Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝘍𝘢𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨 - Día cuatro

-Yo creo que tú me amas, y sé que yo te amo. Solo falta que lo admitas en voz alta.

Dijo Akihiko mientras se balanceaba un poco sobre sus pies.

Haruki pensó en insultarlo para dejarle claro que estaba equivocado, o sonreír y decirle lo que quería escuchar, pero agregando un poco de ironía a sus palabras acompañándolas con una sonrisa desdeñosa, incluso se le ocurrió abrir un debate sobre lo que era el amor para evadir su respuesta.

Sin embargo, solo se quedó callado porque, aunque no lo admitía en voz alta, le gustaba ver la mirada iluminada y esperanzada en el rostro de Akihiko, la cual solo le afirmaba lo muy ciertas que eran esas palabras.

-Quien llegue más rápido al siguiente poste, le compra un helado doble al otro- dijo en cambio, sabiendo perfectamente que Akihiko no sé resistiría a un reto.

Haruki corrió antes que él escuchando sus gritos desaprobatorios sobre esa carrera injusta, pero no le importó. Ganar haciendo trampa era la perfecta distracción para no declarar en voz alta lo que ya sabía desde tiempo atrás. 

Haruki sonrió por el recuerdo a pesar de que estaba en clase y debía poner completa atención a lo que su profesor decía al frente, pero no pudo evitarlo, había sido una época perfecta. Y aunque ahora lo recordaba con un nudo en la garganta y el constante martilleo de su corazón hecho trizas, era bonito de alguna manera añorar esos días.

Kaji y él estaban en la universidad ahora, ya no eran los mismos chicos ingenuos de cuatro años atrás, ahora tenían responsabilidades, eran independientes, vivían muy separados el uno del otro y, sobre todo, estaban rodeados de personas diferentes. Haruki se sentía mal cada vez que iba de visita con sus padres, porque parecía que solo iba a dar un paseo de los recuerdos. En su momento, creyó que, con el paso de los meses, incluso años, todo se volvería más fácil, pero estaba muy equivocado.

En la universidad por lo menos tenía distracciones, sus clases de música en ocasiones le exigían tanto que, pensar en otras cosas era imposible, así que agradecía mantener ocupada su mente cada vez que trataba de desviarse a viejas memorias con su antiguo primer amor. Sobre todo, en esa época del año.

Cuando el profesor se despidió anunciando que tuvieran en cuenta las próximas pruebas, Haruki comenzó a recoger sus cosas tranquilo sin apresurarse, le gustaba ser de los últimos en salir, odiaba el ajetreo de personas acumulándose en la entrada. Entonces, una vez que quedaban pocas personas camino algo distraído en su celular, sin darse cuenta de que alguien más caminaba en dirección contraria, chocando accidentalmente.

El teléfono de Haruki cayó a sus pies, mientras que el sujeto frente a él tiró un cuaderno azul.

-Lo lamento- se disculpó Haruki poniéndose en cuclillas rápidamente para levantar su celular y al mismo tiempo, aquella persona lo hizo también, haciendo que sus manos chocaran al tratar de levantar el cuaderno.

-Tan distraído como siempre, Haruki.

Aquella voz era imposible no reconocerla, cómo podría Haruki olvidarla. Levantó su mirada mientras se ponían de pie. No recordaba cuánto tiempo había pasado desde que no veía a Kaji en el campus, ¿dos meses? ¿seis? tal vez, un año.

-Sí... uhm, tenía algo de prisa también- mintió, porque sus ojos vieron a la persona que iba junto a Akihiko, y su corazón dio un vuelco como si se estuviera divirtiendo dentro de su pecho, haciéndolo sufrir.

-Oh, ya veo.

-Nos vemos después.

Agachó la mirada y se arrepintió de inmediato, ¿por qué estaba nervioso? solo era Kaji, su amigo de la infancia y ex amor imposible. Bueno, imposible no era del todo cierto, después de todo, él siempre le dijo lo mucho que lo amaba, sin embargo, Haruki pocas veces le creyó.

