O3
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“debes estar cansada del viaje” YoonGi asintió ante aquella afirmado. “Ve y descansa lo que sea necesario, cuando sea la hora de la cena mandaré por tí” Min no dijo nada sólo realizó una reverencia y se giró cuando el escolta le informo que sería llevado a sus aposentos.
YoonGi sintió nuevamente aquella sensación de ser observado, y se medio giro para ver qué si, efectivamente estaba siendo observando por su prometido.
JiMin le veía curioso, atento a cada movimiento como si estuviera analizándolo.
Le sonrió una última vez para seguir su camino, y suspiro cansado.
Iba a dormir, necesitaba dormir bien para poder pensar en algún plan.
Con la nueva información dada por la madre de JiMin, YoonGi debía de pensar rápidamente en una estrategia para hacer que JiMin le ayudará, de verdad esperaba que él joven reaccionara bien.
De lo contrario se vería en un grave y serio aprieto.
Del otro lado del reino de oeste, HaeJi se dejó caer sobre la comodidad de su cama y subió su vista con el antebrazo de su mano izquierda.
Lo había hecho, había ascendido al trono, era el Rey, bueno, técnicamente Min YoonGi su gemelo lo era.
Pero era esto lo que deseo por tanto tiempo, desde que fue obligado a ser alguien que no era, cuando se vio obligado a dejar solo a su hermano por tres años.
Se rió con ironía, esos tres años lejos de su gemelo fueron un suplicio, fue educado como una mujer, fue doblegado en todos los sentidos, fue humillado y burlado.
Sonrió con sorna, jamás pudieron cambiar lo que era, el que lo hayan hecho pasar por mujer, el hecho de que fue obligado a mantener ese secreto hasta de su propio hermano, le dieron ganas de llorar.
HaeJi no puede entender por qué hacerle eso, por que hacerlo pasar por una mujer cuando obviamente no lo era, cuando era pequeño le preguntó muchas veces a su madre y luego a su padre, el por qué debía vestir como una niña y no como su hermano.
En esos años su padres le habían dicho que era por su propio bien, que lo hacían para salvarle la vida.
En esos tiempos él no entendía nada, realmente intento con tan solo siete años entender el por qué.
Al final se resigno a seguir vistiendo como una niña, fue castigado a seguir las educaciones de una, fue obligado a cambiar su voz, fue despojado del derecho de contarle la verdad a su hermano mayor.
Ahora que ya tiene veinticinco años puede entender el por qué sus padres hicieron lo que hicieron con él.
Si la noticia de que la reina había tenido tenido un par de gemelos hombres de hubiera escuchado, los altos concejales hubieran pedido la muerte del gemelo menor, en este caso él.
Los altos concejales son una escoria, una basura que debería dejar de existir.
Es por eso que su madre había pedido que fuera informado que habían sido un niño y una niña, sólo así él estaría a salvo porque sería una princesa que podría ser casada con alguien más para unir reinos o unificarlos.
Hae piensa que fue cruel no contarle la verdad a su gemelo, pero no sabía cuál sería su reacción, quizás lo odiaría o eso pensaba él.
Cierra sus ojos y su mente se transporta al lugar donde su vida fue un calvario durante tres años, la ciudad a la que fue enviada quedaba al sureste del reino, una ciudad donde las doncellas y princesas, futuras concubinas y damas de la corte, eran entrenadas hasta el cansancio.
Aunque él fue tratado de forma diferente, pues sus clases jamás coincidían mucho con la de las demás mujeres, las únicas clases en común era postura y costura, las demás él las recibía en la otra ala del enorme lugar.
Se siente agotado, la coronación fue la más extensa y larga, luego de que la ceremonia terminará, rápidamente le fue impuesto trabajo. Tal y como su hermano mayor había dicho, era tan tedioso pero aún así disfrutaba ser él frente a aquellas personas que le veneraban por miedo.
Vistiendo las ropas de un Rey, alzando su voz de autoridad su voz de mando, siendo tratado como un hombre y no como una mujer. Realmente disfrutaba esto, esperaba que su hermano mayor le perdonara por ocultarle el motivó de su viaje hacia el oeste, y esperaba que también pudiera ingeniárselas para lo del matrimonio.
Hizo una mueca de asco cuando se imagino a si mismo durmiéndo al lado del vástago del general, no, no, y más no, era inaceptable, él no era un manga cortada, a él no le iban esos gustos.
Y en medio de ese mar de pensamientos, cayó en un letargo sueño del que ni las sirvientas pudieron despertarlo.
La puerta fue tocada varias veces pero nadie respondió.
JiMin se exasperó porque la "princesa" tal parece estaba siendo una maleducada por no responder al llamado de la puerta.
