Capítulo 02 -"La madre"
Capítulo 02 - La madre.
Angie.
—No puedo creer que te dejes llevar por esa buena para nada Ann —habla mi amiga Roxana con indignación.
—Lo sé, pero el timbre iba a tocar y tener otra asistencia no me convenía — le respondo con una sonrisa torcida.
—Planearemos algo con Lucy, no te preocupes —. Me guiña el ojo y camina por el pasillo moviendo sus caderas exageradamente.
Suspiro. Como siempre, ellas planean algo y yo tengo que llevarlo a cabo sino las preguntas vienen, "¿Por qué no lo haces?". Que no le tenga lástima y bla bla bla.
Abro mi casillero y recuerdo que me no dejé un cambio de ropa.
Me regaño a mi misma y en eso siento que alguien me rodea por detrás.
Sienta esa fragancia que es tan conocida pasa mi.
Sonrío inconscientemente.
—Hola Colton— le digo dándome vuelta para quedar frente a él. Le doy un pequeño beso que él intensifica.
—Hola, amor —habla entre mis labios y rio. —Estás mojada, ¿Qué te pasó?
— pregunta mientras se aleja mirando su camisa fijándose en si la manché.
—No es nada, solo se me cayó encima el zumo —miento y me acerco para besarle pero se aleja unos pasos atrás.
Con el ceño fruncido me mira.
—No me gusta andar así, amor
— habla señalando su estúpida camisa, la cuál estaba con una pequeña mancha que yo cause.
—Bueno... —suelto en un suspiro y cierro el casillero ya con mi mochila en mi hombro.
—¿Y te quedarás así? —pregunta inquieto señalando la ropa mojada.
¿En que le molesta? Solo es una estúpida mancha.
—No tengo cambio— le termino diciendo y el mira a otro lado.
—No puedes, ¿Que dirán cuando te vean? —. Cuando hablar no pude evitar que la imagen de mi madre apareciera regañandome por la apariencia que daré. —Te llevo a casa —comenta agarrándome el antebrazo con un poco de fuerza.
—Me lastimas...— gimo, hago una mueca de dolor y el me suelta rápido.
—Lo siento — se lamenta soltándome de inmediato.
Le sonrío forzado.
No tenía ánimos para nada. Anoche papá llamó para posponer una salida que teníamos los dos, y mamá se puso como loca gritando al aire que nunca tiene tiempo para su única hija.
Aunque yo no le di mucha importancia, pareciera ella la hija.
Salimos en la parte trasera de la escuela para que no nos vean. Pero se encontraba el conserje. Colton le estrechó la mano y intercambiaron algunas palabras.
En tres minutos ya nos encontrábamos llendo a mi casa.
Cuando llegamos me bajo de la camioneta despidiéndome de mi novio.
—No te olvides que el viernes te presento a mi madre como mi novia oficial — me recuerda. Abro los ojos y trato de no ponerlos en blanco.
La señora Alicia no hace más que mostrar su desagrado delante de mi. Oh, y como olvidar que siempre recuerda "inconscientemente" a la ex de Colton.
—Faltan 5 días — susurro para mi misma y le sonrió forzada. — ¡Claro! Allí estaré — le digo dándole un corto beso.
Bajo de la camioneta y veo que en el portón estaba el carro de mi madre. Evito dar un bufido.
"Eso no es cosa de una dama" palabras de mi madre.
Entro a casa y dejo mi chaqueta en el armario. Le dirijo a la cocina y me encuentro a mamá sentada en la mesada, con su computadora y en su mano derecha su teléfono.
Su cabello rubio y largo estaba atado en un arreglado moño que acostumbraba llevar. Traía una falda de tubo negra y una camisa blanca.
Me parecía raro que esté a esta hora en casa.
—Hola madre — le saludo y ella pega un salto del susto.
—¡Angie! — Gira su rostro y me mira. Después se fija la hora y me mira con desaprobación. —¿Que haces aquí?
— me mira interrogativa levantando una fina ceja.
—Lo siento, tuve mucho mareo y no soporte todo el bullicio... — me excuso y ella abre sus ojos.
Voy por un vaso para ir a la heladera y sacar un zumo.
—Esta noche salgo con mis amigas
—menciona levantándose de su asiento y llevarse todo lo suyo.— Eso no evita que te puedes acostar a cualquier hora, a las diez te quiero en la cama, Angie.
Me deja en la cocina para ir a su despacho, encerrarse y no saber de su existencia hasta en la hora de la cena.
Con una presión en el pecho me tomo todo el zumo para tratar de que además ese nudo en la garganta se vaya.
Subo las escaleras.
Entro a mi habitación sintiéndome verdaderamente cómoda. Cierro la puerta con seguro y me saco la camisa rosa que me apretaba más de lo normal.
Admito que ahora sí puedo respirar más bien.
Me ducho por unos 10 minutos o más, perdí el tiempo de cuanto pase en la tina. Cuando salgo me siento muy relajada.
Me pongo una remera holgada con un pantalón chándal rosa y me recuesto en mi cama. Con el calor suave acogiendome. Y el sueño no tarda en venir.
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