Cuando llegó a su siguiente clase, lo primero que hizo fue poner atención, despejar su mente de Kaji y su mirada, de las nuevas perforaciones que tenía, de la camiseta que le quedaba ajustada en los brazos o de aquella sonrisa ladina tan característica de él. ¿Por qué de todos los días Akihiko tenía que aparecer? Haruki se preguntó mientras escuchaba cómo su profesor repetía la importancia de los sonidos.

La clase paso rápido, más rápido de lo que Haruki imaginó, pero se sintió como un triunfo para el darse cuenta de que se esforzó por escuchar la clase. Volvió a mirar su teléfono, pero esta vez y aprendiendo de su anterior error, miró a ambos lados, tenía un par de mensajes de Take, diciéndole que si quería unirse a él y otros amigos esa noche para pasar el rato escuchando a una nueva banda en el lugar que trabajaba.

Haruki recordó si tenía pendientes, también dándose cuenta de que ya eran tres veces que rechazaba las invitaciones de su amigo, así que aceptó sin darle tantos rodeos a la situación. Con eso, se dirigió a su casa tan solo para poder practicar un rato y después encontrarse con Take.

El lugar donde su amigo trabajaba era tranquilo. Recrodó que la primera vez que fue a ese lugar, Take lo había invitado a unirse a su banda solo porque lo reconoció de una de sus clases. Claramente Haruki se había negado en ese momento porque sabía que no podría cubrir los gastos necesarios, así que solo se quedó como una invitación abierta. Desde entonces, él y Take se volvieron unidos, ambos parecían estar interesados en la música y aunque Kouji estudiara en otra carrera, le gustaba meter clases de música también.

-¿Algo interesante te sucedió hoy?- Take le preguntó mientras esperaban a que la banda que se presentaría iniciara.

-¿Eh? No, claro que no, todo igual como siempre.

-¿Seguro?

-Seguro- sonrió, una sonrisa que era poco convincente, pero se esforzó. Aun así, Take descubrió su mentira.

-¿Tiene que ver con... ya sabes?

Haruki suspiró cansado y asintió un par de veces avergonzado. Take era la única persona que sabía de su pasado, específicamente todo lo que tenía que ver con Kaji. Desde cómo se habían vuelto amigos de niños hasta la última vez que hablaron y rompieron con su amistad. Take evitaba decir el nombre de Akihiko, lo cual agradecía mucho, no siempre podía contener su corazón cuando escuchaba el nombre.

-Lo vi esta mañana.

-¿Hablaron?

-Uhm... chocamos y tiró mi teléfono, después hui porque no estaba solo.

-Ya veo... Creo que fue lo mejor. Con suerte no lo volverás a ver en varios meses.

Después de aquellas palabras, la banda comenzó a tocar. Take entonces puso su completa atención en ellos. Haruki no pudo, esta vez analizó las palabras de su amigo, que debían ser certeras y fáciles de escuchar para él, pero no lo sintió de esa manera. Sino todo lo contrario, le dolieron y las sintió incorrectas.

La música de fondo no ayudaba, solo lo hizo sentirse nostálgico por aquellas épocas en las que se había divertido al lado de Kaji, cuando sonreían por tonterías banales o se enojaban por las mismas cosas, incluso cuando lloraban por estupideces que después los haría reír. Extrañaba amar a Kaji, pero odiaba su yo del pasado; cobarde y lleno de miedos. Se trataba de emociones que chocaban entre si abrumándolo hasta el punto de hacerlo llorar ahí frente a un grupo de personas que solo se dedicaban a tocar correctamente sus instrumentos.

Se limpió las lágrimas y sin disculparse con Take, salió del lugar, afuera la noche era fresca, no se alejó mucho, solo necesitaba un momento a solas, para calmarse y respirar profundamente. Pensar que ya no valía la pena traer el pasado y dejarlo como era para concentrarse en su presente.

