre el espíritu y él.

Seokjin sintió que su respiración se enganchó cuando mantuvo contacto visual con ese espíritu u alma perturbada, y recién ahora, el aire corría de nuevo a través de sus pulmones. Las sacudidas de SeHun, su rostro y voz preocupada fue un sonido sordo, hasta que volvió en sí.

— ¡Jin! —gritó una vez más.

El castaño miró detrás de su manager, como el demente que parecía y SeHun también miró detrás con temor. Él no vió nada, gracias al cielo Seokjin tampoco.

— Estoy bien —susurró. SeHun volteó de nuevo a verlo, aún lo sostenía por los hombros.

—Yo te llevo, carajo. Pero antes pasaremos por el hospital —declaró seguro, tirando de Seokjin hacia el mismo auto del escritor, pero este lo sostuvo con fuerza y lo detuvo.

SeHun lo miró.

— Sólo llévame a casa, necesito descansar —susurró débil. Su manager y amigo, apretó sus dientes con indignación—. Estoy bien. Sólo necesito  dormir.

SeHun entrecerró sus ojos y lo miró—. Me quedaré a cuidarte —SeokJin suspiró—. Me vale tu actitud. Me quedaré a cuidarte —fueron las últimas palabras de su manager.

Seokjin asintió, entendió la preocupación de su amigo, pero si SeHun estaba dando vueltas, él no podría fortalecer sus escudos con su amigo alrededor.

— Sólo llévame, estaré bien. No necesito niñera —añadió subiendo al auto.

SeHun subió en el extremo del conductor y cerró la puerta mirándolo sin inflexión en su rostro—. Me quedaré —fueron sus últimas palabras.

Seokjin se armó de paciencia y rogó sentirse mejor camino a su apartamento. Lamentablemente eso no sucedió. Siguió sudando, pálido y sus manos temblaban. Se preguntó si era mala idea evitar ir al hospital. Este pésimo estado le sucedió en sus inicios, pero incluso cuando tuvo el alma perturbada de aquella mujer sobre él, no se sintió así. Tan débil y descolocado. Cómo si más de un alma estuviera drenando su energía vital.

Suspirando, frotó su rostro cuando llegaron a su apartamento. SeHun lo miró en silencio, no dijo nada. Seokjin aspiró con fuerza y se sintió levemente mejor. El temblequeo en sus manos se detuvo, ya no sudaba, pero su cabeza vibraba un poco aún. Sólo un poco, sin las puñaladas insufribles de minutos atrás.

— Me siento mejor ¿Sabes? —exclamó saliendo del auto y bloqueandolo cuando SeHun le devolvió la llave.

—Me importa un carajo, vamos —respondió su manager, mirándolo en demasía—. Tu color mejoró, pero no correré riesgos —dijo mientras subían al elevador—. ¿Sabes? Te saqué turno para un chequeo completo ¿Lo has hecho? Te recuerdo que-...

Seokjin aspiró, cerró sus ojos y dejó a su manager retarlo todo el trayecto cuesta arriba. Su boca se movía, palabras salían, pero Seokjin se preguntó que podría hacer para que SeHun se fuera. Entendía la preocupación de su amigo, pero necesitaba reforzar sus escudos. Ese espíritu u alma (Seokjin no pudo diferenciarlo) se acercó demasiado. Ni siquiera dudo en quedarse, acosarlo y debilitarlo sin siquiera intentarlo demasiado.

Jamás le sucedió algo así. De repente recordó las palabras de TaeHyung, pero había vuelto hace un tiempo y no había visto nada. Supuso y dió por hecho que aquello que TaeHyung vió sólo se quedó en la isla (cosa que tampoco lo dejó demasiado tranquilo porque temía por TaeHyung) pero el chico le dijo más de una vez que estaba bien. Pero al parecer, esa cosa se fue de la isla con él y esperó para aparecer. Seokjin apretó sus puños con ira, ni siquiera fue su momento más vulnerable y aún así, lo debilitó de inmediato.

El enojo que lo invadió lo hizo salir del elevador con una caminata segura y fuerte, mientras doblaba el pasillo con un SeHun que le seguía los pasos confundido al verlo tan repentinamente bien,  pero a la vez demasiado enojado como para notar que su malestar no estaba allí.

Pero TaeHyung sí.

— ¿Tae? —su corazón dió un vuelco cuando se detuvo en seco.

El chico estaba sentado frente a su puerta con un pequeño bolso que estaba usando como almohada. TaeHyung se levantó rápidamente acomodando su cabello cuando lo reconoció.

—Jin... —susurró con su voz grave, mirando al escritor de arriba abajo, para segundos después correr hacia él y abrazarlo con fuerza—. Estaba tan preocupado por ti —gimoteó cerca del oido del escritor. Sus labios abiertos acariciaron la piel de esa zona erógena.

Aquello puso la piel de Seokjin de gallina, un precioso escalofríos que TaeHyung le hizo sentir desde un inicio. Su cuerpo se despertó ante el calor del chico que colgaba de su cuello con ambos de sus brazos y respondió; respondió a su abrazo envolviendo la cintura de TaeHyung con sus extremidades, estrechándolo con fuerza y absorbiendo el aroma que salía del chico.

