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100 votos y listo.
Igualdad en votos y vistas.

Min YoonGi y Min HaeJi son hermanos gemelos, Siendo Min YoonGi el primero en nacer, y su hermana siendo la segunda por tan sólo dos minutos de diferencia.

Min YoonGi quien hereda un trono que no quiere, a quien le dan una posición que él no desea, Min YoonGi sólo quiere ser libre de sus deberes, no quiere ser Rey no quiere casarse con alguien a quien no ama, no quiere el destino que han impuesto sobre él.

Min HaeJi, la princesa consentida, a la que comprometieron cuando está tan solo tenia dos años, a quien no le gusta ser tratada como débil porque no lo era, la Min HaeJi que quiere el trono y el lugar que le otorgaron a su hermano gemelo.

Caras parecidas, temperamentos iguales, destinos impuestos y forzados, ese es el hilo de ambos hermanos infelices.

Los días se acortan, HaeJi no quiere casarse con el hijo de los Park, quien es el general de batalla del reino, ella lo desprecia y el sentimiento es mutuo. YoonGi no quiere ascender al trono, no quiere desposar a la hija del general aliado, quiere huir a un lugar donde la nación de su padre no lo busqué, quiere ir al lugar donde su hermana será enviada.

Los pensamientos pueden tener poder y mas si es acerca de ellos dos, la loca idea que su hermana le plantea no es tan loca, son iguales, tienen el mismo carácter, quien pensaría que HaeJi es YoonGi y YoonGi es HaeJi. Así es, nadie, porque nadie los identificaba sino fuera únicamente por el color de sus cabellos.

Cuando el día llegó, HaeJi partió hacia el trono el lugar que siempre deseo, el que la hubieran vestido de mujer desde que nació, y que haya sido tratada como una no lo hacía alguien débil.

YoonGi ya vestido como su hermana, con el nuevo color en su cabello, trabajo hecho por su propia gemela; fue llevado hasta el palanquín en donde sería llevado hacia el bote en donde sería transportado, rumbo al lugar donde se llevaría acabo el matrimonio.

Y ese era un gran problema, cuando acepto la loca idea de su hermana, jamás pensó en que su partida era por matrimonio y no por otro cosa, ahora debía de arreglárselas porque siendo sincero, el hijo de los park le asustaba.

Genial, había salido de una jaula para entrar en otra. YoonGi esperaba poder hacer un trato con JiMin, de lo contrario se vería obligado a regresar a su reino y ser azotado por su padre, él podría aguantarlo pero sabía que su hermana no.

«A los dioses que me oyen, ruego está plegaria, que pueda cambiar mi destino y forjar mi propio camino, que ame sin remordimientos y ser feliz ante los cielos»

Con su estómago hecho nudos en nervios, se durmió y soñó con una vida feliz.

Cuando despertó por el ruido a su alrededor, entendió que al parecer ya estaban llegando a la ciudad.

“Princesa HaeJi, estamos llegando” una voz femenina hablo al lado izquierdo del paladín.

YoonGi tosió un poco y luego intento tener nuevamente la voz de su gemela.

“Esta bien, muchas gracias” Respondió a brevedad.

Sus manos estaban sudando, literalmente él presentía que su fachada se vendría abajo si el hijo de los Park lo delataba, una vez que él se le revelará como el príncipe y no la princesa que le fue prometida.

Muy en el fondo YoonGi anhelaba que las cosas se dieran bien y que JiMin le ayudará.

Pero la reputación de su hermana ante aquel imponente general no era la mejor, pero tampoco era la peor.

Ciertamente su hermana no fue de mucha ayuda, tan solo le había dado breves resúmenes de cómo era JiMin, y bueno, de cómo se comportaba con ella.

Le molestó escuchar de boca de su hermana como era tratada por aquel general, HaeJi para YoonGi era un jade y debía por lo tanto ser tratada como uno, pero saber que aquel hombre que sólo sabía de guerras había tratado tan mal a su hermana, su sangre hirvió en furia.

Así como HaeJi le brindó aunque sea un poco de información, Yoongi le ayudo también a ella.

A escondidas de su padre y la reina consorte, YoonGi entrenaba personalmente a HaeJi, primero fue en arco y flecha y después es espadas.

Los últimos dos meses habían estado practicando mucho, por más que su gemela dijera ser fuerte, saber defenderse y crear estrategias en cuestión de segundos era importante si querías sobrevivir a una pelea.

Cabe aclarar que YoonGi al principio no estuvo de acuerdo en la loca idea de su hermana, pero así como él poseía maña y astucia su gemela era igual, así que al final lo terminó convenciendo y acepto el trato de intercambio de su hermana.

Así como él la entreno en sus deberes y como actuar como él frente a los eunucos y sacerdotes, ella lo formó en las artes de la danza con abanico y el bordado, como también como presentarse ante el general, sus gestos y lo más importante, como maquillarse personalmente y cambiar su voz a una tres tonos más bajos.

Fue todo un reto para YoonGi también aprender a usar esos vestidos enormes con tres capas, una interior y dos exteriores.

HaeJi le enseñó su modo de caminar y la sonrisa que debía poner, le mostró los trucos para mantener su cabello de negro y que no se decolorara con el agua.

Fueron los dos meses más intensos que él pudo experimentar.

Rezaba internamente para que su hermana estuviera bien, rogaba a los cielos que sus mentiras no fueran descubiertas.

Princesa, hemos llegado al muelle, de aquí se moverá a otro palanquín que está a cargo de los señores feudales

Tragando grueso no dijo nada, sólo abrió la pequeña puerta que le encerraba y los fuertes rayos de sol pegaron ante su rostro.

Los murmullos no se hicieron esperar, pues aunque YoonGi fuera un hombre en todas las de la ley, su rostro siempre fue andrógeno y es por eso que cuando era pequeño, junto con su hermana gemela gustaban de hacerle bromas a las sirvientas y así escapar de sus deberes.

Estiro sus piernas entumecidas por dormir en tan incómoda posición y luego destendio el abanico rojo que estaba entre las mangas de su túnica, para cubrirse el rostro tal y como HaeJi le había explicado que hacía.

Una fila de hombres con uniformes que los destacaban como fieles soldados a los señores feudales Park, se hicieron presente, aislando así a los pueblerinos que se habían aglomerado para ver la belleza exorbitante de la princesa.

YoonGi se movió con gracia hacia el camino que debía tomar, mientras pasaba los soldados hacían referencia sin levantar la cabeza, y él solamente pasaba de largo.

El palanquín está vez era más grande, podría al menos destender sus piernas y no ir sentado incómodo como con el anterior.

Recogió su vestido con una mano y encogió el abanico con la otra para sostener la otra parte de su vestido, para enseguida las puertas del palanquín ser abiertas por las mismas sirvientas que le habían acompañado desde su Reino hasta este otro.

Dejo salir un suspiro y luego se adentró en el palanquín, las puertas fueron cerradas y fue cuestión de minutos, cuando sintió que el palanquín se había puesto en marcha por los movimientos que se realizaban.

Y jugando ahora con su cabello, YoonGi se preguntó que haría, una vez fuese presentado ante los Park, los señores Feudales de aquella ciudad, y los padres del general al que debía desposar.

Y YoonGi se preguntó si acaso aquello no podía ser peor.

No te olvides de votar y comentar~
100(★) y mañana les actualizó. (O tendrán que esperar 2 semanas para un nuevo capítulo)

Espero os guste mucho, he trabajado muy duro en esta fanfiction.

Nuevamente aclaro, no es JimSu 😼♥️

Nos leemos mañana~

Gracias por si le distes una oportunidad a esta nueva historia corta.

Los lovea~

MinMin😼💕☄️

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