Sacó un cigarrillo, pero solo lo admiró, después lo volvió a guardar. Entró al lugar una vez más, esta vez esperando más alejado del escenario, justo donde había algunos volantes, leyó varios de ellos sin darles importancia, hasta que llegó a uno que llamó su atención. Recordó la propuesta de Take para unirse a su banda, tal vez le tomaría la palabra, aunque no fuera precisamente lo que su amigo tenía en mente.


A la mañana siguiente, Haruki asistió a sus clases regulares, almorzó cerca del campus y agradeció a todo el universo (o quién sea que controle la vida), que no haya aparecido Akihiko cerca de él.

Se sentía tranquilo, mucho mejor de cómo se había puesto la noche anterior en su salida con los amigos de Take. Quién, por cierto, le había dejado un mensaje esa mañana de que quería hablar.

Así que no le sorprendió ver a Take acercarse a él mientras terminaba su almuerzo. Su amigo llevaba sus habituales lentes y la guitarra en su espalda, traía esta vez también una cámara profesional colgando de su cuello y ropa cómoda propia del clima en ese día.

-Take-chan, hola- Haruki le sonrió, se sintió un tanto incómodo sin saber por qué, su amigo tomó asiento frente a él.

-Haruki, te fuiste muy mal ayer- la mirada de Take mostraba preocupación, algo que definitivamente no se esperaba.

-No... ¿de verdad?

-A mí no puedes engañarme, ¿sucedió algo más con él?

-¿Qué? No, claro que no. Solo lo que te conté- sonó más seguro y decidido, está vez Take relajó su postura.

-Eso espero..., de cualquier manera, quiero invitarte ahora a un lugar diferente. ¿Puedes está noche?

Haruki frunció los labios negando al mismo tiempo.

-No puedo, lo siento. Tengo... Cómo decirlo... - miró sus manos, ahora estaba avergonzado-. Decidí unirme a una banda.

-¿Qué? ¿A cuál?

-Vi un volante- habló dudoso-, creo que me haría bien distraerme.

-Creí que no querías unirte a ninguna banda- Take sonó dolido.

-Sí ya lo sé, perdón, es solo que... verlo ayer, sigue su vida, ¿sabes?, quiero hacer lo mismo con la mía.

Take entonces asintió más comprensivo, sonrió y tomó la mano de Haruki.

-Me habría gustado que fuera mi banda- y aunque su tono era serio, también era divertido haciendo reír a Haruki.

Él cambió el tema a un reciente rumor gracioso que comprobó la noche anterior, siendo así que la conversación fuera más divertida. Después de unos minutos, y una vez siendo amigos de nuevo sin secretos, Take se levantó yendo a su siguiente clase, Haruki no tenía más y solo se fue directo a su casa. Parecía todo ir normal, de no haber sido porque encontró a Kaji en la entrada.

Haruki podía soportar ver a Akihiko una vez cada varios meses, pero dos días seguidos era mucho, lo peor de todo, fue que esta vez estaba solo y que no tenía excusas para alejarse.

-Hola- Kaji dijo estando frente a él.

No sonreía, parecía no haber nada en su rostro, pero Haruki lo conocía tan bien que podría enumerar varias maneras en las que Kaji podía fingir esa expresión.

-Hola- contestó más bajo de lo que pretendía, intimidado por la presencia de Akihiko.

-¿No más clases?

-Mmm, no, no más.

Trató de apartarse y huir, quería hacerlo, deseaba alejarse del aroma que podía percibir a esa corta distancia, necesitaba alejarse del sentimiento triste que pronto lo invadió por los recuerdos, y no ayudaba en nada que Akihiko ahora iniciara una conversación como si nada hubiera pasado.

-¿Sabes? tengo cosas que hacer, nos vemos- interrumpió a Kaji en medio de una pregunta que sonaba elaborada.

Haruki no tenía la fuerza para pretender que estaba bien hablar así sin más. Sin darse cuenta, estaba abrazándose a sí mismo como si tuviera frío, aunque el sol primaveral ardía sobre sus cabezas.

-Haruki, espera, por favor.

Escucho detrás de él y aceleró su paso.

-¡Haruki!

Para su fortuna, no estaba llorando cuando Akihiko lo alcanzó parándose frente a él.

-¿Qué quieres?- Haruki escupió haciendo una mueca de dolor, ni siquiera lo miraba.

-Hablar contigo.

-¿Para qué?

-Arreglar las cosas. Ser amigos... Haruki, te extraño.

Oh, si hubiera un sistema de dolor que funcionara a partir de las palabras, Haruki habría encontrado las exactas para destrozar lo que quedaba de su corazón. Y rompió en llanto porque ya no importaba nada, tenía ahí frente a él a Kaji Akihiko, su mejor amigo de la infancia, el hombre que rompió su corazón, y aunque no entendía de qué manera o cómo es que era posible, lo seguía haciendo con solo existir. Era como si tomara las piezas rotas y las aplastara hasta convertirlas en polvo.

-No tienes derecho a decir eso- quiso gritar, pero lo único que salió fue un gruñido en forma de palabras-. Tú te fuiste, tu tomaste la decisión, solamente... me abandonaste.

Sollozó con fuerza. Kaji trató de acercarse y Haruki retrocedió.

-No, yo no... yo no..., Haruki escúchame, lo que-

-¿Por qué?- lo interrumpió de nuevo, esta vez lo miró de frente sin importarle que sus ojos estuvieran rojos y escurriendo lagrimas-, ¿para qué? ¿Para tratar de convencerme? ¿Es eso lo que quieres? ¿Volver a engañarme con dulces palabras para después irte? Yo creo que no.

Comenzó a caminar, siendo consciente de que Akihiko estaba perplejo, así fue más fácil alejarse de él.

Cuando llegó a su departamento, volvió a llorar, pero no estaba lleno de culpa por haber dejado a Kaji de pie solo, no lloró por los recuerdos, lloró porque sentía que se merecía ser feliz y no estar sujeto a Kaji como siempre se hacía.

Cansado de llorar, miró el reloj, dándose cuenta de que estaba llegando tarde a la primer reunión con la banda, se levantó del sofá y lavó su cara tratando de deshacerse del rastro de lágrimas que había. Su cabello corto estaba desordenado, pero hizo lo mejor por arreglarlo. Tomó sus llaves y salió de nuevo a la calle en dirección a la estación del tren.

El edificio donde se reuniría con el hombre con el que había hablado antes por teléfono, era agradable, se encontrarían en el tercer piso. Y una vez que estuvo ahí, saludó con una sonrisa amigable.

Le habría gustado que la repentina emoción y felicidad le hubiera durado, pero ¿cuándo ha obtenido lo que quiere?

Porque Kaji Akihiko estaba ahí de nuevo, de pie sosteniendo un par de baquetas mientras platicaba con alguien.

Una vez cada par de meses era tolerable, se volvió a decir Haruki en la mente, pero seguido y dos veces el mismo día era ya una maldita locura. Sobre todo, por cómo se habían despedido antes (¿eso había sido una despedida?).

De cualquier manera, el destino, la vida, Dios, ¡el maldito universo! Todo estaba jugando en contra de Haruki y lo odiaba, aunque no más que estar viendo el rostro perfecto de Kaji.

-Oh, Haruki-san, gracias por venir- un joven, de su edad, tal vez mayor, se acercó a él en cuanto lo notó.

-Sí... Pero...

-No sabes lo mucho que significa, hemos buscado un bajista por un largo tiempo- el chico sonreía esperanzado, y Haruki no tuvo el corazón para rechazarlo.