Importándole muy poco el hecho de que no tenía derecho de entrar a una habitación de un mujer sin antes el debido permiso que le era otorgado por la misma.
Lo que le recibió cuando se adentró en aquella habitación fue la oscuridad misma, las cortinas que tapaban la luz de la luna estaban puestas y no había ninguna una linterna que alumbrará la habitación.
Vislumbró apenas el cuerpo de la princesa en la cama, dormía de forma extraña para ser un mujer.
O era que todas las mujeres dormían así de extrañas en la cama?
A tientas se acercó hacia la cama, y pisando cuidadosamente se sentó en el borde de la misma.
Con la poca luz que las cortinas dejan ver podía vislumbrar el rostro calmado de la chica, y su rostro hermoso, tan igual al del Rey Min.
JiMin suspiro, cuan diferente fuera si en vez de casarse con ella se casará con él.
No entendía a sus padres, ellos siempre lo habían apoyado en sus decisiones, el ser general de batalla había sido su mayor sueño cuando tenía catorce, luego fue cuando lo conoció, Min YoonGi tenía trece cuando fue por primera vez a su reino.
Era un niño realmente muy hermoso y de facciones andrógenas, pero sin dudo quedó cautivado por la habilidad que tenía para el arco y la flecha al igual que para el manejo de la espada, a pesar de que sólo era un niño, era alguien de buenas destrezas y actitudes.
Por que era tan mal visto Amar a alguien de tu misma porte?
JiMin creía fielmente que el corazón no mentía, al menos el suyo jamás le había decepcionado.
Pero ahora su sueño de estar junto a Min YoonGi se veía cada vez más lejano, podría visitarlo pero no podría intentar nada con él, porque estaría casado con su hermana gemela y él seguramente ya estaría casado con alguien más.
Tan difícil era que él pudiera ser feliz?
¿Por que ella y no él?
Suspiro cansado, no servía de nada ponerse melancólico, sus padres le esperaban abajo para cenar y él tenía el deber de levantar a la princesa.
Haciendo una mueca movió ligeramente el hombro de la chica, ella se removió más no despertó, sólo balbuceó quien sabe que cosa.
JiMin se rió bajito ante aquello último, tal parece que ella tenía el sueño pesado.
Así que esta vez la agita mas fuerte pero sólo hace que bufé y tire manotazos al aire.
Bien, que conste que el intento despertarla de una manera adecuada.
Así que si delicadeza alguna la removió abruptamente hasta la escucha maldiciendo.
Oh, así que las princesas también maldicen.
“Quien jode tanto” dejo salir un bostezo y luego detuvo sus movimientos. “Quien diablos está ahí?” JiMin frunció el entrecejo cuando escucho aquella voz grave.
Él recordaba muy bien la voz de HaeJi, y estaba aquella voz gruesa no era la de ella.
“Eso debería preguntarte yo, quien diablos eres?” y YoonGi se paralizó.
Mierda y más mierda. Había olvidado donde estaba así que había dejado salir su voz natural, ah~ Joder por que siempre algo le salía mál.
YoonGi no respondió nada, se había quedado algo paralizado por aquello.
Estaba de cierta forma aliviado pues era JiMin y no un sirviente como el creyó al inicio, pero luego entro en duda.
Por el sonido en la voz de JiMin sabía que este estaba enojado, y para ser sincero Min no mentía cuando decía que de cierta forma, JiMin le daba miedo.
“Estoy esperando una respuesta, tú no eres HaeJi, así que... Quien eres?” demandó con insistencia JiMin.
Y YoonGi bufo exasperado porque vamos, era en serio? No lo reconocía.
Que él supiera sólo habían dos rostros parecidos en su país, y eso eran los de él y su hermana gemela.
Y YoonGi se preguntó si JiMin era idiota o se hacía.
Así que virando los ojos, tomo una fuerte y pronunciada respiración, mordio su labio inferior y luego exhaló el aire.
“Que no es obvio, soy Min YoonGi, que yo recuerde sólo hay dos rostros iguales y esos son los de mi hermana y Yo” respondió como si aquella fuera normal y él no estuviera con nervios porque lo había dicho.
Le había dicho a JiMin quien era, y sentía que aquel silencio abrumador lo iba a asfixiar si JiMin no decía algo.
Tan impactante había sido su revelación?
Hi~ no te vayas sin votar y comentar XFAVOR.
No es mucho lo que pido, sólo que votes y comentes :'(
Os gusta(?)
Ya sólo quedan como 2 o 3 capítulos creo y el epílogo jejeje~
Gracias por lo que si me apoyan votando y comentando, son el cielo~
Nos leemos~
MinMin💕
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