II
El capitán llega a la nave y Reims acelera hacia fuera del planeta artificial, sin embargo, son
detectados por los radares de la nave principal del Fenix.
—Escaneo de especies —ordena el Fenix en un idioma extraño desde su trono en la oscura sala de control de la nave, quien está rodeado por un grupo de alienígenas de distintas
especies, pero todos muy intimidantes.
—Son especies muy variadas señor, pero una es una Swifter —responde en ese mismo idioma un alien que aparenta ser nada más un soldado.
—Capturenlos —manda el Fenix.
Muchas naves caza salen de la nave principal del Fénix, lo cual alarma a nuestros protagonistas.
—Carajo —dice Reims en otro idioma—. Preparando acción evasiva ¡Agarrense!.
Reims gira múltiples veces para esquivar los disparos de los enemigos mientras se prepara para saltar a velocidad suprema, sin embargo, son jalados por dos naves que ocupan rayos tractores así que antes de que las naves les logren dar los disparos desactivadores, acelera al máximo y se mete entre los escombros de la ciudad.
—¿Qué planeas? —duda el capitán sentandose en su asiento mientras la princesa se sienta en un asiento vacío.
—Una vez escuche una frase que decía "si no puedes vencer a tu enemigo, ahogalo" —responde Reims.
—¡Nunca escuchaste eso ya que ni siquiera era así el dicho! —exclama Laner mientras manipula los escudos de la nave para que no se desestabilicen e intenta restablecer los motores de velocidad suprema.
—No me estas entendiendo —contesta Reims para luego frenar de golpe dejando a las naves pasar y disparando a las estructuras que hay sobre ellas y sobre ellos también.
Luego, acelera de vuelta por donde vino mientras muchas de las naves son aplastadas por los escombros.
—¡Ya pude restablecer los motores de velocidad suprema! —avisa Laner.
—Ya era hora... —susurra Reims y activa esos motores saltando a velocidad suprema.
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—Señor, la nave escapó —informa el soldado alienígena y el Fénix al escuchar eso, solo mira la entrada de la sala, por la cual entra su ejecutora.
—Eran los que se hicieron llamar defensores intergalácticos —decuce el Fénix.
—Es correcto mi lord —confirma su ejecutora.
—Contacta a los asesinos y ofréceles cuánto dinero quieran por matarlos a todos excepto al Capitán Revolución —ordena el Fénix.
—Por supuesto señor —obedece la ejecutora y se da la vuelta para irse, pero al dar nada más tres pasos es interrumpida por el Fénix.
—No tengas miedo de preguntar, recuerda que leo mentes —dice el Fénix.
—Pues, ¿por qué le urge tanto atraparlos tan rápido? Es decir, caerán ante nosotros tarde o temprano —pregunta la ejecutora.
—La razón es simple, esa "princesa" nos engaño, no es la verdadera heredera, solo es la hermana menor de la real —responde el Fénix—, y siendo la legítima heredera, puede ir sin ningún problema a lo que queda del senado universal y pedir su ayuda.
—Entiendo señor, los contactare de inmediato —obedece la ejecutora y sale de esa sala.
Velocidad suprema, en algún lugar del espacio
—¿Donde vamos exactamente? —duda la princesa.
—A nuestra base —responde Reims.
—Yo pensé que estaban todo el tiempo en esta nave que se cae a pedazos —se sorprende la princesa al ver que su asiento está pegado al muro ya que por alguna razón no tiene las patas para pararse por sí solo.
—Suficiente, princesa —detiene el capitán—. Tal vez esta vieja pero sigue siendo la nave pequeña más rápida y resistente que tenemos.
—Técnicamente no es resistente, todo el trabajo lo hacen los escudos —corrige Reims.
—Pero ella no lo sabe —dice el capitán forzando la voz.
—No hemos tenido tiempo de presentarnos —interrumpe Drackslher.
—Yo comienzo —solicita la princesa—. Soy la princesa Klaren, legítima heredera del trono Swifter.
—Mi nombre es Drackslher, liberador de la raza Terrus de piel amarilla —se presenta este mismo haciendo referencia algo que vivió.
—Un gusto, escuché bastante de ti, el Terrus de piel gris que liberó a la raza que lo crío de la raza que los tenían oprimidos, los Terrus de piel gris —revela Klaren.
—Y de mí, ¿sabes algo? Mi nombre es Reims —se presenta este mismo.
—Creo que no —contesta Klaren.
—¿Nada? ¿En serio! —se enoja Reims—. ¡Ese hijo de la Flawleight me mintió! ¡Raincut! ¡Más te vale estar listo para cuando terminemos con la princesa ya que iremos donde Mandlar!
—¿Quien es Mandlar? —duda Laner y mira a Klaren—, por cierto, soy Laner, un gusto.
—Un placer —responde Klaner para luego mirar a Reims—. ¿Quién es Raincut?.
—De a una, señoritas. Mandlar es un sujeto que peleó junto a mi en la batalla de Warlock —contesta Reims—. Y Raincut es la criatura que tienes detrás tuyo.
Klaren se da vuelta y ve a una criatura humanoide totalmente gris y con rocas que forman su cuerpo.
—Wow, un elemental de roca —se sorprende Klaren.
—Lo que me faltaba ¡A él si lo conoces! —exclama Reims.
—Suficiente drama Reims —calla el capitán y luego mira a Klaren—. Captain Revolution.
—¿De verdad lo dicen en idioma bal? —pregunta Klaren—. Aparte, se quien eres, el mercenario con mayor historial de combate contra las fuerzas del Fénix, pero para ser sincera, te imaginé más alto.
—¿Te estás burlando? —consulta el capitán mientras se acerca a Klaren—. Espero que no ya que te tengo que mirar hacia abajo.
—¿No tienes un nombre? Es decir, ¿eres sólo Capitán revolución? —pregunta Klaren.
—Captain Revolution —corrige el capitán en idioma bal y no responde la pregunta.
—Lo siento, es que pocos en el universo saben hablar bal y por ende no es algo muy fácil de pronunciar correctamente —se disculpa Klaren.
—Ya estamos llegando —avisa Reims—. Vuelvan a sus asientos.
Nave del Fénix en la atmósfera del planeta artificial Swifter, simultáneamente
—Saludos ejecutora —saluda una chica alienígena de piel anaranjada, vestida con uñas túnicas oscuras a la ejecutora del Fénix.
—Saludos Ayeka —saluda la ejecutora—. ¿Está tu prometido por ahí?.
—Él se encuentra en una misión con el resto del equipo así que creo que no —responde Ayeka.
—Cuando vuelva dile que me envíe el monto que quieren por la siguiente misión —ordena la ejecutora y manda una especie de mensaje el cual dice en una letra dorada e idioma extraño "Rastrear y asesinar a todos los defensores intergalácticos excepto al Capitán Revolución, a quien deberán traer con vida ante mi señor junto con la princesa Klaren".
—Entendido, le avisaré —obedece Ayeka y corta la llamada.
Los defensores intergalácticos llegan a una nave inmensa que tiene un símbolo que en idioma bal son las cifras de los Intergalactic defenders
—Bienvenida a nuestro hogar —comienza el capitán mientras mira a Klaren.
—Es horrenda —dice Klaren.
—Tu vienes de un planeta artificial, esto es mejor ya que es transportable —defiende el capitán mientras Reims aterriza en el hangar de la nave.
Todos bajan y Klaren se percata de que sólo están ellos en la nave.
—Si te preguntas cómo le hacemos para que nadie robe la nave cuando no estamos, la respuesta es muy simple, viajamos con ella hasta cierta distancia del lugar de la misión y le activamos el sistema de defensa, el cual le dispara a cualquier nave que detecte que tiene intenciones de abordar y no sea esta o en su defecto no haya sido autorizada por esta para entrar —explica Reims.
Klaren asiente dando a entender que comprendió y junto con el equipo se dirigen hacia la sala de control de la nave.
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