-Bueno, vi el anuncio...

-¡Sí!- soltó animado, miró a sus otros dos compañeros-, ellos son Kazuma y Kaji, encargados de la guitarra y batería. Yo solo seré la voz. Te cité aquí porque quería que los conocieras, y después podemos ir a tomar unos tragos o algo y platicar más.

Parecía que el chico estaba hecho de energía, Haruki se sentía muy agotado como para algo así.

-En realidad, nosotros ya nos conocemos- Akihiko habló.

Haruki ni siquiera lo miró.

-¿Eh? Vaya, qué coincidencia.

-Sí...

-Pero eso es mucho mejor, así podremos tener una mejor química en la banda.

-Calma, Hikaru, creo que lo estás poniendo nervioso- Kazuma dijo, miraba a Haruki como si se estuviera disculpando internamente.

-Ehh, no, no, está bien, solo estoy algo sorprendido- rascó la parte trasera de su cabeza y sonrió apenado.

Ambos chicos asintieron comprendiendo, y Kaji solo se mantuvo en silencio, afortunadamente.

-Bueno, conozco un lugar increíble, ¿vamos?

Hikaru movió sus cejas de arriba hacia abajo, y Haruki podría jurar que el pobre hombre se estaba contenido por no saltar de un lado a otro emocionado.

Quiso salir justo detrás de ellos, pero Kaji lo detuvo tomándolo del brazo.

-¿Podemos hablar después de esto? ¿Por favor?

Si Haruki no hubiera visto aquella expresión dolorosa expandirse por todo el rostro de Kaji, tal vez lo había empujado y apartado de él, quizás, habría ignorado su consciencia que, con insistencia, le recordaba lo bueno que sería escucharlo tan solo por unos minutos.

-Bien.

Agradeció que su tono de voz no se quebrara en algo doloroso y salió más como una orden extraña y accesible, no era algo que quería transmitir, pero funcionó para que Kaji soltará su brazo y lo dejara continuar detrás de Kazuma y Hikaru quienes platicaban animadamente sobre algunos acordes faltantes.

El tiempo paso extrañamente rápido, hablar con Hikaru era difícil, más si estaba emocionado, y, por lo que Kazuma decía, el chico era mucho más energético, pero se contenía. Aun así, fue un alivio para Haruki, de esa manera, se evitaron muchos silencios incómodos.

Aprendió muchas cosas de ellos, principalmente que ambos estudiaban música, pero que eran un grado menor a ellos, también que Hikaru comenzó con la idea de tener una banda desde que estaba en la secundaria, pero que nunca tuvo los verdaderos amigos como para formar una, hasta que conoció a Kazuma al entrar a la universidad y Kaji los había conocido por un amigo en común. Haruki no contó demasiado sobre sí mismo o sobre sus razones por las que había decidido unirse, se sentía demasiado expuesto bajo las miradas de Akihiko.

Era inevitable también que Hikaru preguntara cómo es que se conocían, siendo así que Haruki vacilara antes de que Kaji respondiera de manera rápida y fácil, le agradeció internamente aunque jamás lo aceptaría en voz alta.

Cuando Hikaru se rindió ante la cantidad de alcohol que tenía en el cuerpo, Kazuma tuvo que disculparse por ambos y llevárselo antes de que comenzara un espectáculo, Haruki se rio de él y se despidió. Una parte de él quería irse con ellos y evitar la siguiente molesta charla con Kaji.

-¿No quisieras ir a un lugar más...?

-No, aquí está bien. Esto será rápido, ¿verdad?

Akihiko hizo una mueca, pero asintió.

-Al parecer, los dos recordamos las cosas de diferente manera- comenzó una vez que el silencio entre ellos se hizo cada vez más molesto, Haruki no estaba tan dispuesto a escucharlo, pero lo hacía solo porque la incertidumbre no iba con él-. Te lo dije ese día, no quería que sufrieras, porque, aunque no lo decías, lo veía en ti todos los días.

