Lisa y Jackson salieron de la cafetería con sus manos entrelazadas, el mayor cargaba ambas mochilas, mientras se miraban y se dedicaban sonrisas enamoradas, comunicando a todo el mundo que eran una pareja nueva.

—No quiero entrar a física, es tan aburrida esa materia —Jackson hizo una mueca molesto, en verdad le aturdía y aburría esa clase, no es como si fueras caminando y dijeras: ¡oh, se me antoja calcular la altura de ese árbol!— No entraré.

Lisa frunció el ceño y apretó la mano de Jackson.

—Entrarás, Jack —el mayor negó.— Solo presta atención y listo, te pondrán asistencia por ir.

—Pero...

—Si entras, tal vez... —Lisa picó su mejilla intentando pensar cómo convencer a su novio— si entras, te daré muchos besitos.

Jackson asintió y se acercó a Lisa hasta dejar un beso en su mejilla rosada, era tan suave, en verdad quisiera besarlas por siempre.

—¿Muchos besitos? —la menor asintió.

—Muchos besitos —Jackson sonrió.

No tardaron más de dos minutos en llegar al salón de clases, sentándose juntos, mientras, por encima de la mesa, sus manos estaban entrelazadas.

Jackson agradecía que Lisa fuera zurda para poder estar de esa manera, la mano derecha de la menor con su mano izquierda.

—Buen día, chicos. Hoy iniciaremos la clase con unos problemas del tiro parabólico —Jackson hizo un puchero, quería llorar, era muy temprano para empezar con eso.

—Ey, no seas grosero —Jackson movió su cabeza de arriba hacia abajo.

Lisa se acercó a él y dejó un pequeño beso en su mejilla, se alejó mientras su rostro se tornaba color rojo carmesí.

—Lisa, Jackson, los voy a separar.

Toda la mirada de los compañeros de salón cayeron sobre la pareja que se encontraba hasta los últimos lugares.

—Dejen sus afectos para receso.

Lisa y Jackson asintieron mientras se miraban con unas sonrisas y sonrojos en sus rostros.

—Profe, ¿ya vio que Jackson trabaja? —habló Yugyeom.

El profesor sonrió mientras miraba al mencionado.

—La joven Manoban le hace bien a Wang.

Todos hicieron bulla haciendo que Lisa se avergonzara y escondiera el rostro en el brazo de Jackson.

El mayor solo sonrió, aprovechó que el profesor se distrajo y dejó un beso en la cabellera de Lisa.

—No es nada de que avergonzarse.

Lisa levantó su rostro mientras que con sus labios formaba un pequeño y lindo puchero.

—¿Besito? —Jackson sonrió con ternura.

—Besito.

El mayor besó el puchero de Lisa para luego acariciar su mejilla.

—Joven Wang... —el profesor bajó sus lentes mirando a la parejita.

—Lo siento, profesor —contestó Jackson mientras se acomodaba en su asiento y anotaba los problemas.

Lisa tapó sus labios con su mano, intentando no reír.