Capítulo 38 - "Un reto inocente"
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️¡GRACIAS! ❤️😍
Capítulo 38 —Un reto inocente. ♡
Ángel.
En todo el estacionamiento se escuchaban los pasos de las chicas que venían hacia acá. Directo a Angie.
Roxana me lanza una mirada de desprecio mirándome de arriba abajo, suelta un bufido demasiado notorio. Luego cambia la expresión al ver a Angie.
—¡Angie, estás espectacular! —chilla sin poder quitar la mirada de la vestimenta de la rubia.
—Eh, gracias... — responde encogiédose en su lugar. Roxana sonríe ampliamente achicando sus ojos.
Con rapidez entiendo lo que sucede; Roxana espera a que Angie esté en guardia baja para atacarla, o siquiera darle a entender quién manda en realidad.
Doy un paso adelante poniéndome al lado de Angie, dándole a entender que yo estoy con ella. Escucho unos pasos y volteo a ver a Sofía y Mikal también haciendo lo mismo.
¡Esos son mis chicos!
Me obligo a no sonreír, aunque la rubia sí lo hace.
—Lo siento chicas, fue un gusto estar con ustedes pero ahora estoy con mis verdaderos amigos. —habla la rubia a mi lado, y siento alivio de que no hubiera dicho lo contrario, temía que nos mandara al carajo.
Lucy deja de mirar a Mikal para que la confusión se esparza por su rostro, en cambio, Roxana se queda quieta en su lugar aún con la mirada en Angie, estaba procesando sus palabras.
Parecía no entender. Después sonríe a medias mostrándose incrédula. —Angie, ¿Te estás escuchando...?
—Oh créeme que lo hago perfectamente —responde orgullosa y no puedo estar más emocionada por esto. Mi Angie ha madurado.
—¡Bien, si así lo quieres, luego no nos vengas a llorar cuando estés sola otra vez! — dice la peli negro lanzándole una mirada maliciosa y dominante.
Miro a la Angie y noto la duda que se le planta. Agarro su mano y me mira por unos segundos agradecida.
Le sonrío.
Nunca me volvería a separarme de ella, ahora me tendrá que aguantar en un largo tiempo.
Las dos se van por el mismo camino en que venían, a diferencia de Lucy, Roxana aprieta el paso para desaparecer de nuestras vista tan pronto.
—Gracias chicos, por estar conmigo ahora.— Se voltea a mirarnos Angie.
Mikal le sonríe. —Si te vuleven a molestar no dudes en decirnos.
En ese momento el timbre nos indica que ya es tiempo de entrar a clases. Suspiro cansada.
Hoy nos entregaba las notas de matemáticas y tampoco tengo la duda de si la paso o no, sé que no.
—¿Me desean suerte? —pregunto con un puchero.
Sofía niega. —Te lo mereces por burra.
Justo en mi inteligencia.
Empiezo a caminar con ella ya que teníamos la clase juntas. Me despido de Mikal y Angie con la mano a lo lejos.
—Lo dices porque eres una come libros —digo con superioridad, le saco la lengua.
Ella me pega un codazo y me quejo.
—Deja de hacer eso.
—Entonces dejame de decir así, lo odio. —Se muestra enojada y paso un brazo mío por su hombro.
Nuestros compañeros son muy burlones a la hora de entregar las notas, si aprobaste eres un nerd y si desaprobas y te llevas hasta los bancos del curso eres un crack.
Pero yo soy la única que se puede burlar de mi amiga, o si no se meten conmigo. Simple y fácil.
—Les golpearé si te dicen algo.
Entramos al curso y me siento a su lado en la fila de la ventana, segundo banco.
Por ser los últimos días para terminar el año casi todos estaban alborotados pidiendo las carpetas completa o prácticos que les faltaban. Y esa era la única manera de quizás pasarla.
El profesor entra y por experiencia propia cada uno se sienta en su asiento rápidamente.
—Buenos días, chicos. —saluda con una sonrisa, una gran sonrisa por el motivo de que será casi la penúltima vez que nos ve. No lo culpo, yo estaría saltando de un pie para no ver a los simios, excluyéndome.
—Buenos días profesor.
—Bien, aquí tengo la planilla de las notas... —Un bullicio se escucha de repente. El profesor no los calla, se encuentra con una sonrisa maliciosa en su rostro disfrutando de los nervios de todos, creo que nunca lo había visto tan feliz.
—¿Profe, yo paso? — pregunta Matías, era el más descontrolado de todos y el único que hace rabiar tanto a los profesores.
—Mejor callese, Quiroga. —responde dándole una mirada de advertencia. —Bien, empecemos... —habla y espero a que toque mi nombre. —Ángel Patricia Halsey —. Ruedo los ojos, sabe que odio mi segundo nombre.
—…se lleva la materia con un 6,50 —Abro los ojos con mucha sorpresa, esperaba un cuatro o menos. —Este último semestre se había puesto las pilas, lástima que un poco tarde.
¡Nunca es tarde! Bueno, ahora sí.
Maldigo por ese pequeño número que me faltaba para sacar la materia.
Supongo que… ¿Gracias Angie?
Lo podrías haber echo mejor, rubia.
—Sofía Anahí Méndez aprueba la materia con 9,66. Felicidades. —le alaba el profesor y veo que mi amiga se hunde en su asiento con las mejillas sonrojadas, todas las miradas estaban encima de ella.
Le lanzo una mirada amenazante a Matías y su grupo antes de que digan algo.
—Vaya Sofía, ¿Me puedes ayudar?
—pregunta Josep sonriéndole.
Le doy un pequeño codazo a mi amiga para que reaccione.
—Eh… ¿Yo?, digo, sí claro —responde torpe y quiero golpear mi cabeza contra el pupitre.
—Maldita suertuda que aprueba la materia— digo entre dientes y Sofía me lanza un beso.
Tendré que hablar con el profesor para que me ayude en buscar posibilidades de pasar esta materia.
Porque aunque es difícil de creer, es la única que me llevaría a rendir.
—Mikal te reto. —intento hablar con los ñoquis en la boca.
Mamá me da una mirada fea y le sonrío con los dientes y en ellos un poco de comida.
—¡Oh, Ángel no seas asquerosa! Jacob dile algo —espeta molesta mirando a mi padre, él levanta la mirada de su plato y me mira.
—Algo... —bromea y río.
Trago la comida y tomo un poco de jugo.
—Mikal te reto. —Ahora le digo más claro.
Mi hermano me mira con los ojos abiertos y asustados. Niega rápidamente.
—Marica... — suelto rodando los ojos.
—¡Claro que no!— Se defiende levantando la voz. —Mamá dile algo.
—Algo. —responde agarrando la ensalada. Mikal la mira incrédulo.
—Ugh, entonces acepto.
Sonrío ampliamente.
—Oh no no, ¡La última vez que escuché eso Mikal terminó con el brazo enyesado! —habla mamá muy dramática.
Papá asiente estando de acuerdo.
—Pero ahora será un poco menos arriesgoso. —les convenzo con una sonrisa inocente.
—Ese "poco menos" no me convence
—dice papá.
Ruedo los ojos. Luego me concentro en mi comida con una sonrisa maliciosa.
A todo esto Mikal me mira con desconfianza.
Le sonrío ampliamente.
Media hora después llega Angie para presenciar la derrota de mi querido hermano.
¡¡Muchas gracias!!
Especial por llegar a 500 lecturas Estoy muy feliz! Y por eso habrán tres capítulos en el día❤️
¡Estamos cerca de llegar al final! Que triste y a la vez emocionante
<|3
—Lalu🌸
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