-Y por eso decidiste alejarte. Bueno, tengo grandes noticias, sufrí mucho más cuando me dejaste.

-No lo entiendes, Haruki.

-Pues explícalo- soltó exasperado, sentía en su pecho un extraño vació, pero nada más que eso.

-No eras el único cumpliendo expectativas, yo también, estaba entre la espada y la pared, todo el tiempo.

-Esa tarde cuando te confesé finalmente cómo me sentía me dejaste, Kaji, huiste y todas tus promesas también se fueron contigo.

-Ambos éramos jóvenes.

-¡No se trata de la edad! Porque incluso cuando nos reencontramos lo único que haces es hablarme como si nada pasara... como si no hubieras arrancado una parte de mí.

Comenzó a llorar, no se trató ya de un llanto paralizante, era más como un sollozo sutil que surgía desde su pecho.

-Haruki... perdóname.

-Eso no va a funcionar.

-Lo sé, pero por algo se empieza, ¿no?- Akihiko trataba de buscar la mirada de Haruki-. Quisiera recuperar a mi mejor amigo.

Hubo otro momento de silencio, como si no fueran ya suficientes, Haruki no quería verlo, no quería estar cerca de él sabiendo lo débil que era y, aun así, elevó la mirada encontrándose con los ojos verdes de Kaji que también estaban llorosos, se veía tan joven, recordándole a cuando eran niños. Sí, definitivamente estaba a punto de perdonarlo, pero fue fuerte, y apartó la mirada a sus propias manos.

-No sé si algún día podremos ser lo que fuimos- dijo-, así que no te esfuerces demasiado, podría ser que te decepciones.

Haruki se levantó tomando el estuche del bajo y llevándoselo a sus hombros.

-¿Eso quiere decir que me estás dando otra oportunidad?

No contestó, solo se encogió de hombros, y salió del lugar. En la fresca noche, no pudo evitar recordar la chispa de esperanza en los ojos de Akihiko. 


Las semanas pasaron de manera lenta y estresante, con el final de semestre Haruki tuvo que presentar un par de proyectos en los cuales su atención se envolvió solo en eso, provocando así que dejó de lado muchos ensayos con la nueva banda en la que estaba. Aunque no era el único, Hikaru le platicaba por mensaje que ellos también estaban llenos de tareas y exámenes, además de que Akihiko no podía asistir a los ensayos porque tenía una especie de concurso.

Haruki no pidió detalles sobre eso.

Se había encontrado con él varias ocasiones en la universidad. Al principio sospechó que se trataba de alguna coincidencia, pero conforme los días pasaban, era más raro, así que terminó por convencerse de que Akihiko lo hacía a propósito. No le estresaba más de lo necesario porque él no se acercaba a conversar, solo aparecía de pronto caminando de un edifico a otro o sentado en la cafetería o leyendo algo en una banca.

De cualquier manera, todos esos encuentros, hacían que Haruki recordara la extraña aceptación de aquella noche. Y cuando lo pensaba bien, sabía que el alcohol había actuado antes que su razón, pero extrañamente ahora que estaba sobrio, no quería arrepentirse.

La semana siguiente después de que su semestre terminara, recibió una invitación rara, estaba afuera de su puerta una carta con su nombre. En ella le pedían amablemente que, si podía ir al lugar que indicaba una pequeña tarjeta, y debajo también estaba un pase para un concierto de música clásica.

Haruki se asustó de pronto al recibir aquello, pensó que no era para él, o que se trataba de una broma, pero el sobre tenía su nombre bien grabado con letra a mano, y no pudo resistir el impulso de rechazarlo. Así que guardó el boleto.

Al día siguiente, recibió otro paquete, esta vez entregado por una compañía de correos. Venía acompañado de una tarjeta donde decía que no podía abrirlo hasta antes del concierto.

