Welcome Home (Shizuragii Week)
♫ Temáticas: Audífonos, comprar entradas.
♫Genero: Ang, drama.
Notas: La canción que se menciona es lovely, se las dejo acá arriba <3
La tensión en aquella habitación se notaba a leguas, la canción que se estaba reproduciendo en los audífonos del azabache era el único sonido que se escuchaba, las dos personas que se encontraban allí no podían siquiera mirarse a los ojos. Años de relación se sintieron pesados, los recuerdos se volvieron borrosos, los minutos eternos.
— ¿Que acabas de decir?...—Hiiragi soltó las entradas que había comprado para ver a su banda favorita junto con su otra mitad. Aún no quería creer lo que estaba escuchando.
—Lo que escuchaste. Yo lo odiaba— era la primera vez que Shizusumi se mostraba así, frío, apático, sin una gota de remordimiento. Aquella persona no era la misma que Kashima conoció desde pequeño.
— ¿Cómo puedes decir eso? ¡Todos éramos amigos! ¿Qué diablos te pasa?—los gritos se volvieron más intensos.
— ¡Lo que oyes! Siempre lo defendiste, siempre lo admiraste, tú y Mafuyu giraban alrededor de lo que Yuki hiciera. Estoy harto de fingir que me caía bien. A mi su muerte me dió lo mismo— la tensión se cortó cuando el rubio en un impulso lo abofeteó.
— Era nuestro amigo...el integrante de nuestra banda... ¿Por qué?— Yagi todavía se mantenía en silencio, con el rostro mirando hacia un costado— ¡Responde maldición!— su compañero sin pensarlo lo empujó contra la pared y agachó su cabeza buscando las fuerzas necesarias para no odiarlo.
— ¡Pues Yuki lo tenía todo! Talento, amigos, una mamá que lo apoyaba, un novio que lo mimaba, a tí ¿Tan malo era querer lo mismo? ¿Estoy mal por decir que yo no quería ser su amigo?—la voz del baterista paso de ser alta a sumisa. Shizusumi guardaba tanto rencor en su interior que simplemente explotó.
—Deberías fijarte a tu alrededor. Quizás si, pensábamos que Yuki lo tenía todo, hubo veces en donde yo sentí envidia de él, pero estábamos equivocados y te conozco, no lo odias, nunca lo hiciste. No eres una mala persona como quieres hacerme creer— ambos cayeron al suelo, ambos querían dejar de pelear.
—Yo...simplemente anhelaba que alguien me viese. No quiero seguir siendo el segundo lugar— las lagrimas de Yagi salieron a la luz, revelando a alguien sensible—. Se que te gustaba Yuki ¡No trates de negarlo y hacerme creer que yo soy el que te gusta! solo quiero que sepas que yo fui quien estuvo allí para tí— aquellas palabras no podían ser ciertas, se negaba a creer que él haya dicho eso. Era una maldita broma.
— ¿De verdad sigues siendo tan ciego como para no ver que yo te quiero a ti? ¿Seguirás culpando a Yuki por cosas que no hizo? ¿Tan poco amor propio tienes como para creer que nadie te ve?— el corazón del rubio dolió. Por más que se esforzara en demostrar sus sentimientos, por más que quisiera estar al lado de Shizusumi, este se negaba a verlo ¿Cuánto más tendría que sufrir por su amor?
—Hiiragi...— ahora las lágrimas le pertenecían a Kashima quien se separó lentamente de su mejor amigo e hizo la expresión más devastadora posible.
—Aunque lo siga intentando seguirás sin creerme. Ya no quiero continuar, de verdad Shizu, esto duele— era la primera vez que estaba tan destrozado. Era la primera vez que sentía que ya no tendría consuelo. Estaba decidido.
—Yo...— Yagi no sabía que decir. Se culpaba por no haber notado los sentimientos de su amigo, por no darse cuenta que la persona a la que buscaba estaba en frente suyo, pero tal vez ya era demasiado tarde.
—No digas nada...ya no importa...— los audífonos siguieron reproduciendo la misma canción que ellos soñaban con tocar cuando eran pequeños.
—"Shizuuuuu debemos practicar esta canción. Seremos verdaderos rockstars"— fue allí cuando esa amistad se quebró.
—"Esta bien"— fue en esa habitación donde el azabache por primera vez conoció la verdadera soledad.
—Adiós Shizusumi— y fue allí en donde el rubio conoció el dolor del primer amor.
"¿No es encantador estar completamente solo?
Corazón hecho de vidrio mente de piedra
Desgárrame en pedazos, piel y hueso
Hola, bienvenido a casa"
La canción que se reprodució después fue una tortura.
—Adios...Hiragii...— porque el no era consciente de que lo tenía hasta que lo perdió.
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