Dulce, pero masculino. Embriagó a Seokjin de deseo.

TaeHyung tembló cuando el escritor aspiró su aroma sin rodeos y gimió suavemente, pegando su nariz a su cuello. Tembló de deseo y se apretó más al cuerpo ajeno. Se sintió como un muerto de hambre por la atención y cuidado de este hombre. Giró su cabeza y su nariz rozó la de Seokjin, sus labios se rozaron y-...

—Umm-... Supongo que lo conoces —dijo una voz desconocida.

Claro, no estaban solos. 

Seokjin abrió sus ojos, alzó su cabeza, y TaeHyung se sintió intimidado. Ignoró delibera y totalmente a una segunda persona al lado de Seokjin que, tuvo que cubrirse un momento.

—No vas a quedarte —dijo Seokjin con firmeza. TaeHyung saco su cabeza del hueco del cuello del escritor y lo miró con ojos de cachorro—. Me refiero a él —exclamó Jin, señalando a su manager.

SeHun suspiró—. "Él" se llama SeHun, mucho gusto ¿Quien eres tú? —saludo estirando su mano.

TaeHyung suspiró y sonrió con timidez—. Kim TaeHyung. Seokjin me habló de ti —mencionó, correspondiendo al saludo.

SeHun sonrió—. Bien, al parecer eres importante, pero él no me dijo nada de ti

— Porque no te digo nada sobre mi vida personal —añadió Seokjin de inmediato—. Conocí a TaeHyung en la isla —exclamó.

SeHun abrió sus ojos y sonrió maliciosamente—. Oh, hiciste un amigo —soltó con tono adorable.

— ¡Más que-...! Amigos —terminó susurrando TaeHyung.

Fue más fuerte que él dejar en claro que no era sólo una amistad para el escritor. Seokjin sonrió cabizbajo y SeHun suspiró:

—Bien, no le hará mal un poco de romance. Pero déjame decirte que minutos atrás se sintió terrible-... Y ¿Mmm? —SeHun fue atacado por la mano de Seokjin en su boca y una mirada de advertencia.

—TaeHyung no necesita mi parte médico —añadió.

Pero la mano del chico se poso en su brazo—. De hecho estoy interesado en saberlo ¿Pasó algo? —preguntó con preocupación.

— Nada —dijo Seokjin. SeHun, mordió la palma de su mano—. ¡Aish! ¿Qué te pasa?

—Se sintió mal —respondió su manager a TaeHyung —. Sus ojos se desorbitaron como los de un loco, viendo algo que no estaba ahí. Me asustó —SeokJin atrás negó con su cabeza—. Quédate quieto —ordenó SeHun—. Se descompuso. Estuvo temblando, sudando. Sus migrañas volvieron y se puso más pálido de lo normal —dijo rápidamente señalando a Seokjin y mirando a TaeHyung luego—. Pero ahora está perfecto —su ceño se frunció mientras busco su tarjeta de presentación—. No importa la hora. Llámame si vuelve a suceder, lo llevaremos de inmediato al hospital.

— SeHun —exclamó.

— SeHun mis bolas. Vendré y te llevaré del forro del culo —dijo señalándolo—. Estás advertido. Un gusto conocerte, TaeHyung. Por favor, llámame si algo sucede.

TaeHyung pasó el nudo en su garganta, tomó la tarjeta y asintió. Al saber aquello, inmediatamente dejó de sentirse como un imbécil. Él prácticamente huyó de la isla sin ninguna explicación coherente a su padre, abordó el primer ferri a la ciudad y viajó hasta Seúl para llegar a ver a un Seokjin que podría no estar feliz o cómodo de verlo. Pero eso ya no importaba, él tenía que estar aquí porque definitivamente algo andaba mal con el escritor y se preguntó cuánto había ocultado Seokjin sobre su estado anímico y físico.

Con su ceño fruncido miró al escritor.

— Está exagerando —dijo este con una sonrisa tímida, mientras abría su puerta—. Ven, te ves cansado y estás algo húmedo —susurró estirando su mano en dirección a TaeHyung.

Seokjin ya habia levantado su bolso y sonreía con dulzura. Quiso reprenderlo y decir muchas cosas, pero por el momento sólo pudo sostener su mano y dejarse jalar dentro del departamento del escritor de sus sueños. Realmente estaba cansado y la lluvia no lo ayudó a mantenerse seco mientras encontraba la dirección del apartamento de Seokjin. Pero tenía cosas muy serias que hablar con el mayor y muchas cosas más que también quería hacerle debido a la necesidad que su cuerpo sintió al instante en el que chocó con el de Seokjin y sus labios casi se encontraron.

«Enfócate, TaeHyung. Carajo»

Estamos a nada de terminar. El siguiente será el ante último capitulo (si no me equivoco ni narramos de más) jejeje

Se reunieron rápido UWUW

Perdón la demora, gracias la paciencia y el apoyo. Y perdón si hay errores de deditos locos 🫠 l×s leo👁️👄👁️✨

Con amor niñita Nanykoo 💜

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