Haruki frunció el ceño, odiaba los misterios, y tuvo que juntar mucha fuerza de voluntad para no abrir el paquete.

Pasaron dos días enteros en los que Haruki miraba tanto la primer carta que recibió con el paquete, y entonces, cuando menos lo previo, la noche del concierto llegó. A esas alturas sospechaba fuertemente de Akihiko, no había otra persona que hiciera ese tipo de cosas dementes, además, Haruki dudaba que tuviera un admirador.

Una vez que se arregló y estuvo así listo, se acercó al paquete que estaba envuelto en papel marrón. Empezó a desenvolverlo con cuidado, y poco a poco fue revelando lo que había detrás de una segunda capa que esta vez era papel protector. Se trataba de un retrato a blanco y negro, aunque no exactamente era una foto, se veían las delicadas líneas y el sombreado. Era él mismo de pie entre los árboles de cerezo en la universidad, sonreía y su cabello parecía estar flotando a su alrededor por el viento.

En la parte inferior venía escrito el nombre de Kaji Akihiko.

Haruki suspiró, con un poco de dolor atravesando su pecho, pero también había algo más, estaba este sentimiento que conocía tan bien y que le asustaba.

Fue al concierto y le aterró la manera en la que su corazón latía tranquilo cuando vio a Kaji de pie en el escenario tocando el violín. Estaba maravillado, sí, cautivado por la melodía tranquila y romántica, pero, sobre todo, estaba dándose cuenta de que perdonarlo, ya no sonaba a una mala decisión.

-¡Haruki!- El grito de Akihiko atrajo su atención. Estaba perdido entre la multitud y solo la voz de él pudo aliviarlo para no sentirse perdido.

-Oh, hola.

-¿Te gusto?- preguntó ahora frente a él, se veía avergonzado.

-Sí, sí, todo fue genial.

Un extraño silencio incómodo hizo que ambos se sonrojaran inesperadamente, Haruki deseaba hablar sobre el paquete que le había llegado, pero al mismo tiempo quería irse de ahí.

-Escucha, no quieres ir...

-¡Akihiko!- alguien detrás de ellos se acercó, sonreía mientras esquivaba a un par de personas.

Tanto Kaji como Haruki lo miraron, y ahí fue cuando Haruki se dio cuenta de que lo único que estaba obteniendo en su vida al regresar a la vida de Kaji eran desilusiones. El chico que se acercaba a ellos era la misma persona que estaba con Akihiko semanas atrás cuando tiró su teléfono, y, aunque podría tratarse de un conocido, Haruki sabía perfectamente que era algún tipo de novio o amigo con beneficios.

Akihiko se acercó a él, y Haruki perdió su sonrisa. No esperaría ahí, era mejor regresar a su casa y encerrarse para practicar con el bajo, después de todo, Hikaru le había dicho que tal vez había convencido a un conocido par que pudieran tocar en un par de semanas.

Iba de camino a la entrada del tren cuando sintió que era seguido por alguien, se sintió asustado y vigilado, así que apresuró el paso. Pudo haber corrido, pero decidió que podría manejar algo así una vez que estuviera cerca de un vigilante.

Estaba a punto de llegar a uno cuando su brazo fue detenido, soltó un jadeo horrorizado provocando que algunas miradas se pusieran en él, fue más su impresión al darse cuenta de que conocía a quien lo había detenido.

-¿Pero qué haces?

-¿Por qué te fuiste?- Akihiko logró decir entre respiraciones entrecortadas. Algunas gotas de sudor corrieron por su frente.

-Bueno, es tarde... ¿por qué me seguiste?

-Porque... porque quería invitarte a... - el rostro de Kaji estaba rojo, tanto que Haruki comenzó a sospechar que no era por haber corrido-. Mira, no deberías irte así de pronto.

-Estaban a punto de cerrar la estación, y no tengo dinero para ir en taxi- dijo sin expresión alguna, como si eso explicara todo.

-Yo puedo llevarte de regreso a casa.

-¿En serio? ¿Cómo?

-Uhh... me las arreglaría.

Haruki se quedó en silencio un momento, y después comenzó a reír, Akihiko lo miró como si no creyera esa reacción.

-¡Haruki! No te burles de mí.

-Está bien, está bien.

-¿Recibiste el paquete?

-¿Oh? Ahh... sí.

-¿Te gusto?

-Eso... eso creo.

-Me alegra.

Kaji le sonrió, era una simple sonrisa tímida, Haruki sintió su corazón morir.

-No sabía que dibujaras.

-Uhmm... en realidad, practiqué demasiado- admitió nervioso.

-¿Sí? ¿por qué?

-Quería que fuera perfecto.

-¿Por qué, Kaji?

-¿Eh?

Haruki de pronto se sintió con la fuerza para hacer la pregunta que necesitaba una respuesta desde que le llegó el primer sobre.

-¿Por qué haces esto? ¿por qué te esfuerzas demasiado? Sé que buscas mi perdón y eso, pero a lo mejor esas haciendo demasiado. Solo... yo solo quiero saber la razón.

Mientras pasaban varios segundos, Haruki podía jurar que en la mirada de Kaji había una extraña concentración que formulaba su respuesta, y no sabía si eso era bueno o malo.

-Yo... te sigo amando, supongo- se encogió de hombros-. Tal vez quiero estar cerca de ti más tiempo. Quizás... me di cuenta de que haberme alejado de ti fue la peor decisión de mi vida. Y ahora, en este momento, si no hago algo para arreglarlo, viviré el resto de mi vida preguntándome qué hubiera pasado contigo, con nosotros.

En el proceso de sus palabras, tomó la mano de Haruki sosteniéndola entre ambos, la calidez de ambos se fusionaba, Haruki sentía su piel hormiguear y arder con el toque. Sus mejillas estaban ruborizadas y podía sentir cómo las lágrimas que se acumulaban.

Una parte de él quería lanzarse a los brazos de Kaji y decirle que no se preocupara, que estaba ahí y que todo estaría bien, pero definitivamente aquello sería uno de los peores errores, así que se contuvo a pesar de aquella nueva confesión.

No tenía palabras, y su mente estaba hecha un lio, ¿si no decía nada Kaji se enojaría? Y, si decía algo, ¿sería lo correcto? Entonces esperó.

-Lo comprendo, Haruki, piensas que es una mentira, pero me estoy esforzando, lo seguiré haciendo... aun si al final decides que no fu suficiente.

-¿Estarías bien si decido algo así?

-Bueno... no, pero es tu decisión.

-¿Y si decido solo ser tu amigo para el resto de nuestra vida, y me enamoro de alguien más?

-Yo... - Kaji se veía triste-. Aceptaría tu decisión.

Haruki volvió a reír, pero esta vez fue algo más bajo y controlado.

-¿Sabes? También cometí el error de no haberte dicho que te amaba en ese entonces.

-Pero sí lo dijiste, y yo cometí el error.

-Me refiero a todas esas veces que me lo decías y yo no te creía, así que decidía cambiar de tema, correr o solo negarlo.

Y hasta ese momento, Haruki se dio cuenta de que sus manos seguían unidas, ¿cómo es que no se había percatado antes?

-Haruki.

-¿Si?

-¿Puedo tener un poco de esperanza?

Haruki se sonrojó, fue el tono, o tal vez la mirada de Kaji, a lo mejor, que sus manos encajaban como siempre lo hicieron. Así que no negó y asintió ante la pregunta.

-Solo, por favor, no lo eches a perder.

-Eso- dijo Kaji, ahora dando un paso para estar más cerca de Haruki, haciendo el momento más intimo-, puedo prometerlo. 

Por: AshGxx

Tématicas: Dibujar

Género de música: Música Clásica

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro