Capítulo 10 - " 1ra venganza, cumplida"
Capítulo 10 — 1ra Venganza, cumplida. ♡
Angie.
A la hora de salir del instituto me fui con Mike directo a casa. No pude evitar mirar a Ángel como se desorientaba al no saber con quien irse y me reí con eso.
Mike en todo el camino venía tarareando una canción de la radio. Cuando se equivocaba fruncia el ceño y miraba con recelo la radio, cosa que me hacía mucha gracia.
Cuando llegamos me fui a la habitación saludando a los señores Halsey, pero el señor me detuvo y me sente a su lado obligada.
—Hija ¿Cómo te fue? —su pregunta y su manera de llamarme hija me hizo dar escalofríos trayendome viejos recuerdos de mi padre.
—Bien... Padre —le respondo sonriendo aún tensa.
—Ahora me llamas padre — Se queda pensando. —Me gusta — dice por último con una gran sonrisa. —Por la sonrisa que traías, ¿Estas planeando una venganza verdad? — susurra lo último echándole un vistazo a la puerta de la cocina.
Lo miro sorprendida —¿Como lo sabes? — le vuelvo a preguntar en un susurro.
Parecía que estamos escondiendo un secreto.
—Te conozco hija.
Y esta vez fui yo la que sonrió.
—No le diré nada a tu madre. Ve, debes cambiarte.
—Okey — me levanto de su lado y me detengo y lo miro.— Gracias.
Subo a las escaleras y me acuesto en la cama estresada. Necesitaba urgente unos masajes del masajista de mamá, él es excelente.
La puerta de abre y Mike entra.
—Tienes que aprender a tocar la puerta Mike —le comento con la cabeza entre los cojines.
—Si tú no lo haces, por qué tengo que hacerlo yo...— responde y lo miro llendo al armario y rebuscando algo —Es Mikal, Ángel, si me sigues diciendo así te llamaré Patricia.
—Que feo nombre — le digo con una mueca.
—Mike también lo es.
—Pero si es tu nombre —le digo con seguridad.
Ignora mi comentario y sigue rebuscando.
—¿Que buscas?
—¡Lo encontré! —exclama triunfador sacando una camisa azul con rayas muy bonita. —Genial, ahora la tengo que planchar —susurra. —Hazme un favor y deja de ponerte mi ropa, Ángel —dice llendose de la habitación pero se detiene.— Escuche que le decías a papá que vas a serle a Angie una venganza.
—No dije que era para Angie... —me excuso removiendome incómoda.
—Ángel... —habla de una manera socarrona. — ¿Me juras que es la última? Y digo que la última porque sé que ésta no la cancelarás.
—No...—me cruzo de brazos haciendo un mini puchero.
Rueda los ojos. —Ángel, ¿Por favor? Esto será una guerra sin fin.
—Lo dices como si fuera tan serio.
Lo peor ya pasó y no sabemos como arreglarlo. Quizás él sepa como...
No, claro que no.
Se encoje de hombros y sale de la habitación.
Su gesto me deja en duda. ¿Estará preocupado? Claro, que tonta, está preocupado por si su hermana la meten a una selda.
Voy a la cocina y agarro un cuchillo filoso y subo a la habitación escondiendolo envuelto en una manta para no lastimar a nadie.
Comienzo a reír imaginando que me veía como una loca demente mirando el cuchillo filoso.
—¡A cenar! — el grito de la señora Halsey me hace detenerme en lo que hacía y bajo las escaleras llendo a la cocina.
—¿Y Mikal?—pregunta el señor a su mujer.
—Se fue diciendo que tenía una cita a ciegas, creo que dijo eso para que no nos tuviera que decir quien es la chica afortunada—responde la señora sirviendo estofado en mi plato.
Me intereso en el tema y participo.
—Y... ¿Por qué la esconderia a "esa chica afortunada"?— pregunto haciendo énfasis en las últimas palabras.
De repente empecé a sentir un desagradable cosquilleo en mi estómago.
—Ya sabes como son las tías Lucía y Gabrielle —comenta sonriendo la señora.
—Par de chismosas — susurró para mi el señor entre un carraspeo y reímos los dos.
—¡Jacob! — exclama la señora y le pega un codazo, él finge que le dolió dejándola satisfecha y ríe mientras comía.
El estofado salio exquisito, quedé encantada como cocina la señora Halsey.
Cuando terminamos de comer me entró la necesidad de querer ayudarla en lavar los trastes pero me fui a la habitación diciendole que tenia tarea que hacer, cosa que la dejo sorprendida.
Mi niña se esta poniendo al día con la tarea, esto necesita un recuerdo mencionó encantada la señora Halsey.
Cuando subía las escaleras vi a Jacob, el padre de Ángel subir con un recipiente, y en el traía lo que quedó de estofado y un vaso de jugo. Lo seguí con la mirada y entró a la puerta de al lado de mi habitación, dándome una sonrisa tierna.
No le di importancia, sabía que le llevaba eso a la abuela de Ángel.
A las 23:30, cuando los señores se acostaron y los ronquidos de Jacob acompañados por unos pequeños de la señora Halsey se hicieron presente, me preparé.
Me puse una jeans azul, una playera negra acompañada con un chaquetón negro de mujer, una bufanda rosa, y un gorro negro con una frase rosa. Me puse las botas y agarre la mochila.
En la mochila metí el cuchillo filoso envuelto en una manta y algunas cosas que capaz me sean necesario. Como un spray rosa.
Era común de mi escaparme a media noche, que un auto me esté esperando en la acerca, pero era para salir de fiestas, no para una venganza.
A las 23:55 salgo de la ventana bajando por una escalera con enredadera.
Cuando estoy abajo corro para la acerca y veo una luz parpadeando. La chica me esta dando la señal.
Sigo corriendo pero caigo tropezando con una bicicleta.
—Condenada bicicleta —digo entre un jadeo sobandome la rodilla.
Veo la luz que parpadea con más intensidad y me levanto caminando con pereza.
—¿Que te paso? ¿Nada? Vale, oye, ¿Traes todo? —habla la chica y creo que me acostumbrare a no responder sus preguntas.
—Si, solo maneja a su casa.
A mi casa.
Cuando llegamos esperamos a las 00:30, cuando la luz de mi habitación se apagó y supuse que se durmió.
Buena chica.
Cruzamos el pabellón y vi como la chica lo hacía con simpleza y me recordé a mi misma que cuando todo volviese a la normalidad le ordene a mi madre que ponga más seguridad.
Lo cruzamos y corrimos inclinadas para que no nos vean lo de seguridad. Paramos frente a un portón hago una maniobra que aprendí cuando salía de fiestas.
—Wow, Ángel, cada vez aprendes mejor — alenta y sonrío .
Quería preguntarle el nombre pero ¿como?
—¿Cual era tu apellido? —le pregunto con simpleza.
—Méndez, Sofia Méndez, ¿Por qué? Bueno no importa— responde y rio a lo bajo.
El garage apenas se abre y entramos. Abro la mochila y saco la linterna alumbrando a la sagrada limusina, como la extrañaba.
Sacó el cuchillo y le tiendo la linterna a Sofia.
—Alumbra —Asiente y hace lo que le digo.
Pincho la cuatro ruedas provocando que se tire abajo la limusina. Y con el spray rosa marco A y S en la izquierda de la pared,no tan grande, con una letra simple.
—Mañana alguien correrá una maratón — canturrea Sofia y rio. Si supiera que a la que esta afectando es a su verdadera compañera de venganza.
Un poco de tu propia medicina Ángel Patricia Halsey.
❤La mejor inspiración la lluvia junto el viento que golpea los árboles y los tenebrosos truenos ❤
—Lalu.
¡No olvides votar! ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro